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domingo, 6 de septiembre de 2020

Reforma Judicial. Fernández y Fernández… @dealgunamanera...

Reforma Judicial. Fernández y Fernández…

‘Siempre listo’ Sergio Berni. Dibujo: Pablo Temes

La vicepresidenta recibió a un histórico operador en Comodoro Py. Avanza en construir una justicia a medida.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 05/09/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Los efectos adversos que el poder genera en las personas son complejos. El sentimiento de omnipotencia se despliega en toda su dimensión, aparecen comportamientos extravagantes, sorprendentes y, a veces, contradictorios e inexplicables. ¿Cómo explicar que un presidente que amenazó con someter a un proceso penal a los que durante esta larga cuarentena se reunieran en un domicilio invite a Olivos a Hugo Moyano y parte de su familia a compartir un almuerzo que incluyó una foto sin barbijo y sin distanciamiento social?  

En la dinámica psicológica del ejercicio del poder se distinguen tres rasgos esenciales: el absolutismo, la hegemonía y la intolerancia.

Salvo excepciones, quien ocupa una posición de poder busca siempre el absolutismo, la totalidad del poder. Para eso necesita la implantación del pensamiento hegemónico. Es ese afán de hegemonía el que hace que el poderoso sea un ser intolerante frente al pensamiento distinto.

La democracia como concepción política y la república como sistema representan las barreras que las sociedades crearon para poner freno a esos desvaríos que llenan páginas de la historia.  

Alberto Fernández llegó a la presidencia de la Nación con una promesa que hizo pública a lo largo de toda su campaña: terminar con la división política profunda que, como una nube tóxica, se ha venido extendiendo a lo largo y a lo ancho del país desde hace años. Dividió Néstor Kirchner; dividió y divide Cristina Fernández de Kirchnerdividió y divide Mauricio Macri.

"No solo debemos tolerar al que piensa distinto. Con eso no alcanza. Debemos respetarlo", dijo decenas de veces el hoy presidente durante el tiempo electoral. Por eso causó estupor –y alarma– cuando, en la reunión del peronismo que hubo en la semana que pasó, expresó: “No veo la hora de que esta pandemia se termine, porque estoy seguro de que ese día vamos a salir a la calle y ese día sí va a haber un banderazo, un banderazo de los argentinos de bien".

Nadie sabe aún si el Dr. Fernández se ha dado cuenta de la barrabasada que representa su infeliz frase. Cuando a la diversidad de ideas –es decir, el pluralismo– se la encuadra dentro de la categoría del bien y del mal, no hay posibilidad de convivencia posible. Si el que piensa diferente representa el mal no hay posibilidad de diálogo. Con el mal no se dialoga.
  
El mal es intolerable.

El pensamiento diferente enriquece ya por el mismo proceso intelectual de analizarlo ya sea para coincidir o para rebatirlo. Al mal se lo combate. Al pensamiento diferente, en cambio, se lo debate.

El concepto de identificar al otro con el mal nos conduce directamente a la categoría de amigo-enemigo de tan nefasta y lamentable raigambre en la historia de la Argentina.

Cuando en la noche del sábado 18 de noviembre de 1972 el general Juan Domingo Perón se abrazó en su casa de la calle Gaspar Campos con el Dr. Ricardo Balbín, le dijo: “El pueblo todo quiere que usted y yo nos unamos. Nos hemos peleado inútilmente durante 25 años”. Lo triste fue que, cuando se dieron cuenta de lo estéril de esas disputas feroces, ya se les había ido la vida.

Ahora, las tomas de Tierra. Las tomas, actos ilegales, nunca son producto del azar. Hay detrás una maquinaria política, legal y económica que se monta sobre la acuciante necesidad de miles de personas por no tener una vivienda digna. Hace unas pocas semanas, más allá de sus habituales comentarios provocadores, Juan Grabois aludió a las tomas, lo que fue una advertencia sobre algo inminente.

Al hacerlo, puso al oficialismo en un brete en el que aún está. Las contradicciones y disputas que se produjeron entre el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni; la ministra de Seguridad de Nación, Sabina Frederic, los dirigentes del Movimiento Evita y el gobernador Axel Kicillof hablan de la confusión en ámbitos del oficialismo.

Mientras tanto, Daniel Arroyo trabaja para quitar poder a los movimientos sociales a través de la tarjeta alimentaria. La transferencia a los comedores saca intermediarios. “Del 100% del presupuesto del Ministerio, los movimientos sociales se llevaban el 25%; ese porcentaje se ha reducido al 10%”, afirman en su cercanía.

Avatares de la reforma judicial K. Tras la bochornosa sesión en Diputados del miércoles, un hecho ilustra el superlativo interés de la vicepresidenta por la reforma judicial: el encuentro previo al debate que tuvo con el auditor Javier Fernández, el histórico operador judicial del kirchnerismo en Comodoro Py.

Fernández, quien tiene mandato en la Auditoría General de la Nación hasta 2022, había caído en desgracia a fines del kirchnerato por sus contactos con Jaime Stiusso. Como tantos otros, limó asperezas con CFK, por lo que los encuentros con ella, Máximo y el representante de La Cámpora en la AGN, Juan Ignacio Forlón, son habituales.

La reforma judicial obtuvo media sanción horas después de ese encuentro, con modificaciones que incluían la eliminación de la insostenible cláusula mordaza para la prensa propuesta por el amanuense de la vice, el senador Oscar Parrilli.

Vale la pena recordar lo que opinaba Fernández sobre la reforma judicial de 2013 –una de las dos que se presentaron en los últimos veinte años según CFK– y que luego fue frenada por la Corte Suprema. “Le dije a la presidenta que iba a ser inconstitucional. Ella me dijo que no.

Pero lo que hizo fue unir a todos en la corporación judicial. Estuvo mal asesorada... No hay que meterse en los poderes. Tenés que dialogar”, aconsejó Fernández en una nota a la revista Crisis, en septiembre de 2019. Por lo que se ve, CFK sigue haciendo caso omiso de los consejos del auditor Fernández. El diálogo es una práctica ausente en su conducta política.  


Los que conocen los detalles de ese diálogo aseguran que, para cumplir el rol de operador judicial que supo tener, Javier Fernández pide ser designado en el Consejo de la Magistratura. Por si alguien lo olvidó, CFK quiere un Poder Judicial sometido al Gobierno.




viernes, 29 de mayo de 2020

51º Aniversario del Cordobazo... @dealgunamanera...

El Cordobazo, una jornada inédita de obreros y estudiantes…

La revuelta que conmocionó al país. Fotografía: Cedoc

El 29 de mayo de 1969, por primera vez en la historia argentina, salieron a las calles juntos. Enfrentaban a una dictadura que llevaba en el poder más de 14 años.

© Escrito por Víctor Ramos el viernes 29/05/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Desde las primeras horas de la mañana una columna de trabajadores de la industria automotriz organizada por el SMATA -Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina- marchaba amenazadoramente con carteles y banderas hacia el centro de la ciudad. Venían de los talleres de la IKA-Renault avanzando por la Avenida Vélez Sarsfield.

Se plegaron inmediatamente los estudiantes del barrio de clínicas de las facultades de medicina, derecho y todos los centros académicos. La policía se replegó ante la multitudinaria manifestación. Fue el soleado 29 de mayo de 1969.

Obreros y estudiantes de la ciudad de Córdoba, por primera vez en la historia argentina, salieron a las calles juntos. Enfrentaban a una dictadura que llevaba en el poder más de 14 años.

Recuerdan los testigos de la época a la Policía Montada a caballo retrocediendo ante el avance de la multitud.

Los protagonistas obreros de la jornada fueron Elpidio Torres del SMATA, Atilio López de la UTA (transporte), Alejo Simó de la UOM (metalúrgicos) y Agustín Tosco de Luz y Fuerza.


El 16 de setiembre de 1955 cuando los generales y almirantes, acompañados por todos los partidos políticos, derrocaron al presidente Juan Domingo Perón, la democracia fue archivada.

El presidente, teniente general Juan Carlos Onganía, había declarado que para llegar a las elecciones ordenadamente había que pensar en un período de no menos de 20 años. El Cordobazo le dijo basta e hizo vibrar a una Argentina petrificada.

Ese 29 de mayo se dieron a conocer las masas obreras y estudiantiles. El fervor combativo recorrió el país y comenzó un proceso de nacionalización de las clases medias antiperonistas.

Entre los líderes estudiantiles del Cordobazo podemos destacar a los presidentes de los centros de estudiantes, Pascual Bianconi de la Facultad de Medicina, Eduardo González de la Facultad de Matemáticas y al catamarqueño Simón Gómez de la Facultad de Derecho.


Fue Bianconi quien habló en el barrio clínicas ante una asamblea de varios miles de estudiantes adhiriendo al paro de la CGT y luego junto a Elpidio Torres, desde el balcón del local de la CGT a los trabajadores movilizados.

La unidad obrero estudiantil fue un fenómeno histórico ya que la FUA, Federación Universitaria Argentina, tradicionalmente en manos de la Franja Morada de la UCR o del PC, Partido Comunista, siempre habían estrechado filas con los sectores oligárquicos, tanto en 1930 contra Hipólito Yrigoyen, como en 1945 y 1955 contra Juan Domingo Perón.

El Cordobazo fue una inflexión. Al año siguiente la FUA tuvo elecciones en todo el país y la corriente que se impuso fue la de la “Izquierda Nacional”. Pascual Bianconi fue su secretario general y su AUN, Agrupación Universitaria Nacional, establece contactos con Perón en Madrid y exige a la dictadura elecciones libres.

Si bien las jornadas de lucha fueron sorpresivas, todo el año fue un encadenamiento de conflictos y movilizaciones. El antecedente ineludible es que los empresarios de la industria metalúrgica venían produciendo quitas salariales a los trabajadores de la UOM de Córdoba. Finalmente la CGT de esa seccional sale en apoyo del reclamo metalúrgico y todos los gremios llamados “vandoristas” son promotores y vanguardia del Cordobazo que se estaba gestando.


Los grupos de la izquierda -sin excepción- que hoy reivindican el Cordobazo, en las vísperas del mismo, se opusieron. En la asamblea multitudinaria de estudiantes que hicimos referencia, realizada por la tarde del 28 de Mayo en el Barrio Clínicas, rechazaron adherir al paro del día siguiente porque era convocado por “los burócratas de la CGT y el vandorismo.”

Alejo Simó de la UOM, Elpidio Torres del Smata y Atilio López de la UTA integrantes de la CGT Azopardo y las 62 Organizaciones impulsadas por Vandor, fueron quienes convocaron al paro y movilización del 29 de Mayo de 1969. Y fueron éstos los gremios que comenzaron una serie de movilizaciones, huelgas y asambleas que desembocarían en las heroicas jornadas del mayo cordobés.

Sobre el tema es concluyente uno de los protagonistas de estas jornadas, Lucio Gastón Maceda cuando afirma que “la CGT de Ongaro, no cumplió un papel decisivo, no así algunos gremios que en Córdoba la apoyaban, caso de Luz y Fuerza y otros menores. Y sin exagerar, en algunas circunstancias (en el Cordobazo), la CGT marcó el rumbo al movimiento estudiantil.”

Años después de los hechos, con el radicalismo y el estalinismo nuevamente en el control de los claustros universitarios, la tesis del “espontaneísmo” en las jornadas de Córdoba hicieron encarnadura. Omitiéndose el protagonismo del SMATA, de la UOM y de la UTA.


Se alegó, incluso, que los hacedores de la rebelión de 1969 habían sido “dirigentes clasistas”, de los gremios de Fiat, quienes como se sabe, tuvieron gravitación pública dos años después. “Del sindicalismo peronista nada se dice, de Elpidio Torres, menos”, asegura Garzón Maceda.

Ninguna organización armada tuvo participación en el Cordobazo, incluso Roberto Santucho y su grupo no apoyaron esas jornadas, y el dirigente guerrillero, Héctor Jouvé del EGP, Ejército Guerrillero del Pueblo, que combatió en Salta con Ricardo Masetti a las órdenes del Che Guevara señala que: 

”Lo que me impactó más fue el Cordobazo en sí mismo. Primero porque no me lo esperaba, y segundo porque desbordó cualquier previsión. Le pasó por encima a todas las organizaciones.”

Las jornadas del 29 de Mayo fueron la culminación de la lucha social desarrollada desde 1955. Luego de los levantamientos obreros estudiantiles en todo el país, la CGT Azopardo es intervenida por la dictadura militar y treinta días después asesinan al dirigente obrero, Augusto Timoteo Vandor.




miércoles, 8 de enero de 2020

De la primera hora… @dealgunamanera...

De la primera hora…


El candidato no es el proyecto. El candidato es el candidato. El único Albertista de la primera hora fue Alberto Fernández.

© Escrito por Mariano Schuster y Fernando Manuel Suárez el lunes 12/08/2019 y publicado por el Diario La Vanguardia - Órgano Oficial del Partido Socialista - de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

¿Quién fue el primer Albertista entre tantos primeros Albertista? ¿Quién dijo primero: Alberto conducción? ¿Quién dio el grito inicial? ¿Quién se levantó, se dio una ducha, y salió a la calle convencido a gritar: Alberto puede coser la herida, Alberto puede cerrar la grieta, Alberto puede luchar contra la Argentina de la desigualdad? ¿Quién dijo: yo imaginé a Alberto hablando con la voz rasposa de Raúl Alfonsín frente a un auditorio peronista? ¿Quién dijo por primera vez: Alberto, (re)fundador del Tercer Movimiento Histórico?

No fuimos nosotros. Y no fue nadie. Pero menos nosotros, los que tecleamos acá. Ayer votamos distinto. Uno a Alberto, otro a Lavagna. ¿Cómo podríamos ser Albertista de la primera hora cuando todavía no llegó la hora? No. No somos Albertista de la primera hora. Igual que no lo son los Albertista de la primera hora. Porque la primera hora de un político es suya. Le pertenece. Es su poesía. Su verso libre. Y cada cual, en esta patria, tiene derecho a cantar su canción. Canción con todos.

La primera hora de un político es suya. Le pertenece. Es su poesía. Su verso libre. Y cada cual, en esta patria, tiene derecho a cantar su canción. Canción con todos.

No. No lo son los que antes de ayer criticaban su paso al costado durante el último gobierno de Cristina. No lo son los que lo veían como un moderado. No lo son los que decían “Lo votamos, pero no es Cristina”. No lo son los de Macri. No lo son los de Lavagna. Ni siquiera lo son los que se entusiasmaron el día en que anunciaron su candidatura. Hay un solo Albertista de la primera hora: Alberto Fernández. Cancelemos el  “yo la vi”. Porque quizás no la vio ni él. Y ahí está. Medio visto de reojo por la historia de esta patria exótica, irreproducible. La política necesita de todos, pero la hace el político.


Los grandes políticos tienen nombre propio: se llaman Roca o Perón, se llaman Alfonsín o Duhalde. Están ahí para coser desde las alturas lo que está roto abajo. No valen los que podrían haber sido. Sí, son grandes hombres y mujeres peleando el ascenso. Ellos también hacen la patria pero, al final, la patria es otro. Digámoslo con los propios: Alfredo Palacios planteó los derechos sociales, pero los puso Perón. El voto femenino lo reclamó Alicia Moreau de Justo, pero lo clavó Evita en el ángulo. El fin de la dictadura fue una lucha de la izquierda, pero lo dirigió Alfonsín. El fin de la grieta lo podía poner Lavagna: pero parece que tiene otro nombre. El de un hombre que se crió en ella, la alimentó y la padeció. La política es hermosa porque es así: algo menos que ideología, algo más que cinismo.

El fin de la grieta lo podía poner Lavagna: pero parece que tiene otro nombre. El de un hombre que se crió en ella, la alimentó y la padeció. La política es hermosa porque es así: algo menos que ideología, algo más que cinismo.

Alberto puede ser presidente: un rosquero que da un paso al frente. Alberto presidente: ¿la Argentina torcuatista que mira el sol naciente? Alberto presidente: un país para los armadores. Para los que están en las sombras, como a la sombra estamos todos. La gran política hecha por un pequeño hombre. El tiempo de los héroes que retrataba Carlyle. Pero el tiempo de los héroes de adentro: de los que la remaron con acuerdos y roscas, en mesas de café y restoranes. Todos somos cuentapropistas en alguna organización. Argentina es eso: emprendedores de una vida difícil, necesitados de Estado.


Una historia nacional: ¿qué vino primero, el Estado o la sociedad civil? Arriesguemos: la sociedad civil. Círculos obreros, clubes de pescadores, almaceneros, hombres y mujeres desperdigados en carnicerías, en verdulerías, en puestos de diario. Se organizaron, pero un país no se hace con auto organización. Entonces, vino el Estado. Liberalismo o anarquismo, socialismo o radicalismo, y, finalmente, el peronismo, los peronismos. La pluralidad caótica de una sociedad surcada por diferencias y tensiones, frente a la promesa de un Estado de Bienestar Social que nunca se cumplió del todo.

Todo eso convive en la Argentina, en su pasado y en su presente, pero en realidad debemos lograr convivir. Si no es con todos adentro, será la historia de un nuevo fracaso. Y cada fracaso es más doloroso, más injusto, más perdurable. Una cicatriz más en el rostro de una Argentina que duele, que sufre por los que menos tienen. Alberto tiene el desafío de mirar de frente a esa Argentina que, para algunos, ya fue. Al pasado también se lo puede mirar para hacer algo de futuro.

El duranbarbismo creyó algo imposible: que en Argentina se podía hacer un experimento social a cielo abierto. Un futurismo sin futuro. Y sin gente.

Falló el algoritmo: en Argentina existen los seres humanos. Y la política. Que, a veces, le gana a la ideología. A esa que solo se escucha a sí misma: aunque cante la canción de la izquierda, aunque cante la canción de la derecha.
El duranbarbismo creyó algo imposible: que en Argentina se podía hacer un experimento social a cielo abierto. Un futurismo sin futuro. Y sin gente. Falló el algoritmo: en Argentina existen los seres humanos. Y la política.

Ahora, sin embargo, el enemigo ya no parece ser Durán Barba, ni siquiera Macri o la “invencible” Vidal. Ahora será la incertidumbre y las expectativas de los propios. El “vamos por todo” tiene que ser “volvimos con todos”, pero construir esa alquimia en una sociedad rota y desconfiada, es tarea para valientes. La legitimidad es el aire que insufla toda democracia, con los nombres propios, con la ciudadanía silenciosa, con los que ganaron y los que siempre pierden. De eso vivimos y no debemos dejarlo morir. 

No pasa muchas veces en la vida. Algunos votamos distinto pero nos sentimos igualmente ganadores. El triunfo que implica vivir en democracia, aunque olvidemos seguido el sinuoso camino que nos trajo hasta acá. Es un capital político colectivo, un diamante en bruto pluralista y heterogéneo, una moto que hay que saber manejar para que no volemos todos por los aires.

El macrismo se quedó solo cantando en voz baja “quisiera que esto dure para siempre”. Pero Fabiana Cantilo sabe más de la democracia: “porque nada es para siempre”. Eso lo supo también Cristina. La del gran aporte a la que muchos –nosotros, porque hay que hacerse cargo- criticamos (aunque no le importara a nadie, quizás tampoco a nosotros). Dio un paso al costado.

En la grieta algunos aprendieron a nadar, a favor o contracorriente, pero se ahogan siempre los mismos. De lo que se trata es de recuperar a los ahogados. Porque las victorias son colectivas. Pero las derrotas también. La voz carrasposa de Alberto, casi una emulación de Alfonsín, parecía decir eso: vamos a un futuro mejor. Pero hay que gobernar. “Sin jorobar a nadie, tratando de ayudar a todo el mundo y no complicándole la vida a ningún argentino”, dijo una vez un presidente. Ojalá sea así.




domingo, 5 de noviembre de 2017

Club Atlético Huracán... Ducó made in Mendoza… @dealgunamanera...

Ducó made in Mendoza…


Su apellido hecho estadio. Enrique, nieto de Tomás Adolfo, es mendocino y su corazón está en Parque Patricios. "Es el mayor orgullo que tiene nuestra familia", comentó.


© Escrito por Diego Astorga el viernes 03/11/2017 y publicado por el Diario Uno de la Ciudad de Mendoza.

El Palacio Ducó, enclavado en el barrio porteño de Parque Patricios y donde hace de local Huracán, el rival de este viernes por la noche de Godoy Cruz, también tiene su costado mendocino.


El estadio lleva el nombre de Tomás Ducó, ex presidente del Globo, ideólogo del proyecto y la construcción.

Su descendencia vive en Mendoza. Uno de sus nietos, Enrique, nos cuenta lo que genera que su apellido sea el nombre de una cancha. "Vamos a Parque Patricios y nos sentimos en nuestra casa. Es nuestro lugar en el mundo, esté la Comisión Directiva que esté. Siempre hubo una relación cordial. El mayor orgullo que tiene nuestra familia. Tenemos 6 bisnietos, entonces hay Ducó para rato", dijo.

Cada vez que se hacen una escapada con su esposa Liliana y se enteran de su presencia, los hinchas le demuestran todo lo que significó su abuelo. "Parque Patricios es un barrio emblemático. Es típico de Buenos Aires. Es familia, tango y fútbol. Tiene la esencia del porteño. Cada vez que vamos nos gusta ir a la platea de socios porque ahí lo vivís de otra manera. Y siempre hay alguno que conoció a mi abuelo para contarte una anécdota y eso me encanta. Ahí sentís el calor del hincha", comentó.


Ducó fue presidente de Huracán en varios períodos entre 1938 y 1954. "En su juventud había sido jugador de Huracán que en aquel momento se llamaba Defensores de la Ventana. Para que tengan una idea, en esa época el club llegó a tener 20 mil socios. Hoy debe estar entre los 14 o 15 mil. Si bien no hubo grandes logros deportivos, si se consiguió en la parte de infraestructura", afirmó.

De ahí al Globo se lo consideraba el sexto grande por la cantidad de socios y su estructura teniendo triple voto en AFA.

Una parte de la historia de Huracán tiró raíces en Mendoza y esta noche los Ducó seguirán alentando a su Globo.

Fue militar y cronista deportivo



Nació en Buenos Aires el 20 de setiembre de 1901 y falleció el 31 de enero de 1964. 

El estadio de Huracán lleva su nombre porque fue el artífice principal no solo de la construcción del Palacio sino también de la actual sede social. Fue interventor de Lotería Nacional y Casinos, presidente de la empresa Costera Criolla y de la Liga Argentina de Básquetbol. Además fue cronista de La Nación.

En su época militar llegó a ser Teniente coronel y participó en el Grupo de Oficiales Unidos (GOU) que tuvo una gran injerencia en el golpe que derrocó a Ramón Castillo como presidente y comenzó con la llamada Revolución del 43. Tras ser depuesto Pedro Ramírez e intentar un levantamiento lo meten en prisión, le dan de baja como militar y recupera su libertad.


"Fue una época muy difícil porque a mi abuelo lo pasan a retiro. Tenía sus diferencias con Perón. Pero tenían códigos. Aunque eran rivales en lo político, se respetaban mucho. Lo dejó que siguiera como presidente de Huracán. Hoy no hubiese sido posible", comentó. Enrique.

Patrimonio histórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


El estadio de Huracán es uno de los mayor capacidad en el fútbol argentino.

Actualmente está autorizado para 48.314 espectadores. En 1939 adquirieron los terrenos y en 1943 comenzaron a construirse las tribunas. El primer partido fue el 7 de setiembre de 1947. El Globo venció a Boca por 4 a 3. Desde 1967 lleva el nombre de Ducó. En el 2007 la Legislatura porteña lo declaró Patrimonio Histórico y de Defensa Estructural de la Ciudad de Buenos Aires.


Hay un proyecto de nombrar Palacio Ducó a uno de las estaciones de subte cercanas al estadio. "La obra está a la altura de los mejores estadio del país. 

Está como lo hizo mi abuelo, salvo algunas remodelaciones mínimas. 

Amalfitani y su señora son los padrinos del estadio y mis abuelos son los de Vélez", dijo Enrique.



sábado, 12 de agosto de 2017

1947 - 9 de Agosto - 2017. A 70 años del Avión Pulqui I... @dealgunamanera...

A 70 años del primer vuelo del Pulqui I, un hito histórico en la aviación argentina…

I.Ae. 27 Pulqui I

El 9 de agosto de 1947, el piloto Edmundo Weiss probó por primera vez el mítico avión.


© Publicado el  miércoles 09/08/2017 por el Diario La Voz de la Provincia de Córdoba, República Argentina.

Pulqui I

Este miércoles se cumplen 70 años del primer vuelo del Pulqui I, el primer avión a reacción de Latinoamérica diseñado por Norberto Morchio y construido en el Instituto Aerotécnico, la ex Fábrica Militar de Aviones de Córdoba. El Instituto era dirigido por entonces por el comodoro Juan Ignacio San Martín, uno de los impulsores de la iniciativa, durante el gobierno de Juan Domingo Perón.

El diseñador

Eduardo Gesumaría, “Sprinter”, cuenta en una nota publicada por La Voz que se encargó a Morchio “el diseño de un caza interceptor a reacción, proyecto que se denominó IAE 27 Pulqui I (Flecha)”. Junto a él, trabajaron los ingenieros Humberto Ricciardi (cálculo de estructuras) y Enrique Cardeillac (coordinador logístico), señala el autor.

El primer vuelo

 

El Pulqui I tuvo su bautismo el 9 de agosto de 1947 cuando el piloto Edmundo Weiss probó el avión por primera vez. Fue a las 17.25 cuando salió de la pista de la Escuela de Paracaidistas y alcanzó una velocidad máxima de 750 kilómetros por hora. 

 

El pionero

“Fue el primer paso para que la aviación argentina pasara a ocupar un lugar importante a nivel mundial, lo que impulsaría a las autoridades argentinas a un nuevo proyecto: el Pulqui II. El Pulqui I realizó vuelos hasta marzo de 1956, año en el que el proyecto fue desactivado”, indica “Sprinter”. 

I.Ae. 33 Pulqui II

Presentación del Pulqui II


I.Ae. 43 Pulqui III

Presentación del Pulqui III en la India