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domingo, 22 de julio de 2012

Cristina tiene un plan… De Alguna Manera...

Cristina tiene un plan…

"El monstruo que yo invente..." Guillermo Moreno. Dibujo: Pablo Temes.

Ante la caída de su imagen, suspendió las hostilidades con Scioli, cambió voceros y prepara nuevos relatos. ¿Alcanzará?

Por cada punto que bajó Daniel Scioli, la Presidenta perdió dos. Así fue la crueldad de las encuestas. Cuesta abajo, Cristina demostró que no come vidrio e hizo sonar todas las alarmas. Exhibió una vez más su extraordinaria capacidad de refundación y, en una semana, con un par de colaboradores, diseñó un plan para recuperar la iniciativa y frenar la caída de su imagen. PERFIL reconstruyó ese rompecabezas:

Armisticio urgente. Cristina decretó el cese de las hostilidades porque fue derrotada en su intento de asaltar el poder de Buenos Aires. Le resulta indescifrable el comportamiento de un Scioli que pone la otra mejilla. La inmensa mayoría identificó a CFK como la que disparaba los misiles, y eso potenció el lugar de Scioli como víctima. Gabriel Mariotto, (a) Craviotto al decir de Maradona, bajó su perfil porque fue asociado a la figura del conspirador, algo que en democracia nadie valora. El sentido común de Diego fue la gota que llenó el vaso. “Mátense si quieren, pero no perjudiquen al laburante, que quiere cobrar el aguinaldo. Yo banco a Cristina, pero Scioli es un amigo”. Fue suficiente: Cristina llamó a Hernán Lorenzino, lo resucitó y le ordenó que arrugara a paso redoblado.

Scioli: el mal ejemplo. De la Sota respaldó a Scioli, Gioja se negó a criticarlo y hubo un sonoro silencio del resto de los gobernadores. El cristinismo comprendió que se había metido en una trampa cazabobos: si derrocaba a Scioli, le abría la puerta al vale todo institucional y, al no matarlo, lo fortalecía. Le servía en bandeja un candidato taquillero al peronismo no K. Scioli estuvo a punto de pagar los aguinaldos con recursos provinciales. Era la confirmación de que es posible gobernar con autonomía y que hay vida después de Cristina. Fue tan sorpresivo el volantazo de la Presidenta que dejó colgados del pincel a los gurkas que ya habían satanizado a Scioli. Hasta Mariotto tuvo que desmentir que lo comparó con De la Rúa. La batalla contra Scioli seguirá más adelante. Mejor confrontar con quienes no se presentan a elecciones: los medios, por ejemplo.

Lavar la cara con ¿‘mani pulite’? Se resolvió cambiar los comunicadores. Sacar del medio a los más desprestigiados: Boudou, Aníbal Fernández, Julio De Vido y Nilda Garré, y colocar en su lugar a Florencio Randazzo, Lorenzino, Sergio Berni y Axel Kicillof. Hasta la propia Cristina dio un paso al costado para no fatigar. Simultáneamente, se estudia un esquema para quebrar el sello de corrupción que se instaló en el oficialismo. Carlos Zannini explora el mejor atajo para sacar a Boudou del chiquero en el que cada día se entierra más. La opción menos cruenta sería “estatizar” la ex Ciccone y tratar de enviar la causa a un agujero negro. Dos ministros piensan que es hora de entregar la cabeza de los que manchan al Gobierno. Una especie de mani pulite (manos limpias, el proceso que encabezó en Italia en 1992 el fiscal Antonio Di Pietro) en línea con lo que hizo Dilma Rousseff. En dos palabras: arrojar lastre. 

No son los únicos, pero casi todos los números del talonario los tienen Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi. El siniestro accidente de Once, el olor nauseabundo que despiden los manejos corruptos del transporte y la confirmación de una estafa en el control de la tarjeta SUBE justifican la movida. Randazzo dio una clara señal. Utilizó el eufemismo de “anomalías” pero congeló todo. Cristina le ordenó ir a fondo contra “los delincuentes”. ¿Hasta dónde? ¿Logrará ella recuperar una imagen de transparencia cortando negocios que vienen desde la época de Néstor? Lo mismo hizo con el APE en el campo sindical. ¿Son cajas que se clausuran para siempre o sólo les cambian la cerradura? ¿Se quedarán callados los perjudicados o prenderán el ventilador para repartir la mugre? La Presidenta no salió favorecida después de su encuentro con el tren fantasma de los 90, tripulado por Oscar Lescano, Armando Cavalieri y otros menemistas millonarios y propatronales.

Más oscuro que Moreno. El “príncipe” Guillermo Moreno perdió la impunidad de su blindaje. Sus enemigos del gabinete contaron que la Presidenta lo retó. Toda una señal. Es que los peores dramas económicos fueron agravados por la primitiva actuación de Moreno. La inflación es el cáncer que contamina todo y, ahora que bajan las aguas y la actividad económica retrocede, impacta con más fuerza en el malhumor social entre los más pobres. Por algo se destruyeron 360 mil puestos de trabajo. Y la variable del dólar sigue el mismo camino. Los remedios de Moreno fueron peores que la enfermedad. Nadie hizo tanto para que se fugaran a tanta velocidad tantos millones de dólares. Federico Sturzenegger, presidente del Banco Ciudad, fue muy didáctico para explicar la desconfianza: “A Néstor no le dolarizaban”. Argumenta que el ex presidente mantuvo los tres pilares que su esposa destruyó: superávit fiscal, inflación baja y tipo de cambio competitivo. Y con una anécdota dinamitó la excusa oficial de que se trata de un mercado marginal que no afecta la economía real. El Ciudad está construyendo la primera sucursal en una villa miseria de toda la Argentina. 

Es en Los Piletones, frente a la cancha de San Lorenzo. Mientras Sturzenegger les comentaba a los vecinos que iban a tener cajas de ahorro gratis y otros beneficios, uno de ellos, que es paraguayo y cartonero, le preguntó: “¿Vamos a poder ahorrar en dólares? Yo le mando 50 por mes a mi familia en Asunción”. Eso demuestra que el dólar es un escudo simbólico que se utiliza para protegerse del impuesto inflacionario. No se puede modificar con cuchillos de carnicero ni de la noche a la mañana. Como contrapartida, apuestan a los planes de vivienda y obras públicas en el Conurbano, con demanda intensiva de trabajo, la tercerización hacia las provincias del ajuste y el aumento al salario mínimo que se viene. Y la puesta en escena de una especie de segunda independencia económica para el 3 de agosto, cuando cancelen los Boden 2012. El fin del corralito será traducido como “nosotros pagamos lo que la oposición rompió cuando fue gobierno”. ¿Le alcanzará a Cristina para recuperar el doble de puntos que perdió Scioli?

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 21 de Julio de 2012.


domingo, 15 de julio de 2012

Pegarle a Daniel... De Alguna Manera...

Orden de destruir...

 Aló Cristina. La Presidenta, en Cadena Nacional. Dibujo: Pablo Temes.

Apunten contra Scioli. Cómo sigue la ofensiva oficial contra el gobernador bonaerense. Las presiones para que sea diputado.

Tengo al Gobierno nacional, a la Legislatura y a la Justicia en contra. El único apoyo es el de Moyano”, le escuchó decir a un angustiado Daniel Scioli uno de sus habituales interlocutores. Ese es su presente, preludio de un futuro que la Presidenta intentará hacerle cada vez peor. La batalla final está planeada para 2013. El hecho clave será la confección de las listas de candidatos a diputados para las elecciones legislativas. Esa será la hora de la verdad. La Presidenta pretenderá ser quien tenga la exclusividad del armado de la lista del Frente para la Victoria. Hay voces del oficialismo que señalan que la idea es obligar a Scioli a integrar esa lista para luego, una vez electo diputado, forzarlo a asumir la banca y renunciar a la Gobernación. Nadie sabe qué hará él, a quien las encuestas lo siguen mostrando mejor posicionado que a Cristina Fernández de Kirchner.

La orden de destruir a Scioli es terminante. La decisión de humillarlo, también, algo que la Presidenta hace con evidente placer. Cuenta para esa tarea con un arma insuperable, la cadena nacional, y con soldados fieles, entre los que se destaca Gabriel Mariotto. Esta semana el vice se encargó de hacer las cosas un poco más difíciles para el gobernador al recordarle que no podrá usar la Ley de Emergencia Nacional porque es un recurso al que la Provincia viene recurriendo desde hace ya diez años.

Nadie sabe cuánto aguantará el manejo a lo Scioli que el gobernador está haciendo de esta encerrona en la cual, aprovechando los agujeros de su gestión, lo ha colocado la Presidenta. Lo que está claro es que se acercan momentos decisivos para la definición de su futuro. De imponerse el plan de Fernández de Kirchner, la carrera de Scioli estará finiquitada. “Si quiere postularse, inexorablemente deberá romper con nosotros; nunca será nuestro candidato”, señala con firmeza una de las voces del kirchnerismo que en estos días formó parte del coro polifónico “Péguenle a Scioli”.

Es cierto que muchas voces dentro del Gobierno le venían advirtiendo al gobernador la necesidad de poner límite al creciente déficit de su administración provincial, la que, por otra parte, nunca conformó a la Presidenta. Es cierto también que varios ministros reconocen que la administración de Scioli carece de una estrategia de gestión y que, en cambio, lo que abunda es el desorden y el mero voluntarismo. Pero lo cierto es también que las cosas no fueron muy distintas con sus predecesores y que, hasta diciembre del año pasado, nadie dentro del Gobierno nacional osaba decir algunas de estas cosas con las que hoy lapidan a Scioli. ¿Y entonces? En la respuesta aparece la pelea por 2015.

Lo dramático es que las consecuencias de la disputa las está pagando y las seguirá pagando la ciudadanía. Una de las incógnitas más fuertes que surgen a partir de esta crisis apunta a saber cómo será el segundo semestre en la provincia. Si para este primer semestre están existiendo las dificultades que son de dominio público para pagar el medio aguinaldo de los empleados públicos provinciales, cabe interrogarse  qué pasará en diciembre con un cuadro de enfriamiento de la economía más acentuado.

El microclima que se vive en el círculo íntimo del Gobierno es novelesco. Los enojados con Guillermo Moreno ya constituyen un minielenco estable. Ahí conviven el ministro de Economía sin poder político, Hernán Lorenzino, la ministra de Industria a la que se le fueron sus secretarios principales, Débora Giorgi, el ministro de Planificación que tiene cada vez menos poder, Julio De Vido, y también la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, que en los reportajes que concede insiste en que están los dólares que la realidad niega. El último deporte de Lorenzino –¡al fin sabemos que tiene algo que hacer!– es haber puesto en su Twitter un reloj que va marcando los días, las horas y los segundos que faltan para hacer efectivo el pago del Boden 2012, un negocio fenomenal para sus tenedores. Un hecho llamativo: a cualquier otro gobierno que hubiera hecho lo mismo con tanto encomio, desde los sectores del progresismo enrolados hoy en el más furioso kirchnerismo lo habrían defenestrado. Otra curiosidad de este momento tiene que ver también con ese pago. El Gobierno lo presenta como un acto de desendeudamiento cuando, en realidad, es exactamente lo contrario, ya que pagará esa deuda contrayendo otra deuda, en este caso con el Banco Central, que le cederá al Tesoro los dólares necesarios para concretar esa operación.

En la semana quedó concretada la partición de la CGT. Fue la crónica de una ruptura anunciada. El Gobierno ya puede ufanarse de una división más: comenzó por la CTA –hoy partida en dos– y siguió por la CGT –hoy dividida en tres–. El debilitamiento de Moyano es evidente. Los aprietes a quienes a último momento no lo acompañaron son prácticas comunes del manual de usos y costumbres del kirchnerismo. La contradicción, en este caso, también incluye a Moyano quien, hasta octubre pasado, formó parte de esa maquinaria del apriete de la que se benefició. En su discurso del jueves, el líder camionero denunció muchas de esas cosas que antes avaló. No habrá piedad para con él.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 14 de Julio de 2012.


miércoles, 20 de junio de 2012

Realidad y verdad... De Alguna Manera...

Realidad y verdad...

Hogar, dulce hogar.  Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes


Aumentan las señales económicas alarmantes. Pero la Presidenta no corrige el rumbo y se sigue equivocando.

La realidad, a la manera de una ola imparable, va haciendo sentir su presencia a las puertas mismas del Gobierno. La desaceleración de la economía ya no puede ser disimulada ni por los dibujados índices de inflación del Indek ni por las cifras de aumento de la recaudación sobre las que en forma descontextualizada informa la AFIP. El bienvenido plan de viviendas lanzado de apuro en el “Aló Presidenta” del miércoles (¿cuántos planes destinados al mismo fin lanzó ya el kirchnerismo?) responde a la necesidad de hacer frente a la falta de viviendas y a la desaceleración de la actividad en la construcción.

Como muchas de estas iniciativas K, el plan tiene un trasfondo de improvisación que quedó plasmado en los discursos de ese día. Varias cuestiones a considerar. El déficit habitacional constituye una de las mayores deudas sociales. Por eso, junto con lo bienvenido de las medidas están los peros, que no son pocos ni menores. El primero es la utilización de los fondos de la Anses, primitivamente destinados a atender los pagos de haberes de los jubilados. De ahí el severo reproche hecho al titular de ese organismo, Diego Bossio, de la Corte Suprema, que viene reclamando el cumplimiento de sus fallos por los beneficiarios que cobran mucho menos de lo que les corresponde. Es paradójico que la Anses señale que si paga lo que marca la ley se funde cuando, al mismo tiempo, lanza un plan de viviendas a base de préstamos hipotecarios a tasas de interés inferiores a las de la inflación, lo que a la larga terminará por enflaquecer sus arcas.

Es curioso que estos créditos subsidiados tengan entre sus destinatarios a quienes perciban ingresos de $ 30 mil por mes.

Otra incógnita se refiere a la necesidad de obras de infraestructura que habrá en muchos de los terrenos fiscales que se asignen para construir. ¿Quién se hará cargo? La siguiente duda tiene que ver con la real capacidad que hay para levantar 100 mil viviendas por año.

También hay hechos que son discriminatorios, ya que quedan excluidos de toda posibilidad de acceso a estos créditos los habitantes de la Capital, de La Rioja y los jubilados. Es evidente, además, que la premura con que se anunció el plan tuvo como objetivo competir con el lanzado hace unos días por la Ciudad de Buenos Aires que, aun cuando insuficiente, parece más realista que el de la Nación.

En medio de todos estos tejes y manejes, las arcas provinciales muestran déficits crecientes que obligan a sus gobernadores a suplicar a la Casa Rosada. Una escena grafica esta situación. Días pasados un gobernador, que gestionaba en persona la liberación de fondos que le corresponden a su provincia, se sorprendió cuando –al llegar al despacho de la presidencia del Banco Nación– se encontró con unos 17 ministros de Economía de otras tantas provincias que hacían antesala a la espera de ser atendidos.

Sobre esta realidad hablaron días atrás Daniel Scioli y Gabriel Mariotto, en una comida en la residencia del gobernador. No es que haya renacido entre ellos un amor que nunca existió. Lo que los unió fue el espanto. Mariotto cayó también en la cuenta de las dificultades de caja que complican la gestión de muchos intendentes que viven la angustia de no saber si a fin de mes podrán pagar los sueldos. Horas antes, Scioli había quedado muy preocupado por los datos y la visión de futuro que le arrojó Roberto Lavagna. Esa reunión –que molestó a la Presidenta y a su entorno– tuvo que ver con el armado de una estructura política de la cual también participará Alberto Fernández, pero además con el diagnóstico y el pronóstico del ex ministro sobre nuestra economía. Scioli quedó muy preocupado. Lavagna está convencido de que se avanza hacia un callejón que no tendrá otra salida que un ajuste con reminiscencias del Rodrigazo, un plan con medidas drásticas que derivó a una gran conflictividad social y turbulencia política.

Los indicadores que se conocieron en las últimas horas confirman una desaceleración económica indisimulable. Las restricciones a la compra de dólares, la confusa cláusula de la pesificación de los contratos incluidas en el proyecto de reforma del Código Civil que en breve tratará el Congreso y el sostenido nivel de restricciones a las importaciones generan un deterioro de la actividad que ya llevó a muchas fábricas a cancelar turnos y a suspender a parte de su personal, al que acecha la angustia del despido.

Todo esto genera dudas de las que la Presidenta tuvo una muestra irrefutable en su reunión con empresarios e inversores que fueron a escucharla en el encuentro organizado por el Consejo de las Américas en Nueva York. Según lo que varios de los asistentes al almuerzo comentaron, la mayoría quedó bastante insatisfecha con sus respuestas, pues quiso mostrar el ingreso de Carlos Slim a YPF como un logro de alto impacto. Lo cierto es que Slim se quedó con acciones que los Eskenazi no pudieron pagar luego de haber sido eyectados de la compañía. Ahora habrá que ver si el empresario mexicano apuesta a más. La necesidad de YPF de obtener fondos que hoy el Gobierno no le puede dar es imperiosa.

La semana deparó otros dos hechos de impacto. Uno fue el episodio de salud que afectó a Máximo Kirchner. Como se sabe, el hijo de la Presidenta sufrió una artritis séptica de su rodilla derecha que en las manos de dos destacados médicos, los doctores Carlos Autorino y Horacio Rivarola Etcheto, tuvo el tratamiento adecuado. La evolución del paciente es óptima. Lo que escandalizó fue el abusivo uso de los recursos del Estado –el avión presidencial, dos helicópteros, dos ambulancias, numerosos autos para operativos de distracción– para atender una patología que podría haberse resuelto en Santa Cruz. Este uso sobredimensionado de los bienes y los fondos del Estado –Carlos Menem hacía lo mismo– forma parte de la concepción absolutista de quien cree que el Estado es ella.

El otro hecho fue la presencia de la Presidenta en la reunión del Comité de Descolonización de la ONU. Su discurso fue bueno. Su crítica a la provocación del primer ministro del Reino Unido, David Cameron, fue justa. Pero igual la presencia de Fernández de Kirchner en la ONU de nada sirve. Mal que les pese a ella y a sus funcionarios, hoy las islas están lejos. El gran desafío es vencer la barrera cultural que separa a los kelpers de la Argentina. Es una tarea que demandará años y para la cual nada se ha hecho.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 16 de Junio de 2012.


martes, 5 de junio de 2012

Nada es casual... De Alguna Manera...

Nada es casual...
El dador José Ottavis. Dibujo: Pablo Temes.

Contradicciones oficiales y malas decisiones afectan la economía. Ahora, otro escándalo en ciernes.

Nada es casual. El mal manejo de la economía que viene haciendo el Gobierno ha llevado a que la crisis se agrave. Como es norma, cuando se entra en la dinámica de una crisis a la que no se la combate desde sus causas, lo que se observa es que la efectividad de las medidas que se implementan es siempre fallida. Se ingresa así en un verdadero círculo vicioso del cual salir es cada vez más difícil y costoso.

Hay una realidad innegable: a pesar de las fuertes restricciones impuestas a la compra-venta de dólares, la fuga de divisas no se detiene. En medio de este revuelo, al Gobierno se le ha ocurrido la idea de iniciar la batalla cultural por la “desdolarización”. Si hay un escenario poco adecuado para iniciar semejante cruzada es el del presente, con la desconfianza en aumento. Cuando alguien quiere comprar un dólar y no puede hacerlo, está ante la evidencia irrefutable de que algo no anda bien. Para peor, están las conductas que bajan desde el poder que muestran un apego al dólar que no es diferente al del resto de la población. Las cifras son contundentes: la Presidenta tiene ahorros que superan los US$ 3 millones.

Al Gobierno le cabe, otra vez, la aplicación del famoso dicho “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”. Esta postura, un clásico K, ahuyenta cualquier estímulo a llevar adelante una cruzada por la “desdolarización”.

En una de las tantas falacias con las que se pretende distorsionar la realidad, desde el Gobierno salieron a repetir que sólo entre el 11% y el 12% de la población ahorra en dólares, dando a entender que la escasez no tiene un alto impacto. Las cosas son diferentes: la cantidad de artículos importados que son necesarios para la manufactura de muchos productos nacionales hace que su fabricación esté hoy seriamente afectada.

El viernes, el Gobierno reaccionó con furia ante la información de un proyecto destinado a imponer la pesificación progresiva de ciertas transacciones comerciales. Hubo allí una sobreactuación del viceministro de Economía, Axel Kicillof, quien se dedicó a descalificar a Clarín y a El Cronista. Sin embargo, tres fuentes distintas del Palacio de Hacienda confirmaron la existencia de borradores con ideas acerca de cómo implementar la pesificación de una parte de la actividad económica. En ese mismo tren se habla de la abolición de la prohibición para indexar los precios que contemplaba la ley de convertibilidad.
Por lo demás, esas tres fuentes confirman las desavenencias entre el ministro Hernán Lorenzino y Guillermo Moreno y señalan el temor de la Presidenta por la continua salida de dólares.

Para agregar más confusión, están las palabras del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, quien en su floja exposición ante la Cámara de Senadores habló de la necesidad de “desdolarizar” la economía: en los hechos equivale a hablar de la pesificación. En igual sentido se expresó el senador Aníbal Fernández. Por eso, resultó insólita la diatriba de Kicillof, como si el Gobierno se hubiera desmentido a sí mismo.

A causa de este zafarrancho, es que en el mundillo de banqueros, economistas y empresarios se habla de la “mala praxis” del equipo económico. Se coincide allí en que el desastroso manejo de la economía ha acabado por hacer de un inconveniente una crisis de la que nadie sabe cómo se saldrá.

En el colmo del absurdo, ahora se anuncia que las casas de cambio, tras el apriete al que las sometió Guillermo Moreno, acordaron vender el dólar paralelo a $ 5,10. “Si no cumplen, el lunes les mandamos la AFIP con los perros, la Gendarmería Nacional y todo lo que se les ocurra”, les dijo a sus interlocutores, con su habitual “amabilidad”, el secretario de Comercio. 

Es decir que, a partir de mañana, el Gobierno convalidará como legal a lo ilegal.

El déficit fiscal es el gran agujero que está en la base del problema que hoy padece la economía. A este problema se agrega el de la inflación. Esta combinación, sumada al cepo cambiario, está llevando a la economía a un proceso de progresivo enfriamiento. Se entra así en un círculo vicioso. La polémica ley de reforma impositiva que aprobó la Legislatura bonaerense la noche del jueves es un ejemplo de ello. Traerá aparejado una mayor presión impositiva no sólo sobre el campo sino también sobre toda la comunidad, como consecuencia del impuesto sobre los Ingresos Brutos. Así y todo, la provincia de Buenos Aires seguirá enfrentando un fenomenal rojo de sus cuentas fiscales que la obligará a endeudarse más. Curiosa contradicción esta del endeudamiento provincial en el medio del desendeudamiento del cual no se cansa de hablar la Presidenta.

Como si faltara algo para hacer todo más complejo, se instaló la sospecha de un posible pago de coimas para lograr la aprobación de la reforma impositiva. Hay que recordar que, hace una semana, el vicegobernador Gabriel Mariotto había producido un gran revuelo cuando habló de “valijas que iban y venían” en la Legislatura provincial para la aprobación de las leyes.

En la desmentida que el vicepresidente de la Cámara de Diputados bonaerense, José Ottavis –quien dicho sea de paso está denunciado ante el Juzgado Nacional de 1era. Instancia en lo Civil N° 26 por la posible existencia de fraude procesal o electoral por una supuesta falsificación de domicilio– hizo en el programa de Víctor Hugo Morales, en la que terminó por reconocer que el celular de la foto es suyo, lejos de aclarar, oscureció. Los fantasmas de la Banelco que tanto daño institucional le hicieron al país hace once años vuelven a posarse sobre el escenario político de una provincia que, como la de Buenos Aires, tiene una fortísima impronta nacional. Además, todo esto lleva implícita una situación de sospecha que afecta a La Cámpora. “Que se hagan cargo ellos de esto que no la deja bien parada a la Presidenta”, le dijo Daniel Scioli a alguien de su cercanía ayer por la mañana.

Finalmente, en las últimas horas sucedieron dos episodios repudiables. Uno fue la agresión que sufrieron un camarógrafo y un cronista del programa 6,7,8 por parte de alguno de los participantes del cacerolazo del viernes en Barrio Norte. El otro, la violenta irrupción de un grupo de personas aparentemente vinculadas con La Cámpora en un bar de Villa del Parque, donde Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gabinete del Gobierno porteño, dialogaba con un grupo de vecinos. Son hechos de intolerancia reminiscentes de un pasado que no debemos repetir.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 2 de Junio de 2012.


viernes, 1 de junio de 2012

José Ottavis, y la Banelco 2... De Alguna Manera...

A Ottavis, ¿lo fueron a buscar?...


Según versiones, lo tenían en la mira desde el mismo oficialismo.

Sabida es la polémica que causó la foto —publicada hoy por diario Clarín— donde se ve el teléfono celular del vicepresidente de la Cámara de Diputados bonaerense e integrante de la agrupación La Cámpora, José Ottavis, enviando y recibiendo mensajes en medio de la sesión por la polémica reforma tributaria. “150 mil x cabeza ofrecen a los diputados de la opo según palabras de Valeria Arata. Se está corriendo eso...”, decía el SMS en cuestión.

Según indica hoy Noticias Argentinas, a Ottavis lo tienen apuntado desde el propio oficialismo: "La verdad es que lo estaban buscando desde hace rato y en esta lo engancharon", susurró a la sección Sin Confirmar un funcionario de la Gobernación.

 Hay que recordar que la semana pasada, el vicegobernador Gabriel Mariotto habló de las "valijas" que se habrían usado para lograr la sanción de leyes en el pasado.

José Ottavis comenzó como director del Fondo de Capital Social —un programa de microcréditos dependiente del Ministerio de Desarrollo Social— y secretario de la JP en la provincia de Buenos Aires. El año pasado quedó en el medio de una interna por celos y envidia dentro de esa agrupación, lo que lo  alejó de La Cámpora.

“Por estas horas está más cerca del aparato del PJ que de los pingüinos puros”, destacó a Perfil una fuente de esa organización. Es que al parecer, es el encargado de negociar con los jefes comunales y con el gobernador Daniel Scioli y de conseguir contratos en el Estado para la agrupación.

Hoy, Ottavis rechazó las sospechas de sobornos y señaló que “hay mala leche, hay malas intenciones”.

© Escrito por el Equipo de Política de Tribuna de Periodistas y publicado por http://www.periodicotribuna.com.ar el viernes 1º de Junio de 2012.


domingo, 20 de mayo de 2012

Reportaje a Daniel Scioli... De Alguna Manera...

"Con Cristina hablamos más de lo que se sabe"…

Autodefinicion. "Duermo bien. Soy muy ordenado en mis horarios y soy un buscador permanente de la eficacia. Me exijo mucho a mí mismo."

Reportaje a Daniel Scioli. Por debajo de su retórica no confrontativa, el gobernador de Buenos Aires se muestra tajante: si no hay reforma constitucional para habilitar una re-reelección, él es el candidato natural del kirchnerismo; no tiene una buena relación con su vice, Gabriel Mariotto, y advierte que los que más cuestionan su trayectoria, “son los que más han andado de un lado para el otro”.

En un día particularmente complicado (huelga de subtes y marcha ruralista en La Plata) el jardín de la hermosa casa que el arquitecto Bustillo diseñó en los años 50 parece más que nunca un remanso, un jardín eternamente florecido aún con su ropaje de invierno. Y, entre dos cafés, una larga conversación con el gobernador Scioli. Un hombre reservado, dueño de sí mismo. ¿Inasible?

—Si a usted le preguntaran “¿cómo es un tipo que se llama Daniel Scioli?” ¿cómo lo describiría?, ¿alegre?, ¿triste?, ¿melancólico? ¿Le gustan el cine, la pizza, charlar con amigos?
—Soy inquieto. Muy exigente, y no me gusta perder el tiempo –explica el gobernador–. No sé si por ascendencia italiana, pero me encanta comer pasta. Como pasta todos los días. Al almuerzo, por la noche... En general soy optimista, le veo el lado bueno a las cosas.

—¿Es un tipo obsesivo? ¿Duerme bien de noche?
—Sí, duermo bien. Soy muy ordenado en mis horarios y soy un buscador permanente de la eficiencia. Me exijo mucho a mí mismo. También a los que me rodean. Siempre trato de buscar la excelencia en cada cosa que me rodea. Por otra parte, soy familiero, muy familiero, y busco mis tiempos para cada cosa. Si mi hija necesita un tiempo para estar conmigo o pedirme algún consejo… Lo mismo con mis hermanos. Por supuesto, con Karina. Me aferro mucho a los afectos de siempre. Los necesito anímica y espiritualmente. Y muchas veces para tomar fuerza e ir para adelante repaso mi vida y lo que me pasó. Tengo un lugar con todos los recuerdos; cuatro o cinco veces por semana ceno ahí y no dejo de mirar cada rincón, cada cosa y me digo: “Uff, la pucha... Tengo que estar agradecido a Dios… ¡con las cosas que me han pasado y las oportunidades que he tenido…! Poder ir superando y creciendo”. Uno es el fruto de muchas cosas.

—Efectivamente: ha logrado superar un montón de problemas. Yo lo miraba ayer, gobernador, en la inauguración de los chocolates de Kraft…bueno, era un momento difícil, ¿no? Usted se encontraba con la Presidenta después de muchos días de no hablar, de no verse. Qué sé yo... usted estaba muy tranquilo pero también muy serio.
—Soy serio. La seriedad es el sentido de la responsabilidad, y tengo sentido del humor cuando hay que tenerlo. Yo, con Cristina, tengo una relación de afecto, de respeto… eh… y de compañerismo de muchos años. Nos conocemos mucho. Por lo tanto, han sido diez años muy intensos tanto en mi vida como en mi carrera política junto a ella, ¿no? Entonces, en ese camino, como en todo vínculo hay distintos tipos de alternativas, pero prevaleciendo siempre la buena fe y las buenas intenciones y la sinceridad, y… además, hablamos más de lo que se sabe.

—Bueno, pero para los que miramos la cosa de afuera, en 2003, por ejemplo, daba la sensación de que usted era muy amigo de Néstor, ¿no?
—Yo lo conocí a Néstor el 13 de enero de 2002. Era mi cumpleaños y estábamos pensando con Karina y Lorena dónde pasarlo. Ellos, los Kirchner, me sugirieron ir a Calafate. Con Cristina éramos compañeros en la Cámara de Diputados y entonces, cuando llegué, muy amablemente me dijo: “Quiero que conozcas a Néstor”. Pasamos una noche muy linda. Les retribuí esa atención invitándolos a nuestra casa en el Abasto y allí empezó a forjarse una relación que inspiró la confianza de él. Hasta el punto de que me convocara para ser su vicepresidente, ¿no? Yo estaba muy lanzado a la Jefatura del Gobierno porteño pero entendí que, en ese momento, era muy importante acompañarlo. Poder sumar lo que yo, en ese momento, podía aportar, hacer. Y así fue. Y como todo vínculo, como la vida, como los amigos o con la pareja, toda relación necesita su tiempo de maduración. Por eso lo que se percibía al principio como dificultades, luego, con el tiempo, se fue consolidando cada vez más. Eso me ha pasado muchas veces. Por ejemplo, con mi copiloto. Un tano rabioso que, al principio, se llevaba mal conmigo hasta el punto de que pensaba que nunca más iba a correr con él. Pero, al final, terminamos siendo campeones del mundo, los dos en la misma lancha. Qué sé yo... Las cosas que me pueden haber pasado tambien con amigos… Por eso, cuando se habla de mi relación con Gabriel yo también digo “bueno, el tiempo va a ir acomodando las cosas…”. Yo siempre creo en eso, y la experiencia.

—¿Gabriel es Mariotto?
—Sí… La experiencia me tiene que servir para algo, ¿no?

—Claro, para irse al cielo derecho.
—No, no… pero, qué sé yo... Trato siempre, en ese sentido, de buscar que siempre haya un marco de colaboración… Mire, cuando uno gobierna tambien tiene que transmitirle a la gente la mayor tranquilidad. Bastantes problemas tiene la gente en su vida cotidiana como para que los problemas de los dirigentes políticos les generen preocupación. Entonces yo intento eso. La gente me conoce así de siempre. No es una novedad. Soy el Scioli de siempre –se ríe con ganas–. Y si uno lo va a analizar es una cosa muy previsible.

—Bueno, pero es una cosa bastante ponderable… Y ¿qué sentido le da usted a la postergación de la cumbre del Consejo Nacional Justicialista para la semana que viene?
—El Consejo del Justicialismo está integrado (entre otros dirigentes) por varios gobernadores, y algunos de ellos viajaban con la Presidenta a Angola. La postergación de la cumbre es sólo por eso.

—¿A usted lo invitaron al viaje?
—Bueno, no… pero de acuerdo a las características del viaje… a nosotros permanentemente nos mantiene con Cancillería una relación constante para misiones comerciales. Acabo de venir yo mismo de presidir una en Colombia y parte de mi gabinete estuvo también en Venezuela. Así es que lo importante en este momento es salir al mundo a exportar y a traer inversiones.

—Además de paciente es diplomático, gobernador. Cuénteme, por favor, qué pasa con la celebración del 25 de Mayo que ha organizado La Juan Domingo.
—No está previsto ningún acto.

—¿No?
—No. Que yo sepa, no. El 25 de Mayo es una fecha patriótica. Una fecha muy cara también a los sentimientos de todo este proyecto y a mi carrera política, porque el 25 de mayo de 2003 fue cuando asumimos con Néstor como presidente y vicepresidente.

—Bueno, pero usted tiene conciencia, gobernador, de que su frase acerca del 2015 y su postulación (muy diplomática por cierto: “sólo en caso de que Cristina no se presente”) ha movilizado el mundo político. Ya hoy no es igual que ayer, ¿no?
Al desgrabar detectamos un largo silencio. Y luego:
—A ver. Lo que pasa es que uno (como en toda actividad) puede plantear sus aspiraciones. Esto ocurre en cualquier orden de la vida. A la gente siempre me gusta transmitirle claridad con respecto a todo lo que estoy sintiendo, a todo lo que me pasa. Yo aprendí que no se improvisa. Se planifica. Cuando yo empecé a correr me preguntaban: ¿te gustaría ser campeón del mundo? Y sí que me gustaría ser un día campeón del mundo. Pero para eso tenía que ganar un montón de otras carreras, un campeonato. Estuve diez años hasta que lo pude lograr. Y bueno, yo creo que a un dirigente de responsabilidad, si alguien le dijera: “¿Le gustaría algún día ocupar la…?” sería raro que se negara a intentarlo. Muchos otros pueden estar pensándolo y no lo dicen. A mí me gusta. Expresé un deseo. No es más que eso. No significa ni que esté en campaña ni que largue alguna cosa en forma prematura. Aparte, para dejar de lado otro tipo de especulaciones, cuando se preguntó acerca de la eventualidad de esta cosa (que siempre se quiere poner en un marco de pelea con la Presidenta), de que ella avanzara con una iniciativa de reforma constitucional que incluya la eventual habilitación de la reelección… bueno, como ha sido siempre, tendría mi respaldo. Que también quede muy claro que una posición mía no es en términos de enfrentamiento. Yo siempre voy a estar para colaborar y para ayudar, porque soy una persona agradecida, coherente, y corresponde que sea así. Bueno, si se dieran otras circunstancias... pero hoy estoy dedicado a lo que es mi gran responsabilidad y que tuvo el respaldo del 55% de los votos. Es decir, gobernar y encarar todos los problemas que tengo que enfrentar en forma cotidiana. Mire, no me distraigo en otra cosa que no tenga que ver con esto. Y es lo que hice siempre. Yo era ministro de Turismo y Deporte. Me ocupaba de eso. Fui dos veces diputado nacional; secretario de Turismo y Deporte. Fui también vicepresidente. Ahora, dos veces gobernador. Una carrera política intensa con responsabilidades a donde llegué siempre a través del voto. Y, evidentemente, si la gente me fue votando y renovando la confianza es porque debo ir cumpliéndoles a los ciudadanos sus expectativas. En cada una de estas etapas he tenido experiencias muy importantes y una fuerte convicción de mi parte de poder hacer un buen trabajo. Hoy tengo un trabajo muy importante, que es gobernar la provincia más grande de la Argentina en un contexto económico internacional muy complejo y que exige mucha creatividad y mucha innovación en la manera de gestionar.

—Usted tiene conciencia de la gran respuesta que significan las encuestas, ¿no? Sus números son muy buenos.
—Bueno, pero eso tiene que ver, desde mi punto de vista, con varias cosas. La gente advierte el trabajo, la pertenencia y la coherencia con este proyecto. Le gusta cuando me ve trabajar junto con Cristina buscando lo mejor para la provincia y su gente. Creo que esas encuestas tienen que ver con eso. Yo no me la creo. No me la creí nunca y no me la voy a creer ahora. Cuanto más acompañamiento y expectativa significa, de parte mía, más humildad, sobriedad y gratitud. Yo soy así. También la vida me ha enseñado eso, ¿comprende? Entonces yo, cuando ganaba mis mejores carreras o escuchaba los resultados electorales, decía: “bueno, vamos a dormir. Nada de festejar que hay que responder a la gente y empezar mañana a trabajar temprano”. Y en esto hay que ser muy cuidadoso.

—Usted es generoso, Scioli, pero da la sensación de que la respuesta no es simétrica. Fíjese que, el domingo, en “Página/12”, Horacio Verbitsky sugería que encabezara usted las listas legislativas del año que viene.
—La experiencia yo también la aplico a esas cosas. A mí no me gusta polemizar porque soy respetuoso de la libertad de prensa en el marco de la democracia. Pero hay distintas expresiones. Unos periodistas se expresan de una manera. Otros, de otra. Así es que, en eso, yo hago mi trabajo poniéndole toda la garra y lo que la gente ve y conoce, y punto. Así es que las cosas que tengo que hablar en profundidad en la más alta responsabilidad, las hablo con la Presidenta mano a mano. Además, no me dejo llevar por dimes y diretes. “Dicen que…” Esto hace también a mi experiencia. Ante la menor presión no tomo decisiones apresuradas o abruptas. No, no. No es así.

—No sé si las informaciones son correctas pero ¿cuánto le debe la Nación a la Provincia de Buenos Aires?
Otra vez una larga pausa en la grabación, y luego el gobernador responde:
—La provincia de Buenos Aires viene teniendo una gran inversión de parte del Gobierno nacional en forma de obras muy importantes de cloacas, agua potable, viviendas, calles, energía. Necesita el acompañamiento de la Nación más allá de las propias reformas fiscales que yo he encarado porque hay un problema estructural que viene de 1986, cuando se cedió un punto de la coparticipación, pero, bueno, el trabajo articulado de Nación, Provincia y municipios nos permite ir sobrellevando esto. Así es que en ese sentido vamos buscando el mayor esfuerzo propio y que el Gobierno nacional nos acompañe cuando las circunstancias así lo exijan. Durante estos casi cinco años yo vengo teniendo un acompañamiento permanente de la Nación. Por eso la Provincia y los municipios hemos crecido y avanzado en todo este tiempo, buscando siempre mayor eficiencia en todo lo que se refiera al gasto, a la optimización en la recaudación de ingresos genuinos y la complementación con la Nación. Hay un tema estructural pero, bueno, es un tema pendiente que se deberá ahondar en algún momento en las 24 provincias. Ya Néstor Kirchner, cuando reasume la presidencia del Partido Justicialista, hacía referencia a esto. Mientras tanto vamos trabajando en nuestras respectivas áreas económicas Nación-Provincia para buscar funcionar con normalidad. La agenda económica que tenemos por delante es más exigente por todo lo que dijimos antes.

—A propósito del justicialismo, el otro domingo le preguntábamos a Aníbal Fernández si él consideraba que el justicialismo era igual que el kirchnerismo. El senador decía que sí. Nosotros, que no. ¿Usted qué piensa, gobernador?
—Pienso que todas las políticas que lleva adelante la Presidenta son pilares fundamentales, fundacionales, del justicialismo. La justicia social hoy se expresa a través de la Asignación Universal por Hijo. La independencia económica es el desendeudamiento. La soberanía política son decisiones que se van tomando, como el caso de YPF. Recuperar el rol estratégico en la administración de recursos energéticos.

—Pero, perdón. Recuerde que, en el caso de YPF, Néstor Kirchner apoyó la privatización en los 90.
—Era otro momento. Seguramente en aquellos años… Hoy, los países están repensando políticas como el rol del Banco Central, como las empresas del Estado… Nosotros tenemos una experiencia muy importante. Por ejemplo, la empresa de agua AySA. Cuando el Estado se hace cargo permite que se avance mucho más rápido. Por ejemplo en La Matanza hay una obra que estaba comprometida (y Ballestrini siempre me lo decía) para el año 2020 y que se concretó ahora, con 400 mil vecinos que ya tienen agua potable y cloacas. Fíjese que hay políticas fundamentales como consumo interno, la creación de puestos de trabajo, o cuidar los sectores productivos, que son la esencia del peronismo. Pertenecen a esas grandes épocas de industrialización. Gobernar es crear trabajo, decía el general Perón. Y hoy se han creado más de cinco millones de puestos de trabajo.

—Eso es verdad. Pero ¿a qué atribuye usted que a Perón se lo nombre tan poco? Y a Evita, casi nada.
—Por más que se los nombre o no, a Perón y Evita se los tiene en cuenta en el momento de tomar decisiones. ¿Qué me dice de la participación de la mujer en los distintos roles y espacios en la política argentina? Ocupan los más encumbrados puestos en la Magistratura, por ejemplo.

—Eso pasa en el mundo entero, gobernador.
—Cuando uno observa lo que planteaba Perón: la integración latinoamericana, su preocupación por el medio ambiente... Son todas cuestiones que están en agenda. El peronismo siempre tuvo un espíritu frentista. El pilar era el peronismo y luego, se sumaban otros sectores. Y más allá de todas estas cuestiones partidarias, ideológicas, yo creo que acá lo importante es solucionarle la vida cotidiana a la gente. Es en ese punto que tengo puesta la mirada. Y les digo a mis colaboradores que sean buscadores permanentes de soluciones.

—¿Usted cree que se podrían adelantar las legislativas?
—Es una especulación, pero no me consta nada de eso. Nada de eso me consta. Son cosas que se dicen. Tambien esto forma parte de la experiencia: no puedo estar contestando una agenda de teorías y suposiciones. La verdad es que no hay tiempo de estar ocupado en esto. Sería una irresponsabilidad. Son cuestiones que deben discutirse en un ámbito institucional. Eventualmente no veo ninguna cuestión por la cual se pueda estar pensando en esto Veo a la Presidenta totalmente abocada a temas como la inauguración de ayer (Kraft). Abriendo emprendimientos productivos. Ampliando los créditos del Bicentenario. Encabezando ella misma la misión comercial a Angola. Entiendo la ansiedad que puede haber por la cuestión política.

—Volviendo al tema peronismo-kirchnerismo, ¿qué piensa de La Juan Domingo, integrada por legisladores que pertenecen al sciolismo?
—Hay distintas expresiones políticas que adhieren a este proyecto, este rumbo del país. Están las tradicionales del peronismo, los movimientos sociales, otros partidos políticos… qué sé yo... La democracia es la intensidad. Bueno, ahora que vivimos una democracia intensa y hay distintas agrupaciones, distintas expresiones políticas. Ellos han sido muy claros (cuando salieron a decir que respaldan a la Presidenta y me respaldan a mí a nivel provincial) porque son coherentes con lo que la gente ha expresado a través de la voluntad popular en la última elección. La gente quiere que sigamos adelante trabajando juntos, tirando juntos. Complementándonos. Y nada más.

—Usted iría al festejo del 25 de Mayo de La Juan Domingo?
—No hay ninguna cosa prevista desde ya.

—¿No?
—No. Y algo más: hoy le dije a mi jefe de Gabinete que hagamos este 25 de Mayo algo acá, con chicos de los colegios… algo con un fuerte sentimiento patriótico, y que vengan todos los que tengan ganas de venir. Más que para actos, éste es un momento para poner todo el esfuerzo en estar muy atentos a este escenario económico-social que exige que pongamos todo el esfuerzo allí o en los distintos temas de agenda, como combatir la inseguridad. Cosas de las que me tengo que ocupar todos los días.

—Con esta nueva ola de secuestros el tema seguridad es una prioridad en la provincia de Buenos Aires, pero parece no haber afectado su porcentaje de adhesión por parte de la gente.
—Desde el primer día reconocí que era el problema más serio, y la gente quiere que se le hable con sinceridad. Es un tema que no se soluciona de un día para el otro. No hay soluciones milagrosas. Es un trabajo arduo, intenso. El delito va agarrando distintas formas. Va rotando la modalidad. A veces es una salidera bancaria. A veces se da en forma de secuestro exprés. Estamos muy atentos combatiendo las raíces profundas de estos problemas de inseguridad que muchas veces tienen que ver con la droga y con otras cuestiones. Son organizaciones que estamos combatiendo, intensificando la prevención, y yo ante esto entiendo y comprendo la preocupación de la gente. Y la gente ve y sabe… Yo este tema lo he expuesto con toda claridad durante los debates electorales y la gente nos ha dado un respaldo muy importante en el trabajo que estamos haciendo.

—Usted habrá observado que los espadachines del kirchnerismo insisten mucho y lo acusan de no cambiar al titular de la Seguridad en su provincia.
La fisonomía del gobiernador se endurece.
—Yo soy responsable de las distintas personas que pongo al frente de los ministerios para que lleven adelante sus programas en sus áreas. Soy muy abierto para trabajar. Cualquier iniciativa superadora de lo que estamos haciendo o cualquier cosa que tengamos que corregir o que ponga en juego la vida de la gente no puede ser motivo de especulaciones políticas sino que, lo que yo busco, conociendo el problema y asumiendo mi máxima responsabilidad, es que la gente participe y llame al 911. Los intendentes están haciendo su esfuerzo. Las fuerzas federales también. Los legisladores me han venido acompañando con distintas leyes. Por eso invertimos tanto en educación y promovemos el deporte. Por eso la cultura. Por eso mejoramos el espacio público. El programa de luminarias; de inclusión laboral. Creo que el trabajo es la mejor terapia para muchas cuestiones. Por eso, para que haya más trabajo tiene que haber más inversión y más capacitación. Por eso las escuelas técnicas. Allí es donde estamos poniendo todo nuestro esfuerzo. Particularmente en esos jóvenes que, por una razón u otra, han tenido frustraciones y debemos acercarles estas posibilidades. Estas son las cosas que me preocupan y de las que me ocupo todos los días. Y esto la gente lo ve. No me gusta poner excusas. Ser quejoso. “Ay, no me alcanza y por eso no puedo hacer esto o aquello”. Yo me hago cargo y le pongo el pecho a las cosas. La gente me ve pelear por sus derechos y sabe que soy previsible y confiable. A gran parte le debe gustar lo que hago y por eso la gente me ha seguido votando y yo lo agradezco. Sepan que, como siempre, voy a poner lo mejor de mí para honrar esta confianza. A esta altura de mi vida, tener tantas responsabilidades como las que vengo teniendo y con tantas cosas que me han pasado en la vida es natural que uno busque el bien, lo mejor para la provincia (lo que en este caso es mi responsabilidad). Esta es una provincia realmente apasionante, grande, de una enorme diversidad y donde algunos sólo ven problemas yo veo oportunidades y siempre trato de ir descomprimiendo las situaciones de conflicto que se pueden generar. Y en esto les pido a todos que me ayuden a hacer un buen trabajo. Eso es lo que, con toda humildad, pido siempre. Yo creo en esto.

—Lo último, gobernador: ¿usted creía que se iba a armar tanto revuelo con su frase sobre 2015?
—Estas especulaciones con respecto a si yo con la Presidenta iba a generar algún tipo de enfrentamiento... Yo no soy un problema. Problemas son los que estamos enfrentando todos los días. Soy siempre el mismo: con más experiencia, las mismas ideas, la misma impronta, con cada vez más responsabilidades. Durante diez años de carrera política la gente me ha visto trabajar. Luego, he hecho referencia a aspiraciones que son lo que muchas veces algunos, por ahí, también sienten pero no se animan a decir. Bueno, yo lo he expresado y a partir de allí me puse a expresar, por un lado, mi compromiso profundo y actual con la gestión. Un deseo, una voluntad y, a la vez, planteando con toda claridad -en el marco de ese respeto, de ese afecto y de esa gratitud que yo tengo con la Presidenta- que si se da un escenario adecuado allí voy a estar, como siempre, ¿no? Porque cuando, en distintos órdenes de la vida, alcancé un logro, siempre fue a partir del esfuerzo, la preparación y no buscando jamás que al otro le vaya mal si a mí me puede ir bien. No. Que otro se quede a mitad de camino para ir yo, jamás. No soy ni mezquino, ni egoísta. Por mi concepción del deporte sé trabajar en equipo y soy una persona a la que, en ese sentido, no le gusta de ninguna manera encarar algo si no tengo la confianza. Por ejemplo, yo no me hubiera sometido nuevamente a esta elección que pasó si no estuviera seguro de poder hacer aun más de lo realizado hasta ahora en mi primer mandato. ¿Se da cuenta? Yo veo que hay momentos en los que uno tiene que tener una visión clara para despejar también algunas especulaciones que podrían llegar a poner en duda mi lealtad. Yo me he tomado el trabajo de observar que los que más ponen en duda y cuestionan una trayectoria, son los que más han andado de un lado para el otro. Entonces, yo me digo: tranquilo. Conmigo pueden estar tranquilos. Yo no soy el problema. Los problemas están en otros lados. ¿Se acuerda de los WikiLeaks? ¿Qué se comprobó? Que lo que yo decía en público también lo decía en privado. Entonces, sin hipocresías. El futuro está en manos de Dios, de la gente y de las circunstancias.

© Escrito por Magdalena Ruiz Güiñazu y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 19 de Mayo de 2012.


Van por Scioli…De Alguna Manera...

Van por Scioli…

¿Con pito y cadena...? Daniel Scioli. Dibujo: Pablo Temes.

Cristinismo feroz. Asfixia política y económica. Ahora buscan abrirle un frente judicial: ¿lo quieren preso?

Cuánto falta para que el cristinismo denuncie ante la Justicia a Daniel Scioli? ¿En qué momento la Presidenta ordenará dar la batalla final para que el gobernador recorra los tribunales hasta ser procesado por un juez con camiseta partidaria? ¿Cuál es la hora señalada para que algún miembro de la agrupación La Verbitsky, o su comandante en jefe, publique el “carpetazo” acusador de los servicios de inteligencia?

Esta guerra arrancó mucho antes y a mayor velocidad que la prevista. ¿Qué pasó? Cristina se está quedando sin proyectiles. Y los misiles que dispara para sobreactuar la gesta de Malvinas o expropiar la YPF que antes ayudó a privatizar tienen un impacto fugaz. La imagen positiva de CFK que cae al mismo ritmo que se desacelera la economía los puso en alerta. El colmo fue comprobar, amargamente, que Scioli no sufre el mismo deterioro.

Encima, en estas horas hubo tres opiniones contundentes contra la re-reelección: Hermes Binner, Ricardo Lorenzetti y hasta Eugenio Zaffaroni, que llegó a decir que el pueblo se cansa de los personajes y que “reelección” es mala palabra para los argentinos. Funciona esta ecuación: menos posibilidades de reelección, más se fortalece el operativo contra Scioli, que aparece como el único que tiene igual o mayor intención de voto que Cristina. Por eso abrieron las compuertas de los ataques.

Primero le vaciaron de poder la Legislatura y designaron como capo al camporista José Ottavis. Colocaron a Gabriel Mariotto para que le respire en la nuca y encabece la desestabilización con pedidos de informes que ni los opositores se atrevieron. Golpearon sobre Ricardo Casal, al que acusan de ser un empleado de la maldita policía. Se turnaron para fustigarlo Sergio Berni, Nilda Garré y Martín Sabbatella, entre otros. Los textos domingueros de Verbitsky intentan voltear al ministro más protegido por Scioli y, por ahora, no lo logran. Casal y Berni llegaron a empujarse frente a la TV como si fueran a cabecer un córner para ver quién anunciaba un operativo antidroga exitoso.

Ahora van por todo, tal como mandó la Presidenta. Dispararon en la línea de flotación mediática del ex motonauta. Sacaron de la cancha audiovisual a Daniel Hadad y después anunciaron en forma obscena por boca de Aníbal Fernández que el gobernador debía rendir cuentas de su lealtad a Cristina porque les pone publicidad a los medios que “ hablan bien de Scioli y nos critican y nos putean a nosotros”. Sincericidio quilmeño. No entienden cómo es que Scioli mantiene tan alta su imagen. Sospechan que es gracias a la energía positiva que les chupa a sus artistas amigos como los Pimpinela, Susana Giménez, Mirtha y Ricardo Montaner, entre otros. Quieren dinamitar esos recitales o encuentros para la tele.

Ahora iniciaron la etapa de la asfixia económica. Cerrarle el grifo de los fondos y que se las arregle como pueda con los intendentes. Quieren ver cómo hace para que no se le incendie la provincia aunque no ignoran el riesgo de que el viento empuje las llamas más cerca de la Plaza de Mayo que de La Plata. Ottavis, que pasó del llano a la vicepresidencia de Diputados, fracasó a la hora de sacar la ley de reforma tributaria. Apareció inexperto y creyó que agrediendo a los radicales y a los socialistas iba a convencerlos de que dieran quórum. Fiel al estilo K, quiso conseguir por violación lo que sólo se puede conseguir por seducción. Guapo para perder, dijo que la UCR “traicionó una vez más su tradición popular”. Jugó fuerte el vecino de Nordelta. Pero perdió los dos primeros partidos por goleada. Hay que decir que Mariotto no lo ayudó demasiado con las graves denuncias de corrupción que hizo. Sugirió que hasta su llegada al Parlamento provincial las leyes salían porque circulaban valijas por debajo de la mesa. Fue suficiente para que los opositores no quisieran aprobar nada a libro cerrado. Y para que la esposa de Carlos Kunkel, la jefa del bloque de senadores, Cristina Fioramonti, quedara en falsa escuadra. Ella hace cuatro años que ocupa esas bancas. O no se enteró de que había valijas voladoras, y por lo tanto falló en el control de la transparencia o fue parte de esa transa.

A la luz de lo que pasó con Esteban Righi, Daniel Rafecas y cada vez más con Scioli, parece que es más peligroso ser un aliado racional de CFK que un claro adversario. Se castiga más a los moderados que a los enemigos. Eso disciplina, pero también genera resentimiento.

El último manotazo lo dio Hernán Lorenzino, quien formalmente figura como ministro de Economía. Empujó a Scioli para que sacara el impuestazo por decreto y pagara él solito el costo de pelearse con los productores rurales a la vera de las rutas. Para que tuviera su propia Resolución 125. Rápidamente salieron a informarle que eso era imposible e ilegal. Scioli es prudente pero no come vidrio. La Presidenta también necesita los casi 3 mil millones que podrían recaudar por la vía del Impuesto a los Bienes Personales.

Se fueron cumpliendo todos los pasos del plan sistemático para sacar de la cancha a Scioli. Hasta ahora no tuvieron éxito. Faltan dos etapas más que profundizan el embate. La primera es utilizar los servicios prestados por Héctor Icazuriaga y armar una causa que lleve a Scioli a un procesamiento como el de Macri. Los expedientes que se preparan son variados: la basura, la Bonaerense, Boldt y el juego, los espectáculos masivos que organiza, la acusación por la protección que le brindan los grandes medios, y no descartan algún tema personal. Los sabuesos no descansan. Espían y escuchan a Scioli como nunca.

La gran pregunta que estremece a los argentinos con memoria es qué harán si nada de esto funciona. En los 70 apelaban a la justicia revolucionaria, a los fierros y a la violencia. Nadie cree ni quiere que la tragedia se repita ni como comedia. Ni que el infantilismo irresponsable se imponga. Pero a veces les hacen olfatear tanta sangre a los tiburones que los muchachos van y muerden desesperados. De última, es una tarea militante. Lo hacen por la patria. Y por Ella.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 19 de Mayo de 2012.



¿Quién es peronista?... De Alguna Manera...

¿Quién es peronista?...


Hay pocas cosas tan peronistas como discutir quién es peronista. La semana pasada se publicó aquí un cálculo aproximado sobre la incidencia electoral de los distritos cuyos jefes participaron en el lanzamiento de la agrupación Juan Domingo, concebida como réplica disciplinaria de La Cámpora, y la de aquellos que en compañía del vicegobernador Gabriel Mariotto fueron recibidos por Cristina en Olivos, sin participación de ningún integrante del gobierno provincial, pese al pedido de asistencia que formuló el jefe de gabinete, Alberto Pérez. 

Hoy se ajustan los datos, según las cifras oficiales de la Justicia electoral: en Los Toldos estuvieron los intendentes de partidos que sumados reúnen a 217 mil electores y en Olivos los que gobiernan sobre más de dos millones. Nueve a uno, una catástrofe para Scioli, quien esta semana avanzó un paso en su ilusión de establecer un eje con el secretario general de la CGT, cuando su hijo y diputado nacional, Facundo Moyano, dijo que adhería al proyecto del gobernador. Pero la experiencia histórica, desde Cipriano Reyes hasta Augusto Vandor y Saúl Ubaldini, muestra que es tan difícil transmutar la organización sindical en poder electoral como el plomo en oro. Para colmo, Hugo Moyano aspira al mismo cargo que Scioli, como dejó en claro desde el discurso en River. En el triángulo entre Scioli, Moyano y Cristina también juegan los intendentes.

La comparación entre municipios que privatizaron la recolección de residuos según un modelo anacrónico, oneroso y dañino para el ambiente, que se lleva hasta el 40 por ciento de sus presupuestos, y aquellos que la realizan con medios propios (como Berazategui, José C. Paz y Córdoba desde la gestión del primer intendente Mestre) no deja lugar a dudas: bajan los costos y el empleo municipal deja de ser un seguro contra la desocupación para transformarse en una fuerza productiva. Además, organismos nacionales como el INTI y el Conicet han avanzado en un prototipo de usina de reciclaje, de presupuesto moderado y capaz de convertir los residuos en energía.

Desde el gobierno de una provincia quebrada, que depende del endeudamiento y de las transferencias del gobierno nacional es inimaginable que el proyecto de Scioli pueda concretarse contrariando la voluntad presidencial, ya sea que Cristina aspire a ser reelecta o a señalar un sucesor que preserve las líneas centrales de su gestión reparadora de la destrucción neoliberal y de expansión de derechos. Que este Delfín no puede ser Scioli volvió a evidenciarse en la discusión sobre la reforma impositiva. El aporte del impuesto inmobiliario rural a los ingresos provinciales en la privilegiada zona núcleo de la pampa húmeda no pasa del 2 por ciento. Las alícuotas son bajas, la valuación fiscal sobre la que se calcula es ridícula en relación con el precio de mercado de las tierras, el último revalúo data de 1955 y el gravamen se aplica sobre cada partida y no sobre el propietario, con lo cual ignora los fenómenos de concentración y carece de toda progresividad.

Hasta ahora se delinearon tres posiciones, que volverán a cotejarse mañana: la del resucitado Grupo Ahhh... donde radicales, progresistas, libertadores y duhaldistas de todo pelaje volvieron a alinearse con las cámaras patronales agropecuarias como en 2008; la del gobierno nacional que se negó a cualquier conciliación con los activistas que detrás del presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, y del dirigente de los estibadores rurales Gerónimo Venegas, forzaron las puertas de la Legislatura; y la de Scioli, que impulsó la ley porque la necesita para pagar los sueldos y mantener la provincia en calma pero no se decide a ejercer las facultades que la ley impositiva ya le confirió para decretar el revalúo con su sola firma.

El aporte del inmobiliario rural a la provincia no pasaría de 300 millones de pesos al año, ya que la base de cálculo seguiría muy lejos del valor venal y además se incluyeron escalas que disminuirán la presión para los pequeños productores. En cambio sería unas siete veces mayor el incremento de recaudación por los impuestos sobre bienes personales. Es obvio que esto importa al Estado Federal, pero la provincia no puede de-sentenderse, ya que depende de las transfusiones que recibe de la Nación. Se verá si el campeón de Villa La Ñata atina a gambetear sobre esta estrecha baldosa.

Las costillas de Scioli

Partido
Padrón electoral
Saavedra
17.428
Colón
19.219
Trenque Lauquen
34.327
Benito Juárez
16.333
Guaminí
9.147
Capitán Sarmiento
11.105
Tres Lomas
6.110
Exaltación
21.062
Baradero
25.206
Lavalle
2.964
Roque Pérez
9.276
Salto
25.290
Pinamar
20.192
TOTAL
217.659
Fuente: Junta Electoral PBA.

Los visitantes de Olivos

Partido
Padrón electoral
General Rodríguez
55.027
General San Martín
318.462
José C. Paz
178.312
Navarro
12.707
Arrecifes
22.513
Avellaneda
277.271
Berazategui
223.347
Cañuelas
35.082
Lanús
376.987
Presidente Perón
49.253
Chacabuco
38.596
Chivilcoy
51.898
Pehuajó
31.541
Balcarce
36.401
Partido de la Costa
54.948
Bahía Blanca
231.485
Monte Hermoso
5.983
Azul
51.936
Tapalqué
7.578
TOTAL
2.059.327
Fuente: Junta Electoral PBA.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 20 de Mayo de 2012.


Luz y sombra...


Scioli entre Cristina, Biolcati, Moyano y los Intendentes.

La resistencia oligárquica, trasfondo de la controversia entre Nación y Provincia. Un gobierno blando con los poderosos y cruel con los débiles. Una delegación oficial llevó documentos, salud y planes a las cárceles visitadas por Mariotto. Pero los prisioneros siguen siendo rehenes del mecanismo perverso de prebendas y castigos implantado por un Servicio Penitenciario que conduce al ministerio de Seguridad. La villa como cárcel sin muros, el dilema entre Estado Penal o Estado Social.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 20 de Mayo de 2012.