Creérsela…
Macri como Napoleón. Los peligrosos riesgos del éxito. Facundo Iglesias
Macri, quien
logró desplazar a Massa del ballottage, puede correr el riesgo de creérsela.
En 1806, Hegel se asoma al balcón de su casa en Alemania
y ve pasar triunfante a Napoleón en su caballo al frente de su ejército. El
filósofo luego escribe: “He visto pasar el espíritu del mundo sentado en un
caballo”. Desde una perspectiva metafísica, Napoleón no era una persona, sino
un instrumento de la historia. La historia hacía a Napoleón y no Napoleón la
historia.
Con una perspectiva más humanística, Lacan utilizaba el
viejo chiste del loco que se cree Napoleón para decir que también Napoleón
habría estado loco si se hubiera creído que era Napoleón: “El hacía de
Napoleón”. Nuevamente, Napoleón para el mundo (no para su mujer, Josefina, o su
madre, María Letizia) no era una persona, era un personaje, un significante,
alguien que encarnaba las necesidades de su tiempo, un producto de su época.
Y esta enseñanza tiene un especial valor para Macri,
quien después de haber logrado desplazar a Massa del ballottage y encolumnar
tras su candidatura a la UCR, el más tradicional y respetado partido del país,
puede correr el riesgo de creérsela. Creer que es él quien produjo esta
corriente que amalgama diferentes intereses tras una esperanza y no percibir
que es simplemente (lo que tampoco es poca cosa) el opositor más plausible para
todos aquellos que desean escapar del kirchnerismo, como en 2013 fue Massa y en
2009 fue De Narváez.
Es cierto que en los casos anteriores, De Narváez y Massa
fueron llevados por la sociedad al pináculo del triunfo frente al kirchnerismo
pero siempre en un puesto legislativo, para luego ir homeopáticamente
haciéndoles perder centralidad. En el caso de Macri, se tratará de la
presidencia del país, lo que garantiza una estelaridad más perenne, ventaja que
en menor medida ya se comprueba en Scioli como gobernador de la Provincia y el
propio Macri como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Los K acusan al PRO de menemismo siglo XXI pero la izquierda, de
kirchnerismo de derecha.
Pero casualmente, por la mayor longevidad de su puesto,
puede ser aún más peligroso para Macri creérsela de lo que fue para De Narváez
y después para Massa.
En su origen mitológico, Hubris era eso, la maldición de
los dioses a los humanos tan exitosos que pretendían competirles, a quienes
enfermaban haciéndoles creer que era dioses y morían de éxito por ambicionar
siempre más hasta llegar al imposible.
Probablemente el desafío que le realiza Gabriela
Michetti, no aceptando el papel que Macri tenía para ella y saliendo a disputar
el puesto que Macri tenía destinado a otra de sus espadas, le resulte
terapéutico en esta etapa donde todavía le entran las balas a su ego.
De lo que Macri debe cuidarse es de convertirse en un
kirchnerismo de derecha, en un facticismo donde desde Cristóbal López y Moyano,
pasando por todos los poderes fácticos, terminen siendo instrumentos de sus
estrategias, y creyendo que él mismo es un gran titiritero, termine enredado en
la telaraña del cinismo.
Un ejemplo en ese sentido son las cifras de la inversión
en publicidad oficial del gobierno de la Ciudad durante el último semestre, que
difundió esta semana el diario La Nación, en las que se perciben
arbitrariedades, desproporciones y manejos discrecionales de los fondos
públicos que, aunque de distinto grado, son comparables con lo que hace el
kirchnerismo con su publicidad oficial.
Esa forma militar o deportiva de ver la competencia
política: se gana o se pierde, tan típicamente kirchnerista, puede terminar
haciendo que el macrismo confunda a Gabriela Michetti con una adversaria,
cuando podría resultarle una gran aliada, o creyendo que Massa es su principal
competidor cuando comienza a verse que intenciones de votos que va perdiendo el
Frente Renovador, en lugar de ir para el PRO-UCR, van para el Frente para la
Victoria, si Scioli continúa siendo el candidato.
Maniqueísmo PRO: no todos los votos que pierde Massa van a Macri, parte va
a Scioli.
Muchas paranoias tienen un origen narcisista: las cosas
“se las hacen” a la persona paranoica cuando en realidad fueron hechas por el
propio interés de los actores y no para perjudicar a quien percibe que fueron
en su contra. Quien cree que todo es por él inevitablemente tiende a
desarrollar algún sesgo paranoico.
Desde el kirchnerismo se pretende estigmatizar a Macri
diciendo que se trata de un “menemismo del siglo XXI”, pero el PRO debería
preocuparse también, y hasta más, por la crítica que le hace la izquierda de
ser un “kirchnerismo de derecha”. La combinación
menemismo y kirchnerismo es de terror.
Los servicios
El secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, enojado porque la revista Noticias denunció la lista de militantes kirchneristas en la SI, acusó a Perfil de estar vinculada con Stiuso: “Ellos quieren volver a ser el brazo mediático de la SIDE de Jaime Stiuso, que mentía, extorsionaba, el espía más temido”.
Coincidimos con Parrilli en que la SIDE, y Stiuso en
particular, “mentía y extorsionaba” pero las víctimas de sus operaciones fuimos
nosotros, que desde el comienzo del kirchnerismo, y antes con la misma SIDE y
el mismo Stiuso pero con Menem, fuimos difamados y hostigados de todas las
formas posibles. Fueron las publicaciones de Perfil las que más sostenidamente
criticaron a Stiuso y a la SIDE. La inversión de los hechos (de ser víctima de
la dictadura a pasar a ser acusado de colaboracionista) es un hábito
kirchnerista. Para que Parrilli se entere de cuál es la relación de Perfil con
Stiuso y la SIDE, le recomendamos leer la contratapa del 15/2 de este diario titulada “Socios”.
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© Escrito por Jorge
Fontevecchia el domingo 22/03/2015 y publicado por el Diario Perfil de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.