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domingo, 9 de mayo de 2021

Crítica de Emilio Pérsico a los anuncios sociales del gobierno…

Sorpresiva crítica de Pérsico a los anuncios sociales del gobierno…

Emilio Pérsico planteó sus cuestionamientos a los anuncios sociales del presidente Alberto Fernández. Fotografía: Mauro Alfieri. Diario La Nación. 

El líder del Movimiento Evita y secretario de Economía Social advirtió que la ampliación de la Tarjeta Alimentar es “pan para hoy y hambre para mañana”  

© Publicado el sábado 08/05/2021 por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

La ampliación de los recursos destinados a la Tarjeta Alimentar, anunciada por el presidente Alberto Fernández antes de partir de gira a Europa, recibió hoy un sorpresivo cuestionamiento desde el propio gobierno. El líder del Movimiento Evita y secretario de Economía Social, Emilio Pérsico, advirtió que la medida “no resuelve de la inflación” y dijo que, en lugar de ayudar a las familias vulnerables, se les está dando “pan para hoy y hambre para mañana” 

“Eso no es inclusión social; la única inclusión social es el trabajo. Tampoco resuelve el problema de la inflación (…) Esa tarjeta es pan para hoy y hambre para mañana”, remarcó Pérsico en un mensaje a las organizaciones sociales, tanto oficialistas como opositoras, que según pudo saber La Nación, fue distribuido entre los militantes a través de las redes sociales. 

Pérsico, que tiene despacho en el Ministerio de Desarrollo Social, expresó de ese modo el descontento de los movimientos sociales con los anuncios que hicieron ayer el presidente Fernández y el ministro del área, Daniel Arroyo, en la Casa Rosada. El argumento del jefe piquetero es que con los fondos destinados a la Tarjeta Alimentar, unos 250.000 millones de pesos, se podría financiar planes de construcción de viviendas que den trabajo a “trabajadores de la economía popular”. 

En su mensaje de tono crítico con el gobierno que él mismo integra, Pérsico puso la idea en números: “Esto es para 10 millones de compañeros; cuatro millones que trabajan y seis millones demandantes de empleo”, estimó. 

“Insisto: el gasto en la ayuda directa nos incluye como consumidores. La Tarjeta Alimentar nos incluye como consumidores, pero eso o es inclusión social. La única inflación social es el trabajo”, enfatizó Pérsico y agregó: “Como decía (Juan Domingo) Perón, la plata tiene que dar tres y cuatro vueltitas en la sociedad, pasar por las manos de tres o cuatro compañeros, para lograr un desarrollo armónico. Necesitamos una política fuerte de trabajo, ese es el objetivo central de las organizaciones”. 

El presidente Fernández y el ministro Arroyo anunciaron el viernes la ampliación del universo beneficiado por la Tarjeta Alimentar, que llevó la edad máxima de 6 a 14 años; aumentó a $12.000 mensuales el monto para los hogares con 3 o más hijos; y extendió el beneficio a madres con 7 hijos o más que actualmente reciben una pensión no contributiva. De esa forma, las personas alcanzadas por el plan pasaron de 1.9 millones a 4 millones. 

Pero este sábado las organizaciones sociales estuvieron lejos de festejar las medidas surgidas en la denominada Mesa contra el Hambre que armó el presidente Fernández ni bien empezó su gestión, en diciembre de 2019. “La política sigue sin vernos, nos escucha pero no nos ve. Tenemos que hacerle comprender a la política: señores, hoy el problema central sigue siendo el del trabajo”, advirtió Pérsico. 

“Necesitamos una política fuerte de trabajo, ese es el objetivo central de las organizaciones. No tenemos que desesperarnos, pero tenemos que seguir alzando nuestra voz cada día más fuerte en función del trabajo. Están los recursos para hacerlo; alcanzaría la plata de la Tarjeta Alimentar”, concluyó Pérsico su mensaje a las organizaciones sociales. 



 

 

domingo, 20 de noviembre de 2016

Luces Amarillas... @dealgunamanera...

Luces amarillas…

Don´t be stupid... Bill Clinton. Dibujo: Pablo Temes.

La economía no repunta y la marcha al Congreso sólo lo hizo más evidente.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 20/11/2016 y publicado por el  Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

"Es la economía, estúpido”, fue el eslogan usado como leitmotiv por Bill Clinton no sólo durante la campaña electoral sino también durante sus dos exitosas presidencias. Ese mismo eslogan tiene hoy una vigencia absoluta en nuestro país, y es el gran desafío que debe enfrentar la administración de Mauricio Macri. La realidad muestra que la economía no logra despegar, hecho que ya preocupa tanto a oficialistas como a opositores de todo el arco político. Los economistas –y no sólo los más críticos del rumbo actual– aseguran que, con algo de fortuna, podría tratarse de una cuestión de tiempo, pero resaltan que cuando hay personas de por medio “el tiempo también es un bien escaso”.

Un ex presidente del Banco Central insiste en que la palabra complicada sigue siendo “inversión”, no porque no vaya a haberlas sino por la lentitud que convierte el presente en un lapso agobiante. La consecuencia inevitable de esta circunstancia es el endeudamiento que, si bien hoy en día es a tasas de interés más bajas que en el último período kirchnerista (hoy se toma deuda al 6% o 7% y antes al 10%), igualmente repercute negativamente por el costo fiscal que debe soportar todo el andamiaje económico del país. Una de las opciones orientadas a “surfear la ola” es pensar en el estímulo financiero a aquellos sectores que no requieren gran demanda de energía, que es hoy el otro problema. Estos sectores son el campo y la obra pública.

Macri, en su calidad de ingeniero, es experto en obra pública; además le gusta, y a eso apunta”, sostiene un economista que lo conoce bien de su época de empresario. “Si a esto le sumamos el impulso del agro, se podrá retomar la senda del crecimiento sostenido, pero no antes de mediados del año entrante. En volumen, la cosecha 2016-2017 será un 20% mayor; habrá que ver a qué precio sale”, reflexiona la misma fuente. En esa línea, y “prendiéndole una vela a algún santo”, el año que viene se recuperarán los 120 mil empleos privados formales que se perdieron este año, el problema es que se deberían crear unos 200 mil puestos más por el crecimiento vegetativo de la población; esto es ni más ni menos que la nueva gente que llega a edad de entrar al mercado laboral, y esa creación de empleo es más difícil.

En este contexto hay que ubicar los dos hechos políticos más relevantes que ocurrieron en la semana: la sorpresiva media sanción por parte del Senado del proyecto de emergencia económica y social y el acto organizado por los movimientos sociales con el apoyo de la CGT frente al Congreso.

La intencionalidad política inmanente a la iniciativa propulsada por el Frente para la Victoria es evidente. Es paradójico que quienes gobernaron durante doce años aparezcan con una iniciativa de este tipo. El kirchnerismo es la raíz de un país con 12 millones de pobres, más allá de que el número se haya incrementado en lo que va de la actual administración. Impulsar este tipo de leyes, que tiene además un costo fiscal enorme, es un sinsentido, teniendo en cuenta que, en el presupuesto, 6 de cada 10 pesos están destinados a inversión social. Difícil que ese incremento sea soportado por las arcas públicas. Uno de los aspectos críticos del actual gobierno es el aumento del déficit fiscal. En el pensamiento de los sectores más duros del FpV anida la idea de generar expectativas de imposible cumplimiento con la intención de forzar el veto del Presidente y buscar posicionar a Cristina Fernández de Kirchner.

“Estamos en contra de leyes de este tipo porque no vamos al núcleo del problema, que es la falta de crecimiento económico. Llegamos a un año de gobierno y no hemos tomado ni una de las medidas que apunten a la reactivación de la economía. La ley de emergencia no es la solución, porque nadie toma un empleado si no tiene demanda, aunque se lo ofrezcan gratis”, afirma un notorio legislador del Frente Renovador. Otro –igualmente notorio– sostiene una postura distinta: “La ley de emergencia social no es una estrategia del FpV; también están Emilio Pérsico, del Movimiento Evita, que son cercanos a nosotros, y tomaron partido la CGT y la CTA. El FpV tiene muy poca cosa para anotarse en esto. Héctor Daer y Felipe Solá están inclinados a votarla. No es algo nuevo, viene surgiendo, y va a ir dejando de lado cierta dirigencia del kirchnerismo”. Como se ve , la situación dentro del FR es heterogénea. Por lo tanto, habrá allí debate interno, con cierta tendencia a apoyarla.

Protesta contundente.

El acto del viernes fue importante. La protesta social no necesita demasiadas explicaciones en cuanto a sus causas. Los 127 mil puestos de trabajo perdidos –como lo señala la cifra dada a conocer por el INDEC– es una contundente muestra de una crisis socioeconómica que se ha agravado en los primeros once meses del actual gobierno.

Los discursos y el escenario dejaron en claro algunas cosas significativas:
    • La falta de protagonismo del kirchnerismo.
    • La ausencia de dirigentes de la CTA entre los oradores.
    • Los “palos” al kirchnerismo.
    • La clara voluntad de la CGT de transformarse en la megaorganización que cobije a la estructuras sindicales (trabajadores formales) y a los movimientos (trabajadores informales y desocupados).  
Discursos que, sin ser incendiarios, le advirtieron al Gobierno que, si las cosas no mejoran, la conflictividad social irá en aumento y el paro general será inevitable. Por si hicieran falta más elementos para ilustrar las dificultades de la hora, están allí los índices de la actividad industrial, que exhiben caídas significativas en la mayoría de los rubros. En la reunión de empresarios nucleados en la Unión Industrial Argentina se habló de esta realidad con crudeza.  Se sabe que Macri ha comenzado a tomar debida nota de una verdad incontrastable: si esto no cambia, las elecciones del año que viene tendrán para el Gobierno un resultado cantado: la derrota.

Y eso representa un problema mayúsculo para su gestión y su proyecto. Por más foros económicos que se organicen, hasta que los emprendedores externos –de los que tanta necesidad tiene el país– no vean consolidado el alejamiento del populismo de las aguas de la política vernácula, nadie invertirá nada aquí. El corto plazo, pues, urge porque, como bien lo dijo John Maynard Keynes, “a largo plazo estaremos todos muertos”.

Producción periodística: Santiago Serra.

  

domingo, 17 de julio de 2016

La política social del Gobierno... @dealgunamanera...

La relación entre Emilio Pérsico y Carolina Stanley...


El fundador de Quebracho y la ministra "aristocrática": un vínculo inesperado.

© Escrito por Santiago Fioriti el domingo 17/07/2016 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

–Pensé que me iba a encontrar con una concheta– dijo él.

¿Sí? Y yo pensé que vos eras un fundamentalista– dijo ella.

En el piso 14 del Ministerio de Desarrollo Social la charla arrancaba por un costado más bien prejuicioso, pero eso sólo duraría unos segundos. Era el primer diálogo a solas después de tres encuentros más grandes y que incluyó un asado.

Pero para entender el inicio de un vínculo inesperado, hay que hacer historia.

Emilio Pérsico siempre fue menos reconocido por su nombre que por su larga barba, espesa y bicolor como los bigotes de Charly García. Tres matrimonios, diez hijos, católico, misterioso y desconfiado, amigo de Papa Francisco y piquetero favorito en el mundo K, el líder del Movimiento Evita llegó a admirar tanto la figura de Kirchner que a su último varón lo llamó Néstor en homenaje. Milita desde los 14 años, tiene 67: debutó en la UES de La Plata como paso previo a la Juventud Peronista y más tarde se acopló a Montoneros. Estuvo exiliado en Suiza y España y regresó a la militancia activa en los noventa, cuando se erigió en uno de los fundadores de Quebracho, una agrupación violenta que cortaba calles, incendiaba locales y escrachaba embajadas. Alguna vez, ya alejado de Quebracho, le preguntaron si no se arrepentía de haber arrojado bombas molotov.

Para nada: “¿Quién no lo ha hecho en algún momento en Argentina?”.

Se refería principalmente a los años setenta, cuando la revolución parecía posible. Con ese mundo soñaba Pérsico cuando Guillermo “Willy” Stanley, un histórico del Citibank –que hoy comanda un poderoso fondo de inversión que maneja empresas como Havanna– llevaba al Saint Catherine School a Carolina Stanley, la actual ministra de Desarrollo Social de Mauricio Macri. Intima de María Eugenia Vidal, habituada desde chica a descansar en Punta del Este, 41 años, madre de dos hijos y esposa del ministro bonaerense Federico Salvai, Stanley es la carta de Mauricio Macri para ablandar a los referentes sociales más duros. La acusan de no conocer el Conurbano. Con Pérsico, sin embargo, parece que algún éxito tuvo.

El diálogo cara a cara entre la hija del banquero y el piquetero sorprende a propios y extraños después de una vida con mundos cruzados. A Pérsico, según contó él a varios integrantes del Movimiento Evita, le gustó que ella lo recibiera de jeans y sin maquillaje.

Esto es como la canción que canta Silvio Rodríguez –le dijo Pérsico a Stanley parafraseando “Ojos color sol”–: los banqueros de hoy construyen casas y regalan comida”. La alusión del piquetero a “Willy” Stanley era evidente, pero la ministra prefirió pasarla por alto. No le agradan las comparaciones: “Trabajé toda la vida en temas sociales”, suele afirmar.

Cuentan en los pasillos del edificio de Desarrollo Social que entre ellos hubo sintonía de entrada. “Yo no voy a dar de baja el plan Argentina Trabaja”, le anticipó Stanley apenas lo conoció. El piquetero le detalló cuáles eran sus inquietudes, dónde están las principales necesidades de los sectores vulnerables y qué situaciones no pueden esperar en el Conurbano profundo.

Cuentan también en el ministerio que la funcionaria mandó a ver si todas las situaciones que le había transmitido eran exactas y que no encontró alteraciones. Un dirigente que habla seguido con Pérsico revela esta historia: “Si él pide ladrillos para hacer hornos y al tiempo llega la gente del ministerio al lugar ve que están construidos. No solo eso: se encuentran con jóvenes que le están enseñando a hacer pan a los vecinos”. Cerca de Stanley aseguran que Pérsico “cree en la economía popular y lo respetamos. Vamos a poder trabajar bien juntos”. Pérsico lo ha explicado con términos menos edulcorados: “La burguesía nunca va a entender a los pobres porque camina sobre alfombras”.

La ministra y el piquetero han acordado algunas bases del trabajo: recorrer casa por casa las zonas más pobres y revelar el porcentaje de indigencia “real”; tratar las adicciones y mejorar la situación en fábricas recuperadas.

En sus confesiones a la ministra, Pérsico ha retratado: “A un pobre le das leche y comida y llegás al barrio y ves que la militancia construyó la mesa y las sillas para poder sentarse”. Stanley ha hecho lo suyo para mostrar sintonía: “Yo no reniego de las cooperativas. Es una palabra que hay que recuperar porque el kirchnerismo se la había apropiado”. Uno de los compromisos que tomó Stanley para el corto plazo fue enviar alimentos para 600 comedores bonaerenses. “Hay situaciones dramáticas”, asumen en el Gobierno.

La militancia de la agrupación que conducen Pérsico y Fernando “Chino” Navarro desprecia a Macri. “Se quiere comer a los pobres”, dicen. Para Pérsico esa discusión hay que darla, pero sin dejar de negociar. Es la diferencia con otros referentes kirchneristas. Luis D’Elía, con el que Pérsico caminaba a la par, lo ha acusado de perder “la dignidad”. Lo mismo piensa Martín Sabbatella. Se refieren, entre otras cosas, al acto que Pérsico compartió con Macri en la Confederación de Trabajadores de Economía Popular hace algunas semanas en Almirante Brown. Ese día se produjo la foto que ilustra esta página. Pero hubo otra más atractiva: la de Pérsico saludando a Macri. El Gobierno prefirió no difundirla: un gesto sutil para devolver gentilezas.



jueves, 8 de noviembre de 2012

El miedo a CFK... De Alguna Manera...


El miedo...


La mejor muestra de que a la presidenta nadie le tiene miedo, a excepción de sus funcionarios, es la manifestación que se armó a través de las redes sociales, única, inédita y que concentra la atención del mundo, en esta verdadera movilización virtual que se materializará en Argentina y otros países donde hay ciudadanos que piden lo que el oficialismo parece no querer entender: paz, entendimiento, seguridad, fin de la prepotencia, límite a la inflación, basta de despilfarro, castigo a la corrupción, basta de asalto a la Caja de los jubilados (ANSES) y fin del atropello a las libertades individuales y de libre expresión, entre otras cientos de cosas.

“Lo que el kirchnerismo no puede controlar lo vuelve loco”; esta premisa que alguien nos dijo hace mucho tiempo, cuando aún vivía Néstor, es muy visible en estos días. La autoconvocatoria popular que se ha manejado exitosamente a través de las nuevas tecnologías, es algo que superó ampliamente las expectativas del gobierno y esta movilización imparable, que comienza fronteras afuera de la Argentina, crispa los nervios de la presidenta y si ella está nerviosa, los estados altos, medios y bajos del gobierno, tiemblan.

Como forma de contrarrestar este verdadero aluvión de protestas, el kirchnerismo ha acudido a sus espadas tradicionales, léase: D`Elía, Aníbal Fernández, Pichetto, Recalde, Pérsico, Bonaffini, Abal Medina, el propio De Vido y operadores rentados que disparan dardos envenenados en forma indiscriminada, para buscar un enemigo claro y objetivo que no encuentran, cuestión que los exaspera, porque en esta oportunidad, hasta Clarín pasó a ser una entidad sin importancia, debido a la magnitud del emprendimiento de protesta y movilización que se acordó para hoy 8 de noviembre.

Ya no valen las descalificaciones ni los improperios, ni las amenazas fascistas de un gobierno loco y desajustado que no acierta a desarrollar una conducta de beneficios mutuos, sino de beneficios localizados. Con un ANSES casi agotado, por el ordeñe inconmensurable al que los han sometido, la imagen presidencial en su punto más bajo, una inflación del 25%, las empresas estatales desfinanciadas, como Aerolíneas Argentinas, que pierde 2 millones de dólares al día, YPF que no consigue inversores y produce el 51% menos que cuando era española, el fracaso energético, que con el corte de ayer quieren cargarlo a un boicot que solo está en ellos, el karma de Boudou, el ataque a la Corte Suprema de Justicia que mereció por primera vez, palabras de Lorenzetti quien dijo que “no se va a dejar presionar por nadie” y una guerra declarada contra Clarín que no tiene norte, el gobierno no posee basamentos sólidos para aguantar una protesta masiva donde sabe que están representados todos los sectores, incluyendo la mayoría de aquellos que la votaron en 2011, bajo los efectos del voto emotivo, bonus track que hoy la presidenta no tiene.

El debilitamiento político lo demuestra el propio gobierno, cuando sale a combatir la manifestación pública con argumentos gastados, tibios, previsibles como la actividad de la “derecha” (como si ellos fueran “la izquierda”), agitando el fantasma de la desestabilización y el golpe (justo el FPV que son los mayores desestabilizadores) y pensando que todos son malos menos ellos. Este argumento pasado de moda y que el propio kirchnerismo se encargó de destruir, no tiene ningún peso en la movilización que se prepara para hoy. La gente, cada vez más, ya no los escucha.

“El latiguillo del 54%” quedará reducido a un mero recuerdo del pasado. La historia del país puede comenzar a escribirse derecho sobre renglones torcidos, si el pueblo en su conjunto aplica las técnicas de sanación que tiene la democracia. Para ello hace falta decisión, conjunto y motivación. Todo está en la mesa y la gran paradoja es que no existe opositor que lo pueda capitalizar porque esto no tiene nada que ver con la oposición que es inexistente en la Argentina. El verdadero opositor está dentro del kirchnerismo, dentro del gobierno, en las vísceras del propio oficialismo que combate en todos los frentes con las mismas armas: la descalificación, el ataque grosero, la prepotencia, la arrogancia y la dialéctica chauvinista de la presidenta o el creer que es progresismo el despliegue de políticas prebendarias o hablar de la “oligarquía” desde los edificios de Puerto Madero y con fortunas obscenas, amarrocadas desde la propia familia Kirchner para abajo.

Todo esto tiene una bisagra en el 8N y nada tiene que ver con el 7D. El gobierno cree que asusta a alguien amenazando a Clarín con cortarle sus negocios. En todo caso es problema de Clarín, no de la gente. El verdadero problema del gobierno no es Clarín, es el pueblo y este día, seguramente, va a marcar fuertemente a la presidenta que más allá de los discursos cargados de enojo y ofensas, sabe muy en su interior que la gente se une hoy ante uno o varios temas comunes, organizados por la indetenible red de las nuevas tecnologías, mientras que el gobierno, para poder juntar 50 mil almas, debe gastar la plata que no tiene, rentar voluntades y acudir a la presión y el apriete. Esto, aunque no lo confiesen, es lo que más le duele; es decir, duele más la verdad oculta que la construida a través del relato único, que jamás podrán imponer en el país que ha despertado.

© Escrito por Rubén Lasagno y publicado por la Agencia OPI Santa Cruz el jueves 8 de Noviembre de 2012.




domingo, 6 de mayo de 2012

CKF... Último servicio… De Alguna Manera...

Ultimo servicio…
YPFCFK Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

Una frase presidencial heló la sangre de los cristinistas pollerudos. Por qué dice no a la re-re.

La Presidenta anunció que quería dar “sus últimos servicios a todos los argentinos” y a los cristinistas que se cuelgan de sus polleras se les heló la sangre. Hubo un murmullo en e l Salón de las Mujeres de la Casa Rosada. Varios lo interpretaron como la confirmación de que CFK no pretende forzar la reforma constitucional para intentar la re-reelección. El párrafo textual fue el siguiente: “Tenemos que hacer una empresa moderna, competitiva, profesionalizada, alineada con los intereses del país y también con los de la joven generación que la debe conducir, bajo la dirección política de alguien no tan joven como es esta Presidenta, pero que sinceramente quiere dar sus últimos servicios a todos los argentinos”.

Fue el gran comentario de los pasillos. Muchos habían olfateado un tufillo raro en las declaraciones de Hebe de Bonafini que fueron en el mismo sentido. El párrafo textual fue el siguiente: “No creo que tenga que seguir Cristina, aunque sí quiero que continúe este proyecto nacional y popular. Hay mucha gente piola en el kirchnerismo, muy interesante para que sea presidente de este país y que por ahí no la conocemos tanto y son fantásticas”.

Todavía falta mucho y no hay nada definido. La hora de la verdad será la medianoche de las elecciones legislativas de 2013. Contará los porotos y, con el nuevo escenario, la Presidenta tomará la decisión más importante de los próximos años. Seguramente aumentará la cantidad de diputados y senadores. Se renovará la elección de 2009 donde el kirchnerismo sacó el 29%. Así que todo lo que saque por encima de ese porcentaje se reflejará en el crecimiento de sus bloques. Es cierto que un comicio de medio tiempo produce una mayor atomización y si cada uno vota con su corazón y no hace uso del voto útil como en una presidencial, tal vez baje bastante del 54%. Pero si logra un nada fantasioso 40%, por ejemplo, tal vez consiga los dos tercios de los legisladores para declarar la necesidad de la reforma constitucional. Esa noche, Cristina tendrá la mesa de arena adelante y el balance de sumas y saldos. Ese momento además mostrará si hubo algún candidato que haya mostrado uñas de guitarrero para las ligas mayores. ¿Máximo o Alicia Kirchner? ¿Axel Kicillof? No sobran.

Son especulaciones que corresponde hacer después de lo que dijeron Cristina y Hebe, y después de comprobar que la Presidenta es, por lejos, el mejor cuadro político de estos tiempos. No hay en la oposición ningún dirigente de su talla y el único que podría acercársele por imagen positiva, intención de voto y experiencia de gobierno es Daniel Scioli.

Aquí es donde se dividen las aguas. Cristina hoy es la única persona que tiene prohibido presentarse nuevamente como candidata presidencial. La Constitución no se lo permite. Pero la historia de los Kirchner demuestra que nunca se detuvieron frente a esas minucias. Ya lo hicieron en Santa Cruz y lo pueden volver a hacer. Si se pudo se puede, diría Pino Solanas. Modificaron la Carta Magna al solo efecto de permitir la reelección de Néstor y desde entonces es una de las tres provincias argentinas donde un gobernante puede seguir en el poder indefinidamente.

Si la Presidenta decidiera abdicar y entregar el mando, se desataría la batalla por la sucesión. El esfuerzo físico y psicológico de ella ha sido muy grande. La viudez y la responsabilidad la llevaron al límite de sus posibilidades. Tal vez por eso sugiere que en el 2015 se vuelve a Calafate, su lugar en el mundo y la capital de la impunidad.

¿Se destruirá el Frente para la Victoria en ese caso? Es impensable que Scioli pueda representar ese espacio que, desde el acto de Vélez, ya no lo conforman la CGT, el PJ y un sector de los intendentes del Conurbano. La vanguardia que Cristina no quiere que se convierta en patrulla perdida (para utilizar sus palabras) son los muchachos de La Cámpora, el Movimiento Evita, el Frente Transversal y la Corriente que conducen Máximo y Andrés Larroque, Emilio Pérsico, Edgardo Depetri y Agustín Rossi. Ese es el primer círculo que se completa con algunos funcionarios como Carlos Zannini, Héctor Icazuriaga, Guillermo Moreno y Axel Kicillof.

El que más herido salió de este último embalaje fue Amado Boudou. Judicialmente está imputado pero será salvado con la misma metodología que la causa Skanska, tal como anticipó Juan Manuel Abal Medina. Pero políticamente fue herido de muerte. Ni sus propios compañeros le creen. Su última audacia fue presentar un escrito donde afirma insólitamente que fue víctima de una conspiración de Righi, Rafecas y los medios hegemónicos. La impecable e inconclusa investigación de Carlos Rívolo mostró que el vice está flojo de papeles por donde se lo mire y que el delito de negociaciones incompatibles con la función pública está casi probado. En respuesta, Boudou estuvo alardeando de lo que carece y sobreactuando con la fe de los conversos. Abrazo de gol con Ricardo Forster en Vélez, del brazo y por la calle con Bonafini casi día por medio y una despedida guevarista en el escenario de Foz de Iguazú, en un encuentro de dirigentes sindicales latinoamericanos: “Hasta la victoria siempre”. Pablo Miceli, el jefe de la CTA opositora, lo contó con vergüenza ajena. Solo le falta decir “Proletarios del mundo, uníos”. ¿La Mancha de Rolando sabrá los acordes de La Internacional?

Los tiempos se aceleran y el sciolismo está alistando la tropa a pesar de Scioli. El no aparece en los encuentros con todo el peronismo no kirchnerista que se mueve más de lo que se conoce. Su estado mayor encabezado por Alberto Pérez va a todos lados. Hugo Moyano y su gente; José Manuel de la Sota y los suyos, y un centenar de ex funcionarios emigrados o expulsados del kirchnerismo (Alberto Fernández, Alberto Iribarne y Julio Bárbaro encabezan la lista) se comunican regular y reservadamente para tratar de articular el post-cristinismo. Los favorece la bronca por el aumento del endeudamiento de provincias y municipios, la fuga de dólares, las irracionales trabas a la importación, la desaceleración del crecimiento y la recaudación, y la fuerte caída de la inversión. Pero nadie se apura a pegar el salto. Ninguno come vidrio y todos esperan que mueva Cristina.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 6 de Mayo de 2012.