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domingo, 4 de septiembre de 2022

Unidad y Pluralidad... @dealgunamaneraok

 Unidad y pluralidad…


Cristina Dibujo: Pablo Temes.

El poder ignora muchas veces, que estos dos conceptos no son contradictorios, sino que conviven en una verdadera democracia.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 03/09/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.


Se estuvo a nada de la tragedia. De haberse concretado, eso hubiese significado el asesinato de Cristina Fernández de Kirchner. El magnicidio –muerte violenta dada a persona muy importante por su cargo o poder– hubiera sumido a la Argentina en un escenario de violencia política de consecuencias impredecibles. Lo impredecible, en este caso, es sinónimo de lo malo. Lo malo abarca también la reacción del Gobierno.

El discurso del jueves a la noche tarde del Presidente fue eso: malo. Un discurso acordado con la vicepresidenta. Un discurso cargado de reproches hacia la oposición, hacia la Justicia y hacia los medios que no responden al oficialismo. En verdad, más que reproches, fue una verdadera adjudicación de responsabilidades acerca del hecho. Se diría que casi fue una acusación. Tan malo como eso fue el decretar el feriado del viernes y convocar a una movilización claramente partidaria. Todo esto no hizo más que ahondar las divisiones que atraviesan a nuestra sociedad, una grieta que, como tal, embrutece.

El uso político que está haciendo el oficialismo del repudiable atentado contra la vida de CFK se enmarca, además, dentro de la estrategia orientada a concretar dos objetivos: consolidar el liderazgo de la ex presidenta en funciones dentro del peronismo y desplazar del eje de la agenda política las consecuencias adversas del brutal ajuste económico que está afectando principalmente a los sectores de menores recursos. Esa dura realidad va a ser imposible de ocultar.
 

Se acabaron las fichas 

El “operativo clamor” por la candidatura presidencial de CFK se ha visto precipitado por el impactante y demoledor alegato del fiscal federal Diego Luciani, de quien, es importante no olvidar, Alberto Fernández dijo que esperaba que no se suicidara. Desde ese mismo momento impera en el kirchnerismo un lenguaje de singular violencia. Fue nada menos que el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro quien, en la tensa negociación del último sábado de agosto con las autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por el batifondo que se armó por las vallas policiales frente a la casa de CFK, dijo que si ella iba presa quemaban todo. Fue el jefe del bloque de senadores del Frente de Todos contra Todos, quien, en la sesión del Senado del jueves, habló del escarmiento contra los jueces y fiscales a cargo de la causa Vialidad.

La foto oficial de la reunión de la “unidad” convocada por el Presidente el viernes por la tarde en la Casa Rosada es una radiografía de que, para el oficialismo, el concepto de “unidad” excluye a los partidos políticos. Es una claudicación más de AF. 

Lo que pasó en ese encuentro disgustó a varios de sus asistentes. La única que se atrevió a dar cuenta de ello públicamente fue la DAIA quien, sin rodeos ni eufemismos, habló de los objetivos partidarios del documento que en la Plaza de Mayo leyó la actriz Alejandra Darín. Otros, igualmente, molestos, prefirieron el silencio. Entre ellos estuvo el presidente de la Conferencia Episcopal de la Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro.   

Una agonía premeditada 

La andanada de reproches tuvo su resumen en una frase del documento que condensa el pensamiento del kirchnerismo sobre la cual hay que detenerse: “Llamamos a la unidad, pero no a cualquier precio”.

La esencia de la democracia, que tanta lucha costó conseguir, es pluralidad. Es esa pluralidad la que enriquece. La unidad y la pluralidad no son excluyentes. Por el contrario, es esa diversidad de pensamientos y de ideas la que asegura la unidad. Pensar diferente no es odiar; criticar, tampoco.

Lamentablemente, el poder afecta muchas veces este concepto clave de la vida en democracia. Quien lo ejerce se cree investido de un aura especial. Piensa que, por el solo hecho de poseerlo, está por arriba de todos y de todo. Por eso es fundamental la existencia del marco legal de balances y controles para evitar que un mal uso del poder altere las normas de la convivencia democrática. La famosa frase de John Emerich Edwar Dalberg-Acton, Primer Barón Acton de Aldenham, –“El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe completamente”– refleja las tentaciones que genera el poder y lo imprescindible que es prevenirlas. De ahí emana la importancia de la Constitución. Un ejemplo de estos días lo muestra: de no ser por la Constitución, la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires hubiese sido avasallada de inmediato por el actual gobierno, luego de lo que se vivió la semana pasada frente al domicilio de CFK. En la consecución de la estrategia destinada a desviar la atención de los temas que perturban la vida de la gente, la vicepresidenta habló de la necesidad de rediscutir la autonomía de la Capital Federal. Más allá de la bomba de humo, esa propuesta exhibe el verdadero pensamiento absolutista de la ex presidenta en funciones. 

Bailando al ritmo de CFK

Para el kirchnerismo el poder se concibe como un todo absoluto. Es decir, quien lo ejerce, no puede ni debe tener límites. Representa una concepción absolutista del poder. Es la que se practica en los regímenes totalitarios a la que lamentablemente adhieren personajes políticos de sistemas democráticos. Donald Trump es un ejemplo de esto. El episodio del intento de toma del Capitolio del 6 de enero de 2021 fue la culminación de esa concepción de alguien que no estaba dispuesto a aceptar que su mandato se terminaba. En la misma línea se ubica el actual presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

La república, que es el sistema bajo el cual se ordena constitucionalmente la vida democrática en nuestro país, requiere la existencia de tres actores clave: los partidos políticos, a través de los cuales se encauza el debate político que expresa la pluralidad de ideas y propuestas para enfrentar los problemas que afectan a la sociedad; la división de poderes que conlleva a la existencia de un Poder Judicial independiente para el ejercicio de su función de control de los actos de gobierno; y una prensa libre.

Si el llamamiento a la unidad “pero no a cualquier precio” implica el rechazo de la discusión política, de la independencia de la Justicia y de la prensa libre, la democracia argentina entrará en zona de riesgo.



   

domingo, 8 de noviembre de 2020

Ensalada rusa… @dealgunamanera…

Una vacuna, muchas dudas… 

La "revolución rusa", Vladimir Putin. Dibujo: Pablo Temes 

Con sus idas y vueltas, el Gobierno montó un auténtico aquelarre, innecesario e inentendible, en torno a la Sputnik V.


Las dos condiciones fundamentales que debe cumplir una vacuna son eficacia y seguridad. Nada importa si es rusa, china, inglesa, alemana o estadounidense. Las vacunas carecen de ideología política. Es lamentable, pues, que la mala política haya hecho su irrupción en esta desesperada lucha contra el Covid-19 que impacta al mundo entero. Y esto ha ocurrido tanto en Rusia como en los Estados Unidos. Se sabe que Donald Trump presionó fuertemente a los organismos científicos de su país para que aprobaran una vacuna antes de la elección con la evidente intención de apropiarse de ese logro y utilizarlo como recurso en la campaña electoral.

 

Por la misma vereda viene caminando Vladimir Putin. Ya el nombre de la vacuna devela esa intencionalidad. Llamar a la vacuna Sputnik V significa traer al presente aquel penoso y desgraciado tiempo de la Guerra Fría. El Sputnik fue la primera nave espacial que orbitó la Tierra en 1957 en tiempos en que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se disputaba con los Estados Unidos la supremacía sobre el mundo.

 

La vacuna rusa es motivo de controversia desde el mismo momento en que Putin la anunció. En realidad, lo que hizo fue comunicar el registro de una vacuna en investigación.

 

Falsamente dio a entender que ya estaba lista y que no tenía necesidad de atravesar la Fase 3, clave para la aprobación de cualquier vacuna. No bien se conoció la noticia, en los ambientes científicos se comenzó a buscar información referida a la investigación, hecho que derivó en una experiencia ciertamente decepcionante. La búsqueda en las distintas revistas científicas de referencia internacional fue un fiasco. Nada había que diera algún indicio serio de la experimentación en curso.

 

Recién hace unas semanas apareció en la edición online del 4 de septiembre de The Lancet, una de las publicaciones médicas más prestigiosas del mundo, un artículo sobre la seguridad y eficacia de la vacuna rusa, firmado por los doctores Logunov, Dolzhikova, Zubkova y colaboradores, cuyo título en inglés es: “Safety and immunogenicity of an rAd26 and rAd5 vector-based heterologous prime-boost COVID-19 vaccine in two formulations: two open, non-randomised phase 1/2 studies from Russia”.

 

El artículo mereció una carta de respuesta muy crítica de un grupo de científicos revisores, integrado –entre otros– por los doctores Enricco Bucci, Konstantin Andreev, Anders Björkman, Rafaele Adolfo Calogero, Ernesto Carafoli y Piero Camici.

 

Hechos y datos.

 

El 11 de agosto pasado Vladimir Putin anunció que los organismos de regulación de Rusia habían aprobado la vacuna contra el Covid-19 desarrollada por el Instituto Gamaleya de Investigación en Epidemiología y Microbiología dependiente del Ministerio de Salud Pública de ese país. La Organización Mundial de la Salud reaccionó con sorpresa ante el anuncio debido a la ausencia de datos correspondientes a la Fase 3.

 

Este apuro por aprobar la vacuna motivó la renuncia a su cargo en el Comité de Ética del Ministerio de Salud de Rusa del profesor Alexander Chuchalin, quien, al hacerlo, señaló que él era muy crítico de los dos científicos que estaban al frente de la investigación, el profesor Alexander Gintsburg, director del Instituto Gemaleya, y el profesor Sergei Borisevich, coronel médico y destacado virólogo del Ejército Ruso. “¿Han ustedes pasado por todos los pasos necesarios de aprobación requeridos por la legislación de la Federación Rusa y la comunidad científica internacional? Ese trabajo no ha sido hecho y así se ha violado uno de los axiomas clave de la medicina “primero no dañar”, dijo contundentemente el profesor Chuchalin.  

 

¿Cuáles son las críticas puntuales que el equipo revisor de The Lancet realizó a la investigación sobre la vacuna? Son fundamentalmente cuatro. Veamos:

 

  1. Falta de datos numéricos de cada uno de los individuos que participaron en la investigación relacionados a la evolución de sus niveles de linfocitos T CD4 y CD8. Para explicarlo con simpleza, esos linfocitos son células que tienen un papel muy importante en el sistema inmunitario.
  2. Falta de claridad en la comparación entre los niveles de anticuerpos de un grupo de 4.187 habitantes de Moscú seleccionados por haberse contagiado el coronavirus y haberse recuperado, y los 72 voluntarios que recibieron la vacuna.
  3. Falta de precisión en cuanto a la fecha en la que cada uno de los 72 voluntarios ingresó al estudio. Esto es importante porque para el desarrollo de anticuerpos se considera que es necesario que transcurran 42 días desde el momento de la inoculación de la vacuna. La crítica es muy puntual. Las fechas que se mencionan de incorporación de los “voluntarios” van desde el 18 de junio hasta el 3 agosto. Teniendo en cuenta que el artículo se publicó el 4 de septiembre, esa precisión es clave.
  4. No está claro si la información del artículo de Lugonov y colaboradores es un estudio de las dos fases que componen la Fase 1 o si lo es de Fase 1 y Fase 2.

Como se ve, las críticas son muy puntuales y significativas. Tanto es así que al comité de revisores del trabajo de Logunov les llamó la atención que una revista del prestigio de The Lancet lo haya publicado.  

 

Estos son los datos duros de lo que se sabe de la vacuna rusa hasta hoy.

 

Si esto resulta de por sí ya nebuloso, el Gobierno, con sus idas y vueltas, terminó haciendo un fenomenal aporte a la confusión general. El viaje secreto a Moscú –que después no fue secreto– de la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, Carla Vizzotti; el Dr. Alberto Fernández hablando el lunes de los 25 millones de dosis que se comprarán; la vocería presidencial afirmando que, en realidad, iban a ser 10 millones de dosis; el ministro de Salud, Ginés González García, aclarando luego que se comprarán solo si son aprobadas por la Anmat; unos diciendo que la vacunación será obligatoria; otros, que no; un comunicado de prensa insólito del Fondo Ruso de Inversión Directa en el que asevera que “las encuestas en la Argentina muestran una muy favorable recepción de su vacuna”, hecho que desmienten todas las muestras de opinión que se vienen realizando aquí.   

 

En fin, un verdadero aquelarre inentendible e innecesario. Es el peor escenario posible para una situación con el dramatismo del presente. Ojalá la vacuna rusa sea una gran vacuna porque el mundo va a necesitar de la disponibilidad de todas las que sean aprobadas por ser eficaces y seguras. Para saberlo, hace falta la experimentación científica documentada. Es lo que hasta aquí le falta a la vacuna rusa cuya única certeza por el momento es la duda.






domingo, 24 de mayo de 2020

Esquivándole al bulto … @dealgunamanera...

Últimas noticias. Cristinismo expeditivo…

Favorecida. La vicepresidenta ha dejado de ocupar el primer plano con sus causas judiciales. Fotografía: Twitter

El país ha entrado en un nuevo estadio, que fue bautizado como “default blando”. El adjetivo que acompaña a la palabra temida pretende reducir su gravedad.

© Escrito por Beatriz Sarlo el domingo 24/05/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Ojalá que un default blando no se convierta en el estado permanente de las finanzas nacionales. Ojalá que los acreedores tengan confianza en que se les pagará un día de estos, como diría un simple particular a quien se le reclama una deuda vencida: “No me atores, si me das un poco de tiempo, te aseguro que cumplo”.

Ojalá que, como tantas otras argentinadas, el default blando no se convierta en costumbre nacional ni se difunda más allá de las prerrogativas institucionales que, en este país, se viven siempre como situaciones de excepción. No hay espacio para la soberbia nacional, porque Argentina ha sido una protagonista, en varias y diferentes situaciones de default y cuasidefault, hasta inventar el simpático default blando que parece menos temible.

Es poco lo que entendemos los legos. El estado de lo público es difícil de conocer para quienes no tengan por lo menos una licenciatura en economía de universidad local. Esto, naturalmente, conduce a dos actitudes: o nos alejamos enteramente de la cuestión o nos ilusionamos creyendo que podemos comprender de qué se trata. La opacidad de la política se ha cobijado en una odiosa bruma.

Cuando algo es difícil de comprender se esparce el escepticismo o el desinterés. Hace dos siglos, frente a una coyuntura igualmente complicada e incierta, escribió un alemán de inclinaciones filosóficas: “¿Quién sabe exactamente quiénes son los favorecidos por hechos, de los que se afirma en primer lugar que sucedieron y en segundo lugar que se hicieron por la Patria?”. Subrayo la segunda parte de la pregunta: ¿quién puede discernir con alguna certeza que algo se hace por la Patria?

Probablemente algunas noticias, que llegan de países por encima de toda sospecha estatista, ayuden a entender de qué modo la pandemia ha golpeado no solo la economía sino las ideologías económicas. Frente a la pérdida de empleos en Estados Unidos, el secretario del Tesoro Steven Mnuchin favorece un plan para subsidiar temporariamente el pago de salarios en empresas privadas.

Más que cualquier medida sanitaria, esta probable intervención del gobierno de Donald Trump es excepcional e indica la excepcionalidad de la situación no solo en la Argentina, donde la palabra “subsidios” es parte de la lengua cotidiana, como bandera de reclamos o blanco de condenas. Ahora proliferan los subsidios en las comarcas menos pensadas, repartidos por gobiernos que estuvieron por encima de toda sospecha de despilfarro populista.

La pandemia oscureció el capítulo judicial de CFK. En su caso, no hay desgracia sin suerte.

De todos modos, la pandemia les quita relevancia a estas noticias. No simplemente porque las priva de centralidad en los medios, sino porque debilita la intensidad con la que podrían impresionar el estado de ánimo colectivo. Y los escándalos del pasado se esfuman en la urgencia de cada día. Propongo un ejemplo a la medida local.

Zannini solicitó que se declare nula la causa que afecta a Cristina Kirchner por el memorándum con Irán que incluye el encubrimiento del atentado a la AMIA. Tal solicitud la salva a Cristina y habría resultado escandalosa antes de la llegada del virus. El pasado miércoles, el diario La Nación, que nunca había dejado de lado el tema, le dedicó en tapa solo un humilde tercio de columna, para desarrollarla con amplitud en la nota de Morales Solá en página 10 de Política.

Algo hemos aprendido sobre la manera con que se leen los diarios actualmente, la veloz mirada atraída por los grandes titulares que rebotan en Twitter y Facebook. ¿Cuántos leen una nota completa?

No es una crítica al periodismo. Más bien es un balance de situación, porque con el virus todo ha cambiado de lugar, todo ha entrado en default y las jerarquías se han reorganizado. Esto no implica solo lo que leemos sino cómo articulamos la actualidad con la vida cotidiana bajo la presión obsesiva de la enfermedad y la muerte.

No son ideas sino gráficos los que están dando la forma a nuestra experiencia. Es evidente una acentuación de los rasgos que fueron novedad hace dos décadas, cuando las redes sociales comenzaron su entonces celebrada misión de ampliar públicos, difundir informaciones y otras decenas de virtudes que fueron saludadas con entusiasta tecnofilia.

Sigue la política.

Sobreviven, sin embargo, dos tipos de obsesionados por la política. Están por un lado quienes se empeñan para que no todo sea devorado por la sombra de la enfermedad; por el otro, quienes han comprobado que la llegada del virus los ha salvado milagrosamente de seguir ocupando el primer plano por las acusaciones judiciales y el juicio oral que ya había empezado con CFK como protagonista ilustre.

Ahora, Cristina puede callar más tranquila y dejar que transcurran los días, porque pocos se ocupan hoy de la causa del memorándum. Y entre los que se ocupan figura, en primer lugar, Zannini, su servidor leal en todas las batallas, nombrado por Alberto Fernández como procurador del Tesoro. Como primer paso en su patriótica tarea, Zannini pidió que se lo limpiara a él mismo de esa oscura causa sobre el memorándum con Irán, que causó el suicidio o el asesinato del fiscal Nisman.

Parece que transcurrió un siglo desde que esa muerte, rodeada de todas las sospechas, provocó marchas indignadas por las calles de Buenos Aires y reuniones múltiples en el Congreso. Pepe Eliaschev, gran periodista, no podrá descansar en paz. Sus denuncias, publicadas en este diario, están siendo prolijamente enterradas.

Con buenas o malas razones y subterfugios formales, la causa, que la opinión pública quizá ya recuerde borrosamente, va haciendo su camino hacia la obsolescencia, llámese esto como se llame en la lengua judicial.

Suerte en la desgracia. Zannini no es el único que mueve piezas en el tablero jurídico, con la oscura discreción que siempre lo caracterizó. Su movida benefició a la Dama, puesto que el jefe de la Oficina Anticorrupción, un obediente a toda ley si se origina en quien le da las órdenes, en estos días y con admirable sentido de la oportunidad, desistió en las causas Hotesur y Los Sauces, que complicaban vida y bienes de la vicepresidenta. Se salvaron esos lindos hotelitos al pie de la cordillera, que ganaban mucha plata alojando de manera virtual al personal de Aerolíneas Argentinas, dirigida entonces por Mariano Recalde, presidente de la compañía de 2009 a 2015 y hoy miembro de La Cámpora en el Senado de la Nación.

Como se ve, muchos pueden enorgullecerse de su pasado o tratar de que se lo olvide. En cuanto a Cristina Kirchner, la de historia más larga, la pandemia ha oscurecido el actual capítulo de índole judicial. Lo cual indica que, en su caso, no hay desgracia sin suerte, como sostiene el consolador refrán.

La vicepresidenta de este gobierno ha obtenido la suspensión de algunas causas que la preocupaban. Y este no parece ser el momento para fracturar la cacareada unidad nacional con actos de justicia que perjudiquen a nadie. Por otra parte, en alguna ocasión sin micrófonos, a Alberto Fernández se le oyó decir: “Sobre Cristina, no hay pruebas”.

Dudo sobre cómo debe interpretarse la frase expresada sin vacilar: ¿significa que no hubo delitos, o que no existen pruebas sobre los delitos cometidos? Usted elige la interpretación. Considere que siempre es posible equivocarse.





Kim juega a la escondida… @dealgunamanera...

Kim juega a la escondida…

Kim Jong-Un

Que estaba oculto, que estaba muerto, que estaba bromeando. El paradero del líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un, despertó infinidad de especulaciones durante tres semanas. Sobre todo, políticas.

© Publicado el domingo 24/05/2020 por el Periódico Digital El Economista de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

En el noreste de Asia, sus vecinos Corea del Sur y Japón; su aliado, China y su adversario lejano, Estados Unidos, viven pendientes de las denodadas pruebas nucleares de la dinastía. Una dictadura de tres generaciones de la familia Kim desde mediados del siglo XX en un país hermético. Su último eslabón, ausente sin aviso, se ganó un mote. El de “Rocket Man” (Hombre Cohete), según Donald Trump. Mezcla de burla y de respeto.

Kim reapareció el 1 de mayo para cortar las cintas de una nueva planta de fertilizantes en la ciudad de Sunchon y se esfumó de nuevo hasta el 24 de mayo. Entre el 25 de enero y el 16 de febrero también se había mantenido en las sombras durante tres semanas.

En abril, otras tres semanas. Y, como no participó de los actos por el aniversario del nacimiento de su abuelo y fundador del régimen, Kim Il-sung, el 15 de abril, trascendió que había sido operado del corazón y que ya no era de la partida.

Hasta se especuló con la sucesión. El poder iba a recaer en su hermana menor y mano derecha, Kim Yo-jong. Una quiniela difícil en una casta patriarcal, más allá de la pureza de la sangre. Su nueva reaparición: el 24 de mayo, en una reunión con militares, después de otras tres semanas de ausencia.

El único hermano varón de El Brillante Camarada, Kim Jong-chul, guitarrista improvisado y fanático de Eric Clapton, no gozaba de la bendición de su padre, Kim Jong-il. El hermano mayor del líder norcoreano, Kim Jong-nam, fue asesinado en el aeropuerto de Kuala Lumpur en febrero de 2017.

Otros parientes se encuentran en el exilio o, después de las ejecuciones de dos tíos condenados a la pena capital por traición, lejos, bien lejos, de la espina dorsal del círculo de poder, el politburó del Partido de los Trabajadores. De la última cumbre participó Kim antes de su abrupta desaparición en abril.

¿Puede una mujer hacerse cargo de la dictadura? En la República Popular Democrática de Corea, menesterosa y engreída a la vez, no hay presidente, sino líder. El abuelo de los Kim, fallecido en 1994, sigue siendo El Presidente Eterno. Y así como es el único que puede ocupar el cargo, el país sigue en guerra con Corea del Sur.

El conflicto por el cual se dividió la península dejó dos millones de muertos en tres años. Terminó en 1953 con un armisticio, no con un tratado de paz. En el tercer Kim recayó no sólo el poder, sino también la misión de pinchar con ensayos de misiles con capacidad nuclear al vecindario y a Estados Unidos.

Desde 2011, cuando pereció El Querido Líder, Kim se apoyó en su hermana para sostener las riendas del régimen comunista. Durante la primera reunión con Trump, en Singapur, ella cambió a último momento la lapicera con la que Kim iba a firmar la declaración conjunta por otra que llevaba en el bolsillo.

Al final de la segunda, en Hanoi, recogió prolijamente del cenicero la colilla del cigarrillo que había fumado su hermano, de modo de no dejar rastros de su ADN. Aquella cumbre resultó un fiasco después de 56 horas de viaje en el tren personal del líder y, parece, terminó pasándole factura a la responsable de la propaganda, subdirectora del partido único.

Un enigma, como todo en Corea del Norte. En marzo, la hermana de Kim, cuya primera aparición pública fue en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018, en Seúl, elogió a Trump por ofrecerle ayuda para paliar la pandemia de coronavirus, más allá de que, según el régimen, no hubo un solo caso en el país.

Afirmación tan dudosa como las razones de las frecuentes desapariciones de Kim. Su gran aliado, el presidente de China, Xi Jinping, se mostró dispuesto “a continuar suministrándole asistencia dentro de su propia capacidad en la lucha contra el Covid-19”.

Otro enigma, como el colapso del régimen. Inminente varias veces. Tantas que Estados Unidos y Corea del Sur tienen un plan de contingencia llamado Oplan 5029. Consiste en resguardar la frontera entre las dos Coreas y controlar el arsenal nuclear norcoreano frente a la posibilidad de que un tercer país lo use, lo robe o lo venda.

Si bien China mantiene a raya su frontera con Corea del Norte y aceptó las sanciones de la ONU por los misiles lanzados por Kim, no deja de ser su principal guardián. Una suerte de salvaguardia que, de interrumpirse la dinastía, contempla aplicar su propio plan: instalar un gobierno afín.




domingo, 29 de marzo de 2020

Bill Gates: Recuperar la economía es más reversible que revivir a las personas... @dealgunamanera...


Bill Gates: Recuperar la economía es más reversible que revivir a las personas...

El cofundador de Microsoft afirmó que el aislamiento social debería durar de seis a diez semanas, dejando en segundo plano el impacto a la economía.

El pasado lunes 23 de marzo, se dio inicio a TED Connects: Community and Hope, un evento digital organizado por el jefe de TED, Chris Anderson, el cual tiene como objetivo compartir las reflexiones de expertos ante la coyuntura mundial por la pandemia de coronavirus. En este contexto, Bill Gates, como invitado especial de la segunda edición del programa transmitido en vivo, manifestó una serie de opiniones que chocan con las medidas tomadas por diversos gobiernos ante la crisis.

© Escrito por Abigail Vásquez  el Miércoles 25/03/2020 y publicado por Medio Digital Mercado Negro de la Ciudad de Lima, República de los Peruanos.   

Tal y como ha comunicado la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el momento se tiene registro de más de 452 mil casos de contagio confirmados y más de 20 mil víctimas mortales. Siendo Estados Unidos el país de América más afectado, al registrar más de 60 mil infectados y lamentablemente 827 fallecidos.

En este contexto, y tras las recientes declaraciones brindadas por Donald Trump, que estiman un corto periodo de aislamiento para su país; el enfoque y la opinión de una de las figuras más influyentes de los últimos tiempos como es Bill Gates, se vuelven sumamente relevantes. El cofundador de Microsoft y hoy filántropo expresó una seria advertencia sobre el coronavirus y lo que representa para la economía mundial.

De forma sumamente clara y concisa, sin hacer referencia a algún país en específico, Gates afirmó que, desde su punto de vista, el mundo debe paralizarse completamente, y que sumado a ello las personas deberían aislarse por lo menos un periodo de seis a diez semanas, según recuerdan desde CNBC, medio que siguió la charla en vivo.

“Es muy irresponsable que alguien sugiera que podemos tener lo mejor de ambos mundos. (… ) El efecto económico de esto es realmente dramático. Nada como esto le ha pasado a la economía en nuestras vidas. (…) Pero recuperar la economía, eso es más reversible que revivir a las personas. Así que vamos a tomar el dolor en la dimensión económica – gran dolor – para minimizar el dolor en las enfermedades – y dimensión de la muerte “, expresó Bill Gates.

Cabe mencionar que el co-fundador de Microsoft reforzó su opinión manifestando que si estuviera en sus manos enfrentar la situación, «las preocupaciones económicas pasarían a un segundo plano para garantizar la salud del público».

Las declaraciones de Gates dadas en la segunda transmisión de TED Connects: Community and Hope, se espera generen una respuesta por parte del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha sugerido la posibilidad de reabrir el país a mediados de abril, aun cuando las cifras de coronavirus en su territorio continúan en ascenso.