lunes, 12 de febrero de 2024

Ni casta, ni autoritarismo… @dealgunamaneraok...

 Ni casta, ni autoritarismo…

Thumbs up, Javier Milei. Dibujo: Pablo Temes

Ya hemos sufrido mucho bajo líderes casi mesiánicos que abrieron una grieta profunda con su lógica amigo/enemigo.


© Escrito por Nelson Castro el sábado 10/02/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.



No hubo sorpresas. Era lo esperado. La ruidosa caída del proyecto de ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos. El levantamiento de la sesión tras la media sanción en general de la así llamada “ley ómnibus” –devenida en ley minibús– había sido una señal de alerta. Era evidente que el Gobierno no tenía los votos para avanzar con la aprobación en particular de su extenso articulado. Había necesidad de una negociación que no prosperó cuando el Presidente bajó la orden de mantener una posición intransigente con la coparticipación del impuesto PAIS. 

Hubo furia en la noche del miércoles en la suite que ocupaba Javier Milei en el histórico hotel King David de Jerusalén. Salía fuego de la boca del mandatario argentino. “Traidores”, “delincuentes”, “ladrones”, “hijos de puta”. Estos fueron los términos que se escucharon repetidamente en esas horas de desenfrenado enojo. 

El momento dispuesto por el Presidente para realizar su viaje a Israel estuvo mal elegido. Fue un error ausentarse del país en medio de una instancia tan crucial. Eso le dio a la situación política local una centralidad tal que lo obligó a referirse permanentemente a ello. Es una regla del sentido común de la lógica política que ningún presidente se expone a hacer una gira internacional al mismo tiempo en que se debaten cuestiones centrales de su gestión, y mucho menos cuando está expuesto a perder una votación en el Congreso de la dimensión de la que sufrió esta semana. Muestra del enojo presidencial fue la publicación en su cuenta de Instagram de una imagen con los fragmentos bíblicos que corresponden a los versículos 19, 20, 21 y 26 del Capítulo 32 del Éxodo, el segundo libro del Antiguo Testamento. Este pasaje describe el momento en que Moisés, tras bajar del Monte Sinaí luego de haber escrito los Diez Mandamientos dictados por Dios, se encuentra con el pueblo israelí danzando en adoración a un becerro de oro construido por su hermano Aarón. Furioso, Moisés rompe las tablas y decide castigar al pueblo.


Es importante en este punto hacer una distinción fundamental entre lo que narra el capítulo bíblico mencionado por Milei y lo que pasó en la noche del miércoles en la Cámara de Diputados. Quienes allí protagonizaron esto que el Presidente  calificó de “traición” fueron los diputados, no el ciudadano de a pie. 

Como se ha dicho ya en esta columna, la ira es uno de los siete pecados capitales. La ira es el origen de muchos males en la historia de la humanidad. Ante estas manifestaciones de Milei, imposible no asociar la decisión de retirar los subsidios al transportes de manera brusca a una reacción de venganza, una “vendetta” que tiene como perjudicados a los ciudadanos. No es la casta política la que diariamente toma más de un colectivo para ir y venir hacia y desde sus trabajos, sino la del común y, fundamentalmente, los que menos tienen. 

Vale la pena volver sobre los días de furia que dejó la semana más complicada de los primeros meses de su mandato. En materia política, la oposición dialoguista, encarnada principalmente en el PRO, puso el grito en el cielo. “Nos arriesgamos tanto o más que los diputados oficialistas. Nosotros no somos gobierno y aun así nos comprometimos a votar –como lo hicimos– varios artículos complicados de la ley ómnibus. Pagamos el costo político y el Presidente la terminó retirando. Nos tragamos un lindo sapo”, se quejó un diputado aliado del Gobierno. A decir verdad, nadie es santo ni mucho menos inocente en este entramado de poder. Más allá de las quejas y los lamentos para la tribuna, en el PRO son perfectamente conscientes de que el Presidente terminará acordando con ellos para desarrollar músculo parlamentario. No le quedan muchas más opciones. 

El otro gran perdedor de la semana es el ministro del Interior, 
Guillermo Francos. En él recayó la responsabilidad del diálogo con diputados y gobernadores –junto con Martín Menem– para negociar apoyos y votos que resultarían claves. Nada de eso ocurrió, en gran medida por la intransigencia del propio Milei. Por otra parte, no son pocos los legisladores que señalaron que Francos no conoce cómo debería las cuestiones reglamentarias del recinto. Un senador dijo con ironía: “Francos ya estaba pasado de moda en los años 90, imaginate cómo lo vemos ahora”. 


Otras dos víctimas de la ira presidencial han quedado en el camino. El viernes por la tarde, el primer mandatario les solicitó la renuncia a los titulares de Anses y Minería, Osvaldo Giordano y Flavia Royón, respectivamente. Desde el miércoles, en el Gobierno daban por hecha la salida de los funcionarios que responden a los gobernadores: Giordano al peronismo cordobés y Royón al salteño Gustavo Sáenz. En la cuerda floja quedaron Franco Mogetta (Transporte), Daniel Tillard (Banco Nación) y Luis Giovine (Obras Públicas). Ante este comportamiento irascible, al menos dos preguntas se caen de maduras. ¿Acaso no importa la solvencia en sus puestos y las puertas que podrían haberle abierto al oficialismo? Y, en cualquier caso, ¿todos esos nombramientos fueron fruto de un toma y daca de una negociación a todas luces intrincada y de patas cortas?. 

En el caso de Osvaldo Giordano, no son pocos los empresarios que defendieron su probidad técnica y visión de futuro en un puesto clave. Giordano había comenzado un ambicioso plan para alcanzar la tan mentada desintermediación de la ayuda social. Un mecanismo para sacar del medio a los punteros políticos en el reparto de asignaciones. Con su salida, se abre un paréntesis que deja muchas buenas iniciativas en stand by. 

Más allá de los nombres propios, una luz amarilla se enciende en el corto plazo de la política doméstica. El Presidente debe comprender que la campaña terminó. Lo que pudo haber sido marketinero y hasta simpático ya no lo es. Gobernar exige acuerdos, flexibilidad y templanza. Los argentinos ya hemos sufrido bastante bajo la dirección de líderes casi mesiánicos que abrieron una grieta interminable sirviéndose de la lógica amigo/enemigo. 

Casta no, autoritarismo tampoco.



   

domingo, 11 de febrero de 2024

Copa de la Liga Profesional - Sur Finanzas 2024. Huracán 0 vs. Independiente 0... @dealgunamaneraok...

Huracán e Independiente quedaron en cero en Parque Patricios... 

El Globo, que arrastraba dos derrotas en fila, y el Rojo, que dejó sorpresivamente su invicto en Avellaneda el sábado pasado, empataron en el "Tomás A. Ducó" sin abrir el marcador en un encuentro que tuvo tres expulsados.   

© Publicado el jueves 08/02/2024 por el Diario Jornada de la Ciudad de Trelew, Provincia del Chubut, República Argentina.  


Independiente igualó este jueves por la noche como visitante contra Huracán por 0 a 0, en el inicio de la cuarta fecha de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol, donde el ‘Rojo’ alcanzó la línea de River Plate e Instituto de Córdoba en la Zona A, con siete unidades.           

El encuentro se presentó anómalo desde el inicio, ya que el lateral del equipo que dirige Facundo Sava, Lucas Souto, salió expulsado a los 4 minutos, por lo que los de Avellaneda intentaron por todos los medios llevarse los tres puntos.

La falta de claridad, el juego brusco (el partido terminó con 9 amonestados y tres expulsados), la fortuna y la figura del arquero Hernán Galíndez sostuvieron la paridad en Parque de los Patricios.

En los primeros minutos, el conjunto local intentó adueñarse de la pelota y proponer los atacantes iniciales, pero poco duró la intención, ya que un imprudente codazo de Souto sobre el rostro del defensor ‘Rojo’, Damián Pérez, terminó en temprana expulsión para el de Huracán.

Tras revisión del VAR, el árbitro Nicolás Ramírez mostró la tarjeta roja y dejó al ‘Globo’ con 10 en apenas 6 minutos de juego, en tanto que Pérez salió lesionado por la hemorragia y fue reemplazado por el lateral Adrián Spörle, uno de los refuerzos en Avellaneda.

Con el partido tempranamente desvirtuado, los dirigidos por el DT Carlos Tévez se hicieron con el control y las propuestas de ataque, más allá de un centro del volante Héctor Fértoli que cabeceó Rodrigo Echeverría apenas afuera.

El juego brusco de los locales no mermó y, a los 20 minutos, ya contaban cuatro amonestaciones (Carrizo, Tobio, Benítez y Alfonso), además de la temprana expulsión.

Aun así, Huracán soportó la embestida de los visitantes, con alguna corrida del atacante Walter Mazzantti para salir de contra.

Pero el equipo que generó oportunidades de gol en ese primer tiempo fue Independiente: a los 16 minutos, el delantero Alex Luna ejecutó un tiro de esquina que el defensor local Guillermo Benítez cabeceó hacia atrás y casi la mete en contra, aunque salvó el arquero Hernán Galíndez.

El mismo rosarino, ex Quilmes y Rosario Central, fue el encargado de evitar la más clara para el ‘Rojo’: un centro del chileno Mauricio Isla desde la derecha, que pasó por encima a Tobio y a su compatriota Echeverría, para que baje directo a los pies del delantero paraguayo Gabriel Ávalos, quien remató en dos ocasiones, ambas contenidas por Galíndez. 

La réplica local llegó hacia el final del primer tiempo con otra corrida de Mazzantti, quien se metió en diagonal al área y quedó frente a frente con Rodrigo Rey, pero el arquero ganó el duelo con un buen gesto de achique. 

Para el complemento, Tévez envió a la cancha a los volantes Lucas González y Federico Mancuello, en busca de mayor fluidez en el mediocampo, cuota pendiente en el bloque inicial.

Ese ímpetu se mostró desde los primeros segundos, mediante una jugada personal de Ávalos que terminó en un disparo apenas desviado. 

Poco a poco, Independiente adelantó líneas y fue jugando cada vez más cerca del área local, espacio que acechaba con mucha gente y una constante sensación de gol.

A los 11 minutos, Tévez volvió a mover el banco y envió la cancha otro refuerzo: el tucumano Ignacio Maestro Puch, quien, 60 segundos después, quedó mano a mano con Galíndez, pero definió muy arriba. 

Cinco minutos después, el zaguero ex Nueva Chicago, Juan Fedorco, efectuó un cabezazo desde otro córner que dio en el palo, por lo que la suerte también acompañaba a Galíndez para mantener el cero. 

El Rojo siguió probando con Marcone en el medio y un Santiago Toloza (quien ingresó en el segundo tiempo) buscando romper líneas y generar peligro, pero Huracán, replegado, soportaba defendiendo con todos sus jugadores. 

El local respiraba apenas algunos minutos cuando la pelota le llegaba a Mazzantti y, sobre todo tras su reemplazo, al delantero Ignacio Pussetto, pero nunca pudo generar peligro en el arco de Rey. 

El panorama se complicó aún más para los de Sava cuando el defensor Lucas Carrizo cortó con un contraataque de Maestro Puch con falta y se ganó la segunda amarilla, por lo que el ‘globo’ quedó con nueve jugadores de cara al tramo final del encuentro.  

Independiente fue con todo y, a tres del cierre, el delantero ex Atlético de Tucumán volvió a rematar dentro del área para forzar una nueva respuesta de Galíndez, ya erigido figura en Parque de los Patricios.  

La intensidad terminó por desbordar al Rojo y, en particular, a Toloza, de partido errático, quien empujó a Pussetto (luego de recibir un cachetazo por parte del ex Atlético de Rafaela que el árbitro no vio), y se ganó la segunda amarilla sobre el final, por lo que descontó la diferencia de futbolistas con el local. 

Ya con 10 jugadores de un lado y 9 del otro, el partido se estancó, los de Tévez se quedaron sin energía, y el juego brusco reemplazó a los goles como protagonista central del encuentro. 

Independiente, que, a pesar de alcanzar la punta, se quedó con sabor a poco, recibirá a Rosario Central en la próxima jornada, el martes desde las 21.30, mientras que Huracán visitará a Gimnasia y Esgrima La Plata, en el Bosque, el mismo día a las 19.15.  


Síntesis:

HURACÁN: 0

Hernán Galíndez; Lucas Souto, Fernando Tobio, Lucas Carrizo y Guillermo Benítez; Franco Alfonso, William Alarcón, Rodrigo Echeverría y Héctor Fértoli; Leandro Gárate y Walter Mazzantti. DT: Facundo Sava.  

INDEPENDIENTE: 0

Rodrigo Rey; Mauricio Isla, Juan Fedorco, Joaquín Laso y Damián Pérez; Rubén Martínez, Iván Marcone y Jhonny Quiñónez; Alex Luna, Matías Giménez y Gabriel Avalos. DT: Carlos Tévez.    

Cambios PT: 6m. Adrián Spörle por Damián Pérez (I). 

Cambios ST: En el inicio, Federico Mancuello por Rubén Martínez y Lucas González por Jhonny Quiñónez (I); 10m. Ignacio Pussetto por Héctor Fértoli y Hernán De La Fuente por Franco Alfonso (H); 11m. Ignacio Maestro Puch por Alexis Canelo (I); 15m. Santiago Toloza por Alex Luna (I); 29m. Francisco Ramírez por Walter Mazzantti (H); 38m. Fabio Pereyra por Leandro Garate (H).

Amonestados: Carrizo, Tobio, Benítez, Alfonso y Pussetto (H); Isla, Spörle, Quiñonez y Toloza (I).

Expulsados: Lucas Souto (4m. PT) y Lucas Carrizo (36m. ST), en Huracán; y Santiago Toloza (44m. ST), en Independiente.

Árbitro: Nicolás Ramírez.

VAR: Héctor Paletta.

Estadio: Club Atlético Huracán.

VAR: Héctor Paletta.

CANCHA: 
Huracán.








Pablo Siles es nuevo refuerzo de Huracán.  

El mediocampista de Athletico Paranaense de Brasil, de último paso por Liverpool (campeón uruguayo), firmó hasta diciembre de 2024.
 

Además, tiene una opción de compra de 500.000 dólares por el 70% del pase. De ejecutarse, su contrato se renovará automáticamente hasta diciembre de 2026.
 

Este sábado ya comenzó con los entrenamientos en La Quemita






   

domingo, 4 de febrero de 2024

De ómnibus a minibús… @dealgunamaneraok...

 De ómnibus a minibús…  

Meter balas en el protocolo, Patricia Bullrich Pueyrredón. Dibujo: Pablo Temes.

Todo lo que ocurrió en los tres días de sesiones en Diputados era previsible. Habrá que seguir negociando. 


© Escrito por Nelson Castro el sábado 03/02/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


“Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos” pasó de ser un proyecto de ley ómnibus a ser un proyecto de ley minibus. La sanción en general, por parte de la 
Cámara de Diputados augura nuevos cambios y /o recortes en la votación en particular. Lo evidencia la decisión de postergar el tratamiento de cada uno de sus artículos hasta el próximo martes. 
 
Habrá que seguir negociando. Todo lo que ocurrió a lo largo de los tres días de sesiones en los que se discutió el proyecto era previsible. A decir verdad, lo que hubo en el plenario de la Cámara baja no fue un debate sino una serie de peroratas interminables en la que, en medio de chicanas e invectivas, muchos decían cualquier cosa. Algunos dieron vergüenza. Lo marcó muy bien Miguel Ángel Pichetto que, de lejos, fue el mejor en cuanto a su conocimiento de la mecánica de funcionamiento de la Cámara y de la legislación. 

Fue malo lo del kirchnerismo que, fingiendo demencia, se expresó como si nada tuviera que ver en la catástrofe por la cual atraviesa la Argentina. ¿Podía esperarse otra cosa? Lo primero que deberían haber hecho es pedir disculpas por la horrorosa gestión de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa.    

Milei presidente es la evidencia categórica del fracaso del kirchnerismo.

La pauta de esa realidad por ellos ignorada la tuvo Máximo Kirchner durante la pantomima que protagonizó en la noche del jueves cuando, durante los incidentes entre el grupúsculo de manifestantes que intentaban cortar las calles que enmarcan a la Plaza del Congreso, salió a la calle para hacer no se sabe qué y recibió críticas encendidas por el desastroso gobierno del que fue parte. Milei presidente es la evidencia categórica de ese rotundo fracaso. Por otra parte, los legisladores de Unión por la Patria tanto en Diputados como en la reunión de Comisión del miércoles en el Senado, donde el ahora oficialismo no pudo obtener dictamen para la modificación de la ley de Prevención de Lavado de Activos, se mofaban de lo difícil que le resulta a sus pares de La Libertad Avanza y Unión PRO, alcanzar sus objetivos. Chicanas propias de un grupo de alumnos del colegio secundario.  

Fue –como siempre– malo lo de los partidos de izquierda y los movimientos piqueteros, una mixtura para la cual el gran triunfo era poder cortar la calle. A medida que fueron pasando los días, la cantidad de gente que participó fue disminuyendo de manera apreciable. Ello permitió identificar muy bien a los violentos que se dedicaron a romper baldosas y cordones para agredir a las fuerzas de seguridad. Eran verdaderos provocadores cuyo objetivo era generar un accionar descontrolado de la Policía, la Prefectura, la Gendarmería y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. La medida de la falta de apoyo a esta metodología, la dio la actitud de los automovilistas de transitar por la zona no bien se despejaba. Como se ha repetido una y mil veces en esta columna, el derecho a protestar y manifestarse contra un gobierno es absolutamente legal y legítimo, y forma parte de la esencia de la vida en democracia. Ese derecho debe ser ejercido con métodos legales. Cortar una calle, una ruta, una vía, no lo es; el vandalismo tampoco. 

Fue malo lo del Gobierno. Creyó que se podía llevar por delante todo y a todos

Fue malo lo del Gobierno. Creyó que se podía llevar por delante todo y a todos. El 56% de los votos no le da derecho a hacer cualquier cosa. Ese pensamiento es el mismo que tuvo CFK cuando fue reelegida en 2011 con el 54%. 

Hay errores conceptuales profundos en 
Javier Milei y el círculo áulico que lo rodea: uno es considerar que ser fuerte significa que a los que no piensan como ellos hay que agredirlos y tratarlos como enemigos y corruptos; el otro, creer que las únicas ideas buenas son las suyas. Sin embargo, nada de esto los preocupa. Están convencidos de que la magnitud del desprestigio de la dirigencia política es tal que, que es mejor estar lo más lejos posible de ellos.  

El Gobierno ganó el primer tiempo de un partido largo y complejo que aún no está terminado. En gran medida se aprovechó de una oposición absolutamente dividida y fragmentada. Aún así, para lograrlo tuvo que ceder y negociar. Lo que cedió no fue poca cosa: ni más ni menos que el paquete fiscal, que es el corazón del programa económico que lleva adelante 
Luis Caputo. Al día de hoy,  nadie sabe cuándo esto podrá ser tratado.  

En las cercanías del ministro tienen la convicción de que, tarde o temprano, serán los gobernadores los que pidan algunas de las medidas propuestas en el capítulo impositivo eliminado de la ley. Por eso en el Ministerio de Economía se trasunta un clima de optimismo. Hay dos datos positivos que les dan aliento: el aumento de las reservas del Banco Central y una caída del índice de inflación de enero que las consultoras están ubicando alrededor del 20%. La contracara de esto es la recesión que no durará poco tiempo. La caída en la actividad económica arrastra como consecuencia directa la falta de generación de nuevos puestos de trabajo.

La gente está aguantando como puede. Sin embargo, en el Gobierno permanecen inmutables. Aquellos a quienes les toca negociar, tienen algo más de autocrítica. Lo dicen en voz baja porque temen la ira de sus pares de paladar negro, dentro de la Libertad Avanza. Un empresario dio la alerta al describir lo que percibe como contraproducente para la gestión: “Una cosa es mostrar firmeza ejemplificadora y otra muy distinta es echar un ministro a los 60 días de iniciado el Gobierno. Si continúa esa inestabilidad terminará generando dudas respecto a la presencia de interlocutores válidos. Si hablás con alguien pensando que su gestión puede durar lo que canta un gallo, entonces la confianza se rompe”.

Argentina intenta ponerse de pie; pero deberá recorrer un largo camino a prueba y error con un gobierno que transita los vaivenes del aprendizaje constante.