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domingo, 24 de junio de 2018

Macri, Cristina y el juego de la cárcel… @dealgunamanera...

Macri, Cristina y el juego de la cárcel…

Candidatos. Un duelo con diálogo entre peronistas no K y Macri indicaría adultez. El Gobierno prefiere competir con Ella. Fotocomposición: Pablo Temes.

El caos solo le serviría a quienes prevén que su futuro será aún peor que ese caos.

© Escrito por Gustavo González el domingo 24/06/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Hasta el jueves pasado a las 15 las cosas parecían ir mejor: país emergente, ingreso del dinero del FMI, un dólar más tranquilo, boom en la Bolsa. Solo faltaba que la Selección le ganara a Croacia y garantizara su pase a la próxima ronda del Mundial. Pero no pudo ser.

No va a quedar otra que esperar que el clima económico cambie por vía de la razón y no por apostar a influjos mágicos o deportivos. En distintos sentidos, no sería la primera vez que las soluciones lleguen tras aprender de dolorosas derrotas.  

¿A quién le serviría el caos? En lo político y económico, el 2001 es el extremo indeseado de lo que significó tocar fondo para volver a recuperarse y coincidir luego en que ése es un lugar al que nadie quiere volver. O casi nadie.

No le conviene al Gobierno, claro, pero tampoco al peronismo no kirchnerista que por primera vez en mucho tiempo siente que puede triunfar en las próximas presidenciales. Tampoco al sindicalismo, que sabe que un descalabro social puede llevar puesto a sus viejos líderes. Incluso el paro de mañana guarda esa lógica. Puede ser discutible si es justo o injusto con el Gobierno o si logrará alguna mejora concreta para los trabajadores, pero no deja de ser una vía de expresión de un malestar social que es preferible encausado que anárquico.

El caos solo le serviría a quienes prevén que su futuro será aún peor que ese caos. Por ejemplo, para aquellos dirigentes que se imaginan presos, una crisis generalizada hasta podría representar un salvoconducto. Hay muchos kirchneristas entre éstos.

También algunos empresarios con poder de fuego financiero. Son los que están hablando de un fin de año endemoniado.

Es que cuando la cárcel puede ser un destino para una parte de la dirigencia, cualquier escenario es posible. Brasil está cerca para recordarlo.

Pero más allá de la potencial colonia carcelaria y de otros grupos políticos menos significativos, queda cerca de un 70% de la población representada en dirigentes que son la expresión del post 2001, el año que simbolizó el crack de los partidos tradicionales. Rondan los 50 años. Tenían 30 cuando estalló la Convertibilidad y cayó De la Rúa, y expresan a aquellos jóvenes que vivieron de cerca el abismo. Están inoculados con el escepticismo de su época, pero también con el miedo de que la historia se repita.

Unos son CEOs, radicales y peronistas que encontraron en Macri a un ingeniero heterodoxo que espeja a una nueva alianza policlasista.

Otros son neoperonistas, que de más jóvenes fueron menemistas o kirchneristas, pero a los que nunca se les ocurrió dar la vida por Menem ni por los Kirchner.

Los macristas buscan ser reelectos. Los peronistas no K, un candidato ganador.

El problema es que los socios fundadores del PRO (los del ala no política) creen que para triunfar deben mantener vivo el fantasma del kirchnerismo. Hasta ahora les fue bien cavando esa grieta. Su lógica es que si Cristina es candidata obtendría entre un 25 y un 35 % de votos, suficientes para perder en primera vuelta o para ir a un ballottage en el que su imagen negativa le impediría triunfar.

El riesgo es grande y es doble. Apuestan a posicionar a una competidora para la que el caos no es el peor de los escenarios y que, además, puede terminar triunfando si la economía convence a una mayoría de que con ella estábamos mejor.

Jugar a Cristina candidata demuestra el temor a que si quien sale segundo en las próximas elecciones es un Massa o un Urtubey, este peronismo se imponga en una segunda vuelta al sumar los votos del kirchnerismo, de la llamada izquierda y de algún conservadurismo desilusionado.

Para el oficialismo perder no es la peor hipótesis. La peor es perder con Cristina. Con el kirchnerismo en el poder, las chances de que quienes vayan a prisión sean los actuales funcionarios no son bajas. Salvo que estén seguros de que no tienen nada que ocultar de antes o después de asumir sus cargos y que los jueces argentinos son lo suficientemente independientes como para juzgar sus inocencias.

Cristina candidata es un riesgo también para el autodenominado “peronismo sin prontuario”. Encuestas de esta semana muestran que sigue siendo la opositora que conseguiría más votos y la que más creció con esta crisis (los sondeos también ratifican que perdería en un ballottage contra Macri).

Pero sin ella compitiendo, todo sería distinto. La pregunta es: ¿qué podría convencerla para no presentarse? Una primera respuesta es el riesgo a perder y quedarse sin tiempo y sin la última herramienta para eludir la eventual prisión.

El peligroso juego de la cárcel es el que quizás la acerque al peronismo no K. Interlocutores de ambos sectores opinan que ella podría postular a otro candidato en su lugar. Alguien como Agustín Rossi que saldría tercero, pero cuyos votos en un ballottage irían a un candidato peronista.

¿Por qué lo haría CFK? Porque tal vez piense que nada sería peor para ella y sus hijos que el triunfo de Macri, o porque suponga que los peronistas no envían a prisión a otros peronistas.

Complementarios, no enemigos. Un 2019 con dos opciones electorales con posibilidades de ganar y que reflejen cierto consenso en no regresar al pasado, significaría para una mayoría el aprendizaje de que los dolores sirven para fijar conceptos. Y transmitiría hacia dentro y fuera del país el mensaje de continuidad institucional entre alternativas razonables.

Se vienen tiempos en los que el macrismo podría requerir del peronismo no K más de lo que piensa.

En el Gobierno los recelan por ventajeros, egoístas o traidores. Pero solo tratan de ocupar el lugar de Macri.

Entender el interés del otro, le permitiría al oficialismo aprovechar sus debilidades y necesidades.

Esos peronistas son gobernadores y legisladores que ansían ayuda nacional para sus provincias, o dirigentes que están ávidos de ser tenidos en cuenta como contrafiguras del oficialismo.

Son sus complementariedades las que los deberían unir. Porque la economía definitivamente los separa.

Cambiemos apostó desde un principio a que el crecimiento vendría por la reducción del déficit fiscal, la baja de la inflación, la llegada de inversiones y un mayor endeudamiento externo. El déficit se redujo y la deuda se multiplicó, pero ni la inflación ni las inversiones reaccionaron como se preveía. Con todo, hasta abril pasado la serie de trimestres seguidos de crecimiento parecían indicar que el camino podía ser el correcto.

El peronismo cree que en un país en el que el consumo total representa casi el 80% del PBI, cualquier política que no lo aliente generará recesión. Apuntalar el consumo y mantener un dólar competitivo son –según sus economistas más reconocidos– las premisas para tentar inversores.

Estiman que recién ahí la inflación bajaría y dicen que el mismo Gobierno hizo eso en el segundo semestre del año pasado, motivado por las elecciones. Pero que luego volvió a primar la política monetarista.

La otra prisión. Hoy, los canales de comunicación entre estos representantes del 70% de la Argentina, parecen entrecerrados.

Y hasta la utopía futbolística en común está en veremos.

La cárcel no es solo ese lugar oscuro al que tantos políticos temen ir.

Cuando las inseguridades generan obstinaciones, las ideas del otro son tratadas como virus y el diálogo es de sordos, también las certezas infranqueables pueden ser una cárcel.



(Fuente www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com

miércoles, 9 de mayo de 2018

Al Fondo y a la derecha… @dealgunamanera…

El retorno de la Argentina al FMI



El presidente Macri aprovecha el temor que se extendió en la sociedad por la crisis que provocaron las medidas de su gobierno, para disciplinar y ajustar aún más a los sectores de menos recursos. La vuelta del FMI confirma la vuelta a los 90.

© Escrito por Luis Bruschtein el miércoles 09/05/2018 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“El FMI erró en particular en el período pre-crisis, soportando las debilidades fiscales pronunciadas del país, aún cuando era evidente que a finales de los ‘90 la disciplina fiscal y las reformas estructurales estaban ausentes”, dice un informe del FMI del 2004 para explicar la crisis del 2001. Además, el documento resaltó que “la supervisión del FMI y sus condiciones fueron débiles y por eso la deuda pública creció, disminuyendo la habilidad de las autoridades para usar contracíclicamente la política fiscal”.
                                                                 
El menemismo y la Alianza habían creado las condiciones para la crisis del 2001-2002 por seguir los lineamientos del FMI, una crisis que destruyó la economía, la peor en la historia del país. Las crisis de ese período a nivel mundial tuvieron algunos elementos comunes. En primer lugar fueron precedidas de un boom que implicó la entrada masiva de capitales y en segundo lugar, estos capitales se fueron repentina y masivamente. Con las Lebac, Mauricio Macri convocó en masa a capitales especulativos. Y ahora su salida implicaría un derrumbe similar o peor al de 2001. Esto ha sido la crónica de una crisis anunciada.

Otro elemento en común: Menem y De la Rúa coincidieron al buscar como tabla de salvación a Domingo Cavallo y al FMI. Fueron una verdadera garantía, pero para el desastre. Los dos gobiernos, entre la convertibilidad de Cavallo y los ajustes del FMI, cultivaron las condiciones para la explosión de 2001-2002. En 1998, el FMI ponía como ejemplo ante el mundo a la economía argentina y calificaba a Menem como “nuestro mejor alumno”, al mismo tiempo que la economía entraba en un pico de recesión –del que sólo se repuso varios años después con el kirchnerismo– y la deuda externa crecía en forma acelerada. Era un año preelectoral y el gobierno menemista se había mostrado efectivamente como su mejor alumno. Fue una forma de intervenir en política a favor de Menem. Cuando apenas asumió al año siguiente, Fernando De la Rúa demostró que no había ninguna diferencia con su antecesor y entonces el FMI le dio el blindaje y le permitió el maquillaje de una situación que ya era explosiva.

En el 2004, después que la economía de su mejor alumno se fue al demonio, el FMI se hizo una autocrítica. Pero no por haberse equivocado al imponer los lineamientos que habían llevado al desastre y haber errado todos los diagnósticos y no haber previsto la dimensión de la crisis. Su autocrítica fue por no haber sido más exigente en el cumplimiento de sus condiciones. Quería más ajuste –en un país que ya estaba muy ajustado– y exigía que se cambiaran las leyes de jubilación. 

El recorte de las jubilaciones está siempre en las exigencias del Fondo. Hay una insistencia particular en este tema. Muchos de los jubilados que votaron a este gobierno –y los que no lo votaron– ya están sintiendo los rigores de estas políticas antiprevisionales con el recorte del índice de actualización. Lo sufrirán más con la alta inflación. Lo siguen sufriendo con el aumento de los remedios. Y en el futuro inmediato lo volverán a sufrir con las seguras restricciones que impondrá este regreso de la “supervisión” del organismo financiero internacional.

El retorno del Fondo a la Argentina es una victoria del mundo financiero internacional al que representa. El gobierno kirchnerista fue muy crítico del papel que había tenido el FMI en la crisis del 2001-2002. Al igual que Lula en Brasil, en el 2006 Néstor Kirchner pagó la deuda de 9 mil millones de dólares con el Fondo y cortó cualquier intervención del organismo en la economía del país. Fue una derrota fuerte para el Fondo de la que ahora se recupera gracias al macrismo y los radicales. El precedente había sido Cuba, que en 1964, tras pagar su deuda, se retiró del organismo (en realidad, la terminó de pagar cuando ya se había retirado). Ni Lula ni el kirchnerismo volvieron a pedir prestado ni a permitir el control sobre sus economías.

En la historia, el FMI ha respaldado e impuesto dictaduras y gobiernos derechistas latinoamericanos y ha tratado de frenar las medidas de distribución del ingreso y las mejoras sociales a las que visualiza como un gasto innecesario. Este retorno del FMI es coherente con el pensamiento del macrismo y su campaña de desprestigio y difamación de las políticas populares. Seguramente se hubiera producido sin necesidad de esta crisis de inflación, devaluación, tarifazo y fuga de capitales.

Y ¡ojo!: decir que el FMI no dejará caer la economía argentina porque no le conviene después de su fracaso del 2001 y del kirchnerismo, es lo mismo que decir que “estos no roban porque son ricos”. Al FMI tampoco le convenía la crisis que estalló en el 2001 y sin embargo sucedió. Con esta decisión, Macri aprovecha el temor que se extendió en la sociedad por la crisis que provocaron las medidas de su gobierno, para disciplinar y ajustar aún más a los sectores de menos recursos. La vuelta del FMI confirma la vuelta a los ‘90. Al Fondo y a la derecha: el inodoro.


domingo, 15 de abril de 2018

El Pacto de la Entrega de la Soberanía en Malvinas -2016-. Feradori-Duncan... @dealgunamanera...

El Pacto de la Entrega de la Soberanía en Malvinas -2016-. Feradori-Duncan...

Vicecanciller Carlos Foradori y su par del Reino Unido Alan Duncan.

Desde la llegada al gobierno en el 2015, uno de los lineamientos de PRO-Cambiemos y de Macri, fueron "reinsertarse en el mundo", entendido desde 1810 por la minoría porteña, como "quedar bajo el ala del Poder Anglosajón", hasta 1945, bajo el manto del Imperio Británico y a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, bajo las directivas del Imperio Norteamericano. No por nada a partir de 1983, la oligarquía local no ceso de hostigar al Presidente Raúl Alfonsín por su búsqueda de un espacio diplomático propio, ajeno a supuesta alianza, que no es más ni menos que un yugo con los EEUU.

© Dr. Héctor Rolando Francia Arambarri, ex conscripto ex combatiente "Cía. A" del RI MEC 7 - Wireless Ridge - Malvinas, creador de #malvinasxargentinos

Pero no quedó allí la cosa, luego de la deshonra de diez años que supusieron "las Relaciones Carnales" del Presidente Carlos Menen y el interregno anárquico de De La Rúa, la minoría privilegiada volvió al ataque y a través del periodista José C Escribano, en una charla previa al inicio del gobierno del Presidente Néstor Kirchner (2003), le hizo explícitos los requerimientos de la oligarquía a su futuro gobierno, Punto Final a los Temas de Derechos Humanos, Economía Liberal y "alianza irrestricta con los EEUU", luego la historia sería muy diferente a lo que esos grupos minoritarios "exigían".

En la actualidad vuelta al poder la "alianza tradicional entre la oligarquía local y el Poder Anglosajón", la prioridad de Macri fue demostrar que "no habrían más presiones en el tema Malvinas y de paso intentar conseguir sortear el veto del Reino Unido respecto del acceso a la Secretaría General de la ONU por parte de la entonces Canciller Susana Malcorra". La tan "cordial reunión" en Davos (Suiza) apenas iniciado su "gobierno" con el entonces Primer Ministro David Cámeron (algo totalmente innecesario, salvo por las finalidades antes expresadas -año 2015- ), terminó con el "fue muy lindo" de Macri y la reafirmación contundente de su posición respecto de Malvinas por parte del Primer Ministro Británico. Pero lo peor estaba por venir...

En el año 2016 se reúnen el entonces vicecanciller Carlos Foradori y su par del Reino Unido Alan Duncan, de dicho encuentro surge una "Declaración Conjunta", el mismo nombre que se diera al espurio "Acuerdo de Madrid de 1989", la finalidad es "no" llamar "Acuerdo" al "Acuerdo" porque sino se está cometiendo la ilicitud de "no dar participación al Senado de la Nación" como exige la Constitución Nacional. En un texto de cinco páginas, queda plasmada "LA ENTREGA DE LA SOBERANÍA EN MALVINAS": El Acuerdo Feradori-Duncan dispone:

1). Remitir a lo dispuesto en el Acuerdo de Madrid, es renunciar en las tratativas en curso a abordar el tema de la "Soberanía en Malvinas", con lo que se contradice -ilegalidad- el imperativo de nuestra Ley Fundamental (Constitución):

DISPOSICIONES TRANSITORIAS

Primera. La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional.

La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.

Además se pueden apreciar las consecuencias respecto de la LUCHA POR LA SOBERANÍA DE NUESTRO PUEBLO EN MALVINAS, SI SE POSTERGA LA CUESTIÓN "SINE DIE" (SIN FECHA) POR SEGUNDA VEZ (La primera, aquella de 1989 - Madrid-).-

2). Punto 10 del Acuerdo:

"Remover los impedimentos al desarrollo económico y comercial del Atlántico Sur",

¿Qué son esos impedimentos?, pues bien las leyes argentinas que sancionan a las empresas que desarrollen actividad en nuestra Plataforma Continental sin la autorización de nuestro país, así como todo el apoyo que durante 11 años (2004-2015) recibimos sobre todo de los países de nuestra Región Latinoamericana respecto de la defensa de nuestros Derechos en Malvinas y que llevaron a un mayor aislamiento a los colonos británicos (que ya habían rechazado todo acuerdo en 1968 y 1974, cuando no había ni señal de algún posible desembarco en Malvinas, ¡NO TIENEN BUENA VOLUNTAD ALGUNA! Y TODA PARA DAÑARNOS Y BURLARSE DE NOSOTROS y detrás tienen a Gran Bretaña y EEUU que desean para sí los recursos naturales del Atlántico Sur y de la Antártida)

¡Eso sí! también se acuerda sobre la cooperación entre ambos países en materia de educación, combate al narcotráfico, cooperación en paz y seguridad internacionales, no-proliferación, medio ambiente y cambio climático, energías limpias, comercio e inversión, ciencia, tecnología e innovación, turismo y deporte!, NOS PREGUNTAMOS, ¿PARA QUÉ METER TODO ESO EN UN ACUERDO QUE SE REFIERE A MALVINAS Y EL ATLÁNTICO SUR?, ESO ES MATERIA DE LAS RELACIONES NORMALES ENTRE DOS PAÍSES...SENCILLO, "TINTA PARA OCULTAR LA ENTREGA".

Recordemos que poco antes de la firma de este acuerdo, la Primer Ministra Theresa May, solicitó que se avanzara justamente en la materia del "punto 10" -¡les dan instrucciones en voz alta, como se hace con un sirviente!-.

Algo por Demás Degradante:

Al conocerse algunos de estos puntos, que además son ilegales (por la no intervención del Congreso) y constituyen una "TRAICIÓN A LA PATRIA" pues contradicen lo dispuesto por nuestra Constitución Nacional respecto de la Defensa de los Derechos Soberanos en Malvinas y el Atlántico Sur ("constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino"). 

Viendo que estallaría el tema -como pasó por algunos pedidos de informes- en el Congreso, en oportunidad de la Reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Macri se permitió anunciar que "THERESA MAY LE HABÍA DICHO INFORMALMENTE QUE GRAN BRETAÑA SE SENTARÍA A NEGOCIAR LA SOBERANÍA EN MALVINAS" (Basta con buscar las declaraciones de dicha época 2016-17), ¡por fin la lucha de millones de argentinos por 185 años tendría consagración!, se cumpliría con la Resolución 2065/65, muchos dijimos "-¡Parece increíble!", Y LO ERA... a las pocas horas el gobierno británico anunció que "NO MODIFICABA SU POSICIÓN OFICIAL SOBRE MALVINAS Y QUE NO HABÍA NINGUNA TRATATIVA SOBRE LA SOBERANÍA", ¡nos mintieron!, y quiero que comprendan los SUCIO DE LA MENTIRA, porque a cualquier argentino le puede dar bronca, pero a quienes somos "ex conscriptos ex combatientes en Malvinas" y pensando en los familiares y la memoria de nuestros compañeros caídos, SE TRATO DE ALGO ABERRANTE, parece que por seguir sus "fines políticos específicos" Macri y su gobierno "no" respeta nada y a nadie...

Resumiendo:

Queridos Compatriotas nuestra posición sobre Malvinas, puede establecer una solución gradual y se abre a diversos formatos políticos y jurídicos, pero "no" soslaya el tema de la soberanía. Entendamos:

La postura hoy es "GRAN BRETAÑA QUEDA EN POSESIÓN DE MALVINAS" y "nos da participación en los negocios que abra junto a sus socios en nuestras Islas y aguas del Atlántico Sur (y no olvidemos que tienen presente usurpar nuestro Sector Antártico, al que llamaron en el 2012 "Tierra de la Reina Isabel II").

Nuestra Postura, es soberanía e integración nacional de Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur (devolución de nuestras islas usurpadas, gradual, con compromisos "razonables" con los colonos, con estructuras jurídicas nuevas, pero que dejen en claro la vigencia de nuestros derechos en la zona) y luego compartir los "negocios" en proporción a las inversiones y trayendo socios de diversas zonas. Yo no sé ustedes, pero estoy convencido como "argentino" que mi país tiene tanto derecho a defender su integración territorial, sus recursos naturales y el derecho al "desarrollo nacional", como cualquier otra nación, sea Gran Bretaña o los EEUU (la mentalidad colonizada, piensa que dependemos de su "buena voluntad" y ¡Ay de los que creen en la buena voluntad de los imperios, desde Roma a los EEUU!).-

Ustedes compatriotas saben bien cuál es el imperio que ha "dominado económicamente" por excelencia en el Mundo, ¡Pues sí, Gran Bretaña! y nos dicen: "-¡ABRAMOS LA ZONA A LA EXPLOTACIÓN ECONÓMICA Y DE LA SOBERANÍA!... ¡MEJOR NO HABLEMOS!" (Es la fórmula pura de la dominación británica en la historia) ¡Y LO PEOR ES QUE LOS TRAIDORES, LA ACEPTAN!...

Pdt: Para muestra de la "inexistencia de la buena voluntad de los colonos británicos en nuestras usurpadas Malvinas, va este botón de muestra" (En plena época de Winnies Poohs y relaciones carnales y no cumplían lo acordado):

En el marco de la «política de seducción hacia los isleños» del presidente Carlos Menem, el 27 de septiembre de 1995 los cancilleres de ambos países firmaron en Nueva York una «Declaración Conjunta de Cooperación sobre actividades costa afuera en el Atlántico Suroccidental» referida a la exploración y explotación hidrocarburífera de las cuencas sedimentarias marinas de las Malvinas. La declaración definió un «área especial» de cooperación de 21 000 km² de mar, dividida en dos mitades, una de las cuales en la «Zona de Conservación Externa de las Islas Malvinas». Una comisión conjunta llevó adelante la cooperación hasta su última reunión en julio de 2000. 

El 3 de octubre de 1995 el gobierno británico de las Malvinas licitó para exploración petrolera 44 000 km² de bloques marítimos al Norte y al sureste de las islas, presentándose 40 empresas, pero sin dar participación alguna a la Argentina. El Reino Unido interpretó que la declaración conjunta lo obligaba a concertar sólo en el «área especial», pudiendo licitar unilateralmente en todo el resto del área en disputa, por lo que Argentina rechazó esa interpretación. En 1996 fueron otorgadas 7 licencias para la cuenca norte, perforándose 6 pozos, 5 de los cuales revelaron la existencia de petróleo. El 27 de marzo de 2007 Argentina retiró la declaración conjunta.



domingo, 14 de enero de 2018

"Honorables garchas"… @dealgunamanera...

Honorables garchas…


En el origen, “oligarca” era un tipo de clase alta considerado un “chupasangre” de trabajadores. Con el tiempo, “garca” se popularizó como una voz del lunfardo que califica sin reparos a todo canalla, traidor, falso, estafador o miserable probado en los hechos. De tal modo que, en opinión de quienes lo conocen, permite advertir a otros sobre la amenaza que representa la cercanía del que vulgarmente se llama “un cagador”, Sin necesidad de explicar ni de entrar en detalles.

© Escrito por Carlos Ares el domingo 14/01/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Con perdón de la mesa, también podríamos describir al “garca” común como “un tipo de mierda”, según otra de las acepciones habituales en ciertos bares. Es decir, alguien que sintetiza en su decir y hacer las más despreciables condiciones para las relaciones humanas, de acuerdo con normas y valores respetados como tales. No escritos, ni inscriptos en ninguna tabla de la ley, pero aceptados como fundantes de los intercambios sentimentales que se dan y se incorporan sin palabras en los barrios de la periferia. “Garca” es un anagrama y, a la vez, el “vesre”, el revés, de “cagar”.

En fin, demasiado palabrerío para decir lo que todos seguramente sabemos, hemos aprendido y sufrido al menos una vez en la vida: por más que te adviertan, lo sospeches o te avives a tiempo, un “garca” es un tipo que, tarde o temprano, te va a cagar. Y, contra toda prevención, lo logra. Al fin, te caga. Cada uno podría hacer ahora su propia lista de nombres. Nadie, nunca, se salvó de, al menos, un cagador.

Fue así que, en el trámite de pensar en tanto “garca”, apareció primero “una garcha”. ¿De qué otro modo calificarían ustedes a las “honorables” cámaras de diputados y senadores que acaban de renovar parte de sus miembros y se trenzaron de movida en una disputa feroz por los despachos, a la vez que defendían privilegios, colocaban asesores y justificaban la protección a los reclamados o condenados por la Justicia? Todo esto mientras se llenan la boca de medialunas, promesas, juramentos y se preguntan: “¿Qué más hay para mí?”.

Las cámaras funcionan como el convento para los bolsos de López. Son refugios seguros, siempre que todas las monjas reciban su parte. Hay una cantidad de “garcas” históricos que alguna vez fueron militantes comprometidos con alguna causa decente, pero que en el tránsito se fueron creyendo sus propias arengas, probaron las mieles del poder y quedaron pringados. Ahora les cuesta despegar los dedos de la caja, de los pasajes gratuitos, de los coches, de la guita pública. Una vez consumido ese ácido que te corroe el alma, nada vuelve a ser igual. El cerebro se convierte en una fábrica de producir excusas y echar culpas a otros sobre lo que debía ser y no fue, sobre lo que debe ser y no es. “La oposición”, “el gobierno”, “el imperialismo”, “los empresarios”, “la defensa de los trabajadores” (esta va sin “s”) y más, según a quien va dirigido el discurso. Justifican todo: la violencia, las chicanas, los arreglos, los negocios, los sobornos, las coimas.

Si los que escuchan en la intimidad de un asado son simpatizantes, ahí el “garca” confiesa: “Si no arreglás, te deja afuera”, “dan ganas de largar todo, pero hay que bancar por el proyecto”. Fue en uno de esos encuentros cercanos donde escuché contar su historia a un diputado nacional que –tomen nota– hace treinta años, ¡treinta años ya!, vive de la política. El relato era de tono “heroico”, como el de un ex combatiente de Malvinas en la primera línea de fuego. Egresado de la Universidad Católica (hombre de “la Iglesia”), siempre ocupó altos cargos –presidente de banco público, secretario de Estado, embajador y diputado, con Cafiero, con Menem, con Duhalde, con De la Rúa, en el Parlamento del Mercosur, con Massa y, ahora, con Macri, del que habla como si se le hubiera revelado el Mesías–.

Y ahí está, a salvo de las denuncias y procesos que le iniciaron, disfrutando “con un inmenso sacrificio”, de almuerzos y recursos. Sin pedir perdón, sin reconocer alguna responsabilidad en el fracaso. Esperando, convencido, que la Historia y la Patria le harán el debido reconocimiento cuando se comprenda todo lo que ha hecho por todos nosotros, el pueblo del llano que él nunca pisó. Los antecedentes de semejante infame les caben a varios, hagan sus propias listas. Nadie, nunca, en ningún Parlamento del mundo, se salvó de, al menos, un cagador. 

Fue entonces que pensé: en el caso de que el “garca” sea un funcionario, deberíamos describirlo como un “garcha”. Esto es un “garca” agravado por ser, además, un ruin e indigno servidor público. Si pertenece al Congreso, con el debido respeto a las cámaras, sería un “honorable garcha”. Esto es: el clásico “tipo de mierda” que, además, nos viola a todos en representación de nuestros derechos.



sábado, 19 de agosto de 2017

La derecha popular… @dealgunamanera...

La derecha popular… 
Matriz de medios y política desde los 90. Clarín no se dibuja por estar en todos los cuadrantes.

Hasta las PASO, se repitió como verosímil la versión de que Macri terminaría como De la Rúa. Equivocación que no tuvo en cuenta algunas diferencias.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 19/08/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Para un trabajo académico sobre cómo la subjetividad en periodismo afecta a la política y se ve afectada por ella, estoy entrevistando a las cincuenta principales estrellas y a los conductores de redacciones de la Argentina de los últimos treinta años. Uno de los actores principales del éxito de Radio 10 a fines de los años 90 sostuvo: “Macri está llevando a la práctica la ideología de derecha popular que hizo a Radio 10 líder al final del menemismo. Nosotros les decíamos a los sindicalistas ‘vagos, vayan a trabajar’, y Macri, junto con Vidal, mandan a trabajar a los maestros. Nosotros pedíamos mano dura y Patricia Bullrich más Vidal combaten el delito con determinación. Nosotros promovíamos penalización para los pibes chorros y Esteban Bullrich declara ‘todos los días un metro más de asfalto, una sala más, un pibe más que está preso’. Incluso la música, porque hasta que Radio 10 instaló pasar música en español, todas las demás radios pasaban música en inglés, y Macri terminó bailando música de Gilda con la banda presidencial”.

Qué pasó con las PASO. Hasta los resultados del domingo pasado, se repitió como verosímil la versión de que Macri terminaría como De la Rúa, yéndose en helicóptero. Equivocación que no tuvo en cuenta las diferencias entre la derecha (o centroderecha) popular y la tradicional que De la Rúa simbolizó. Para hacer más fácilmente visible esa representación, el gráfico que acompaña esta columna se divide en cuadrantes: dos de ellos representan la clásica división entre derecha e izquierda, y también, desplazándose horizontalmente, los otros dos de abajo, la división entre popular (y/o mítico) por un lado e intelectual (y/o epistémico) por el otro. En cada cuadrante, un presidente del pasado: Alfonsín en izquierda intelectual, De la Rúa en derecha intelectual, Kirchner en izquierda popular y Menem en derecha popular.

Las audiencias de los medios son gigantes encuestas o focus group que reflejan cambios de tendencia electoral.


El error del helicóptero surge de colocar a Macri en el cuadrante de derecha intelectual (el de De la Rúa) cuando está en el de derecha popular (el de Menem), lo que se clarifica al sumar al gráfico la relación que hay entre subjetividad en los medios de comunicación y su relación con las preferencias políticas, haciendo más visible el verdadero posicionamiento del PRO y explicando por qué Macri se lleva mal con el círculo rojo y es subestimado por las elites clásicas, como lo fue en su época de estudiante en el colegio Cardenal Newman porque era hijo de inmigrantes.

Los deportes son otro ejemplo: el diario La Nación tiene la mejor cobertura de los llamados en su redacción “deportes blancos”, el rugby entre ellos, igual que en el Cardenal Newman, mientras que Macri es futbolero y como dijo un destacado empresario del círculo rojo: “Como es futbolero, le gusta que lo aplauda la tribuna”.

La alianza del PRO con el radicalismo y su tácito antiperonismo, por lo menos funcional, pudo confundir a quienes veían a Macri más cerca de los ideales republicanos de Alfonsín o De la Rúa, e inhibir a los analistas de colocar a Macri en una zona común con Néstor Kirchner y Menem, pero con el paso de los meses esto se hará cada vez más evidente. La primera señal fue nombrar dos jueces de la Corte Suprema por decreto. La más reciente: la votación, el jueves en el Consejo de la Magistratura, enviando a juicio político al juez Eduardo Freiler, calificada como picardía o trampa legal por los medios que simpatizan con el Gobierno pero que si hubiese sido hecha por los kirchneristas se hubiera explicado como un escándalo antidemocrático, demostrando que nos encaminábamos a Venezuela. Festejar el triunfo de Esteban Bullrich en las PASO el domingo a la noche permitiendo que se difundiera internacionalmente que Cristina Kirchner había perdido es otro ejemplo de lo que exageradamente llaman “dictadura de ojos azules”: maneras educadas para el mismo tipo de acciones.

Macri se endeudó como Menem y aumentó el déficit fiscal como Cristina. Lo opuesto a De la Rúa y L. Murphy.


Macri no es idealista, muestra ser decisionista y resultadista, como Néstor Kirchner (no así Cristina) y como Menem. Otra señal se percibió en la inconsistencia técnica de su plan económico: Macri fue ortodoxo en materia cambiara pero heterodoxo con el déficit fiscal, el que hasta agrandó, mientras que el disciplinado De la Rúa frente al mismo problema de déficit fiscal, en su caso heredado de Menem y no de Cristina, hizo un ajuste fiscal clásico y perdió las elecciones legislativas. Macri, en cmabio, se endeuda igual que Menem.

Mediopolis. En este gráfico que cruza votantes de distintos presidentes y las audiencias de diferentes medios, no se incluye al Grupo Clarín porque su política editorial, al buscar satisfacer a todos los públicos en todas las plataformas, puede ocupar todos los cuadrantes, priorizando proporcionalmente más unos que otros en función del humor social de cada momento. Paralelamente, los medios más representativos de la derecha: la Radio 10 de fines de los 90, y de la izquierda: el diario Página/12, fueron lobotomizados en distintas proporciones durante el kirchnerismo. En el caso de Radio 10, mientras continuó siendo de Hadad tuvo que atemperar su posición de derecha para sobrevivir con publicidad oficial durante el kirchnerismo y pasar a abandonar directamente ese posicionamiento al ser comprada por Cristóbal López.

Para Menem hacía falta una dosis de malicia para gobernar, que De la Rúa carecía y Macri mostró con Freiler y el escrutinio.


En el caso de Página/12, mientras la dirigía Lanata, la primera mitad de los años 90, se superponía más con la posición de la revista Noticias, continuada años después por el diario Perfil, para ir abandonando ideas liberales y aumentando su actual sesgo mítico-popular, profundizado con la llegada del kirchnerismo. El propio Lanata tampoco se mantiene en el cuadrante de cuando dirigía Página/12, subsumido hoy en el gran continente que representan los medios del Grupo Clarín.

El público menos especializado en temas políticos puede registrar más rápido señales analógicas del tipo Boca = popular y quedar menos enredado en definiciones ideológicas que pueden confundir a algunos analistas y al círculo rojo. Los distintos estudios de opinión pública muestran una relación directa entre la mayor proporción de votantes de Macri y los sectores menos politizados.

Pero que los cuadrantes de medios y política resulten últiles para generar otra perspectiva de los corrimientos electorales no debe hacer confundir rating con votos, y siempre hay que tener en cuenta que Ibope mide el rating en el Gran Buenos Aires, donde se concentra un tercio de los habitantes, que no siempre representan a todo el país.


martes, 20 de diciembre de 2016

La muerte de Pocho Lepratti: el principio del fin de la Alianza… @dealgunamanera...

La muerte de Pocho Lepratti: el principio del fin de la Alianza… 

Celeste. La vida de la hermana de la víctima tiene bastante en común con la de muchos familiares de desaparecidos en la dictadura. La lucha permanente por la justicia. Foto: Cedoc Perfil

En el fin del gobierno de De la Rúa, el crimen del militante de izquierda inició una escalada de violencia en todo el país. ¿Cómo siguió la vida de sus familiares y qué pasó con los victimarios?

© Escrito por Federico Frau Barros el domingo 18/12/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Mañana, 19 de diciembre, se cumplen 15 años del crimen de Pocho Lepratti, militante popular asesinado por la policía rosarina en la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001

“Cristiano revolucionario”, como él mismo se definía, Pocho cruzaba todos los días la ciudad de Rosario en bicicleta, desde el barrio Ludueña, donde vivía y sembraba amor a pibes en situación de vulnerabilidad, hacia Las Flores, el barrio en el que está la escuela donde trabajaba como ayudante de cocina. Fue justamente trabajando y sirviendo a los demás que lo mataron cuando, en uno de esos días revueltos y feroces que atravesaba nuestro país a fines de 2001, un patrullero llegó a la zona de la escuela donde él trabajaba con la decisión de reprimir. El subió al techo de la institución junto con un profesor de matemáticas y dos compañeras del comedor y les pidió a los policías que no dispararan, que adentro no había más que pibes comiendo. Fue en ese momento, entre gritos y puteadas, que recibió un disparo y una bala de plomo le perforó la tráquea dejándolo sin vida.

Intentaron callarlo, creyeron que llenándole la garganta de plomo su grito ya no se escucharía por las calles de Rosario. Pensaron que matándolo quizá su figura ya no tendría el efecto transformador en la realidad de los barrios de la ciudad. Pero se equivocaron, ese día, sin quererlo, crearon un mártir, y su espíritu noble y su compromiso de lucha se esparcieron por toda la ciudad como una epidemia de hormigas.

Santa Fe fue la provincia con el número más alto de víctimas fatales en relación con la cantidad de habitantes en la represión del 19 y 20 de diciembre de 2001. Fueron nueve muertos en la provincia, siete de ellos asesinados por la policía. Sólo hubo dos policías condenados, uno de ellos Esteban Velázquez, el hombre que disparó la bala que terminó con la vida de Pocho. 

Fue condenado a 14 años de prisión, pena que no cumplió en la cárcel de manera completa. Hoy tiene un puesto de hamburguesas en Arroyo Seco, en las afueras de Rosario. Es militante del Pro en Arroyo Seco, trabajó en la última campaña electoral y fue fiscal del Pro en las elecciones pasadas.

El caso de Lepratti fue el único de todos los crímenes sucedidos en esas trágicas jornadas de diciembre en el que se abrió una causa para investigar el encubrimiento policial. Por más que se investigó a menos policías de los involucrados, se logró condenar a cinco de once: Roberto de la Torre, Rubén Darío Pérez, Marcelo Fabián Arrúa, Carlos Alberto de Souza y Daniel Horacio Braza (fallecido en 2011). Sin embargo, unos años después, la Cámara Penal los sobreseyó entendiendo que no había pruebas suficientes.

En 2015, la Corte Suprema de la provincia revocó el fallo de la Cámara Penal y ratificó el del juez Julio César García, dejando firmes las condenas de estos policías, que finalmente no las cumplieron en prisión. Una vez más, los de más arriba no sufrieron consecuencias; el comisario José Manuel Maldonado, por entonces titular de la División Judiciales, señalado como el principal responsable del encubrimiento, no fue ni siquiera llamado a declarar. El fue el que firmó la documentación adulterada sobre la causa que luego se elevó a la Justicia.

Familiares

La semana pasada, durante los días 9 y 10 de diciembre, se realizó en Rosario el tercer encuentro nacional de familiares de víctimas y heridos en diciembre de 2001 de distintos lugares del país, donde acordaron ir en búsqueda de la elevación de las causas a un fuero internacional para que se juzgue a quienes consideran los responsables políticos, con Carlos Reutemann, gobernador de Santa Fe en 2001, y Fernando de la Rúa, presidente de la Nación, a la cabeza. Allí estuvo la madre de Pocho, Dalis Bel.

“Pasaron 15 años y el dolor es siempre igual. Desde que pasó hasta que yo deje de existir va a ser igual, nada va a cambiar. Igual es lindo encontrarse, escuchar cómo viven y qué sienten otros familiares, eso ayuda. A veces me despierto de noche y me parece que no pasó nada, creo que es un sueño. Todos los días me acuerdo de él. Tiene once sobrinos y no pudo conocer a ninguno”, dijo con la voz quebrada al ser entrevistada por radio La Hormiga, que funciona en la Biblioteca Popular Pocho Lepratti en Rosario.

“Más allá de que entendemos que no habría condenas para los responsables políticos en un fuero internacional, sí marcaría un precedente y puede haber una sanción para los gobiernos”, explica Celeste Lepratti, hermana de Pocho. A Celeste también se le agrieta la voz cuando recuerda a su hermano. “A veces las preguntas más simples son las más difíciles de responder”, dice Celeste cuando las preguntas van más por el lado de la relación con su hermano y no por el de la causa, las exigencias o los homenajes.

Huellas.

Celeste se fue a vivir a Rosario en 2005, al año siguiente de que su padre, Orlando Lepratti, falleciera luego de un paro cardíaco horas después de haber regresado de Rosario del acto por el tercer aniversario de la muerte de su hijo. En un principio fue Orlando quien tomó las banderas de justicia por Pocho, pero una vez que murió, Celeste se hizo cargo de un reclamo que sigue en pie hasta el día de hoy. Actualmente Celeste, además de docente en escuelas secundarias, es concejala de Rosario por el Frente Social y Popular y presidenta de la comisión de derechos humanos del Concejo Municipal de Rosario.

“El asesinato de Pocho nos cambió la vida a muchos. A partir de ese momento fuimos tomando decisiones. Algunas tuvieron que ver con involucrarnos, sumarnos al camino de justicia, memoria y búsqueda de la verdad. Pocho nos dejó una invitación”, explica Celeste.

El día del asesinato de Pocho, sonó el teléfono en la casa de la familia Lepratti en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Llamaban de la escuela donde trabajaba Pocho para darles la peor noticia.

Unos minutos más tarde, prendieron la televisión y Jorge Lanata contaba en su programa quién era Pocho Lepratti, uno de los muertos en Rosario.

Quién era.

Claudio “Pocho” Lepratti fue asesinado en la Escuela Nº 756 José M. Serrano, en el Barrio Las Flores, donde trabajaba como ayudante de cocina. Nació en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, el 27 de febrero de 1966. Era el mayor de seis hermanos. Hizo la primaria en la Escuela Nº 30 de Concepción del Uruguay y la secundaria en el Colegio Santa Teresita, perteneciente a la orden salesiana. Con los años siguió vinculado con los salesianos, y una vez que abandonó la carrera de Derecho que estudiaba en la Universidad Nacional del Litoral, entró al Seminario Ceferino Namuncurá de Funes, Santa Fe.

Fue cuando abandonó el seminario que llegó a Rosario. Allí se asentó en el barrio de Ludueña para dar clases de Teología en la escuela del padre Edgardo Montaldo y coordinar talleres para niños. “Pocho consagró su vida a chicos que corrían el peligro de perder sus sueños”, dijo el padre Edgardo Montaldo en Sueños alados, un documental sobre la obra de Pocho Lepratti en el barrio Ludueña.

En Ludueña, Pocho realizaba distintas actividades por y con los pibes del barrio. Armó la revista El ángel de lata y formó varios grupos de jóvenes como La Vagancia, el primero de todos y el más recordado. “La Vagancia era un grupo de jóvenes que nos juntábamos para hacer cosas porque no había actividades ni propuestas para los adolescentes y los jóvenes en la villa. Entonces nos empezamos a juntar, primero para ir a algún campamento, para ir a La Florida los domingos, hacer tortas fritas, tomar mate y charlar”, explicó Pocho en un documental sobre el colectivo que él mismo encargó y, hace unos pocos años, sus realizadores lo digitalizaron y lo subieron a internet.

Nosotros.

“El ‘nosotros’ de Pocho era un nosotros mucho pero mucho más grande que el que podamos pensar y recorrer en auto o en tren. Era un nosotros como de doscientos idiomas, mil religiones, y millones de fiestas de cumpleaños y pesebres”, escribió Gustavo Martínez, amigo y compañero de militancia en ATE , en el prólogo del libro ¡Pocho Vive!

“Hay que pasar el invierno, el invierno eterno no existe. Si despertamos, se va. Podemos y debemos construir la primavera”, solía gritar Pocho desde su bicicleta. Le dispararon en la garganta para intentar callarlo, pero no pudieron borrar el camino que dejó marcado con sus huellas por las calles de Rosario. No hay dudas de que el invierno eterno no existe, la primavera llegará y ojalá venga acompañada de justicia por Pocho y todos los asesinados y asesinadas en diciembre de 2001.