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lunes, 6 de diciembre de 2021

Unos y otros. Diferencias que impiden… @dealgunamaneraok...

 Unos y otros. Diferencias que impiden… 

¿De quién es la Kulfas? Dibujo: Pablo Temes

Las internas en el Gobierno bloquean cualquier política racional. La oposición, enredada en pujas de nombres. 

Escrito por Nelson Castro el sábado 04/12/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 


En menos de dos meses, Débora Giorgi quedó fuera del Gobierno. Era la mano derecha de Roberto Feletti en la Secretaría de Comercio pero Alberto Fernández nunca le firmó su decreto de asunción en el cargo. Su jefe directo era el ministro de la Producción, Matías Kulfas, que semanas atrás había desautorizado a Feletti y le había recriminado públicamente haber instalado la versión de un posible aumento de los derechos de exportación a la carne justo en un momento de gran tensión con el campo.

Feletti tuvo una actitud que no es la más indicada, había dicho el ministro aclarando que “pensar en voz alta no es lo más apropiado” y que “de ninguna manera hay una decisión tomada, lo que se está haciendo es analizar diferentes alternativas respecto al tema”. La relación entre ambos se recompuso a medias pero lo cierto es que Kulfas y Giorgi nunca llegaron a trabajar juntos. El fondo de la cuestión está más lejos de los funcionarios de segunda línea. Luego de la remontada electoral en la Provincia y del acto falsamente triunfalista en la Plaza de Mayo, el presidente Alberto Fernández se convenció de que su momento había llegado y buscó empoderar su gestión con una impronta personal. Kulfas lidera la resistencia albertista mientras que Feletti responde al Patria y Débora Giorgi, a CFK.

Desde la usina de pensamiento kirchnerista aseguran que son “especulaciones y cruces domésticos” pero no le auguran mucha vida al ministro de la Producción en el Gobierno: “Hace rato que la jefa lo tiene entre ceja y ceja”, aseguran. 

Para ser exactos, no se trata de discusiones de cabotaje. Las diferencias internas en el Frente de Todos contra Todos ensucian cualquier intento de política racional y dejan a la Argentina renga a los ojos del mundo. La negociación para alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es una muestra de ello. La última carta de la ex presidenta en funciones dinamitó cualquier atisbo de cordura y cohesión interna. “La lapicera no la tiene Cristina... siempre la tuvo, la tiene y la tendrá el presidente de la Nación”. De esta forma, no solo no apoyó de manera clara y contundente las negociaciones con el Fondo, sino que se despegó de las exigencias naturales para llegar a un acuerdo con el organismo de crédito internacional y dejó el ajuste en manos del Presidente. La jugada es clara: ella no está ni estará para los momentos difíciles; es más, se cuidó de no quedar pegada en ninguna de las dificultades que vendrán de cara a la segunda parte del mandato. Si las cosas no marchan bien, la culpa será del Presidente.

Mientras tanto, la realidad sigue dejando su huella de espaldas a las internas. La inflación no cede, las reservas están al límite y el riesgo país sigue por las nubes. 

“Hemos trabajado de manera constructiva, pero hay mucho por hacer todavía. Seguimos comprometidos y estamos listos cuando estamos listos”, dijo Kristalina Georgieva en una entrevista con la agencia Reuters. Esta declaración muestra lo mucho que falta para lograr un acuerdo sin el cual el Gobierno no podrá articular ningún plan económico que augure crecimiento.

La permanente involución


Alberto Fernández finalmente volvió sobre sus pasos y decidió asistir a la jornada de cierre de la 27ª Conferencia Industrial de la Unión Industrial Argentina, pero los gestos ya no alcanzan. El jefe de Estado aseguró que “la Argentina está atravesando un claro proceso de recuperación económica” y volvió a cargar contra “los pícaros que abusan del contexto inflacionario” y aumentan los precios. Los empresarios descreen de cualquier iniciativa en el marco del doble comando y creen que “el Gobierno sigue estancado en persecuciones infantiles sin tocar los temas de fondo “. 

La crisis es de confianza y de credibilidad. Desde el Movimiento Nacional Pyme (Monapy) aseguraron que los hombres de negocios siguen aferrándose a la verdad objetiva. “Es cierto que el gobierno de Macri tomó una deuda impagable, pero también es cierto que con más impuestos hemos ido acumulando más desempleo y más pobreza. Es verdad que hay una incipiente mejora en el nivel de actividad económica pero lo que está logrando es mayor polarización social porque se da en sectores que tuvieron espalda para aguantar la crisis pero no llega al resto de las empresas. Hay que modificar las condiciones laborales y la base impositiva, y promover un desendeudamiento de las pymes, que generan el 70% del empleo en la Argentina”, remarcaron desde el sector. 

Mientras tanto, la oposición sigue enredada en la puja de nombres y pases a tres semanas de los comicios. Las disputas internas dentro del radicalismo se dirimen públicamente. Mario Negri seguiría al frente del bloque en Diputados a pesar del pedido de renovación del ala más cercana a Martín Lousteau y el diputado electo Martín Tetaz luego del veredicto en las urnas. En el entorno del cordobés quieren dar por cerrado el tema pero para los que responden al ex ministro de Economía no está dicha la última palabra. “¿Cómo le explicamos a Rodrigo De Loredo que le ganó la interna por goleada a Negri, después que este le hizo cuatro impugnaciones para que no pueda participar, que llega como diputado con el apoyo del 56% de los cordobeses, que tiene que respaldar a un jefe de bloque repudiado en su provincia?”, se preguntó un diputado de Evolución. En el PRO son algo más discretos pero diferentes fuentes admiten que “el río está revuelto aunque es algo normal en la reconfiguración del poder interno que se inició luego de las elecciones”. Se cruzan los intereses dentro de la coalición opositora.

Por ejemplo, Patricia Bullrich había apoyado de manera explícita a la dupla ganadora de la interna cordobesa y Mauricio Macri quedó del lado de los derrotados. Entretanto, Horacio Rodríguez Larreta sigue sumando nombres del radicalismo en su equipo de la Ciudad de Buenos Aires y esta semana consumó la jugada que cauterizaría las heridas de las PASO: el intendente Jorge Macri desembarcó en el gabinete de CABA como ministro de Gobierno y Asuntos Interjurisdiccionales. El alcalde porteño busca blindarse y ganar apoyo de cara a 2023. 

Lo de Jorge Macri hay que ubicarlo en el contexto de muchos intendentes, tanto del FdT como de JxC que, con la renuncia a su cargo, buscan evitar las consecuencias de la ley que les impide la reelección indefinida, para así poder postularse nuevamente en 2023. ¡Un bochorno!



lunes, 29 de noviembre de 2021

La permanente involución… @dealgunamaneraok...

 La permanente involución… 

Donde hay un dólar, Martín Guzmán. Dibujo: Pablo Temes 

Impunidad, degradación institucional, relato y mentira en lugar de la realidad: la Argentina que tanto nos duele. 

Escrito por Nelson Castro el sábado 27/11/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Con el sobreseimiento de Cristina Kirchner y sus hijos, Máximo y Florencia, en la causa Hotesur y Los Sauces –acusados nada menos que de lavado de dinero–, la impunidad y la degradación institucional alcanzaron el pasado viernes niveles preocupantes para cualquier república que se considere bien establecida. Hay en las últimas decisiones de una parte de la Justicia que debe juzgar a la vicepresidenta y sus secuaces una lamentable coincidencia: las acusaciones se caen sin siquiera llegar a juicio. Esto es, sin la culminación del proceso, sin escuchar a los testigos y sin la exposición de pruebas en su contra. 


Ya había ocurrido en las causas Qunita y Memorándum con Irán. Mucho se ha hablado del plan de impunidad de CFK sistemáticamente negado por sus abogados, allegados y correligionarios; lo cierto es que la realidad viene demostrando que su diseño se viene cumpliendo a rajatabla. “Cristina necesitaba sí o sí evitar este juicio porque, de haberse llevado a cabo, el cúmulo de evidencias en su contra era tal que no hubiera habido ninguna posibilidad de lograr la absolución”, explica una fuente judicial que conoce la causa al dedillo. La ex presidenta en funciones sabe que nunca irá presa. No es esa su preocupación. Lo que la perturba es la existencia de una condena. 


Amado Boudou logró una reducción del tiempo que pasó preso. Lo que no consiguió –ni conseguirá– es evitar su condición de condenado, es decir, de persona con prontuario. Lo mismo se aplica para Julio De VidoRicardo JaimeJosé López y Juan Pablo Schiavi. La otra cosa que inquietaba a CFK era la situación de su hija Florencia, que no tiene fueros. Para ella, el destino inevitable era la cárcel.

 

En la Justicia hay muchos jueces, fiscales y funcionarios honestos. A todos ellos, el bochornoso fallo dividido del Tribunal Oral Federal Número 5, integrado por Adrián GrünbergDaniel Obligado –que votaron a favor– y Adriana Palliotti –que votó en disidencia y afirmó que “no se advierte la existencia de evidencia alguna con el alcance de ‘prueba nueva’ (...) que pudiera habilitar, siquiera mínimamente, esta vía para arribar a un sobreseimiento”–, deja mal parado a todo el sistema judicial como tal.

 

El apuro en la emisión del fallo tampoco es casual. El Dr. Grünberg termina su subrogancia la semana que viene y, además, el 10 de diciembre, el Frente de Todos contra Todos perderá su supremacía en el Senado, lo cual echa por tierra el sueño de la reforma judicial pro impunidad anhelada por CFK.

 

El fallo pone en jaque la credibilidad del Poder Judicial. Esta es la verdadera dimensión del significado del veredicto de los camaristas Grünberg y Obligado. Y eso tiene consecuencias nocivas para la consolidación del concepto republicano que rige la vida institucional de nuestro país. Cuando la Justicia consagra la impunidad, el ordenamiento social se ve alterado. Si la decencia y la indecencia dan lo mismo, la corrupción finalmente triunfa. Nadie crea que se puede combatir la pobreza en los lugares donde el delito se impone. Los países con más altos niveles de decencia de sus funcionarios son los países donde hay mayor igualdad social. La corrupción en el poder y la pobreza van de la mano. Donde impera la corrupción, la ley no vale nada. Es lo que estamos viendo en muchas zonas de la Argentina.  


En las últimas decisiones de la justicia sobre CFK las acusaciones no llegan a juicio.


La vicepresidenta ya tenía conocimiento de este fallo cuando el pasado miércoles por la noche reapareció por primera vez –luego de su operación y del silencio poselectoral– en el brindis de despedida de los senadores que concluyen su mandato. En el encuentro –de carácter privado– no dejó definiciones políticas pero se la vio distendida y de muy buen humor, algo no habitual en ella. En rigor a la verdad, quien interprete su ausencia mediática como un repliegue se equivoca. CFK está activa y sigue de cerca todas las actividades de gobierno con ojo crítico y mano lista para volantear; desde la negociación con el FMI hasta la llamada ley de envases que, de aprobarse el proyecto, funcionará en la práctica como una nueva caja para las organizaciones sociales.

 

En su conferencia de prensa del viernes la señora portavoz de la presidencia, Gabriela Cerruti, teorizó sobre los logros del Gobierno y la “flamante” situación del país para justificar la medida restrictiva para quienes no pueden cancelar el saldo de sus viajes al exterior en un pago y optan –u optaban– por hacerlo en cuotas. 


Según Cerruti todo está tan bien que el nuevo cepo al turismo es necesario. Veamos sus palabras de manera textual para que se entienda un poco mejor lo inentendible: “Es una disposición del Banco Central que es momentánea y puntual, que se refiere a algo absolutamente específico y que tiene que ver con este proceso de crecimiento y reactivación económica en el que estamos, muy fuerte. Han visto las cifras de esta semana de reactivación del consumo, del turismo interno, de las pymes, de la actividad económica”. El kirchnerismo cree que todo es relato y mentira. La medida que tomó el Banco Central tiene una sola explicación: faltan dólares, el acuerdo con el FMI es todavía incierto y hay temor a lo que pueda suceder en el mercado cambiario.

 

Todas estas cosas ya sucedieron en el pasado. Es la larga y permanente involución de la Argentina que tanto duele.

 

Producción periodística: Santiago Serra.




jueves, 25 de noviembre de 2021

Negar la realidad. Humo, nada más que humo... @dealgunamaneraok...

Humo, nada más que humo…


Vamos a dialogar. Dibujo: Pablo Temes.

Nadie con real voluntad de convocar a un diálogo lo hace advirtiendo al otro que es el culpable de todos los males. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 20/11/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.



No hay dudas, pero sí muchas internas. La oposición se llevó un gran triunfo en las elecciones de medio término. Los disparates discursivos de los que intentó valerse el oficialismo para edificar un nuevo relato que le permita exhibir una unidad que, a todas luces, está atada con alambres, forman parte de su esencia. Lo mismo sucedió en 2013 cuando Sergio Massa acabó con los sueños de reelección de Cristina Fernández de Kirchner. “Ellos ganaron perdiendo y nosotros perdimos ganando”, declaró la diputada electa Victoria Tolosa Paz que, a esta altura, compite con el presidente Alberto Fernández por el triste premio a la palabra devaluada. Lo cierto es que, el resultado electoral, puso una lupa y sacó a la luz las internas que atraviesan ambas coaliciones.

 

Juntos por el Cambio enfrenta turbulencias en dos sentidos: dentro del PRO, su presidenta Patricia Bullrich, reconoció que esperaban superar el 50% en la Capital Federal y chicaneó a María Eugenia Vidal y a Horacio Rodríguez Larreta por no haber ampliado el caudal de votos respecto de las PASO en la Ciudad. Es que el alcalde porteño fue el arquitecto de los planes para los dos principales distritos del país, donde ganó con claridad, pero por menos de lo esperado. “Nada de esto hubiera pasado si no se hubieran sobrevalorado las expectativas, habría que haberse plantado con un discurso de escenario incierto y luego salir a edificar el triunfo” –dijeron fuentes que recorren las oficinas de la Jefatura de Gobierno. 


La presidenta del PRO camina con cierta tranquilidad porque se adjudica la cosecha de votos en el interior del país; recordemos que desistió de competir en una interna con Vidal para no ser un obstáculo y dedicarse a esa tarea. Al mismo tiempo, un segundo frente amenaza con incrementar los nubarrones que pueblan el firmamento de JxC: los líderes del radicalismo le disputan a Bullrich los resultados en el interior para quedar mejor posicionados de cara al 2023. Es cierto que la estructura territorial de la UCR tuvo peso específico propio, pero no es menos cierto, que cada uno intenta llevar agua para su molino.

Patricia Bullrich se atribuye la buena cosecha de votos de JxC en el interior. 

“En Juntos están todos peleados” –se le escuchó decir en uno de los actos de cierre a un recién llegado a la política. Más allá del folklore y lo que dejó la trastienda, todos saben que la unidad es la única vía para mantener vivo el proyecto a mediano y largo plazo. 


“Tanto el PRO como la UCR tienen nombres competitivos. Habrá que madurar bastante para alcanzar acuerdos dentro de cada partido que permitan no ir con más de un candidato a las PASO 2023. Ninguna fuerza puede darse el lujo de ir dividida dentro de la propia contienda porque sería una derrota segura para la UCR o para el PRO” –razonan en uno de los equipos de campaña.

 

La patológica negación de la realidad. “No olviden que el triunfo no es vencer sino nunca darse por vencido”. Esas fueron las palabras de Alberto Fernández para, esta vez ante una multitud, negar la derrota electoral. El acto del miércoles en la Plaza de Mayo fue una foto perfecta de lo que sucede dentro del oficialismo. Debilidad, búsqueda de cohesión interna, y un insólito juego de escondidas que dejó a todos en evidencia.

 

El Presidente se propuso relanzar su gestión y apostó a devolverle la vida a su corriente interna de cara a las presidenciales. Eso resultó obvio a la hora de evaluar los alcances de la convocatoria: Piqueteros del Movimiento Evita, organizaciones sociales afines, sindicalistas, albertistas desencantados y de los otros y Fernández como único orador. La Cámpora marcó la diferencia y buscó pasar inadvertida. Lejos del escenario el Cuervo Larroque dijo que “no había podido escuchar el discurso del Presidente porque había tanta gente que no pudieron avanzar hasta los primeros lugares”.

 

Nadie se chupa el dedo. Si La Cámpora quiere decir presente lo hace valiéndose de su poder y su llegada. Además, las cámaras de televisión mostraron la posición de la agrupación y el vasto espacio que tenían para acercarse a la Plaza. No lo hicieron porque no quisieron. CFK y su hijo Máximo se beneficiaron de un circo que los ayudó a mostrar unidad. Pero no se pintaron la cara de payasos para dar un apoyo explícito a un acto con el que no estaban de acuerdo. En el ala más dura del oficialismo nadie piensa en inmolarse por un presidente débil que no cubre las expectativas de su jefa política, la vicepresidenta en funciones. “Salvó la ropa con lo justo. Esperábamos una derrota mayor. Esto nos da aire para replantear la estrategia de cara al futuro” –aseguraron desde el Patria. Ese futuro no incluye al albertismo.                         

Los claros ganadores dentro de la interna del oficialismo son los intendentes del conurbano bonaerense que demostraron que poseen dominio territorial. En ese ámbito transformado en feudo, “la platita” y el aparato funcionaron.

En el ala más dura del oficialismo nadie piensa en inmolarse por un presidente débil. 

En muchas otras partes del país, no. Éste es un dato interesante que surge de los resultados del domingo. El premio que se llevarán los barones del peronismo del Conurbano es la anulación de la cláusula que les impide la reelección indefinida. En esta iniciativa serán acompañados gustosamente por los intendentes de JxC que también se ven afectados por esta ley que propiciaron la entonces gobernadora María Eugenia Vidal y la versión no kirchnerista de Sergio Massa. Como se ve, las ambiciones de poder permanente no son exclusividad del oficialismo.

 

La descripción precedentemente expuesta de la situación dentro de las dos principales coaliciones políticas que se disputan el poder, muestran una notable y preocupante distancia con la realidad. El llamado al diálogo de AF nació muerto. Nadie con real voluntad de convocar a un diálogo lo hace advirtiéndole a su contraparte que es la culpable de todos los males y que nada de lo que proponga será tenido en cuenta. En fin, humo; nada más que humo.

 

Producción periodística: Santiago Serra.






miércoles, 17 de noviembre de 2021

Reacciones inesperadas… @dealgunamaneraok...

 Reacciones inesperadas… 


¿Y si el voto bronca desaparece...? Dibujo: Pablo Themes 

El país ya no resiste las viejas mañanas de la política. La gente ha mostrado su hartazgo una y mil veces. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 13/11/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

Domingo de votación para una elección de medio término en la que se juega mucho más que la renovación de nombres en las bancas del Congreso Nacional, las Legislaturas provinciales y los Concejos Deliberantes. Hay en esta elección un plebiscito a la primera mitad del gobierno del Frente de Todos y una lucha mucho más profunda por alcanzar el equilibrio de fuerzas en el Parlamento. 

El final de la campaña se vio marcado –y alterado– por tres temas que preocupan a los ciudadanos en primer lugar y que exigen respuestas inmediatas: la inseguridad brutal que cada día se cobra la vida de uno o más argentinos, la disparada del dólar y la inflación que empuja el costo de vida a niveles insoportables. 

A esta altura ya todos conocen a los candidatos, sus spots, sus largas promesas y, en muchos casos, el vacío de ideas. ¿Pero qué es lo que ha ocurrido con la gente a lo largo de esta campaña? ¿Con qué se han encontrado los principales competidores en el cara a cara con los ciudadanos? La calle impone sus propias reglas y les da a todos su baño de realidad. Es una manera interesante de recoger el lado B de la campaña electoral. Lado B que debería estar siempre en primer lugar y que, como suele ocurrir, nunca se cuenta o solo se muestra lo que le conviene a cada agrupación. 

Los tiempos cambiaron y atrás han quedado las fotos de candidatos abrazando niños, sonriéndole a la gente y erigiéndose como los dioses salvadores de una realidad adversa. El motivo del cambio es tecnológico y generacional, pero sobre todo tiene su raíz en la democratización del proceso de comunicación. Donde hay un candidato con su equipo de fotógrafos y redes sociales dispuestos a mostrar su cara más amable, también hay a su alrededor miles de habitantes con sus teléfonos celulares captando imágenes y listos para demostrar que el mensaje de campaña ya no es unidireccional. 

“La vergüenza del reparto de bicicletas, calefones y heladeras, en distintos sectores del Conurbano, mostró la indignidad del ‘plan platita’ porque miles de ciudadanos viralizaron lo que estaba ocurriendo. Muchos con sorpresa y otros con bronca y dolor. Es claro. No había para todos. Y pronto aparecieron los testimonios de personas, que contaron la contraprestación que debían realizar, para recibir algo a cambio” –así lo describió un vecino de General Rodríguez luego del vergonzoso despliegue del oficialismo en esa tierra. No solo les pedían el voto, los amedrentaban diciéndoles que tenían forma de controlarlos y que si no se ganaba en el distrito se quedarían sin la ayuda social que reciben. En algunos casos los obligaban a colgar banderas partidarias en el frente de sus viviendas para simular un apoyo que muy lejos estaba de ser real. 

En las primeras recorridas de los candidatos de Juntos por el conurbano bonaerense, se notó el hastío de la gente. “No querían a los políticos, muchos vecinos se ofuscaban de solo verlos pasar. Pero no por el color de la agrupación; no era solo un problema partidario. Manifestaban su enojo con la clase dirigente en general” –recuerda un kiosquero del sur de la PBA. Ya se había percibido en la campaña para las PASO –y sobre todo en esa primera instancia– el denominador fue la apatía, el cansancio y la falta de esperanza. 

Ya en la recta final por supuesto que hubo matices. Cada agrupación recibió el calor de su gente que los impulsaba a seguir adelante. Lamentablemente tampoco faltaron los insultos de algún militante contrario dispuesto a agredir a la pasada. Hay aquí un punto que merece una reflexión aparte. La violencia no puede ser parte del proceso democrático. “Los jóvenes impulsivos” no son una excusa válida para generar desmanes; pero qué difícil es sostener la cordura cuando el mensaje que baja desde arriba es el opuesto. Basta recordar los dichos de la vicepresidenta en funciones sobre los barras bravas allá por el año 2012 cuando dijo que la “maravillaban” las tribunas y “esos tipos parados en el paraavalanchas (sic)”. Y en una clara apología insistió: “En la cancha colgados del paraavalanchas y con la bandera, nunca mirando el partido, porque no miran el partido, arengan, arengan y arengan, la verdad, mi respeto para todos ellos”. En las recorridas de campaña los principales dirigentes van acompañados por sus asesores y, en ocasiones, algún pequeño grupo de militantes. Juntos dejó de lado esta opción y recorrió las calles a pelo –aunque reforzando posiciones en territorio amigo–. “Por supuesto que hemos recibido críticas, algunas subidas de tono y en contadas ocasiones algún insulto. Pero no podés hacer otra cosa que escuchar y ante el enojo invitar al diálogo. No importa que te digan que no, siempre se busca pacificar.  Si la cosa se pone pesada tenés que seguir caminando” –aseguró un dirigente acostumbrado a preparar el desembarco de los líderes de la lista en uno de los distritos del Conurbano. 

Hay numerosos testimonios que indican que no suele ocurrir lo mismo en las bajadas a territorio de los candidatos del Frente de Todos. Militantes y punteros blindan cada recorrido. Las agresiones se responden con agresiones, se silencia al que piensa distinto y cuando hay cruces con alguna fuerza rival el encuentro puede escalar hasta los golpes como verdaderos barras bravas para “sacar del territorio a los visitantes que no son bienvenidos”. Un fotógrafo que cubría la actividad de Juntos en La Matanza lo describió con una precisión quirúrgica: “Nos corrieron. A nosotros y a varios de los chicos. Yo venía con la mochila cargada con el equipo de trabajo y me retrasé. Me agarraron, los insultos subieron de tono y empezaron los empujones. Cada distrito es diferente, pero hay lugares donde La Cámpora se pone pesada. La pasé mal. ¿Sabés cómo zafé? Les dije que los políticos que se reparten el poder son unos cincuenta tipos y que nosotros somos solo un instrumento de trabajo. Que ellos como militantes están en la misma situación que yo y que no vale la pena pelearnos entre nosotros. El grupo se dividió entre los que me querían fajar y los que no. Se empezaron a pelear entre ellos y aproveché para irme. Hubo trompadas y algún botellazo. Lo increíble fue que a las cinco cuadras me los volví a cruzar. Estaban tomando fernet todos juntos como si nada hubiera pasado”. 

El reparto de plata para las movilizaciones y las bajadas a territorio es otra fuente de problemas. Hubo entre partidarios del Frente de Todos peleas y corridas en José C. Paz; San Martín y Moreno. “Siempre hay vivos que se quedan con la guita y no reparten a los pibes que laburan en los puestos de campaña y a los que se mueven casa por casa para arengar el voto. Cuando los marcan la paliza la tienen segura” –contó un militante del oeste. 

La Argentina ya no resiste las viejas mañanas de la política. La gente ha mostrado su hartazgo una y mil veces. Sin dirigentes que tengan la altura para afrontar esta situación, la democracia seguirá dejando deudas impagas más allá de cualquier proceso electoral. Éste es el desafío que la política debe comprender para enderezar el timón de una vez por todas y poner la proa con destino de futuro.


 


 

sábado, 6 de noviembre de 2021

En busca de buenas noticias... @dealgunamaneraok...

 En busca de buenas noticias. 


Lo importante es la salud. Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes.
 

Congelar los precios de los medicamentos es la última puesta en escena de un gobierno que llega dividido a las elecciones. 

© Escrito por Nelson Castro el viernes 05/11/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

Los desajustes de una economía pisada para tratar de contener los precios reales de bienes y servicios, está empezando a repercutir de manera evidente en la escalada del dólar y en las expectativas del círculo rojo, de los inversores y hasta de la gente común. El blue ronda los $ 200 y la brecha con el oficial llegó al 100%. Nadie espera que esta tendencia se revierta. En el Gobierno no logran engañar a nadie: congelamiento de precios, tarifas atrasadas, controles que no existen y peleas en el seno del poder. El Frente de Todos contra todos llegará a las elecciones partido –al menos– en dos y es un misterio cómo reaccionará el día después de la contienda, sea cual fuere el resultado. En este contexto el pequeño y mediano ahorrista corre hacia el dólar en busca de seguridad.   

El último ejercicio del desangelado secretario de Comercio Interior Roberto Feletti –quien no alcanza a contener los precios ni la inflación– fue generar un acuerdo de “estabilidad de precios” con los laboratorios para sostener en el corto plazo el costo de algunos medicamentos. 

Es, en verdad, una puesta en escena para lograr transmitir una “buena noticia” en la semana previa a las elecciones. ¿Alguien puede creer que retrotraer los precios al 1º noviembre –es decir hace siete días– puede tener algún efecto real en la baja de los productos esenciales para el cuidado de la salud?  

Mientras tanto los jubilados que hoy son los nuevos pobres de la Argentina miran con espanto una película que ya conocen. Los adultos mayores mastican bronca, tristeza e impotencia al ver que la vice en funciones y el condenado Amado Boudou cobrarán pensiones millonarias frente a los $ 25.900 que ellos perciben y que no les alcanza para vivir. La falta de empatía es escandalosa.  

También puertas afuera todo el Gobierno actúa con una precariedad y falta de seriedad absoluta. Quien escribe esta columna tuvo la oportunidad de observar los movimientos de la comitiva presidencial en Roma en torno a la cumbre del G20. Me encontraba allí en ocasión del lanzamiento del libro “La Salute Dei Papi” que fue presentado en el Vaticano. Los diálogos y conductas de los funcionarios argentinos denotaban una falta de profesionalismo asombroso. Aunque lo negaron públicamente, es cierto que buscaron concretar un encuentro con Su Santidad el papa Francisco para llevarse la foto de cara al escenario electoral. Fuentes inobjetables del entorno papal lo confirmaron.  

Parece que tampoco se enteraron que en la era de la información y las redes sociales, no se puede actuar de una manera fuera de la Argentina y al regresar, querer venderle al país un éxito que no fue. El episodio con el presidente de Francia es una muestra de ello. Emmanuel Macron, contó vía Twitter que en la reunión con Alberto Fernández trató la situación de Latinoamérica, en especial de países como Nicaragua y Venezuela, con sistemas políticos inestables que persiguen a opositores. El presidente Alberto Fernández también compartió la reunión con su par francés: “Con @emmanuelmacron, presidente de Francia, reafirmamos las visiones compartidas en torno a la acción climática, la preservación de la biodiversidad, la defensa de los DDHH y la igualdad de género. Agradecí el apoyo de su país a la negociación con el Club de París y el FMI”. Dos versiones para un mismo hecho. 

Entre otras cosas, la intención de propiciar encuentros fortuitos con figuras como el presidente de los Estados Unidos Joe Biden, tampoco pasó desapercibida para nadie. Para el oficialismo fue casi un encuentro bilateral, pero a los ojos del mundo no fue más que la intención de mendigar una fotografía con fines de utilización en la política doméstica. Hombres de talla mundial como “el compañero Biden” saben detectar a kilómetros de distancia este tipo de situaciones que los incomodan. 

El último tramo de la campaña recalienta los ánimos de ambos lados de la grieta. El Frente de Todos contra todos llega partido y con pocas esperanzas de remontar la derrota sufrida el 12 de septiembre en las PASO. Las peleas internas no se disimulan y es una incógnita qué puede pasar el 15 de noviembre con el resultado puesto. Solo los intendentes han logrado acumular poder como para sostenerse de cara a los dos años que restan de mandato. Su protagonismo en los gabinetes de Nación y Provincia, les devolvió la certeza de no dejarse amedrentar nunca más por lo que queda de La Cámpora.  

En Juntos por el Cambio, hay una mezcla de optimismo y cautela. Nadie quiere arriesgar un resultado. “Llegamos a las PASO con expectativas modestas, ahora estamos obligados a sostener un resultado que generó ilusión y la posibilidad de volver a pensar en un proyecto de cara al 2023” –describió una alta fuente de Juntos en la PBA. Ésta fue la primera semana con las boletas circulando por el territorio. Hasta la semana pasada algunos sentían ciertos niveles de apatía en vastos sectores del Conurbano. En los últimos días eso se modificó. Hay en la oposición la conciencia de que aún con un resultado positivo, sobrevendrán dos  años oscuros. “No sabemos cómo puede reaccionar el Gobierno, pero tenemos la responsabilidad de generar un clima propicio para que la gobernabilidad se mantenga sin sobresaltos. Ellos son peligrosos y lamentablemente les gusta jugar con fuego” –describieron cerca de un intendente. 

La Argentina necesita tranquilidad y un largo período de reflexión. Los Nerones del Gobierno no pueden volver a poner en peligro nuestra institucionalidad. 

Producción periodística: Santiago Serra.