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miércoles, 11 de agosto de 2021

La nada misma. Lugares comunes… ©dealgunamaneraok...

Lugares comunes… 

El drama de la Argentina es la involución social permanente, la ausencia de un debate de ideas.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 07/08/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

Los medios presentaron como un escándalo algo que resulta bastante natural. La actividad presidencial no se podía paralizar con la pandemia. El grueso de los visitantes de Olivos fue por temas de gestión”, aseguró una fuente con despacho en la Casa Rosada manteniendo a rajatabla el libreto oficialista. 

Esta obviedad no hace más que resaltar la verdadera dimensión del escándalo de las visitas que, sin dudas, está afectando tanto al Presidente como a su gobierno. 

Esa perturbación quedó expuesta en la entrevista radial que le concedió el viernes a Víctor Hugo Morales. El problema no lo representan las reuniones de trabajo de Alberto Fernández, sino las otras no relacionadas con su tarea específica. Recuérdese que muchas de las reuniones de la agenda presidencial –por ejemplo las que se mantenían con los gobernadores– se hacían vía Zoom para evitar al máximo la posibilidad de contagio, teniendo en cuenta que, además, el Presidente padece trombofilia, una patología que es considerada de riesgo para el Covid-19. A Florencia Peña la pudo haber atendido por Zoom. Y lo mismo se puede aplicar para tantos otros de los que visitaron la Quinta de Olivos. 

Estas críticas del presente –que tanto mortifican a AF y a sus invitados– ya habían sido hechas desde esta y otras columnas a propósito de diferentes encuentros sociales que el jefe de Estado se encargó de hacer circular por las redes. Entre ellos, uno de los más recordados fue el que mantuvo con varios miembros de la familia de Hugo Moyano. Son muchos los momentos en que, tanto AF como el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, acusaron de agentes de la muerte a quienes hacían lo mismo. Esta doble moral del jefe de Estado le ha generado críticas severas no solo desde la oposición y sectores independientes, sino también dentro del mismo gobierno.  

Entre las profundamente disgustadas con esto está Cristina Fernández de Kirchner. “Después de casi un año y medio de esta maldita pandemia… Volver al PATRIA, el lugar que más me gusta. La primera reunión con @lewnarosario, @sacnum, @mirabellarob y @MastalerMagui”, posteó la ex presidenta en funciones el jueves pasado. 

El texto y la foto fueron torpedos dirigidos a la línea de flotación de dos destinatarios: el primero, AF, en implícita crítica a sus encuentros sociales sin límite; el segundo, Agustín Rossi, inexplicablemente ausente en esa reunión entre CFK y candidatos a legisladores por el “Frente contra Todos” en la provincia de Santa Fe. Cuando CFK quiere ser mala, lo hace y con alevosía.   

En el entorno presidencial se hace el siguiente análisis: “Nosotros vamos a seguir hablándoles a nuestros votantes. Ellos saben quiénes somos, y este tipo de telenovelas les importan muy poco. Y no es una determinación únicamente del FdT, en la oposición están haciendo lo mismo, hablan para su grupo. Todos sabemos que a esta altura es muy difícil pescar en aguas ajenas”. La pregunta, entonces, es qué se espera del votante independiente –que será quien defina la elección– que les puso un voto de confianza apostando a algo distinto. “Ese es el votante blando que nunca lo consideramos nuestro. Esos votos van y vienen. Hoy nos sostenemos por el voto genuino, de fidelidad ideológica”. Esta es la respuesta cruda que emana desde las entrañas del oficialismo. Este pensamiento –bastante radicalizado– es el que surge del ala dura del oficialismo, que mira con cierto desprecio los intentos de una parte del gabinete de cooptar al votante moderado. 

En Juntos, por su parte, las aguas empiezan a calmarse. La propia lógica de la campaña hizo de catalizador para ubicar a cada uno en su tarea.  

“Las PASO van a ordenar los ánimos, calmar los nervios y domar los egos”, dijo una fuente de la Ciudad de Buenos Aires que conoce lo que se piensa en Uspallata. 

Mauricio Macri, que vuelve el martes de Zurich y para quien, a través de las redes, se está convocando a partidarios a concurrir a Ezeiza para recibirlo, ya anunció que va a participar de la campaña en la provincia de Buenos Aires a favor de Diego Santilli. 

“No tan Juntos” enfrenta una elección muy difícil tanto en PBA como en CABA. En la Capital Federal debería obtener casi el 60% de los votos para retener la cantidad de legisladores y en Provincia debería acercarse al 40% para no perder las bancas que pone en juego.  

Al día de hoy, la mayoría de las encuestas muestran que gana el oficialismo pero con un porcentaje que no es suficiente para alcanzar el control absoluto del Congreso. 

Esa debilidad electoral es la que en las últimas horas ha llevado al Gobierno a flexibilizar prácticamente todas las restricciones vigentes de la extendidísima cuarentena. De repente, parece como que la pandemia no existiese más. Esto es lo que se desprende del DNU que el Gobierno emitió el viernes pasado. 

La marcha del día de ayer de las organizaciones sociales con críticas al Gobierno por la falta de trabajo y el episodio sucedido con la búsqueda laboral de Toyota, que no pudo ser satisfecha porque muchos de los aspirantes no solo no completaron el secundario sino porque tampoco pudieron comprender textos de artículos de los diarios, representan el drama del país. Supóngase que, fruto de un milagro, en la Argentina se abriesen decenas de miles de puestos de trabajo, ¿Cuántos de los que ayer marchaban estarían calificados para ocuparlos? Es decir, ¿Cuántos de los que ayer marcharon terminaron el secundario?; ¿Cuántos tendrían la formación suficiente para comprender un texto? 

En el acampe que otras organizaciones sociales realizaron esta semana frente al Palacio Pizzurno, sede del Ministerio de Educación, se reclamaba por computadoras y por conectividad en muchas zonas del conurbano profundo dejadas a la mano de Dios. Hace unas semanas, CFK, junto a Kicillof y el intendente Martín Insaurralde, hablaba en un acto de entrega de computadoras del plan. L-Gant puso en claro las mentiras de los anuncios de la ex presidenta en funciones.  

El acampe frente al Ministerio, también. Otra evidencia de que la mentira es la base del kirchnerismo.  

El drama de la Argentina es la involución social permanente. La mayoría de la dirigencia política –con honrosas excepciones– riñe. Ha perdido la capacidad de discutir ideas.  

Lo que hay es una abundancia exasperante de lugares comunes y frases hechas cuyo resultado final es conocido: la nada misma. 






 

 

domingo, 6 de junio de 2021

Promesas incumplidas. Entre vacunas y excusas... @dealgunamaneraok...

Entre vacunas y excusas 


“Con las vacunas al plato”. Carla Vizzotti. Dibujo: Pablo Temes

No importa cuánto griten sus funcionarios, será el Gobierno quien cargará el peso de los errores.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 05/06/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

El conflicto desatado por la fallida adquisición de las vacunas de Pfizer, para cuya investigación fue la Argentina el país que mayor cantidad de voluntarios aportó para sus ensayos, llegó a su punto más controversial esta semana. 

Mucho se habló de las garantías que exigía el laboratorio en su contrato y que, según dichos del propio Alberto Fernández, “no firmó porque lo ponía en una situación muy violenta de exigencias”. Todo se desmadró cuando el titular del Fondo Covax, Santiago Cornejo, aseguró en una reunión virtual organizada por el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) que nuestro país había rechazado esas vacunas. El Gobierno salió al cruce de sus dichos, y el propio Cornejo tuvo que recular y desmentirse en menos de 24 horas con declaraciones y notas que, como siempre ocurre en estos casos, más que aclarar, oscurecieron. 

¿Pero más allá de la foto del Presidente con Fernando Polak, tuvo Argentina la intención de negociar con Pfizer como primera opción? Todo indica que no. 

El 29 de octubre de 2020, el Senado de la Nación aprobó la Ley N° 27573 de Vacunas Destinadas a Generar Inmunidad Adquirida contra el Covid-19, que luego el Poder Ejecutivo de la Nación promulgó mediante el Decreto N° 872/2020. Las garantías de indemnidad o cláusulas de inmunidad fueron los puntos más conflictivos de la ley, incluso señalados como objeto de la discordia para que se haya caído el acuerdo de compra con Pfizer. Luego apareció la palabra “negligencia” introducida por la diputada del Frente de Todos Cecilia Moreau, término que bien podría haber sido enmendado en el marco legislativo si en lugar de tratar de explicar lo inexplicable hubiese habido voluntad de avanzar. Aún nada de esto ha ocurrido. 

Volviendo al fondo Covax, debemos recordar que Argentina recibió a fines de mayo 204 mil dosis de AstraZeneca adquiridas por el gobierno argentino a través de ese mecanismo. El contrato entre las partes tiene cláusulas de inmunidad y exigencias de renuncia a los derechos de reclamo que son muy duras y están perfectamente explícitas. Veamos su cláusula de inmunidad: 

“El comprador –el Estado argentino– renuncia, expresa, incondicional e irrevocablemente, con respecto a sí mismo y a sus activos, a cualquier derecho de inmunidad bajo las leyes de cualquier jurisdicción sobre la base de la soberanía o de otra manera que pueda existir ahora o en el futuro, y acuerda no hacer valer ningún derecho o reclamo en ninguna acción o procedimiento legal, donde sea que ocurra dicha acción o procedimiento. 

Esta renuncia incluye la renuncia a cualquier derecho de inmunidad soberana en cuanto al Comprador y cualquier propiedad suya, ya sea comercial o no comercial, incluida cualquier cuenta bancaria que pertenezca al Comprador”.

Luego de leer estas exigencias y de conocer la posición argentina respecto de las condiciones de Pfizer, la pregunta que surge es sobradamente justificada y de sentido común: ¿Por qué el Estado argentino se preocupó de inmediato por los aspectos legales del contrato con el laboratorio estadounidense y no manifestó los mismos cuidados respecto de la cláusulas de inmunidad de AstraZeneca? 

Hasta el momento, nadie del Gobierno dio ninguna explicación con fundamentos de peso para esta preferencia. 

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, tuvo un deslucido papel durante el informe de gestión que brindó en el Senado. Sus expresiones, su tono y las chicanas hacia la oposición y los medios son parte del repertorio habitual de Cristina Fernández de Kirchner y sus secuaces. En la previa las respuestas que dio por escrito hicieron agua respecto de la preparación del sistema sanitario para afrontar la segunda ola a pesar de tener el espejo de Europa y conocer los detalles de lo que vendría. Hoy las vacunas son para el Gobierno sinónimo de votos para la pelea política en las elecciones de medio término.   

“Cuando esta pesadilla termine, cada uno deberá hacerse cargo”, dijo con tono admonitorio. Es el mismo tono y la misma actitud desafiante y provocadora que habitualmente utiliza Axel Kicillof, tal como se vio en el anuncio que hizo el viernes sobre la vacuna Covaxin producida por el laboratorio Bharat Biotech de la India.

Allí aprovechó para despotricar contra todos. Nada que sorprenda, sobre todo si se analiza la sustancia del anuncio. Ahí se ve que la llegada de estas vacunas está sujeta a las siguientes condiciones: 

1-Estar aprobada por la Anmat.

2–Tener permiso de exportación de la India.

3–Tener disponibilidad del laboratorio.

4–Ver el calendario nacional, porque, según dijo el gobernador bonaerense, “en  este momento tenemos mucha disponibilidad de vacunas (sic)”. 

Como se ve –una vez más– mucho ruido y pocas nueces.   

Uno y otro parecen no advertir que el primero que deberá hacerse cargo de los devastadores efectos de los errores cometidos será el Gobierno. No importa cuánto griten sus funcionarios, no importa cuánto descalifiquen, no importa cuánto insistan en cargarles las culpas a los otros, nada ni nadie podrá tapar el sol con las manos. 

El vacunatorio vip, las promesas de llegadas de vacunas incumplidas, las vacunas no compradas, las contradicciones entre los funcionarios, la lentitud en el ritmo de vacunación, la incertidumbre en la aplicación de la segunda dosis, y promesas de mejoras significativas para el personal de salud que nunca llegaron son hechos irrefutables. 

Recién ahora asoma un horizonte de esperanza con el comienzo de la producción de la vacuna Sputnik V y la llegada de más vacunas del programa Covax y de AstraZeneca. Pero, en este largo camino se perdieron miles de vidas. En los últimos veinticuatro días, diez mil. Son muertes que se podrían haber evitado de haber habido vacunas. Es la dolorosa verdad. 

Producción periodística: Santiago Serra.

domingo, 16 de mayo de 2021

El teorema de Zannini, la vacuna de Macri y la muerte de Lifschitz. @dealgunamaneraok...

El teorema de Zannini, la vacuna de Macri y la muerte de Lifschitz

 


El procurador del tesoro dijo, sin esconder nada, que en este país y para este gobierno, hay un tipo de sujeto que tiene la calidad de ‘personalidades protegidas’, mientras todos los demás no. Los sujetos, según su teorema, aquellos que integran o coinciden con las ideas del gobierno, y en el ejemplo citado- el de Horacio Verbitsky- quienes se encargan de propagandizar las mismas, lo son. Los demás, no.

© Escrito por Coni Cherep el domingo 16/05/2021 y publicado por CONICHEREP.COM, de la Ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe de la Vera Cruz.

 

Zannini es ejemplar. Tiene el descaro que sólo da la impunidad y la convicción de sentirse diferente. No voy a entrar en su formación ideológica, porque no hay ninguna ideología vigente que ampare al inmoral. Ningún libro que pretenda imponer ideas, contempla la idea de que un grupo de ciudadanos tiene derecho a lo urgente, y otros no, por la mera pertenencia a un sector, partido o cosa por el estilo.

 

Mauricio Macri es un ejemplo también. No se concibe como un dirigente político, no se asimila con el resto de los mortales. Se va a Miami y se vacuna. No viola ninguna ley, claro. No se anticipa a nadie en las colas públicas de la lenta e interminable vacunación nacional. Pero se va a otro país, asumiendo que es diferente a los hombres comunes. Que él es rico y puede, sin preocuparse por lo que les ocurre a los demás. Si Macri hubiera sido el capitán del Titanic, se subía primero a los botes. Lo compraba, quizás. Porque al fin y al cabo se desnuda: tiene una formación clasista y un mirada ultra liberal. Si podés, te vacunás, sino lo siento. Las cartas se barajan así, se trata de la suerte que tuvimos al nacer o sino, de la viveza de haber hecho negocios sucios con el Estado durante décadas, sin importar con quienes.


A Macri, no le caben las generales de los ricos que agotaron los vuelos a Miami. No, él es un dirigente que aspira, de nuevo, a conducir los destinos de un pueblo y un Estado. Su ética es contraria al principio elemental de la igualdad frente a la ley y su conducta lo delata.

 

Entre Zannini y Mauricio Macri no hay muchas diferencias. Uno cree formar parte de una casta iluminada que tiene más derechos que el resto de los normales. Se enorgullece de pasar por encima a los jubilados de Pami en la cola de las vacunas. Se jacta de pertenecer. Macri no, pero a la hora de valorarse frente a los demás, se concibe a sí mismo como un hombre con más derecho que los otros, porque tiene dinero.

 

Los hombres y las mujeres que no ocupan cargos públicos, pueden hacer lo que quieran. Los hombres públicos, los que tienen o pretenden tener responsabilidades sobre nuestro destino, no.

 

Simultáneamente a las dos confesiones, en la ciudad de Rosario, luchaba contra el Covid el ex gobernador de la Provincia de Santa Fe, Miguel Lifschitz. El ingeniero pudo hacer ambas cosas: su economía le permitía costearse un viaje a Miami y vacunarse con anticipación como lo hicieron los que podían y querían. Tampoco eligió el privilegio- que le fue ofrecido- de adelantar su turno en la vacunación pública.

 

El lunes pasado, mientras Zanini se jactaba de haberse vacunado y Macri confirmaba su vacunación en Miami, los santafesinos despedían a su ex gobernador. Lifschitz murió como consecuencia del Covid.

 

El contraste es tan fuerte y tan poderoso, que prácticamente no admite análisis. En esa batalla imaginaria por la vida, un populista y un neoliberal siguen vivos, porque obtuvieron beneficios. De los tres, el que respetó la ley y se condujo bajo la ética del deber, murió. Y esa parece ser la lógica que gobierna al país.

 

Es abrumador que el único de los tres que cumplió con sus obligaciones y respondió a los valores que demanda una sociedad sana, se haya muerto. Es indignante que quienes no lo hicieron, celebren no hacerlo.

 

Si los argentinos no emprendemos una urgente revolución ética, estaremos condenados a sobrevivir por debajo de quienes tienen privilegios. Queda claro que si no formamos parte de una grupa de autodenominados «personalidades protegidas» o no tenemos dinero, seremos un asunto de undécima prioridad para ellos.

 

Es increíble, también. Que las dos opciones mayoritarias de la política argentina, sigan siendo representadas por sujetos como estos.

 



A Zannini ni le pidieron la renuncia, ni pidió disculpas. Tampoco produjo una ola de repudio generalizado. Porque al final, por impotencia o resignación, nos fuimos acostumbrando a los inmorales como un factor inevitable para ejercer el poder. Los argentinos estamos convencidos de que la corrupción es un asunto menor, y al final, tanto lo asumimos que terminamos escuchando justificaciones que la admiten como una especie de mal necesario.

 

Pero no es así, no debe ser así, y no deberíamos asumir que deba seguir siendo así. ¿Cómo se soluciona? Eligiendo gobiernos que no tengan en sus filas a personas que tengan procesamientos en las espaldas, ni condenas por delitos que anticipen su flojedad de valores. Eludiendo a los responsables de corrupciones anteriores, ya sea en funciones protagónicas o como actores secundarios.

 

Cada peso que se escapa por la vía de la corrupción, perjudica a otro. Cada vacuna que se inyectó en aquellos a los que no les correspondía, dejó a otro sin vacunar. Y probablemente lo haya expuesto a la enfermedad y por qué no, claro, como en caso de Lifschitz y miles más, a la muerte.

 

Necesitamos con urgencia una Revolución ética, parece un reclamo desatinado. La sociedad debe demandar una dirigencia más parecida a los Lifschitz que a los Macri o los Zanninis. Esa es una responsabilidad absoluta de quienes formamos parte de la vida pública, ya sea en la acción pública o en la comunicación. Seguir relativizando la centralidad de la ética, está demostrado, relativiza los derechos y relativiza el valor de la vida humana.

 

Pero no hay país posible con estos contrastes, no hay cambio posible si no ponemos a la decencia por encima de otros valores que hoy conducen la escena nacional.

 

De más está decir, que entre ambos bandos- uno gobernando 4 años y los otros 14- han puesto a más del 50 % de la población por debajo de la línea de pobreza. Que cada día tenemos a sectores más hundidos en la miseria y en la ignorancia.

 

Eso los fortalece. Mientras la ética se muere.

 




domingo, 9 de mayo de 2021

Murió Miguel Lifschitz, ex Gobernador de Santa Fe… @dealgunamaneraok...

 Murió por coronavirus Miguel Lifschitz, exgobernador de Santa Fe… 


El ex gobernador de Santa Fe, de 65 años, se encontraba en grave estado por un cuadro de coronavirus que comenzó en abril. 

© Publicado el domingo 09/05/2021 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

El ex gobernador y legislador por la Provincia de Santa Fe, Miguel Lifschitz, falleció a los 65 años luego de enfrentarse a un cuadro complicado por coronavirus desde el mes de abril. En los últimos días, su estado había presentado una grave desmejoría y su cuadro general era crítico. 

Desde el 5 de mayo, la situación vital del Presidente de la Cámara de Diputados de Santa Fe era crítica y en las últimas horas su cuadro había sufrido "una leve desmejoría" sumado a "signos de inestabilidad", de acuerdo a la información que dieron sobre su último parte médico.

Lifschitz manifestó su infección por coronavirus el 12 de abril y una semana más tarde fue internado en el Sanatorio Parque de Rosario, ciudad en la que fue intendente dos veces. Desde hace 11 días, el ingeniero se encontraba asistido por un respirador mecánico y en terapia intensiva.

Contagio 

El pasado 11 de abril, Lifschitz afirmó en sus redes sociales con un mensaje que el test de coronavirus le había dado positivo y que por tal circunstancia, había tomado la decisión de aislarse.

"Ayer comencé con algunos síntomas y hoy me hice el test de Covid-19 y me dio positivo. Estoy bien en general. Por unos días estaré aislado", compartió en su cuenta de Twitter en aquellos primeros días de abril.

Una semana después, el 19 de abril, su estado de salud se vio deteriorado por la potencia del virus y debió ser hospitalizado en el Sanatorio del Parque, en la ciudad santafesina de Rosario.


Dos días después, ingresó a la sala de terapia intensiva y desde el círculo médico que lo atendía habían manifestado "que el paciente se encuentra estable y en buen estado general". 

El informe de aquella fecha indicaba que "El equipo médico evaluó que para tener un control de su evolución e incrementar los soportes terapéuticos el paciente continuará su recuperación en la Unidad de Cuidados Intensivos".

Con el correr de los días, el estado del ingeniero civil fue oscilando entre mejorías y recaídas. En el parte médico del 2 de mayo, los especialistas habían descrito que "el paciente respondió a las estrategias terapéuticas de las últimas 24 horas, y se presenta estable, en el marco de su cuadro crítico, recibiendo todos los soportes médicos correspondientes, incluyendo asistencia mecánica respiratoria". 


Ya en el día de ayer, los médicos graficaban "una leve desmejoría" que se sumaba a "signos de inestabilidad" a causa del COVID-19. Finalmente, el ex gobernador falleció.

Su carrera 

Miguel Lifschitz formaba parte del Partido Socialista de Santa Fe, con el cual llegó a gobernar en dos mandatos como intendente la ciudad de Rosario, del 2003 al 2011, y luego como Gobernador de la provincia en el período 2015-2019.

En el período anterior a su gobernación, fue Senador provincial por el Departamento de Rosario y actualmente se encontraba en funciones como Presidente de la Cámara de Diputados de la provincia.

Durante su segunda postulación al frente del Partido Socialista para gobernar Rosario, Lifschitz sacó el 57,10% de los votos y derrotó a Héctor Cavallero, representante del entonces Frente Para la Victoria de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

Esa buena performance en la capital santafesina fue el plafón para la victoria del socialista Hermes Binner, quien fue electo Gobernador de Santa Fe en aquel 2007 por encima de Rafael Bielsa, que representaba el espacio del kirchnerismo.

En sus últimos años, fue Presidente de la Cámara de Diputados, cuerpo legislativo de la provincia de Santa Fe que hoy es gobernada por el justicialista Omar Perotti.





domingo, 25 de abril de 2021

Operativo desgaste. A la caza de Rodríguez Larreta… @dealgunamaneraok...

A la caza de Rodríguez Larreta…


El conflicto por la presencialidad aleja la posibilidad de utilizar a la educación como un recurso para luchar contra la grieta.

© Escrito por Nelson Castro el  domingo 25/04/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


 

No se puede seguir responsabilizando a la gente por los incumplimientos en los cuidados personales y por la falta de conciencia social. Es probable que se haya dado ese mensaje, pero el alerta basado en ese punto nos terminó jugando en contra”, asegura un funcionario del gobierno nacional. La bronca con Axel Kicillof y Daniel Gollán continúa. Sobre todo por haber encabezado una voz de alarma que en rigor de verdad superó en contundencia a la del propio presidente.

 

La nueva estrategia luego de la falta de entendimiento y la judicialización de la presencialidad en la escuela es clara: desgastar la figura del jefe de Gobierno porteño. Los ejemplos sobran. La jugada de Carlos Zannini en su presentación ante el juez Furnari para limitar la asistencia a las aulas de la Ciudad fue el puntapié inicial. 

 

Le siguieron los incidentes en Lugano con 300 manifestantes del MTL Rebelde que quisieron ingresar al Ministerio de Desarrollo porteño en reclamo de alimentos e insumos textiles para una cooperativa vecinal. En el ínterin autoridades de la Provincia dejaron trascender que más de 75 mil porteños se habían vacunado en su distrito. Y hacia el final de la semana la titular del PAMI, la camporista Luana Volnovich, denunció por Twitter que el Gobierno de la Ciudad estaba atrasado en la vacunación a afiliados de PAMI y con vacunas en stock sin ser aplicadas.

 

Este último punto fue tan burdo como infantil, a pesar de la gravedad que implica esa denuncia, por su intencionalidad indisimulable que fue puesta de manifiesto apenas unas horas más tarde. Recordemos que el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta había solicitado más vacunas a la Nación para inocular adultos mayores. El kirchnerismo –experto en la utilización política de los recursos del Estado– le envió esas dosis al PAMI para no beneficiar a su rival en la Ciudad y que la administración de Larreta solo se encargue de la logística basándose en el padrón de afiliados de PAMI para la asignación de turnos.

 

Sin embargo, algo estaba mal. Cuando el equipo del gobierno porteño inició los llamados a los abuelos se encontró con una gran cantidad de irregularidades entre ausentes y fallecidos. Le pidieron una reunión a la cúpula de PAMI para resolver el problema que Volnovich se encargó de cancelar pocas horas antes del encuentro.

 

Acorralada por el papelón, decidió pasar al ataque y “denunciar” en las redes sociales que la Ciudad no estaba vacunando a los abuelos. Nuevo conflicto judicial en puerta a pesar de que a última hora del viernes se reunieron las segundas líneas de Salud de la Ciudad y de PAMI para encontrarle una solución al tema. Con este nivel de conflictividad resulta imposible llevar adelante cualquier política sanitaria. En el medio, está la gente.

 

Alberto Fernández y Kicillof también se reunieron esa misma tarde para analizar la situación en Provincia y el AMBA. Unas horas antes el ministro de Seguridad provincial Sergio Berni había dicho públicamente que se necesita una cuarentena total por dos o tres semanas. Más presión para sumar restricciones y una película que ya vimos la semana pasada. Segundas partes casi nunca fueron buenas. El avance de la segunda ola desnudó el fracaso del plan de vacunación y la incapacidad para afrontar una situación que, aunque parezca increíble, no fue prevista aun teniendo a Europa como espejo.

 

He aquí un punto clave para comprender lo que debió haberse hecho y no se hizo, circunstancia que permite entender el costo que para una sociedad representa la falta de jerarquía de la mayoría de su dirigencia política.

 

Una de las características de esta pandemia es que los hechos ocurren antes en el hemisferio norte que en el hemisferio sur. La segunda ola comenzó a manifestarse en Europa con toda su fuerza entre noviembre y diciembre del año pasado. El gobierno nacional debió haberse tomado de ello para ponerse a trabajar de inmediato en una estrategia para encararla. Cuando el Presidente habló del “relajamiento sanitario” –que nunca existió como tal– debió haber dicho “relajamiento político”.

 

Si se hace memoria, ese fue el tiempo en que Alberto Fernández se la pasaba hablando de los millones y millones de vacunas que llegarían al país entre enero y febrero. Fue esa una muestra clara de que no tenía la más remota idea de lo que estaba aconteciendo en el mundo con la disputas por el inóculo. Pero no solamente eso: tampoco estaba viendo lo que sucedía con la segunda ola. De haberlo hecho, hubiese comprendido que debía ponerse a trabajar con todas las fuerzas políticas en pos de preparar a un país –ya de por sí agobiado– para enfrentar ese desafío.

 

“Todos unidos triunfaremos”. 

 

Un desafío de las dimensiones de la pandemia producida por el covid-19-Sars2 demanda a una sociedad un esfuerzo fenomenal. Esa circunstancia pone a la dirigencia política frente a una obligación moral ineludible: actuar pensando solamente en el bien común, dejando de lado toda mezquindad. Quien debe dar el ejemplo al respecto es el Presidente. Lo que queda claro en este presente es  que Alberto Fernández viene haciendo exactamente lo opuesto. Haberse puesto al frente de la guerra contra Horacio Rodríguez Larreta y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires constituye un error garrafal. Es insólito que, en la reunión que hubo en la Casa Rosada el viernes a última hora de la tarde para analizar qué hacer ante la escasez de camas en hospitales y centros médicos privados y cómo seguir después del viernes próximo, no haya sido invitado a participar el jefe de Gobierno porteño.

 

La batalla por la presencialidad en las escuelas es un capítulo más de esa guerra. Lo que es increíble que AF no haya comprendido es que esa disputa política se traslada a la ciudadanía y arrasa con cualquier intento de tender puentes que permitan superar el ámbito de división por el que hoy en día transcurre la vida en nuestro país.

 

El conflicto originado por la presencialidad o no en la escuela tira a la basura la posibilidad de utilizar a la educación como un recurso fundamental para luchar contra la grieta. Los alumnos –niños y adolescentes– han pasado a ser rehenes y víctimas de esta situación. No hay idea del daño que esto significa.

 

El enemigo del presente es el Covid-19, no el que piensa distinto.

 

Producción periodística: Santiago Serra.