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domingo, 17 de abril de 2022

No soy yo, sos vos... @dealgunamaneraok...

 No soy yo, sos vos...


Tango feroz, los Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

No cejan los mensajes envenenados entre el Presidente y la Vice, en una crisis creciente.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 16/04/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinas/os


Jugar con fuego siempre es peligroso. Pero la ex presidenta en funciones no puede con sus propias frustraciones y es capaz de empujar al país al precipicio con tal de someter a su designado presidente a la humillación y a una eventual rendición. Los ejemplos sobran. El último episodio de una saga que continuará ocurrió esta última semana en el Centro Cultural Kirchner en el marco de la apertura de sesiones parlamentarias de EuroLat 2022, que tuvo a Cristina Fernández de Kirchner como principal oradora: “Hablamos de poder cuando alguien toma una decisión y esa decisión es respetada por el conjunto. Que te pongan la banda y te den el bastón, créanme, no significa que tengas el poder, sólo un poquito de eso. Y lo digo por experiencia. Y ni te cuento si además no se hacen las cosas que hay que hacer, dejémoslo ahí”, sentenció. El inicio y el final de la frase tuvieron el mismo destinatario: la figura presidencial.

El reclamo podría traducirse como falta de capacidad ejecutiva, pero quien define las cosas que hay que hacer para la vice, es ella misma. Era tan evidente que la alusión apuntaba directamente hacia Alberto Fernández que, para que no quedaran dudas, varios de los secuaces de CFK se encargaron de hablar con los periodistas que estoicamente debieron cubrir ese bochornoso acto para aclararles que no era así. Una de las características del kirchnerismo es que cuando afirman una cosa en verdad quieren decir exactamente lo contrario.  

El Dr. Fernández resiste como puede. Así como la “reina” envió a sus laderos al ataque con dardos envenenados la última semana, ahora él hizo lo mismo en las voces de Martín Guzmán y Aníbal Fernández. La diferencia es que la vicepresidenta finalmente salió a confrontar a pelo y sin intermediarios en las últimas horas. ¿Qué hará, pues, el Presidente? Los suyos le reclaman acción. El anuncio de los casi 7 puntos de inflación del mes de marzo hicieron ascender el ruego. En el entorno de AF hicieron saber que “no entregará a Guzmán mientras dure su asedio” y que, incluso, “se busca liberar al ministro de Daniel Martínez y Federico Basualdo, la cúpula de la Secretaría de Energía que abiertamente sale a confrontarlo”.

Guzmán por su parte le exige a AF que eche al secretario de Comercio, Roberto Feletti, convertido en un quinta columna. La Cancillería e Interior son los otros ministerios de la discordia. El Presidente ya sabe que no puede confiar la relación con los gobernadores a Wado de Pedro y sigue sosteniendo a Santiago Cafiero contra viento y marea. En el kirchnerismo duro se lo toman a risa: “Hay que dejarlo que se envalentone por un ratito, sino se va a terminar quebrando y eso no le sirve a nadie. Va a terminar consensuando los cambios, él mismo o con emisarios. Da igual. Si se mira el tablero es fácil darse cuenta de que no le quedan muchas fichas propias”, resumen voces afines al Instituto Patria con sarcasmo.

Respecto a la Secretaría de Energía cabe recordar que, desde tiempos de Néstor Kirchner, siempre fue un lugar estratégico para el kirchnerismo. “Reúne dos condiciones fundamentales, la posibilidad de cuidar la caja y la de hacer política populista mediante precios y subsidios de tarifas. Es un área que difícilmente quede en manos del Presidente sin que se desate una pelea de consecuencias impredecibles”, aseguró una fuente parlamentaria.

El discurso de la vicepresidenta no fue el único dato político del bochornoso acto en el que CFK desató la repulsa de gran cantidad de parlamentarios europeos que se vieron sometidos a tener que ser parte de una arenga partidaria. El otro dato significativo lo dieron los cánticos de la claque kirchnerista cuando con notoria desafinación entonaron el estribillo “de la mano de la jefa vamos a volver”. He ahí el indicio de algo que no hay que descartar: la eventual candidatura presidencial de la vicepresidenta. Está claro que no hay hoy ninguna otra alternativa en su necesidad de mantenerse en el poder. A ninguno de sus delfines, Axel Kicillof y Máximo Kirchner, les da el piné.  

¿Nuevo viento de cola?

El clima que se vive puertas adentro del oficialismo es de tanta tensión que ya nadie oculta las conversaciones y escenarios eventuales si se llegara a un punto de no retorno, es decir, la convocatoria a la Asamblea Legislativa. Los opositores que aluden al tema son tratados como golpistas y destituyentes “pero ahora el tema está instalado en casa” reconoce una fuente oficialista con preocupación. “Son conversaciones informales que no le hacen bien a nadie pero sería necio negarlo, cada vez son más los que hacen cálculos y no se puede tapar el sol con las manos”.

Los que conocen el detalle de la conversación, que el ministro intentó mantener en secreto, sostienen que ese tema fue central durante la reunión de noventa minutos que el Papa Francisco le concedió a Wado de Pedro. Los que saben lo que sucede al interior de la residencia de Santa Marta señalan que habrá más reuniones del Sumo Pontífice con funcionarios del Gobierno. Cafiero será uno de ellos?

En la cúpula del Episcopado argentino hay una honda y creciente preocupación, que le fue transmitida al Papa, por la ferocidad de la interna gubernamental en el contexto del creciente deterioro socioeconómico que sigue experimentando nuestro país.

Hervor opositor. Wado de Pedro volvió a mostrarse activo y desató un hervidero dentro de No Tan Juntos Por el Cambio. La feroz interna kirchnerista todavía ayuda a disimular la tormenta que pasa bajo radar pero los problemas ya no son con los radicales díscolos. En el entorno del Gobernador de Jujuy Gerardo Morales se frotan las manos y se preguntan: “¿Qué van a decir ahora ante la intransigencia de su jefe? Parece que el segundo tiempo se va a jugar con unos cuantos lesionados.”

La mala imagen del ex presidente que registran todas las encuestas genera incomodidad en todos los integrantes de la coalición.

La Argentina navega por las procelosas aguas de la disputa política interminable de incertidumbre. “Allí donde el mando es codiciado y disputado no puede haber buen gobierno ni reinará la concordia” (Platón).




lunes, 4 de octubre de 2021

Despúes de la Paliza. El ADN de los K no admite el diálogo… @dealgunamaneraok...

 Despúes de la Paliza. El ADN de los K no admite el diálogo…

 

La paliza de los medios de las mentiras. Dibujo: Pablo Temes.

En silencio, Cristina Kirchner está activa para definir los próximos pasos. Sabe que su proyecto de permanencia en el poder está en peligro.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 02/10/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

La paliza electoral del 12 de septiembre tuvo consecuencias reales en cuanto a los cambios de gabinete, la furia interna y el avance de la ex presidenta en funciones sobre su pupilo, y otras bastante más utópicas que ni siquiera un chico en edad escolar podría creer.

 

Alberto Fernández había prometido terminar con la grieta pero, como se ha visto a lo largo de los dos primeros años de su mandato, eligió profundizarla.

 

Desconcertado por los errores no forzados en algunos casos y asediado por el ala dura del gobierno en otros, el Presidente transcurre sus días en medio de un devenir incierto para el que no hay excusas.

 

Fue él quien apareció exaltado en los discursos.

 

Fue él quien maltrató y amenazó a la población que no cumpliera con los preceptos que él mismo violó.

 

Fue él quien decidió cerrar las escuelas, los comercios y la economía en plena pandemia para sostener la cuarentena más larga del mundo.

 

Fue él quien confrontó de manera creciente con la oposición para satisfacer las exigencias de Cristina Fernández de Kirchner en la creencia equivocada de que eso le traería beneficios políticos.

 

Fue él quien no supo pacificar y llevar tranquilidad a la población.

 

Fue él y, claro está, la ex presidenta en funciones y sus secuaces. Esto no es nuevo. Los dos gobiernos de CFK se caracterizaron por los discursos incendiarios llenos de odio contra el que pensaba distinto volcando su furia contra los medios de comunicación y la oposición. La pregunta se cae de maduro: con la vuelta al Gobierno de la vieja guardia ¿es creíble el cambio de formas que nos pretenden vender?

 

Veamos:

 

Hace una semana el Gobierno mostró cómo se bandea de un extremo al otro sin ningún problema. Como diría el inolvidable Groucho Marx: “Estos son mis principios pero, si no les gustan, tengo otros”. Así pues, de la noche a la mañana, prácticamente se dio por terminada la pandemia por decreto. Pasamos del encierro total a una flexibilización absoluta, poco razonable y mal implementada.

 

El miércoles 29, tras la flexibilización del cepo a la carne, el nuevo ministro de Agricultura, Julián Domínguez, dijo que “hay que recomponer el clima de diálogo”.

 

El jueves 30, Alberto Fernández –que  está guardado bajo siete llaves–se vio por primera vez con CFK luego de la derrota en las PASO. Ocurrió en el Museo del Bicentenario de la Casa Rosada y la excusa formal fue la presentación del proyecto de ley de Fomento al Desarrollo Agroindustrial. El Presidente, que no paraba de mostrarse enojado apuntándonos con su dedo acusador retándonos y desencajado, pronunció frases como “escucharnos y buscar puntos de encuentro”; agregó que  “para que el desarrollo sea armónico no hace falta que todos digamos lo mismo o pensemos igual. Cada uno puede tener diferencias”. Más allá del tiro por elevación a CFK que lo miraba fijamente mientras intentaba dibujar en su rostro una impostada empatía, llamó la atención esta nueva versión del Presidente. Como frutilla del postre habló  de un país “que le diga no a la división”.

 

Le faltó aclarar que se trata de la división que el kirchnerismo creó y que su gobierno profundizó. Por si esto fuera poco, antes del encuentro con CFK, el Presidente les dedicó unos minutos a los vecinos de Ensenada, en un formato bastante similar a los timbreos que solía hacer Juntos por el Cambio de los que el kirchnerismo tantas veces se burló y al que ahora encontró virtuoso. Nada que sorprenda: el kirchnerismo, en particular, y una parte del peronismo son así: un día dicen una cosa y al siguiente dicen y hacen otra exactamente opuesta.

 

 

“Lo mandaron a guardarse hasta que el gabinete se reorganice. Le sacaron el micrófono y se lo dieron a Aníbal y Manzur. Aceptó los cambios y no creo que haya sido una estrategia para correrse del medio ante otra posible derrota. Está sobrepasado. Lo hizo por sumisión”, aseguró uno de los que se salvó de ser barrido por la escoba kirchnerista pero que día tras día profundiza su desilusión con Alberto Fernández. No contento con ello, agregó: “Más que divididos. Hay muchos que están rotos. Enojados”.

 

Desde el Patria aseguran que “el cambio de rumbo es real y que el Presidente debió haber pegado el volantazo mucho antes. Ahora tiene más tiempo para acompañar a Fabiola”, ironizaron.

 

Otros fueron algo más sinceros: “No creo que la gente que la está pasando mal se ponga a analizar las intenciones. Hay que ser pragmático. Cuando bajás ayuda, todos lo agradecen”. Es el plan “platita en el bolsillo” en su esplendor.

 

En silencio, la ex  presidenta en funciones está activa para definir los próximos pasos. Sabe que su proyecto de permanencia en el poder está en peligro. No está dispuesta a quedarse viendo cómo la administración de AF pone seriamente en riesgo ese proyecto del cual depende la impunidad que busca.

 

El próximo objetivo es Martín Guzmán y compañía, entiéndase por ello a Matías Kulfas. 
   

Al menos dos cosas quedan en claro. Primero, que al Gobierno no le importa en lo más mínimo teñir de verosimilitud el cambio en sus formas y su discurso. Segundo, que este disfraz dialoguista es un traje a medida para salir a la caza de los votos perdidos. El ADN kirchnerista es otro, y más temprano que tarde el lobo mostrará los dientes otra vez. Solo basta con mirar 21 meses hacia atrás para encontrar la respuesta a esta historia que ya vivimos.

 

Mientras tanto, la pobreza sigue golpeando con dureza a millones de argentinos. Son cifras que parecen de un país infradesarrollado.

 

A la misma hora en que se conocían estos datos, el Gobierno anunciaba –como un gran logro– la vuelta del público a los estadios de fútbol. Y para darle relieve, compartieron el estrado el jefe de Gabinete, Juan Manzur, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, el ministro de Turismo, Matías Lammens y el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.

 

No hubo un panel de ministros organizado para hablar sobre el 40,6% de pobreza y el 10,7% de indigencia. Es lo que hay.





domingo, 26 de septiembre de 2021

Kirchnerismo en acción… Gobiernos intervenidos… @dealgunamaneraok...

 Kirchnerismo en acción… Gobiernos intervenidos… 


El discurso del odio. Dibujo: Pablo Temes. 

El nacional como el bonaerense están ahora bajo control de Cristina y de Máximo, respectivamente.

 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 25/09/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 


Hay heridos, ofendidos y humillados en los dos lados. “El caradura de Kicillof no puede hacer como que no pasó nada y que está bajo el paraguas de los ganadores, porque le coparon el gabinete.” La llegada de Insaurralde fue un mensaje bien claro a favor de los que creen en la territorialidad que el gobernador despreció.

 

Además, su trato con los intendentes siempre fue frío. Máximo e Insaurralde venían tejiendo juntos hace tiempo, ahí está el mensaje para el que se creía intocable. Otro de “los padres de la derrota” –asegura una voz que recorre con frecuencia la Rosada. Como se ve, no solo hay críticas internas; también hay descalificaciones. La de “caradura” es de las más suaves y educadas.

 

Los dos gobiernos –el nacional y el bonaerense– han sido intervenidos. Y éste no es un eufemismo o una cita figurativa sino literal. A la administración de Alberto Fernández la intervino directamente Cristina Fernández de Kirchner. A la de Axel Kicillof, Máximo Kirchner. 

 

El desplazamiento de Carlos Bianco de su cargo como jefe de Gabinete ha sido un duro golpe para el gobernador que viene sosteniendo una puja subterránea y creciente con el primogénito de la ex presidenta en funciones. Kicillof es una persona tremendamente desconfiada que, por ende, se apoya en un núcleo muy pequeño y cerrado de personas. A Bianco lo conoce desde 1998, cuando fue su alumno en un curso que el hoy gobernador dio en la Universidad de Quilmes sobre “Corrientes Económicas Contemporáneas”.   

 

El desembarco en  la Jefatura de Gabinete provincial del ahora ex intendente de Lomas Zamora no fue solitario. Lo hizo acompañado de gente suya, entre los que se cuentan Juan de Jesús, del Partido de la Costa, y Hernán Y Zurieta de Punta Indio.

 

“Lo que está pasando con el despilfarro de guita es lo que vas a ver en mayor o menor medida en todo el Conurbano de acá hasta las elecciones.” 

 

“Es lo que saben hacer los pragmáticos de la vieja escuela. ¿Qué otra cosa se puede esperar de Manzur y Aníbal? Ya lo reconoció Gollan. En el caso de Aníbal también optaron por reciclar un tipo hábil en el barro que nunca se prende fuego. Pero no creo que alcance. La gente la está pasando muy mal”–continúa el funcionario con despacho en Balcarce 50 que no deja de acumular un enojo que no disimula.

 

El oficialismo ha decidido emular lo hecho por el gobierno de los Rodríguez Sáa en San Luis en 2017. En ese entonces, luego de perder las PASO contra Claudio Poggi, hubo un aluvión de fondos públicos en planes sociales, inodoros, chapas, colchones, juegos de dormitorio y comedor, prótesis, sillas de ruedas, electrodomésticos y ayuda para pequeños comerciantes que le permitieron dar vuelta el resultado. Habían perdido por 19 puntos y ganaron por 12.  

 

Las expresiones del ex ministro de Salud bonaerense y segundo en la lista de candidatos a diputados nacionales, Daniel Gollan, fueron un sincericidio que desnuda el pensamiento de la mayor parte del kirchnerismo y el peronismo que lo acompaña. La dignidad de la persona vale un electrodoméstico o un poco de plata en su bolsillo. 

Es la radiografía del pensamiento del populismo que necesita que haya mucha gente pobre como sustento para sus ambiciones de permanencia indefinida en el poder. 

 

“Un poco de platita en el bolsillo” habla de una vida de subsistencia.  

 

“Un poco de platita en el bolsillo” habla de personas cuya dignidad no tiene ningún valor para los que gobiernan.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de un desprecio por la educación.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de un menosprecio hacia la salud pública.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de una desestima hacia el sufrimiento de gente que durante la pandemia lloró la pérdida de sus seres queridos.


“Un poco más de platita en el bolsillo” habla de no asumir los garrafales errores cometidos por el Gobierno durante la pandemia.


“Un poco más de platita en el bolsillo” habla de no hacerse cargo del escándalo del “Vacunatorio vip”.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla del desdén hacia quienes se quedaron sin el fruto de una vida de trabajo.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de la convalidación del vale todo.


“Un poco de platita en el bolsillo”  habla de la apología de la inmoralidad.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla del vilipendio hacia la capacidad de pensamiento de quien se ve sometido a las adversidades de la pobreza.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla del ideario de quienes hoy están al frente del Gobierno.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla del tiempo por venir que le aguarda a nuestro país si esto no se modifica.


“Un poco de platita en el bolsillo” habla de gente a la que dejan sin la posibilidad de soñar con un futuro mejor para ellos y/o para sus hijos.

 

La elección no está terminada.

 

El oficialismo ha salido a la caza de los ciudadanos y ciudadanas que no fueron a votar el 12 de septiembre pasado. Si todos ellos lo hicieran por el “Frente de todos contra Todos”, el oficialismo podría dar vuelta la elección en la provincia de Buenos Aires y otros distritos.   

 

La oposición por estas horas enfrenta dos grandes problemas: “El control y fiscalización de la elección y la retención del que nos votó en las PASO, pero que siempre estuvo más cerca del oficialismo. El voto bronca es muy fuerte, pero muy volátil, ahí tenemos que trabajar”. Aseguran en Juntos.

 

Así planteada, la elección del 14 de noviembre será no solo una contienda electoral sino también una radiografía de una parte de la sociedad argentina, fundamentalmente de aquélla sumergida en la pobreza.

 

Si con “un poco más de platita en el bolsillo”, una licuadora, un lavarropa, una heladera, una cocina y un largo etcétera de electrodomésticos, el Gobierno consiguiese su objetivo, el populismo habrá obtenido un triunfo que le permitirá dar alas a su proyecto de permanencia en el poder para siempre. 





domingo, 19 de septiembre de 2021

Crisis gubernamental. Se habló de traición… @dealgunamaneraok...

 Crisis gubernamental. Se habló de traición…

 


Acordes. ¿Acordes? Dibujo: Pablo Temes. 

El Gobierno está anclado en el pasado. Lo muestran los cambios que ha implementado en el gabinete.

Escrito por Nelson Castro el sábado 18/09/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Fueron muy pocos los que predijeron el resultado de las primarias abiertas y simultáneas del domingo pasado. A las 6 de la tarde del domingo, voces importantes del oficialismo auguraban un triunfo de entre 7 y 8 puntos en la provincia de Buenos Aires, donde la oposición festejaba como una victoria si la derrota era por un margen de 4 puntos. Lo que nadie imaginó fue la fenomenal crisis que el resultado final produciría en el Frente de Todos contra Todos.

En uno de los últimos reportajes que Alberto Fernández le concedió a quien esto escribe, en agosto de 2019, dijo:


—Cristina ha cambiado. Es otra. Aprendió de sus errores.

—No se equivoque. Eso es absolutamente imposible. Cristina tiene una personalidad patológica que nada ni nadie podrán cambiar –fue la respuesta.


Por si tenía alguna duda, el Presidente acaba de toparse con esa realidad. Y vivirla en carne propia. Cristina Fernández de Kirchner es mala y dañina. Ella lo sabe y lejos está de querer modificar esa condición suya. Es más, lo disfruta.


Su carta, en la que la palabra “yo” aparece 19 veces, ha sido un mojón que pulverizó la figura presidencial. Es una carta asertiva y reivindicatoria.


Cada palabra, cada punto y cada coma, son la expresión de las características patológicas de la personalidad de la ex presidenta en funciones: el narcicismo, la obsesión y el síndrome de hubris. Uno de los síntomas del hubris es que la persona que ocupa el centro del poder se cree la dueña de la verdad; está convencida de que su pensamiento es el único que vale; desprecia las ideas ajenas; los errores son de los otros que, por ende, son la causa de todos los males.

 

Por supuesto que CFK no está sola. 

 

La acompaña en esta movida su séquito de secuaces que siempre han sentido desprecio por AF, a quien nunca le perdonaron los años en que supo ser crítico de ella y de ellos. A la manera de unos verdaderos nerones, ni a ella ni a ellos les importaron las consecuencias que este enfrentamiento tiene para el país. Han vaciado de poder al Presidente. Si esto se lo hubiera hecho a CFK, lo habrían calificado de “destituyente”.


Finalmente, el Presidente, a quien desde el mismo momento de ser electo le ha molestado que se lo tilde de “títere”, ha demostrado serlo. No solo eso: le teme a CFK. Es lo que se vio a lo largo de todos estos meses en los que se sometió a los desplantes, las críticas y el ninguneo de la ex presidenta en funciones. Es algo que no tiene vuelta atrás. Es irremediable.

 

 

“Ganó Cristina” es la frase que más se escuchó por estas horas en los pasillos de la Casa Rosada.   


“Siempre se puede estar peor. Sabíamos perfectamente que venían por nosotros, pero no imaginábamos esta locura. Es cierto que el albertismo que conocemos hasta hoy ya no existe pero también es cierto que toda la sociedad vio lo que Cristina es capaz de hacer cuando no se cumplen sus deseos. Las elecciones las perdimos todos pero el desequilibrio institucional lo generó ella. Esto no será gratis para nadie”, reflexionaba un funcionario con despacho en Balcarce 50.


“Alberto es lo que es y hubo una cantidad enorme de errores no forzados, pero ella está desquiciada. No le importa ponerse al Gobierno de sombrero. No es capaz de soportar un no como respuesta”, continuó.


“Alberto podrá conservar la investidura pero acá terminó su carrera política. La resistencia y los deseos de mantener su rumbo le duraron 24 horas”.


“La jugada estaba orquestada desde el lunes, cuando el día pasó de largo y no hubo ninguna determinación o anuncio oficial después de la derrota. Todos los que salieron a decir que habían renunciado son unos payasos. Cuando uno renuncia, lo hace de manera indeclinable como hizo (Juan Pablo) Biondi. El resto fue humo, fue parte del plan para presionar y desgastar al gabinete. Esto fue contra Alberto pero los afectados somos nosotros”, señaló con mucho enojo otra fuente cercana a la cartera de ministros.


“Con el diario del lunes es más fácil entender todo; ahora se ve todo mucho más claro como si nos hubieran puesto una lupa. Cristina habló de operaciones en su contra. ¿Por qué no habló de cómo, desde hace meses, desde el Patria nos vienen operando a nosotros? Al principio nos llamaba la atención porque no creíamos que fueran tan sucios pero, por citar un ejemplo, ellos mismos –con jugadores ignotos y operadores que salieron a chupar las medias por un cargo–  publicaban críticas a la suba de precios, sector por sector, muy detalladamente, a medios de comunicación amigos y en sus propias cuentas de Twitter. Cuando algo no les cerraba, empezaban las operaciones de desgaste”, aseguró otro interlocutor con bronca incontenida.


“Fuimos una coalición mientras se hizo caso a los caprichos de ella, cuando las cosas se pusieron difíciles hizo volar todo por el aire. Vamos a ver con qué ánimo siguen los que quedan. ¿A quién le vamos a responder?”, concluyó.


“Volvimos para ser mejores”, fue uno de los eslóganes de campaña que más utilizó AF. Muchos votantes independientes, que estaban enojados con Mauricio Macri, le creyeron. Se ilusionaron con la posibilidad de alguien que fuera una bisectriz que marcara una alternativa diferente a la grieta que embrutece. Hace tiempo que está claro que eso era una mentira. Finalmente, AF resultó ser un mentiroso.


El penoso transcurrir de estos días, en los que se vio al Presidente en su mendicación para que algún gobernador aceptara ocupar la Jefatura de Gabinete, evidenció su falta de poder.    


Su gobierno ha quedado definitivamente anclado en el pasado. Es lo que representan los cambios que ha implementado en el gabinete. Es un elenco de derrota y fracaso. Con un jefe de Gabinete, Juan Manzur, y un nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero, sometidos al vilipendio de CFK. Con un nuevo ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, siempre presente en el recuerdo por haber dicho que la inseguridad era una “sensación”.   


“Tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve a enfrentarse con mi vida”, reza la letra de Volver, perfecta síntesis del triste presente de la Argentina.