La vida es un tablero de ajedrez en donde los cuadros blancos son los días y los cuadros negros son las noches... Nosotros, somos las piezas que vamos de aquí para allá para caer al final en el cuadro de la nada... De Alguna Manera... Una Alternativa…
La actriz, emblema del cine argentino, tenía
83 años. Falleció a las 8.35 de este martes en el Hospital Central de San
Isidro, donde se encontraba internada desde el 26 de mayo.
Publicado el martes 25/06/2019 por el Diario Digital Infobae de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La
actriz Isabel la Coca Sarli, emblema del cine argentino de las
décadas de los 60 y 70, murió en la mañana de este martes a los
83 años, en el Hospital Central de San Isidro. Después de sufrir una fractura
de cadera, en los últimos meses su salud se vio seriamente deteriorada y debió
ser trasladada en reiteradas oportunidades al centro médico, siempre acompañada
por su hija, la también actriz Isabelita
Sarli.
Los problemas comenzaron el 18 de marzo pasado, cuando se cayó al piso al
intentar levantarse de la cama. La Coca se golpeó la cadera
izquierda y debió ser trasladada de urgencia al centro médico, donde la
operaron el 22 de ese mes.
Si bien la recuperación de la cirugía
transcurrió con normalidad, los médicos decidieron dejarla internada en
observación unos días más, ya que previo al accidente doméstico había padecido
neumonía y continuaba con antibióticos.
Finalmente
le dieron el alta el 3 de abril, y le indicaron que debía empezar a hacer
trabajos de kinesiología para tener una correcta mejoría de la fractura.
Argentina a cuartos: le ganó 2-0 a Qatar y
jugará con Venezuela…
Lautaro Martínez (3') puso en
ventaja a la albiceleste. Se sacó la espina tras desaprovechar una acción
previa. Capitalizó un grosero error en la salida de los asiáticos.
Argentina
a cuartos: le ganó 2-0 a Qatar y jugará con Venezuela. El
albiceleste superó al campeón asiático, con un gol de Lautaro Martínez a los 3
minutos y otro del "Kun" Agüero a los 37' del complemento. Con este
resultado, más la victoria de Colombia 1-0 a Paraguay, los de Scaloni quedaron
segundos en el grupo y en la próxima fase jugarán con Venezuela.
Argentina, que finalizó segunda en el grupo B, tendrá como
rival a Venezuela (segunda del grupo A) el próximo viernes, desde las 16, hora
argentina, en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro.
La victoria resultó justa y llegó en el momento indicado.
Argentina, que generó más situaciones que Qatar con un funcionamiento dispar,
necesitaba ganar para asumir con calma el tramo final de la Copa América.
El gol de Lautaro Martínez, quien aprovechó una falla de Al
Rawi en la salida a los tres minutos de juego, se leyó como un buen augurio de
una tarde tranquila en Porto Alegre.
Los minutos iniciales de la Argentina fueron buenos aún sin
un Lionel Messi determinante. Con posesión de pelota se plantó en campo rival,
pero sin profundidad, mientras el crack rosarino buscaba socios en ataque.
Qatar, que demostró su competitividad, recuperó la pelota y
por momentos generó peligro. Su buen traslado inquietó a la Argentina, que
mostró dudas en el retroceso, pero le faltó profundidad. Su situación más clara
se produjo en el cierre del primer tiempo cuando el remate de Bassam en un tiro
libre que pasó entre Lo Celso y Paredes en la barrera, pegó en el palo.
El equipo de Scaloni pudo haber definido el pleito mucho
antes del gol de Agüero, quien después de tanto insistir tuvo su premio.
El "Kun" sacó un remate cruzado en el primer tiempo
(21m), tras asistencia de Messi, y el arquero Al Sheeb le negó el gol en dos
ocasiones más (ST 15 y 21m).
Sin deslumbrar, Argentina jugó un partido aceptable,
sustentado en el buen nivel de sus individualidades, porque en lo colectivo
necesita asentarse.
La inclusión de tres delanteros (Messi, Agüero y Martínez)
surgió efecto otra vez, como aquellos 22 minutos ante Paraguay.
La Argentina aún sufre no tener un volante central de marca,
de referencia, que asfixie la salida del rival, que marque los tiempos, pero
convivirá con ello hasta el final de la Copa América.
Messi, que mañana cumplirá 32 años, tendrá un festejo rodeado
de su familia y compañeros.
Argentina, que caminaba por la cornisa, continúa en la Copa
América con varios puntos a mejorar. Va como puede, pero ante Qatar exhibió una
leve mejoría.
Síntesis
Qatar 0
Saad Al Sheeb; Pedro
Miguel Correia, Bassam Al Rawi, Tarek Salman, Boualem Khoukhi, Karim Boudiaf;
Abdulaziz Hatem, Hassan Al Haydos, Salem Al Hajri; Almoez Ali y Akram Afif. DT:
Felix Sánchez.
Argentina 2
Franco Armani; Renzo
Saravia, Juan Foyth, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul,
Leandro Paredes, Giovani Lo Celso; Lionel Messi, Lautaro Martínez ySergio
Agüero. DT: Lionel Scaloni.
Gol en
el primer tiempo: 3m Martínez (A).
Gol en el segundo tiempo: 36m Agüero
(A).
Cambios en el
segundo tiempo: 10m Marcos Acuña por Lo Celso (A), 30m Paulo Dybala por
Martínez (A), 31m Abdullah Alahrak por Salem Al Hajri (C), 39m Germán Pezzella
por Foyth (A).
Finalmente, las listas de
candidatos se
cerraron. Ya están los nombres de los hombres y las mujeres que competirán en
octubre próximo por cada uno de los cargos electivos a cubrir, desde presidente
de la Nación hasta consejeros escolares. Este proceso –el de cierre de listas–
representa uno de los momentos en los que las miserias de la política quedan
expuestas con absoluta nitidez. La lucha por acceder a un cargo es, en la
mayoría de los casos, feroz. Y no importa cuán relevante sea el puesto en
disputa. La intensidad de la pelea es mayúscula.
Sergio
Massa, como se auguraba,
encabezará la lista de candidatos a diputados nacionales por el kirchnerismo.
El armador ha sido Máximo
Kirchner. Así, el ex intendente de
Tigre, que hizo de la idea de la gran avenida del medio su leitmotiv político
hasta hace dos semanas, será el que les asegure el acceso a las bancas a tres
dirigentes de La Cámpora, que son genuinos exponentes de la grieta que divide a
la sociedad argentina. Ni que hablar de Axel Kicillof, candidato a gobernador
de la provincia de Buenos Aires.
Massa o menos. A medida que pasan los días se entienden menos los
objetivos de este regreso de Massa al redil del kirchnerismo, una verdadera
claudicación. Si el Frente de Todos llegara a ganar las elecciones –algo que es
probable según lo reflejan las encuestas hoy–, difícilmente le regale la cuota
de protagonismo que supo tener, en medio de triunfos y derrotas, desde que
decidió romper con Cristina Fernández de Kirchner hace seis años. Y si
perdiera, la factura que le pasará el peronismo no K será altísima.
Un dato curioso: a nivel nacional, el único
triunfo que obtuvo Massa fue cuando se alió con Mauricio Macri, en 2013. Cuando
compitió por el kirchnerismo, en 2009 con las listas testimoniales, perdió.
El ex intendente ha consumado un verdadero
suicidio político. Alguien podría decir lo mismo de Alberto Fernández. Son dos
casos distintos. El hoy candidato a presidente se encontró con una postulación
hecha por CFK que nunca buscó. Su rol siempre fue el de un armador. Por lo
tanto, si no ganara, nada cambiaría en su carrera política. En cambio para
Massa, quien supo ser compañero de fórmula de Margarita Stolbizer en 2017, el
costo político es y será alto. Y no por haber dicho cosas críticas del
kirchnerismo y luego desdecirse, sino por las acciones que impulsó y que le
valieron en su momento la consideración de parte de la sociedad harta de
la corrupción. Massa acompañó el proyecto de extinción de dominio que presentó
el Gobierno y que fue rechazado por el Congreso. Hay que recordar lo que dijo
entonces: “Argentina necesita la ley de extinción de dominio para recuperar los
bienes de los que afanaron y se hicieron ricos robándoles la plata del Estado a
los argentinos”. La alusión al kirchnerismo, al que se volvió a asociar, no
necesita aclaraciones.
Anida en el universo del realismo mágico que
representa el conurbano bonaerense una preocupación de los intendentes K.
Sienten que en muchos casos se quedaron fuera del círculo del poder. Durante
los doce años del kirchnerato no había necesidad de llamar a nadie de afuera.
Hoy, en cambio, la dupla Fernández- Fernández necesita de todos. Y eso
significa ceder lugares a los que vienen de afuera, llámense Massa, Felipe
Solá, Hugo Moyano u otros.
Y por casa. No es muy distinta la situación en el oficialismo,
ahora con el lema partidario Juntos por el Cambio. La incorporación de Miguel
Ángel Pichetto y Martín Lousteau ha significado también ceder cargos. La idea
de los así llamados “puros” ha debido retroceder ante el imperio de una
circunstancia innegable: el oficialismo está en serio riesgo de perder las
elecciones. Donde más se nota eso es en la provincia de Buenos Aires. Campea en
los ámbitos cercanos a María Eugenia Vidal un ánimo de derrota y de enojo. El
enojo es porque están convencidos de que si se hubiese desdoblado la elección
provincial, la gobernadora habría sido reelecta sin mayores problemas.
Esta situación –la de una posible derrota– hizo
que el cierre de Juntos por el Cambio fuera más difícil. Se entiende: más allá
de la exhibición de un optimismo a toda prueba que se pretende infundir desde
la Casa Rosada, para quienes figuran a partir del sexto lugar en la lista las
chances de ser elegidos se complican. Por eso, Vidal llamó personalmente a cada
uno de los legisladores para anunciarles a unos que quedaban afuera y a otros
que debían ocupar lugares de menor preponderancia.
Para quien tampoco hubo contemplación alguna
fue para Emilio Monzó. El viernes último, durante una reunión que mantuvo con
Vidal, se anotició de que no habría lugares para sus acólitos en la lista de
candidatos a diputados provinciales. Cuando todo esto sea historia –historia de
tono muy menor, sin duda–, alguien explicará las razones por las que el
oficialismo despreció tanto a un hombre que supo hacer un gran aporte a la
gobernabilidad.
Una de las premisas electorales que venía
esgrimiendo el Gobierno es que aquel candidato que se hubiera presentado a una
elección provincial para competir por la gobernación y hubiese perdido no
podría aspirar a ser candidato a ningún otro cargo electivo. Pero como la
necesidad tiene cara de hereje, las cosas cambiaron y esta prohibición ha sido
dejada de lado. Así, Mario Negri podrá competir por una banca en la Cámara de
Diputados por Córdoba. Como se ve, el decir un día una cosa y al día después
otra no es patrimonio exclusivo del kirchnerismo.
El senador Pichetto ha trabajado a full en
estos días. No todo el fruto de ese trabajo ha salido a la superficie como sí
lo fue el caso de Alberto Asseff, quien, en su transfuguismo partidario hacia
el oficialismo, dejó al economista y candidato presidencial José Luis Espert
colgado de un piolín.
Consenso Federal tampoco fue la excepción.
Las disputas por la integración de las listas generaron tensiones. La
curiosidad es que en la provincia de Buenos Aires el tinte peronista se impuso
por sobre los otros aliados: el candidato a gobernador va a ser Eduardo “Bali”
Bucca –estuvo con el kirchnerismo, con Florencio Randazzo y con Alternativa
Federal en tiempos de Massa y Pichetto, es decir hasta hace dos semanas– y la
primera candidata a diputada, Graciela Camaño. Afuera quedó Margarita
Stolbizer, nada menos.
Mientras la rosca de la política vive estas
horas de frenesí, la realidad golpea de manera impía a la ciudadanía con
el 10,1% de desempleo.
Las notas de Osvaldo Ardizzone se reconocían en
el primer renglón. Disfrute de su crónica del día que El Globo cortó con esa
“mishiadura que llevaba medio siglo de proletaria resignación”.
Dos fechas antes del final del torneo, el 16 de
septiembre de 1973, el Club Atlético Huracán del barrio porteño de Parque
Patricios, a pesar de perder como local con Gimnasia y Esgrima La Plata, se
consagra Campeón del Torneo Metropolitano, su quinto título de Primera División
, primero de la era profesional. Vale mencionar que en ese partido tres de
las principales figuras del equipo (Babington, Avallay y Brindisi) no jugaron
por integrar la Selección Argentina que jugaba las Eliminatorias.
Conversando
con Dante Panzeri, director de El Gráfico, nació una amistad con Osvaldo que se
plasmó en el papel adoptando el apellido materno (Ardizzone) en lugar del
paterno (Bramante).
Queremos recordar ese campeón
inolvidable, dirigido por César Menotti, con fragmentos de la nota que firma
Osvaldo Ardizzone, el poeta y periodista deportivo que engalanaba por esos
tiempos con su inigualable estilo las páginas de El Gráfico. Las imágenes son
de otros monstruos pero de la fotografía: Alessandrini, Abaca, R. Alfieri (h)
Maffuche, Speranza y Forte.
Huracán,
Campeón Metropolitano 1973
Que
uno se enfrenta a ese tipo disfrazado. Sí, disfrazado entre una banda de
disfrazados. A esos de las pilchas grotescas del tony carnavalesco. A ese del
rancho pintarrajeado, de los labios con carmín barato y la cara enharinada. Que
uno la ve a esa muchacha con una vincha rubia sujetándole la cascada de pelo
rubio, aprisionada en una casaca del Globo con el ocho en la espalda. Que uno
la ve a esa pareja “veterana” tomados del brazo con el domingo brillando en los
ojos húmedos.
A
ese don José, o don Antonio, con más de medio siglo del Viejo Parque en el pelo
gris, orgullosamente envuelto en una bandera. Y a esa doña Juana o quizá doña
Vicenta llevada casi a la rastra por él, ya metida en la danza desenfrenada que
se agita dentro de la cancha. Y el pibe, y el más pibe. Y el padre, la madre,
el abuelo, la abuela. Y la cuñada y el primo de la cuñada.
La felicidad en el vestuario Quemero: Cantú, Menotti, Brindisi, Buglione,
Bábington, Avallay, Basile y Larrosa.
Están todos. Todos los que tenían que estar.
Las caras de antes, las caras de ahora... Solo que aquí todas se asemejan hasta
parecerse a una única y enorme cara que ensaya su único y exclusivo gesto. Que
conoce esa única coreografía del contoneo clásico de la antigua comparsa. Que
canta los mismos versos en un arreglo musical entre ellos, solamente ellos,
conocen...
Una identidad y un ajuste que no podría conseguir ni el mismísimo
maestro Toscanini... Las ganas de juntarse, la necesidad de estrecharse, de mezclar
las lágrimas, de cambiarse las risas, de fundirse en el gigantesco y estentóreo
coro... ¡Cuarenta y cinco años! ¡Casi medio siglo de silencio! ¡Medio siglo
amontonando el desconsuelo de cientos y cientos de domingos grises! Medio siglo
con la protesta apretada entre los labios en la cónclave silenciosa del
atardecer incoloro del café del barrio...
Por eso es esta fiesta distinta. La fiesta
vestida con ese contraste que va de una lágrima a una carcajada. Que al cabo
siempre irán juntas en la descarga de esa emoción que no cabe adentro.
Porque es la fiesta del seco. Es la explosión
del postergado. El rechifle de una mishiadura que lleva medio siglo de
proletaria resignación. Y, ahora, este domingo 16 de septiembre del año 1973.
Domingo de Huracán. Domingo del Viejo Parque. De la Pompeya laburante. De la
ilustre estirpe ciruja. De la lata y la madera de los caseríos de Soldati...
Que, al cabo, ese Globo tantos años aprisionado en tantas manos temblorosas se
hizo definitivamente pájaro... ¡Huracán campeón!Centenares de globos en la
tarde... Centenares de sueños... De abuelos, de muchachas, de pibes, de
señoras, de pibes más pibes... De todo un barrio, con pintoresco y emotivo
color de barrio... “¡Que el sol sale para todos! / Y también saldrá para el Globo”,
como en esperanzada inspiración del poeta popular que germinó en el rincón más
mistongo de las calles del Viejo Parque o de la Pompeya de Homero Manzi... “Que
el sol también saldrá para el Globo”.
Osvaldo Ardizzone (1973)
Alfio Basile
encabeza la salida de Huracán, empezaba la fiesta.
Algunos testimonios de hinchas famosos de
Huracán en la tarde que el Globo fue campeón:
Victorio Ádamo (actuó desde 1940 al 44)
"¿Sabe qué es lo que más lamento en un
momento de tanta emoción? Que no esté Herminio Masantonio..."
Alfredo Barbieri (actor)
"El teatro me dio muchas satisfacciones
pero esto es otra cosa... Soy del Globo desde que nací y por fin me doy el
gusto de salir campeón. ¡Arriba Huracán!"
Oscar "Ringo" Bonavena (boxeador)
"Antes que ser campeón del mundo prefiero
que salga Huracán"
Pascual Buglione (actuó desde 1936 al 40)
"Mi satisfacción es doble. Como ex jugador
lo vivo como si integrara el equipo y además porque mi hijo Daniel salió
campeón. Una palabra para el público de Huracán que sufrió 45 años"
Norberto "Tucho" Méndez (actuó desde 1943 al 48)
"Esta alegría de la gente del Globo es una
alegría sana, pura, limpia ¡y qué lindo es ver cómo los hinchas están aquí con
sus familias para festejarlo!"
El loco en
andas: René Houseman, una de las figuras del campeón, llevado en la vuelta
olímpica por los hinchas que lo adoraban. Junto a él, Alfonso Roma.
Huracán contra todos
Desde la implantación del profesionalismo, todos
los campeonatos disputados con el sistema de partidos y desquites de todos
contra todos fueron ganados por Boca, River Plate, Independiente, Racing y San
Lorenzo. Porque cuando se clasificaron campeones Estudiantes en el Metro de
1967, Chacharita en el de 1969 y Rosario Central en el Nacional de 1971, se
dividió en zonas y no enfrentaron a todos los equipos y cuando fue campeón
Vélez Sarsfield, en el Nacional de 1968, tuvo una sola rueda.
En consecuencia, Huracán es el primer club, con
excepción de los cinco mencionados, que gana por el sistema de partidos y
desquites de todos contra todos.
La alegría
del Coco Basile en la soñada vuelta olímpica del Globo.
Los jugadores que integraron el Huracán Campeón
Metropolitano 1973:
Miguel Á. Leyes Ángel Tolisano Edgardo L. Cantú Nelso P. Chabay Francisco F. Russo Ruben A. Ríos Alfio Basile Héctor J. Roganti Jorge Carrascosa René O. Houseman José R. Scalise Carlos A. Leone Francisco Leonidas Nicolás del Valle Eduardo E. Quiroga Omar R. Larrosa Alfonso D. Roma Carlos A. Babington Roque Alberto Avallay Miguel A. Brindisi Daniel Buglione
Huracán Campeón 1973
ESPN Recuerda Huracán 1973
Homenaje Huracán Campeón 1973 -
Fútbol Para Todos.
Archivo histórico - El equipo de Huracán de 1973 Planeta Gol - Huracán Campeón Metropolitano
1973
Definidas las nóminas habrá que ver si será
más efectiva la fórmula sorpresa de Macri o la de CFK. Con todas las
cartas sobre la mesa ha quedado conformada la oferta electoral de cara a las
elecciones nacionales de este año.
Apuestas. Las grandes sorpresas ya tienen
varios días en las portadas de los periódicos, Cristina Kirchner cediendo la
candidatura presidencial a Alberto Fernández y Mauricio Macri convocando al
líder del bloque justicialista del Senado de la Nación, Miguel Ángel Pichetto. Quedará para los historiadores del futuro analizar
las subjetividades puestas en juego en esos giros, pero el análisis urgente
tiene que ver con la eficacia electoral de semejantes apuestas.
Comparativamente, el impacto más fuerte lo
dio Cristina con su disposición a bajar un escalón en la competencia colocando
en su lugar a un fuerte crítico de su gestión como fue Alberto Fernández. La
autocrítica que incorpora esa doble decisión quedó sin explotar a fondo por
parte del kirchnerismo, por lo que muchos medios de comunicación eligen prestar
un altavoz a personajes marginales en la política argentina como Dady
Brieva o Mempo Giardinelli, lo que obliga a Fernández a dedicar su más
escaso recurso, su palabra, a desmentir planes de Conadeps imaginarias,
reformas constitucionales exprés, o Ministerios de la Venganza con guillotinas
a disposición.
Las
PASO traen una nueva decepción por falta de competencia intrapartidaria.
La incorporación de Pichetto como compañero
de Macri mostró que el otrora Cambiemos resultó ser una organización mucho más
estructurada que el peronismo. La incorporación de un extranjero a las huestes
políticas del PRO rompió los manuales de la posideología que elaboraron
trabajosamente Jaime Duran Barba y Marcos Peña, pero aun así, prácticamente no
se escucharon voces disidentes a la estrategia rupturista.
Por otra parte, tampoco han sido claras las
expectativas puestas en el experimentado Pichetto, pero novel candidato a
vicepresidente, un cargo sin grandes prerrogativas constitucionales, pero que
es el reemplazo natural ante cualquier contingencia que pueda afectar al
presidente de la Nación. No es evidente si la jugada apuntaba a integrar un
cuarto socio en la alianza, para lo cual Pichetto debía traer tras sí un bloque
de legisladores y gobernadores peronistas, o por lo menos asegurar que no
apoyen a F&F, buscando que gobernadores como Juan Schiaretti arriesguen
legisladores propios en el Congreso Nacional presentando lista corta. La otra
apuesta (posiblemente más efectiva) es que Pichetto se constituya como “el”
vocero de Juntos por el Cambio y vaya a seducir a los votantes de Sergio Massa
y a otros ni-ni de la tercera vía y de la tercera y más grande sección
electoral de la provincia de Buenos Aires.
Peronismo por doquier. El antiperonismo
realmente existente ha quedado dolido por la incorporación del senador Pichetto
en la fórmula presidencial macrista y observa que los candidatos peronistas se
cuelan por todos lados, debiendo o bien escudarse en alternativas minoritarias
o bien metabolizar las explicaciones del junticambismo sobre las
excepcionalidades del caso del senador por Río Negro.
La estrategia central del macrismo va a ser
alcanzar los 35 puntos en la primera vuelta, esperando que Alberto Fernández se
estacione en algún punto en la franja que va de los 40 a los 45, para aplicar
con toda su fuerza el artículo 98 de la Constitución Nacional y dar vuelta la
elección en el ballottage del 24 de noviembre. Quienes creen que esa empresa es
posible, plantean que capturarán en su totalidad los votos de los libertarios
de Espert, así como gran parte de los consensualistas de Roberto Lavagna.
Por el
otro lado, en el doble fernandismo la apuesta central es superar los 45 puntos,
para ganar en primera vuelta y por eso se hizo el esfuerzo de sumar a Sergio
Massa para finalizar encabezando la lista de diputados nacionales.
La alternativa más atractiva era que el
tigrense se uniera a unas PASO nacionales, pero naufragó por la propia lógica
de la ley que elimina de la escena a los derrotados. Ahora Massa tendrá
presencia tanto en agosto como en octubre.
Queda por ver qué voto pueden atraer las
candidaturas por fuera de la gran polarización. Por una parte, el desmembrado
camino central de la política argentina tendrá su oportunidad con Roberto
Lavagna y Juan Manuel Urtubey. Las clases medias de los grandes centros urbanos
como CABA, Córdoba y Rosario son los principales targets donde esperan cosechar
sufragios para llegar a los ansiados diez puntos nacionales.
Las huestes libertarias de José Luis Espert
se configuran como uno de los principales misterios de la elección.
Subestimados por el macrismo que creía que nunca superarían el punto y medio
requerido por las PASO para acceder a la elección general ahora se encuentran
con un espacio pequeño, pero que pesca en la misma franja de clases medias
altas donde el macrismo tiene su núcleo duro. En menor medida, algo parecido
pasa con la candidatura del ex funcionario del gobierno de Macri y ex mayor del
Ejército Argentino Juan José Gómez Centurión, quien descubre que la posición
más dura del sector celeste antiabortista puede transformarse en una opción
traccionadora de votos.
No pasó. Finalmente, la figura de las PASO
traen una nueva decepción por falta de competencia intrapartidaria o en los
frentes electorales. Habrá que pasar el peine fino para ver si a nivel
intendencia o Legislaturas locales se abrió la competencia para dar distintas
opciones a los votantes. Es que las PASO se transformaron en un experimento
endiablado con resultados imprevistos, más allá de experiencias positivas como
la del propio Macri en 2015 u Omar Perotti en Santa Fe este año.
Así como están planteadas, evidentemente las
primarias no funcionan, con el riesgo de otorgarles una información vital a
nivel mesa electoral a los oficialismos de turno para que puedan operar en
territorio hasta las elecciones generales con grandes recursos a disposición.
Sin duda, se debe cambiar la ley para que o bien puedan integrarse en la
fórmula presidencial quienes obtengan la mayor cantidad de votos, u otras
alternativas, como que sean obligatorias para los partidos, pero optativas para
los ciudadanos (caso Uruguay) o que solo acudan a las primarias quienes
presentan alternativas (caso Chile).
La larga ronda de nombres ha llegado a su
fin, ahora es cuestión de seducir a los votantes.