domingo, 9 de diciembre de 2018

Democracias… @dealgunamanera...

Democracias…

Huawei y Macron (su CFO), dos tipos políticos. Fotografía: afp

Algunos recuerdan que hace un año comenzó la crisis económica de Macri con la fatídica conferencia de prensa del Jefe de Gabinete junto al presidente del Banco Central y los ministros del área económica. Otros asociarán diciembre con que estamos a un año de la asunción de un nuevo gobierno. Pero este 10 de diciembre, además, se cumplen 35 años de la recuperación de la democracia, en un momento en que el significado de la palabra democracia está en discusión.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 09/12/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

No es la misma la democracia de Macron, donde los chalecos amarillos nos hacen recordar a los argentinos que compartimos nuestros revoltosos genes latinos con los franceses, que la democracia de China, donde el disenso está tan controlado que Europa y Estados Unidos suponen que Huawei, el segundo mayor productor mundial de teléfonos inteligentes, los fabrica dándole acceso directo a la seguridad del Estado chino para monitorear secretamente a todos sus usuarios.

La detención en Canadá de Meng Wanzhou, la CFO de Huawei, hija y heredera de su fundador, a pedido de Estados Unidos, acusada de haber utilizado una subsidiaria norteamericana para transgredir la prohibición de vender equipamiento a Irán durante el bloqueo, es interpretada por China como una excusa. Creen que lo que verdaderamente se busca es "detener el progreso de Huawei en el mercado de 5G". Previamente, Estados Unidos había prohibido a Huawei participar de proyectos de infraestructura por cuestiones de seguridad nacional; también la Unión Europea manifestó idéntica preocupación con las firmas chinas de tecnología, a lo que se sumó Japón.

A pesar de que el liberalismo político nació un siglo antes que el económico, los ejemplos de los Tigres Asiáticos (Corea, Singapur, Taiwán) y el Chile de Pinochetdonde hubo libre mercado con dictaduras pero la competencia económica llevó décadas después a la competencia política, hicieron suponer que China terminaría siendo una democracia con alternancia en el gobierno de diferentes partidos y división de poderes porque sus ciudadanos, acostumbrados a elegir qué consumir, terminarían queriendo elegir también en política y, como en Francia, se harían oír hasta lograr sus fines.

El Estado es primero una tiranía y, cuando las personas aprendieron a obedecer, la sustituye la ley, pensaba Hegel.

Pero el combo tecnológico de inteligencia artificial, cámaras, reconocimiento facial y celulares que monitorean a los ciudadanos en todo momento, y hasta anticipan sus deseos conociendo a sus propietarios mejor que ellos mismos, ha creado una nueva herramienta de control social que permite la coexistencia más longeva de liberalismo económico sin liberalismo político. Y el crecimiento económico chino al doble y al triple del crecimiento económico de Europa y Estados Unidos es el espejo en el que se miran los populismos de derecha e izquierda promoviendo la adaptación de la receta china a Occidente: cambiar menor libertad política por mayor crecimiento económico, para resolver el estancamiento del capitalismo en los países desarrollados, culpando de la pérdida de competitividad a todo significante de lo políticamente correcto: el respeto a las minorías, por tanto a la división de poderes que garantiza esas defensas, especialmente la independencia de la Justicia y los medios.

También las empresas norteamericanas de tecnología están acusadas de informar a los servicios de inteligencia de su país –en su libro Sin un lugar donde esconderse lo denunciaba hace años Edward Snowden–, pero China directamente promulgó una ley donde abiertamente se obliga a las empresas tecnológicas a "cooperar con los servicios de inteligencia", y no hay oposición política interna que pueda ejercer un contrapeso.

Bien representativo de la China post lucha de clases es que el hombre más rico de sus país, Jack Ma, dueño de Alibaba, el Mercado Libre de China, con una fortuna personal de 40 mil millones de dólaresse afilió al Partido Comunista. El significado de comunista, como el de democracia, es cada vez más polisémico. Ya en la época de la Cortina de Hierro, los países comunistas se llamaban a sí mismos democráticos, como Alemania Oriental, porque asociaban la democracia con la igualdad. Mientras que los países capitalistas asociaban la democracia con la libertad. La tensión entre igualdad y libertad (libertad negativa como ausencia de coacción) es la fuerza del progreso político de la humanidad.

El Parlamento no es una institución mediadora o representativa en China, sino la autoexpresión del poder del gobierno.

Alfonsín, con su célebre promesa de la primera campaña electoral posdictadura, diciendo que "con la democracia se come, se cura y se educa", propuso como democracia una conjunción de libertad e igualdad de oportunidades que a 35 años de pronunciada nunca se pudo consumar, con un tercio de los argentinos en la pobreza y fuera de las posibilidades de ascenso social. Y fue la crisis de 2002, con el crecimiento de la pobreza casi a los niveles actuales, la que justificó que el kirchnerismo llevara adelante una democracia más delegativa (el gobernante sustituye al votante) que representativa (el gobernante lo representa y es apenas su delegado).

El debate de la política gira alrededor de la crisis de representación, cuya principal causa es la falta de eficiencia económica de las democracias occidentales desde la caída del Muro de Berlín, hace casi treinta años, en contraste con la de China, donde esencialmente no existe la dimensión conflictual. Tras la extinción de la ex Unión Soviética, la financiarización fue desarmando el Estado de bienestar en los países desarrollados, generando una "acumulación por desposesión" de los menos ricos hacia el 1% más rico.

La democracia representativa, con su división de poderes, asume la confrontación agonista como inmanente a la sociedad y resuelve pacíficamente el conflicto de intereses en las instituciones donde representarlos. El modelo chino, en parte por la enormidad de su población, asume la imposibilidad de procesar intereses en conflicto y su Parlamento y su Justicia no son instrumentos de mediación. De la misma forma que no hay nada que mediar, tampoco hay medios de comunicación independientes que vengan a sumar argumentación a esa mediación. Mientras el modelo chino erradica el concepto partisano de la política y sofoca la noción de rebeldía en su población, el populismo "resuelve" el problema transformando el agonismo en antagonismo: en lugar de una lucha entre adversarios, una lucha entre enemigos, donde ni siquiera hay consenso en las normas aceptadas para llevar adelante la lucha en defensa de intereses contrapuestos. En ambos casos, es la diferencia entre una visión totalizadora y otra pluralista.

Pero a 35 años de nuestra recuperación de la democracia, si Alfonsín viviera hoy, imagino que seguiría luchando por conciliar "lo útil y la felicidad (el utilitarismo), el sujeto y lo universal (el Estado de derecho), la ciencia y la política (el positivismo) y la historia y la evolución (el progreso)".


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Intrascendentes… @dealgunamanera...

Intrascendentes…

PROTOCOLO PRO. Patricia Bullrich. Dibujo: Pablo Temes.

El mundo no habló de Macri pos G20. Y pasamos de Trump-Xi, a Bullrich y si desdoblan en Provincia.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 08/12/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires…

El glamour y el impacto de la cumbre del G20 ya es historia. El caleidoscopio con las  imágenes del espectáculo del Teatro Colón que hizo llorar a Mauricio Macri, de Donald Trump, de Vladimir Putin, de Angela Merkel y de Emmanuel Macron en la Casa Rosada, en el complejo de Costa Salguero o por las calles y las parrillas de Buenos Aires forman parte del pasado. Es verdad que los ojos del mundo estuvieron atentos a lo que sucedía por estos lares. De hecho, la foto de la cena compartida por Trump y Xi Jinping en el suntuoso hotel Hyatt dio la vuelta al mundo. Pero ese mismo mundo ignoró a la Argentina. Nada hubo en los grandes medios que le concediera a Macri algún protagonismo importante en el transcurso de esas 48 horas de frenesí. No quiere decir que no lo haya tenido sino que es otra muestra –una más– de la poca trascendencia  que tiene la Argentina como país.

La semana que pasó, por lo tanto, tuvo otro tono. Fue el tono propio de la realidad por la que transita nuestro presente, siempre abundante en situaciones de conflictividad. En este contexto, el Gobierno apuró la implementación de una nueva norma en el tema de la seguridad. El resultado fue la resolución que otorga mayores facultades a la Policía Federal. Por la manera como se implementó esta medida, surge la evidencia de que el Gobierno no consultó a nadie. Es decir, la improvisación. Y ese nadie incluye a los socios de la coalición oficialista. Esa conducta del Presidente muestra que el PRO se ha adueñado de Cambiemos. Y eso genera problemas. Es una de las causas –la principal– por la cual Emilio Monzó no competirá por la renovación de su banca el año próximo.

Todos a casa. 

Monzó se ha cansado de decirles al Presidente y al jefe de Gabinete, Marcos Peña, que tienen que entender cómo es la política, en la que el vínculo humano pesa. “Es hasta algo humillante tener que explicar cómo es el vínculo humano, más allá de las redes sociales. En Cambiemos llegan las 8 de la noche y cada uno va para su casa, no hay relación humana, no hay nada y eso se siente”, confiesa una voz allegada al actual presidente de la Cámara de Diputados.

Hay un dato que se conoce poco y que ilustra sobre la importancia de su gestión en el armado de Cambiemos allá por sus albores. Fue Monzó quien, a través de un verdadero trabajo de pinzas a lo largo de 2014, logró juntar a Macri y a Carrió. La primera reunión que mantuvieron fue en febrero de 2015 y tuvo lugar en el departamento de Monzó que está ubicado en Montevideo y Libertador, y fue a la vuelta de su domicilio –en la plaza frente al Patio Bullrich– donde se hizo la primera foto que se sacaron juntos. 

Monzó y Carrió anduvieron muy bien cuando al principio el presidente de la Cámara de Diputados fue postergado por Macri, que se inclinó por seguir la línea de la “Ceocracia” sostenida por Peña y sus adláteres, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. Eso duró poco. Cuando Monzó intentó implementar una línea de apertura de Cambiemos hacia otras expresiones del arco político Carrió lo “colgó” y adhirió a cerrar el espacio.

Mesa chica. 

El hecho político más importante de la semana fue la cena de reconciliación que el radicalismo organizó con la mesa chica de Cambiemos. A la tenida gastronómica en la parrilla Don Julio solo faltó María Eugenia Vidal debido a que una de sus hijas tenía el acto de graduación de la escuela. Se habló mucho sobre si es conveniente adelantar o no las elecciones en la provincia de Buenos Aires.

Merodeó allí un temor nuevo: que Cristina Fernández de Kirchner vaya de candidata a gobernadora y apoye a nivel nacional a un candidato a presidente que surja de la unión de todo el peronismo. Esa alternativa ha encendido alarmas en el interior de Cambiemos. Si Vidal va colgada de Macri, el miedo de ella es que como a Cristina le va mejor en la Provincia que a Macri, cualquier candidato que vaya colgado de la espalda de Cristina les gane a los dos. Si bien Vidal mide mejor que cualquiera, el problema es que Macri la hunda. Por eso se está evaluando el adelantamiento de las PASO y de la elección a gobernador para separarlas de la elección nacional.

Monzó –que en la cena habló poco porque lo tenía a Peña sentado justo enfrente– fue uno de los que sostuvo la necesidad de anticipar las elecciones. Ese fue un motivo más de confrontación con el jefe de Gabinete, que quiere que vayan todos juntos.

Cordobazo. 

Se habló mucho de Córdoba, porque no hay candidato definido de Cambiemos. Se expusieron ahí dos alternativas: la de Frigerio, quien propone hacer una interna en la que compitan varios, y la de Peña, que no quiere primarias por el desgaste que implica esa elección y porque, aun cuando se hiciese, no va a alcanzar para posicionar al candidato. Por eso el jefe de Gabinete piensa que el método ahí es hacer encuestas, medir y elegir como candidato a quien resulte estar mejor posicionado.

Entre bifes, chorizos y achuras, fueron varios los comensales que reconocieron que a la gestión de Macri se la ve mal en todo el país, por lo que la decisión de desdoblar no se va a estirar mucho más de febrero. El liderazgo del Presidente está cuestionado socialmente y hacia adentro de Cambiemos. Esta es una realidad que se verbaliza poco. Se lo ve políticamente debilitado. El G20 le dio un día de calma en los mercados. Fue solo un día porque hoy el riesgo país está en 729 puntos. Es una realidad que no se puede ocultar. El destino de la Argentina sigue siendo la incertidumbre.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.


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martes, 4 de diciembre de 2018

Superliga Argentina. Huracán 1 vs. Defensa y Justicia 1... @dealgunamanera...


Huracán y Defensa igualaron en el Palacio…


El conjunto de Parque Patricios empató 1 a 1 frente al Club Social y Deportivo Defensa y Justicia en el partido correspondiente a la 14ta fecha de la Superliga Argentina de Fútbol.

© Escrito por Nicolás Roncoroni el martes 04/12/2018 y publicado por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fotografías: Daniel Méndez.


Los dirigidos por Gustavo Alfaro regresaron esta noche a la actividad en el campeonato local después de tres semanas sin encuentros oficiales. El Globo enfrentó a Defensa y Justicia, el único equipo invicto del torneo, por la 14ta fecha de la Superliga Argentina de Fútbol 2018-2019.

La visita tuvo la primera posibilidad del encuentro con un tiro de Nicolás Fernández, que salió por arriba del travesaño. Al instante, Carlos Auzqui respondió con un enorme derechazo, el cual se estrelló en el palo derecho de Ezequiel Unsain. Lucas Gamba también estuvo cerca de marcar, pero su definición fue defectuosa.

Gastón Togni contó con un mano a mano contra Marcos Díaz, que el arquero respondió de la mejor manera. A los 32, Matías Rojas remató de media distancia y el balón pegó en el travesaño. A los 42, Andrés Chávez desbordó por la izquierda y tiró el centro para Gamba, que marcó el 1 a 0 para Huracán.

La segunda etapa del partido no mostró mayores situaciones de gol. A pesar de no tener la pelota, los de Parque Patricios lograron controlar el juego y no pasaron sobresaltos. Cerca del cierre del cotejo, a los 44, Alexander Barboza bajó un pelotazo con la cabeza y Lisandro Martínez apareció para meter el 1 a 1 final en el Palacio Ducó.

Los quemeros volverán a jugar el próximo domingo 9 de diciembre a las 19:20 contra Gimnasia de La Plata en el Bosque.

Síntesis:

Huracán 1 

Marcos Díaz; Christian Chimino, Sául Salcedo, Federico Mancinelli, Omar Alderete; Carlos Auzqui, Israel Damonte, Iván Rossi, Patricio Toranzo; Lucas Gamba y Andrés Chávez. DT: Gustavo Alfaro.

Defensa y Justicia 1 

Ezequiel Unsain; Nicolás Tripichio, Lisandro Martínez, Alexander Barboza Ullúa, Rafael Delgado; Domingo Blanco, Leonel Miranda, Matías Rojas; Ciro Rius, Nicolás Fernández y Gastón Togni. DT: Sebastián Beccacece.

Gol en el primer tiempo: 42m. Gamba (H).

Gol en el segundo tiempo: 44m. L. Martínez (DJ).

Cambios en el segundo tiempo: 17m. Ignacio Huguenet por Delgado (DJ), 20m. Norberto Briasco por Auzqui (H), 28m. Walter Pérez por Toranzo (H), 29m. Mariano Bareiro por M. Rojas (DJ), 37m. Juan Garro por Chávez (H), 39m. Ignacio Aliseda por Huguenet (DJ).

Estadio: Huracán.

Árbitro: Fernando Echenique.






domingo, 2 de diciembre de 2018

No llores por mí, G20… @dealgunamanera...

No llores por mí, G20…

Macri, emocionado en la gala. Fotografía: Captura de video.

Más allá del debate lagrimal, la cumbre ha significado un punto a favor para el Presidente.

© Escrito por Javier Calvo el domingo 02/12/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Si ni las lágrimas de Macri al final de la gala del Colón pudieron escapar del alineamiento en torno a su figura (y por oposición, a la de Cristina), parece más complicado salir de esa lógica bipolar si se trata de un balance de la cumbre, que conlleva mayores complejidades por la naturaleza misma del evento.

Antes de lo importante, terminemos con la anécdota: no está mal que Macri llore y que unos u otros, según el posicionamiento dual, se emocionen o enfurezcan por ello. Sí puede virar hacia el oportunismo cuando el aparato comunicacional presidencial (que incluye a ciertos medios y periodistas) propaga ese gesto. Ya estamos en campaña.

Más allá del debate lagrimal, la cumbre ha significado un punto a favor para el Presidente, que consolida una política exterior y una imagen for export como uno de los aspectos más altos de su gestión.

Buenos Aires no fue tierra arrasada o escenario de guerra callejera, como hemos visto en cumbres anteriores (caso Hamburgo) y en no pocas marchas porteñas.

Parece una verdad de Perogrullo decir que es mejor estar dentro que fuera del G20. Lo cierto es que hay sectores políticos nac & pop que intentan desmentir semejante obviedad.

Macri puede colgarse la medalla de haber organizado una cumbre exitosa, independientemente del efecto real en la política y comercio globales, que dependen de los grandes en serio, como EE.UU. y China.
La administración Cambiemos, claro, se adjudicará todos los méritos y caerá en ese egocentrismo tan argentino de creernos el centro del mundo. Ni muy muy, ni tan tan.

El desafío debería pasar por dos planos. En el orden internacional, que la Argentina se sume a los debates mundiales y aporte miradas imprescindibles aún desde la periferia a la que pertenecemos. Los problemas domésticos, graves, no tendrían que ser un impedimento (sino, que lo diga Macron y tantos otros). En el aspecto local, que las bilaterales del G20 le permitan al Estado avanzar en acuerdos de cooperación e inversión serios y sustentables, no tanto para la tribuna o para una fuerza política determinada.

Y hablando de fuerza, otro gran punto a favor: el G20 se llevó a cabo con protestas pero sin incidentes. Buenos Aires no fue tierra arrasada o escenario de guerra callejera, como hemos visto en cumbres anteriores (caso Hamburgo) y en no pocas marchas porteñas. El caos de hace solo una semana alrededor del Monumental disparó los peores augurios. Ni Perogrullo podría haber profetizado calma semejante. Esto debería emocionar más que el show del Colón.




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Cal y Arena... @dealgunamanera...

Cal y arena…

Líderes: Putin, Xi Jinping, May, Merkel, Macron y Trump. Dibujo: Pablo Temes.

Macri sintió cómo el mundo mira expectante el año electoral.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 02/12/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Como nunca, a Mauricio Macri se lo vio llorar al final del muy buen espectáculo que se ofreció en el Teatro Colón para agasajar a los líderes mundiales que participaron de la cumbre del G20.

Seguramente imaginó otra realidad cuando hace unos años se eligió a la Argentina como sede de esta fastuosa reunión. Venía de ganar las elecciones; la economía lucía estable; la inflación parecía controlada y su reelección se daba ya casi como un hecho inexorable. Hoy, en cambio, hay un gobierno mendicante, pidiendo dólares al mundo y con encuestas que le auguran un futuro electoral que, cuando menos, es incierto.

Desde el punto de vista de la organización, el Presidente se anotó un triunfo. Era un triunfo que necesitaba, ante el bochorno que representó la frustrada final entre River y Boca por la Copa Libertadores de América. Como dijo un ex vicecanciller: “Esta semana tuvimos dos G20. Uno –que perdimos– fue el River-Boca; el otro –que ganamos– fue la cumbre de los jefes de Estado en Buenos Aires”.

Desde lo organizativo, la cumbre que paralizó a media Ciudad fue un éxito. Desde lo político, en cambio, no tanto. La personalidad disruptiva de Donald Trump es un factor complicante que aleja la posibilidad de avanzar en acuerdos sólidos entre los países miembros.

Toda la gestualidad del presidente de los Estados Unidos durante las 48 horas que pasó en la Capital Federal nos hablaba de su malhumor. Fueron pocas las ocasiones en las que se lo vio sonreír.

La Argentina quedó en un tironeo de situaciones entre las propuestas chinas de ahondar y tener una presencia más permanente en su relación bilateral con nuestro país versus la relación que el Gobierno mantiene con los Estados Unidos.

Para Macri, la reunión fue una muestra del apoyo que cosecha de parte de los gobiernos de las naciones más poderosos del mundo. No es poca cosa después del negativo e inútil aislamiento al que el kirchnerismo llevó al país. Ese apoyo se hizo significativo y concreto durante los borrascosos meses a lo largo de los cuales hizo eclosión la crisis y dinamitó la economía. Pero, a pesar de lo significativo de esos apoyos, los problemas del G20 y de nuestro país están lejos de haberse solucionado.

Rosas y espinas. 

Lo de Francia fue un ejemplo. La reunión entre Macri y Emmanuel Macron tuvo buena química personal pero, en lo temático, un curso sinuoso. El presidente de Francia apoyó el ingreso de la Argentina al selecto grupo de la OCDE, pero puso peros en relación con las negociaciones y acuerdos entre la Unión Europea y el Mercosur. Eso tuvo una excusa para trabarse en las declaraciones del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, quien dijo que no sabía cómo iba a ser la continuidad del Mercosur. Macron, que responde más a los intereses de los productores agrícolas de Francia interesados en que ese acuerdo con el Mercosur nunca llegue, se lo dijo a Macri sin tapujos: "Una vez que sepamos qué va a hacer Bolsonaro en Brasil en relación con el Mercosur, veremos cómo sigue la negociación". De paso, aprovechó para dedicarse por algunos minutos a criticar a Donald Trump, con quien tiene una mala relación después de los desplantes que el presidente de los Estados Unidos le hizo durante la conmemoración del fin de la Primera Guerra Mundial que hubo en París hace unas semanas. 

Por el lado de las ofertas, la Argentina quedó en un tironeo de situaciones entre las propuestas chinas de ahondar y tener una presencia más permanente en su relación bilateral con nuestro país versus la relación que el Gobierno mantiene con los Estados Unidos.

Esa circunstancia, que está muy medida por el pulso a pulso de la amistad de larga data que tiene Macri con Trump, le permitió a la Argentina acceder a créditos que de otra manera no hubiera conseguido y sin los cuales hoy estaría en default. Trump, que salvó del default a la Argentina, no puede hacer por la Argentina lo que la Argentina no hace por sí misma, que es dar previsibilidad desde el punto de vista político. Eso es lo que básicamente marcó la reunión del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, con un grupo de empresarios extranjeros que le hicieron saber que todos los proyectos están “en el hall” hasta que la dirigencia política vernácula dé un marco de certeza referida a la continuidad de estas políticas económicas. Es muy importante que la Argentina el año que viene empiece a dar muestras concretas de un proyecto neomacrista –sea Macri o sea Vidal– en cartera.

Las centrales nucleares, la terminación de las represas por parte de los chinos y un fuerte programa de apoyo al desarrollo energético estuvieron en el centro de las conversaciones con China. China es el principal productor de equipos de generación de energía eólica y solar. Lo mismo está ocurriendo con la producción de equipamiento para la generación de energía nuclear. Por eso está muy insistente con la idea de instalar una planta nuclear en Argentina. De esto van a hablar Macri y Xi Jin-ping en el desayuno de Estado que tendrán en la mañana de hoy domingo. Este es un tema que produce mucho ruido en Washington. Hubo un acercamiento interesante con España, pero está todo profundamente atravesado por ver si continúa o no el macrismo. Ese es el sesgo de toda esta cumbre, que agarró a la Argentina mal parada.

Pago chico. 

Si bien el Banco Central bajó la tasa de interés, el mercado le mostró que a determinada tasa prefiere comprar dólares. Por eso el tema de cómo aliviar la recesión por la que atraviesa la economía argentina no está terminado. Las palabras que faltan en nuestro presente son productividad, producción, incremento, desarrollo, mejora de los productos. Noviembre y diciembre son dos meses de tremenda caída de la actividad, rubros que caen por encima del 10% - 15%.

El hecho de que Cristina Fernández de Kirchner esté bien en las encuestas no solo inquieta a muchos de cara a un eventual gobierno suyo, sino que perjudica hoy el inicio de 2019, porque se empiezan a tomar decisiones defensivas anticipadas en los primeros días del año próximo. Nadie va a esperar a que la ex presidenta gane la elección para sacar sus dólares. Lo van a hacer mucho antes, si es que sus posibilidades de ganar se afianzan. Es algo que en el Gobierno todos saben.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.

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