domingo, 1 de mayo de 2016

Temporada alta… @dealgunamanera...


Temporada alta…

Paradoja Kingkoniana, Hugo Moyano. Dibujo: Pablo Temes

La economía y la Justicia marcan un punto bisagra. Las cartas que jugará el Gobierno. 

© Escrito por Nelson Castro el domingo 1º/05/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La batalla contra los holdouts es cosa del pasado. Al Gobierno  le ha llegado la hora de la verdad. A partir de este momento deberá demostrar que tiene un plan económico que le permita enfrentar los tres males que aquejan a la Argentina: la inflación, la caída de la actividad y el desempleo. Abril fue un mes duro para el bolsillo de los que menos tienen. Llegar a fin de mes se ha transformado para ellos en un desafío angustiante. Mauricio Macri lo reconoció en uno de sus discursos de la semana. Los despidos forman parte de ese universo que abruma a decenas de miles de trabajadores. En algunos casos como realidad y en otros como amenaza.

Hay empresas que frente a la caída de la actividad están suprimiendo turnos y anticipando vacaciones. En otros casos, se ha cortado la cadena de pago a proveedores, y sólo logran mantenerse con algo de holgura aquellas firmas de mayor espalda financiera. La construcción y el sector metalúrgico –acero y aluminio– son una muestra clara de este presente rico en altibajos. “Esperamos el camión con los materiales” –reclama un cliente a su proveedora–, del otro lado del teléfono la respuesta se repite una y otra vez: “El envío no será posible hasta que no cancelen los pagos adeudados.

Estamos descalzados hace tiempo”. La charla no termina allí, y el cliente argumenta que si no recibe lo solicitado o una prórroga para cumplir con los pagos adeudados, sencillamente buscará otro proveedor. El ejecutivo de ventas retruca elevando el tono de la conversación: “Si no buscamos juntos una solución me encargaré de que nadie en el mercado te brinde lo que estás necesitando”.

A Cristina le pesa cada vez más un pasado que la tuvo como activa protagonista.

La realidad dura y de consecuencias adversas para el oficialismo estuvo en la raíz de los dos hechos políticos más significativos de la semana; la movilización organizada por la totalidad de las centrales sindicales del país y la media sanción que le dio el Senado al proyecto presentado por la oposición para suspender los despidos por 180 días. Los dos hechos marcan el fin del período de gracia del que gozó el Gobierno hasta aquí. El acto de las CGT y las CTA fue fuerte. El tono de los discursos tuvo aire de advertencia: si la tendencia no cambia, lo que viene en breve es un paro nacional.

El escenario de ayer refleja las paradojas y la volubilidad de la vida política argentina. Hace poco más de seis meses, en ese lugar, Macri y Hugo Moyano compartieron un acto de la campaña electoral que fue criticado por la entonces CGT oficialista encabezada por Antonio Caló. La fotografía de lo que sucedió ayer demuestra que una vez más se ha cumplido el axioma que dice que cuando gobierna el peronismo, las organizaciones sindicales se dividen para unirse cuando quien ejerce el poder pertenece a un partido no peronista.

Además de lo antedicho, la derrota en el Senado tiene para el Gobierno un significado inquietante: marca el fin de una etapa en su relación con la oposición. Quedó claro que esta vez, los pedidos hechos a los gobernadores por parte del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, no fueron efectivos. Resta saber si no pudieron, no supieron o no quisieron inclinar el voto de sus senadores hacia las posiciones del oficialismo. Lo cierto es que esto abre un espacio de duda acerca del acompañamiento que desde la Casa Rosada se espera hacia algunos de los temas sensibles que están en el ámbito legislativo. El que ahora descuella es el de la confirmación de los dos nombres postulados para ocupar las vacantes existentes en la Corte Suprema.

Las chances de lo que, hasta hace unos días, pareció ser una aprobación segura de los pliegos de Horacio Rosatti y de Carlos Rosenkrantz se desvanecieron. El jefe del bloque de senadores del Frente para la Victoria, Miguel Angel Pichetto, fue claro al respecto: “El Gobierno debe aún conseguir los votos para esas confirmaciones”.

Mientras tanto, la investigación judicial de la “ruta del dinero K” avanza a ritmo de novela de suspenso con ribetes hollywoodenses. Los desplazamientos del fiscal Guillermo Marijuan se hacen siguiendo casi al pie de la letra mucha de la información aportada por Leonardo Fariña. Quienes están al tanto de los movimientos del valijero señalan la forma meticulosa con la que va volcando al papel y en forma manuscrita la información que le hace llegar al juez federal Sebastián Daniel Casanello.

Lo notable es que muchas de esas cosas se van corroborando en la realidad. Es una realidad que no deja de asombrar. El nivel de enriquecimiento parece ser infinito.

Lo que viene va dejando de ser una incógnita. Lázaro es Néstor Kirchner. A Cristina le pesa cada vez más un pasado que no la tuvo como espectadora, sino como activa protagonista. Los antiguos socios y amigos la acorralan. Todavía resulta incierto aventurar hasta dónde avanzará la Justicia –cuya relación con el macrismo es poco profesional por falta de pericia política del PRO–.

En este escenario, la esposa de Lázaro Báez es hoy una espada de Damocles, que se ciñe sobre altos ex funcionarios kirchneristas; ha hecho saber que no hablará ante los medios. Nunca confirmó o descartó si lo hará delante de un juez. Los resultados de los allanamientos y el avance sobre su familia nos darán la respuesta.

Producción Periodística: Santiago Serra.

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Copa Bridgestone Libertadores 2016. Huracán 0 vs. Atlético Nacional de Colombia 0... @dealgunamanera...


Mucho más que un empate…


Huracán empató esta noche sin goles con Atlético Nacional por el partido de ida de los Octavos de Final de la Copa Bridgestone Libertadores en el estadio Tomás Adolfo Ducó.

© Escrito por  Rodrigo da Silva el martes 26/04/2016 publicado por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán. Fotos: Daniel Méndez

Lo anticipamos el martes pasado en Medellín, lo vimos y lo analizamos. El Globo estuvo a la altura de uno de los mejores equipos de la copa, le hizo frente y hasta forzó algunos errores de cara a la vuelta la próxima semana que pueden llegar a colaborar con el anhelo de la clasificación.

El desarrollo no distó demasiado del último encuentro por el campeonato a partir de la marca y presión de Matías Fritzler en el mediocampo. El liderazgo y comando de Mariano González sustentaron el sacrificio del volante ex Lanús para generar juego y ocasiones de gol con destellos a lo largo de todo el partido.

Más allá del ida y vuelta constante, los de Parque Patricios concretaron los momentos más cercanos a llevarse la victoria y así, convirtieron al argentino Franco Armani en una de las figuras del match con la tapada estelar en el final en un primer momento a Federico Mancinelli y luego, le ahogó el grito de gol a Ezequiel Miralles concretando así una buena presentación. 

En el cierre, un pensamiento a futuro. Será clave que en Colombia Cristian Espinoza y Daniel Montenegro logren encontrarse para mayor poder ofensivo como también que se repita la gran actuación de la defensa con puntos altos en los rechazos certeros de Martín Nervo y la efectividad de Federico Mancinelli en complicidad con las extenuantes corridas de José San Román y Luciano Balbi.

Es importante entender algo clave. Huracán no sólo no recibió goles -por cada uno que convierta en la revancha, Atlético Nacional deberá convertir dos-, sino que también levantó la imagen que había dejado en el clásico. Extenuados, cada vez las piernas responden menos pero el corazón cada vez pide más. 

Para seguir, para soñar, siempre juntos y esta vez con la chance de acceder a cuartos de final de la Copa Libertadores después de la batalla de hoy en la que se consiguió mucho más que un empate.

Huracán: 0

Marcos Díaz; José San Román, Martín Nervo, Federico Mancinelli, Luciano Balbi; Mauro Bogado, Matías Fritzler; Daniel Montenegro (m.75, Alejandro Romero Gamarra), Mariano González (m.82, Ezequiel Miralles), Cristian Espinoza; y Ramón Ábila. DT: Eduardo Domínguez.

Atlético Nacional: 0

Franco Armani; Daniel Bocanegra, Felipe Aguilar, Davinson Sánchez, Farid Díaz; Sebastián Pérez, Alexander Mejía, Alejandro Guerra (m.90, Rodin Quiñónes), Orlando Berrío (m.76, Andrés Ibargüen); Luis Carlos Ruiz (m.65, Víctor Ibarbo) y Jonathan Copete. DT: Reinaldo Rueda.

Amonestados: Alexander Mejía y Sebastián Pérez (AN); Ramón Ábila (H).

Árbitro: Patricio Polic

Estadio: Tomás Adolfo Ducó





Mani pulite las pelotas… @dealgunamanera...

Mani pulite las pelotas…

Martín Báez, clave en la causa de la Ruta del dinero K, aún sigue en libertad. Foto: Cedoc

En diferentes niveles del Gobierno y de la Justicia se discute la dosis de transparencia y castigo que mantengan gobernable la Argentina.

© Escrito por Javier Calvo el domingo 24/04/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Por momentos pareciera que el epicentro del poder se corriera hacia Comodoro Py. Muchos jueces y fiscales que desde hace años “muñequean” las investigaciones a funcionarios públicos lucen ahora implacables, impolutos, heroicos y como ejecutores inflexibles de la Justicia en castigar la corrupción.

Convendría aclarar algunas cosas. Cierto es que hay descontrol en algunos juzgados y fiscalías. Operadores y amigos acaso no tengan tanto peso ya. Y sus mandantes se preocupan, sean ellos el Gobierno, el ex gobierno, sectores de inteligencia, intereses privados o el propio Poder Judicial.

No debería entenderse este peculiar proceso sólo como un súbito arranque de independencia o de postergadas venganzas. Más bien se podrían hallar explicaciones desde una demostración de fuerza: con nosotros o el caos.

No hay mejor defensa que un buen ataque, y en Comodoro Py sobran las preocupaciones. Ya el kirchnerismo fue más que duro con aquellos que osaron algún desafío y amenazó su autonomía con la Procuración, el Consejo de la Magistratura y Justicia Legítima. Ahora Cambiemos los apestilla con una reforma judicial y con el ciclón Carrió.

Pero jueces y fiscales federales no están locos ni comen vidrio. Ayer, Perfil reveló el pacto de silencio en torno a la causa sobre la ruta del dinero K: todo queda en Lázaro Báez y su séquito (Pérez Gadín, Chueco y siguen las firmas) en tanto y en cuanto su hijo Martín no vaya preso. Báez Jr. es uno de los protagonistas estelares del video de La Rosadita y participa en las sociedades y cuentas sospechadas, por lo que deberían caberle las mismas figuras legales por las que toda la banda está procesada y detenida.

Sin embargo, el juez Casanello y el fiscal Marijuan lo mantienen libre. Lo dijo la mamá de Martín: si lo apresan, hablan. Y hablar significa tirar hacia Cristina. Y tirar hacia Cristina puede impactar políticamente y arrastrar a muchos actores económicos.

En diferentes niveles del Gobierno y de la Justicia se discute la dosis de transparencia y castigo que mantengan gobernable la Argentina. No es un debate desinteresado: hay protagonistas de esos dos poderes que se arriesgarían a que el barro los manche, como sucede en Brasil o como ocurrió antes en Italia.

Justamente, por interés personal o republicano, algunos de los que defienden ponerles ciertos límites a las sanciones penales contra la corrupción plantean la experiencia itálica de su mani pulite: barrió a todo el sistema político, pero no terminó con los corruptos y le abrió la puerta a Berlusconi.

Bajo ese paraguas teórico, Martín Báez, Julio De Vido y Cristina Kirchner siguen libres.


domingo, 24 de abril de 2016

Fin de pendientes… @dealgunamanera...

Fin de pendientes…

Vía Libre. Alfonso Prat-Gay. Dibujo: Pablo Temes

El pago a los holdouts alivia y elimina obstáculos y excusas. Cristina, complicada.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 23/04/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Hasta que no arreglemos con los holdouts, no habrá plan económico”. Esa es la frase que se venía escuchando en el Gobierno desde el Presidente para abajo. Ese objetivo se logró y se terminó de concretar el viernes pasado, es decir, 14 años y cuatro meses después de aquel infausto día en que el presidente brevis Adolfo Rodríguez Saá lo había decretado entre los aplausos y vítores de legisladores que no se supo bien qué festejaban.

Cuando se escriba toda la historia de estos 14 años en default, se hará mucho más evidente –entre otras cosas– el grosero error que cometió Cristina Fernández de Kirchner cuando, mal aconsejada por su ministro de Economía, Axel Kicillof, y llevada por los arrebatos fantasiosos del así llamado “relato”, decidió frenar el último día de julio de 2014 un acuerdo en marcha con los fondos buitre que le hubiera permitido a su gobierno acceder a una solución a este litigio por muchísima menos plata de la que ahora debió erogarse.

En esa negociación dramática –contada con todo detalle por el entonces presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega–, un grupo de banqueros había decidido aportar gran parte del dinero requerido para llevar adelante la operación. “Si Cristina hubiese arreglado con los holdouts, habríamos podido enfrentar las elecciones con una realidad económica mejor y con mayores chances de ganar las elecciones”, se lamentaba por estas horas un hombre que fue parte importante del equipo de campaña de Daniel Scioli.

El cierre del conflicto con los holdouts representa una gran oportunidad para el país y un enorme desafío para el Gobierno. El viernes se vivía en el corazón de la City porteña un clima de euforia que no se experimentaba desde hace años. El reto de aquí en más es que esa euforia se traduzca en mayores niveles de inversión y no quede limitada a una circunstancia financiera que beneficie a unos pocos y deje en un limbo de penurias a millones de argentinos.

El gobierno de Mauricio Macri enfrenta una realidad económica compleja. La luna de miel ya pasó. La inflación está en el centro de los problemas que hacen difícil la vida de la mayoría de los argentinos. El aumento de las tarifas y la caída del consumo representan una combinación que está haciendo crujir al sector de las pequeñas y medianas empresas, que son los principales dadores de trabajo en el sector privado. Con tasas de interés al 30% y con negociaciones paritarias aún pendientes, se les hace muy complicado mantenerse a flote a muchas de ellas. Las inversiones llegarán. Pero no ocurrirá de un día para el otro. Eso genera impaciencia en el Gobierno.

Es que saben que necesitan que estos beneficios comiencen a ser experimentados por la población lo antes posible. Por eso, la obra pública jugará un rol fundamental. Lo primero que vendrá será la reactivación de muchas que estaban paradas ya desde los últimos meses del gobierno de CFK.

Desnuda. Hablando de la ex presidenta, la semana que pasó la puso en una realidad que inquieta al kirchnerismo duro: la paulatina declinación de su liderazgo. Su mejor momento lo vivió con los diputados del Frente para la Victoria que aún le son leales. Ya con los intendentes del Gran Buenos Aires las cosas fueron un poco más heterogéneas.

El faltazo de muchos senadores, en cambio, la puso frente a la realidad de su pérdida de poder. La decisión de retirase antes de la finalización del encuentro adoptada por Juan Manuel Abal Medina habla del mal clima que hubo allí.

“La reunión fue mala”, confesó uno de los asistentes que supo ser una de las espadas de la ex presidenta. Cuando se le pidió hacer una autocrítica por la derrota electoral de noviembre, CFK fue terminante: “Scioli perdió por no haberme escuchado más a mí” (sic).

Se cierne alrededor del entorno de la ex mandataria una situación judicial cada vez más complicada. El episodio protagonizado por Jorge Chueco, el abogado que armó toda la trama legal del lavado de dinero obtenido por Lázaro Báez a partir de los sobreprecios pagados por la obra pública que se le adjudicó, habla de la debacle que se vive en esa verdadera organización que se montó para beneficiarse de la corrupción.

Es importante señalar que, además de la declaración judicial de Leonardo Fariña –que “el valijero” amplió en la semana–, en la que se alude a Chueco, está la investigación del fiscal federal José María Campagnoli, que determinó con precisión el rol clave de este personaje en esta trama delictiva.

Tan exacta y bien fundamentada había sido esa investigación del fiscal que el kirchnerismo buscó sacarlo de la cancha de cualquier manera. Por eso fue el juicio político que montó la procuradora Alejandra Gils Carbó en el que, insólitamente, uno de los testigos fue el mismísimo Chueco.

Nadie puede asegurar a ciencia cierta cuántas cosas más se sabrán de este caso llamado “la ruta del dinero K”. Lo que sí queda claro es que “la ruta del dinero K” significará el camino de la cárcel para Lázaro Báez, Martín Báez, Daniel Pérez Gadín, Sebastián Pérez Gadín, el ya mencionado Jorge Chueco y otros. La pregunta es: en el rubro otros, ¿estarán Cristina Fernández de Kirchner y su hijo Máximo?

Producción periodística: Guido Baistrocchi.