Mostrando las entradas con la etiqueta dólar. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta dólar. Mostrar todas las entradas

sábado, 21 de julio de 2012

Economía para Todos... Dólar paralelo... De Alguna Manera...

Economía para Todos...

 Ministro de Economía, Hernán Lorenzino.

El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, afirmó ayer que la suba del dólar marginal “es una actividad absolutamente ilícita que debe reducirse a eso, es un hecho que debe verse desde el punto de vista de cualquier delito” y que no tiene ningún impacto directo en las variables macroeconómicas.

¿Qué es un delito? Busqué en el diccionario de la Real Academia Española y en su acepción política define: “Delito que establecen los sistemas autoritarios en defensa de su propio régimen”.

Prohibirle a la gente defenderse de la inflación que crea el BCRA es un delito en su acepción política, porque se establece para defender un régimen autoritario. Que el gobierno, porque le conviene a sus propios intereses, no permita que la gente compre dólares, constituye un acto que ataca la libertad de las personas y la propiedad privada, violando la letra y el espíritu de la Constitución. Pero aún sin considerar la Constitución escrita, es una violación de los derechos individuales prohibirle a la gente defender el fruto de su trabajo. Una vez más, insisto, comprar dólares no es equiparable al tráfico de drogas, de armas o la trata de blancas. Es solo desprenderse de la mala moneda y ahorrar en la buena moneda.

Tan absurdo es el razonamiento del ministro que si mañana el Congreso dictara una ley que dice que hay que fusilar a todos los rubios de ojos celestes, para Lorenzino no sería un delito porque el Estado así lo decidió. Puesto de otra forma, no cualquier norma que sancione el Estado se ajusta a derecho. Por el contrario, muchas veces las normas que establece el Estado violan las libertades individuales y los derechos humanos.

Y también comete un error conceptual Lorenzino cuando dice que la suba del blue no afecta directamente las variables macroeconómicas. La realidad es que si el blue sigue subiendo, la corrida cambiara puede transformarse en una corrida financiera. Y es eso lo que a ellos les preocupa. Quieren transformar en delincuentes a todos aquellos que pretenden defender el fruto de su trabajo para que no se les termine de desbarrancar el famoso modelo.

© Escrito por Roberto Cachanosky y publicado por Tribunade Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 21 de Julio de 2012.

sábado, 9 de junio de 2012

Qué va a pasar con el dólar... De Alguna Manera...

Qué va a pasar con el dólar…


Es curioso que, cuando se habla de “novelas de la dictadura”, no suela mencionarse La experiencia sensible de Fogwill. Se debe probablemente a que la figuración literaria de esos años se concentra tanto en la represión de Estado, los torturados y los desaparecidos, que cuesta pensar que La experiencia sensible no es menos “novela de la dictadura” que cualquiera de las otras habitualmente invocadas.

Aunque tal vez pueda deberse a que, con los materiales reunidos y expuestos por los relatos sobre el terrorismo de Estado, hemos ido componiendo ese suelo común en el que pisamos en firme y al que llamamos memoria. Y en cambio lo que Rodolfo Enrique Fogwill abordó con La experiencia sensible parece haber quedado más bien del lado del olvido. Del olvido en el sentido más cabal: no el que sobreviene por descuido o por desgano, por puro dejarse estar, sino el que se cultiva con esmero porque es indispensable (inclusive para los dispositivos del recuerdo, que precisan esas lagunas).

Fogwill escribió ese texto a finales de los años 70 y lo retomó a finales de los 90. La historia que cuenta es la del viaje de una familia argentina a Las Vegas con una escala puntual en Miami, todo esto en pleno 1978. El paisaje relativamente uniforme de los aeropuertos, los hoteles internacionales y los casinos, sirve de escenario a dos clases de pasión, tan extendidas en el tiempo y el espacio como típicas de esos personajes y esos años: una, la de entregarse al goce insaciable de lo que son capaces de proporcionar los dólares; la otra, la de aplicarse a la aventura de ganar dinero con el dinero mismo, la de hacer plata con plata. La experiencia sensible bien vale como retrato de época: retrato de la dulzura de la plata dulce y del gusto por la pura especulación, mezcla de free shop y de casino.

Esa parte de la historia argentina reciente está menos procesada que otras: la vista gorda que se dispusieron a hacer unos cuantos, a cambio de tener el dólar bien a tiro y bien a mano, mientras pasaba lo que pasaba entretanto en el país (en el entretanto de la novela de Fogwill, por ejemplo, la familia de un brigadier presiona por demás para que les alquilen una casa en Punta del Este). Todo lo que fue registrando Fogwill en los 70, mientras ocurría, decidió retomarlo en los 90, cuando pudo perfectamente comprobarse que no era memoria, sino olvido, lo que se había elaborado con eso.

Desde entonces, la rueda no ha cesado: el dólar cuando baja nos pone bulímicos, el dólar cuando sube nos pone paranoicos. La famosa frase de Perón: “¿Alguien vio un dólar alguna vez?”, que tan irreal y hasta forzada pudo sonarnos en tantas ocasiones, adquiere por estos días una inesperada actualidad, un raro valor de profecía, una prueba más para los que atribuyen al general poderes de visionario. El dólar es una pasión nacional. Copa nuestros temas de conversación y tiñe de verde nuestras fantasías más persistentes. Es la parte sensible de nuestra experiencia sensible.

© Escrito por Martín Kohan y publicado por el Diario Perfil e la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 8 de Junio de 2012.




sábado, 26 de mayo de 2012

Y... Está difícil... De Alguna Manera...

Está difícil…

Hoja de afeitar Gillette y dólar… Dibujo: Pablo Temes.

Está difícil. Cada vez más difícil. O se volvió a poner difícil para quienes pensaban que el primer trimestre de 2012 fue el peor y en el segundo semestre mejoraría la economía. Presunción que se apoyaba en el mejoramiento del precio de la soja, en que parecía que Europa no entraría en recesión y en que las trabas a las importaciones que frenaron la actividad industrial durarían hasta julio, cuando el Gobierno tuviera los dólares que precisa para el pago de su deuda, que vence en agosto.

Pero no. Comenzando porque Europa empeora con nuevo impulso. No sólo la mayor cantidad de pronósticos se orienta hoy hacia la salida de Grecia del euro, sino que ya se augura que tras la salida de Grecia podrían seguir ese camino España o Italia y desquebrajarse la unión monetaria de Europa.

El dólar no aumenta únicamente frente al peso. El dólar aumenta frente al euro por los temores sobre el futuro que genera la moneda europea. Y también aumentó sobre el real, que se devaluó 30% en las últimas semanas.

Y cada vez que Brasil devaluó, presagió infaliblemente la llegada de alguna tormenta a la Argentina. En 2009 también el dólar pasó a costar más de 2 reales en Brasil (al año siguiente fue recuperando su valor, hasta volver a costar 1,60 por dólar y mantenerse así hasta hace pocos meses), y ese 2009 Argentina soportó la única recesión kirchnerista, con una caía del producto bruto del 3%, controlada dentro de todo porque el Gobierno tenía todavía más caja que hoy para aplicar medidas contracíclicas. Y si nos vamos más atrás, encontraremos que la megadevaluación brasileña de fines de los 90 fue la sentencia de muerte de nuestra convertibilidad.

Si Brasil devalúa su moneda el 30%, y si el euro también se devalúa frente al dólar el 15% respecto de su techo de hace unos años, el aumento del dólar en Argentina no sólo deberá reparar el efecto de la inflación interna para restablecer el equilibrio comercial y la competitividad.

Muy simplemente: el 30% de devaluación acumulada en Brasil en los últimos tiempos hace que muchos productores argentinos no puedan competir más dentro del Mercosur, nuestro principal mercado, si Argentina no acompaña el mismo ritmo devaluatorio, que incluye el 30% que se devaluó el real más el porcentaje de mayor inflación en Argentina que en Brasil.

Y ése no es el mayor problema: en esta misma columna el sábado pasado se enumeraron las ventajas que tendría para el Gobierno argentino acelerar los aumentos del dólar oficial y sus controlables consecuencias inflacionarias si termina de cerrar las paritarias con incrementos salariales en porcentajes iguales o menores a la inflación del año anterior.

Otro problema es el recrudecimiento de la crisis europea, que –aunque no sea el principal mercado para las exportaciones argentinas– afecta el nivel de crecimiento de la economía mundial, donde las nuevas previsiones empeoraron los pronósticos anteriores de una leve salida de la crisis.

La caída de la actividad industrial en Argentina no fue una excepción. EE.UU., China, Brasil, India y obviamente Europa están registrando reducciones preocupantes. En España, sede de las casas matrices de varias de las principales empresas extranjeras en Argentina, la situación es calamitosa: se pronostican dos años completos más de recesión, con caídas del producto bruto en 2012 y 2013.

Otros indicadores del enfriamiento global de la economía son que en los últimos cuarenta días el valor promedio de todas las empresas que operan en las Bolsas del mundo cayó 10%. Y que ni las commodities energéticas se salvan, porque el precio del petróleo bajó 15% el último mes (esto puede ser bueno para la situación actual de Argentina, que importa energía).

Cuando a fines del año pasado los pronósticos económicos mundiales eran iguales o peores que los actuales y la soja amenazaba con costar menos de 400 dólares, el Gobierno anunció la eliminación progresiva de los subsidios. Luego, con la soja a 500 dólares, desactivó el fin de los subsidios. No habría que descartar que las nuevas luces amarillas de la economía mundial refloten la ortodoxia y una reducción del gasto público por el camino de la reducción de subsidios.

El Gobierno es mucho más pragmático de lo que parece; también retrocede, aunque lo disimule muy bien con la teatralidad de personajes como Moreno.

Otra dificultad creciente es el déficit de las provincias. El Gobierno nacional le avaló a Córdoba una emisión de deuda por 200 millones de dólares. Córdoba, como prácticamente todas las provincias, viene emitiendo deuda en pesos a plazos exiguos de pocos meses, lo que requiere continua renovación, como si las provincias fueran pymes que no califican para un crédito de largo plazo. La provincia de Buenos Aires sólo pudo emitir 50 millones de dólares de deuda de los aproximadamente 2 mil millones que precisaría, y el resto sale a buscarlo también como una pyme en default, con renovaciones continuas a plazos brevísimos y tasas caras.

Así como las devaluaciones de Brasil preanuncian crisis en Argentina, cada vez que la provincia de Buenos Aires entra en insolvencia la Nación sufre las consecuencias.

Todos miran a La Plata.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 25 de Mayo de 2012.


miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Porque el dólar?... De Alguna Manera...

¿Por qué el gobierno obstaculiza al máximo la compra de dólares a particulares y empresas?...

La gran duda.

En rigor de verdad, el escenario mundial no es para nada alentador y todo apunta a esperar que la crisis se profundice aún más.

La economía norteamericana atraviesa una etapa sumamente compleja cuyo desarrollo se ha tornado demasiado lento, con muy pequeños avances y constantes retrocesos.

China, esa enorme burbuja, ya presenta déficit en su balanza comercial y en la eurozona, los indicadores de recesión son irrefutables, en tanto a nivel local, Brasil, se sigue desacelerando.

Desde aquel “estamos blindados ante la crisis” que supo proclamar no hace mucho el inefable economista, actual vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, a lo que agregara que Argentina no sufriría “ninguna consecuencia gracias a las bondades de la política económica kirchnerista”, pasamos abruptamente a la fase de la “sintonía fina”.

El Gobierno Nacional necesita desesperadamente inversiones para incrementar la oferta y a la vez, le es imprescindible que la demanda no decaiga. Pero mucho mas necesita los dólares para cancelar vencimientos de la deuda externa que para este año fueron presupuestados en unos U$S 10 mil millones. Dólares que, Argentina entrega en definitiva y paradójicamente, para ser utilizados en el financiamiento de la banca internacional.

Pasaron ya mas de cuatro años desde que comenzó la crisis bursátil, la estrepitosa caída del sistema financiero y sus consecuentes multimillonarios salvatajes que solo redundaron en mas pobres y desocupados europeos y norteamericanos.

Remontarse solo un poco en la historia, implicas recordar que hacia finales del 2008, las grandes corporaciones multinacionales industriales, comenzaron a recortar gastos suspendiendo horas extra y hasta personal, eliminando turnos de producción y adelantando vacaciones. De este modo, se perdieron varias fuentes de trabajo genuino que, en muchos casos, fue resuelto desde el Gobierno con la proliferación de contratos de locación en el ámbito público, entre otras modalidades.

Para el 2009, una vez mas el viento de cola, la suba en el precio internacional de los commodities, especialmente la soja y el petróleo, permitió el ingreso a la región de capitales de tipo especulativo que reactivaron la economía, aunque de manera artificial, lo que la constituyó ni mas ni menos que en otra burbuja.

Pero continuando con el origen y consecuencias de la crisis, y la cruda realidad de que la Argentina no está blindada, es que desde el Ejecutivo Nacional se tomaron diversas medidas entre las cuales se destaca el protagonismo del Banco Central como casi exclusivo comprador de divisas, a lo que se suman las trabas emanadas desde la Administración Federal de Ingresos Públicos para que solo unos pocos privilegiados puedan buscar cobertura frente la inflación en la tan preciada moneda.

Además, si bien en las últimas horas se prorrogaron los plazos, se habían impuesto a los exportadores solo quince días para que liquiden sus ventas en el mercado cambiario.

El dólar blue entonces, llegó a los casi $ 5,20.- lo que decidió al Gobierno a reducir los controles esperando así que el precio del mismo baje como consecuencia de que los exportadores empezaran a liquidar la cosecha gruesa.

Esto finalmente ocurrió, permitiendo al Central volver a retener divisas, aunque los exportadores vendieron menos billetes verdes.

Lo narrado, impulsó nuevamente al Gobierno a incrementar la velocidad de la depreciación con el objetivo de que una liquidación mayor los incentive, pero redundó en ampliar la brecha entre el dólar oficial y el paralelo.

Finalmente, la reacción inmediata de la AFIP fue cerrar la posibilidad de compra de dólares a minoristas, y es lo que se vivió en las últimas jornadas, cuando, contrario sensu a lo que se había estado anunciando acerca de la intención de ese organismo de flexibilizar los controles, se los endureció por completo.

Todo sea por pagar la deuda externa y evitar así volver a utilizar las reservas, cuyo destino principal es el financiamiento del exorbitante gasto público en el que incurre el Tesoro.

© Escrito por Nidia Osimani y publicado por Tribuna de Periodistas el lunes 14 de Mayo de 2012.



sábado, 19 de mayo de 2012

Dólar... De Alguna Manera...

Dólar...

Moreno. Con su intervención, la brecha con el dólar oficial hizo que el "blue" vuelva a ser negro.

Lector, el dólar va a aumentar, las tarifas van a aumentar, los subsidios van a bajar y los sueldos en dólares van a bajar. Lo opinable es sólo cuándo eso irá sucediendo.

El Gobierno no sólo sabe que eso es inevitable sino que le conviene que así sea, porque de otra forma su modelo (como cualquier otro) no sería sustentable.

El Gobierno usa a Moreno como asustador en distintos eventos sabiendo que lo puede hacer sólo durante cierto tiempo (los cucos, como los fantasmas, aterrorizan sólo por breves períodos). Y también Moreno sabe que él no puede disciplinar al mercado y que sólo puede hacer creer que lo disciplina (por eso los modos y los gritos  siempre sobreactuados de teatralidad). Su servicio al Gobierno es ganar tiempo para que la realidad emerja cuando no parezca impuesta por el mercado, aunque siempre lo sea y lo único que hayan hecho fuera aguantar un poco más. Pero cada vez le cuesta más cara esa posposición, porque a Moreno le pasa lo mismo que a los magos: descubiertos sus trucos, producen menos efecto.

Cuando Cristina públicamente le dijo: “Moreno, usted es un príncipe al lado de los italianos” –que habían allanado calificadoras de riesgo–, todos los participantes, incluido el propio Moreno, lanzaron una carcajada, porque la ironía destacaba lo opuesto, con todos los sinónimos que el diccionario tiene para innoble: bajo, ruin, vulgar, indecoroso; calificativos que fueron festejados porque no caen sobre los fines que serían nobles sino apenas sobre los medios.

¿Se acuerda, lector, cuando hace pocos meses el aumento del precio del dólar paralelo fue achacado al dueño del Banco Macro, Jorge Brito, por haber especulado comprando dólares? ¿O por la misma causa, al hoy enjuiciado Pedro Blaquier? Ambos ya cayeron en desgracia; sin embargo, el dólar sigue subiendo.

No era lógico que el precio del dólar fuera lo que menos creciera en la Argentina de los últimos años. Como no es lógico que los servicios públicos cuesten ridículamente menos que en el resto del mundo. Como no es lógico que los sueldos promedio en dólares de muchas actividades en Argentina sean el doble que en España o Italia. Y lo que no es lógico no dura. Es cuestión de tiempo.

Una progresiva devaluación del peso que no se trasladara (o se trasladara poco) a los precios internos, es decir a la inflación, sería ideal para el Gobierno y hasta una verdadera panacea. Le resolvería los problemas de competitividad de los exportadores, eliminaría la necesidad de dedicar tanta energía a la “policialización” del dólar, aumentaría el superávit comercial bajando las importaciones y subiendo las exportaciones, aumentaría el superávit fiscal incrementando los ingresos públicos por más ganancias del Banco Central con sus reservas, y por recibir más pesos por las mismas retenciones (además de hacerlas más justas porque hace unos años el Gobierno las explicó como una compensación de una política cambiaria de dólar alto por la cual el Estado pagaba el costo de comprar más dólares que los que precisaba y esterilizar luego con bonos).

Si no fuera conveniente devaluar –con pocos costos inflacionarios–, no le pediría Estados Unidos a China que sobrevalúe su moneda o el ministro de Economía de Brasil no se hubiera quejado de la guerra de monedas, donde los países desarrollados devalúan para sobrevaluar las monedas de los países emergentes y reducirles su competitividad.

Para progresivamente devaluar sin que se traslade a precios internos, habría que enfriar la economía. Si la gente consume menos, los precios terminarán subiendo menos. Y precisamente eso es lo que está haciendo el Gobierno. Enfrió la economía para frenar los aumentos de salarios colocándoles a las paritarias un techo que terminó por estar no debajo del 20%, pero no mucho más arriba. Si no enfriaba, y con la inercia que veníamos, las paritarias hubieran sido mayores del 30%. Y ahí sí, cualquier devaluación por arriba del promedio hubiese retroalimentado la inflación a más del 35%.

Con paritarias cerradas en el 22% de promedio y un enfriamiento del consumo, las expectativas de inflación podrían llegar a contenerse y, en un contexto así, se podría aumentar el precio del dólar oficial cosechando sus beneficios y limitando sus costos inflacionarios.

De cualquier forma, la brecha del 25% entre el dólar oficial y el paralelo irá produciendo efectos similares a una devaluación oficial del peso. Y ya lo produjo en gran parte de los actores económicos cuyos precios tienen algún componente internacional, quienes calculan el valor de reposición de sus materias primas importadas –o nacionales pero exportables– asumiendo que el precio del dólar oficial futuro será como el del paralelo actual. Entonces, ¿por qué el Gobierno no aprovecharía esta oportunidad de cosechar las ventajas de un costo ya producido?

A este Gobierno le gusta  mostrarse más heterodoxo de lo que es. Se hacen los locos, pero no lo son tanto.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 18 de Mayo de 2012.


sábado, 3 de diciembre de 2011

Feliz Cumpleaños "Cepo Cambiario"... De Alguna Manera...

El "cepo cambiario" cumplió un mes y costó $ 8 mil millones...

El mes de las restricciones en la compra de dólares. Foto: Cedoc

El Gobierno logró reducir la fuga por los nuevos controles, pero generó una suba de tasas y del dólar paralelo. Salieron US$ 2.600 millones.

La estrategia del Gobierno para atenuar la fuga de divisas récord en el año electoral, que comenzó con los controles de la AFIP para la compra de dólares y siguió con presiones a empresas para que no importen, cumplió un mes y sus consecuencias son cada vez más visibles. La más resonante es que contrajo el comercio exterior a tal punto que redujo en noviembre en al menos $ 5 mil millones la recaudación de impuestos que tienen ese origen. Además, impulsó al alza las tasas de interés, el dólar paralelo llegó a niveles récord, promovió el retiro de depósitos de los bancos e hizo caer las reservas. Para los economistas, “lo peor es que generó incertidumbre”, y para muchos empresarios, “dio por terminado el año” en materia de inversiones. Según el Gobierno, “cumplió su objetivo”.

El frenazo oficial al mercado del dólar cumplió un mes el jueves, el mismo día en el que el Banco Central confirmó que entre enero y septiembre se habían fugado capitales por US$ 18.245 millones, que sumado a los US$ 3.500 millones de octubre, presionaba la devaluación del dólar y hacía perder reservas. Fue entonces que el 31 de octubre prohibió las ventas de dólares a quienes no tenían autorización de la AFIP, presionó a empresas para no comprar ni pagar importaciones y “en una palabra, congeló el mercado cambiario”, según coinciden en la City.

“Pero al parecer, no previó que parar las importaciones tendría un impacto negativo en las mismas arcas públicas”, reveló ayer a PERFIL el economista del Ieral Jorge Vasconcelos, al sacar a la luz que las barreras contra el dólar generaron una desaceleración en la recaudación en noviembre. “Entre enero y octubre, la recaudación venía creciendo 32,6%, pero en noviembre se redujo a 29,9%. ¿Por qué? Por los impuestos vinculados al comercio exterior”, frenado por la medida cambiaria.

Los derechos de exportación y los aranceles de importación, entre otros tributos, explicaban hasta octubre 6,9 puntos porcentuales de la expansión de la recaudación, “pero en noviembre sólo significó 2,2 puntos”. En otras palabras, por el frenazo oficial, se recaudó 2,7% menos, o lo que es igual a unos $ 4.950 millones. La caída habría sido de 5,1 puntos, según Vasconcelos, por las devoluciones que la AFIP no hizo por el parate. Por lo que podría haberse recaudado hasta $ 8 mil más.

Consultado respecto de si los límites a comprar dólares causaron esto, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, dijo que “no obedece exclusivamente a estos mecanismos de control”. Según sus datos, sin embargo, muestran como se congeló la venta de dólares, pero también el comercio exterior: las devoluciones a las importaciones cayeron 95% y los reintegros a las exportaciones el 94%, en su comparación con noviembre de 2010.

La estrategia oficial, para banqueros, empresarios y economistas consultados cambió el panorama económico de fin de año. En efecto, muchos adelantaron vacaciones y suspendieron inversiones y planes “hasta que baje la fuga, se relajen controles (a las importaciones) y se anuncie el nuevo ministro” de Economía, según explicaron a PERFIL. “Muchos empresarios entraron en el ‘Wait and Think’ (esperar y pensar)” y ver hasta que se despeje la incertidumbre creada”, dijo Rodrigo Alvarez, gerente de Economía y Finanzas en Ecolatina. El impacto en el comercio exterior “no será en vano, más teniendo en cuenta que sólo 18% de lo que se importa va al consumo; el resto alimenta a la industria”, añadió.

En la práctica, los nuevos controles hicieron reducir a la mitad las operaciones de compra y venta. Pasaron de ser US$ 530 a US$ 230 millones diarios, según ZonaBancos. Los ahorristas sacaron al menos US$ 2.600 millones de los bancos (16% de los depósitos) y no se renovaron plazos fijos por US$ 603 millones, según el Banco Central. La tasa de interés pasó de 18% a 23% para plazos fijos en pesos, y para los créditos lo hicieron en sintonía. Los créditos para prefinanciación de exportaciones y para capital de trabajo se diezmaron, y el dólar paralelo llegó a tener una brecha de 18%, récord desde 2008.

Tampoco se evita que las reservas dejen de caer. Lo hicieron en el 12% en el año (4% en el mes), aunque gracias al mercado más calmo, Mercedes Marcó del Pont volvió a comprar dólares, unos US$ 260 millones, luego de meses de tener que vender.

Bono para evitar caer en déficit

El Gobierno lanzará un nuevo bono de largo plazo en dólares y volverá a pedir financiamiento intra Estado para paliar las alicaídas cuentas fiscales. Serán títulos de deuda por unos US$ 1.156 millones en conjunto, según sendas Resoluciones Conjuntas de las Secretarías de Hacienda y de Finanzas, que fueron publicadas ayer en el Boletín Oficial.

Con estas nuevas colocaciones, la deuda del Tesoro con diferentes organismos públicos supera en lo que va del año los $ 36.650 millones.

En esta oportunidad, se autorizó la emisión de diez Letras del Tesoro en dólares, que serán suscriptas en forma directa por la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA (Cammesa), por un total de US$ 356 millones.

Curiosamente, Cammesa es la principal deudora del sistema financiero argentino y tiene además deudas por decenas de miles de millones de dólares. Su actuación es clave en el esquema de subsidios, ya que es la que afronta la diferencia entre el precio de la electricidad que abonan los consumidores y el verdadero costo de producción.

Por otra parte, el Gobierno autorizó la emisión de Bonos de la República Argentina (Bonar 2033) con descuento por un valor nominal de US$ 800 millones, que serán liquidados en el país. De esta manera, el Gobierno cumple con su idea de evitar pedir préstamos al extranjero y salir del trance fiscal en el que se encuentra, por el que –entre otras cosas– debió realizar una quita de subsidios.

© Escrito por Pedro Ylarri y publicado por el Diario Perfil de la CIuad Autónoma de Buenos Aires el sábado 3 de Diciembre de 2011.

viernes, 23 de abril de 2010

Nuevo billete de cien dólares... De Alguna Manera...

Nuevo billete de cien dólares...

Características. Diseño. Medidas de seguridad.

Funcionarios del Departamento del Tesoro de EE.UU., presentaron el nuevo diseño del billete de U$ 100, que comenzaría a circular en febrero de 2011.

Según la presentación, el nuevo billete cuenta con avanzada tecnología en materia de seguridad para prevenir la falsificación.

Según el Secretario del Tesoro: "...este billete incorpora la mejor tecnología disponible para asegurar que estamos anticipandonos a los falsificadores"

Si embargo, los viejos billetes aún seguirán circulando y conservando su valor, de acuerdo a la explicación del Secretario de la Reserva Federal: "Cuando circulen los nuevos U$ 100 con fecha 10 de febrero 2011, los $ 6.5 mil millones billetes aproximadamente con diseño más antiguo ya en circulación seguirán siendo de curso legal"

Entre las principales nuevas características, se destacan:

1) La cinta de seguridad color azul en 3-D en el frente del nuevo billete tiene imágenes de campanas y números 100 que se mueven al cambiarse el ángulo de visión sobre el billete. La cinta no está impresa; está tramada en el papel gracias a una secreta microtecnología avanzada.

2) En el tintero del frente del billete, la campana cambia de color verde a cobre también cuando se inclina el billete; desapareciendo el tintero bajo el color cobre.

Además, el nuevo billete tiene las siguientes caraterísticas de seguridad:

Marca de agua: a la derecha del retrato de Franklin, visible desde el anverso y el reverso del billete.

Hilo de seguridad: vertical a la izquierda del retrato, impreso con letras "USA" y un número 100 sobre el hilo, a ambos lados del billete. Bajo luz ultravioleta, es hilo se ve rosa.


Número 100:

1) el ubicado abajo a la derecha del anverso, cambia entre colores verde y cobre.

2) el ubicado en el reverso del billete, es dorado.

Microimpresiones:

1) sobre el cuello del saco de Franklin, se ven diminutas las palabras "THE UNITED STATES OF AMERICA"

2) sobre el espacio en blanco de la marca de agua del retrato, la frase "ONE HUNDRED USA"

3) sobre los bordes del billete, números "100"

Impresión en relieve:

Sobre el hombro de Franklin, se palpa una aspereza debido a la impresión en relieve.

Se pueden ver los nuevos detalles del billete en una presentación en el siguiente link:

© http://www.newmoney.gov/newmoney/Splashpage.aspx