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sábado, 11 de mayo de 2013

Devaluar por etapas… De Alguna Manera...


Devaluar por etapas…

Pentavirato. Moreno, Kicillof, Lorenzino, Marcó del Pont y Echegaray. En Ecuador, en el siglo XIX, hubo un gobierno con cinco funcionarios de igual jerarquía.

Tanto énfasis puesto por Kicillof en insistir en que no van a devaluar no hace más que reflejar la verdadera dirección de los acontecimientos. Más tarde o más temprano van a tener que apelar a alguna forma de devaluación que vaya más allá del acompañamiento mensual de la inflación con el cual el Banco Central aumenta el precio del dólar oficial.

Y no es casual que de todo el equipo económico que expuso ante el Senado, a la hora de argumentar todas las contras que tendría una devaluación, el más verborrágico haya sido Kicillof (el teórico) y no Moreno (el práctico). Kicillof, más que nadie, tiene que dar muestras de convicción antidevaluatoria porque se le atribuye ser partidario del desdoblamiento cambiario, lo que implica una devaluación parcial.

El gran problema es que el cepo cambiario “de Moreno” no sólo impide que salgan dólares, sino también que entren. Incluso a quien tiene todo en blanco, pedirle que invierta en el país trayendo divisas al cambio de poco más de 5 pesos por dólar es lo mismo que reclamarle al dueño de un inmueble en Argentina que lo venda en pesos multiplicando su valor en dólares a la cotización de poco más de 5 pesos por dólar oficial.

No sólo el mercado inmobiliario quedó paralizado; también, y más grave aún, casi todas las inversiones quedaron pospuestas porque la gran cantidad de capital para invertir no está en pesos, sino en dólares u otras monedas extranjeras.

Por eso este dólar Cedin (para transacciones inmobiliarias) y el dólar Baade (para invertir en YPF), recientemente ideados por el Gobierno, serán una de las tantas formas de desdoblamiento del tipo de cambio al que seguirán otras herramientas que, aunque no se asuman formalmente como una devaluación sectorial, en el fondo lo serán.

Salvo una muy drástica caída de la inflación –que no parece ser la intención ni la vocación del Gobierno–, no habrá forma de llegar a 2015 devaluando al ritmo de 1,5% mensual, como el Banco Central vino aumentando el precio del dólar oficial durante el último trimestre.

La falta de inversión no obedece a que los stocks de capital estén en negro y sean fruto de dinero que evadió impuestos, lo que un blanqueo vendría a resolver independientemente de cuestiones éticas, sino a que no se invierte porque los precios actuales en Argentina son muy caros en dólares si se cambian esos dólares a poco más de 5 pesos. Sobran ejemplos muy visibles: la brasileña Vale, que no habría cancelado su inversión si hubiera un dólar financiero al cual pudiera haber cambiado sus dólares o reales a la cotización del mercado libre. O el de los dos desarrolladores inmobiliarios más emblemáticos, Costantini y Faena, que están construyendo en Miami y no en Buenos Aires.

Al Gobierno le faltan dólares y sólo atina a reprimir la demanda, pero tanto o más grande es el problema de la falta de oferta de dólares. Algo que tendrá que resolver  de alguna manera si no quiere terminar con un estallido. El economista de la revista Fortuna Juan Carlos de Pablo sostiene que el precio del dólar en Argentina sigue la lógica de la cotización de un boleto para el Arca de Noé: en la medida en que los compradores creen que se acerca el diluvio, tiende al infinito.

Tiene razón Kicillof sobre que una devaluación empobrece al pueblo porque reduce el poder de compra de los salarios. Pero las condiciones de posibilidad de una devaluación ya fueron creadas por el Gobierno con una inflación mucho mayor que el aumento del dólar oficial durante años sin generar aumentos de productividad. El peronismo, tanto en los años 50 y 70 como ahora, usó la inflación para generar un bienestar que termina siendo evanescente.

¿Por qué no desdoblan el mercado cambiario en un único acto? Probablemente porque la Presidenta precise digerir la medicina por sorbos, tanto para proteger su ego como para no pagar el costo político de hacer aún más evidentes sus contradicciones.

Como siempre, la fecha es octubre.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 11/05/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




martes, 26 de marzo de 2013

Habemus Morenum… De Alguna Manera...

Habemus Morenum…


Dólar e inflacion. La Presidenta no encuentra entre sus colaboradores la llave para resolver la economía. El insólito Moreno.

Aunque no se diga, para no hacer crujir al relato más de lo que éste podría soportar, el Gobierno ha comenzado a reconocer que el dólar blue y la inflación son un problema. El “Aló Presidenta” a última hora del jueves dejó en claro que ambas cuestiones ya no le son indiferentes.

El desconcierto comenzó entre las 12.30 y las 13 del martes. En media hora, el dólar subió 15 centavos y, según afirmaron fuentes del mercado, no se trató de compras al por mayor ni de grandes operaciones. “Hasta hace poco, si una empresa u operador quería comprar 1 millón de dólares, podía hacerlo sin problemas porque había un gran mercado. Hoy quedan operando un puñado de jugadores y no es fácil hacer una operación negra en este contexto”, señaló una voz que conoce lo que sucede en ese mundo. La suba del martes estuvo impulsada por la demanda minorista, ahorristas que volcaron su dinero al blue para asegurarlo. La gente exige billetes. Hace unos días, un dólar a $ 7,50 parecía caro. Hoy ese valor es cosa del pasado. El desmanejo de la economía y la consecuente aplicación de parches han llegado a la calle. Por lo tanto, el que tiene dólares no los suelta y el que no los tiene, los busca con afán.

Minutos antes de las 14 de ese martes, el mercado se frenó. Sucedió que faltaban dólares y sobraban pesos. 

El comprador ofrecía 8,25 y no había oferta. Algunas operaciones pico tocaron los 8,30. El resto ya es historia conocida: el miércoles se acentuó la tendencia alcista y el dólar cerró a $ 8,75.

Por la noche, la Presidenta convocó a una reunión de urgencia en Olivos. Allí se sentaron el ministro de Economía, Hernán Lorenzino; la presidenta del BCRA, Mercedes Marcó del Pont; el viceministro de Economía, Axel Kicillof; el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray.

Fuentes que conocen los detalles del encuentro aseguran que Cristina Fernández de Kirchner estaba furiosa por lo que consideró “la peor medida de los diez años de kirchnerismo”. Se refería al cepo cambiario. La fuerza de su ira recayó principalmente sobre Ricardo Echegaray y Mercedes Marcó del Pont. “El o yo”, planteó la presidenta del Central. Desde el entorno de la economista salieron a desmentir esta situación que, dos fuentes gubernamentales que saben lo que se dice en la Babel de Olivos, confirmaron.

La reunión dejó más dudas que certezas. Hombres disímiles, enfrentados entre sí, con poderes paralelos y orgullos pronunciados, no lograron calmar a la Presidenta y el encuentro apenas alcanzó para establecer un plan de contingencia.

Moreno fue quien apuntó con mayor virulencia contra Echegaray y Marcó del Pont. El secretario de Comercio deslizó la necesidad de acrecentar el ritmo de devaluación para inyectarle algún nuevo brío a la alicaída actividad industrial y desinflar el blue. Ahí la Presidenta se plantó y le hizo saber que “no estaba dispuesta a tomar una medida tan impopular justo en un año electoral”. Igual, todos los presentes se fueron con la convicción de que esto, así, hasta octubre, no aguanta.

Lorenzino ofreció una mixtura de opciones. Habló de una solución de mercado, inyectando mayores divisas y apurando la devaluación mediante la suba de la cotización del dólar oficial para achicar la brecha entre los dos mercados. Además, apuntó a Moreno al proponer liberar gradualmente las importaciones. Mientras esto ocurría, la mano de Amado Boudou asomaba detrás. El vice, en una reunión posterior en Economía, subrayó la necesidad de concretar un gran acuerdo de precios y salarios hasta las elecciones.

Echegaray insistió en que hay que frenar el gasto y controlar la inflación, pero mantener el cepo en forma tajante.

Kicillof, en tanto, se volvió a mostrar partidario de formalizar el desdoblamiento cambiario. Entonces, la Presidenta, demostrando poseer una buena apreciación de la realidad, le espetó: “Eso es lo que viene ocurriendo en los hechos”. El joven economista, cuyo protagonismo parece diluirse, intentó explicarle las ventajas de oficializar la medida y realizar algunos ajustes técnicos para corregir el rumbo. No la convenció.

Marcó del Pont, cansada y debilitada por las peleas internas (sobre todo con Moreno y Echegaray), apuntó contra el titular de la AFIP, a quien responsabilizó por la última suba del dólar negro.

Hoy, el mercado financiero, atomizado y diezmado por las restricciones, puede controlarse con unos diez a 15 millones de dólares. En la City aseguran que esa cantidad de dinero en la plaza alcanza para hacer subir o bajar la cotización del blue.

No es casualidad que la calma llegara el día jueves, antes del discurso presidencial, con una baja del paralelo de  treinta centavos. El plan oficial incluyó aprietes telefónicos, gendarmes en las calles y operaciones ilegales que inyectaban dólares oficiales al mercado negro mediante el aporte de algunos bancos y casas de cambio allegadas al Gobierno. El viernes, el blue recuperó tres centavos.

El panorama es claro y, aunque nadie se atreve a decirlo, las llamadas intimidantes de Moreno no bastan para bajar la cotización del blue. “Creer que con un loco diciendo que va a hacer bajar el paralelo a $ 6 se arregla la economía es no tener idea de nada”, se quejaba con preocupación un líder sindical de la CGT oficialista. Fuentes del mercado aseguran que los operadores son pocos y se conocen entre sí. Todos los relatos coinciden en señalar a una entidad financiera que sirve al Gobierno para inyectar dólares en el mercado paralelo a fin de hacerlo bajar de manera inmediata. ¿Será verdad la mecánica que varios operadores de la City describen con precisión, por la que algunas entidades financieras reciben los dólares del BCRA a un precio casi igual al oficial y lo vuelcan al mercado paralelo vendiéndolo a 8,40? Si es así, ¿quién se queda con esa diferencia?

El “Aló Presidenta” del jueves dejó en claro que el congelamiento de precios hace agua. De ahí, el anuncio de la apertura de las importaciones en algunos rubros. Dos de los destinatarios de esa medida parecerían ser Sancor y La Serenísima. El “gran acuerdo” de precios y salarios entre la CGT oficial y los principales empresarios, es –para desagrado de Moreno– idea de Boudou, a quien el secretario de Comercio detesta. En medio de estas pujas e intrigas en la cúpula del poder, la economía navega a bordo de una nave que se va asemejando cada vez más a un Titanic cuyo capitán cree que los icebergs no existen.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 24/03/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




domingo, 27 de enero de 2013

Dólar K… De Alguna Manera...


Dólar K…



“La Argentina no tiene futuro porque su sistema político es una máquina de fabricar presidentes anormales: Menem era un amoral; Kirchner, un psicópata y Cristina, una bipolar.” Se podría engordar esa lista antiperonista con De la Rúa autista. Sean prejuicios o no, consideraciones subjetivas de este tipo influyen tanto como los datos macroeconómicos a la hora de no invertir las empresas sus ganancias o de transformar en dólares las personas sus ahorros, que juntos constituyen la fuga de capitales, problema que desde hace años son el talón de Aquiles del modelo económico K y se sintetizan en la falta de confianza, algo que sólo desaparece cuando los datos macroeconómicos son tan sólidos como cuando el superávit fiscal y comercial era enorme, en los primeros años de Kirchner.

Pero ésa no es la situación de la economía actual y no parece casual que Moreno haya salido a anticipar un dólar de 6 pesos para fin de año (el Presupuesto Nacional, aunque nadie lo cree, prevé 5,10) para calmar pronósticos de 7 y hasta 10 pesos para esa fecha y haya señales de modificaciones en el control de cambios sobre las importaciones (ver la nota publicada en la edición de ayer sábado: http://www.perfil.com/cfkinflacion).

Es que el ciclo donde el modelo económico K agregaba valor y mejoraba el nivel de vida de la mayoría de la población se agotó. Y el ciclo que comenzó el año pasado es el de pérdida moderada de capacidad de compra de los salarios, en parte porque ya antes había comenzado el de pérdida de la capacidad de las empresas de mantener sus ganancias. De cualquier forma, una pérdida de 3% por año, después de varios años de crecimiento por arriba de la inflación, creará puja salarial y tensión sindical –como las dos paritarias anuales que pide Moyano– pero no un terremoto terminal.

La mención al Rodrigazo luego retractada del presidente de la Unión Industrial, José Ignacio de Mendiguren, además de un ataque de nervios por las presiones que los sindicatos meten en las paritarias, refleja la edad del dirigente empresario y hace el mensaje entendible casi exclusivamente para sexagenarios. Quien en el año 1975 alcanzó la mayoría de edad de entonces hoy tendría 60 años.

El Gobierno sigue sosteniendo que la emisión no produce inflación sino que el verdadero responsable es el sistema de precios formado por oligopolios. Pero es consciente de que haber emitido en diciembre 40 mil millones de pesos, el cuarenta por ciento de toda la emisión del año, para poder cerrar las cuentas fiscales anuales del Gobierno, generó un exceso de billetes en la plaza que, además de cebar la inflación, en parte empujó el dólar blue a más de 7,50 pesos. De hecho, en enero Marcó del Pont, abanderada de la tesis de que la inflación no es un producto monetario, salió a retirar pesos de la plaza dos veces en quince días tratando de esterilizar la expansión que había producido semanas antes para cumplir con el cierre del año fiscal.

Pero si se compara el aumento de la emisión durante todo 2012 con el aumento del dólar blue durante el mismo período, se verá que los porcentajes coinciden en más del 40% en ambos casos.

Cuando Moreno sale a decir que en 2013 la prioridad del Gobierno argentino será la mejora de la competitividad, imita a sus colegas brasileños, quienes también señalaron la competitividad como tema central, al punto que para promover la producción industrial y el consumo Dilma anunció antes de ayer una reducción de las tarifas de electricidad de 18%, lo que le costará al Estado en subsidios 8.500 millones de reales, aproximadamente unos 25 mil millones de pesos al cambio blue. Ese mismo día en la Argentina Kicillof tuvo que reunirse con las compañías eléctricas porque tras los cortes de luz del jueves pasado temen que en febrero, cuando regresen todos los que están de vacaciones y haya picos de calor, los cortes se repitan sin cesar.

Las vacaciones son otra señal de la economía: ya es evidente que esta temporada en los sitios tradicionales de veraneo fue la peor de los últimos años. ¿Dónde está la gente? Es la pregunta que muchos comerciantes se hacen teniendo en cuenta que además en Uruguay no hay nadie y hubo poquísimos turistas durante pocos días. Pareciera que muchos fueron al exterior aprovechando el dólar tarjeta de 5 pesos (más 15% del anticipo de ganancias) pagando los gastos en el lugar con tarjeta y al dólar a la cotización oficial en pesos para la compra de pasajes y tours. Las tarjetas de crédito informan un aumento en enero de este año respecto de enero del año anterior del 10% de los consumos en dólares y del 15% por arriba de la inflación en los consumos en pesos (40% en total), lo que en parte podría atribuirse a las compras de gastos de viajes en dólares prepagados en pesos en la Argentina antes de partir (ver página 20).

Y esto recién empieza; si se consolida una diferencia del 50% entre el dólar oficial y el blue, comenzará a haber sobrefacturación de las importaciones y subfacturación de las exportaciones para quienes, participando del comercio exterior, quieran asumir riesgos de “comprar” dólares a la cotización oficial y venderlos a la del blue. En Venezuela, que nos lleva años de anticipación con brechas cambiarias siderales, el negocio de comprar dólares al oficial y venderlos al paralelo hizo millonarios a quienes contaban con la vista gorda del gobierno.

Pero en cualquiera de los escenarios hay un hecho indiscutible: el modelo encontró el límite a los efectos positivos de la demanda agregada. Cuanto más gasta el Estado y cuanto más emite, se neutraliza porque se va a inflación o aumento del dólar (desde 2010 la devaluación oficial duplica la del año anterior; 4%, 8% y 15% respectivamente). Tardaron nueve años y medio en llegar, cuatro y medio de Néstor Kirchner y cinco de Cristina Kirchner, pero finalmente emergieron los racionales clásicos de la economía sobre equilibrio de las variables.

Vienen años movidos.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 26/01/13 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 15 de julio de 2012

Pegarle a Daniel... De Alguna Manera...

Orden de destruir...

 Aló Cristina. La Presidenta, en Cadena Nacional. Dibujo: Pablo Temes.

Apunten contra Scioli. Cómo sigue la ofensiva oficial contra el gobernador bonaerense. Las presiones para que sea diputado.

Tengo al Gobierno nacional, a la Legislatura y a la Justicia en contra. El único apoyo es el de Moyano”, le escuchó decir a un angustiado Daniel Scioli uno de sus habituales interlocutores. Ese es su presente, preludio de un futuro que la Presidenta intentará hacerle cada vez peor. La batalla final está planeada para 2013. El hecho clave será la confección de las listas de candidatos a diputados para las elecciones legislativas. Esa será la hora de la verdad. La Presidenta pretenderá ser quien tenga la exclusividad del armado de la lista del Frente para la Victoria. Hay voces del oficialismo que señalan que la idea es obligar a Scioli a integrar esa lista para luego, una vez electo diputado, forzarlo a asumir la banca y renunciar a la Gobernación. Nadie sabe qué hará él, a quien las encuestas lo siguen mostrando mejor posicionado que a Cristina Fernández de Kirchner.

La orden de destruir a Scioli es terminante. La decisión de humillarlo, también, algo que la Presidenta hace con evidente placer. Cuenta para esa tarea con un arma insuperable, la cadena nacional, y con soldados fieles, entre los que se destaca Gabriel Mariotto. Esta semana el vice se encargó de hacer las cosas un poco más difíciles para el gobernador al recordarle que no podrá usar la Ley de Emergencia Nacional porque es un recurso al que la Provincia viene recurriendo desde hace ya diez años.

Nadie sabe cuánto aguantará el manejo a lo Scioli que el gobernador está haciendo de esta encerrona en la cual, aprovechando los agujeros de su gestión, lo ha colocado la Presidenta. Lo que está claro es que se acercan momentos decisivos para la definición de su futuro. De imponerse el plan de Fernández de Kirchner, la carrera de Scioli estará finiquitada. “Si quiere postularse, inexorablemente deberá romper con nosotros; nunca será nuestro candidato”, señala con firmeza una de las voces del kirchnerismo que en estos días formó parte del coro polifónico “Péguenle a Scioli”.

Es cierto que muchas voces dentro del Gobierno le venían advirtiendo al gobernador la necesidad de poner límite al creciente déficit de su administración provincial, la que, por otra parte, nunca conformó a la Presidenta. Es cierto también que varios ministros reconocen que la administración de Scioli carece de una estrategia de gestión y que, en cambio, lo que abunda es el desorden y el mero voluntarismo. Pero lo cierto es también que las cosas no fueron muy distintas con sus predecesores y que, hasta diciembre del año pasado, nadie dentro del Gobierno nacional osaba decir algunas de estas cosas con las que hoy lapidan a Scioli. ¿Y entonces? En la respuesta aparece la pelea por 2015.

Lo dramático es que las consecuencias de la disputa las está pagando y las seguirá pagando la ciudadanía. Una de las incógnitas más fuertes que surgen a partir de esta crisis apunta a saber cómo será el segundo semestre en la provincia. Si para este primer semestre están existiendo las dificultades que son de dominio público para pagar el medio aguinaldo de los empleados públicos provinciales, cabe interrogarse  qué pasará en diciembre con un cuadro de enfriamiento de la economía más acentuado.

El microclima que se vive en el círculo íntimo del Gobierno es novelesco. Los enojados con Guillermo Moreno ya constituyen un minielenco estable. Ahí conviven el ministro de Economía sin poder político, Hernán Lorenzino, la ministra de Industria a la que se le fueron sus secretarios principales, Débora Giorgi, el ministro de Planificación que tiene cada vez menos poder, Julio De Vido, y también la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, que en los reportajes que concede insiste en que están los dólares que la realidad niega. El último deporte de Lorenzino –¡al fin sabemos que tiene algo que hacer!– es haber puesto en su Twitter un reloj que va marcando los días, las horas y los segundos que faltan para hacer efectivo el pago del Boden 2012, un negocio fenomenal para sus tenedores. Un hecho llamativo: a cualquier otro gobierno que hubiera hecho lo mismo con tanto encomio, desde los sectores del progresismo enrolados hoy en el más furioso kirchnerismo lo habrían defenestrado. Otra curiosidad de este momento tiene que ver también con ese pago. El Gobierno lo presenta como un acto de desendeudamiento cuando, en realidad, es exactamente lo contrario, ya que pagará esa deuda contrayendo otra deuda, en este caso con el Banco Central, que le cederá al Tesoro los dólares necesarios para concretar esa operación.

En la semana quedó concretada la partición de la CGT. Fue la crónica de una ruptura anunciada. El Gobierno ya puede ufanarse de una división más: comenzó por la CTA –hoy partida en dos– y siguió por la CGT –hoy dividida en tres–. El debilitamiento de Moyano es evidente. Los aprietes a quienes a último momento no lo acompañaron son prácticas comunes del manual de usos y costumbres del kirchnerismo. La contradicción, en este caso, también incluye a Moyano quien, hasta octubre pasado, formó parte de esa maquinaria del apriete de la que se benefició. En su discurso del jueves, el líder camionero denunció muchas de esas cosas que antes avaló. No habrá piedad para con él.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 14 de Julio de 2012.