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sábado, 21 de octubre de 2017

¿Se vá Don Alberto Abad?... ¿Porqué?... @dealgunamanera...

Tras la filtración del blanqueo y el caso Indalo, Abad prepara su salida…

Simbolo. Abad cuenta con una valorada reputación. Foto: Cedoc- Perfil

El titular de la AFIP encargó informes de cierre de gestión a todas las subdirecciones, para preparar el traspaso. Podrían darse a conocer más nombres del sinceramiento fiscal.

© Escrito por Paola Quain el sábado 21/010/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Alberto Abad, titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), prepara su salida al frente del organismo recaudador para después de las elecciones legislativas de este domingo –según fuentes consultadas por este medio que pertenecen a la entidad– que aseguran que el máximo responsable del fisco nacional pidió a todas las subdirecciones generales un “cierre de gestión”, después del cimbronazo ocasionado por la difusión de datos del blanqueo de capitales.

De acuerdo con fuentes de tres áreas consultadas por Perfil, la solicitud de Abad a las diez subdirecciones de Coordinación Técnico Institucional, Servicios al Contribuyente, Administración Financiera, Fiscalización, Recursos Humanos, Sistemas y Telecomunicaciones, Asuntos Jurídicos, Planificación, Recaudación y Auditoría Interna, “sólo se realiza cuando hay un cambio de administrador y lleva un tiempo completarlo”, muchas veces se hizo después de que dejara el cargo un titular. Consiste en “hacer los números finales, por ejemplo, objetivos alcanzados desde el inicio de la gestión, tener los números en orden para el traspaso”.

Hasta ya suenan nombres de posibles reemplazantes, quizás alguien de la Aduana”, dijeron las fuentes, que además revelaron que Abad habría dicho a allegados que “siempre pensó en estar dos años” en el cargo.

Dentro de la AFIP, sus funcionarios atribuyen el pedido de cierre a la crisis que causó la publicación en Página/12 de Horacio Verbitsky sobre los multimillonarios montos sincerados por Gianfranco Macri, hermano del presidente Mauricio Macri, y Alejandro Jaime Peña Braun, primo del jefe de Gabinete de Ministros Marcos Peña.

Perfil consultó a la AFIP sobre los planes de retirada de Alberto Abad. Desde la entidad negaron rotundamente que el titular evalúe retirarse y aseguraron que todos los años el fisco, al menos durante la gestión de Abad, rinde un plan de gestión que se presenta a la Jefatura de Gabinete. Sin embargo, las fuentes de diversas áreas ratificaron que el pedido de semanas atrás no forma parte de la rutina anual. Puertas adentro, los empleados del fisco esperan que Abad finalmente se quede aunque interpretan que, por su carácter, “si pidió un cierre de gestión es porque la decisión está tomada”.

Cruces. Todo esto se suma a la tensión que produjeron en el organismo recaudador los expedientes de Cristóbal López y el correo privado OCA en los últimos meses.

En el primer caso, el ente fiscal se presentó ante la Justicia para informar que López y su socio Fabián De Sousa no pueden avanzar con una venta de C5N por la crítica situación en la que se encuentran tras retener los impuestos indebidamente en Oil Combustibles. Un comunicado del 3 de octubre de la AFIP apunta que: “Cristóbal López y Fabián De Sousa se encuentran impedidos de disponer libremente de la participación que posean en esas sociedades en virtud de la inhibición que alcanza a todas las partes que intervendrían en la operación”. Con esas palabras el fisco se presentó los primeros días del mes ante el Juzgado Federal Nº 10 del Dr. Ercolini ante los rumores de venta del canal C5N y Radio 10. La intención del recaudador era ejecutar toda la deuda que le reclama por un total de $ 8 mil millones, mientras empresarios allegados a la Casa Rosada intentan desembarcar en el holding.

Así, tras la filtración de datos del blanqueo, la tensión en torno al titular de la AFIP fue en aumento, pero la campaña para las legislativas obligó a evitar ruidos.

Esto se debe a que la revelación de los datos del sinceramiento fue un duro golpe, y que además, podría ser sólo el comienzo. Verbitsky aseguró esta semana que no sólo posee datos de los cinco casos publicados sino que tiene la lista completauna declaración que estremeció a los pisos superiores de Hipólito Yrigoyen 370.

En el caso del mayor correo privado, Abad se opuso a hacer un plan de pagos a medida por una deuda de $ 1.700 millones tal como esperaba el coordinador del gabinete económico Mario Quintana en Balcarce 50. Todos negaron el conflicto en medio de acusaciones de un plan oficial para quedarse con la mayor empresa postal privada del país. “La Rosada nunca pidió un procedimiento especial y si hubiese existido, no lo habríamos hecho”, aseguró el recaudador ante la consulta de este medio el 1º de septiembre.

Para los empleados de AFIP, Abad comenzó un proceso de retirada, que se propone ser silencioso y ordenado y dejar los papeles listos para la próxima gestión. Terminaría así su segundo tránsito por el organismo. Antes había estado entre los años 2002 y 2008.


domingo, 16 de abril de 2017

Brotes que no crecen... @dealgunamanera...

¿Y la reactivación?

Tasa Central… Federico Sturzenegger. Dibujo: Pablo Temes.

Tensión en el oficialismo por la política antiinflación. Nuevas muestras de dureza presidencial. El caso Incaa.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 16/04/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


El Gobierno se encuentra en una encrucijada de la cual no le resultará fácil salir en el marco de un año electoral que se le presenta complicado. Lo que ha habido en estos primeros 16 meses de la gestión de Mauricio Macri es ajuste fiscal –últimamente bastante laxo–, inflación que sigue siendo alta y elevadas tasas de interés con un dólar “planchado”. Todo esto –además de las complicaciones en la macro– atenta directamente contra la reactivación de la economía que debería ser motorizada en el día a día por el consumo de los argentinos.

Así las cosas, son varios dentro y fuera del Gobierno los que vuelven a apuntar contra la ortodoxia del presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, por la apreciación del peso y el sostenimiento de las tasas de interés a un nivel tan alto como para que, aquel que puede, se vuelque al ahorro y no al consumo. 

“El que tiene poder adquisitivo moderado especula buscando un resguardo que le permita ganarle a la inflación, y el que está un poquito más arriba en la escala de ingresos, la banda entre 45 y 65 mil pesos por mes (entre jefe de familia y cónyuge), compra un pasaje y gasta su dinero en Chile, que hoy resulta más accesible y con mayor variedad”, asegura un economista que mira de reojo la cuestión del consumo. De hecho, los cálculos para esta Semana Santa hablan de unos 40 mil argentinos que cruzaron tanto a Chile como al Paraguay en los ya conocidos tours de compras.

La inflación de marzo fue del 2,4%. Según el propio Indec, el acumulado en el primer trimestre es del 6,29%. Un ritmo que complica la pauta inflacionaria pronosticada por el Gobierno para 2017. Lo preocupante es que el alza fue liderada por educación, indumentaria, alimentos y bebidas, rubros que golpean especialmente desde la clase media baja hacia abajo.

Por eso Sturzenegger es pragmático y, aun contra los deseos de otros pesos pesados del Gobierno como Rogelio Frigerio, Luis Caputo y en menor escala Nicolás Dujovne, reeditó la vieja disputa que mantenía con el ex ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat-Gay, con quien tuvo varios cruces por la suba de tasas y el consiguiente freno de la actividad económica. En rigor de verdad, y recordando aquello de que “el que avisa no traiciona”, hay que señalar que en enero Sturzenegger había dicho que aunque la inflación “tiene los días contados”, se venían “tres meses delicados”, por lo que no tenía mucho “margen para relajar la política monetaria”. Acertó.

Hace algo menos de un año, mientras Prat-Gay se mostraba optimista por la evolución de los precios, Sturzenegger exhibía una posición fría, distante y de mucho menor entusiasmo. El cruce más recordado fue cuando el ex ministro llegó a declarar que la inflación ya no era “un tema”, lo que al poco tiempo llevó al titular del BCRA a declarar que los resultados no bastaban “para que haya un proceso de desinflación persistente”.

Derrame. 

Si bien este recuerdo no hace más que avalar el arrastre de un problema para el cual no se ha encontrado solución, lo cierto es que, por estos días y a causa de la urgencia electoral, la pericia del titular del BCRA –según sus defensores– no cuenta con el apoyo de otros tiempos. “Mauricio está preocupado y, sin hacer populismo, sabe que es conveniente que la gente tenga plata en el bolsillo como para que haya una mejoría en el consumo.

Esto debería empezar a pasar en el arranque del segundo semestre a más tardar”, ironizó un hombre de consulta del Gobierno recordando la muletilla utilizada por los hombres de Cambiemos durante la primera mitad de 2016. “Esta vez será diferente; se tardó más de lo esperado pero las cosas están empezando a cambiar”, se convenció. Respecto de Dujovne, los economistas de peso sostienen que “pusieron a un obediente” y que no tiene posibilidades de rivalizar con Sturzenegger. Además todos esperan el pulso marcado por el Presidente.

Macri está cada vez más duro en el cara a cara. Una fuente que conoce el contenido y sobre todo las formas de las últimas reuniones describió a muchos funcionarios haciendo equilibrio antes de animarse a contradecir al Presidente. “Macri los mira fijo y les dice ‘no quiero opiniones de café’, pero en ocasiones los ministros se enteran de decisiones in situ y no tienen forma de rebatir un razonamiento o directiva con argumentos basados en pruebas irreprochables”. Las manifestaciones de apoyo del 1A, los muchos grises que tuvo el paro motorizado por la CGT y el progresivo desgaste de los líderes gremiales de los docentes han actuado como un catalizador en la génesis de este endurecimiento presidencial. No hay plan B. Por eso en el Gobierno le prenden una vela a cada santo a la espera de que los pronósticos más optimistas se cumplan.

En ese contexto de endurecimiento de la línea que baja el Presidente hay que situar la crisis desatada esta semana en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) a partir del desplazamiento de su titular, Alejandro Cacetta. Desde la Jefatura de Gabinete, lo que se le endilga a Cacetta es su inacción para poner freno a los manejos poco claros de funcionarios que venían desde el kirchnerismo.

Tanto el ministro de Cultura, Pablo Avelluto, como sus colaboradores directos coinciden en señalar que el reproche a la gestión de Cacetta no tiene que ver con su persona sino con su falta de velocidad y firmeza para actuar ante compras, refacciones y traslados que, por los montos claramente fuera de mercado, recordaban viejas costumbres que se mantenían del gobierno anterior.

Del lado de los defensores de Cacetta –que había sido propuesto para el cargo nada más ni menos que por Juan José Campanella– hay actores, directores y productores independientes que sugieren que esta movida tiene que ver con el equilibrio que venía haciendo la actual gestión para no recortar presupuestos y mantener la incentivación de los planes de fomento del cine nacional. Aquí es donde entra la figura del secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana, como el instigador de la salida de Cacetta. Hay que recordar que, según lo expresó el mismo Macri, tanto Quintana como el secretario de Coordinación de Políticas Públicas, Gustavo Lopetegui, son “sus ojos”.

“Si hubiera más políticos que supieran de poesía, y más poetas que entendieran de política, el mundo sería un lugar un poco mejor para vivir en él” (John Fitzgerald Kennedy).

Producción periodística: Santiago Serra.



domingo, 26 de febrero de 2017

Zigzag entre España y Brasil… @dealgunamanera...

Zigzag entre España y Brasil…

Jefe espía. Gustavo Arribas. Foto: Pablo Temes.

Macri se ilusiona con empresarios europeos y sufre con los coletazos de juicios vecinos.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 26/02/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El trío que forman Marcos Peña, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui constituye una barrera inexpugnable que complica la comunicación con Mauricio”, reconoce con expresión de fastidio un dirigente que pertenece a la génesis del PRO, y agrega: “Recién después del sacudón producido por el asunto del Correo, lo observé (a Macri) con actitud de escucharnos a todos”.

El Correogate le ha pegado duro al Gobierno. Más allá de las explicaciones hasta aquí dadas, una encuesta que maneja el entorno del Presidente le muestra una caída de su imagen que rondaría los nueve puntos junto a un efecto colateral que agrava la preocupación: también la imagen de María Eugenia Vidal se ve perjudicada por el affaire.

Por eso, el lunes pasado, antes de partir hacia España, Macri se reunió con una mesa chica para realizar un análisis político del nuevo escenario que ha generado el escándalo del Correo, que se vio aun peor por el caso de Avianca, la low cost que comenzará a operar en el mercado aerocomercial argentino, en el que aparece involucrado otra vez Franco Macri.

Participaron de ese núcleo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, la gobernadora de Buenos Aires y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Como ocurre en todo gobierno, a éste también lo atraviesan las inevitables alternativas de las internas. La puja de egos de la actual administración es mucha.

Como lo describe el testimonio con que abre esta columna, el trío Peña-Quintana-Lopetegui genera la tirria y el enojo de la mayoría de los miembros del gabinete. “Les falta calle y, encima, son soberbios”, se quejaba días pasados un encumbrado ministro. Quienes han hablado con el titular de la cartera de Trabajo, Jorge Triaca, le han escuchado adjudicar el innecesario conflicto con la Asociación Bancaria a la miopía de Gustavo Lopetegui.

El viaje a Madrid puso a Macri frente a una realidad compleja: relanzó la relación bilateral severamente dañada durante los doce años del kirchnerato y cosechó la aprobación de la crema empresarial española. Sin embargo, no hubo ninguna concreción significativa ni atisbo de que la vaya a haber en el futuro inmediato. La razón es muy simple: la incertidumbre política. El de Macri es un gobierno débil desde el punto de vista de su poder institucional. Es el primero que, desde la recuperación de la democracia, en 1983, no domina ninguna de las dos cámaras del Congreso y que enfrenta la necesidad de asegurar una perspectiva de permanencia en el poder para concretar los cambios estructurales a los que aspira. 

Para eso debería contar con una cuota de poder mayor –no para imponer sino para negociar acuerdos con las fuerzas de la oposición– sobre los planes que tiene para la Argentina después de doce años de un gobierno populista. Esta incertidumbre política es la que está frenando las inversiones que requiere el país para reactivar una economía que no termina de arrancar. Para el oficialismo, las elecciones legislativas de octubre venidero serán claves. Si no gana, la gobernabilidad de sus dos últimos años de gestión será muy difícil.

Los indicadores económicos no le sonríen ni al Gobierno ni a la gente. La actividad industrial en enero cayó un 1,1%, el costo de los alimentos no para de subir. En muchos casos, el plan de precios transparentes no ha servido ni para hacer los precios transparentes ni para que bajen. Muy por el contrario, hasta aquí los más favorecidos son los que más tienen. A todo esto hay que sumar los despidos y los aumentos de las tarifas, frente a los que algunos funcionarios se colocan como si fueran simples comentaristas de la realidad.

En el diálogo que Macri mantuvo con Mario Vargas Llosa en Madrid, mencionó el caso Odebrecht. “Nada contribuyó tanto a conocer la corrupción como el caso Odebrecht”, dijo. Las novedades judiciales en la Argentina en las que ya están implicados Ricardo Jaime y su testaferro Manuel Vázquez tienen como uno de los funcionarios bajo sospecha al titular de la Agencia Federal de investigaciones (AFI), Gustavo Arribas. En la causa que lleva el fiscal federal Federico Delgado, se espera mayor celeridad de parte del juez federal Rodolfo Canicoba Corral.

El Lava Jato avanza en toda América Latina menos en la Argentina. Hay falta de acción de todos los costados. En lo judicial pareciera ser el único lugar donde no hay grieta.

Los arrepentidos están contando todo en Brasil, uno de los que hablan es el CEO para Argentina, lo que debería hacer Canicoba Corral es pedir al país vecino interrogarlo. Pero en la Argentina los jueces no pueden hacer pedidos al exterior directamente: como son relaciones de Estado a Estado, se hace a través del Poder Ejecutivo, vía Cancillería. El acuerdo que se firmó en Brasil sostiene que los arrepentidos van a colaborar con todos los países que se vieron involucrados. Dicho acuerdo es de colaboración recíproca hasta junio; si alguien quisiera demorar las cosas, sólo lo lograría hasta esa fecha. De todos modos, antes, la Argentina podría pedir el interrogatorio y automáticamente se lo darían. Hay que comparar con Panamá y Colombia, en donde hubo avances que aquí brillan por su ausencia.

Leonardo Meirelles, el operador cambiario “arrepentido”, declaró haber transferido US$ 594.518 mediante cinco transferencias a la cuenta de Arribas en el Credit Suisse, utilizando para hacer el depósito una empresa que la Justicia brasileña ya dictaminó como “fantasma” constituida solamente para pagar sobornos. Lo único que habría que linkear es si esas transferencias tienen vínculo o no con el soterramiento del Sarmiento. Hay que recordar que uno de los socios de la obra es Angelo Calcaterra, primo de Macri. El enlace no es difícil de hacer. Si la plata de Suiza no hubiese llegado a la Argentina, el delito no se juzgaría acá, pero sí en Brasil.

Envalentonados por estos avatares judiciales que complican al Gobierno, un grupo de 15 diputados del Frente para la Victoria decidió pedir el juicio político de Macri por “responsabilidad en el mal desempeño y la comisión de delitos en el ejercicio de sus funciones”. Resulta curiosa esta iniciativa visto lo que fueron los doce años del kirchnerato, plagados de delitos de corrupción frente a los que ninguno de los firmantes nada hizo. Es, una vez más, la evidencia contundente de la doble moral del kirchnerismo.

Producción periodística: Santiago Serra.





domingo, 30 de octubre de 2016

Puede fallar… @dealgunamanera...

Puede fallar… 

Cubilete parlamentario, Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes

Nada salió como Macri quería. Viejas facturas en el Congreso.

© Publicado por Nelson Castro el domingo 30/10/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En la semana que pasó, hubo un hecho parlamentario que al Gobierno le marca el nuevo tiempo que ha comenzado a correr en la dinámica de la política vernácula. Fue la derrota que la oposición unida le infligió en la votación por el proyecto de participación privada en la obra pública. He aquí algunos de los secretos de ese episodio. Nada salió como estaba previsto.

El propio Mauricio Macri y Mario Quintana habían presionado al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, para que generara acuerdos confiables entre propios y ajenos a fin de que el tema fuera  aprobado y convertido en ley. “Parece que el apuro del Gobierno tuvo que ver con alguna promesa de más que hizo a empresarios que participaron de la Mini Davos”, argumentó un diputado de la oposición. 

El proyecto, tal como estaba redactado, había generado tal revuelo durante su tratamiento en comisión que hasta los propios radicales aliados de Cambiemos iban a votarlo tapándose la nariz. Es que el proceso de contrataciones del Estado tiene protocolos muy precisos y controles detallados de transparencia que, según varios diputados opositores, aparecían demasiado laxos en el proyecto. 

Aquí empiezan las especulaciones políticas que terminaron con el proyecto de vuelta en comisión: desde Cambiemos no dudan en apuntarle a Sergio Massa, a quien acusan de haberse vengado por el desplante de Elisa Carrió en los acuerdos para la votación de la modificación de la Ley del Ministerio Público Fiscal. La líder de la Coalición Cívica se había negado a convalidar un proyecto “que tenía nombre y apellido”.

El propio Massa desmintió la posible venganza pero desde las entrañas del Frente Renovador aseguraron que “algo de eso hubo. Sergio había trabajado en la búsqueda de acuerdos para votarle a Cambiemos el proyecto del Ministerio Público Fiscal que acortaría el mandato de su actual titular, la controvertida Alejandra Gils Carbó, y cuando Carrió salió a pegar cuatro gritos, nos dejaron a todos pagando. No pueden controlar su propia tropa”,  reconoció una conspicua voz del FR. Al propio Massa se le escuchó advertir que “votando la nueva ley de participación de privados todos nos van a correr por izquierda. Ya nos sacrificaron  una vez”. 

El proyecto de ley que derribó el "No" de Carrió era no sólo inconstitucional, sino también peligroso.




Desde Cambiemos señalan que en realidad la supuesta venganza es una fachada para ocultar que nunca pudieron controlar los deseos de Facundo Moyano y de José Ignacio de Mendiguren en contra de la nueva ley. Así las cosas, se trató de una derrota parlamentaria que dejó al Gobierno mal parado frente a los empresarios de los cuales espera inversiones inmediatas.

Ese es el otro tema. La reactivación de la economía y la llegada de dólares contantes y sonantes cada vez se demoran más. “Los índices de la economía han tocado fondo, todo lo que viene debería ser mejor”, vociferan desde el Gobierno; pero lo cierto es que la realidad sigue a contramano de este mismo argumento que se viene escuchando repetitivamente en los últimos dos meses. Según los analistas de consumo, “el ciudadano común no pierde la esperanza pero las ventas aún no repuntan. En el Gobierno apuestan a diciembre y enero por los movimientos que generan las fiestas y las vacaciones”.

Un hombre de consulta respetado como Orlando Ferreres ha reconocido que la reactivación podría demorar seis meses más.

El proyecto de modificación del Ministerio Público Fiscal merece un párrafo. No hay dudas de que su titular, Alejandra Gils Carbó, ha venido desempeñando su cargo con un objetivo fundamental: ser un alfil del kirchnerismo. Al momento de su designación, Elisa Carrió hizo escuchar su voz de advertencia en soledad. Ella predijo lo que otros no vieron o no quisieron ver. Esta circunstancia le da un valor extraordinario a su férrea oposición al proyecto de marras.

¿Cuál era su defecto original?: el de ser una ley con nombre y apellido. Y eso es incompatible con los conceptos elementales de la vida republicana. Es algo que, por otra parte, abundó a lo largo de los doce años del kirchnerato. Sirvan como botones de muestra la Ley de Medios y la Ley de Reforma Judicial. La primera tenía como objetivo  la destrucción de Clarín y la segunda, el copamiento del Poder Judicial. El proyecto de ley que derribó el “No” de Carrió era no sólo inconstitucional, sino también peligroso. Le daba al Poder Legislativo un poder tal que ponía en serio riesgo la independencia de los fiscales.

Quien se va acercando al universo de los tribunales de Comodoro Py es Daniel Scioli.  La decisión del fiscal Álvaro Garganta de citar a declaración indagatoria a su ex jefe de Gabinete, Alberto Pérez, y al ex subsecretario administrativo de la Jefatura de Gabinete, Walter Carbones, en una causa por supuesto manejo fraudulento de fondos públicos pertenecientes a la gobernación de la provincia de Buenos Aires, es mala noticia para el ex candidato a presidente.

Junto con esto, la realidad se encarga de dejar a la intemperie su desastrosa gestión durante sus dos mandatos; inundaciones por falta de obras de infraestructura, rutas en mal estado, hospitales en situación calamitosa y corrupción tanto en la Policía como en el Servicio Penitenciario representan un abanico de males que, a manera de una plaga, castigan y ponen en riesgo la vida de los bonaerenses.

En estas horas se definen los aspectos fundamentales del presupuesto. Uno de los reclamos más intensos sobre la así llamada ley de leyes tiene que ver con los posibles recortes en el área de Ciencia y Tecnología. Curiosa circunstancia ésta para un gobierno poseedor de un discurso en el que permanentemente se habla de la modernidad y del desarrollo. Llamativo también, si se tiene en cuenta que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, es nieto de Eduardo Braun Menéndez, quien fue la mano derecha de Bernardo Houssay, nada menos.

La decisión de Macri de designar en el cargo de ministro de Ciencia y Técnica a Luis Barañao, quien había desempeñado idéntica función durante el gobierno de CFK, fue un gran acierto no sólo por  la actitud de apertura política que representó, sino también por ser un hecho concreto en la  búsqueda de confluencias para el establecimiento de una política de Estado. De concretarse el recorte presupuestario que están denunciando los científicos tendrá consecuencias letales para muchos proyectos de investigación y dejará al garete a muchos científicos que se verán forzados a emigrar. Dejará sin sustento también la gestión de Barañao.

“Los países ricos lo son porque dedican dinero al desarrollo científico-tecnológico, y los países pobres lo siguen siendo porque no lo hacen. La ciencia no es cara, cara es la ignorancia.” (Bernardo Houssay).

Producción periodística: Santiago Serra