Mostrando las entradas con la etiqueta Islas Malvinas Argentinas. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Islas Malvinas Argentinas. Mostrar todas las entradas

domingo, 14 de junio de 2020

Malvinas: la extraña derrota… @dealgunamanera...

Malvinas: la extraña derrota… 


Hoy se cumple un nuevo aniversario de la rendición argentina en las islas, que se produjo el 14 de junio de 1982. Una mirada sobre el trasfondo de una tragedia histórica. 

© Escrito por Federico Lorenz el domingo 14/06/2020 y publicado por el Diario La Capital de la Ciudad de Rosario de Santa Fe, Provincia de Santa Fe de la Veracruz.

El 16 de junio de 1944, después de tenerlo cautivo y someterlo a torturas, los nazis fusilaron a Marc Bloch, miembro de la Resistencia francesa. Cayó en las afueras de Lyon, a manos de miembros de la Gestapo que comandaba Klaus Barbie, apodado el Carnicero. Había combatido en dos guerras mundiales, y es un modelo para generaciones de historiadores por la forma en la que concibió la disciplina.

Casi cuatro años antes, el 14 de junio de 1940, Bloch vivió un día de humillación y derrota: la entrada triunfal de los alemanes en París. Allí quedó su biblioteca, saqueada y malvendida por las fuerzas de ocupación. Me gusta imaginar que ese día germinó en la mente de Bloch un libro extraordinario: La extraña derrota. Un texto perturbador y riguroso, indignado y melancólico en el que el historiador hizo lo que mejor sabía hacer: se preguntó el porqué del estrepitoso fracaso de su país; indagó en sus causas históricas, políticas y morales. La derrota lo afectó con tanta fuerza que tituló la tercera parte de su libro Examen de conciencia de un francés.

Escribe Bloch: "Tarde o temprano vendrá el día, lo espero ardientemente, en que Francia verá florecer de nuevo, sobre su viejo suelo bendecido por tantas cosechas, la libertad de pensamiento y de juicio. Entonces se abrirán las carpetas ocultas; las brumas, que comienzan a tejer una malla de ignorancia o mala fe en torno al desmoronamiento más atroz de nuestra historia, se disiparán poco a poco". Para Bloch, ese desmoronamiento atroz fue la humillante derrota del país que amaba.

Reparé en una coincidencia de fechas en estos días grises: París cayó en manos alemanas un 14 de junio; las tropas argentinas en Malvinas se rindieron a los británicos en la misma fecha, pero en 1982. Lejos de mí comparar a la Argentina con Francia, como a tantos les gustó y les gusta hacer. Pero sí, en cambio, rescatar la invitación del acto intelectual de Marc Bloch: a la humillación de la derrota frente a un país extranjero, lo más evidentemente comparable, le debemos agregar en nuestro "examen de conciencia" el hecho de que la Argentina derrotada en 1982 era un país que había construido campos clandestinos de exterminio para su propia gente, y que a la conmoción de la rendición en las islas se agregó, socialmente, el reconocimiento de lo que había sucedido antes en el continente. Una doble herida al orgullo nacional que por comodidad hemos tendido a separar antes que a unir.

Sostiene Bloch: "Únicamente los verdaderos combatientes tienen derecho a hablar del peligro, del coraje y de las vacilaciones del coraje". Coincido: el irreductible espacio de la experiencia de los actores debe ser respetado. En cambio, no resigno mi derecho a hacer lo que hacen los historiadores: pensar críticamente para interpretar las consecuencias de la guerra y argumentar sobre la necesidad de estudiar nuestros vínculos con las islas y con la historia de esa región austral de otra manera.

A pesar de que la guerra sucedió hace más de treinta años, en ocasiones parecería que aún estamos conmocionados por la noticia de la derrota; que vivimos en el mismo clima de desconcierto de esos días tristes de junio de 1982, donde además muchos que hoy gritan "patria" bien alto eligieron mirar para otro lado ante el paso de los combatientes. La Argentina de 1982 vivía en una burbuja arrogante y autosuficiente. Miles cantaron en las plazas "tero/tero/ hoy les toca a los ingleses/ y mañana a los chilenos". Y esa algarabía escondió frustraciones y pérdidas, así como dificultó que se conocieran después los dramas familiares y personales que la guerra planteó a millares de compatriotas. 

Acusa Bloch: "Muchos errores de diversa índole, cuyos efectos se acumularon, condujeron a nuestros ejércitos al desastre. Por encima de todos ellos se yergue una gran carencia. Nuestros jefes o quienes actuaron en su nombre no supieron pensar esta guerra. Dicho de otro modo, el triunfo de los alemanes fue esencialmente una victoria intelectual, y eso fue quizá lo más grave”. Los vencedores “creían en la acción y en lo imprevisto. Nosotros habíamos hecho profesión de fe en el inmovilismo y en la tradición”. No quiero aquí hacer una revisión crítica de la guerra de Malvinas sino del espíritu con el que fuimos a ella y lo que hicimos después. Y quiero reivindicar el coraje cívico e intelectual del francés de reflexionar sobre las causas de la derrota de Francia, el país que amaba (“he nacido en ella, he bebido en las fuentes de su cultura, he hecho mío su pasado, solo respiro bien bajo su cielo”), mientras combatía por él en la clandestinidad.

Por supuesto que hay salidas más cómodas. Una es dejar las cosas como están (el “inmovilismo y la tradición”). Sólo que eso no permite pensar qué forma de país, qué forma de entendernos como nación –y en consecuencia, cuál es nuestro vínculo con las Malvinas y con sus habitantes– había fracasado allí como consecuencia de la decisión de un gobierno de facto, sí, pero que tuvo un amplio respaldo social. Un ejemplo de tales caminos es una circular del Ministerio de Educación del 15 de junio de 1982.

Mientras aún había muertos insepultos en las islas, ofrecía la clave para explicar la derrota:

• “El heroísmo es valor superior a la victoria”.

• “La ocupación del 2 de abril fue un acto de recuperación, como afirmación de derechos y no de provocación o agresión”.

• “Afirmación de la unidad latinoamericana”.

• “No buscamos la guerra sino la afirmación del derecho y la justicia”.

• “No hemos buscado ayudas ajenas a nuestra identidad nacional”.

• “La Argentina, reserva moral y cultural de Occidente”.

• “Es más difícil la entereza ante la adversidad que la celebración ante el triunfo”.

• “El sacrificio y el dolor nunca son estériles”.

• “No obstante Vilcapugio, Ayohuma, Huaqui y Cancha Rayada, la emancipación de las Provincias Unidas del Río de la Plata fue una realidad hecha de heroísmo y de coraje”.

• “La historia señala muchas noches aciagas precursoras de días venturosos y sus héroes no fueron únicamente los vencedores de batallas”.
• “La síntesis final es la unidad demostrada en la convivencia de juventudes, que superando todas las diferencias se redescubrieron en el verdadero sentir argentino”.

• “La recuperación de las Malvinas es sello de una profunda unión nacional. Esto es realidad demostrada y no euforia transitoria”.

Mucho de este documento, fechado en 1982, reconocería dataciones más recientes: la apelación a la unidad nacional lograda ante la recuperación de las islas, y reivindicada tras la derrota, es un tópico que atravesó los gobiernos desde 1982 hasta el presente. Y sin embargo, cada año el aniversario de la rendición en Malvinas debería obligarnos a pensar la patria de otra manera. Me pregunto hasta dónde hemos sido capaces de cuestionar este tipo de relatos por autocomplacientes, de relativizarlos por inexactos, de indagar qué posibilidades de pensar las tensiones de nuestra sociedad quemamos en el fuego sagrado del pasado intocable. El ministerio recomendaba equiparar la rendición en las islas con desastres que las fuerzas patriotas del siglo XIX supieron revertir. Ahora bien, ¿es posible hablar de la guerra de Malvinas en la misma clave que para las guerras de independencia con el terrorismo de Estado de por medio?

Es necesario despertar por completo a la idea de que fue una derrota, producida el 14 de junio de 1982, la que aceleró la recuperación de la democracia. ¿Podemos decir que allí comenzó el final de la dictadura, aunque los que murieron en Malvinas no buscaban ese fin, sin que nos midan con la vara sagrada del “verdadero sentir argentino”? Porque la precipitada salida de los dictadores se debe también a los muertos que descansan en Darwin. Identificados muchos de ellos, paradoja de paradojas, gracias a las mismas técnicas desarrolladas por el Equipo Argentino de Antropología Forense (Eeaf) para conocer la identidad de las víctimas de la represión ilegal.

La edición de La extraña derrota incluye el testamento de Marc Bloch, que concluye de esta manera: “Me he sentido toda la vida ante todo simplemente francés. Unido a mi patria por una tradición familiar ya dilatada, nutrido de su legado espiritual y de su historia, incapaz en realidad de concebir otra en la que pudiera respirar a gusto, la he amado mucho y la he servido con todas mis fuerzas (…) No he tenido la ocasión de morir por Francia en ninguna de las dos últimas guerras. Al menos puedo, con total sinceridad, rendirme el siguiente testimonio: muero como he vivido, como un buen francés”. Sin embargo, ese amor por su país no le impidió ejercer su crítica. Todo lo contrario: lo guió hacia ella, como el mejor aporte que podía hacer. 




domingo, 13 de octubre de 2019

Islas Malvinas. Cooperación Antártica. ¿A qué costo?...

Cooperación Antártica. ¿A qué costo?...

Mapa político de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Ni aun en nombre de la más alta ciencia Argentina puede distraerse de su obligación jurídica, política e histórica de reivindicar sus derechos sobre las islas.

© Escrito por Jorge Argüello, ex embajador de Argentina ante la ONU, el domingo 11/10/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Hace unas dos semanas, el 26 de septiembre pasado, el Reino Unido registró en el puerto de las islas Malvinas a su nuevo y flamante buque de investigación antártica, el RSS Sir David Attenborough, que lleva el nombre de uno de los divulgadores científicos más reconocidos del mundo. Este buque, dependiente del British Antarctic Survey, realizará tareas de cooperación e investigación conjunta con nuestro país en la Antártida.

Hasta allí todo suena noble y encomiable. Salvo por un detalle.

El Attenborough está registrado como nave en las islas Malvinas y enarbola la bandera del ilegítimo gobierno de las islas. Conforme el derecho del mar, el vínculo entre un buque y su bandera es un ejemplo claro del ejercicio de la soberanía estatal.

Londres, al registrar el barco en Malvinas, produce un hecho político; la afirmación de su pretendida soberanía sobre un territorio en disputa con Argentina, situación reconocida por la comunidad internacional.

La controversia antártica. La Antártida configura hoy uno de los principales reservorios mundiales de agua dulce y minerales. Desde 1961, el Tratado Antártico establece el uso exclusivo del continente blanco para fines pacíficos, con libertad de investigación científica y un compromiso de intercambio de información al respecto.

El Tratado, y este es un punto clave, “congela” las reclamaciones territoriales por parte de los siete Estados que originalmente –al tiempo de la celebración del tratado– tenían pretensiones de soberanía sobre distintas partes del continente antártico (Argentina, Chile, Francia, Gran Bretaña, Noruega, Australia y Nueva Zelanda).

Argentina mantiene una ininterrumpida presencia en la Antártida desde 1904. Hoy tiene 13 bases permanentes y temporarias, más que cualquier otro país, y administra una serie de refugios que sirven de resguardo y apoyo para los trabajos de campo de expediciones que operan alejadas de las bases. Ello representa un espacio de casi 1,5 millones de kilómetros cuadrados y se superpone con los reclamos soberanos del Reino Unido y Chile.

Las islas Malvinas, usurpadas por el Reino Unido desde 1833, se convirtieron en un punto de trascendental importancia para la pretendida proyección antártica británica sobre la totalidad del Sector Antártico Argentino. Tanto, que el Reino Unido considera propio ese territorio y lo denomina British Antarctic Territory. Sin su presencia en las islas Malvinas, el Reino Unido perdería esa proyección antártica.

Es por ese mismo motivo que Argentina ha firmado decenas de acuerdos de cooperación científica bilateral con distintos países, pero nunca –y ni siquiera bajo el “paraguas de soberanía” de los 90– con el Reino Unido.

Así fue hasta la gestión del actual gobierno.

Fruto envenenado. El giro en la política nacional antártica del actual gobierno es un fruto envenenado del acuerdo internacional celebrado por los gobiernos del presidente Macri y la primera ministra británica, Theresa May, en 2016 y que lleva el nombre de los vicecancilleres que lo suscribieron: Foradori y Duncan. En palabras del canciller argentino, se buscó con este inédito giro político “recrear confianza y crear condiciones para un diálogo” con el gobierno británico.

Menos de dos años después, el 14 de mayo de 2018 se firmó el Memorándum de Entendimiento en Cooperación Científica Antártica entre el Instituto Antártico Argentino y el British Antarctic Survey, estableciendo un peligroso precedente para nuestra posición jurídica.

Así, el país aceptó cooperar en materia de investigación científica y tecnológica antártica en el área geográfica de la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (1980), pese a que el Reino Unido, con sucesivas acciones unilaterales, ha violado sistemáticamente el régimen multilateral prescripto por dicha Convención.

Precedentes. En particular, el caso del Attenborough genera dos precedentes de riesgo jurídico para la posición argentina. Una consiste en emprender tareas conjuntas con un buque registrado ilegalmente en las Malvinas, una aceptación tácita de la capacidad del ilegítimo gobierno isleño de hacerlo con otras embarcaciones. Aún más grave es que el buque pretenderá amarrar en los puertos antárticos argentinos constituyendo una violación flagrante y expresa de la Ley de la Provincia de Tierra del Fuego 852 (Ley Gaucho Rivero), que prohíbe el amarre en puertos provinciales de buques con la bandera del ilegítimo gobierno de Malvinas.

A ello sumemos el desaire del gobierno argentino al apoyo regional concretado en distintos organismos y foros latinoamericanos: los Estados miembros están comprometidos a no permitir el ingreso a sus puertos de buques con bandera de la colonia británica instalada en Malvinas.

Concesiones cómplices. El Reino Unido continúa con su política de consolidar su aspiración valiéndose de la buena voluntad, de la complicidad y del inmovilismo del gobierno nacional en la cuestión Malvinas. Resulta evidente que la estrategia nacional sostenida en los últimos años ha demostrado ser ineficiente y contraria al interés nacional.

El propio canciller Jorge Faurie consideró a la Antártida como “patrimonio común de la humanidad” en ocasión de la visita del rey de Noruega en marzo de 2018, contrariando la histórica posición que nuestro país ha mantenido ante la Asamblea General de las Naciones Unidas negando la posibilidad de considerar a la Antártida de esta manera.

Como se sabe, el Tratado Antártico se limitó a mantener la situación territorial existente al momento de su firma. Pero no impone –ni impide– a un Estado parte que renuncie a sus derechos de soberanía sobre el territorio. De allí la gravedad institucional de la posición pública del canciller argentino.

En la proyección colonialista británica sobre el Atlántico Sur, la ciencia y la geopolítica han ido de la mano desde las épocas de Charles Darwin, que llegó a las Islas Malvinas semanas después de la usurpación de 1833. El teórico de la evolución asentó en su bitácora la “sorpresa” que se llevó cuando vio flamear la bandera inglesa en las islas.

Hoy, ni siquiera en nombre de la más alta ciencia el Estado argentino puede distraerse de su obligación jurídica, política e histórica de reivindicar sus derechos sobre las Malvinas y de mantener sus lógicas reivindicaciones sobre el Sector Antártico Argentino. 

Hasta Darwin lo entendería. 




domingo, 21 de abril de 2019

Documentos históricos prueban la soberanía sobre Malvinas antes de la ocupación británica de 1833... @dealgunamanera...

A 37 años de la guerra de Malvinas…

 Los documentos históricos y los mapas muestran que la Argentina estaba en las Malvinas antes de 1833.

Documentos históricos prueban la soberanía sobre Malvinas antes de la ocupación británica de 1833. 

© Escrito por Natasha Niebieskikwiat el  lunes 01/04/2019 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El Archivo General de la Nación tiene una carta en la que un buque británico pide permiso a Buenos Aires para cazar lobos marinos, el acta de ocupación de 1833 y el retiro de la bandera argentina.

Un documento es como una golondrina, sola no hace verano. El documento está siempre esperando que lo saquen a la luz. Esperando a los historiadores que lo hagan hablar, dentro de un contexto, y dentro de un relato histórico.  

Con palabras similares, Graciela Swiderski, jefa de la Biblioteca y de Documentos escritos del Archivo General de la Nación, define el valor de los elementos que publica Clarín para el aniversario del inicio de la guerra con el Reino Unido por las Islas Malvinas. Los documentos muestran claramente el ejercicio de soberanía nacional antes de la ocupación militar británica del disputado archipiélago, ocurrida el 2 de enero de 1833, y contra la que la Argentina protesta sistemáticamente año tras año.    

Esquela en la que Enrique Jones, dueño del bergantín inglés “El Rastrero”, solicitando licencia para cazar lobos marinos en las Islas Malvinas. Buenos Aires, 30 de enero de 1813.

Entre los documentos obtenidos por este diario figuran: una esquela en la que el capitán británico Henry Jones, dueño del bergantín inglés “El Rastrero”, le pide a Buenos Aires licencia para cazar lobos marinos en las Islas Malvinas, fechada en Buenos Aires el 30 de enero de 1813. Ese fue el año del primer proyecto de Constitución para las Provincias Unidas del Río de la Plata, que fracasó pero que sirvió como antecedente para la Constitución Argentina de 1853. Para los juristas argentinos, el territorio de las Malvinas es parte integral de los territorios heredados de la corona española al independizarse.  

Documentos Malvinas: Detención de personas por pesca ilegal

Mirá también:


En la carpeta de Malvinas del Archivo General de la Nación hay una copia del nombramiento de Luis Vernet como comandante político y militar de Malvinas. También está fechada en Buenos Aires el 11 de junio de 1829. En ese texto lo inscribieron como Luis Bernet, con "b" larga. Ese documento es el primer decreto que ordena la creación de la comandancia política y militar de las Islas Malvinas y sus adyacentes. Nacido en Hamburgo, pero de origen francés, Vernet se asoció a Jorge Pacheco y obtuvo el derecho para la explotación de pesca y controlar la depredación de los recursos pesqueros de las islas, que estaba fuera de control y que generó roces entre Buenos Aires y Estados Unidos. 

Plan de Luis Vernet para el fomento de una colonia en la Isla Soledad de Malvinas. Isla Soledad de Malvinas, 23 de marzo de 1831. 

La proclama del primer izamiento de la bandera de Buenos Aires en Malvinas es sin dudas uno de los documentos más valioso, acaso tanto como otro en el que Vernet dice -al tomar posesión del cargo de gobernador de comandante militar en Malvinas en Puerto de Soledad el 30 de agosto de 1829- que "en conformidad" con el decreto del 10 de junio de ese año, "para ejercer un nuevo acto formal de dominio que tiene la República de Buenos Aires sobre estas islas Malvinas, las de Tierra del Fuego y sus adyacentes y demás territorios desde donde acaba el de la comandancia de Patagones hasta el Cabo de Hornos", ha "enarbolado en este día el pabellón de la República saludándolo en la mejor forma que permite el naciente Estado de esta población".

Allí, Vernet dice que "espera que cada uno de los habitantes dará en todo tiempo de subordinación a las leyes viviendo como hermanos en unión y armonía" a fin de que con el incremento de la población que se espera y que el superior gobierno ha prometido fomentar y proteger "nazca en su territorio austral una población que haga honor a la República y cuyo dominio reconocemos".

Termina con un "¡Viva la Patria!” 

Intimación del comandante de la Corbeta inglesa “Clío”, J. Onslow, comunicando que por orden de su Majestad Británica toma posesión de las islas. 2 de enero de 1833.

A su vez, en un documento donde Vernet detalla el fomento de una colonia en la Isla Soledad de Malvinas -fechado el 23 de marzo de 1831- se destaca una profunda dedicación y elogios al lugar y se muestra disposición a brindar "informaciones interesantes sobre las demás partes del territorio meridional de la República". 

Documentos Malvinas: Sala VII Leg 127 Doc 029 nombramiento de Luis Vernet
También el Archivo contiene documentos en los que Vernet ordena claramente la detención de varios extranjeros que pescaban ilegalmente. Uno de esos documentos está fechado en Puerto Louis, 8 de septiembre de 1831, la capital que luego los británicos bautizaron como Puerto Stanley y los militares argentinos en 1982 como Puerto Argentino. Ese control de Vernet en las aguas fue lo que generó numerosos enfrentamientos. Uno de ellos muy grave con Estados Unidos, cuya corbeta Lexington, bombardeó las islas en 1831 tras el arresto de pescadores ilegales. El ataque destruyò la colonia.  

Lista de la tropa, familias y peones de la isla Soledad de Malvinas que se embarcan en la goleta “Sarandí” a las órdenes del teniente coronel José María Pinedo. Buenos Aires, 16 de enero de 1833.

El primer contrato de casamiento civil fechado en las Malvinas, es otro documento con gran valor. Se casaron Victoria Enriques y Gregorio Sánchez, bajo la firma de Luis Vernet, "Comandante Político y Militar de las Islas Malvinas", el 22 de junio de 1830. 

Contrato de casamiento entre Victoria Enriques y Gregorio Sánchez. Malvinas, 29 de Mayo de 1830. Nota: Primer matrimonio civil celebrado en el país. 
"La guerra de las Malvinas fue un tremendo error táctico y estratégico que nos alejó de un triunfo diplomático que más tarde o más temprano iba a ocurrir, porque los derechos argentinos eran muy firmes, como se puede ver en los muchos documentos que están en el acervo del Archivo General de la Nación", señaló el director del Archivo, Emilio Perina, a Clarín. "Como demostró Juan Bautista Alberdi en su libro 'El crimen de la guerra', la guerra siempre es un delito y un error. Quien acude a la solución violenta renuncia al derecho", dijo Perina.

Proclama al enarbolar la bandera de Buenos Aires en Malvinas. S/F.

Entre los documentos que tiene el Archivo se destacan varios mapas y planos de casas y de una futura capilla de la colonia que se intentó construir en las Malvinas ya desde los tiempos del Virreinato y hay  textos, incluso, que reflejan el momento mismo del inicio de la ocupación británica. Está archivada, por caso, la intimación del comandante de la corbeta inglesa “Clío”, J. Onslow, del 2 de enero de 1833, que para Swiderski es "una importante muestra de cómo los británicos al tomar posesión por la fuerza reconocen que era otro el que ejercía soberanía".

En ese documento, el comandante en Jefe de las fuerzas navales de Su Majestad Británica dice: “debo informar a usted que he recibido órdenes del Comandante en jefe de las fuerzas navales de su majestad estacionadas en Sudamérica para llevar a efecto el derecho de soberanía sobre estas islas en nombre de su S.M.B. es mi intenciónizar mañana el pabellón nacional de la Gran Bretaña en tierra donde pido usted, se sirva arriar el suyo, y retirar sus fuerzas, llevando consigo todos los efectos pertenecientes a su gobierno. Soy, señor, su muy obediente y humilde servidor".

Documentos Malvinas: Casa de Gobierno Malvinas Fondo Vernet
Otro documento que publica Clarín es la lista de la tropa, familias y peones de la isla Soledad de Malvinas que se embarcan en la goleta “Sarandí” a las órdenes del teniente coronel José María Pinedo, luego de ser expulsados por la fuerza británico. Fechada en Buenos Aires el 16 de enero de 1833, allí figura todo el personal. Entre otros, "un batallón de artillería con cabo primero y soldados". "Un batallón del Río de la Plata con sargento segundo y soldados. Patricios con soldados. Una guardia argentina. También con cabos  y soldados" y cinco "extranjeros". También embarcan mujeres -la mayoría esposas de los militares-, y con ellas sus hijos. Swiderski no duda en decir que la tesis de la autodeterminación de los isleños "se derrumba" al mostrar que la población británica de las islas es "totalmente implantada" y que como tal no rige el principio de autodeterminación.


domingo, 31 de marzo de 2019

Malvinas: solo restan identificar 10 soldados argentinos enterrados como NN en Darwin… @dealgunamanera...

Malvinas: solo restan identificar 10 soldados argentinos enterrados como NN en Darwin…


© Publicado el domingo 31/03/2019 por el Portal de Noticias Punto Noticias de la Ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires.


De los 649 combatientes argentinos caídos en el conflicto del Atlántico Sur, 237 fueron enterrados en este cementerio de la isla Soledad y más de la mitad de ellos -122-, en una tumba sin identificación: hoy, 112 de estas cruces están en condiciones de llevar el nombre de la persona cuyos restos custodian.

El director ejecutivo del Equipo Argentino de Antropología Forense, Luis Fondebrider, aseguró que son solo 10 los soldados argentinos enterrados como NN en el Cementerio de Darwin sin identificar, de un total de 122, y la finalización de esta tarea depende “de que los familiares se acerquen” para aportar el material que permita la comparación.

Nacido a partir de un acuerdo celebrado entre Argentina, Gran Bretaña y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en 2016, el Proyecto Plan Humanitario Malvinas tiene por objetivo la identificación de los restos de los héroes de Malvinas enterrados bajo la leyenda “Soldado Argentino sólo conocido por Dios” en el camposanto construido en 1982.

Del los 649 combatientes argentinos caídos en el conflicto del Atlántico Sur, 237 fueron enterrados en este cementerio de la isla Soledad y más de la mitad de ellos -122-, en una tumba sin identificación: hoy, 112 de estas cruces están en condiciones de llevar el nombre de la persona cuyos restos custodian.

Fundamental para este logro fue el rol desempeñado por el Equipo Argentino de Antropología Forense, una organización reconocida internacionalmente por la labor desempeñada en la identificación de las víctimas de la última dictadura y por su participación en procedimientos similares en más de 50 países.

“Nosotros cumplimos tres funciones en este proceso: participamos en las entrevistas que se hicieron a los familiares para recopilar información genética, luego formamos parte del equipo forense conformado por el CICR para exhumar y tomar muestras de los cuerpos que están en las islas, y posteriormente nuestro laboratorio de genética forense realizó las comparaciones”, explicó Fondebrider a Télam.

Producto de este esfuerzo, el 1 de diciembre de 2017 se entregaron los informes forenses resultantes de la identificación de los primeros 89 soldados a la Secretaria de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, organismo que tuvo a su cargo la tarea de informar a los familiares.

“El plan finalizó entonces una primera etapa y continúa en la medida en que se fueron presentando nuevos familiares, ya bajo la coordinación de Argentina. Esto permitió que 112 soldados hayan sido identificados”, dijo.

El experto aseguró que “no hay límite temporal” para la identificación del total de los cuerpos y que la consecución de este objetivo “depende de que los familiares se puedan acercar a dar sus muestras”, dado que “todos los cuerpos fueron analizados” y pudo reconstruirse el perfil genético de cada uno.

“No depende de nosotros (que se completen las identificaciones) y no hay un plazo para conseguirlo porque aunque quede un solo cuerpo sin nombre, los familiares tiene derecho a que sea identificado”, dijo.

En cuanto a las razones por las cuales aún hay familias que no han aportado su material genético, Fondebrider explicó que “algunas no han podido ser ubicadas” mientras que otras “tienen algunas dudas” que le impiden sumarse.

“Respetamos los deseos y los tiempos de los familiares: lo importante es que sepan que la opción está y que pueden informarse al respecto”, afirmó. (Télam)



martes, 12 de febrero de 2019

Argentina investigando las defensas de las Islas Malvinas… @dealgunamanera…

Buque de la Armada Argentina se acercó a las Islas Malvinas… 


El 2 de septiembre de 2018, una embarcación naval argentina se aproximó a las aguas territoriales británicas de las Islas Malvinas.

© Publicado el lunes 03/09/2018 por http://www.hisutton.com de la Ciudad de Puerto Argentino, Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

El barco, A.R.A. Puerto Deseado (Q-20), parece haber apagado su AIS (Sistema de Identificación Automatizado) cuando se acercaba a las Islas.

Un bote patrullero de la Royal Navy, el HMS Clyde (P257) se dirigió hacia el sur a través de Malvinas Sound, aparentemente para encontrarse con el barco argentino, aunque no llegó a interceptar o rastrear el barco.

La embarcación argentina parece haber girado, volviendo a encender su AIS cuando abandonó el área. El buque argentino parece haber permanecido en aguas internacionales.


A. A.R.A. Puerto Deseado (Q-20) rumbo al banco Burdwood
B. A.R.A. Puerto Deseado (Q-20) opera cerca de Burdwood Bank.
C. A.R.A. Puerto Deseado (Q-20) apaga AIS cuando se acerca a las Islas Malvinas desde el suroeste.
D. A las 16:57 hora local, el HMS Clyde se dirigía hacia el sur a toda velocidad.
E. HMS Clyde se da vuelta a las 19:17 hora local y A.R.A. Puerto Deseado (Q-20) enciende AIS cuando abandona el área poco después.
F. A.R.A. Puerto Deseado (Q-20) regresa a Ushuaia y llega a las 15:02 hora local del 3 de septiembre.

Nota del redactor: Para la Armada Argentina fue un desvío de la ruta por problemas meteorológicos, para los ingleses una intromisión.



miércoles, 2 de enero de 2019

Tiempo de espera. Llega el 2019… @dealgunamanera...

Tiempo de espera. Llega el 2019…

Termina un 2018 turbulento. Dibujos: CEDOC

Así termina un 2018 marcado por incertidumbres y expectativas en cualquier nivel que podamos pensar. Una previa poco auspiciosa del año que comienza.

© Escrito por Ursula Ures Poreda el martes 31/12/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

El año en que vivimos agazapados. Así termina un 2018 marcado por incertidumbres y expectativas en cualquier nivel que podamos pensar. Una previa poco auspiciosa del año que comienza.

Hagan ustedes también el esfuerzo de leer proyecciones. Las que quieran: económicas, políticas, encuestas, enseñanzas kabalísticas, horóscopos. Lo que quieran y de lo que crean. 

No hay quien hable en Argentina de otra cosa que no sea esperar. Vacaciones, primer trimestre, inicio de clases, campaña, elecciones, cambio de gobierno (si cambia), reactivación económica, etc. Hay que esperar y no sólo hasta que den las 12.

Y mientras lo hacemos, casi sin darnos cuenta repasamos el último año, a modo de balance urgente antes del brindis, las uvas y la enumeración de nuestros mejores deseos, esa voluntad tan ingenua como inalienable del ser humano.

Llegar a fin de año en Argentina, esta Argentina, es un acto heroico en sí mismo. Algo así como una prueba de supervivencia diaria. Pero que lleguemos implica, en cualquier caso, un resultado positivo.

Termina el diciembre más tranquilo desde 2001, en parte gracias a la apatía ciudadana -que ya ni protesta por los tarifazos- pero más aún por los millones de pesos que el Gobierno nacional destinó para calmar a los sectores más golpeados por el ajuste. No hubo saqueos, desmanes en Plaza de Mayo ni corridas.

En las últimas semanas, los editores de Perfil repasamos varios de los que considerábamos los temas del año: el brainstorming derivó en un listado impresionante, como si en lugar de un año hubiéramos abarcado siete.

A esa aproximación se sumó un intento más metódico de ver, mes por mes, las noticias más buscadas. Las historias virales  y demás curiosidades se mezclaron con hechos que se convirtieron en hitos periodísticos.

El escándalo de los cuadernos de la corrupción, y la reacción en cadena de arrepentidos de toda la corpo, la K y la empresaria.

- El extraño ejercicio de la independencia del Poder Judicial, que acelera su marcha al compás de los tiempos políticos más que por las causas en curso.

- Las filtraciones que dejaron al descubierto la existencia de empresarios argentinos y entonces funcionarios nacionales en complejas redes offshore. Los Paradise Papers nos perdonaron a nadie

El éxito del G20, aunque en el cortísimo plazo sólo hablemos de intenciones de inversión extranjera.

- La crisis económica con que recibiremos el modesto 2019, gestada con el 28D y agravada desde entonces con la cadena de desaciertos del equipo económico y la soberbia de los cerebros comunicacionales.
- Las negociaciones con el FMI. ¿Alguien vio con atención el cronograma de pagos?

- El blindaje del Senado hacia los fueros de los legisladores investigados en la Justicia, no sólo a favor de Cristina Fernández de Kirchner.

- La escasa actividad legislativa tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores. Pese a la indecencia de algunos debates, hay dos leyes a destacar, que llevan nombres que no necesitan mayores explicaciones, Justina Micaela.

- El grito del movimiento feminista en Argentina, cuyo avance crece aunque también lo hagan las cifras que hablan de violencia contra las mujeres, en todas sus formas. Con su revolución, las hijas prometen obtener lo que sus antecesoras no pudieron lograr.

- Los debates por la interrupción voluntaria del embarazo y la educación sexual en las escuelas. Lo que buena parte de la progresía local valoró como consumo irónico de redes resultó tener tal poder que todavía asistimos de reojo a la muerte de mujeres por abortos clandestinos.

- El fracaso de la "argentinidad chabona"con Sampaoli y otros tantos en el Mundial de Rusia. Acaso sea hora de impulsar otras disciplinas donde el negocio de los dirigentes y las barras no sean la columna vertebral del deporte en cuestión.

El crecimiento de la pobreza en el país, cuyos gráficos cuantifican el espanto de un futuro negro para el 51% de los niños en el país.

El hallazgo del A.R.A. San Juan (S-42), sobre el cual la sociedad sigue demandando explicaciones.

La identificación de soldados caídos en Malvinas. Todo avance hacia la verdad es el camino para comenzar el duelo de quienes todavía esperan respuestas.

Visto lo visto, ¿por qué brindar? Por lo que falta y la inagotable resiliencia, por la espera. Nada cambiará el 2 de enero pero si el calendario sirve, cual placebo, para engañarnos y convencernos de que, por los próximos 364 días todo es posible, que así sea.




(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com