domingo, 8 de noviembre de 2020

A.R.A. San Juan (S-42): 20 días después del hundimiento "Todos" sabían donde se encontraba el buque... @dealgunamanera...

 A.R.A. San Juan (S-42): la Armada conocía la ubicación del submarino hundido 20 días después de su desaparición…

El contraalmirante Enrique López Mazzeo, imputado en la causa, reconoció que desde el 5 de diciembre de 2017 el Gobierno de Mauricio Macri sabía en qué posición se encontraba el navío siniestrado con sus 44 tripulantes. Lo hizo ante la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia.

El Gobierno de Mauricio Macri conocía la ubicación del siniestrado submarino A.R.A. San Juan (S-42), al menos desde el 5 de diciembre de 2017. Es decir 20 días después de su desaparición. La posición la habría revelado el buque chileno Cabo de Hornos. Así lo dijo ante la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia el contralmirante retirado Luis Enrique López Mazzeo, ex comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada y uno de los imputados en la causa por el hundimiento del navío.

 

La revelación generó indignación entre los familiares de los 44 tripulantes fallecidos y los abogados querellantes que los representan, entre ellos Fernando Burlando, Valeria Carreras y Lorena Arias.

 

El ex oficial declaró ante el tribunal superior integrado por los jueces Javier Leal de Ibarra (presidente), Aldo Suárez y Hebe Corchuelo de Huberman para defenderse del procesamiento que el 31 de enero pasado le dictó la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yánez, por no haberse asesorado debidamente ni ocuparse personalmente de verificar el estado de la nave en forma previa a la realización de un ejercicio naval combinado de gran envergadura.

 

Las palabras exactas de López Mazzeo ante los magistrados fueron las siguientes: “Cuando usted vea toda la documentación, se va a dar cuenta de que nosotros, cuando tuve que firmar el mensaje más doloroso en toda mi carrera que fue el cierre del caso SAR (por la búsqueda y rescate) teníamos detectada la posición del submarino y por eso habíamos coordinado con la Marina Británica el 5 de diciembre (de 2017) el pedido de un vehículo autónomo, porque sabíamos que podía estar únicamente en dos cañadones, que era lo que no podíamos verificar con todos los medios internacionales requeridos”.

 

Es la primera vez que se reconoce públicamente que el “contacto” que a través del sonar (sonido, no imágenes) realizado por el buque chileno pertenecían al A.R.A. San Juan (S-42).

 

Las razones son varias: en primer lugar porque el capitán Enrique Balbi, por entonces vocero de la Armada, descartó esa posibilidad.

 

Ese mismo 5 de diciembre, al que hizo referencia López Mazzeo, la cara visible de la Marina dijo en conferencia de prensa: “No hay mayores novedades”, respecto de la búsqueda del submarino. Y agregó: “En estos momentos se encuentra inspeccionando ese objeto o alteración de fondo, que puede ser metálico o no metálico, que detectó hace unos días el buque oceanográfico Cabo de Hornos de la Armada de Chile y que se encuentra a 940 metros”.

 

Balbi también explicó que el objeto tenía solo 30 metros de largo y que el A.R.A. San Juan (S-42) tenía una dimensión mayor.

 

Sin embargo, cuando un año después el buque noruego Seabed Constructor, operado por la empresa norteamericana Ocean Infinity, lo halló en una zona muy próxima a la señalada por el buque chileno, por efecto de la presión, el submarino tenía esa dimensión, 33 metros.

 

El segundo punto que llama a la indignación es porque, dada la profundidad en la que se encontraba, la zona debía ser explorada por un vehículo submarino autónomo. La armada británica, que formó parte de la búsqueda y rescate con el imponente rompe hielo HMS Protector, se ofreció a realizar la tarea. Sin embargo, la Armada Argentina, en ese momento a cargo del almirante Marcelo Srur, nunca autorizó esa búsqueda. 

 

El buque científico chileno Cabo de Hornos detectó a través de sus sonares un objeto compatible con el A.R.A. San Juan (s-42) a más de 900 metros de profundidad. 


En este punto, existe una controversia que por ahora no fue saldada. López Mazzeo sostiene que Srur, su jefe directo, nunca le dio la autorización para que los ingleses realicen la tarea que podría haber terminado con el hallazgo de los restos del submarino a 20 días de su desaparición. Lo sostuvo en su declaración indagatoria.

 

El ex jefe de la Marina, en cambio, dice que al enterarse del hallazgo del Cabo de Hornos, y la recomendación realizada por la propia armada de los Estados Unidos para que se explore esos cañadones, asegura que ese 5 de diciembre, efectivamente se le solicitó la utilización del ROV. Que por esa razón informó al Ministerio de Defensa, que estaba a cargo de Oscar Aguad, a través del entonces secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Horacio Aldo Chighizola.

 

El funcionario le habría dicho que tenía que solicitar autorización a Cancillería, por tratarse de Gran Bretaña, la potencia con la cual Argentina mantiene su disputa internacional por la soberanía de las Islas Malvinas.

 

Siempre según relatan en el entorno de Srur (que hasta ahora no está imputado en la causa), Chighizola obtuvo la autorización política para que la Marina Británica inicie la exploración en el área señalada por el buque Cabo de Hornos. En este punto, fuentes vinculadas a Srur le dijeron a Infobae que el ex jefe de la Armada de manera telefónica le dio el aval a López Mazzeo, pero que sin embargo este “por razones que deberá explicar no intensificó la búsqueda en ese lugar”.

 

“En caso de confirmarse lo que dijo López Mazzeo ante el tribunal estamos frente a un escándalo sin precedentes”, le dice a este medio la abogada Valeria Carreras, quien junto a Fernando Burlando integran la querella mayoritaria y que han impulsado, incluso, las imputaciones en la causa del ex presidente Macri, el ex ministro de Defensa, Aguad, y del ex jefe de la Armada, Srur.

 

La solicitud contó con el acompañamiento del fiscal de Cámara y ahora será el tribunal quien deberá decidir si acepta o no las nuevas imputaciones solicitadas.


 

Carreras recordó también que durante su declaración indagatoria, realizada el 25 de noviembre de 2019 ante la jueza Yáñez, López Mazzeo dijo: “Nunca presencié mayor ignominia hacia la Armada, que la actitud cobarde y mentirosa de quien fuera su Jefe en aquellos momentos, así como la de algunos pocos que lo secundaron y de quienes -movidos por intereses personales- causaron la demora en el hallazgo del naufragio, ignorando y desprestigiando el trabajo profesional al que afanosamente se entregó el personal naval durante la búsqueda de sus camaradas naufragados.

 

Se extendió en forma inaudita la agonía de los familiares y seres queridos, integrantes de la familia naval, a la que pertenezco junto con mi propia familia, al negarles, durante todo el tiempo en que veladamente se discontinuó con la búsqueda del ARA San Juan, el derecho a un duelo de sus seres queridos, muertos en acto de servicio”.

 

“Legalmente la declaración de López Mazzeo obliga a realizar una causa aparte, por el ocultamiento y la complicidad que venimos denunciando siempre, pero desdobla la causa en dos porque no hay que olvidar que se debe determinar quienes son los responsables de las 44 muertes”, afirma la querellante y precisa: “En ese segundo expediente deberá investigase a los responsables de semejante ocultamiento, de las contrataciones a empresas de búsqueda, del beneficio que trajo la saga de cargos, gastos, y movidas para seguir tapando la verdad. Especialmente habrá que analizar, quienes estaban en conocimiento de la ubicación de los restos del submarino”.

 

El procesamiento fue el 31 de enero de este año y se completa con el capitán de navío Claudio Villamide, ex comandante de la fuerza de submarinos; el contraalmirante Luis Malchiodi, ex jefe de mantenimiento y arsenales; el capitán de navío Héctor Alonso, ex jefe del Estado Mayor del Comando de la Fuerza de Submarinos; el capitán de fragata Hugo Miguel Correa, ex jefe de departamento de operaciones de la Fuerza de Submarinos; y el capitán de corbeta Jorge Andrés Sulia, ex jefe del departamento logística de la fuerza submarina. Se los acusa de “estrago culposo agravado, incumplimiento de los deberes de funcionario público y omisión de oficio”.

 

Alguna de las imágenes del hallazgo del A.R.A. San Juan (S-42), tomadas por la empresa Ocean Infinity y que la jueza Federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez, le mostró a los familiares de los 44 tripulantes muertos en el siniestro.

 

El posible hallazgo del A.R.A San Juan (S-42) los primeros días de diciembre de 2017 se vio reflejado en la prensa y en la propia armada trasandina que reprodujo las declaraciones del Capitán de Navío César Miranda, comandante del buque Cabo de Hornos, quien señaló: “En el marco de las incesantes labores y de los múltiples contactos establecidos, realizamos un hallazgo de un objeto a 940 metros de profundidad a través de los ecos del buque.

 

Aún resta que la Armada Argentina, con apoyo del buque ruso Yantar y un robot submarino, precise la naturaleza del objeto detectado, pero de todas formas estamos orgullosos del largo y sacrificado trabajo efectuado para apoyar a un país amigo”.

 

El Yantar efectivamente exploró la zona. La Marina Rusa nunca comunicó los resultados en la amplia zona que barrió. Por su parte, la Armada Argentina aseguró que ninguno de los “contactos” detectados por el Yantar o el Cabo de Hornos eran del A.R.A San Juan (S-42). Sin embargo, las palabras de López Mazzeo ponen en duda esas afirmaciones y aviva las especulaciones que detrás de la posterior búsqueda del submarino, existió un posible negocio económico.

 

De hecho, el anuncio del hallazgo del A.R.A San Juan (S-42), el 17 de noviembre de 2018, despertó en su momento suspicacias, sobre todo porque el buque Seabed Constructor dejó para su último día de rastrillaje la zona que había señalado un año antes el buque Cabo de Hornos y que las Armadas de Reino Unido y los Estados Unidos habían aconsejado explorar en profundidad.

 


“Si la Armada lo sabía, si Aguad lo sabía, si Macri lo sabía, ¿por qué fingir la búsqueda y contratarla?", se pregunta ante este medio Burlando, e intenta aproximar una posible respuesta:
 

Mentiras, traición, corrupción, espionaje, pérdida de vidas, de esperanzas, y mucho más, en eso se transformó la causa por el hundimiento del A.R.A. San Juan (S-42). Lamentablemente es una investigación inconexa y una trama que ni en ficción se puede reproducir. El gran final de toda esta insensatez es el último dato de que ‘aparentemente’ se conocía la ubicación del submarino. Es una gran locura, una gran traición que solo puede justificarse en las almas negras de la corrupción o del afano ¿Cómo se le puede mentir a una madre, a una esposa a una mujer en una situación así?”.

 

La querella representada por Burlando y Carreras le adelantó a Infobae que impulsarán a la Justicia para que, a través de distintas medidas de prueba, los dichos de López Mazzeo, uno de los seis imputados en el expediente, sean ratificados y desmentidos.




 

 

 

 

¿Qué diferencia al aislamiento social (ASPO) del distanciamiento social (DISPO)?... @dealgunamanera...

 ¿Qué diferencia al aislamiento social (ASPO) del distanciamiento social (DISPO)?


El presidente de la Nación, Alberto Fernández, anunció el fin del aislamiento obligatorio en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) que rige desde el 20 de marzo último para dar lugar al Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO), tras una reunión con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

 

© Publicado el 06/11/2020 por chequeado.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.



Además, informó que distintos departamentos de 10 provincias donde no se registró una caída en los casos seguirán en la etapa de Asilamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO).
 

Pero, ¿cuál es la diferencia entre ASPO y DISPO? El primero dispone que en aquellas zonas del país donde haya transmisión comunitaria del virus, cada persona debe quedarse en su domicilio y que sólo se puede salir para realizar compras básicas, trabajos esenciales o trabajos exceptuados.

 

En esta línea, el Presidente explicó en el anuncio de hoy que el principal cambio que genera el paso a la etapa de DISPO “es que se pueda circular sin autorización”. Igualmente, remarcó que el transporte público seguirá funcionando exclusivamente para aquellos que realizan actividades esenciales.

Entonces, el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) no es igual al Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO).

 


Qué es el DISPO

Según precisó Fernández el 28 de junio último cuando se dispuso el DISPO en una parte del país, este estado significa que todo ciudadano podrá “circular, trabajar y realizar sus actividades siempre que guarden la distancia de 2 metros”.

 

En todos los casos siguieron prohibidos: los eventos en espacios públicos o privados con más de 10 personas (incluidos cine, teatros, clubes o centros culturales); el transporte público de pasajeros interurbano, interjurisdiccional e internacional (salvo para trabajadores esenciales); y la actividad turística.


También continuaron las recomendaciones de higiene y prevención como tapabocas, ventilación y limpieza de superficie.

 

En este sentido, quienes regresen al país (así como quienes presenten síntomas o sean contactos estrechos de casos confirmados) deberán hacer cuarentena como hasta ahora.

 

Según explica el Gobierno en su página web, “el objetivo del ‘distanciamiento social, preventivo y obligatorio’ será la recuperación del mayor grado de normalidad posible en cuanto al funcionamiento económico y social, pero con todos los cuidados y resguardos necesarios, y sosteniendo un constante monitoreo de la evolución epidemiológica para garantizar un control efectivo de la situación”.





Ensalada rusa… @dealgunamanera…

Una vacuna, muchas dudas… 

La "revolución rusa", Vladimir Putin. Dibujo: Pablo Temes 

Con sus idas y vueltas, el Gobierno montó un auténtico aquelarre, innecesario e inentendible, en torno a la Sputnik V.


Las dos condiciones fundamentales que debe cumplir una vacuna son eficacia y seguridad. Nada importa si es rusa, china, inglesa, alemana o estadounidense. Las vacunas carecen de ideología política. Es lamentable, pues, que la mala política haya hecho su irrupción en esta desesperada lucha contra el Covid-19 que impacta al mundo entero. Y esto ha ocurrido tanto en Rusia como en los Estados Unidos. Se sabe que Donald Trump presionó fuertemente a los organismos científicos de su país para que aprobaran una vacuna antes de la elección con la evidente intención de apropiarse de ese logro y utilizarlo como recurso en la campaña electoral.

 

Por la misma vereda viene caminando Vladimir Putin. Ya el nombre de la vacuna devela esa intencionalidad. Llamar a la vacuna Sputnik V significa traer al presente aquel penoso y desgraciado tiempo de la Guerra Fría. El Sputnik fue la primera nave espacial que orbitó la Tierra en 1957 en tiempos en que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se disputaba con los Estados Unidos la supremacía sobre el mundo.

 

La vacuna rusa es motivo de controversia desde el mismo momento en que Putin la anunció. En realidad, lo que hizo fue comunicar el registro de una vacuna en investigación.

 

Falsamente dio a entender que ya estaba lista y que no tenía necesidad de atravesar la Fase 3, clave para la aprobación de cualquier vacuna. No bien se conoció la noticia, en los ambientes científicos se comenzó a buscar información referida a la investigación, hecho que derivó en una experiencia ciertamente decepcionante. La búsqueda en las distintas revistas científicas de referencia internacional fue un fiasco. Nada había que diera algún indicio serio de la experimentación en curso.

 

Recién hace unas semanas apareció en la edición online del 4 de septiembre de The Lancet, una de las publicaciones médicas más prestigiosas del mundo, un artículo sobre la seguridad y eficacia de la vacuna rusa, firmado por los doctores Logunov, Dolzhikova, Zubkova y colaboradores, cuyo título en inglés es: “Safety and immunogenicity of an rAd26 and rAd5 vector-based heterologous prime-boost COVID-19 vaccine in two formulations: two open, non-randomised phase 1/2 studies from Russia”.

 

El artículo mereció una carta de respuesta muy crítica de un grupo de científicos revisores, integrado –entre otros– por los doctores Enricco Bucci, Konstantin Andreev, Anders Björkman, Rafaele Adolfo Calogero, Ernesto Carafoli y Piero Camici.

 

Hechos y datos.

 

El 11 de agosto pasado Vladimir Putin anunció que los organismos de regulación de Rusia habían aprobado la vacuna contra el Covid-19 desarrollada por el Instituto Gamaleya de Investigación en Epidemiología y Microbiología dependiente del Ministerio de Salud Pública de ese país. La Organización Mundial de la Salud reaccionó con sorpresa ante el anuncio debido a la ausencia de datos correspondientes a la Fase 3.

 

Este apuro por aprobar la vacuna motivó la renuncia a su cargo en el Comité de Ética del Ministerio de Salud de Rusa del profesor Alexander Chuchalin, quien, al hacerlo, señaló que él era muy crítico de los dos científicos que estaban al frente de la investigación, el profesor Alexander Gintsburg, director del Instituto Gemaleya, y el profesor Sergei Borisevich, coronel médico y destacado virólogo del Ejército Ruso. “¿Han ustedes pasado por todos los pasos necesarios de aprobación requeridos por la legislación de la Federación Rusa y la comunidad científica internacional? Ese trabajo no ha sido hecho y así se ha violado uno de los axiomas clave de la medicina “primero no dañar”, dijo contundentemente el profesor Chuchalin.  

 

¿Cuáles son las críticas puntuales que el equipo revisor de The Lancet realizó a la investigación sobre la vacuna? Son fundamentalmente cuatro. Veamos:

 

  1. Falta de datos numéricos de cada uno de los individuos que participaron en la investigación relacionados a la evolución de sus niveles de linfocitos T CD4 y CD8. Para explicarlo con simpleza, esos linfocitos son células que tienen un papel muy importante en el sistema inmunitario.
  2. Falta de claridad en la comparación entre los niveles de anticuerpos de un grupo de 4.187 habitantes de Moscú seleccionados por haberse contagiado el coronavirus y haberse recuperado, y los 72 voluntarios que recibieron la vacuna.
  3. Falta de precisión en cuanto a la fecha en la que cada uno de los 72 voluntarios ingresó al estudio. Esto es importante porque para el desarrollo de anticuerpos se considera que es necesario que transcurran 42 días desde el momento de la inoculación de la vacuna. La crítica es muy puntual. Las fechas que se mencionan de incorporación de los “voluntarios” van desde el 18 de junio hasta el 3 agosto. Teniendo en cuenta que el artículo se publicó el 4 de septiembre, esa precisión es clave.
  4. No está claro si la información del artículo de Lugonov y colaboradores es un estudio de las dos fases que componen la Fase 1 o si lo es de Fase 1 y Fase 2.

Como se ve, las críticas son muy puntuales y significativas. Tanto es así que al comité de revisores del trabajo de Logunov les llamó la atención que una revista del prestigio de The Lancet lo haya publicado.  

 

Estos son los datos duros de lo que se sabe de la vacuna rusa hasta hoy.

 

Si esto resulta de por sí ya nebuloso, el Gobierno, con sus idas y vueltas, terminó haciendo un fenomenal aporte a la confusión general. El viaje secreto a Moscú –que después no fue secreto– de la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, Carla Vizzotti; el Dr. Alberto Fernández hablando el lunes de los 25 millones de dosis que se comprarán; la vocería presidencial afirmando que, en realidad, iban a ser 10 millones de dosis; el ministro de Salud, Ginés González García, aclarando luego que se comprarán solo si son aprobadas por la Anmat; unos diciendo que la vacunación será obligatoria; otros, que no; un comunicado de prensa insólito del Fondo Ruso de Inversión Directa en el que asevera que “las encuestas en la Argentina muestran una muy favorable recepción de su vacuna”, hecho que desmienten todas las muestras de opinión que se vienen realizando aquí.   

 

En fin, un verdadero aquelarre inentendible e innecesario. Es el peor escenario posible para una situación con el dramatismo del presente. Ojalá la vacuna rusa sea una gran vacuna porque el mundo va a necesitar de la disponibilidad de todas las que sean aprobadas por ser eficaces y seguras. Para saberlo, hace falta la experimentación científica documentada. Es lo que hasta aquí le falta a la vacuna rusa cuya única certeza por el momento es la duda.






¡Volveremos!... @dealgunamanera...

 ¡Volveremos! 

Francisco de Narváez. Fotografía: CEDOC Perfil 

Casi paralelamente a que el Partido Demócrata desalojaba a los republicanos de la Casa Blanca en una disputada elección, casi un signo de los cuatro años trumpistas, el estandarte del estilo norteamericano de los negocios tradicionales, Wal-Mart, ejecutaba su retirada estratégica de Argentina. Y el comprador resultaba un viejo conocido del rubro, Francisco De Narváez, que ya había vendido la cadena familiar Casa Tía en 1999, cuando todavía gobernaba Bill Clinton en los Estados Unidos.


© Escrito por Tristán Rodríguez Loredo y publicado el sábado 08/11/2020 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 


Durante buena parte de la crisis económica y tensión cambiaria que comenzara en 2018 y se agudizara durante esta larga cuarentena, más de un empresario votó con los pies y se afincó fiscalmente en otro país. No sólo los casos de las celebridades y CEOs que preferían eludir el largo brazo de la AFIP ante la eventualidad de cualquier nuevo impuesto que la creatividad y la necesidad del Tesoro pueda generar bajo distintas modalidades.

Siempre en nombre de la solidaridad, la emergencia y ahora, la pandemia. Emigrar, para los que quieren y pueden parecería ser una marca registrada de esta larga crisis argentina,  que como reflexiona con genial agudeza el historiador económico Pablo Gerchunoff en la última edición de la revista Noticiasni es original ni es nueva: arrastra al menos cuatro décadas y viene acompañada por la fragilidad institucional de no poder acordar una hoja de ruta para volver a una senda de desarrollo que ofrezca un horizonte a la población. 

Justamente, los que están en la cúspide de esa pirámide social, globalizados y con intereses no necesariamente atados al país, son los que ahora, como en el caso de la operación de Wal-Mart, pueden ser los beneficiarios de la retirada ordenada de las casas matrices que bajaron el pulgar a sus inversiones en una economía inestable e impredecible. 

A veces, como en este caso, ese repliegue de varios países de la región viene alentado por la dura batalla comercial que tiene que librar en su propio territorio. En la última década, el gigante norteamericano viene siendo acosado por el comercio online y nuevas modalidades de consumo. En 2015, Amazon ya pasó en capitalización de mercado a la firma y en la actualidad, si bien no perdió valoración absoluta (US$ 413 mil millones) representa sólo la octava parte de la capitalización bursátil de Amazon (US$ 3,3 billones). 

¿Representa esta operación el inicio de una reargentinización de las empresas que habían sido vendidas en cifras millonarias durante los 90? 

En 2008, cuando Repsol cedió parte de su paquete accionario de YPF al grupo Eskenazi, atribuyó al comprador su carácter de “experto en mercados regulados”. Más que un elogio, una pintura de época. 

La economía argentina precisa con urgencia subirse a un proceso de inversiones que primero frenen el deterioro de la infraestructura y luego den el basamento para un crecimiento módico, al menos el promedio de la región. Cerrados los caminos de acceso al crédito internacional hasta terminar de cerrar un nuevo acuerdo con los organismos internacionales en las negociaciones encabezadas por el FMI, las alternativas son pocas: o un nuevo flujo de inversión extranjera directa o un aumento del ahorro interno. 

El primer caso no parecería ser inmediato cuando la inestabilidad hizo reconfigurar a muchas filiales su permanencia al menos que haya cápsulas de atracción a la inversión, como fue pensada Vaca Muerta en su momento o hace más tiempo con la industria automotriz, que requiere algo más que seguridades del tipo de cambio. La otra alternativa es un aumento sustancial del crédito interno, fomentando el ahorro… de los que generan ahorro. 

Justamente, los que hoy dudan sobre su futuro en esta tierra. Un operativo de seducción que tampoco se agota en una declamación, sino que abarca una batería de medidas, actitudes y normativas que puedan revertir la fuga de capitales, cerebros y voluntades. Recién entonces los fondos habrán visto que hay terreno fértil para sus negocios.