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lunes, 30 de mayo de 2016

El Papa Francisco recibe a Hebe de Bonafini... @dealgunamanera...

El papa Francisco dedica a Hebe de Bonafini el triple de tiempo que a Mauricio Macri…


La reunión en Santa Marta con la presidenta de Madres de Plaza de Mayo distancia al argentino con la Casa Rosada.

© Escrito por Federico Rivas Molina, corresponsal en Buenos Aires, y publicado por el Diario El País de la Ciudad de Madrid, España.


Los argentinos leen cada gesto del papa Francisco como un mensaje hacia su país. El último ha sido su decisión de recibir en un encuentro privado en Santa Marta a la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, una figura que en el pasado ha acusado a Bergoglio de apoyar a la dictadura en Argentina y hoy critica con dureza al gobierno de Mauricio Macri. El encuentro duró una hora, lejos de los 22 minutos que Francisco dedicó a Macri en febrero pasado.

La presidenta de Madres ha dicho durante las últimas semanas, tras el anuncio de su viaje al Vaticano, que se había “equivocado” con el Papa porque “juega un papel al lado del pueblo”. Pero su beligerancia hacia Macri ha permanecido intacta, tanto que utilizó la rueda de prensa posterior a la reunión con Francisco para atacar al mandatario. “En 5 meses este Gobierno destruyó lo que hicimos en 12 años, hay mucha violencia institucional. Vine a contarle al Papa la situación en mi país para que nos dé una mano”, dijo.

La visita del Bonafini, de 87 años, ha generado polémica en Argentina luego de que la dirigente social Margarita Barrientos, cercana a Macri, contara que en 2013 viajó a Roma para ver al Papa pero fue expulsada de la Plaza San Pedro. Barrientos aclaró luego que el problema no fue con ella, sino con uno de sus acompañantes, y el Papa comunicó por canales informales que no estaba al tanto del incidente. Una nueva invitación llegó hace dos semanas desde el Vaticanopero Barrientos decidió rechazarla. El encuentro estaba programado, justamente, para hoy, cuando Francisco recibió a Bonafini.

El Papa, en cualquier caso, ha decidido vaciar de contenido político la foto con Bonafini, atento a las repercusiones en Buenos Aires. Para ello dejó trascender sus opiniones sobre el tema. “Parece que la piedra del escándalo es que yo reciba a la señora Bonafini. Sé bien quién es, pero mi obligación de pastor es la de comprender con mansedumbre”, escribió Francisco a un amigo argentino en un correo electrónico difundido por la agencia oficial de noticias Télam

“Esta señora, desde la plaza (de Mayo), me insultó varias veces con artillería pesada pero a una mujer a quien le secuestraron los hijos y no sabe cómo y cuánto tiempo los torturaron, cuándo los mataron y dónde los enterraron, no le cierro la puerta. Lo que veo allí es el dolor de una madre. Si me usa o no me usa no es mi problema”, escribió el Papa.

Bonafini regaló al Papa un pañuelo blanco, símbolo de la lucha que Madres lleva desde hace casi 40 años por la recuperación de sus hijos desaparecidos por la dictadura argentina (1976-1983). La dirigente de Derechos Humanos dijo que pensó mucho en que decirle a Bergolgio. También lo invitó a visitar Argentina porque, según dijo, "están pasando cosas muy graves".

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, opinó días atrás sobre la controversia que generó en Buenos Aires el viaje de Bonafini al Vaticano. El ministro, que habla en nombre de Macri, dijo que “mucha gente (…) siente que son demasiados gestos para un lado y pocos para el otro". Se refirió así al frío encuentro que Francisco mantuvo con el presidente argentino.




viernes, 25 de marzo de 2016

#NUNCAMAS. Multitudinarias marchas en Plaza de Mayo a 40 años del Golpe… @dealgunamanera...

Multitudinarias marchas en Plaza de Mayo a 40 años del Golpe…


Diferentes organizaciones kirchneristas, de Izquierda y de Derechos Humanos recordaron el último Golpe de Estado.

Con motivo del homenaje a las víctimas y rememorar el pedido de Memoria, Verdad y Justicia, distintas organizaciones políticas y de Derechos Humanos se concentraron desde distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires y todo el país.

La agrupación kircherista La Cámpora, convocó para las 11 hs. en las calles  Avenida de Mayo y Bernardo de Yrigoyen, para partir después a la Plaza de Mayo.

Por su parte, la organización de Derechos H.I.J.O.S. (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y Hermanos de Desaparecidos por Razones Políticas, marcharon  junto con Abuelas de Plaza de Mayo y Madres Línea Fundadora, bajo la consigna: "40 años de lucha, memoria y militancia. Sin derechos no hay democracia".

La organización Madres de Plaza de Mayo, encabezada por Hebe de Bonafini comenzó desde su sede en Hipólito Yrigoyen a las 15.30 en un auto descubierto que atravesará la Avenida de Mayo. La titular dijo: “El jueves tenemos que venir todos y quedarnos en la Plaza hasta que amanezca. Nadie le puede ofrecer a (Mauricio) Macri que la marcha va a durar poco".

"Más ocupamos la Plaza, más le demostramos el repudio y el asco a Macri y a Obama, que son dos seres detestables. La marcha es contra Obama y contra Macri, y esencialmente contra los despidos, acompañando y reivindicando a los compañeros trabajadores”, agregó.

Espacios políticos de izquierda se convocaron desde las  15.30 en el Congreso de La Nación. Desde allí partieron hacia la Plaza de Mayo bajo el lema: “No al ajuste, el saqueo y la represión. Fuera Obama de Argentina. Seguimos luchando contra la impunidad de ayer y de hoy. 30.000 compañeros detenidos desaparecidos ¡Presentes!”









domingo, 17 de mayo de 2015

Manga de inútiles… @dealgunamanera...

Manga de inútiles…

Teníamos Patria... Dibujo: Pablo Temes.

El escándalo del fútbol refleja otras mayores incapacidades de la dirigencia nacional. Fin de ciclo, de Chile a Argentina.

Qué notable capacidad para arruinar casi todo: lo que mejor hacemos, la pasión de multitudes, los colores del corazón. El verdadero superclásico argentino es convertir una fiesta en un desastre, que pudo haber sido un velorio. Un país que fue y debería ser fabuloso quedó transformado en un ejemplo mundial de fracaso colectivo, mediocridad, soberbia, cobardía y desazón.

Sería un error poner el foco en Boca, el fútbol, la Conmebol, Berni, el Cata Díaz o las bocas tapadas para que no se note el desconcierto y la incredulidad. Pudo haber pasado en cualquier cancha, cualquier otro día, en cualquier otro deporte o en un recital. Pasó en la AMIA, Cromañón, en la tragedia de Once, con la crisis energética y con la inflación. Arruinamos a Madres de Plaza de Mayo, a la Universidad de Buenos Aires y hasta a la pobre estatua de Colón.

Se trata de una sociedad que involucionó a tal punto que es incapaz de resolver las cuestiones más simples y esenciales, de preservar sus recursos más valiosos. Que prefiere engañarse a sí misma, deslindar responsabilidades, negar la realidad, invertir fortunas en proyectos absurdos, derrochar tiempo y posibilidades.

Todo, rodeado de un marketing tan patético como efectivo, tan caro como seductor: conectamos, igualamos, somos buena gente, solidarios, incluimos, construimos, informamos, recreamos, educamos y sanamos. Fuimos potencia, la casa estuvo en orden, qué lindo fue dar buenas noticias. Ganamos, siempre ganamos. No importa el resultado, quién o cómo lo mida: para eso destruimos el Indec, ¿para qué lo queremos? Siempre estamos mejor.

Sería un error desconocer que también hay otra Argentina. Que trabaja, innova, se esfuerza, lucha, se sacrifica, apuesta e invierte en el largo plazo, que se rompe el alma cada día para estar aunque sea un poco mejor. Que mira esta apabullante decadencia con vergüenza e impotencia. Que no le encuentra la vuelta y que, por suerte, ya no se raja tanto como antes –prefiere pelearla desde acá–. Pero está bastante resignada: no espera nada bueno ni demasiado nuevo de sus gobernantes. Ya la han engañado muchas veces. Si hasta intuye que son todos iguales. O parecidos. Qué más da.

Castillos en el aire. Ante la frustración colectiva, nos ilusionamos con muy poco. Y tendemos a focalizar en proyectos individuales, en salidas egoístas, en zafar. Como si eso fuera acaso posible, de ese modo pretendemos minimizar el impacto de los groseros errores del Estado, de las patéticas dificultades de coordinación que tenemos los argentinos como sociedad.

Ejemplo: frente al flagelo de la inseguridad, instalamos rejas y alarmas, nos mudamos a un edificio con sereno, a un barrio privado o ponemos una garita para que un policía retirado, a menudo casi un Fayt de las fuerzas de seguridad, ahuyente a los cretinos que nos vienen a robar. Les damos celulares a los chicos para que nos manden mensajes a cada rato, adaptamos nuestra vida cotidiana, limitamos nuestros movimientos, nuestra vida cultural y nuestra espontaneidad. ¿Arreglamos el problema? Para nada: invertimos fortunas para tener la sensación de que hacemos lo posible para minimizar una amenaza que está siempre latente, al acecho. Y en cualquier descuido, sin duda, nos va a afectar.

Sin embargo, este comportamiento alcanza niveles totalmente absurdos y costos absolutamente exorbitantes cuando los protagonistas son nuestros dirigentes políticos. En ellos prevalece un personalismo extremo, y esto involucra tanto a los que están en el Gobierno como los que pugnan por llegar desde la oposición. Se creen la solución, pero en verdad son una parte fundamental del problema.

El extremo más patético y enfermizo es la intención de quienes están ahora de “salvarse”, logrando impunidad de cara a lo que se viene. Eso implica acumular todo el poder posible, incluyendo el del veto, para seguir influyendo en la agenda pública a partir del 10 de diciembre próximo. CFK se va de la presidencia con poder, pero el poder se le va de las manos. Un hecho inédito en el país: desde el regreso a la democracia, nadie finalizo su mandato reteniendo tanta autoridad. No se resigna a abandonar ese viejo sueño de poder eterno, aunque en la práctica sólo puede construir meros castillos en el aire.

El sociólogo chileno Manuel Garretón acuñó el concepto de “enclave autoritario”: mecanismos institucionales generados por un líder saliente para seguir influyendo después de abandonar la presidencia y, en particular, lograr impunidad. Esto permitió entender los dispositivos contenidos en la Constitución pinochetista de 1980, que siguió vigente durante los primeros quince años de la transición y que alteraba con disposiciones de naturaleza autoritaria el normal funcionamiento del sistema democrático.

Por ejemplo, un sistema electoral binominal para que las fuerzas de derecha estuviesen sobrerrepresentadas (que fue desarticulado recientemente); la imposibilidad de que el presidente llamase a retiro a los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas; la designación de senadores vitalicios para vetar cambios institucionales; y la asignación directa de un porcentaje de los recursos del cobre para financiar a las Fuerzas Armadas, entre muchas otras.

Malas noticias para Cristina: ni siquiera Augusto Pinochet logró los resultados esperados: terminó asediado con causas judiciales, totalmente desacreditado en Chile y en el exterior. Su debacle precipitó la despinochetización de la sociedad chilena. Las fuerzas de derecha se fortalecieron con su inesperada democratización, y hasta llegaron al gobierno con Sebastián Piñera.

Lo que está haciendo ahora CFK, a la luz del ejemplo chileno, no tiene mayor sentido. Se trata simplemente de los caprichos típicos de quien atesoró demasiado poder y, ante la inminente pérdida, se desespera. Mientras tanto, dedica tiempo y esfuerzo a diseñar una estrategia de retirada que a la corta o a la larga no servirá para nada. El que venga construirá autoridad desde la presidencia, ella lo sabe mejor que nadie. Fue protagonista de un poder que ella misma construyó de la noche a la mañana cuando falleció Néstor, y antes fue testigo de cuando su difunto marido logró acumular influencia “desde arriba”, entre 2003 y 2005.

Tal vez tenga un as en la manga y logre su cometido. Difícil. Esas mangas se tajean fácilmente, por ahí penetran esos raros gases tóxicos que te nublan la vista, te cierran la garganta. Es imposible evitar las consecuencias de tanta desidia. Es inútil pretender que las cosas salgan bien cuando hacemos todo lo posible para que salgan mal.

© Escrito por Sergio Berensztein el domingo 17/05/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 25 de octubre de 2014

De Tinelli a Hebe y Báez… De Alguna Manera...


De Tinelli a Hebe y Báez…

“Sueño con partido” Hebe De Bonafini. Dibujo: Pablo Temes 

A medida que se aproxima su final constitucional, el camino en zigzag del Gobierno luce más evidente que nunca. Raros voceros.

- “Este gobierno instaló la violencia verbal: si no pensás igual, sos un enemigo a atacar, destruir y si es posible matar.” (Marcelo Tinelli)

- “Los opositores, para mí, son enemigos.” (Hebe de Bonafini)

- “Lázaro no es socio de Cristina, es su empleado, lo maneja por teléfono.” (Eduardo Arnold, ex vicegobernador de Néstor Kirchner)

Detrás de las noticias sobre Marcelo Tinelli, Hebe de Bonafini y Lázaro Báez se pueden descubrir las claves de la decadencia de un gobierno que potencia y multiplica sus peores actitudes a medida que se acerca su final constitucional. Cristina mantiene su iniciativa política mediante volantazos espasmódicos que confunden a su propia tropa, pero sigue firme en su irracionalidad de gestión económica y su vocación de aislamiento autoritario. Es autodestructiva, avanza un paso, pero retrocede dos.

Nada explica cuál es su conveniencia en desatar una guerra contra Marcelo Tinelli. ¿Quién salió herido de estas refriegas? Cristina, sin dudas. Confrontar contra el personaje más popular de la Argentina sólo es necesario si se trata de un opositor acérrimo y golpista. Tinelli nunca lo fue. Todo lo contrario. Además de su militancia histórica en el “tinellismo”, el conductor televisivo tuvo una excelente relación con Néstor Kirchner, al que lloró abrazado a su viuda el día de su muerte. El matrimonio presidencial cerró la campaña de Cristina 2007 en Bolívar jugando a que jugaban al vóley con Tinelli. Hasta hace apenas nueve meses el Gobierno estuvo a punto de cerrar un trato con él para hacer un Fútbol para Todos más profesional y menos panfletario. Máximo Kirchner le bajó el pulgar, y esa fue la señal para la que la jauría injuriadora de Diego Gvirtz se dedicara, junto con el grupo de tareas de los blogueros K, a masacrar al cuervo Tinelli. Menemista, ladrón y cosificador de la mujer fue lo menos que le dijeron a quien hasta media hora antes era el simpático jefe de la televisión popular del entretenimiento. Bonafini lo crucificó. Luis D’Elía lo acusó de ser responsable de la violencia juvenil. La reacción del astro de los 20 puntos de rating (más de 25 estadios como los que llenó La Cámpora) fue contundente. Sacó como conclusión que Cristina está de acuerdo con lo que dicen sus voceros más desprestigiados, que fue elegido como enemigo y aunque descalificó al  piquetero y habitual vocero iraní como “negador del Holocausto” y violento, aprovechó su programa para fustigar a un gobierno con la demoledora frase con la que comienza esta columna.

Con la estatización de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo, los Kirchner cierran uno de los círculos más viciosos de su vida política. Jamás movieron un dedo por los organismos de derechos humanos mientras fueron patrones de Santa Cruz. A Hebe Bonafini no la ayudaron nunca ni con un pasaje de avión para que hicieran algún acto en Río Gallegos. Tanto Néstor como Cristina se lavaron las manos y se enriquecieron mientras otros abogados se jugaban la vida presentando habeas corpus durante la dictadura. Pero ni siquiera en democracia, con Néstor como intendente y gobernador, fueron capaces de tener un gesto de ayuda a las Madres cuando las Madres no tenían camiseta partidaria y eran un ícono de la lucha pacífica por la verdad y la justicia, y en contra de la impunidad del terrorismo de Estado.

Después, los Kirchner hicieron todo lo contrario. Se dieron cuenta de que podían utilizar a las Madres y Abuelas como escudos para ocultar su falta de compromiso en esos temas y para tapar la matriz corrupta del Estado que instalaron. Descargaron una lluvia de dinero sobre las Madres y eso ensució sus pañuelos blancos, envileció su lucha titánica y heroica, y la redujo a una fundación que más que Sueños Compartidos se transformó en una pesadilla para los verdaderos luchadores honrados. Con Hebe como autora intelectual y Sergio Schoklender como autor material, se malversaron fondos, se evadieron impuestos de todo tipo y se hicieron estafas que la Justicia castigará más temprano que tarde.

Las Madres de Plaza de Mayo que nunca habían tocado un peso, que no aceptaron ni la indemnización del Estado por la desaparición de sus hijos, de pronto se convirtieron en un lugar oscuro, que interactuaba con cuevas financieras que cambiaban cheques y con un manejo que las hundió en la lógica de los políticos malandras. Como los Kirchner nunca lograron llegar a la estatura moral de lo que fueron las Madres de Plaza de Mayo, de a poco lograron bajarlas a su altura ramplona de usureros del toma y daca, y los negocios oscuros.

Sólo faltaba igualarlas al caso Ciccone. Estatizar la universidad para limpiar las huellas de la vergüenza. Hebe Bonafini cambió los amigos que la ayudaron desinteresadamente por compromisos políticos que la hundieron interesadamente. Abandonó y hasta fustigó a Vicente Zito Lema, Osvaldo Bayer y Magdalena Ruiz Guiñazú, entre otros, y se abrazó a Sergio Schoklender, Amado Boudou y Luis D’Elía. Está todo dicho: cambió la honradez por la mano en la lata.

Liberada de esas buenas relaciones, apeló a su tosudez autoritaria y se convirtió en una máquina de sectarismo. Celebró el genocidio de 5 mil personas en las Torres Gemelas, acusó de turros a los miembros de la Corte Suprema y convocó a tomar por asalto los Tribunales, elogió a la ETA y tuvo conceptos antisemitas. Consultada por una radio amiga, Hebe confirmó lo obvio: para ella, no hay oposición. Son todos enemigos.

La empresa de demolición y profanación de emblemas ecuménicos de los Kirchner cometió el peor de los pecados. Enterró en el barro a los relucientes pañuelos blancos. El sentimiento de culpa por no haber contribuido en nada a construir el edificio ético de las Madres los llevó a dinamitarlo a la vista de todos y con el voto de 132 diputados.

Finalmente, la operación de los fondos buitre para quebrar a Cristina se hace cada vez más compleja e inquietante. La extorsión es un delito repudiable, pero nadie que no tenga nada que ocultar puede ser extorsionado. Ahora las versiones incluyen no sólo las cuentas de la familia Kirchner en complicidad con Lázaro Báez. Hay un fantasma que se agita sobre los tristemente célebres fondos de Santa Cruz. Una fortuna que Néstor fugó al exterior de la que nunca hubo un dato cierto o un papel membretado. Ese dinero que les permitió hacer política y llegar a tres presidencias Kirchner podría convertirse en la llave que cierre para siempre este ciclo histórico.

© Escrito por Alfredo Leuco el Sábado 25/10/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.