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domingo, 2 de junio de 2019

Carta abierta a la tercera vía… @dealgunamanera...

Carta abierta a la tercera vía…

El temor a la Kriptonita. Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes.

Lavagna y Massa se acusan mutuamente de ser los sicarios de la tercera vía. Lavagna argumenta que siempre desconfió de que Massa se terminaría yendo con el kirchnerismo, y Massa, que Lavagna, con su protocandidatura, impediría que creciera la suya y la de los demás candidatos de Alternativa Federal para luego no estar en Alternativa Federal.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 02/06/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Paradójicamente, los dos mayores candidatos de Alternativa Federal, Lavagna y Massa, no competirían en Alternativa Federal, uno  en Consenso 19 y otro en Nueva Mayoría (?), extraña elección de nombres donde no hay consenso ni mayoría. El peor escenario para Macri: Lavagna le sacaría votos por su lado y Massa por el suyo se los sumaría al kirchnerismo. Peor aún para el país, otra vez esclavo del duopolio electoral.

Es cierto que los votantes de Lavagna son más cercanos a los de Cambiemos, con su componente radical, y los de Massa, al peronismo más popular. Pero Lavagna no es Macri ni Massa es Cristina Kirchner, y la apuesta de la tercera vía era producir un amalgamamiento de la parte progresista de Cambiemos y la republicana del peronismo que compartieran dos insatisfacciones fundantes: la corrupción kirchnerista y la ineficacia económica del macrismo.

Massa dice que dijo el martes en Córdoba que el jueves lanzaría un ultimátum en su convención nacional

Un tercer acusado de ser sicario de la tercera vía es el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, con quien tanto Massa como Lavagna son igualmente críticos porque ambos habían delegado en él la tarea de contención y aglutinamiento de los gobernadores peronistas no kirchneristas y, tras ser reelecto gobernador, se corrió de la escena a lo Poncio Pilatos, haciendo coincidir sus vacaciones con los cruciales pocos días que faltan hasta la inscripción de alianzas electorales, y luego, de los candidatos para las PASO.

 Lavagna interpreta la actitud de Schiaretti por su cercanía con Macri, con quien se fotografió la misma semana de su triunfo electoral en Córdoba, y porque sumó su apoyo a los diez puntos del acuerdo que promueve el Gobierno sin proponer agregados sobre el empleo, el consumo o el crecimiento, que diferencian a la tercera vía del oficialismo y justificarían su identidad superadora. También lo atribuye a que Alternativa Federal fue un espejismo, algo que nunca existió, porque inmediatamente después de que Cristina Kirchner anunció su fórmula con Alberto Fernández, diez gobernadores peronistas salieron a apoyarla.

Massa dice que todavía conserva una esperanza y que su pronunciamiento el jueves pasado en la convención del Frente Renovador no fue una confirmación de que estaba dispuesto a incorporarse al kirchnerismo sino “un ultimátum”, buscando hacer reaccionar a Schiaretti y otros gobernadores peronistas que hasta hace pocas semanas se mostraban convencidos de la conveniencia de apoyar a Alternativa Federal.

El escenario más probable es que Lavagna deje de ser protocandidato para competir en las PASO como candidato único de Consenso 19, integrado por el socialismo, pocos radicales, algunos referentes provinciales y la mínima parte del Frente Renovador que no aceptaría ir con Massa al kirchnerismo, cuyo ejemplo más emblemático es Graciela Camaño, mujer de Luis Barrionuevo, el líder sindical que con más fervor continúa apoyando a Lavagna.

Dicen que nada hará cambiar de idea a Lavagna, a pesar de los múltiples ofrecimientos que recibe tanto desde el Gobierno como desde sectores empresarios (en dinero) para que baje su candidatura, ya que sin una alianza con Massa directamente le restará votos a Macri. Se rumorean ofertas de 8 millones de dólares de un grupo de empresarios para que Lavagna no sea candidato.

Y por el lado de Massa, es probable que finalmente encuentre la forma de negociar con el kirchnerismo, lo que no le viene resultando fácil porque así como a Schiaretti se le fueron los gobernadores tras el anuncio de Cristina Kirchner de su fórmula con Alberto Fernández, a Massa se le fueron intendentes y legisladores asustados de quedar a la intemperie.

Massa está emocionalmente muy afectado. Critica el “macrismo” de Schiaretti y de Urtubey, de quien dice que no tendría que haber permitido esa foto familiar con Macri en el living de su casa y solo debería acompañarlo institucionalmente como gobernador a los actos que el Presidente realizara en Salta.

Los crujidos de la tercera vía son resultado de los lógicos tironeos que realizan sobre ella Macri y Cristina Kirchner. Pero ni Schiaretti, ni Massa ni Lavagna podrían haber esperado algo diferente. Asumiendo que tanto el peronismo como el radicalismo, al ser grandes partidos, tuvieron alas de derecha e izquierda, la tercera vía sería, por su terceridad, constitutiva de un twist que, en su torcedura le permita, en una espiral ascendente, reconfigurar los dos componentes anteriores, siguiendo el modelo dialéctico donde la terceridad es una síntesis de tesis y antítesis, pero no para llegar al fin de la historia sino para avanzar un peldaño donde nuevamente la bifurcación de las contradicciones produzca una nueva controversia enriquecedora y no la estancada que hay que dejar atrás.

Los dos principales referentes de una tercera vía hoy se encuentran prisioneros de su propia razón. Lavagna dice: “Al final yo tenía razón, Massa se iba con el kirchnerismo y Alternativa Federal no existió nunca”. Y Massa dice: “Al final yo tenía razón, Lavagna no participaría de la interna de Alternativa Federal y la destruye”. Ambos razonamientos son tautológicos, como el ejemplo repetido del paranoico que cree que quien se le acerca le va a pegar y le pega antes para defenderse, obligando a la persona a responder la agresión y permitiéndole decir: “Tenía razón, me quería pegar”. Así, en lugar de parteros de la tercera vía, terminan regalándoles a los polos su centralidad tupacamaruzada: a un Cambiemos que trata de abrirse y a un kirchnerismo que muestra su cara más republicana, lo que dejará de ser verdad cuando se hayan asegurado que la tercera vía está lo suficientemente sepultada y uno de los dos le gane al otro. En ese contexto, la Argentina corre el riesgo de vivir los próximos cuatro años bajo la misma agenda de los cuatro años anteriores, detenida en el terreno de las ideas.

En un reciente reportaje en el programa Corea del Centro, el ex secretario de Comercio kirchnerista Guillermo Moreno explicó su rechazo a la candidatura de Alberto Fernández por no ser un verdadero peronista sino ortodoxo en economía y socialdemócrata en política. Si fuera correcta esa descripción de Moreno, la tercera vía ya habría florecido en el propio jardín kirchnerista, pero cuesta mucho creer que su más distinguido jardinero sea quien fue jefe de Gabinete y principal colaborador de Néstor Kirchner mientras se organizó el mayor sistema de corrupción del Estado en democracia.

Grupos empresarios le habrían ofrecido a Lavagna 8 millones de dólares para que baje su candidatura.

También cuesta creer que la cúpula del gobierno nacional haya aprendido la lección y corregido su cerrazón solipsista porque el miedo que hoy la humaniza precisará de otro combustible para mantener la soberbia a raya tras una eventual reelección. Lo mismo pasa en Brasil con Bolsonaro, parece muy difícil superar gobiernos populistas solo a través de la polarización contando con que la fuerza del opuesto sea el opuesto.

Hace falta un twist superador que nos saque del primitivo binarismo conceptual.




domingo, 26 de mayo de 2019

Ríos revueltos… @dealgunamanera...

Ríos revueltos…

VUELTA Y VUELTA... Roberto Lavagna. Dibujo: Pablo Temes.

Hay más desconcierto que definiciones en el camino a las elecciones de octubre.

© Escrito por Nelson Castro el Domingo 26/05/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


O tempora! O mores!” Seguramente cuando la historia revise y analice este tiempo de la política vernácula podrá recurrir a esta locución del latín que refleja la esencia de este momento tan particular en donde lo que abunda es la confusión. Es la mejor definición para describir lo que ha desencadenado la decisión de Cristina Fernández de Kirchner de anunciar la fórmula que competirá en la elección presidencial. Con esta jugada de CFK demostró timing, porque sorprendió a todos –propios y ajenos– y astucia, porque  produjo un zafarrancho fenomenal que afectó al peronismo federal y a Cambiemos.

Marcha atrás. Producto de su patológica personalidad, a la ex presidenta le llevó años –y varias derrotas– darse cuenta de que por el camino de la división no podía esperar otra cosa más que nuevas derrotas. Ante la evidencia, no tuvo más remedio que volver al  peronismo, al que se había encargado de despreciar en la elección de 2017. Es que ese es el redil en el cual entendió debe buscar los apoyos para conseguir los votos que le están faltando para llegar al poder, su objetivo. 

En eso CFK en nada ha cambiado. Y aquí se impone hacer una precisión: ella se corrió de la candidatura presidencial pero no se bajó de la campaña ni de la contienda electoral. Sus votos le son propios y a nadie se van a ir. Son intransferibles. Necesita ahora los de los otros. Obtenerlos es la tarea a la que se ha comenzado a abocar Alberto Fernández, no porque le pueda aportar votos propios –que claramente no los tiene– sino por su capacidad de tender puentes con otros sectores del PJ a los que la ex presidenta supo ahuyentar.

Y, a fuerza de apreciar la realidad, es evidente que en la primera semana de vida de la fórmula Fernández–Fernández, el precandidato a la presidencia de la Nación ha cumplido con esas expectativas. Lo más evidente es el corrimiento que se observó de algunos gobernadores peronistas que estaban en Alternativa Federal.

El uso de la inflexión verbal –estaban– define perfectamente la situación. Hoy no es claro que sigan en ese espacio.  

El principal efecto de la movida fue generar un revulsivo y un estado de desorientación dentro del peronismo federal. Esa es la fuerza a donde la fórmula Fernández–Fernández va a ir a buscar los votos que le faltan. Curiosa situación porque también allí irá el Gobierno con el mismo objetivo Y hay que reconocer que lo que abunda en el peronismo no kirchnerista es la confusión.

Veamos: Dicen las fuentes cercanas a Roberto Lavagna que sin dudas Sergio Massa está encaminado a acordar con el kirchnerismo. Se habla ahí de que todo es cuestión de tiempo; que Massa necesita llevar la negociación a la larga, que si arregla ahora es un “precio” pero que si la puede estirar un poco más, su “precio” será mayor.  La idea de de Alberto F es que Massa se postule a la gobernación de la provincia de Buenos Aires por el kirchnerismo. Esas conversaciones  habrían “podrido” el  clima interno de Alternativa Federal. Se habla entonces de que en el encuentro que mantuvieron Macri y Schiaretti en la Casa Rosada, el Presidente le habría solicitado al gobernador de Córdoba que contenga a Massa dentro de Alternativa Federal con la idea de su postulación presidencial ante el temor que despierta la posibilidad de su candidatura a la gobernación, una verdadera acechanza para las aspiraciones de reelección de María Eugenia Vidal.

Por todo esto es que Lavagna, cuya relación con Massa se deterioró, no quiere perder ni un segundo más en los temas de una eventual interna  que nunca ocurrirá. Señala una fuente de Consenso 19: “Todo este clima está generando confusión pero, cuando todo esto se aclare, Roberto Lavagna va a levantar en las encuestas. Massa dice estar por la avenida del medio pero, en verdad, lo que hace es saltar de una vereda a otra. Y la gente está cansada de panquequismo”.

Dicen las fuentes de Massa: “A Sergio lo están tentando de todos lados y eso incluye al Gobierno cuando habla de la necesidad de ampliar la base de sustentación electoral hacia el peronismo. Se deben buscar los acompañamientos adecuados para no ir solo, sino con algo bien armado que representa una tercera fuerza sólida. La jugada de esta semana de Lavagna, con sus idas y vueltas, fue muy mala y eso no solo le hizo perder volumen  político sino que también afectó a Alternativa Federal”.

Y siguen: “La decisión de Juan Schiaretti de ir a abrazarse con Macri no fue buena. Lo mismo se aplica para Juan Manuel Urtubey. En estos momentos, la foto con el Presidente solo trae consecuencias negativas. No suma un solo voto. Además, varios de los gobernadores peronistas que se habían expresado a favor de reconocer el liderazgo del gobernador de Córdoba para encauzar Alternativa Federal han cambiado de parecer como consecuencia de la fórmula Fernández–Fernández y las iniciativas inconsultas de Schiaretti. Todo esto se define el jueves 30 en el Congreso del Frente Renovador”.

Conviene aquí introducir un dato: en el kirchnerismo la candidatura de Axel Kicillof a la gobernación de Buenos Aires sigue activa. 
Tiene de sustento los buenos números de las encuestas.

Oficialismo. El Gobierno tampoco escapa a la confusión. La convención de la UCR de mañana será compleja. “No habrá rompimiento”, señala la mayoría de las voces del partido. Pero la fatiga de la pertenencia a una estructura que los trató con ajenidad se percibe por doquier. Ahí está, por ejemplo, Mario Negri, a quien fastidió la recepción que Macri le dio a Schiaretti. Negri es muy crítico del gobernador, a quien considera lejos de ser un ejemplo de republicanismo. “Algún día se investigará el caso Odebrecht y sus ramificaciones en Córdoba”, afirma con vehemencia un conocedor de esa trama de corrupción hasta ahora cajoneada por la Justicia provincial.

Por otra parte, el llamado a ampliar la base de Cambiemos ha quedado reducido a la retórica. No quedan referentes que le puedan sumar votos que hoy necesita para ganar. Tampoco el plan V parece ya tener sentido. Tiempo atrás, pudo haber sido una iniciativa tan impactante como lo fue la de CFK. Hoy en día, la candidatura presidencial de María Eugenia Vidal sería un acto con más aire de desesperación que de otra cosa.

Precisamente ese es el estado –que Macri niega– por el que atraviesan muchos protagonistas de Cambiemos que ven cómo hoy están perdiendo.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.




domingo, 19 de mayo de 2019

Efecto desconcierto… @dealgunamanera...

Efecto desconcierto…

MASsA LEUDANDO. Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes

En medio de los malos datos de la economía de Macri, CFK sorprendió con su jugada política.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 19/05/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El último Hot Sale dejó un dato del cual no había antecedentes: entre los productos más vendidos sobresalieron el azúcar, la yerba y los pañales. Que se haya incluido el rubro alimentario y que haya habido tal nivel de demanda es una muestra clara –una más– de la profundidad de la crisis socio-económica que atraviesa Argentina. Para mucha gente, hoy en día el problema es comer. Las parroquias y los comedores comunitarios de todo el país enfrentan una demanda incesante y creciente.

Quienes han escuchado a Jaime Duran Barba coinciden en señalar que anida en el ánimo del consultor estrella del PRO una preocupación que no se le había conocido antes. En sus análisis se hace evidente el impacto electoral negativo que para el Gobierno tiene la cuestión económica. Sorprende que a alguien le sorprenda.

No hay manera de pensar lógicamente que Mauricio Macri sea reelecto si esta realidad no cambia. Y el problema es que no hay ningún análisis económico serio que augure una mejoría sustancial de lo que hoy exhibe el presente. La calle habla a diario. En ese fluir de opiniones es muy inusual encontrar hoy quien hable bien del Gobierno. Y estamos hablando de aquellos que lo votaron.

Emerge de ellos una mezcla de decepción y angustia. Decepción porque le creyeron al Presidente cuando prometió que iba a acabar con la inflación, que iría por la pobreza cero y que se eliminaría el impuesto al mínimo no imponible sobre los salarios.

Cifras. Los números de Macri son malos. Y las interpretaciones que hace el vocero insignia del Gobierno, Marcos Peña, también son malas. Por lo menos cuando busca asimilar la situación electoral del oficialismo con lo sucedido en 2015. “Tenemos los mismos números que en 2015”, se le escucha decir a él –y a otros– para justificar los malos resultados de las elecciones provinciales. Es un grosero error de apreciación. En 2015, Cambiemos era oposición; ahora es oficialismo. En 2015, sus votantes tenían una ilusión. Ahora, en cambio, los atraviesa la desilusión. Es una desilusión acompañada de enojo y angustia.

Esto es algo que en la Casa Rosada conocen y reconocen. Peña, en sus habituales reuniones con militantes, habla del tema ellos, que están desarrollando una tarea titánica en pos de recuperar el voto perdido. El problema es que con reconocer el problema no alcanza. “Cómo hacer campaña si cuando tocás una puerta para conversar mucha gente te la cierra en la cara”, es lo que se le oye decir a más de un militante de Cambiemos.

Como se viene diciendo en esta columna, Cambiemos cruje. Y después de la aplastante derrota sufrida en la elección a gobernador en la provincia de Córdoba, cruje mucho más. El incidente más resonante que ilustra la afirmación arriba expresada fue la grosera agresión verbal que la diputada Elisa Carrió le dedicó a Nicolás Massot.

Carrió está descarriada. La crítica construye; el insulto no. En la Docta, Cambiemos le regaló la elección a Juan Schiaretti. Pero no la elección a gobernador, que estaba perdida de cualquier manera, sino la de la capital. Reconocer el lunes por la mañana que la división había sido un error fue una demostración de falta de sentido común. ¿Debieron esperar al día después de la elección para darse cuenta de eso?

El bombazo de Alfredo Cornejo, presidente de la UCR, que dijo que Macri podría no ser candidato, es otro indicio del crujir que atraviesa a Cambiemos. El Presidente se enojó con esta declaración. Así se lo hicieron saber en la reunión que compartieron con él las espadas del oficialismo. Creer que las cosas se pueden arreglar con enojos es un error.

Cristina Fernández de Kirchner también sintió el cimbronazo producido dentro del justicialismo por el resonante triunfo de Schiaretti. Por eso se apresuró a gestionar esa foto que se arregló en cuestión de horas, foto que tuvo un solo objetivo: recuperar protagonismo dentro del PJ.

El papelón de la Corte Suprema de Justicia al intervenir en la causa por la que Cristina Fernández de Kirchner comenzará a ser juzgada el próximo martes no tiene precedentes. La maniobra tenía un objetivo indiscutible: suspender sine die el comienzo del juicio. La movida de la Corte hizo acordar a los tristemente famosos per saltum a los cuales supo recurrir la Corte Suprema menemista de los años 90 cada vez que el entonces presidente Carlos Menem necesitaba detener alguna causa que le molestaba. Aquel gobierno fue un emblema de corrupción, al que el kirchnerismo emuló.


Las horas que se vivieron a lo largo del jueves serán recordadas por muchos de los que conocen la trastienda de enfrentamientos feroces que sucedieron no solo en el cuarto piso del Palacio de Tribunales –es el que ocupa la Corte–, sino en los tribunales de Comodoro Py. Si bien desde hace varios días por los pasillos de ese edificio circulaba un rumor que hablaba de los contactos de la Corte con gente del Instituto Patria, nadie creyó que las cosas llegarían a tanto. Y esto generó internas y reavivó disputas dentro de la estructura judicial.

Cuando el presidente del Tribunal Oral Federal, Jorge Gorini, dijo que no había ningún impedimento para comenzar con el juicio, le asestó a la intentona un golpe letal. El episodio produjo un severo deterioro al órgano máximo de la Justicia. ¿Habrá sido este un ensayo para futuras intervenciones de la CSJ en caso de que la actual senadora y futura candidata sea finalmente electa?

Bonus track. Y cuando parecía que las novedades de la semana política habían concluido, apareció el bombazo de la ex presidenta comunicando algo nunca visto: que quien se candidatee a la vicepresidencia haga el anuncio de la fórmula presidencial de un espacio político.

El impacto y el desconcierto producidos son tales que las interpretaciones son tantas como la imaginación puede albergar. Por eso es muy prematuro analizar los motivos de la decisión y sus consecuencias políticas. Una de las preguntas que se imponen es: ¿se bajó CFK de la elección? La respuesta es no. Declinó su postulación a la presidencia pero no se apartó de participar en la carrera electoral. En el medio, las opiniones dan para todos los gustos: para unos, fue una jugada brillante; para otros, un paso al costado inentendible; Duhalde dijo que al principio creía que era un chiste; algunos analistas sostienen que esto deja sin sustento al PJ federal; otros, que esto lo fortalece.

Sergio Massa dijo que ahora es más candidato que nunca, y en la UCR muchos piensan que esto debe obligar a Cambiemos a rever las candidaturas. En medio, una cosa es indudable: Cristina Fernández de Kirchner ha recobrado un lugar de centralidad en la política argentina. Macri lo hizo.

Producción periodística: Lucía Di Carlo




domingo, 20 de enero de 2019

Recalculando Electoral (II) - El tobogán de Massa y el social-radicalismo… @dealgunamanera...

El tobogán de Massa y el social-radicalismo...

Lavagna UCR, fórmula 2007 con Morales de vice. Lavagna-Massa, apoyo del Frente Renovador. Fotografías: Cedoc

“Massa es un candidato tobogán: comienza alto y se va desinflando”, repite Jaime Duran Barba, descontando que el futuro será igual al pasado. El oficialismo presume que en 2019, como sucedió en 2015, la existencia de las PASO transforma esas elecciones pensadas para ser una interna dentro de los partidos en una primera vuelta entre partidos. Y que si en agosto Cambiemos más Unidad Ciudadana, Macri y Cristina Kirchner, suman el 70% (37-33, sea quien fuere que supere al otro) y Alternativa Federal quedase tercero con el 15%, esos votos migrarían automáticamente para alguno de los dos primeros en la verdadera y vinculante primera vuelta electoral de octubre. Lo que de alguna manera sucedió después de las PASO de 2015, cuando quien más creció fue Macri bajo la consigna de “voto útil” para no perderlo con un candidato que seguro no podría ganar y votando por el menos malo o en contra del peor mal.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 20/01/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 
Sigue de ayer con: "Recalculando electoral (I). Todos en contra y a favor de Lavagna".

Pero el incansable Massa coincide con que las PASO funcionan como una primera vuelta, entre y no “inter” partidos, pero que en el contexto político actual en lugar de producir la fuga potencial del voto de quien salga tercero al primero o segundo, producirá la fuga de votos del primero o segundo al tercero porque la ciudadanía no querrá quedar prisionera de la opción Macri o Cristina. Imagina que si en las PASO de “los doce apóstoles de la oposición” (él, Pichetto y los diez gobernadores de Alternativa Federal) Massa obtuviera 15% (hoy se acerca a 10) y, por ejemplo, Urtubey 7, pero en cualquiera de los casos entre los dos sumaran el 20% (muy parecido a 2015 con 14% de Massa más 6% de De la Sota), votantes de Cambiemos y de Unidad Ciudadana que eligieron a uno u otro para que no ganase Cristina o Macri, al ver que habría una alternativa para lo mismo fugarían hacia Alternativa Federal. Dicen que Massa repite: “En 2015 comencé el año siendo banca y terminé siendo punto, en 2019 prefiero comenzar siendo punto y terminar de banca”.

Si la neurosis es no querer lo que se desea, o sea no estar dispuesto a hacer los esfuerzos necesarios para consumar ese deseo, Massa está vacunado de neurosis porque siempre está tratando de ser presidente e imaginando que lo puede ser más allá de los escenarios adversos que viene enfrentando últimamente. Desea con tanta energía que en su búsqueda de ventaja Macri pudo bautizarlo peyorativamente como "Ventajita". Macri comparte con Massa su misma vocación presidencial, aunque es más experto en el arte de disimular que está dispuesto a arriesgarlo todo.

Cerca de Urtubey temen que el crecimiento de Lavagna termine en un Massa Lavagna, pero Lavagna nunca aceptaría

Massa sabe que de él se dice que no mantiene la palabra, que un acuerdo con él tiene una validez de cinco minutos, que no es creíble ni confiable, y que uno de los síntomas de su ansiedad abortiva es que siempre llega tarde a todas las reuniones, vicio que estaría tratando de corregir. La primera sospecha sobre Massa es que esté dispuesto a negociar con Cristina Kirchner. Nuevamente Macri bautizó peyorativamente a Massa diciendo: “Urtubey soy yo, Massa es Cristina”. Sospecha muy fundada porque el propio intendente de Tigre, Julio Zamora, propuso que su jefe vaya como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires con Cristina Kirchner como candidata a presidente. 

Algo que Massa desmiente, de la misma forma que se acepte en Alternativa Federal que Cristina Kirchner compita en sus PASO porque la mayoría de los gobernadores votarían en contra: Gustavo Bordet de Entre Ríos, Juan Manzur de Tucumán, Sergio Casas de La Rioja, Mariano Arcioni de Chubut, Juan Schiaretti de Córdoba, Juan Manuel Urtubey de Salta, y, aunque no gobernador, Miguel Pichetto por su provincia, Río Negro. Más afines al kirchnerismo quedarían Domingo Peppo, gobernador de Chaco; Rosana Bertone, de Tierra del Fuego; y Hugo Passalacqua, de Misiones.

Pero quien sea su candidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires como si se desdoblaran las elecciones provinciales es tan crucial como si se presenta o no Cristina Kirchner. Hay especulaciones cruzadas: que si Vidal adelantara la elección provincial ella gana seguro pero Macri podría perder y, a la inversa, si no desdoblara Macri aumenta sus posibilidades de ganar tanto como las de perder Vidal. Estas conjeturas se basan en que elecciones anticipadas independizarían a los intendentes peronistas de Cristina Kirchner porque hasta podrían ir con el candidato kirchnerista a gobernador, presumiblemente Kicillof, y después de haber sido reelectos intendentes, no acompañar a Cristina en su candidatura presidencial porque el cierre de listas nacionales sería tres semanas después de la elección provincial. 

Una alternativa que equilibraría los intereses contrapuestos de Vidal y Macri sería: elecciones provinciales y nacionales el mismo día pero con boleta única de papel como en Santa Fe, donde al marcar con una cruz sobre opciones se puede elegir presidente de un partido, gobernador de otro, intendente vecinal y legisladores de otro partido.

Sueño de Massa post PASO: que Cristina no pueda ganarle a Macri en ballotage y sus votos migren a él en octubre

Desde el massismo proponen como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por Alternativa Federal a una figura de fuera de la política o una fórmula casi compartida entre dos intendentes jóvenes. De fuera de la política rápidamente aparece la imagen de Tinelli, tantas veces descartada, pero si Lavagna fuera candidato presidencial Facundo Manes aceptaría acompañarlo  donde fuera más útil.

Lavagna es otro dilema de Massa, con quien se reúne cada 15 días, la última este jueves, pero a diferencia de las reuniones de Lavagna con Pichetto o con el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, son sin foto para mostrar el diferente grado de relación –permanente– que los une. Massa sostiene que si Lavagna viera “que hay agua en la pileta” y decidiera avanzar con su candidatura a presidente, él estaría dispuesto a bajar la suya y confía en que será al primero que le avisará. Pero no lo ve decidido ni tampoco pinchando el globo de expectativas que generó, sino dejando que se vaya desinflando poco a poco pero apoyando siempre al espacio alternativo de Macri y Cristina Kirchner.

No es esa la visión que tienen el socialismo de Santa Fe ni los radicales desencantados con Cambiemos que ven en Lavagna el candidato transversal ideal antigrieta rememorando aquel balcón de Alfonsín con Cafiero, habiendo sido Lavagna funcionario tanto del radicalismo como del peronismo. El 31 de marzo se cumplirán diez años de la muerte de Alfonsín, habrá actos de todo tipo en su memoria y será un momento en el que los radicales de Cambiemos y los abiertamente desencantados de Macri hagan un balance de su alianza con el PRO. ¿Esa tradición, no los une más al socialismo, o al GEN de Margarita Stolbizer o al ARI de cuando Elisa Carrió  descarrilaba menos, que a la derecha del PRO? Hasta Cornejo en Mendoza analiza anticipar las elecciones provinciales para no dejar al radicalismo atado a la suerte de Macri.

Otro mendocino, artífice fundamental de Cambiemos y hoy retirado en parte también por no sentirse cómodo con el PRO, Ernesto Sanz, piensa que hizo lo correcto al apoyar a Macri para que no continuará el kirchnerismo. Pero si apareciera otra alternativa que pudiera vencer al kirchnerismo, si este ya estuviera vencido o el día en que el PRO y Macri perdieran: ¿qué sentido tendría para los radicales continuar en Cambiemos? Paralelamente, ven con preocupación cómo el PRO coloca candidatos a competir en las provincias gobernadas por el radicalismo y sacan cuentas de cuánto y cómo alejarse. Hay un radicalismo socialista tan numeroso como el afín al conservadurismo. La tensión solo la aplacan los premios del triunfo, premios que desaparecerán en la derrota o cuando se la comience a dar por descontada.


(Fuente www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a perfilcom@perfil.com

sábado, 10 de marzo de 2018

Movilidad jubilatoria: el “despojo histórico” a los jubilados... @dealgunamanera...

Movilidad jubilatoria: el “despojo histórico” a los jubilados con el cambio de la regla del tope…


Tras su triunfo electoral, el Gobierno se despachó con un proyecto de ley para cambiar la fórmula de movilidad jubilatoria. La que además de una quita de entrada a los haberes, parecida a la establecida con la ley de “déficit cero” de De la Rua y Cavallo, representa una desmejora continua de sus haberes respecto al crecimiento del ingreso per cápita que planea el Gobierno para el futuro. Lo cual representa un “despojo histórico” a la clase pasiva actual y futura año a año, que conculca y revierte largamente la supuesta “reparación histórica” dictada a su favor el año pasado. En el que se ha hecho partícipe la oposición en el Senado, al proponer el senador Miguel Angel Pichetto una eufemística fórmula alternativa, que en la práctica convalida el despojo.

© Escrito por Javier Llorens el viernes 24/11/2017 y publicado por Striptease del poder...

El art 14 bis de la Constitución Nacional dice que “la ley establecerá jubilaciones y pensiones móviles”. Esta cuestión ha sido reiteradamente interpretada por la Corte Suprema en los últimos tiempos, con los fallos Sanchez, Badaro, y Elliff, diciendo que esa movilidad debe cumplir con los principios de solidaridadproporcionalidad, y sustitutividad.

La solidaridad intergeneracional implica que con los aportes de los trabajadores de hoy, se sostiene a los trabajadores del pasado que están hoy jubilados, hasta su deceso. Y esto otorga el derecho a los trabajadores de hoy, a gozar de lo mismo cuando en un futuro sean jubilados.

La imagen de esa solidaridad intergeneracional es la de Eneas, cuyos descendientes fundaron Roma segun la Eneida de Virgilio, huyendo de la destrucción de Troya. Llevando a su anciano padre Anquines sobre sus hombros, y a su hijo niño Anquises de la mano. Y aunque la carga es pesada, no lleva a su padre arrastrando ni a los empellones, como parece intentar hacerlo ahora el Gobierno con la complicidad del Congreso.


La proporcionalidad  implica que el haber jubilatorio debe guardar una adecuada proporción con los salarios de los trabajadores activos, medida en un porcentaje específico (vgr. 82% o 70% móvil por ejemplo). Y la sustitutividad implica que debe permitir al jubilado mantener el status de vida que tenía mientras se encontraba en actividad.

O sea que la sustitutividad le pone un piso al haber, que sería el ajuste inflacionario que propone actualmente el gobierno, para que su poder adquisitivo se mantenga en el tiempo. Y la solidaridad y proporcionalidad le ponen un techo, diciendo que el haber debería mejorar en la medida de la mejora de los trabajadores activos y la economía en general.

La regla del tope propuesta por el Gobierno

El techo en la fórmula actualmente vigente de la movilidad, se puede describir sintéticamente como el aumento de la recaudación per cápita de los jubilados, más un 3 %. Y en reemplazo de ese tope el Gobierno de Cambiemos propuso un piso consistente en el reconocimiento de la inflación, para mantener el poder adquisitivo del haber, más un tope de un 5 % del crecimiento del PBI.

Lo cual con el crecimiento anual del PBI pronosticado por el gobierno para el futuro, de un 3 % anual, representa un tope de crecimiento ridículo, del 0,15 % anual, una cifra 20 veces inferior a la existente en la actual regla del tope. Que evidentemente es solo simbólica, a los efectos de tratar de simular cumplir con el principio de proporcionalidad fijado por las leyes y jurisprudencia.

En el gráfico de la portada se pueden los resultados que aparejaría esta ridícula regla de piso y tope propuesta por el Gobierno. La que por una elemental vergüenza, debería haberse abstenido de hacerla, al deparar sus resultados una injuria no solo para la clase pasiva, sino para la clase política.

Dicho grafico se construyó mediante un modelo matemático, sin tener en cuenta el efecto de la inflación, que es neutro. Dado que también incide en la actual formula basada en la recaudación, que crece al compás de ella. Salvo momentáneos desajustes de la economía, que el actual Gobierno promete que no existirán más.

Lo cual simplifica el cálculo, que está basado en el supuesto que la recaudación impositiva crecerá al compás del crecimiento del PBI por habitante. Que implica una rebaja de la presión impositiva absoluta, dado el paulatino crecimiento vegetativo de la población, calculado conforme los datos del INDEC en el 1,1 % anual, recayendo así menos impuestos sobre más personas.


Los resultados de ese modelo en base un crecimiento del PBI del 3 % anual que propone el Gobierno, se pueden ver  en el gráfico adjunto. En donde se destaca la curva de crecimiento del PBI (línea roja), seguida por la del crecimiento casi igual del ingreso por habitante (línea azul) y la de la regla del tope jubilatorio actual (línea violeta). Apareciendo en el fondo de la tabla el crecimiento casi nulo de la fórmula propuesta por el Gobierno.

En consecuencia el cambio del tope entre la fórmula actual y la propuesta por el oficialismo, arroja una diferencia en contra de los jubilados a los cinco años de su vigencia, del 13 %; a los 10 años, del 24 %; los 15 años del 35 %; a los 20 años del 48 %, a los 25 años del 62 %, y a los 30 años del 78 %.

Esa merma se hará aún más notable, si el crecimiento del PBI trepara al módico 4 % anual, que sería indispensable obtener para que Argentina comience a tratar de pagar sus deudas sociales internas. En tal caso la diferencia entre ambas reglas del tope sería a los cinco años, del 20 %; a los 10 años, del 37 %; a los 15 años, del 58 %, a los 20 años del 81 %, a los 25 años del 109 %, y a los 30 años del 141 %.

O sea que cuando más crezca Argentina, mayor será la exclusión de los jubilados respecto ese crecimiento, violándose así flagrantemente en la práctica los principios de solidaridad y proporcionalidad.

La propuesta de elevar del 5 % al 15 % el porcentaje sobre el PBI, no cambia gran cosa la situación. Tal como se puede ver en el gráfico de la portada, donde se exhibe una familia de curvas con la quita futura a efectuarse a los jubilados, en base al crecimiento del PBI del 2 %, 3 %, y 4 %, y porcentajes de participación sobre estos del 5 y 15 %.

En él se aprecia que las menores quitas en los haberes corresponden a bajos niveles de crecimiento del PBI, elevándose raudamente ellas, con solo el aumento de uno o dos puntos del mismo. Conforme se resume en el siguiente cuadro, con la participación del 5 % sobre el PBI, la quita a los haberes de los jubilados producto del cambio de la regla del tope, inicialmente en el año 2018 será de entre el 10 % y 12 % en todas las alternativas o escenarios.


Pero a los quince años, en el 2033, con la participación del 5 %, la quita en los haberes pasa al 21 %, con un crecimiento del 2 % del PBI; al 32 %, con un crecimiento del 3 %; y al 41 % con un crecimiento del 4 %. Y si la participación se elevara al 15 %, solo representaría una menor quita de entre 3 y 4 puntos.

A los 30 años con la participación del 5 % del PBI, la quita en los haberes llegaría a un 29 % para un crecimiento del PBI del 2 %; a un 47 %, para un crecimiento del 3 %, y a un 60 % para un crecimiento del 4 %. Y la mejora con la participación de un 15 % sobre el crecimiento del PBI, solo mejoraría 5 puntos en todas las alternativas.

La variante engaña pichanga de Pichetto.

 

Al debatirse velozmente el cambio de las reglas de la movilidad en las comisiones del Senado, el senador Miguel Angel Pichetto propuso una fórmula alternativa. Consistente en ajustar el 70 % del haber con el índice inflacionario, o sea manteniendo congelado su poder adquisitivo en esa proporción, y ajustar el resto por la Remuneración imponible promedio de los trabajadores estables (RIPTE) que calcula el ministerio de Trabajo.

De tal manera solo el 30 % del haber gozará de la movilidad jubilatoria, dado que el resto se mantiene fijo en su poder poder adquisitivo. Alzándose así el senador Pichetto contra la jurisprudencia de la Corte Suprema, que ordenó actualizar el 100 % de los haberes y no una exigua proporción de ellos. Y con el índice ISBIC (Indice de Salario Básico de la Industria y la Construcción) que da valores superiores al RIPTE. Razón por lo cual la formula de Pichetto resulta ser también un inusitado despojo a los jubilados, solo que un poquito menor que el propuesto por el Gobierno.

Tras unos minutos de cabildeo, el oficialismo acepto esa contemporarizadora propuesta de Pichetto, expresando el ministro de Trabajo Jorge Triaca que ella, “va en línea con los mismos objetivos de nuestra propuesta”, y “no era un cambio muy significativo”.

Dado que en realidad lo que claramente le interesa al Gobierno, ayudado por Pichetto, es dar el zarpazo sobre los haberes jubilatorios el año que viene, para disminuir sustancialmente su déficit fiscal a costa de la clase pasiva, como ya es una larga tradición en nuestro país. Siendo realmente lo importante el año 2018, ya que en el largo plazo todos estaremos muertos, y en todo caso habrá tiempo suficiente para concretar otro contubernio para el cambio de fórmula.

El que en el caso actual, está basado en el temor por parte de los gobernadores de provincia, que la Corte Suprema falle  a favor de la provincia de Buenos, en la demanda que esta interpuso contra ellos por el congelamiento del Fondo del Conurbano tras la salida de la convertibilidad. Razón por la que el resultado para ellos es neutro, y el ganancioso es el presidente Macri, que se quedará con más de 100 mil millones de pesos en el año 2018 y sucesivos, a costa de los jubilados. Y la gobernadora María Eugenia Vidal, a quien Macri transferirá como parte del botín, 20 mil millones en el 2018, y 40 mil millones en el 2019. Como para que disponga de generosos fondos en ese decisivo año electoral. 

Foto de los gobernadores y representantes provinciales que avalaron en el Congreso el despojo histórico a los jubilados: María Eugenia Vidal (Buenos Aires); Horacio Rodríguez Larreta (Capital Federal); Gerardo Morales (Jujuy) Laura Montero (Mendoza), Juan Manuel Urtubey (Salta), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Juan Schiaretti (Córdoba), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Osvaldo Jaldo (Tucuman); Hugo Passalacqua (Misiones), Alberto Weretilneck (Río Negro); y Gerardo Zamora (Santiago del Estero)

Los gobernadores peronistas estaban liderados por el gobernador de Córdoba Juan Schiaretti, quién desde los tiempos de Sevel y su paso como secretario de Industria de la Nación en los tiempos de Menem y Cavallo, tiene una estrecha relación con el presidente Mauricio Macri. Y por eso, como si fuera parte del oficialismo en la fotografía se lo puede ver al lado de la Gobernadores de Buenos Aires María Eugencia Vidal, y el jefe de la CABA Horacio Rodríguez Larreta.

Macri y Schiaretti: unidos por el contrabando 

Tanto Schiaretti como los restantes gobernadores presentes, recibieron la burla de los hermanos Rodríguez Saa, Adolfo y Alberto, senador y gobernador de San Luis respectivamente. Quienes entre otras invectivas contra ellos, narraron un episodio de la película El padrino, donde a un sujeto le ponen una pistola en la cabeza para que firme el escrito de acuerdo que tenía adelante, y sinó iba a quedar en ese papel la marca de sus sesos. Lo que muestra el grado de cortoplacismo con el que se mueven los gobernadores siempre famélicos de dinero, y/o pringados de relaciones espurias, como Schiaretti.

La quita inicial en los haberes de los jubilados para marzo del 2018 sería de algo más del 8 %, si al 13,32 % del aumento de haber del semestre anterior, se le resta la inflación del 5,2 % propuesta por el Gobierno. Y poco menos de 8, si se le resta el 5,6 de la fórmula de Pichetto. Siendo muy probable que se repita con la anterior fórmula, un porcentaje de aumento parecido al del primer semestre, dado que corresponde a la comparación entre el segundo semestre de este año, en el que se registró un sustancial aumento de la recaudación, en relación con el deprimido nivel del segundo semestre del 2016. Implicando así este cambio de la fórmula un efecto retroactivo de la ley, que algunos especialistas dicen que provocará una catarata de juicios.

En concreto la variante Pichetto, al movilizar solo un 30 % del haber, y congelar el poder adquisitivo del 70 % restante en contra del principio de proporcionalidad y solidaridad, también brinda un despojo inicial, luego continuado año a año a la clase pasiva, respecto la actual fórmula del tope de la movilidad. El que resulta menos perceptible con bajas tasas de crecimiento del PBI, pero se va haciendo notable con el crecimiento del mismo, como se puede ver en el siguiente gráfico.


Igual que el análisis anterior, este está confeccionado bajo el supuesto que la inflación no existe, ya que es neutra porque también modifica el RIPTE. Y que este evoluciona en términos reales a la par del ingreso per cápita, lo cual es un supuesto razonable. A continuación se tabulan los resultados del gráfico en forma quinquenal a partir del 2018, para facilitar su comparación.


Se observa que la propuesta de Pichetto, consistente en movilizar el poder adquisitivo de solo el 30 % del haber jubilatorio, con un crecimiento del 2 % del PBI representa para el 2018 una quita del 10 %. Que sube al 11 % con un crecimiento del PBI del 3 %, agregándose seguidamente un punto de quita, para los crecimientos del PBI del 4 % y 5 %.

Quince años después, para el 2033, la quita con el crecimiento del PBI del 2 % anual, trepa al 18 %. Pero con un crecimiento del 3 % anual, sube al 26 %; y luego en este año se agregan 6 puntos más de quita, por cada punto de crecimiento del PBI, llegando al 38 % con un crecimiento del 5%. Para el 2048 la quita con el crecimiento del 2 % pasa al 25 %. Pero con un crecimiento del 3 % del PBI sube al 37 %; con el 4 % al 46 %; y con el 5 % del PBI, al 52 %.

Mostrando esto la permanente erosión de los haberes que se dará en un futuro en relación con la actual fórmula, acentuado en proporción directa al crecimiento del PBI. Concretándose así en 30 años un despojo a los jubilados que va de una cuarta parte del haber, hasta más de la mitad del mismo, según la evolución del PBI.

Los números expuestos señalan que la propuesta de Pichetto es un engaña pichanga, ya que para el año 2018 -que es el que desvela al Gobierno para erradicar el déficit fiscal- arroja valores iguales a la propuesta alternativa del Gobierno, de subir la participación al 15 % del aumento del PBI. Luego para el año 2033, no hay diferencias con esta, si el crecimiento es del 2 % del PBI; y solo rebaja la quita 2 puntos, si el crecimiento es del 3 % del PBI; y 5 puntos, si el crecimiento es del 4 %.

Para el año 2048, la diferencia solo es un punto para un crecimiento del 2 %, de 5 puntos para un crecimiento del 3 %, y 9 puntos para un crecimiento del 4 %. Que sigue representando en esencia, un recorte de haberes jubilatorios entre un cuarto y hasta casi la mitad de los existentes inicialmente.

A lo largo de la reciente campaña electoral el gobierno se jactaba de la ley de “reparación histórica” que había sancionado a favor de los jubilados. La que fue una tortuosa manera para consagrar una amnistía y blanqueo a favor de los súper ricos, que benefició hasta la misma familia presidencial. Y permitir la recompra de las acciones de la ANSES, por parte de megaempresarios amigos del poder, con las utilidades no distribuidas que correspondían a la ANSES.

Ahora a esas medidas tortuosas y ambivalentes, se le suma este inusitado despojo a los jubilados,  que además del zarpazo inicial, tendrá efectos que se prolongaran largamente en el tiempo. Y lo menos que debería haber hecho un Gobierno y un Congreso responsable, es pedir un informe de actuarios, que brinden una proyección de cómo será la evolución de los haberes futuros en relación con los existentes. Y la opinion de las organizaciones sindicales, cuyos representados son los aportantes de hoy y los jubilados del mañana, ademas de las organizaciones que representan a estos últimos. Razones todas por la cual la política previsional del actual Gobierno, convalidada por la oposición, sería digna de figurar en la Historia Universal de la Infamia de Jorge Luis Borges.-

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