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domingo, 7 de junio de 2015

De Massa a menos… @dealgunamanera...

De Massa a menos…

Con uñas y dientes, Sergio Massa. Dibujo: Pablo Temes

La posibilidad de una oposición unida parece alejarse por completo. La caída del Frente Renovador.

La candidatura presidencial de Sergio Massa ya no tiene destino. La semana que pasó fue catastrófica para él. La sangría de varios de los intendentes que fueron clave en la construcción política que hace apenas dos años lo llevó a su resonante triunfo electoral vació al Frente Renovador. “Se la creyó”, fue la frase lapidaria con la que uno de los operadores que más contribuyeron a aquel éxito –hoy lejano– describió las razones de una sonora caída libre que parece aún no haber tocado fondo. 

En diciembre de 2014, el ex intendente de Tigre disputaba en las encuestas cabeza a cabeza el liderazgo de los candidatos presidenciales con Daniel Scioli. Eso ya es pasado. A seis meses de aquel momento, esas mismas encuestas exhiben un retroceso que ha llevado a diezmar las filas del Frente Renovador y dejar a Massa sin plata para la campaña y sin proyecto.

La decisión de Francisco de Narváez de deponer su precandidatura a la gobernación de la provincia de Buenos Aires respondió a una maniobra de última instancia para forzar un acuerdo con Mauricio Macri. Curiosa parábola la de De Narváez, ya que fue su precandidatura a la gobernación el hecho que disgustó a Darío Giustozzi –fundacional y clave del Frente Renovador– y lo empujó a abandonar sus filas. “Es un gesto en pos de la unidad”, explicó el ahora ex precandidato para marcar su apelación a Macri a fin de que modifique su actitud de intransigencia. 

Paradojas de la política argentina: De Narváez y Macri supieron formar parte de aquella Unión-PRO que, con la participación de Felipe Solá, le asestó una dura derrota al Frente para la Victoria, cuya lista encabezaron Kirchner, Scioli y Massa; hoy, en cambio, casi ni se saludan.

Por el momento, en el PRO se mantienen inmutables: no habrá unión con nadie del FR. En la reunión que hubo el viernes pasado en Mar del Plata quedó plenamente ratificada esa postura, para cuyo sostenimiento juegan un rol fundamental las encuestas que aporta Jaime Duran Barba –convertido ya en un gurú por el núcleo duro del partido–, quien insistió en que una alianza con el massismo desdibujaría a Macri y, lejos de beneficiarlo, lo perjudicaría. 

Como se adelantó en la edición de ayer de Perfil, Duran Barba fundamentó su posición a través de una encuesta que muestra a Macri ganando con 33% de los votos, seguido por Scioli con el 28%, y muy atrás Massa con el 14%. Con un escenario de segunda vuelta, se predice el triunfo del PRO.

La línea que representa Emilio Monzó, en tanto, no se resigna y no baja sus banderas. La reaparición ocurrida en estos días del dirigente del peronismo que aboga y trabaja intensamente en pos de la conformación de una alianza entre el PRO y el FR ha dado algo de aire a los que comparten la convicción de que sin esa unión el triunfo irá a manos del Frente para la Victoria. Lo que no se descartó como alternativa que podría dar algo de aire a esa postura es la apertura de las listas de legisladores para dar cabida a emigrados del FR.

Vice.

En ese marco, en la interna del PRO las conjeturas están a la orden del día respecto de la precandidatura a la vicepresidencia. Los nombres en danza son los de Gabriela Michetti, Marcos Peña y Rogelio Frigerio. Esta definición está dando una disputa sorda que perturba a Macri. Si fuera por lo que aporta en imagen y nivel de conocimiento, la elección recaería sin lugar a dudas en Michetti. “A Mauricio le pesa que se piense que Gabriela lo hará presidente”, confiesa una dirigente histórica del PRO, y agrega: “Es ahí donde gana fuerza Marcos (Peña), en cuyas manos está toda la negociación por la integración de las listas, hecho que le confiere un gran poder al que muchos dentro del partido le temen”.

En el kirchnerismo viven toda esta realidad de la oposición con euforia.

La negativa de Macri y la deserción de De Narváez han dado pie a otra posible alternativa que, como conjetura, ha crecido en estas horas: que Massa decline su precandidatura presidencial y baje a la provincia de Buenos Aires con una boleta corta. Ello equivale a decir que el ex intendente de Tigre se presentaría como candidato a gobernador y que el FR no tendría candidato a presidente.

Esta es una posibilidad que preocupa al Gobierno y a la que, por ende, le viene prestando mucha atención. La gobernación de la Provincia podría ser para Massa el trampolín desde donde relance e intente reconstruir su sueño presidencial, que hoy ha quedado trunco.

En el kirchnerismo viven la realidad de la oposición con euforia. Una de las cosas que más entusiasmo producen en el entorno presidencial es que la interna entre Scioli y Randazzo está al rojo vivo. Hoy, el ganador claro e indiscutible es Scioli. Sin embargo, en las segundas líneas del gobernador no todo es tranquilidad: hay quienes reconocen el crecimiento que del ministro de Interior y Transporte, a quien el acelerado paso con el que se están reabriendo ramales ferroviarios le está dando una visibilidad de la que carecía hasta hace un año. 

A eso hay que agregar el favoritismo que existe hacia él por parte de la Presidenta, interesada en esmerilar lo máximo posible al gobernador, por quien nunca sintió gran cariño y de quien desconfía. Randazzo, por su parte, no oculta su sentimiento de desprecio hacia su contrincante, lo que no se cuida de manifestar ni en ámbitos privados ni en públicos.

Quien se beneficia con todo esto es Cristina Fernández de Kirchner, que hoy mantendrá en el Vaticano su último encuentro en calidad de presidenta con el Papa. De allí regresará para abocarse a la tarea de definir las listas de candidatos con las que aspira a mantener el poder más allá del 10 de diciembre, cuando deje el gobierno, circunstancia que comienza a pesarle.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

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© Escrito por Nelson Castro el domingo 07/06/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 5 de abril de 2015

Herencias y temores... @dealgunamanera...

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Herencias y temores...

La vos de su amo. Macri-Larreta. Foto: Pablo Temes

La Presidenta y el jefe de Gobierno se enfocan en “el día después”. Cómo buscan blindar la sucesión.

El paro del último martes golpeó fuerte al Gobierno y ofuscó a Cristina Fernández de Kirchner. Eso se vio claramente a lo largo del Aló Presidenta que hubo en la tarde de ese día. En su alocución, la jefa de Estado equiparó a los trabajadores que más ganan con la oligarquía y atacó, una vez más, a la clase media. Curiosa concepción la de la Presidenta acerca de dicho sector que, a duras penas se mantiene a flote en la sociedad, una de sus obsesiones que, por ende, es objeto reiterado de muchas de sus inquinas y reproches.

A la Presidenta le cuesta entender que la clase media está compuesta, mayoritariamente, por trabajadores que, hoy en día, se ven seriamente perjudicados por un impuesto absolutamente distorsivo y regresivo como es el de la aplicación del mal llamado mínimo no imponible a los sueldos. Sin darse cuenta, además, el discurso presidencial hizo explícito el nivel de pauperización salarial que hoy se observa en la Argentina. Fue cuando reconoció que el 90% de los trabajadores percibe haberes inferiores a aquellos a los que se les aplica la citada gabela. “El impuesto fue puesto por Perón”, arguyó Axel Kicillof para defenderse de las críticas, evidenciando así un desconocimiento manifiesto de la historia.

El impuesto a las ganancias, nacido como “Impuesto a los Réditos”, fue creado mediante el decreto Ley 11.586 del 19 de enero de 1932, hacia el final del régimen dictatorial del general José Félix Uriburu. Luego, fue aprobado como ley 11.682 en 1933, durante el gobierno del general Agustín Pedro Justo. En aquel momento se fijó el mínimo no imponible en $ 200 mensuales y se estableció que el impuesto regiría hasta el 31 de diciembre de 1934. Debido a que el sueldo medio del trabajador industrial estaba alrededor de los 105 pesos por mes, nadie resultó afectado por el tributo.  Durante el tercer gobierno del general Juan Perón, se aprobó una reforma impositiva que incluyó el mínimo no imponible a los trabajadores que percibían altos ingresos. Esto generó inquietud en la clase obrera, por lo que hubo gestiones, ante el entonces presidente, destinadas a abolir o a morigerar los efectos sobre el salario. A tales fines, pues, se incorporó una serie de deducciones –alquiler, cónyuge, hijos, nietos– que, en los hechos, redujeron el impuesto casi a cero.

Para hacer más patética la contradicción del Gobierno, habló el archivo, algo que para el kirchnerismo es siempre fatal. Así es como se conoció que, el 20 de julio de 1997, el entonces gobernador de la provincia de Santa Cruz, Néstor Kirchner, emitió un decreto por el cual a los funcionarios políticos de su administración no se les aplicara la retención de impuestos sobre las remuneraciones adicionales por dedicación funcional, responsabilidad jerárquica, viáticos, movilidad, gastos funcionales de autoridad superior, dedicación horaria o exclusiva, desarraigo, indemnización por traslado, y otros conceptos de similar naturaleza y significado.

Fuego amarillo. El PRO está en ebullición. Duelos políticos y personales están a la orden del día. “¿Así que Mauricio quiere hablar conmigo? Yo no quiero hablar con él. Ahora los tiempos los manejo yo”. La respuesta de Gabriela Michetti fue tajante. La escena se produjo en la inauguración de la nueva sede del Gobierno de la Ciudad, donde el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, había intentado recomponer la relación luego de darle su apoyo y poner a casi todo el partido a trabajar por la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta.

El senador Diego Santilli es el otro que deberá esperar un buen tiempo para acercarse a Michetti. “La usó de una manera imperdonable”. Lo curioso es que esto lo reconocen desde el entorno de los dos protagonistas. Sucede que Santilli venía especulando con la mejoría de su imagen cada vez que se acercaba a la precandidata a jefa de Gobierno. “El portal Legislemos.org promocionado por ambos, y cuya portada tiene como foto principal una imagen de los dos legisladores sonriendo, es el resultado de esa especulación. Santilli se pegó a Michetti para mejorar su imagen y cuando Mauricio le ordenó apoyar a Horacio, desapareció sin dar explicaciones convincentes”, sostiene un dirigente del PRO.
Michetti asegura tener tanta ejecutividad y representatividad dentro del PRO como su competidor. Pero en la mesa chica del partido –compuesta por Mauricio Macri, Rodríguez Larreta, Marcos Peña, apodado por sus adversarios internos el “monje negro” y con quien Michetti no se habla, y Nicolás “Nicky” Caputo– están preocupados por otras cuestiones más ligadas al sostenimiento del flujo económico para la campaña y a mantener el ritmo de la obra pública en la Ciudad de Buenos Aires. 

Los dardos de la senadora apuntan a Jaime Duran Barba. ¿Cuál es el problema entonces? Que muchos advirtieron que Gabriela Michetti no estaría de acuerdo en sostener ciertas prácticas que serían difíciles de defender ante cualquier auditoría.  Muchos creen que ése es –entre otros– uno de los motivos por los cuales habría quedado fuera del “círculo rojo del partido amarillo”. Michetti cuenta con el apoyo explícito de apenas tres ministros: Hernán Lombardi –de Cultura–, Daniel Chaín  –de Desarrollo Urbano– y Guillermo Montenegro –de Seguridad–. Entre los legisladores se han manifestado públicamente a favor Pablo Tonelli, Jorge Triaca, Alfredo De Angeli  y Javier Mac Allister. Por lo bajo, Laura Alonso se encuentra en este grupo sin hacer explícito su apoyo.

En medio del revuelo político del año electoral, el Gobierno sigue buscando la manera de neutralizar a jueces y fiscales independientes que representan una incomodidad en el presente y un problema a partir del 10 de diciembre, cuando Cristina Fernández de Kirchner haya completado su mandato. Un proyecto de  ley orgánica del Ministerio Público apunta a darle mayor poder a la Procuraduría General de la Nación, que, bajo la tutela de Alejandra Gils Carbó, se transformó en instrumento kirchnerista para lograr una Justicia afín.

La otra idea que sigue dando vuelta es la ampliación del número de miembros de la Corte Suprema, de cinco a nueve. Será clave para ello la suerte que corra en el Senado Roberto Carlés, el postulado por la Presidenta para ocupar la vacante dejada por Eugenio Zaffaroni. La conclusión es que para Cristina, la única Justicia legítima es la Justicia adicta.

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© Escrito por Nelson Castro el domingo 05/804/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.