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domingo, 5 de mayo de 2013

Unidos y esperanzados… De Alguna Manera...


Unidos y esperanzados…

 
Roberto 'Maravilla' Lavagna. Dibujo: Pablo Temes.



Plan Opositor. Cómo es el armado político que busca captar el voto castigo a Cristina y construir una nueva mayoría legislativa.

¿Se imagina a Roberto Lavagna como presidente provisional del Senado? ¿Y a un macrista u otro peronista opositor como jefe de la Cámara de Diputados? No es ningún delirio que puedan llegar a ocupar el segundo y tercer lugar en la línea sucesoria. Según todas las encuestas, eso puede ocurrir a fin de año, cuando se incorporen los legisladores que se elegirán en octubre. El documento “Unidos para cambiar”, firmado en Córdoba, se plantea como principal objetivo “construir una nueva mayoría para conducir el Parlamento”.

Todo depende de la magnitud del voto castigo a Cristina que, según los consultores más serios, va a ser importante. El peronismo del mejor Perón, “el del abrazo con Balbín”, dijo De la Sota, fiel a su condición de partido del poder, va a luchar para que en 2015 gane un presidente que no sea Cristina ni cristinista. Esa batalla la van a dar en todos los terrenos y en los tres poderes.

1) En el Congreso. Intentarán ponerle límites a Cristina y cerrar la escribanía en la que fue convertido. Si todavía existe, derogarán las leyes de la reforma judicial, entre otras. ¿Ley de Medios también? El Parlamento fuera de los caprichos K se convierte, además, en una válvula de seguridad republicana. Garantiza continuidad y gobernabilidad democrática para el caso de que se produzca lo que Dante Caputo llama “suicidio institucional”. Un despecho de Cristina que pegue un portazo ante un resultado fuertemente adverso. Nadie en su sano juicio lo desea. Sería traumático para todos. Pero quieren prever todas las posibilidades, y con más razón las que ya ocurrieron. Alberto Fernández contó detalles de aquella noche de derrota por el voto no positivo de Cobos en la pelea por la 125, en la que el mismísimo Lula hizo desistir al matrimonio presidencial de abandonar el barco “porque este pueblo no nos merece”.

2) En la Justicia. Apuestan a que la Corte Suprema voltee las leyes inconstitucionales a las que quieren someterla. Si eso no ocurre, Gustavo Ferrari, Federico Pinedo y Ricardo Gil Lavedra están explorando una lista única para los candidatos a consejeros de la Magistratura. Están dispuestos a aceptar el desafío de polarizar con la boleta de la Presidenta y a convertir eso en una suerte de plebiscito sobre la gestión de Cristina y en contra de una nueva reelección.

3) En el Poder Ejecutivo. El objetivo es que las urnas de octubre alumbren a los representantes más taquilleros, según el tamaño del triunfo en cada distrito. De allí surgirán los que se sientan en condiciones de pelear por el sillón de Rivadavia.
¿Cuál es el verdadero alcance de esta coalición en ciernes? Es el instrumento más novedoso desde que en 2009 Unión-PRO, con Francisco de Narváez, canalizó la bronca masiva y derrotó a una lista que integraban nada menos que Néstor Kirchner, Daniel Scioli y Sergio Massa. Es un techo sólido en el que pueden refugiarse todos los peronistas maltratados y humillados por Cristina, que cada día son más. Nada les garantiza un triunfo, pero no es un proyecto testimonial. Por primera vez, un tipo de peronismo en el poder va a ser enfrentado en elecciones por otro peronismo de similares proporciones.

A Menem lo pelearon peronistas frepasistas como Pilo Bordón y Chacho Alvarez y le dieron un susto. Algún intento de los Rodríguez Saá no pasó de eso y Roberto Lavagna con el radicalismo juntó muchos votos cuando compitió con Cristina, pero no estuvo el peronismo detrás.

Este cuadrado colectivo de conducción donde no hay jefes ni candidatos a presidente tiene a Hugo Moyano y a Roberto Lavagna que coinciden en haber sido enemigos del neoliberalismo de los 90 y socios estratégicos del gobierno de Néstor. Uno es el gremialista con mayor poder de organización, movilización y daño, y el otro el economista más prestigioso de la Argentina, corresponsable como piloto de tormentas con Duhalde primero, y Néstor después, de sacar a la Argentina del infierno.

De Narváez, fue dicho, es el que ya hizo lo que quieren hacer: derrotar al apellido Kirchner en las urnas en la provincia de Buenos Aires. En política se dice que si algo ya ocurrió puede volver a ocurrir. No en vano censuran escandalosamente su gotita publicitaria mientras sigue el océano de Fútbol para Todos que pagamos ídem. Y José Manuel de la Sota, el gobernador de la provincia más importante después de Buenos Aires en términos simbólicos y en cantidad de votantes.

Este proyecto incluye a Mauricio Macri y les deja las puertas abiertas a Daniel Scioli y a Sergio Massa. Los chisporroteos que explotaron el viernes contra Macri se van a resolver en una cena privada y luego van a ofrecer un encuentro público con alguna excusa institucional. A todos les conviene funcionar como paraguas de las diversas alianzas distritales. Falta firmar todavía, pero en el borrador dibujan propuestas potentes: a Schiaretti-Baldassi en Córdoba; Del Sel-Salomón en Santa Fe; Lavagna-Michetti en Capital; De Angeli- Busti en Entre Ríos, e imaginan posibles triunfos en Chubut y en Santa Cruz con las listas de Mario Das Neves y Daniel Peralta. En Buenos Aires, lo más probable es que un radical macrista como Gustavo Posse secunde a De Narváez.

Quieren convertir el espacio en una aspiradora de dirigentes y dar una imagen de gobernabilidad. Cristina los combatirá con palabras de Gabriel Mariotto, diciendo que “son el pasado” o “la derecha socia de las corporaciones”. Desde el otro gran frente, el socialdemócrata, que intentará replicar el armado que gobierna Santa Fe (UCR + FAP), plantearán que “el peronismo es el problema y no la solución” y que “el país no puede estar a merced de la interna pejotista” y recordarán que casi todos ellos respaldaron a Néstor Kirchner. 

El debate promete ser inquietante. El crecimiento de los dos grandes polos opositores es directamente proporcional al deterioro de la imagen de Cristina por las granadas económicas y éticas que le vienen explotando en las manos. Esto recién empieza y nadie puede subestimar a quienes se ven a sí mismos como la encarnación de la patria liberada que lucha contra la colonia. Jamás van a bajar los brazos. Sobre todo porque el consumo sigue su marcha pese a los terremotos del dólar y porque no conocen otro rumbo que “el vamos por todo”.

© Escrito por Alfredo Leuco el domingo 05/05/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




martes, 23 de abril de 2013

Ninguneadores... De Alguna Manera...


Ninguneadores...

COMPROMETEDORAS VALIJAS. Dibujo: Pablo Temes.

Reclamos de unidad opositora. Las denuncias de corrupción oficial son ahora más verosímiles para la ciudadanía. Los hitos de una protesta popular cuyo crescendo eriza la piel del kirchnerismo: 13S, 8D, 18A. Es un clamor que abarca igualmente a los opositores para quienes también hay reproches. “Únanse” es la demanda que se escuchó en las calles y plazas de la República en las que transcurrieron las manifestaciones.

Es un reclamo viejo que va en aumento en forma directamente proporcional a la protesta contra el Gobierno; frente al cual, hasta aquí, los opositores han hecho tan poco, como si no hubiesen hecho nada. Construir una oposición sólida no es fácil ni sencillo, y se torna quimérico cuando entra a jugar la hoguera de vanidades en la que sumergen sus egos muchos de sus dirigentes.

El último ejemplo de esa lamentable puja se dio en 2009 luego de la elección legislativa que Néstor Kirchner perdió en la provincia de Buenos Aires. No habían pasado 24 horas de terminado el comicio cuando las disputas por espacio de poder entre Felipe Solá, Francisco De Narváez y Mauricio Macri transformaron a la entonces denominada Unión-Pro en una resonante desunión. Igual curso siguió el Acuerdo Cívico y Social que, pocos días después de la elección, quedó transformado en un decepcionante desacuerdo. El desafío para los opositores pasa entonces por demostrar si son capaces de constituir una verdadera coalición y no un rejuntado.

La manifestación dejó al Gobierno pasmado. No esperaba tanta gente ni un reclamo tan fuertemente concentrado en tres aspectos esenciales que sacuden la actualidad política: no a la reforma judicial, no a la re-reelección y no a la corrupción. Hay una realidad evidente: estos temas, que durante meses ciñeron las disputas a los ámbitos de las estructuras políticas, ahora bajaron a la calle.

La gente ha comenzado a padecer las consecuencias de esos males. “La corrupción mata” ha dejado de ser una frase hecha y se ha transformado en una dolorosa realidad: la tragedia de Once es un ejemplo; la inundación en La Plata. A ello hay que agregarle el impacto de las denuncias contra Lázaro Báez en el programa de Jorge Lanata. No darán abasto los tribunales cuando haya fiscales y jueces con real intención de investigar la corrupción en estos años de gestión kirchnerista. Los sobreprecios de la obra pública están en boca de todos. El día que deje de ser ministro, es muy probable que a Julio De Vido le lluevan citaciones judiciales. A muchos de sus subordinados, también.

Báez no hubiera sido lo que es sin Néstor Kirchner. Y los Kirchner no habrían amasado la escandalosa fortuna que hoy poseen si no hubiesen accedido al poder. Muchos que ahora se animan a hablar recuerdan cómo, para las campañas y otros “menesteres”, el ex presidente pedía que los “aportes” se hicieran en euros.

La “conferencia de prensa sin preguntas” de Báez el viernes en Río Gallegos comenzó con una apelación que las crónicas no recogieron y que heló la sangre de varias de las pocas personas allí presentes. “Con muchos de ustedes nos conocemos, el manejo de la información”, dijo el hombre que de cajero del Banco de Santa Cruz pasó, en pocos años, a ser un potentado y a quien la Presidenta le reprochó en estos días que para sus maniobras haya elegido a personas tan desprolijas como Fariña, Elaskar y compañía.

“Báez está en la lona”, es la expresión que atraviesa la inmensidad de Santa Cruz. Otra –una más de las tantas– que se ha reavivado por estas horas en esa provincia es la historia del “camino hacia la nada”. Son doce kilómetros de un camino prolijamente diseñado y asfaltado que, saliendo de Puerto Deseado, termina en medio de la estepa patagónica. Iba a ser parte de un polo industrial que hace años quedó en el olvido. El sobreprecio pagado por ese “camino” indigna aún a muchos que no se resignan a que eso quede impune.

La Presidenta y su entorno piensan que esto se arregla con el “relato”. El “relato” es una estrategia de poder consistente en creer que, a la realidad, se la enfrenta ignorándola a través de un armado mediático elaborado desde el poblado “Ministerio de Humo” con que cuenta el Gobierno. El “Aló Presidenta” y los tweets de la Dra. Fernández de Kirchner, en los que abunda la banalidad, son algunas de las herramientas de esa metodología de progresiva ineficacia.

El Gobierno ha acentuado en las últimas semanas su perfil absolutista, que responde a una concepción monárquica del poder. Es la antítesis de la democracia. En las monarquías absolutistas hay un solo poder: el del rey o la reina. Es lo que busca imponer el kirchnerismo con la reforma judicial. El juez debe ser un súbdito del Poder Ejecutivo. Es justo al revés de lo que proclama la Constitución Nacional, entre cuyos redactores estuvo la hoy Presidenta. Es la misma Presidenta que, siendo senadora, el 24 de abril de 2002 dijo que “limitar los amparos era inconstitucional e inútil”. Es la misma Presidenta que en 2006 propició la reducción del número de miembros del Consejo de la Magistratura y la necesidad de que a los jueces se los elija por el voto de los dos tercios de sus integrantes.

En este contexto, el ninguneo de la opinión diferente genera un malhumor social que va en aumento, montado sobre una economía que ya no tiene la bonanza de otros años. La actitud de mucha gente que el jueves decidió marchar al Congreso, y los llamados que cruzan las redes sociales por estas horas para que quienes se oponen a la reforma judicial se manifiesten frente a la sede legislativa el día que se voten en diputados los proyectos aprobados por el Senado, están marcando que la realidad política ha entrado en una nueva dinámica. Así como el Gobierno escuchó a quienes les son afines –es el caso del CELS–, hay un reclamo legítimo para que se escuchen y se atiendan las peticiones de quienes no lo son. Esa es, al fin y al cabo, la esencia de la democracia.

En uno de sus mensajes, la Presidenta dijo textualmente: “Uno de los peores defectos de la condición humana es querer destruir al otro”. Curiosa manifestación hecha por quien, hasta aquí, es lo que ha hecho y ordenado hacer con aquellos que no coinciden con su pensamiento, sus ideas y sus deseos.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 21/04/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



domingo, 31 de marzo de 2013

Preguntas con respuestas… De Alguna Manera...


Preguntas con respuestas…

EL CAMINO DE LOS SENDEROS QUE SE BIFURCAN. Daniel Scioli. DIBUJO: PABLO TEMES.

Cristina, Scioli y lo que puede venir. En qué terminará la tensión entre la Presidenta y el gobernador. La posibilidad de un megaarmado no kirchnerista. ¿Qué hará Ella?

¿Por qué Cristina quiere destituir a Scioli?
Porque, junto con Massa, son los únicos dirigentes que tienen mayor intención de voto que ella y eso los coloca como herederos naturales de un peronismo obsesionado por el poder. Para colmo, Cristina los caracteriza como dos neoliberales menemistas y defensores de las corporaciones mediáticas. Por eso los fustigó incluso por cadena nacional en su discurso del Congreso. Se amargan al pensar que Scioli podría quedarse con lo que construyeron políticamente. No reparan en que Néstor lo eligió en cinco ocasiones. Eso fue pragmatismo y utilización de su figura.

¿Hay alguna posibilidad de arreglo?
Sólo si el gobernador se rinde incondicionalmente. Eso significa que renuncie públicamente a sus anunciadas pretensiones presidenciales, acepte ser candidato a diputado en octubre y asuma su banca. Esa es la traducción del alineamiento que reclamó Diana Conti.

¿Scioli está dispuesto a hacer eso?
De ninguna manera. Es su última trinchera. Con todo el fuego graneado que recibió, jamás desmintió su candidatura y eligió TN (territorio monopólico, dirían los K) para comprometerse a terminar su mandato provincial.

¿Cómo termina esto?
Por ahora los kirchneristas seguirán apuntando sus cañones a Scioli. Desde Unidos y Organizados ya dispararon Fernando Navarro y Roberto Baradel. Desde el Gabinete nada menos que Randazzo, que aspira al lugar de Scioli, y De Vido, el que alimenta con obras y dinero a los intendentes que hacen los actos para Alicia Kirchner, la cuñada candidata.

¿Y qué hará Scioli?
Jamás pegará un portazo. Ejercitará su paciencia de monje a la espera de una tarjeta roja que lo expulse del Frente para la Victoria. Quiere ser la víctima absoluta. Especula con que la crisis con los docentes y los proveedores también ensucie a la Casa Rosada, como ya está pasando. Esta vez la Presidenta tomó sus precauciones y no confronta directamente con Scioli. Ya aprendió la lección: el año pasado percibió en las encuestas que mientras más castigaba al gobernador, más se erosionaba su imagen.

¿Cuál es la peor noticia para Scioli?
Que Cristina y Alicia miden muy bien y todos los meses crecen un poco en la consideración popular. Ambas Kirchner merodean los cuarenta puntos y eso es un gran capital simbólico después de una década en el poder.

¿Cuál es el peor escenario para Cristina?
Que termine de fraguar algo así como un nuevo tipo de Frejuli, que en este caso serían las siglas del Frente por la Justicia Social y la Libertad, que actuaría como paraguas de peronistas, macristas en su versión desarrollista, radicales y otros partidos flamantes, como los de matriz sindical que fundaron Moyano y Venegas.

¿Quién sería el candidato a presidente de ese espacio?
Lo decidirán más adelante. Es una coalición de fuerte impacto que podría ganar en Capital con Lavagna-Michetti, en Córdoba con Schiaretti-Baldassi, en Santa Fe repitiendo la fórmula Del Sel-Salomón, y que haría una elección pareja y polarizada en la provincia de Buenos Aires con De Narváez-Posse o Solá.

¿Están cerrados estos acuerdos?
No. Hay veleidades y vanidades, y mucha incomprensión todavía. Pero muchos van en ese rumbo. Es un encuentro que podría mostrarse a sí mismo como “propositor” y no “opositor” para plantear no una crítica llorona permanente sino la superación del kirchnerismo con el compromiso de mantener los avances sociales, mejorar las instituciones y terminar con el odio.

¿Sería una opción de centroderecha?
Planean evitar ser considerados “la restauración noventista”, como coinciden en calificar esa posibilidad desde el kirchnerismo y desde la oposición socialdemócrata (FAP-UCR). Estudian rescatar lo mejor de Perón, Yrigoyen y Frondizi y mostrarse capaces de llegar al poder y administrar correctamente manteniendo un fuerte rol del Estado. De hecho podrían estar juntos gobernadores actuales como De la Sota, Macri, Peralta y Colombi, ex gobernadores como Das Neves, Busti y Solá, intendentes con votos como Jesús Cariglino, entre otros, y ex ministros de Néstor que van a reivindicar los mejores momentos del kirchnerismo como Lavagna, Alberto Fernández e Iribarne.

¿Y cómo jugarían Scioli y Massa en este caso?
Es una construcción independiente de sus decisiones. Serían bien recibidos si deciden huir del kirchnerismo.

¿Cuál es la principal trampa que el Gobierno nacional tiene en estudio?
Frenar la propaganda política, que es la única forma que los partidos y militantes tienen para hacer conocer sus ideas, con la excusa de que es proselitismo. Ya lo hizo Jorge Landau y resultó patético que el oficialismo, que es una maquinaria publicitaria que pagamos todos, se queje por los pocos avisos de los opositores. Eso es un signo totalitario: “vamos por todo” significa que sólo el cristinismo puede hacer autobombo, y para colmo con los dineros públicos. Ayer PERFIL informó sobre la negativa de cuatro canales de TV a emitir los spots de Francisco de Narváez.
Pero eso no alcanza para garantizar la posibilidad de la re-reelección.
Por supuesto. Pero también está en estudio la opción de buscar cualquier excusa y suspender, por única vez (jaja), las elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO), que visibilizan los mejores competidores posicionados para los comicios generales. En la práctica, las PASO son un instrumento que evita la atomización del voto opositor, y ésa es una amenaza para el Gobierno.

¿Cómo hará Cristina para seguir en el poder, tal como les prometió Carlos Zannini a varios intendentes?
Una gran elección, superior al 45% en octubre, actuaría como presión para intentar sumar los dos tercios de ambas cámaras y decretar la necesidad de una reforma constitucional que habilite a CFK. Se podría acompañar con una consulta popular que actúe como operativo clamor. Y las posibilidades de mínima serían apoyar la fórmula “Zannini al Gobierno, Cristina al poder”, prometiendo que CFK sea jefa de Gabinete o se presente como candidata a gobernadora de Buenos Aires, desde donde conduciría los destinos de la Nación.

Falta mucho para ver el final de esta película. Pero hay algunas fotos que dan señales y, como siempre, abren más preguntas y respuestas.

© Escrito por Alfredo Leuco el sábado 30/03/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.