sábado, 7 de junio de 2014

Macri, el mal menor… De Alguna Manera...


Macri, el mal menor…

Coincidencia. Presidenta y jefe de Gobierno porteño. Foto: Cedoc Perfil

Luego de que Carta Abierta comparara a Scioli con quien domestica al rey asesino en los cuentos de Las mil y una noches o asociara las diagonales de la ciudad de La Plata con el laberinto de Creta, revirtiendo el hilo de Ariadna para calmar al “Minotauro Justicialista”, en la última contratapa propuse una continuidad con las islas de Tigre como el mar Egeo y algún ejemplo de La odisea con Massa.

Ahora que se sabe que uno de los principales autores de Carta Abierta, Ricardo Forster, es secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, y dada la fijación acuática de Carta Abierta (a Scioli lo llama “el motonauta” y a Massa lo asocia con “los astilleros del Tigre”), sugiero concretamente el episodio en el que Odiseo –Ulises–, después de haber acumulado victorias y de regreso a su patria, encuentra a sus hombres convertidos en cerdos en la isla de Egea por la bruja Circe.

La Cámpora y otros partidarios kirchneristas convertidos en cerdos capitalistas tras un amansamiento de hechiceros pejotistas como Massa o Scioli, que los transformaran en meros artífices de los poderes fácticos y corporativos, podría ser la más horrible pesadilla tanto para Cristina Kirchner como para Carta Abierta.

Qué peor escenario que ver a sus jóvenes militantes “mudos frente a las injusticias”. Jacques Lacan tomó el ejemplo del drama de estos compañeros de Ulises convertidos en cerdos que sólo podían gruñir para exponer la función de la palabra.

Desde esta perspectiva, que sus partidarios se queden, metafóricamente, sin voz puede ser peor que se queden, literalmente, sin poder. Y no resulta inverosímil que el Gobierno prefiera una presidencia de Macri que permita mantener al kirchnerismo unido en una vibrante tarea de oposición, que apaciguado por las mieles de un oficialismo light.

Supuestamente, es Máximo Kirchner quien más prefiere a Macri que a Scioli o Massa. Para el hijo de la Presidenta, Scioli o Massa, al día siguiente de asumir, muertos de miedo, firmarían todo lo que pida Clarín con tal de contar con su apoyo. Mientras que Macri, por orgullo personal, por haber nacido rico y no haber vivido nunca una situación de inferioridad, rechazaría de plano que el Grupo lo tratara como a un empleado más. Y, entre Massa y Scioli, le tendría más miedo a Scioli, porque, en su deseo de quedar bien con todos, los de derecha e izquierda, o –en términos mediáticos– con los “hegemónicos” y los militantes, podría terminar quebrando la economía porque para gobernar hay que poder decir que no, algo que a Scioli le costaría más que a Massa.

Si así fuere, los esfuerzos de Cristina por tragarse los “sapos ortodoxos” acordando con el Club de París, enfriando la economía con tasas de interés más altas y reducción de subsidios, para que el kirchnerismo no termine con una economía que se derrumbe, como les sucedió a los dos gobiernos radicales, serían vanos. Porque, si después Scioli colapsara, aunque se tratase de otro mandato presidencial, la gente terminaría recordando que las condiciones de crisis las creó el kirchnerismo, como pasó con la convertibilidad, que aunque le explotó a De la Rúa no exculpó de responsabilidad a Menem.

Pero, más allá de estos cálculos tácticos, puede haber cuestiones más estratégicas, de fondo y largo plazo, conscientes o hasta inconscientes, que acerquen al PRO con el kirchnerismo. Una forma de concebir el dualismo político son las clásicas categorías de derecha e izquierda; en ese caso, el PRO y La Cámpora serían los extremos de esa polaridad.

Pero, si se tomaran otras categorías para construir las oposiciones de la política, podríamos encontrarnos con la sorpresa de que el PRO y La Cámpora tienen similitudes en el vector nuevo-viejo porque ambos reivindican la renovación en la política y una crítica de las prácticas gatopardistas de las últimas décadas. Visto así, La Cámpora y el PRO tienen un enemigo en común, que es el PJ, la estructura burocrática del peronismo, que, como aparato, trasciende al peronismo para abarcar también a parte de la dirigencia del radicalismo, consustanciada, a través de tantos años, con técnicas similares.

No sólo La Cámpora –también el PRO– promueve la participación de los jóvenes y la formación de cuadros dirigenciales nuevos. Y hasta podría decirse que la misma rebeldía que Kicillof comparte con Macri frente a la costumbre de usar corbata es una clara señal de la existencia de una semiótica del vestuario que, además de tener algo en común para comunicar, transmite un mensaje similar de informalidad como asociación de juventud y cambio.

Cuando en la inauguración del tramo de la autopista Illia, el martes pasado, la Presidenta dijo que no había pacto alguno entre el kirchnerismo y el PRO sino sólo sentido común, la aclaración sonó parecida a cuando un paciente le dijo a Freud: “No es por mi mamá, doctor”, lo que fue interpretado como una confirmación de lo contrario por la energía colocada en su negación.

También “habló” la escena, porque la Presidenta nunca colocó a Scioli a la par en ningún acto, sino siempre detrás o a un costado, y aceptó ubicarse con dos atriles iguales en la inauguración de la autopista, al igual que en el tedeum del 25 de Mayo, cuando ella y Macri ocuparon dos reclinatorios separados del resto en la Catedral.

El miedo a que Scioli les choque el modelo (una frase repetida en las escuelas de gestión es: “No conozco la clave del éxito, pero sí la del fracaso: tratar de satisfacer a todo el mundo”), o a que Massa se lo robe, puede hacer que Macri termine siendo el mal menor para los kirchneristas. Y –como se adelantó en la contratapa de la semana pasada– les permite soñar con que sea el equivalente de Piñera en Chile, que contribuya al regreso de Cristina, como Bachelet, después de un período de derecha.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el Viernes 06/06/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Que este sea el piso no el techo... De Alguna Manera...

Que este sea el piso, no el techo...

Es claro que estamos tristes, que la desesperanza nos invade por estas horas. Que las ilusiones de ascender en este torneo se habían agigantado durante los últimos meses producto de una campaña espectacular en este 2014. 

Que todos los fanas del Globo sentíamos el latido del corazón con más fuerza que de costumbre. También es claro que los últimos triunfos “camioneros” del Rojo y algunos inesperados tropiezos nuestros hicieron el camino cuesta arriba. No importa Quemeros, no miremos hacia atrás, es ahora cuando no debemos aun bajar los brazos porque la esperanza es lo último que debe perderse tanto en el fútbol como en la vida misma y aún queda una tarde más en la que tenemos que dejar hasta la última gota de sudor por esa hendija que todavía refleja un rayito de sol.

Pero más allá de lo que nos depare el fin de semana que se viene, lo medular de esta historia está en un concepto que nunca pudimos asimilar y es la de MANTENER LA BASE. Siempre que un objetivo grande y cercano no se alcanza, el Mundo Huracán se autoflagela y dinamita su propia casa. Nada queda y todo hay que reconstruirlo otra vez de cero.

Pasó en el 2001 cuando no clasificamos a las copas. En 2003 estábamos descendidos producto de haber desmantelado aquel plantel que tan cerca estuvo. Repetimos la historia en 2009 para quedarnos, luego de la bochornosa final, sin plantel y descender estrepitosamente en 2011.

NUNCA ENTENDIMOS QUE CUANDO ESTAMOS CERCA DEL OBJETIVO QUIERE DECIR QUE SI NO ES MAÑANA PUEDE SER PASADO. Hay sobrados ejemplos de clubes subcampeones que mantuvieron la base y al poco tiempo dieron la vuelta olímpica porque entendieron que estaban cerca y no se suicidaron ante el primer traspié.
Si el objetivo no se alcanza ahora, seguramente llegará en diciembre y hay que mantener esta base futbolística que ya está aceitada para lograrlo. Por supuesto ajustando algunos detalles y reforzando los puestos donde existan baches. Pero la estructura de este equipo debe mantenerse, con estandartes como Kudelka hacedor de este presente, con Marcos Díaz gran arquero además de líder con voz de mando, con Toranzo como usina generadora del fútbol del equipo y con el resto que acompañó en gran forma para lograr este cambio significativo que mostró el Globo versión 2014.
La puerta del ascenso quedó entreabierta. Si se abre nos abrazaremos a la gloria ahora. Si se cierra, la volveremos a abrir en breve sólo si tenemos la inteligencia de mantener la fuerza con la que supimos llegar a esta instancia que era inesperada hace unos pocos meses. Que todo este esfuerzo sea el piso del futuro que se viene y no otro techo que no deje nada. APRENDAMOS DE LOS ERRORES DEL PASADO.
© Escrito por Roberto Guidotti el Lunes 02/06/2014 y publicado por www.patriaquemera.com.ar

Las vacunas de Cristina y los sátrapas de Amado… De Alguna Manera...


Las vacunas de Cristina y los sátrapas de Amado…

El escrache a periodistas, una constante.

El gobierno nacional lanzó el milésimo ataque contra el periodismo de investigación. El sábado 7 de junio se festeja el día del periodismo “pero no de los periodistas” como recordó Cristina Fernández de Kirchner en cadena nacional mientras lanzaba una empresa de medición de rating estatal supervisada por las “independientes” universidades públicas.

Horas después, el vicepresidente Amado Boudou, lanzaba insultos y amenazas contra ex funcionarios de su gobierno, como Graciela Ocaña, y le exigía a Ignacio Ortelli, periodista de Clarín, a que revelase sus fuentes de información para “salvar su alma”. El ex ministro de Economía miraba a cámara, desafiante, como Robert De Niro en Los Intocables, film en el que personificó al gánster Al Capone en los tiempos de la ley seca. Sería exagerado creer que el juez federal Ariel Lijo es el idealista agente federal Eliot Ness que llevó a los tribunales a Capone pero hoy sí representa su espíritu. Los que no son Rodolfo Walsh ni aspiran a parecerse, aunque se cansen de citarlo, son los panelistas de 678.

En pleno exabrupto discursivo, Boudou pidió no continuar hablando pues “me voy a ver tentado de decir cosas que voy a decir el lunes”. “Bueno, no diga” se apuró a contestarle Carlos Barragán deshonrando la profesión periodística mientras homenajeaba al Bernardo Neustadt que, durante los años noventa, le pedía a los funcionarios que si metían la mano en la lata, que no se vea. Barragán no quiso saber, mucho menos, preguntar. Para eso están las 740 preguntas que Orlando Barone se quedó con ganas de hacerle al ex Presidente Néstor Kirchner cuando visitó ese programa en enero del 2010 junto con, por ese entonces, la actriz militante, Florencia Peña.

Como anoche, ni Barragán, Barone, Dante Palma y el ex empleado de la jefatura de gabinete, Edgardo Mocca, le preguntaban nada, el propio Boudou se preguntó “¿Podemos ver quién es Graciela Ocaña? ¿Saben cuál fue el resultado de la gestión de Graciela Ocaña?” Silencio. El vicepresidente comenzó a citar datos extraídos del INDEC o del flamante rating estatal: “respecto del dengue, 26.644 casos, 6 muertos, la epidemia más grande en la historia de la República Argentina”.

Por esa razón, la tarea de Ricardo Forster como secretario del Pensamiento Nacional será ardua: en todos los manuales de historia argentina recuerdan la fiebre amarilla que inundó a nuestro país durante el siglo XIX provocando 14 mil muertos. Un poquito más que los 600 muertos que se llevó la gripe A de Ocaña, “la pandemia con la mayor cantidad de muertos en el mundo” según Boudou obviando recordar que la “hormiguita” fue funcionaria del gobierno de Néstor y Cristina Kirchner que, dicho sea de paso, alguna responsabilidad deben haber tenido en su, supuesta, mala designación.

Y con la frialdad de las estadísticas, ciertas o no, la Presidenta explicó que, gracias a su nieto Néstor Iván, la vacuna contra el meningococo será gratuita. “No sólo provoca la muerte, sino aquellos que quedan vivos, quedan con secuelas” resumió CFK que festejó que, luego de su medida merced a la queja de su nuera por el alto costo de esa vacuna, no morirán más 16 niños por año a causa de esa enfermedad. En 11 años se podrían haber evitado unas cuántas muertes pero, como para el kirchnerismo, la noticia no es el tren que choca sino los tantos que llegan, festejemos la buena nueva.

Al día siguiente, el gobierno nacional que no es capaz de publicar cuántos pobres hay en el país, lanzó el rating para todos y todas. La revolución “nacional y popular” ingresa en su fase final peleando contra Ibope. “Nunca me llamaron” se quejó la abogada exitosa suponiendo que las consultoras del rating saben qué programas ve ella. A la fanática de Games of thrones le encantaría que Ibope le diese la razón y que el fútbol le ganase, todos los domingos, al programa periodístico de Jorge Lanata. Es extraño este país, los cráneos de los medios públicos, descorchan champagne cuando River o Boca miden 20 puntos aunque descreen de las mediciones de Ibope cuando “Esa Mujer” de Andrea del Boca no supera el puntito de rating. ¿En qué quedamos?

Mientras tanto, Hebe de Bonafini estudió el ciclo de la vida de esos pequeños roedores conocidos como “ratas”. Las ratas a las que aludió la mujer que festeja la estatización de su universidad, mientras Raúl Castells continúa una huelga de hambre para que el Ministerio de Educación, simplemente, le reconozca la suya, “viven más porque tienen quien las alimente”. Tanto para Hebe, Amado y Cristina, el periodismo crítico y de investigación obedece, vertical e incondicionalmente, a Héctor Magnetto. Desde 1930, casi todos los argentinos somos directores técnicos frustrados. Pero, cuando el grupo Clarín pasó de ser aliado a destituyente, millones de ciudadanos se transformaron en periodistas frustrados.

Sinó fuese por el periodismo de investigación, el escándalo Ciccone, Sueños Compartidos, la ruta del dinero K, no hubiesen existido para gran parte de la sociedad. Es como si los medios extranjeros, algunos pocos valientes periodistas locales no se hubiesen animado a publicar y difundir las denuncias de las Madres de Plaza de Mayo durante la última dictadura militar. La comparación suena exagerada pero para estos tres periodistas frustrados, la corrupción, el cinismo y la mentira siempre son pecados del “otro”: las corporaciones o un simple periodista que hace su trabajo: buscar la verdad oculta y cuidar a sus fuentes de información.

Mientras Boudou se defendía de las preguntas inquisidoras en 678, Dante Palma, en un rapto de masturbación académica, decía que “el periodismo quiere reemplazar a Dios cuando decía “hágase la luz” y creaba a través de la palabra”. Pero el filósofo fue más allá: “cuando el vicepresidente hablaba recordaba el mito que alguna vez mencionó Orlando, el de Casandra”. “Lo que hacen los medios es atacar a determinados referentes o funcionarios para que nunca se les crea”. (SIC)

En las universidades públicas en las que las carreras de Periodismo y Comunicación han sido mancilladlas, se proponen medir “objetivamente” el rating. Así, luego de difundir las novedosas pantallas en las que 678 será más popular que Lanata y Majul juntos, la Presidenta se irá a dormir contenta, aunque en el fondo sepa, que todo se trata de otro gran engaño. ¿Acaso importa?

© Escrito por Luis Gasulla el Sábado 07/06/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.