lunes, 9 de abril de 2012

Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)... De Alguna Manera...

El TOC...

El Trastorno obsesivo-compulsivo, un trastorno que puede volver la vida una pesadilla. Los especialistas explican cómo reconocerlo, y cómo es el tratamiento.

A Carla la obsesionan los gérmenes. Su ritual diario consiste en trapear los pisos de su casa una y otra vez con lavandina. A Raúl, en cambio, le preocupa al extremo el orden, la simetría y la exactitud. Gran parte de su rutina cotidiana se basa en acomodar –por ejemplo– su escritorio de trabajo. Raúl y Carla son dos de las 800.000 personas que padecen un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) en nuestro país. Es un problema que afecta a niños, adolescentes y adultos y que, por lo general, comienza de una manera sencilla hasta paralizar por completo a la persona; inclusive puede llegar a complicar a todo su entorno familiar.

“Es infinita la serie de amenazas que pueden surgirle a una persona que padece TOC”, explica Pedro Horvat, médico especialista en psiquiatría y psicoanálisis y miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Horvat añade: “Es un trastorno en el cual un impulso se apodera de la persona, que de inmediato tiene que hacer algo porque siente que si no lo anula, algo muy grave puede ocurrir. Hay un montón de teorías acerca de las causas que lo originan. Van desde la genética a alteraciones de transmisores neuroquímicos. Aunque, seguramente, la verdad está en el medio”.

Despegarse de las obsesiones es difícil. “Las personas intentan apartarlas, pero no lo logran. Se trata de un trastorno que impide el desarrollo de una vida cotidiana normal, ya que insume mucho tiempo del día y energía psíquica”, detalla Liliana Novaro, médica psicoanalista y psiquiatra de la Asociación Psiquiátrica Argentina. ¿Cuál es el ADN del TOC? “Tiene obsesiones y compulsiones. Uno puede tener obsesiones y no tener un TOC”, cuenta Juan Cristóbal Tenconi, psicoanalista de la APA y psiquiatra, presidente del Capítulo de Psiquiatría de Interconsulta y Psiquiatría de enlace de la Asociación de Psiquiatras de la Argentina. “La compulsión es un movimiento, un acto motor, que realizás para evitar tener la obsesión”, grafica Tenconi. Y sobre la naturaleza del TOC agrega: “Es un trastorno grave, no livianito. La persona que lo tiene la pasa realmente mal. Pierde gran parte del día en hacer rituales o está carburando todo el tiempo la obsesión”.

Para desterrarlo, los especialistas recomiendan un tratamiento combinado con psicofármacos y terapia. Depende de la gravedad del entorno, de las sugerencias de los profesionales y hasta de la preferencia del paciente, pero existen varios tipos de psicoterapias que abordan el trastorno. El tratamiento debe extenderse hasta que la persona restablezca una vida normal con capacidad afectiva, de disfrutar, de trabajar. “Muchas veces, las personas interrumpen los tratamientos cuando se sienten bien, pero es prematuro porque la mejoría no se encuentra aún consolidada”, agrega Liliana Novaro.

Más allá del tratamiento, los expertos dicen que reducir el nivel de ansiedad también contribuye para ayudar a la persona afectada. Los ejercicios de relajación, meditación, respiración o de gimnasia como la natación favorecen para disminuir el grado de ansiedad, permitiendo controlar nuestra mente y proporcionando un estado de tranquilidad y descanso físico y mental.

Claves

* Estos son algunos tips que sugieren los especialistas para reconocer si una persona padece trastornos obsesivo-compulsivos.

* Suele presentarse una idea desagradable sucesivamente por diversas razones que se le impone en la mente a la persona y le causa malestar (obsesión).

* Hay algún acto o pensamiento que es precedido por una fuerza mental interna o una obsesión apremiante que genera angustia y lucha interna (compulsión).

* Ese acto (compulsión) suele ser reiterado, ocupar mucho tiempo, ser rígido y sin sentido aparente para un observador. Al realizarlo, disminuye la angustia.

* No hay consumo de sustancias, otro cuadro psiquiátrico o problemas médicos que puedan justificar el cuadro.

* Si estas premisas son afirmativas (sobre todo las tres primeras, ya que la cuarta no la puede evaluar directamente el sujeto involucrado) es probable estar en presencia de un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

© Escrito por María Eugenia Pintos y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 9 de Abril de 2012.


Tratamiento psicológico de los trastornos emocionales...


© INFOCOP ONLINE 2007

Un artículo publicado este mes en la revista Monitor on Psychology (una publicación de la American Psychological Association), recoge las claves para el tratamiento psicológico de los trastornos emocionales. Dicho protocolo de intervención psicológica fue presentado por David H. Barlow durante la 116º Convención Anual de la APA celebrada en Boston este verano.

Según Barlow, profesor de Psicología y Director Emérito del Centro para la Ansiedad y los Trastornos Relacionados de la Universidad de Boston, “el protocolo se basa en 3 o 4 conceptos básicos que parecen estar presentes en todos los tratamientos que han resultado exitosos para los diferentes trastornos emocionales”, entre los que se incluyen los trastornos de ansiedad, la depresión y las fobias.

El protocolo tiene en cuenta tres aspectos:

- Los nuevos conocimientos sobre cómo funciona la terapia de exposición. Las investigaciones más recientes han encontrado que es más eficaz exponer a las personas a sus experiencias emocionales actuales – ya que les ayuda a aceptar mejor su vida emocional y a desarrollar maneras más positivas para regular sus emociones – que simplemente exponerles a condiciones aversivas externas que pueden despertar temporalmente dichas emociones sin prestar atención en la manera en que están procesando la experiencia.

- Los recientes hallazgos que demuestran que los patrones emocionales y las respuestas afectan diferentes regiones cerebrales. Por ejemplo, algunos estudios de neuroimagen han demostrado que la terapia cognitiva y otras técnicas de regulación emocional modulan la respuesta de la corteza prefrontal y la amígdala, de tal manera que reducen las emociones negativas e incrementan las emociones positivas.

- Los estudios que muestran que algunas personas reaccionan ante la experimentación de determinadas emociones negativas (como miedo, ansiedad, depresión o ira) con evitación y rechazo, así como empleando grandes esfuerzos por suprimir dichas reacciones.


El protocolo presentado por el grupo de Barlow para el manejo general de los trastornos emocionales consta de siete módulos, en los que se incluyen los siguientes componentes:

  • Psicoeducación.
  • Aumento de la motivación para facilitar la adherencia y el compromiso con el tratamiento.
  • Entrenamiento en auto-conciencia emocional.
  • Evaluación y re-evaluación cognitiva.
  • Modificación de la evitación emocional y de las conductas para el manejo de las emociones.
  • Exposición a situaciones y sensaciones somáticas internas.
  • Prevención de recaídas.
  • Entrenamiento en auto-conciencia emocional centrada en el presente.
Según los autores del programa, una de las ventajas que ofrece es la posibilidad de ser adaptado de manera flexible en función de las características del problema específico que presente el paciente, pudiendo ser aplicado a una amplia variedad de trastornos emocionales.

© Publicado por Monitor on Psychology el martes 24 de Febrero de 2009.


domingo, 8 de abril de 2012

Mundo Mafalda... De Alguna Manera...

Mundo Mafalda...

 Mafalda.

Con las palabras que no tuvo Periquita y la garra política que no heredó Lisa Simpson, Mafalda es un personaje único. Aquí, su mirada de época y la filosofía que la anima.

Mafalda es única. Aunque en sus comienzos haya parecido un homenaje a Periquita y en la actualidad la haya heredado un poco Lisa Simpson. Sin embargo, Periquita está sumida en el silencio, en comparación, y a Lisa le falta la garra para cuestionar el mundo.

La tira nació oficialmente en 1964, en Primera Plana, pero Mafalda ya era una nena que hablaba. Y marca un antes y un después en los lectores argentinos: los adultos que la leían “en vivo y en directo” por aquellos años, se sonreían. Los adultos argentinos de entonces (la leían en los diarios El Mundo, El Litoral, Córdoba, Noticias, de Tucumán, o la revista Siete Días), si podían, o hacían la revolución o compraban Nervocalm. Para los demás lectores –por lo general se accede a Mafalda en la adolescencia–, los que la leímos después en las tiras que publicó Ediciones de la Flor, ella se convertirá en el bálsamo con el cual soportar la realidad y las pérdidas de estos últimos cuarenta años: una dictadura con un saldo de 30 mil desaparecidos, una guerra inútil e injusta, la prosperidad fingida de los 90, el ingreso con tarjeta de cartón a un primer mundo de pacotilla.


Dice Quino que la hizo cascarrabias: en realidad es una melancólica que estalla de ira por los avatares del mundo. La realidad política remite en última instancia a la naturaleza codiciosa y cruel del ser humano y nos hace desgraciados y Mafalda es quien denuncia todo el tiempo, a través de la frescura de su humor, la maldad y la impericia del hombre y la ingenuidad de muchas de las soluciones planteadas a los problemas mundiales, como el hambre y la paz.

En un reportaje de 1987, el autor explica que el nihilismo de Mafalda se refiere a la índole del ser humano, no a la civilización. “Estaba convencido de que si alguien no modificaba un gen del hombre, éste desaparecería a corto plazo”. Con ironía, Mafalda sobrellevaba los conflictos bélicos del Congo, Israel, Vietnam, la Unión Soviética, Hungría, las Revoluciones sangrientas, y en el plano local, el golpe de estado de Onganía, la eterna contradanza de precios y costo de la vida; y las dos paranoias fundantes de esas décadas: el terror amarillo y el avance del comunismo, con su consecuencia: la guerra nuclear.

La sopa, que ella detestaba (fue la época en que la sopa en cubitos se impuso), sin duda era un mal menor. No hay lector ferviente de la tira que no acabe odiando la sopa tanto como ella. Sin embargo, hay dos cosas buenas con que enfrentar el mundo y que pueden escudarnos, sostiene Mafalda: los Beatles y el amor de los amigos.

Los seis amigos tienen intereses distintos y hasta irreconciliables por momentos, sin embargo construyen un vínculo que aspira al bienestar del grupo. Tal como el sueño que anhela: ser intérprete de la ONU para lograr la paz mundial. Aquí es cuando Mafalda se pone de verdad optimista y ansía creer en que los gobiernos de distintos países pueden acordar entre sí, como acuerdan los amigos.

En 1973, Mafalda dejó de salir en los diarios y con eso terminó su vida de historieta. Quino declaró sentirse oprimido por el personaje; las peroratas de Mafalda acabaron siéndole insoportables y no la extrañó jamás una vez que dio por finalizada la tira. Volvió, en ocasiones, a ilustrarla en otras producciones, como La declaración de los Derechos del Niño que publicó UNICEF en 1976.

Pero Mafalda ya no regresó a la vida de personaje de historieta; Quino se exilió en España y sus fans argentinos nos quedamos un poco huérfanos. Para Umberto Eco, leer Mafalda era indispensable para entender la realidad argentina; hoy Wikipedia lo contradice, afirmando que los temas que se tratan en la tira son universales. Sin embargo, la vigencia de Mafalda, con su cotidianidad porteña y una clase media a la que pertenece, ¿se vive igual leída por un francés o un sueco?

El último libro, Mafalda 10, nobleza obliga, Quino lo dedicó a Mafalda, Manolito, Felipe, Susanita, Miguelito, Guille y Libertad. Uno puede comprender al creador cuando dice: “Se acabó, se agotó” y que se haya negado a conformar un equipo de guionistas para generar nuevas ideas, como hicieron Charles M. Schulz con Peanuts, Matt Groening con Los Simpson o Nick con Gaturro. Uno, lo admira, lo entiende y agradece.

Pero igual, ¿A quién no se le estrujó el corazón de pena cuando cerró Mafalda 10?

© Escrito por Patricia Suárez (*) y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el Domingo 8 de Abril de 2012. (*) Escritora.


Felices Pascuas... La casa está en orden... De Alguna Manera...

"Semana Santa no provocó la Obediencia Debida"

 
"Los combatientes de Malvinas fueron ocultados a la opinión pública con la intención de aliviar la responsabilidad de las cúpulas castrenses."

A veinticinco años del levantamiento carapintada, quien fuera ministro de Defensa del presidente Raúl Alfonsín reconstruye los momentos de tensión y destaca el rol del mandatario radical.  Y niega que la aprobación de las leyes de Obediencia debida y de Punto Final se haya debido a la rebelión.

 El ex ministro de Defensa entre 1986 y 1989, Horacio Jaunarena, sostiene su libro sobre el levantamiento carapintada, "La casa está orden". Foto: Cedoc

Vuelve a las librerías, en una nueva edición, La Casa está en orden, el best seller en el que Horacio Jaunarena relata la famosa rebelión de Semana Santa. 

El doctor Horacio Jaunarena fue ministro de Defensa desde 1986 hasta 1989 y es fácil recordar que en aquel primer gobierno constitucional, presidido por Raúl Alfonsín, el equilibrio con las Fuerzas Armadas tropezó con mil escollos. Tan es así que el 14 de abril de 1987, se produjo el primer intento de golpe castrense.

—¿Cómo se enteró del levantamiento comandado por Aldo Rico?
Horacio Jaunarena recuerda las horas (posiblemente) más tensas de su vida:
—Me llamó el general Ríos Ereñú, jefe del Ejército, para comunicarme que en Córdoba había un oficial de inteligencia (Ernesto Barreiro) acusado por el secuestro y muerte de militantes en el campo de detención clandestino de La Perla, que se había negado a presentarse ante la Justicia refugiándose, en cambio, en el regimiento de la XIV Brigada de Infantería Aerotransportada. Muy rápidamente comenzaron los rumores acerca de la situación en los cuarteles. El coronel Aldo Rico se instaló en la Escuela de Infantería de Campo de Mayo y ya, en aquel Jueves Santo, se confirmó la noticia que señalaba una rebelión. Ciertos episodios anteriores presagiaban una situación muy compleja en el orden militar. Por ejemplo, algunos oficiales se reunían para despedir a aquellos que iban a declarar ante la Justicia. Tan es así que en Córdoba, hubo gestos de marcada hostilidad frente a los miembros de la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) que iban a escuchar a aquellos hombres. El maltrato fue tan fuerte que tuvimos que pasar a retiro al comandante del III Cuerpo y a varios protagonistas de esos episodios. La inquietud militar, por lo tanto, se convirtió en un hecho importante. Yo diría que el primer episodio que revela la gravedad de la situación es el ocurrido en Córdoba, que culmina también con el pase a retiro del general Harguindeguy. Tampoco podemos olvidar los famosos discursos de los militares retirados que reivindicaban la dictadura. Esto, obviamente, provocaba respuestas e inquietudes. También tuvimos un problema en el hecho de que se daba un desajuste entre lo que Alfonsín había prometido en la campaña. Me refiero a la distinción entre los que habían impartido las órdenes y aquellos que las cumplieron y la implementación de esa situación.

—¿Por ejemplo?
—Bueno, cuando iba a los tribunales, la gente que había sufrido secuestros y torturas no notificaban a Videla. Claro, Videla no iba a los tribunales. Era quien había ordenado la represión y un oficial, un cabo o un teniente habían cumplido, luego, la orden. Esa misma gente también era responsabilizada por la derrota de Malvinas dado que, durante la dictadura, se produce una interna en el gobierno militar por la cual las cúpulas de Buenos Aires culpan a los que habían combatido en Malvinas por haber perdido la guerra. A su vez, cuando regresaron, los combatientes de Malvinas (mal equipados, muertos de hambre y frío) fueron ocultados a la opinión pública con la intención de distraer la atención y aliviar la enorme responsabilidad de las cúpulas castrenses. Y cuando se implementa la política de repudio a la represión ilegal, los primeros citados son aquellos que, en Malvinas, habían tenido que combatir. Salvo Videla y Massera, los demás responsables no aparecían en los tribunales porque los tribunales avanzaban sobre los que se identificaban. Esto produjo una situación muy compleja, de mucho resentimiento que dio origen a que tuviéramos que dictar leyes como la Ley de Punto Final previa a la de Obediencia Debida.

—La Ley de Punto Final se dicta antes del levantamiento de Rico.
—Sí. Le explico: había una indefinición en el tiempo y en las responsabilidades. Con la Ley de Punto Final se establecieron sesenta días durante los cuales aquellos que no fueran citados quedaban exentos de responsabilidad. Y los jueces (muy sensibles en aquel momento por la situación que se estaba viviendo) procesaron prácticamente a todo aquel que llevara uniforme. Quiero decir que lo que se intentó (acotar en el tiempo y en el límite de responsabilidades) fracasó. Luego, en el mismo sentido, cuando se pretendió apuntar a quienes habían impartido las órdenes, aparecen las instrucciones a los fiscales que también fracasan porque no se logra acotar la situación. Por orden del presidente Alfonsín se comienza, entonces, a estudiar lo que más tarde se llamó Ley de Obediencia Debida.

—Pero ya se había trabajado en esa ley.
—Sí. Antes de Semana Santa había sido estudiada y Alfonsín la anuncia en un acto en Las Perdices, en Córdoba, unos veinticinco días antes de que se produjera la rebelión. Tan es así que el diario Clarín, con anterioridad también a la Semana Santa del 87, recoge este anuncio de Alfonsín y lo publica en varias ediciones. Esto es interesante aclararlo porque, después de Semana Santa, se produce una situación muy compleja. Le explico: si bien Aldo Rico es vencido en Semana Santa, su aparato de inteligencia sigue funcionando.

—Aun con Aldo Rico preso.
—Sí pero para evitar que se advirtiera que el propio Rico había perdido poder, se difunde el rumor de que había habido negociaciones en Semana Santa pese a que estaba anunciado en los diarios todo cuanto Alfonsín iba a llevar a cabo.

—Yo recuerdo que el presidente Alfonsín y algunos altos funcionarios de su gobierno fueron entonces a Campo de Mayo.
—Es cierto. En aquella Semana Santa, el sábado por la noche, como ministro de Defensa, fui a Campo de Mayo. Nos encontrábamos con una situación muy compleja porque por una parte teníamos a la gente, a los ciudadanos, que habían sido protagonistas en forma fundamental… Creo que en Semana Santa se produce un quiebre en la historia porque la multitud (la gente) dijo ¡basta! a los planteos militares.

—Bueno, la gente quería ir a Campo de Mayo.
—Y ése era nuestro drama. A eso de las seis de la tarde del sábado, yo estaba con Aldo Rico. Tenía que cumplir una orden impartida por Alfonsín. Una orden complicada: “Tenés que reducirlo pero que no corra sangre…” Yo debía, entonces, apurar los hechos contrarreloj. Era necesario lograr la rendición de Rico y, al mismo tiempo, no olvidar que yo tenía a 10 mil personas ubicadas a 500 metros y que, si avanzaban, podía producirse una masacre.

—No recordaba que había ido tanta gente a Campo de Mayo…
—Sí, había mucha gente. Incluso, hemos conservado las fotografías de aquel momento. Ese era, le repito, nuestro drama. Debíamos terminar con la rebelión pero sin permitir un enfrentamiento entre la población y los rebeldes. Finalmente, Rico se dio cuenta de que estaba vencido. A eso de las 9 de la noche, me prometió que “al día siguiente” entregaba la Unidad. Según sus palabras, debía “disuadir” a sus seguidores para lograr así la rendición. Fíjese que Rico estaba perdido porque, si bien nosotros no lográbamos reprimir porque nuestras fuerzas no iban a disparar contra sus camaradas, tampoco se plegaban. O sea que Rico no tenía las solidaridades con las que había contado y, al mismo tiempo, la gente reaccionaba de una forma que él no esperaba. Por eso mismo, Rico se rinde. Pero demora en hacerlo y este es el motivo por el cual el presidente Alfonsín va a Campo de Mayo y allí recibe, finalmente, la rendición. Sin embargo, como le explicaba, la inteligencia del aparato carapintada continúa su labor e instala la idea de una negociación.

—¿Por qué cree usted que la idea de la negociación prende en la gente?
—Porque toda la historia, que incluso era parte de una cultura, reflejaba el hecho de que cada vez que se producía un planteo militar, el gobierno civil terminaba por rendirse. O comenzaba a negociar.

—En aquel momento se decía justamente que, en esas horas, se había negociado la Obediencia Debida. ¿Es verdad?
—Exactamente. Como esto ya se había anunciado veinte días antes…También le dije a Rico que lo único que lamentaba es que la Ley de Obediencia Debida iba a ser interpretada como una consecuencia de su levantamiento. ¿Y a quién beneficiaba que esta lectura prevaleciera? En primer término, a Rico y a sus carapintadas y luego, a la extrema derecha que siempre había considerado a los militares como la última reserva para defenderse de los intereses de la mayoría. También esto favorecía a la extrema izquierda porque si lograba instalar la idea de la negociación, el foquismo quedaba justificado como acción. Es decir, proclamaba que la guerrilla era la única que podía, a través del combate, vencer a los militares. Sin embargo, después de esas Pascuas hubo todavía dos asonadas militares que fracasaron rotundamente.-

—Pero Rico en Semana Santa queda preso, ¿no es cierto?
—Sí, pero se escapa y se refugia en Monte Caseros y, una vez en el cuartel, dice que va a resistir hasta morir. En aquel momento, ya era jefe del Ejército el general Dante Caridi como sucesor de Ríos Ereñú. Caridi se pone al frente de una tropa que le respondía y quería disparar sus armas para defender la democracia. No fue necesario pero Rico tuvo que rendirse en Monte Caseros. En el ínterin, habíamos enderezado lo que Alfonsín había anunciado durante la campaña. Había entonces dos posiciones: la de Alfonsín que decía que era menester distinguir entre los que había que juzgar y la de Luder, que consideraba posible una amnistía. Con el 50% de los votos, la victoria pertenece a Alfonsín pero tiempo después, con Menem, el peronismo vuelve al postulado de Luder: amnistía y leyes de perdón. Esto fue apoyado en su momento por los legisladores y gobernadores peronistas en ejercicio de su mandato. Frente a estas dos posturas, Alfonsín hace lo que había prometido y no avanza en esa dirección porque advierte que la relación de fuerzas no daba para más. Luego, se dicta la amnistía, etc., que acarrean los hechos que conocemos. Pero Semana Santa es un punto de inflexión en la historia porque, por primera vez, el pueblo es protagonista en forma masiva de esa situación y decide preservar la facultad de libre decisión del gobierno. Han pasado 25 años desde aquel domingo de Pascua.

—Luego ocurren La Tablada, Villa Martelli…
—La Tablada es otra historia. Es uno de los últimos estertores del autoritarismo militar. Pero en cuanto a Villa Martelli, las cosas comienzan cuando el coronel Seineldín se rebela y se refugia en la Escuela de Infantería de Campo de Mayo. Caridi comienza entonces con lo que se llama “tiros de reglaje”.

—¿Qué significan?
—Le explico: el artillero comienza disparando a treinta metros del objetivo; luego, a veinte, diez y cinco metros. Luego, disparará sobre el blanco. Al comenzar entonces el tiro de “reglaje”, Seineldín se rinde y dice lo mismo que Rico: “Le voy a entregar la unidad militar pero… en el día de mañana”. Cuando Caridi me informa, le pregunto dónde está Seineldín y él repite lo que acabo de contarle. Cosa que me preocupó enormemente. “Es un hombre de palabra”, intentó defenderlo Caridi. Pero, en efecto, mis temores resultaron acertados. Seineldín se va de allí con un grupo de seguidores y se refugia en Villa Martelli. Estamos en diciembre de 1988.

—¿Por qué se refugia en Villa Martelli?
—Sencillamente porque la unidad militar ubicada allí era lindera con el gasómetro que está ubicado sobre la avenida General Paz. Por lo tanto, resultaba absolutamente imposible usar la artillería por el peligro de explosión que esto significaba. Se demora entonces el operativo pero, finalmente, el coronel Seineldín se rinde.

—Sin dudas, los primeros tiempos de la democracia fueron particularmente agitados.
—Sí. Luego ocurrió el episodio de la Tablada protagonizado por el padre Puijané y Gorriarán Merlo, que es quien dirige la rebelión.

—Volviendo a Semana Santa, pensamos que el presidente Alfonsín se juega una carta muy audaz cuando proclama “la casa está en orden” porque, verdaderamente, no lo estaba. Era como estar sobre un volcán.
—Alfonsín trató de tranquilizar a la población. Pero le explico algo más: la casa dejó de estar en orden porque los aparatos de inteligencia, como le relaté, seguían su tarea. Se logró reducir a Rico militarmente pero no a su grupo de inteligencia que trabajó y siguió fogoneando la situación que condujo a Monte Caseros. Pero aquí surge una gran diferencia: en Monte Caseros, nosotros lo redujimos militarmente y a Rico le quedó solamente la posibilidad de rendirse.

—Es realmente increíble que estos golpistas que piensan en derrocar un gobierno electo se amparen justamente en la legalidad para postularse luego en elecciones democráticas. Siguiendo con Aldo Rico, todos recordamos que usó al régimen democrático, se postuló y fue elegido intendente de San Miguel. Sin dudas, no hubiera admitido que un golpe de Estado le quitara la intendencia.

—Sí, yo decía un poco en broma que habíamos sido consecuentes porque cuando Rico quería llegar al poder por las armas, iba a la derrota. Y, finalmente, llegó al poder pero a través de una libre elección popular que quizás, en otro escenario, él hubiera cuestionado. En cierta medida, parece que entendió la lección, ¿no? Entendió que una elección libre significaba vivir en una Argentina distinta aun cuando sigo pensando que Aldo Rico tiene una mentalidad autoritaria. Pero, bueno…Esa es otra historia.

© Escrito por Magdalena Ruiz Guiñazú y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos aires el domingo 8 de Abril de 2012. 


Malvinas hoy... De Alguna Manera...

Malvinas hoy: la distancia cultural es tan amplia 
como la "desconfianza kelper"...

Infografía Malvinas hoy...

El columnista de Perfil vivió allí este 2 de abril y transmitió su programa radial desde las islas. Aquí su relato y análisis, mezcla de política y color local.

La vivencia de estar en la capital de las Islas Malvinas es única. Aquí se experimenta la presencia de la soledad. Este es un lugar absolutamente alejado del mundo. En esta ciudad viven 2.500 almas que no olvidan ni por un solo segundo el horror que para ellos significaron los 74 días que pasaron desde el 2 de abril hasta el 14 de junio de 1982, que fue el lapso durante el cual las tropas argentinas ocuparon las islas.

El error y el horror que representó esa guerra han producido un daño gigantesco a las aspiraciones de la Argentina de recuperar este territorio. Hasta esa fatídica fecha del 2 de abril de 1982, reinaba en los kelpers un sentimiento de afecto y gratitud hacia nuestro país, que la mayoría –por no decir la totalidad– de los argentinos desconocíamos. El vuelo semanal de LADE, la pista del aeropuerto construida por el Ejército Argentino, el abastecimiento de combustible a través de la YPF de entonces, la atención médica de muy buena calidad que se brindaba a los isleños en los hospitales públicos de Comodoro Rivadavia y de Buenos Aires, son datos, hechos y circunstancias que aquí se recuerdan con afecto y con la nostalgia y el pesar de lo que será muy difícil que alguna vez vuelva a ser igual. El sentimiento de gratitud y de afecto hacia la Argentina era enorme; por eso mismo fue que aquí dolió tanto el desembarco y la ocupación de las islas por parte de las tropas que mandó la dictadura militar. Los kelpers que aún siguen queriendo a nuestro país lo repiten todo el tiempo.

El paisaje de las islas es de una significativa belleza. La nada que lo habita es sencillamente conmovedora. En el medio de esta nada se eleva Puerto Argentino, una ciudad que experimenta una bonanza económica que daría envidia a más de uno. Aquí todo el mundo tiene trabajo y, a pesar de que la vida no es barata, nadie pasa necesidades. Aquí la gente se siente feliz con el tipo de vida que hace. Es una vida particular. En esta ciudad de calles angostas y limpias, transitadas por muy poca gente –ya sean las 9 de la mañana o las 9 de la noche- y en las que el silencio es estrepitoso, no hay ni cine ni teatro.

Allí el 2 de abril es, obviamente, un día de malos recuerdos. Por eso es una fecha a la que se la ignora, lo que no equivale a decir que se la olvide. Al acto que encabezó Cristina Fernández de Kirchner en Ushuaia nadie le prestó atención. La radio local sólo lo mencionó.

El día de conmemoración para los kelpers es el 14 de junio. Ese es el día de la liberación. El 1 de abril hubo un homenaje a los reservistas que intervinieron en la defensa de la ciudad el día del desembarco que fue muy intenso. Prácticamente toda la ciudad se reunió alrededor del monumento a los caídos para rendirles tributo. Ese día el enojo hacia la Argentina emergió con toda la fuerza, circunstancia que sufrimos en carne propia y que puso en serio riesgo la transmisión de mi programa Primera Mañana, por Radio Mitre, en lo que constituyó la primera transmisión de un programa de una radio de la Argentina originado en las Islas Malvinas. En efecto, la realización de esta transmisión fue algo de gran impacto tanto aquí como en el resto del país, que enojó a algunos kelpers que albergan sentimientos manifiestamente hostiles hacia los argentinos. Esto dio pie a una intensa presión sobre quien aportó el salón en el que se montó el estudio de Radio Mitre en Puerto Argentino, en donde se la sintoniza por aire con una notable claridad. Finalmente, el afecto hacia la Argentina por parte de esa persona nacida en las islas pudo más y la transmisión logró concretarse para emoción nuestra y de todo el equipo que participó de estas transmisiones históricas, tanto allí como en Buenos Aires.

Además de los 2.500 habitantes de Puerto Argentino, en el resto de las islas Malvinas viven otras 2.500. De ellas, 2.000 habitan la base militar de Mount Pleasant, de los que 1.500 son militares y 500, civiles. Los 500 habitantes restantes se distribuyen por el resto de las dos islas principales, Gran Malvina y Soledad.

Las Malvinas están atravesando un momento de una singular bonanza económica. Los crecientes ingresos  provienen de tres actividades principales: la pesca, que representa el 40%; la lana, el 10% y el turismo el otro 50%. La perspectiva por la posible explotación de petróleo es enorme. Los aspectos que serán determinantes para concretarla o no son tres: el impacto ambiental, la carga impositiva y la factibilidad económica del negocio. Si todo esto se logra compatibilizar, se abre para los kelpers un futuro de promisión que los hará a todos ricos.

Más allá del horror de aquellos 74 inolvidables, la guerra nos hizo un gran favor, reconocen los kelpers. Desde entonces las cosas mejoraron mucho para ellos. Lo más importante es que eso les permitió alcanzar status de ciudadanos británicos plenos.

Políticamente se vive en un estado democrático puro que hace recordar a la Grecia de la Acrópolis. El gobernador es designado desde Londres y es, en general, un embajador de carrera. Lo secunda un Consejo Parlamentario integrado por 8 miembros que son elegidos directamente por el pueblo. Hay un detalle singular: los partidos políticos aquí no existen. El único intento que se hizo para crearlos ocurrió hace unos años y fracasó rotundamente. Por lo tanto los ciudadanos y ciudadanas que integran el Consejo son plenamente independientes y su elegibilidad depende del nivel de prestigio o liderazgo que tengan cada uno de ellos entre sus conciudadanos.  

Hay aquí una estación de radio que transmite la mayor parte programación de la BBC y un incipiente canal de televisión que sólo emite, por ahora, unas pocas horas los fines de semana.  Hay en la radio quien todavía vive y recuerda vívidamente el momento en el que las tropas argentinas hicieron su irrupción en sus estudios y tuvieron a quienes en esos momentos se desempeñaban allí, tirados al suelo boca abajo, con alguien sobre ellos apuntándoles.

La base militar de Mount Pleasant, que está ubicada a 50 kilómetros de Puerto Argentino, tiene reminiscencias de los años de la guerra fría. El personal que allí se desempeña no tiene prácticamente ningún contacto con la población malvinense. Mount Pleasant es un coto. Los soldados, además de no tener contacto con la población, no tienen mayor idea sobre las islas. Por eso es que el príncipe Williams estuvo allí pero no tuvo el más mínimo contacto con los kelpers.

El problema de la droga aquí no existe. El del alcoholismo, en cambio, sí. Se toma mucho y los fines de semana mucho más. Ver a jóvenes alcoholizados en las cercanías de los dos o tres pubs que hay es lo normal. El alcohol logra que la gente se sincere, explica con llana franqueza el padre Michel, el párroco de la iglesia católica que tiene una grey de unos cien fieles practicantes, quien agrega que el chisme es el combustible que moviliza la sociedad: aquí todo el mundo sabe todo de todo el mundo.

La educación constituye una herramienta esencial para el desarrollo presente y futuro de las islas.

El jardín de infantes, a partir de los 4 años, la escuela primaria y la escuela secundaria son obligatorios. La escuela es pública y gratuita. Durante la escuela primaria, los chicos que no viven en la ciudad reciben, cada dos días, la visita en su casa de un maestro cuya tarea se complementa por medio de Internet a través de un programa interactivo especialmente diseñado. A partir de la escuela secundaria, ya el alumno que vive en el campo es obligado a trasladarse e instalarse en Puerto Argentino. A tales efectos hay dormitorios especialmente dedicados a los adolescentes en los que se alojan y comen.

Una vez que el alumno termina el secundario está habilitado para dar el examen que se exige para ingresar a las universidades del Reino Unido. Si el aspirante lo aprueba accede a proseguir la carrera que desee en cualquier universidad del Reino Unido, para lo cual el gobierno de las islas paga la matrícula, el hospedaje, los libros y las comidas del alumno quien, por otra parte, no tiene ninguna obligación de regresar a las islas. No obstante, lo que se está comenzando a apreciar es que más del 50% de los estudiantes que se gradúan deciden volver a Malvinas.

La docencia es una de las profesiones mejor pagas de las islas. Esto responde a una decisión política que se tomó hace unos años de elevar la calidad de la educación. Así es que el salario mensual de un maestro es de unas 3.000 libras, lo que le garantiza un muy buen nivel de vida.

En general, se comprueba aquí un profundo respeto hacia los veteranos de guerra argentinos. Todos los que recuerdan los horrores de esa guerra, tienen presente en su memoria como una de esas postales del horror las penurias que nuestros soldados conscriptos debieron padecer durante aquel traumático trance.

El cementerio de los caídos argentinos en Puerto Darwin emociona. Esas tumbas son el testimonio más cabal de la tragedia de aquella guerra absurda. El cementerio está ahora bien cuidado. Cada tumba está coronada por dos rosarios. Allí se percibe la inmensidad de la muerte y el sonido del viento que nunca cesa y el de los rosarios chocándose entre sí. La escena es conmovedora.

Salvo el caso del ex canciller Guido Di Tella, en los 30 años que han pasado de la guerra la clase política argentina no ha pisado las islas. Pienso que es un grueso error. La barrera más importante a vencer es la cultura. Desde ese punto de vista a las Malvinas y a la Argentina las separa un océano. Los kelpers desconfían de todo lo que la dirigencia política expresa sobre las islas. No es para menos. A lo largo de estos 30 años se han encontrado con que un día un gobierno los quiere seducir y otro día, otro gobierno los ignora. Un día un gobierno amenaza con cortarles el vuelo de  LAN y otro día, inesperadamente, ese mismo gobierno propone la idea de establecer tres vuelos de Aerolíneas Argentinas entre Buenos Aires y Puerto Argentino. Un día ese mismo gobierno los amenaza con un bloqueo destinado a impedir el ingreso en los puertos sudamericanos a los barcos que porten la bandera de las islas y otro día el mismo gobierno les promete que habrán de escucharse sus opiniones. Cuál es la verdad, se preguntan muchos de los que aquí quieren ser escuchados. 

Hay hechos que son muy llamativos que deberían generar una profunda reflexión por parte de la dirigencia política de la Argentina en general. Como lo mencionamos, uno de ellos es que en los 30 años de nuestra reganada democracia, con la excepción de Guido Di Tella, durante su desempeño como canciller del ex presidente Carlos Menem, nadie tomó la iniciativa de visitar las islas para contactarse con sus autoridades y, fundamentalmente, con la  gente. De haberlo hecho y de haber encarado el tema de Malvinas con criterio de políticas de Estado, podrían haber tenido una visión más exacta de la realidad que aquí se vive, sin la cual va a ser muy difícil encontrar una manera de comenzar a derribar la muralla cultural que hoy separa a los kelpers de la Argentina. Mientras esa muralla exista va a ser muy difícil que pueda existir alguna posibilidad de una negociación seria sobre la soberanía de las islas.

Estando allí he aprendido a querer más a este territorio.

Estando allí he podido apreciar en toda su profundidad la tragedia de aquella guerra y el dolor que produce lo absurdo de todas esas muertes, las de nuestro lado y las del otro lado.

Estando allí he podido valorar en toda su dimensión el heroísmo y el estoicismo de nuestros soldados.

Estando allí he podido tener una real noción de lo mucho que padecieron quienes debieron enfrentar una geografía tan bella como agreste y un clima extremo y castigador. Allí el frío, el viento y la lluvia congelan el alma.

Por decir todas estas cosas es que durante toda esta semana hay quienes buscaron descalificarme con términos que fueron desde traidor a la patria hasta cipayo. Es una muestra más de los avatares a los que nos exponemos los periodistas en la Argentina actual. Es, en definitiva, el precio de contar los hechos como son. La triste verdad es que hoy las Islas Malvinas están muy lejos de la Argentina. Y como decía la canción, no es triste la verdad sino que no tiene remedio.

La vivencia de estar en la capital de las Islas Malvinas es única. Aquí se experimenta la presencia de la soledad. Este es un lugar absolutamente alejado del mundo. En esta ciudad viven 2.500 almas que no olvidan ni por un solo segundo el horror que para ellos significaron los 74 días que pasaron desde el 2 de abril hasta el 14 de junio de 1982, que fue el lapso durante el cual las tropas argentinas ocuparon las islas.

El error y el horror que representó esa guerra han producido un daño gigantesco a las aspiraciones de la Argentina de recuperar este territorio. Hasta esa fatídica fecha del 2 de abril de 1982, reinaba en los kelpers un sentimiento de afecto y gratitud hacia nuestro país, que la mayoría –por no decir la totalidad– de los argentinos desconocíamos. El vuelo semanal de LADE, la pista del aeropuerto construida por el Ejército Argentino, el abastecimiento de combustible a través de la YPF de entonces, la atención médica de muy buena calidad que se brindaba a los isleños en los hospitales públicos de Comodoro Rivadavia y de Buenos Aires, son datos, hechos y circunstancias que aquí se recuerdan con afecto y con la nostalgia y el pesar de lo que será muy difícil que alguna vez vuelva a ser igual. El sentimiento de gratitud y de afecto hacia la Argentina era enorme; por eso mismo fue que aquí dolió tanto el desembarco y la ocupación de las islas por parte de las tropas que mandó la dictadura militar. Los kelpers que aún siguen queriendo a nuestro país lo repiten todo el tiempo.

El paisaje de las islas es de una significativa belleza. La nada que lo habita es sencillamente conmovedora. En el medio de esta nada se eleva Puerto Argentino, una ciudad que experimenta una bonanza económica que daría envidia a más de uno. Aquí todo el mundo tiene trabajo y, a pesar de que la vida no es barata, nadie pasa necesidades. Aquí la gente se siente feliz con el tipo de vida que hace. Es una vida particular. En esta ciudad de calles angostas y limpias, transitadas por muy poca gente –ya sean las 9 de la mañana o las 9 de la noche- y en las que el silencio es estrepitoso, no hay ni cine ni teatro.

Allí el 2 de abril es, obviamente, un día de malos recuerdos. Por eso es una fecha a la que se la ignora, lo que no equivale a decir que se la olvide. Al acto que encabezó Cristina Fernández de Kirchner en Ushuaia nadie le prestó atención. La radio local sólo lo mencionó.

El día de conmemoración para los kelpers es el 14 de junio. Ese es el día de la liberación. El 1 de abril hubo un homenaje a los reservistas que intervinieron en la defensa de la ciudad el día del desembarco que fue muy intenso. Prácticamente toda la ciudad se reunió alrededor del monumento a los caídos para rendirles tributo. Ese día el enojo hacia la Argentina emergió con toda la fuerza, circunstancia que sufrimos en carne propia y que puso en serio riesgo la transmisión de mi programa Primera Mañana, por Radio Mitre, en lo que constituyó la primera transmisión de un programa de una radio de la Argentina originado en las Islas Malvinas. En efecto, la realización de esta transmisión fue algo de gran impacto tanto aquí como en el resto del país, que enojó a algunos kelpers que albergan sentimientos manifiestamente hostiles hacia los argentinos. Esto dio pie a una intensa presión sobre quien aportó el salón en el que se montó el estudio de Radio Mitre en Puerto Argentino, en donde se la sintoniza por aire con una notable claridad. Finalmente, el afecto hacia la Argentina por parte de esa persona nacida en las islas pudo más y la transmisión logró concretarse para emoción nuestra y de todo el equipo que participó de estas transmisiones históricas, tanto allí como en Buenos Aires.

Además de los 2.500 habitantes de Puerto Argentino, en el resto de las islas Malvinas viven otras 2.500. De ellas, 2.000 habitan la base militar de Mount Pleasant, de los que 1.500 son militares y 500, civiles. Los 500 habitantes restantes se distribuyen por el resto de las dos islas principales, Gran Malvina y Soledad.

Las Malvinas están atravesando un momento de una singular bonanza económica. Los crecientes ingresos  provienen de tres actividades principales: la pesca, que representa el 40%; la lana, el 10% y el turismo el otro 50%. La perspectiva por la posible explotación de petróleo es enorme. Los aspectos que serán determinantes para concretarla o no son tres: el impacto ambiental, la carga impositiva y la factibilidad económica del negocio. Si todo esto se logra compatibilizar, se abre para los kelpers un futuro de promisión que los hará a todos ricos.

Más allá del horror de aquellos 74 inolvidables, la guerra nos hizo un gran favor, reconocen los kelpers. Desde entonces las cosas mejoraron mucho para ellos. Lo más importante es que eso les permitió alcanzar status de ciudadanos británicos plenos.

Políticamente se vive en un estado democrático puro que hace recordar a la Grecia de la Acrópolis. El gobernador es designado desde Londres y es, en general, un embajador de carrera. Lo secunda un Consejo Parlamentario integrado por 8 miembros que son elegidos directamente por el pueblo. Hay un detalle singular: los partidos políticos aquí no existen. El único intento que se hizo para crearlos ocurrió hace unos años y fracasó rotundamente. Por lo tanto los ciudadanos y ciudadanas que integran el Consejo son plenamente independientes y su elegibilidad depende del nivel de prestigio o liderazgo que tengan cada uno de ellos entre sus conciudadanos.  

Hay aquí una estación de radio que transmite la mayor parte programación de la BBC y un incipiente canal de televisión que sólo emite, por ahora, unas pocas horas los fines de semana.  Hay en la radio quien todavía vive y recuerda vívidamente el momento en el que las tropas argentinas hicieron su irrupción en sus estudios y tuvieron a quienes en esos momentos se desempeñaban allí, tirados al suelo boca abajo, con alguien sobre ellos apuntándoles.

La base militar de Mount Pleasant, que está ubicada a 50 kilómetros de Puerto Argentino, tiene reminiscencias de los años de la guerra fría. El personal que allí se desempeña no tiene prácticamente ningún contacto con la población malvinense. Mount Pleasant es un coto. Los soldados, además de no tener contacto con la población, no tienen mayor idea sobre las islas. Por eso es que el príncipe Williams estuvo allí pero no tuvo el más mínimo contacto con los kelpers.

El problema de la droga aquí no existe. El del alcoholismo, en cambio, sí. Se toma mucho y los fines de semana mucho más. Ver a jóvenes alcoholizados en las cercanías de los dos o tres pubs que hay es lo normal. El alcohol logra que la gente se sincere, explica con llana franqueza el padre Michel, el párroco de la iglesia católica que tiene una grey de unos cien fieles practicantes, quien agrega que el chisme es el combustible que moviliza la sociedad: aquí todo el mundo sabe todo de todo el mundo.

La educación constituye una herramienta esencial para el desarrollo presente y futuro de las islas.

El jardín de infantes, a partir de los 4 años, la escuela primaria y la escuela secundaria son obligatorios. La escuela es pública y gratuita. Durante la escuela primaria, los chicos que no viven en la ciudad reciben, cada dos días, la visita en su casa de un maestro cuya tarea se complementa por medio de Internet a través de un programa interactivo especialmente diseñado. A partir de la escuela secundaria, ya el alumno que vive en el campo es obligado a trasladarse e instalarse en Puerto Argentino. A tales efectos hay dormitorios especialmente dedicados a los adolescentes en los que se alojan y comen.

Una vez que el alumno termina el secundario está habilitado para dar el examen que se exige para ingresar a las universidades del Reino Unido. Si el aspirante lo aprueba accede a proseguir la carrera que desee en cualquier universidad del Reino Unido, para lo cual el gobierno de las islas paga la matrícula, el hospedaje, los libros y las comidas del alumno quien, por otra parte, no tiene ninguna obligación de regresar a las islas. No obstante, lo que se está comenzando a apreciar es que más del 50% de los estudiantes que se gradúan deciden volver a Malvinas.

La docencia es una de las profesiones mejor pagas de las islas. Esto responde a una decisión política que se tomó hace unos años de elevar la calidad de la educación. Así es que el salario mensual de un maestro es de unas 3.000 libras, lo que le garantiza un muy buen nivel de vida.

En general, se comprueba aquí un profundo respeto hacia los veteranos de guerra argentinos. Todos los que recuerdan los horrores de esa guerra, tienen presente en su memoria como una de esas postales del horror las penurias que nuestros soldados conscriptos debieron padecer durante aquel traumático trance.

El cementerio de los caídos argentinos en Puerto Darwin emociona. Esas tumbas son el testimonio más cabal de la tragedia de aquella guerra absurda. El cementerio está ahora bien cuidado. Cada tumba está coronada por dos rosarios. Allí se percibe la inmensidad de la muerte y el sonido del viento que nunca cesa y el de los rosarios chocándose entre sí. La escena es conmovedora.

Salvo el caso del ex canciller Guido Di Tella, en los 30 años que han pasado de la guerra la clase política argentina no ha pisado las islas. Pienso que es un grueso error. La barrera más importante a vencer es la cultura. Desde ese punto de vista a las Malvinas y a la Argentina las separa un océano. Los kelpers desconfían de todo lo que la dirigencia política expresa sobre las islas. No es para menos. A lo largo de estos 30 años se han encontrado con que un día un gobierno los quiere seducir y otro día, otro gobierno los ignora. Un día un gobierno amenaza con cortarles el vuelo de  LAN y otro día, inesperadamente, ese mismo gobierno propone la idea de establecer tres vuelos de Aerolíneas Argentinas entre Buenos Aires y Puerto Argentino. Un día ese mismo gobierno los amenaza con un bloqueo destinado a impedir el ingreso en los puertos sudamericanos a los barcos que porten la bandera de las islas y otro día el mismo gobierno les promete que habrán de escucharse sus opiniones. Cuál es la verdad, se preguntan muchos de los que aquí quieren ser escuchados. 

Hay hechos que son muy llamativos que deberían generar una profunda reflexión por parte de la dirigencia política de la Argentina en general. Como lo mencionamos, uno de ellos es que en los 30 años de nuestra reganada democracia, con la excepción de Guido Di Tella, durante su desempeño como canciller del ex presidente Carlos Menem, nadie tomó la iniciativa de visitar las islas para contactarse con sus autoridades y, fundamentalmente, con la  gente. De haberlo hecho y de haber encarado el tema de Malvinas con criterio de políticas de Estado, podrían haber tenido una visión más exacta de la realidad que aquí se vive, sin la cual va a ser muy difícil encontrar una manera de comenzar a derribar la muralla cultural que hoy separa a los kelpers de la Argentina. Mientras esa muralla exista va a ser muy difícil que pueda existir alguna posibilidad de una negociación seria sobre la soberanía de las islas.

Estando allí he aprendido a querer más a este territorio.

Estando allí he podido apreciar en toda su profundidad la tragedia de aquella guerra y el dolor que produce lo absurdo de todas esas muertes, las de nuestro lado y las del otro lado.

Estando allí he podido valorar en toda su dimensión el heroísmo y el estoicismo de nuestros soldados.

Estando allí he podido tener una real noción de lo mucho que padecieron quienes debieron enfrentar una geografía tan bella como agreste y un clima extremo y castigador. Allí el frío, el viento y la lluvia congelan el alma.

Por decir todas estas cosas es que durante toda esta semana hay quienes buscaron descalificarme con términos que fueron desde traidor a la patria hasta cipayo. Es una muestra más de los avatares a los que nos exponemos los periodistas en la Argentina actual. Es, en definitiva, el precio de contar los hechos como son. La triste verdad es que hoy las Islas Malvinas están muy lejos de la Argentina. Y como decía la canción, no es triste la verdad sino que no tiene remedio.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 7 de Abril de 2012.

Avanti morocha… De Alguna Manera...

Avanti morocha…

 Amado y Cristina, en el fotomontaje que fue tapa de la revista Noticias al lanzar la fórmula en 2011.

La novela “La ama ama a Amado” no tuvo final feliz. ¿Qué hacer con él ahora? ¿Lo de Dilma, que echando ministros llegó a casi 70% de aprobación en Brasil? No parece ser ése el camino elegido por la Presidenta, y estarían equivocados quienes interpretan las declaraciones de Nilda Garré a favor del juez Rafecas como hechas en nombre de la “rama femenina” con el fin de ir abriendo la puerta a un futuro plan B.

Por una cuestión de fueros, ver a un juez allanando una propiedad de un integrante de la fórmula presidencial en ejercicio del Poder Ejecutivo habría identificado a Cristina Kirchner con Boudou. Y si se confirmara que Rafecas también allanará la casa donde actualmente vive el vicepresidente, se reavivaría la cuestión de la inconstitucionalidad del procedimiento judicial, algo que inicialmente ya fue esgrimido como argumento desde los medios oficialistas: ¿esto quiere decir que mañana un juez podría allanar la Quinta de Olivos o la Casa Rosada?

Dicen que Righi no debería sentirse seguro en su papel de principal operador del kirchnerismo en la Justicia si no puede garantizar que una propiedad de la cabeza del Ejecutivo no sea allanada por quien fue su discípulo y él mismo ayudó a promover a juez.
La prueba encontrada en el allanamiento les resulta nimia. Dos meses después de que el departamento fue deshabitado es difícil que alguien deje pruebas. Lo que molesta al Gobierno es el acto de haber allanado. El valor simbólico de un Poder Judicial que se atreve a meterse con el Poder Ejecutivo.

Boudou ni siquiera está procesado judicialmente, pero está cocinado políticamente. Su imagen cae en picada (ver página 2) y electoralmente ya no resulta un competidor al nivel de Scioli. Pero el problema no es sólo la imagen negativa de Boudou sino la de todo el Gobierno y cómo arrastra a la de la propia Presidenta.

‘Chorros’.

Fue una de las primeras películas del actual secretario de Cultura, Jorge Coscia. Tenía un mensaje contra la corrupción. Se estrenó cuando gobernaban los radicales y hoy el tema amplía su vigencia. Detrás del affaire Boudou emergerá la cuestión de fondo: ¿la energía que vienen mostrando muchos kirchneristas en sus cruzadas es por convicción o por dinero?

El relato kirchnerista siempre corre el riesgo de pasar de lo sublime a lo patético ante la amenaza de la kriptonita de la corrupción.

Boudou es el caso más emblemático y exagerado del hedonismo K. Pero igual crítica recibe La Cámpora por sostener la militancia de sus principales cuadros con cargos económicamente muy bien remunerados. También  la mejora del nivel de vida de algunos integrantes del periodismo militante y artistas que antes del kirchnerismo no tenían la visibilidad actual. O los productores de contenidos K y medios oficialistas enriquecidos al calor de la publicidad oficial que ya le agregan varios ceros más a la recompensa. Lo mismo que los empresarios que integraron el “capitalismo de amigos” que hace ya seis años denunció Lavagna.

Vandenbroele es una metáfora. Podría haber muchos Vandenbroele dentro de un Gobierno que cuenta con el mayor gasto público sobre el producto bruto en muchas décadas y que privilegió la incondicionalidad a la honradez y la sinceridad de sus funcionarios.

Siempre el peronismo vivió envuelto en acusaciones de corrupción. Al convertir esa denuncia en la excusa preferida de los golpes militares para autojustificarse, el argumento se gastó. Pero aunque ya no para interrupciones democráticas, está latente a la espera de que fracasos económicos predispongan a la sociedad a creer que “son todos chorros”.

Ya en presentaciones públicas, a Boudou le gritaron chorro. El riesgo del kirchnerismo es que el insulto al vicepresidente se extienda a los demás funcionarios.

Si el Gobierno se quedara sin justificación ética, perdería uno de los dos pilares de su popularidad junto al del crecimiento económico, justo cuando éste comienza a escasear.

Internismo.

El otro problema que el affaire Boudou revela son las disputas entre distintos sectores del kirchnerismo por privilegios actuales y posicionamientos futuros. En la relación con la Justicia se da la competencia entre el mencionado Righi y Javier Fernández, de la Auditoría General de la Nación, pater seraphicus del estudio del ex secretario de la SIDE Darío Richarte, donde trabaja el defensor del socio de Boudou, quien pidió la recusación de Rafecas.

En la provincia de Buenos Aires, además de las conocidas peleas de Mariotto y La Cámpora con Scioli, se hizo público el enfrentamiento entre Boudou y Scioli porque dejaron afuera de las listas de legisladores bonaerenses a representantes del vicepresidente. Scioli intercedió por Boldt cuando estaba en Ciccone y hasta por permitir fumar en los bingos de Bolt en la provincia de Buenos Aires. “Atacar al vicepresidente es atacar la voluntad popular”, dijo el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, el otro Horacio González, tratando de poner paños fríos.

Y hasta cuando el fotógrafo de Clarín llegó una hora antes que los demás, avisado por el juez, el fiscal o la Gendarmería, fue motivo para un pase de facturas entre Boudou, Garré, Rafecas y Righi.

Amado muestra el desamor con el que se vinculan los distintos sectores del Gobierno. Y lo progresivamente más difícil que será para la Presidenta lograr que no se maten entre ellos cuando los problemas más graves vayan apareciendo y la continuidad en el poder sea cada vez más incierta.

“Arriba morocha / que nadie está muerto / vamos a punguearle a esta vida amarreta / un ramo de sueños. /Avanti morocha / no nos llueve tanto / no tires la toalla que hasta los más mancos / la siguen remando” (Los Caballeros de la Quema).

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 8 de Abril de 2012.