Orlando Barone sacado: “¿Cuántos diarios leíste en tu vida, pelotudo?”...
¿Este es el país que viene?
Un periodista es una persona común y corriente. Si siente su trabajo honestamente, disfruta y sufre su oficio como la vida misma. Se amarga ante la impotencia de observar cómo para otros supuestos colegas lo que importa es el poder y “estar” sea como sea. Un periodista transita un camino repleto de presiones, críticas y algunos elogios. Más aún si su tarea es subrepticia alejada de las cámaras y de los flashes.
Orlando Barone conoció redacciones y trabajó en los “grandes medios de comunicación” de este bendito país. Así es, estudiantes de comunicación y periodismo de mi querida universidad pública de Buenos Aires o de cuál sea. Barone, símbolo de “678” trabajó en Clarín durante la última dictadura militar y escribía unas deliciosas columnas repletas de fantasía y sarcasmo en la sección “Enfoques” de La Nación. ¿Importa?
Hace un año y medio, en mayo del 2010, el propio Barone decía en la kirchnerista radio Cooperativa, en nuestro programa de radio Ahora es Nuestra la Ciudad, que vivía "horas negras para el grupo hegemónico. Hay dos fallos que son interesantes. Por un lado la liberación del cerrojo de la medida cautelar por la Ley de Medios. Y por otro lado, la liberación para la Justicia de decidir el ADN de los hijos de Noble en el Hospital Durán".
Los hijos de Ernestina Herrera de Noble, al parecer, resultaron no ser lo que se decía que eran: Hijos de Desaparecidos. Su procedencia no era tal. ¿Qué pruebas tenía Orlando Barone o alguno de sus compañeros para afirmar una y mil veces que así era?
A 9 días de las elecciones, el viernes 14 de octubre del 2011, mi compañero radial, Sebastián Turtora, le preguntó al mismo Barone si era noticia el aumento del patrimonio presidencial y, si así era, por qué no tratar el tema en la agenda del programa. Barone se exacerbó, pidió que el joven periodista no cayera en la lógica “maldita” de los medios monopólicos y continuó preguntándole de forma inquisidora: “¿Qué pruebas tenés vos de eso, más allá de tres o cuatro diarios de mierda que leíste en tu vida? ¡No repitas estupideces, no seas pelotudo! No te ahogues en la anécdota, en lo chiquito, pensá un poco las preguntas, podría cortarte y serías noticia pero prefiero seguir hablándote y decirte lo que sos”.
Repito. El periodista es una persona de carne y hueso, que también tiene sus debilidades, su soberbia y su grandeza. Algunos más, otros menos. Mi compañero se bancó el insulto, estalló internamente de bronca y seguimos la nota.
Le consulté a Barone sobre otro caso para analizar los criterios de noticiabilidad de un hombre que tiene una sutil pluma y supo contar con una brillantez que admiré. Un funcionario de este gobierno me confesó que en la obra pública había tasas de retorno, "¿sería noticia para usted?", le pregunté. “Si un asesino dice que cometió un delito no es prueba suficiente. Además, hay que ver el contexto de esa supuesta confesión”. En fin, en algunas oportunidades, la realidad supera a la ficción y la entrevista continuó por un carril en donde la verborragia de un hombre que se sabe poderoso, influyente y con odio acumulado hacia sus detractores, descarrilló definitivamente.
Barone lo demostró con sus insultos contra Jorge Lanata, “jamás será invitado y no me importa que digan lo que digan de nosotros” o de Beatriz Sarlo (no recuerdo el caudal de insultos hacia la ensayista).
Las líneas telefónicas colapsaron. Los oyentes afines al gobierno que pedían por Barone para que nos tapara la boca, prefirieron el silencio de un hombre que, como él mismo dijo hace un año y medio en una radio donde se sentía local como Cooperativa, dejó de ser periodismo para ser militante. Los oyentes críticos del kirchnerismo insultaron a rabiar al símbolo de “678” y tampoco lo compartí. Hay que demostrar altura en los momentos en que el poder de la impunidad abruma. Se sienten poderosos. Lo son y van por todo.
Les dejo algunas reflexiones de Barone:
"Si yo hubiera estado en La Nación es probable que tengo los resortes psicológicos de autodefensa para encontrarle la vuelta y justificarme, y para atacar a Barone".
"Como un cornudo, que se enoja con el matrimonio, esto es lo mismo. Cuando estás en el bando en el que te ves damnificado por una situación, la única defensa que tenés es descalificar al otro, al diván que te mostró esa miseria tuya".
"Cuando cambien las circunstancias y situaciones, '6,7,8' no va a ser el mismo programa, no va a tener ninguna resonancia, qué va a tener resonancia si va a haber diversidad, el grupo Clarín no va a existir más, Goliat ya no va a existir más".
"Lo mejor para un periodista no es ser militante, es ser periodista, esa es la realidad. Ser militante implica que vos te jugas por una causa políticamente y tarde o temprano esa causa te defrauda".
© Escrito por Luis Gasulla y publicado por http://www.periodicotribuna.com.ar el lunes 15 de Octubre de 2011.