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lunes, 26 de enero de 2015

Matar al rusito descerebrado…De Alguna Manera...

Matar al rusito descerebrado…


Ahora puedo revelar la fuente porque Alberto Nisman ya murió. Hace exactamente dos años y cuatro días yo hablé largamente con él y me hizo revelaciones que hoy adquieren otro valor. El fiscal muerto estaba con mucha energía pero también, muy preocupado. Había recibido una amenaza más grave que la decenas de aprietes semanales con las que querían intimidarlo. Esta vez a Nisman le corrió un frío por la espalda porque el correo de origen desconocido que le habían mandado decía textualmente:”Rusito descerebrado, te vamos a matar a vos y a tus hijas. Judío hijo de mil putas. ¿No te das cuenta que cambió la mano?”. Semejante aberración era solo el comienzo.

El frío que le corrió por la espalda a Nisman fue porque le exigían que renunciara a la investigación o de lo contrario iban a matar a sus hijas, Iara y Kala. Ahi le enviaban algunas fotos de la casa y hasta del club que ellas frecuentaban y tenían un dato muy reservado que solo lo podrían haber conseguido con espías profesionales.

Hablaban de una inminente mudanza de sus hijas y era algo real que muy pocos sabían. Por cuestiones de estudio, estaban por cambiar de domicilio a los pocos días.

Había algunas precisiones que ni Alberto Nisman sabía.

Pero ese no fue todo el calvario que el fiscal denunció como corresponde en el juzgado Numero 9 a cargo del doctor Luis Rodríguez. Había fotos de atrocidades cometidas por los carteles de los narcotraficantes y le decían ”que tus amigos gringos te ayuden a conseguir un trabajo en el exterior”. Aquí aparece la primera curiosidad porque “gringo”, es la manera despectiva para dirigirse a los ciudadanos norteamericanos que utilizan mas en Venezuela y en Cuba que en Argentina. Aquí, en general se los llama yankys.

El texto repugnante de antisemitismo tiene consignas a favor de Irán y Hezbollah y hacen votos por la “muerte del sionismo usurpador”.

Yo le dije que Nisman estaba preocupado por el nivel de precisión informativa que tenía esta amenaza. Y estamos hablando de hace dos años. Estoy reciclando una columna que escribí en el diario Perfil el 17 de febrero de 2013. Pero también le comenté que estaba con las pilas cargadas de entusiasmo por el trabajo que estaba preparando. Me anticipó que era una denuncia de “600 fojas” que iba a revelar los contactos de kirchneristas con el iraní, prófugo de la justicia, Moshen Rabbani y otras cuestiones de similar gravedad. Insisto con el tema, Hace dos años Nisman me contó esto y yo lo publiqué en Perfil.

Solo hace falta ir al archivo para desnudar la mentira de Cristina que sugiere que otra persona le escribió de apuro el dictamen y que se lo dieron llave en mano para que Nisman lo presentara. Hoy nuevamente Cristina volvió a sugerir que Antonio Stiusso redacto el dictamen como venganza porque lo echaron de los servicios.

En aquel momento, Nisman me contó que tenía escuchas y un trabajo minucioso, casi obsesivo diría yo, sobre el rol de Luis D’Elía que se comportaba como un soldado de Irán. De hecho me detalló algo que tenía entre sus anotaciones pero que era público y por eso me lo podía revelar. Fue un intercambio de tuits entre el piquetero que aplaude a Cristina desde la primera fila y el empresario de medios mas beneficiado con la pauta oficial: Sergio Szpolski. D’Elía acusaba al editor de ser ”un coronel del MOSSAD que recibe millones del gobierno para hacer la comunicación kirchnerista” y el propietario de Tiempo Argentino, entre otros medios K, le contestaba que D’Elía ”era un ladrón que recibía cheques de Irán”. Otros tiempos. ¿Otros tiempos? Creativo Szpolski caracterizaba al régimen de Ammadinejad como el “triple esdrújulo, misógino, homofóbico y xenofóbico”.

El fin de semana anterior a mi publicación en Perfil, Horacio Verbitsky había castigado duro a Nisman acusándolo de haber viajado varias veces a Israel y Estados Unidos y colocando a la misma altura de demonios a Irán e Israel. Todo para argumentar y defender el pacto tenebroso de Etiopía que había firmado su amigo y subordinado, el entonces y actual canciller, Héctor Timerman. En su lenguaje donde mezcla el pensamiento de Cristina con el estilo de los informes de inteligencia que escribía en Montoneros, plantea que los atentados contra la AMIA y la embajada de Israel fueron “parte de una guerra que no libramos”.

Casualmente pero tal vez no tanto, el domingo pasado , en su habitual columna de Página 12, el mismo comandante cristinista escribió en forma muy crítica de lo que llamó “bodoque acusatorio” de Nisman y llamó a ocupar las calles “para marcarle los límites” a quienes “intenten castigar a la presidenta por la búsqueda de la verdad”. Convoco a la movilización popular si es que “un poder contramayoritario intenta confinar la política a un expediente judicial”. Allí denunció que Nisman se había encontrado con Ken Roy, el consejero político de la embajada de los Estados Unidos “antes de presentar su incandescente dictamen”.

El coro estable del gobierno le había tirado con munición gruesa al fiscal. Anibal y Coqui lo habían tratado de ridículo, estúpido, irracional, empleado de Stiusso y golpista. Diana Conti había dicho que iban a salir con los tapones de punta y le aconsejaba socarronamente a la hija de Nisman que se quedara tranquila, que no le iban a maltratar a su padre. “Ni lo intenten”, pintaron en las paredes los muchachos camporistas de Larroque y se prepararon para movilizar y hacer tronar el escarmiento tal como les recomendó en la mañana del domingo Verbitsky. Por esas horas, Alberto Nisman, murió con un tiro en la cabeza. Hoy la presidenta Cristina planteó que fue un asesinato y que le tiraron el cadáver a ella.

Quien quiera oír que oiga.

© Escrito por Alfredo Leuco el jueves 22/11/2015 y publicado en Alfredo Leuco de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



domingo, 18 de enero de 2015

Negociado con Irán... De Alguna Manera...

El Gobierno negocia un pacto secreto con Irán para "olvidar" los atentados...


La iniciativa sería a cambio de relanzar el intercambio comercial, que ya alcanza los U$S 1200 millones. Silencio en Cancillería.

El gobierno de la presidenta Cristina Kirchner estaría dispuesto a suspender de hecho la investigación de los dos ataques terroristas que sufrió este país en 1992 y 1994, en los que fueron destruidas las sedes de la embajada de Israel y de la AMIA en Buenos Aires, según revela un documento hasta hora secreto, recientemente entregado por el ministro de Relaciones Exteriores de la República Islámica de Irán, Alí Akbar Salehi, al presidente Majmud Ajmadineyad.

Para la diplomacia de Irán, las investigaciones argentinas habrían quedado cerradas. El canciller iraní le asegura en su informe al presidente Ajmadineyad que “la Argentina ya no está más interesada en resolver aquellos dos atentados, pero que en cambio prefiere mejorar sus relaciones económicas con Irán”.

El informe secreto, al que ha accedido Perfil porque ha comenzado a ser analizado en las cancillerías de varios países, fue redactado luego de la reunión que el canciller argentino, Héctor Timerman, mantuvo con su contraparte de Siria, Walid al-Mohalem, y con el propio presidente Bashar al-Assad el 23 y 24 de enero último en la ciudad siria de Alepo.

Sugestivamente, Timerman se apartó de la delegación argentina que encabezó Cristina Kirchner en Kuwait, Qatar y Turquía, para conversar con el dictador sirio en una ciudad convenientemente ubicada a 400 kilómetros de la capital, Damasco. El cable de la agencia oficial de noticias siria dijo en ese momento que Timerman y Al-Assad abordaron el proceso de paz en Medio Oriente “paralizado a causa de las políticas israelíes y el fracaso que ha demostrado la administración estadounidense en presionar a Israel para que cumpla con la legalidad internacional”.

Conversaciones ocultas. 

La verdadera naturaleza de este encuentro no habría sido informada por Timerman a la comunidad judía argentina. Al Assad visitó oficialmente Buenos Aires en julio de 2010 y fue recibido calurosamente por la Presidenta, que en ningún momento reconoció que Siria es un régimen dictatorial de partido único, cuyo líder ocupa el cargo hace diez años como sucesor sanguíneo de su padre, Hafez al-Assad, y que ahora enfrenta varias protestas que son sangrientamente reprimidas. En la visita de Timerman, firmó además un acuerdo de intercambio entre la agencia Télam y la agencia oficial siria SANA. Irán mantiene desde hace largos años una influencia política y militar dominante y muy ostensible sobre Siria.

Resulta evidente que en el encuentro en Alepo podría haber servido para que Timerman diese la luz verde argentina de reconciliación con Irán por medio de los sirios. Siria, incluso, les advirtió a los argentinos que el canciller iraní Salehi estaría en ese país en ese mismo momento, algo que la cancillería argentina no objetó. Funcionarios argentinos e iraníes poco conocidos han estado conversando de manera discreta, según pudo saber PERFIL, en septiembre de 2010 y febrero de 2011.

Renunciamiento.

Según las conclusiones de la inteligencia iraní, que hace suyas la cancillería de Teherán, el gobierno argentino habría renunciado a llevar ante la justicia al actual ministro de Defensa, Ahmad Vahidi, y otros funcionarios iraníes sospechados de complicidad en esos episodios terroristas.

La cancillería iraní considera que si estos temas son dejados de lado, ambos países pueden encarar una nueva etapa que permita superar dos décadas de frialdad total, lo que permitiría a Irán recuperar terreno en el desarrollo de unos vínculos que se han venido de todos modos fortaleciendo en los últimos años.

El informe secreto  se hizo luego de la reunión de Timerman con funcionarios sirios.

El informe secreto iraní, filtrado al exterior por medios opositores al régimen de Teherán, subraya el interés del régimen fundamentalista en la situación del ministro de defensa, Vahidi, un personaje clave en el esquema de poder, ya que era el comandante de la llamada Fuerza Quds de los Guardias Revolucionarios cuando la embajada israelí en la calle Arroyo de Buenos Aires fue demolida con un coche bomba en marzo de 1992. Siguió ostentando esa posición militar clave en julio de 1994, cuando el turno le tocó a la AMIA. 

Las propias investigaciones que se hicieron en la Argentina detectaron años después que Vahidi fue uno de los principales organizadores de estos ataques, de los que el gobierno iraní ha tratado de despegarlo hace ya años, pero sin éxito. En sus recomendaciones a Ajmadineyad, el canciller Salehi propone que lo autoricen a su contraparte argentina para solicitarle que revoque las órdenes de arresto que el Gobierno ha solicitado a Interpol contra Vahidi y otras figuras prominentes del régimen. 

El informe que ha trascendido sostiene que para la inteligencia iraní ya es un hecho que, incluso si una tercera parte demandara secretamente la extradición de Vahedi, la Argentina lo rechazaría. El ministro de Defensa incriminado ya puede viajar al exterior sin problemas, porque el asunto de los ataques contra la Argentina ha quedado muy olvidado a nivel mundial y a nadie le interesa mucho, ni siquiera a Interpol.

El blanqueo de Vahidi es un asunto delicado que sólo puede prosperar si la cuestión permanece en la oscuridad o se mantiene en silencio, dicen fuentes familiarizadas con estos sombríos espacios de marginalidad internacional.

En Teherán, lejos de toda ingenuidad, saben que el gobierno argentino jamás admitirá este retroceso en público y menos aún que ha cambiado de posición. Cuando Vahidi fue nombrado ministro en agosto de 2009, es cierto que el gobierno de Cristina Kirchner criticó abiertamente tal designación y por ende no sería astuto que ahora admita públicamente un giro de 180 grados. Pero en su propuesta a Ajmadineyad, el canciller iraní sostiene que su país tiene una oportunidad para explotar el hecho de que la opinión pública ya ni se acuerda de esos ataques de hace casi 20 años y que la coyuntura es ideal para relanzar un nuevo ciclo de amistad entre ambos gobiernos.

El gobierno iraní sostiene que aunque el comercio entre ambos países estuvo paralizado hasta hace pocos años, el último balance hecho en Teherán revelaría negocios anuales por un valor aproximado a los 1.200 millones de dólares. Se podría inferir que las expectativas de unos y otros sea la de multiplicar semejante intercambio comercial.

En su ahora filtrado documento secreto a Ajmadineyad, el canciller Salehi elogia la estrategia –originalmente concebida por el llamado “Líder Supremo”, Alí Jamemei, y luego adoptada por el gobierno iraní– de no ceder a las acusaciones argentinas. Dice Salehi que fue un acierto no cooperar con la Justicia argentina durante esas investigaciones, que siempre terminaron abortadas.

Un poco de historia.

Los seguidores del tema dicen recordar que luego de la sorprendente sentencia exculpatoria de la conexión local emitida por el Tribunal Oral Federal Número 3, el entonces canciller Rafael Bielsa habría admitido en privado la existencia de una política de acercamiento de la Casa Rosada con Irán. E, inclusive, habría dado a entender que había un intermediario trabajando secretamente para lograr el reconocimiento argentino al estado palestino, lo que finalmente anunció el actual canciller Timerman. 

El documento iraní elogia la estrategia de nunca haber cooperado con la Justicia argentina.

Todo parecería revelar una clara diferencia entre la postura pública de los Kirchner y su proclamado acercamiento a Israel y a la comunidad judía argentina, y las claras muestras de acercamiento a Irán, Siria y –en cierto modo– Libia, con cuyos regímenes el kirchnerismo tiende a sentirse más cercano.

En el acto del 17 de marzo, en recordación del 19º aniversario del atentado contra la embajada de Israel, los asistentes vieron a Timerman del brazo con Sergio Burstein, a quien invitó oficialmente a que participe de su próxima gira a Israel. Burstein no sólo no es formalmente dirigente de la comunidad judía, sino que sus vínculos con los Kirchner no son un misterio para nadie.

Pero ahora el delicado problema que confrontaría la Casa Rosada es que Timerman está en vísperas de un viaje a Israel y Cristina Kirchner siempre se ha preocupado por mostrar una imagen pública de simpatía y comprensión para con la comunidad judía argentina.

Cristina Fernández de Kirchner junto al entonces jefe de Gabinete Aníbal Fernández y el expresidente Néstor Kirchner en el aniversario por el atentado a la AMIA. 
Twitter: @CFKArgentina

© Escrito por Pepe Eliaschev el sábado 26/03/2011 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 17 de enero de 2015

Entrevista a Jorge Taiana: "El gobierno de Irán no se ha portado bien con la Argentina"... De Alguna Manera...

Jorge Taiana: "El gobierno de Irán no se ha portado bien con la Argentina"


La entrevista tiene lugar en el Centro Internacional de Estudios Políticos, en Santa Fe al 1300, donde Jorge Taiana es el director de la Maestría en Derechos Humanos.

Usted es precandidato presidencial e integra el Movimiento Evita. ¿Qué plantea de diferente con respecto a otros candidatos del FPV?
-Primero, una mayor cercanía y preocupación por los sectores más humildes, sobre todo por los trabajadores no registrados. Se ha hecho mucho, pero todavía hay un tercio de nuestra mano de obra no registrada. La segunda, es la preocupación por un desarrollo más integrado, no sólo basado en sus commodities. Hay que hacer una reforma tributaria menos regresiva y reformar el sistema financiero. Y tercero: tenemos una estructura productiva que no ha dejado de concentrarse.

¿Y por qué todo eso lo lograría usted y no, por ejemplo, Scioli?
Todos los candidatos del FPV apoyamos este proceso. Pero creo que yo expreso de un modo muy consecuente la idea de transformación.

Él diría lo mismo...
Bueno, entonces hagamos una cosa: discutamos propuestas. Que Scioli o cualquier otro candidato diga si va a hacer una reforma tributaria. Creo que los candidatos del FPV expresan muy poco lo que van a hacer.

Si Scioli ganara, ¿usted cree que se seguirá hablando de que es un gobierno kirchnerista o el kirchnerismo termina el año que viene?
A mí me da la impresión de que Cristina va a salir del gobierno con un peso político significativo. En ese sentido, se va a seguir hablando de kirchnerismo. Ninguno de los precandidatos del FPV tiene el peso político que tiene Cristina.

Scioli dice tener votos propios...
¡Bueno, veamos! Los votos hay que contarlos. El voto grueso, determinante, es el que apoya al proyecto.

Hay algún rumor de que quieren que usted renuncie a su candidatura para presentarse en la Ciudad.
-Eso no tiene ninguna chance de suceder. Mi candidatura presidencial es inmodificable. Tengo mucha voluntad de llegar a las PASO. Y es eso o nada.

Hubo mucha polémica acerca del modo en que la Argentina debía estar representada en la marcha por el atentado contra Charlie Hebdo. ¿Usted qué piensa de que Timerman haya ido en su nombre y no como funcionario?
-No conozco los detalles, pero sé que Timerman firmó el libro de condolencias. Hubo muy poca presencia latinoamericana de cancilleres, supongo que porque la mayoría estaba en la reunión en Pekín de la Celac.

¿La Argentina debió haber sido más firme en su condena al atentado?
-Yo creo que lo condenó. [Piensa] Si yo hubiera estado, habría asistido personalmente a la marcha.
¿Pero como ciudadano o en calidad de canciller?
-Como canciller. Si uno es canciller, tiene que actuar como tal, ¿no?

La presidenta tuiteó una foto donde está junto a usted, Néstor, Aníbal y otros en un acto de homenaje al atentado de la AMIA. La foto es de 2007. ¿Por qué cree que desde 2011 en adelante ella no fue más a los actos?
No lo sé. Pero lo que sí sé, es que la presidenta siempre ha estado muy comprometida en el esclarecimiento del atentado. Lo he hablado muchas veces con ella y no dudo de su compromiso por la verdad y la justicia.

Usted en su momento fue muy escéptico sobre el memorándum con Irán...
-Así es. Tal como algunos lo previmos, no dio resultados positivos. Siempre he dudado de la voluntad de Irán de colaborar con el esclarecimiento del hecho. Yo creo que Cristina, en el marco del diálogo que EE.UU. y los seis empezaban a tener con Irán por el desarme, creyó que podía destrabar lo del atentado. Ése fue su deseo, y no creo que haya ningún otro móvil para el tratado con Irán que no fuera ése. Lamentablemente, fracasó el intento.

Cuando usted era canciller, ¿cómo era la relación con Irán?
-Muy fría. La relación era sólo a nivel del encargado de negocios. Nosotros insistíamos en que ellos debían colaborar con la Justicia y con las declaraciones que hacían falta de las personas que estaban citadas, para tratar de avanzar. Pero no logramos que eso sucediera.
¿Y durante esa época le propusieron algún pacto o intercambio comercial a cambio de algo?
-No es una cosa así, formal. Ellos compraban arroz entrerriano. Pero a partir de las órdenes de captura, de las circulares rojas, a raíz de los pedidos de citación, de los pedidos de extradición de Canicoba Corral, Irán tomó la decisión unilateral de suspender el comercio con la Argentina. Ellos lo decidieron, aunque a partir de esa decisión probablemente se triangulara a través de Emiratos.

Pero ¿entonces hubo ofrecimiento o no?
-No, ellos lo que sí planteaban era la necesidad de encontrar una solución política. Y la respuesta nuestra siempre era: "Éste no es sólo un problema político, sino judicial. Tenemos que cumplir con los pedidos de la justicia argentina".

¿Y cuál era la solución política que quería Irán?
-Que algo como una comisión viera las cosas... Eso ya lo plantearon en la época de Bielsa.

O sea, ya proponían algo parecido a lo que fue el Memorándum...
-Bueno, todo eso puede tener muchas variantes. Pero nosotros contestábamos que no íbamos a avanzar porque estábamos regidos por lo judicial.

Pero algo cambia en 2013 porque las relaciones con Irán dan un giro. ¿Por qué cree que ocurre ese giro?
No conozco las razones. Mientras yo estuve en el cargo, nada de eso se modificó. Sí sé del esfuerzo de la presidenta por tratar de reactivar la investigación.

En algún momento también se habló del rol de Hugo Chávez, que le habría sugerido a Cristina acercarse a Irán...
No me consta.

¿Qué piensa de la hipótesis del "apremio energético" que habría obligado al Gobierno a negociar con Irán?
-¡Pero si petróleo hay en muchas partes y en condiciones convenientes! Irán está sufriendo una serie de restricciones con el tema petróleo. No tiene la suficiente capacidad de destilar, tiene que hacer la nafta afuera. Hay muchos lugares para comprar petróleo: Nigeria, Trinidad y Tobago, Brasil, Venezuela, Ecuador... Todo ese elemento comercial que se señala no le veo mucho asidero. Es disparatada la imputación de Nisman a la Presidenta. No tiene fundamento.

¿Y qué opina del contenido de las escuchas?
-Son dos cosas diferentes. Hay personas que pudieron haber estado manteniendo conversaciones con otras relacionadas con Irán, pero nada tiene que ver eso con la Presidenta. Alguno la habría mencionado. ¡Pero de ahí a imputar a una persona y responsabilizarla! D'Elía ha viajado a Irán y tiene una posición que es pública, de buscar un acercamiento. Ahora, de ahí a acusar a la Presidenta, hay un salto gigantesco.

Pero D'Elía en los actos de la Presidenta se sienta en primera fila, es alguien con llegada plena a la Casa Rosada...
-D'Elía es un dirigente social que tiene sus posiciones políticas y su posición hacia Irán le costó la renuncia al cargo público que tenía.

¿Y a usted qué le parece la posición de él en relación con Irán?
-Ha manifestado una cercanía con el régimen que yo no comparto.
¿Por qué?
-Yo creo que el gobierno de Irán no se ha portado bien con la Argentina. Fue así en todo el proceso del caso AMIA, más allá de las responsabilidades que pudieran establecerse judicialmente. En nada han colaborado con nosotros en todos estos años para esclarecer este hecho.

¿Por qué cree que no colaboran?
-Ellos no aceptan que un país que es una potencia regional como ellos pueda ser sometido a un proceso judicial por un país como el nuestro. Tienen una visión muy distinta de la separación de poderes. Lo consideran una mera acción política en contra de ellos. Ésa no es la visión ni la posición de la Argentina.

Canicoba Corral aclaró que él sí autorizó a escuchar a Khalil, el presunto "agente iraní". Y al teléfono de Khalil llamaron D'Elía y Esteche invocando a la Presidenta...
-Bueno, hay que preguntarles a ellos por qué invocaron a Cristina. Hay cientos de conversaciones políticas que invocan urgencia, importancia y relevancia. Yo no sé el contexto de esas conversaciones. Pero adjudicarle valor probatorio a eso no le veo posibilidad.

Nisman aclaró que el contenido de las escuchas que dio a conocer es "lo más liviano". Y que hay muchas más y más pesadas.
-Bueno, ojalá las muestre. Si las tiene, que las entregue a la Justicia.

La última y más importante: ¿quién cree que armó el atentado a la AMIA?
-Ojalá pudiera saberlo. Es una deuda enorme de la justicia argentina.

-Dejamos acá.

© Escrito por Diego Sehinkman el sábado 17/01/2015 y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Todo el contenido publicado es de exclusiva propiedad de la persona que firma, así como las responsabilidades derivadas.




domingo, 3 de marzo de 2013

Destinos... De Alguna Manera...


Destinos...

 Cristina Fernández y Héctor Timerman.

Lo más triste es que para muchos terminó siendo, en definitiva, “cosa de judíos”, resultado tenebroso, pero coherente con la Argentina profunda. No es saludable engañarse ante evidencias tan inocultables. El Gobierno avanzó porque lo dejaron. Nada especialmente fuerte consiguió frenarlo.

Odio mentar en temas graves situaciones personales. Pero si efectivamente la Argentina supo hace dos años que Cristina Kirchner negociaba pactar con Irán fue porque yo lo destapé aquí, en PERFIL. ¿Qué hizo entonces la AMIA? Su presidente, Guillermo Borger, aceptó el ultimátum oficial y dijo que mi primicia era un delirio, una mentira, algo inconcebible, la obra “de un loco”. Alberto Nisman, el fiscal de la causa, no se quedó corto: se valió de varias comisiones de la Policía Federal para citarme personalmente de manera perentoria. Me “exigía” concurrir a declarar munido de documentación que acreditara de qué fuentes me había valido para informar lo que hoy ya se consumó. La Argentina e Irán han pactado, es así. Cristina lo hizo.

Intimidadas, confundidas, poco preparadas, las conducciones comunitarias venían retrocediendo hace años. Cristina en este caso fue coherente. Contrató primero al oscuro y oblicuo Sergio Burstein como su agente preferido, y lo puso junto a la DAIA y la AMIA en las patéticas excursiones a la ONU en Nueva York.

Ambas entidades aceptaron en silencio la imposición. Después, Cristina resolvió que el delegado argentino ante la ONU permaneciera en la Asamblea General de la ONU escuchando la habitual logorrea venenosamente antisemita de Ahmadinejad. También eso aguantaron.

Finalmente, en diciembre Héctor Timerman se apareció en Pasteur 633 para explicarle a la conducción judía las bondades del acuerdo con Teherán. Lo recibieron bien, interesados y muy afables. Esa deferencia implicaba olvidarse de que, casi dos años antes, la decisión de pactar con Irán había sido admitida por la propia Presidenta.

El 30 de diciembre pasado escribí aquí: “La patraña funcionó. Habrá que reconocerle a Héctor Timerman que esta vez le fue bien. Succionada desde hace ya varios años por el Gobierno, que ha manejado su ‘cuestión judía’ con endiablada habilidad, la representación política de la colectividad recibió al ministro de Exteriores y en definitiva avaló sus tratos con Irán. Producto inexorable de una asombrosa candidez unida a una acendrada decisión de ser protegida por el Gobierno, la DAIA le permitió al emisario de Cristina Fernández configurar el escenario preferido por la Casa Rosada (…) para hacerse avalar en sus turbias gestiones con el régimen de la República Islámica de Irán”.

La respuesta de la DAIA no se haría esperar. A las pocas horas, el vicepresidente primero de la entidad, Waldo E. Wolff, me despachó una carta donde me dijo: “Tal vez usted pretenda a la DAIA como un instrumento al servicio de su posición opositora. Digo, la que ostenta hoy, señor Eliaschev. Es que siendo yo un demócrata, acepto, respeto y tolero que ande Ud. saltando de corriente en corriente política a lo largo de su vida todo lo que desee, tal cual en efecto lo ha hecho. Pero no utilice para sus excursiones partidistas a nuestra DAIA. Le hace daño. No a los dirigentes. Sino a la comunidad judía. Cuando nuestra independencia sirve a sus fines es ‘lógica’, y cuando no lo hace, es motivo de un agresivo usufructúo político mediático. Aunque no tengamos acceso a las vidrieras de exposición mediática que Ud. tiene, no me encontrará timorato ni silencioso ante agravios y ofensas. Es realmente triste ver cómo el atentado a AMIA/DAIA, que nos afectó a todos, aparece como funcional a quienes buscan pararse sobre los escombros y dictaminar quiénes son los dueños de la verdad y están limpios para denostar al resto” (subrayados míos).

El 11 de enero de 2013, el propio presidente de la DAIA, Julio Schlosser, fue al programa Código Político de TN y le dijo a Julio Blanck: “¿Con quién quieren que me siente a negociar, con Suecia? ¿De qué me sirve?”. Para el presidente de la DAIA, “sentarse a negociar con Irán”, en cambio, servía. Sigue hoy al frente de la DAIA.

Mezcla desafortunada de candidez, inexperiencia y alineamiento ideológico, las conducciones de la comunidad judía fueron cortejadas y mimadas por un kirchnerismo que en los primeros años no avalaba todavía la deriva antisemita de Luis D’Elía tras ser reclutado por el régimen de Irán.

Desde que, con el protagonismo alevoso de Timerman, se produjo la apertura a Irán, la colectividad titubeó y deambuló confundida. Cuando ya estaba todo cocinado, su reacción fue insuficiente e inexorablemente estéril. El Gobierno se ha manejado con sobresaliente astucia. Después de Timerman y Burstein, sólo le restaba el toque final, el agravio de los agravios, que los destinatarios de la matanza aceptaran asociarse con los victimarios. Curiosa versión criolla del síndrome de Estocolmo. Lo consumaron.

De los 257 diputados de la Cámara, se presentaron a la sesión 245 (hubo 12 ausentes). El pacto con Irán fue votado a las dos de la mañana por 131 diputados, contra 113 que se opusieron. Una curiosa cofradía le dijo voluntariamente sí a Teherán, incluyendo a los legisladores Mara Brawer, Isaac Benjamín Bromberg, Carlos Salomón Heller, Beatriz Graciela Mirkin y Adriana Victoria Puiggrós. En el Senado, ya lo habían hecho Daniel Fernando Filmus y Beatriz Rojkés de Alperovich.

Cada uno de estos argentinos ¿argentinos? (el senador Miguel A. Pichetto dixit) es dueño de su destino y de su odio consigo mismo. Tiempo al tiempo. 

© Escrito por Pepe Eliaschev el sábado 02/03/2012 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.