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viernes, 25 de marzo de 2016

#NUNCAMAS. Multitudinarias marchas en Plaza de Mayo a 40 años del Golpe… @dealgunamanera...

Multitudinarias marchas en Plaza de Mayo a 40 años del Golpe…


Diferentes organizaciones kirchneristas, de Izquierda y de Derechos Humanos recordaron el último Golpe de Estado.

Con motivo del homenaje a las víctimas y rememorar el pedido de Memoria, Verdad y Justicia, distintas organizaciones políticas y de Derechos Humanos se concentraron desde distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires y todo el país.

La agrupación kircherista La Cámpora, convocó para las 11 hs. en las calles  Avenida de Mayo y Bernardo de Yrigoyen, para partir después a la Plaza de Mayo.

Por su parte, la organización de Derechos H.I.J.O.S. (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y Hermanos de Desaparecidos por Razones Políticas, marcharon  junto con Abuelas de Plaza de Mayo y Madres Línea Fundadora, bajo la consigna: "40 años de lucha, memoria y militancia. Sin derechos no hay democracia".

La organización Madres de Plaza de Mayo, encabezada por Hebe de Bonafini comenzó desde su sede en Hipólito Yrigoyen a las 15.30 en un auto descubierto que atravesará la Avenida de Mayo. La titular dijo: “El jueves tenemos que venir todos y quedarnos en la Plaza hasta que amanezca. Nadie le puede ofrecer a (Mauricio) Macri que la marcha va a durar poco".

"Más ocupamos la Plaza, más le demostramos el repudio y el asco a Macri y a Obama, que son dos seres detestables. La marcha es contra Obama y contra Macri, y esencialmente contra los despidos, acompañando y reivindicando a los compañeros trabajadores”, agregó.

Espacios políticos de izquierda se convocaron desde las  15.30 en el Congreso de La Nación. Desde allí partieron hacia la Plaza de Mayo bajo el lema: “No al ajuste, el saqueo y la represión. Fuera Obama de Argentina. Seguimos luchando contra la impunidad de ayer y de hoy. 30.000 compañeros detenidos desaparecidos ¡Presentes!”









sábado, 12 de marzo de 2016

Un pañuelo sucio… @dealgunamanera...

Un pañuelo sucio…

La titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. Fotografía: dyn

Hebe de Bonafini, un emblema que ha vaciado de significado el pañuelo blanco.

© Escrito por Pablo Cohen el sábado 12/03/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La lucha de quienes alumbran sus sociedades enarbolando principios humanistas, inextinguibles y fraternos ha sido más reconocida cuando de aquella luz se ha desprendido el coraje que siempre supone decir las cosas correctas en el momento incorrecto. Es fácil erigirse, como lo ha hecho el peronismo, en víctima de los crímenes de la última dictadura; más difícil es aceptar que éstos comenzaron durante la presidencia de María Estela Martínez de Perón y que la tarea de un presidente democrático no consistía en amnistiar a los militares sino en juzgarlos de acuerdo a las reglas del Estado de derecho.

El Estado de derecho es, precisamente, uno de los elementos del contrato social que ha descubierto el kirchnerismo en estos escasos meses de gobierno macrista: ahora que es oposición ha terminado por comprender que una cosa es la legitimidad de origen y otra la de ejercicio.

No se podría entender de otra forma que, con alevosa ansiedad, tantos silenciosos cómplices del lavado de dinero, de la ludopatía y del hacinamiento ferroviario hayan proclamado que la actual Argentina es una dictadura.

En esa línea de pensamiento, un emblema que ha vaciado de significado el pañuelo blanco ha sido Hebe de Bonafini. Ha dicho Bonafini: “El 23 y 24 de marzo, como una cachetada a la Historia, a nuestros hijos y a nosotras, las Madres, llega Barack Obama al país, invitado por otro enemigo de las Madres: Mauricio Macri”. “Me puse a pensar”, agregó Bonafini, “a qué país representa Obama, y me saltó a la cabeza el Plan Cóndor”. Y remató: “Ese hombre tiene las manos manchadas de sangre y acá no lo queremos”.

Es curioso que Bonafini confunda a un presidente negro, demócrata y keynesiano con Richard Nixon, que evoque el Plan Cóndor, pero no la campaña de Jimmy Carter contra las dictaduras latinoamericanas y que se espante por el horroroso entrenamiento que de los estadounidenses recibieron tantos represores sin ahondar en uno al menos igual de cruel, que es el que Francia proveyó a los militares argentinos fascinados por la violencia desplegada contra Argelia. Aparentemente, Hollande y la tradición xenófoba, jacobina y pronazi del pueblo galo no forman parte del odio de la candorosa entrevistadora de César Milani.

La ley de sangre, que rige en Francia contra la mucho más integradora ley de suelo, que sobrevive en los Estados Unidos, tampoco es digna de ese análisis, a pesar de que a nadie puede escapar la reciente visita a la nación de Hollande, un socialista moderado que, como el uruguayo Tabaré Vázquez, simpatiza con Macri.

La señora Bonafini habla hoy de los desaparecidos como de “30 mil revolucionarios” y, así como condena la represión de Macri en episodios menores, no tiene tiempo para recordar que, en plena crisis del gobierno de CFK con el campo, opinó: “La Presidenta tiene mucha democracia y mucha tolerancia, porque otro gobierno los hubiera desalojado a palos y a gases como merecían”.

Tampoco recuerda, las épocas en las que acusaba a Bergoglio de “golpista”, festejaba las muertes de civiles en las Torres Gemelas, pedía desalojar de la Casa Rosada a un vicepresidente electo, llamaba “bolitas hijos de puta” a un grupo de ciudadanos que asistían a la Plaza de Mayo, se solidarizaba con las FARC o insultaba a quienes habían osado participar de la despedida que se le realizó al ex presidente Alfonsín.

En El conocimiento inútil, Jean François Revel escribió una frase que parece de 2016 y no de 1988: “La primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira”.Bonafini no la escribió, pero nadie la puede acusar de no haber sido profética.



martes, 1 de diciembre de 2015

Madres Línea Fundadora repudió "la resistencia" de Bonafini a Macri… @dealgunamanera...

Madres Línea Fundadora repudió "la resistencia" de Bonafini a Macri…

La Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo, repudió los dichos de Hebe de Bonafini. Foto: DyN

La grieta en los Derechos Humanos. Mediante un comunicado expresaron su postura contra la referencia que hizo al expresar que el electo presidente era un “enemigo peligroso”.

Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora repudiaron "con firmeza" los dichos de la titular de la Asociación de Madres, Hebe de Bonafini, quien llamó a "resistir" al nuevo gobierno de Mauricio Macri y convocó a una marcha para el día de su asunción.

"Coherentes con nuestra trayectoria, y como organismo de derechos humanos, repudiamos con firmeza cualquier expresión verbal o acto que atente contra la vida democrática y las instituciones de la República", manifestó la organización integrada por Nora Cortiñas y Marta Ocampo de Vásquez, entre otras.

En un comunicado, amplió que "sostenemos las conquistas sociales ganadas en estos 12 años y reafirmamos nuestros principios fundacionales, basados en la Memoria, la Verdad, la Justicia", informó la agencia DyN.


Esta postura fue expresada luego de que Bonafini calificara a Macri como un "enemigo peligroso" y convocara a una marcha de la resistencia para los días 10 y 11 de diciembre en rechazo a la asunción del nuevo gobierno.

"Vamos estar del jueves 10 a las 15.30 al viernes 11 a la tardecita, en donde daremos por terminada la marcha, que no será una Marcha de la Resistencia más, es una marcha que dice: 'Ni Un Paso Atrás - Resistir es Combatir'. Si tenemos que volver a hacer todo lo que hicimos en los gobiernos de Menem y De la Rúa, lo vamos a hacer”, propuso la titular de Madres de Plaza de Mayo.

© Publicado el martes 01/12/2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

  



miércoles, 29 de octubre de 2014

Recuperar la gesta de los pañuelos… De Alguna Manera...


Recuperar la gesta de los pañuelos…


Universidad de las Madres. La decisión de estatizar esa casa de estudios y subordinarla a la defensa de un gobierno compromete el legado democrático de la agrupación.

El pañuelo las trasciende. Un símbolo nacido del miedo y la necesidad. Identificarse en la Plaza de Mayo cuando apenas un puñadito de madres que buscaban a sus hijos desaparecidos se instaló en el corazón del poder para increparlo y desnudar su crueldad.

¿Hay algo más perturbador que una madre que perdió a su hijo? Los griegos, que lo sabían, las escondían. Desde que las madres se instalaron en la Plaza de Mayo, allí, como en un gran teatro abierto, ellas escenificaron y recrearon los mitos ancestrales, la Gran Madre, origen de la religión, las Antígonas que desautorizan al tirano para honrar la muerte y a la par exigen justicia. Una insurgencia femenina que dio de lleno en el corazón del régimen militar y, al poner luz pública sobre lo que deliberadamente se intentó ocultar, impulsó el Juicio a las Juntas, el signo más auspicioso de la democracia naciente. Otras madres en duelo se agregaron al repertorio de la violencia del Estado. Siempre seremos deudores de todas esas mujeres que se lanzaron a la plaza de los reclamos para desnudar la mentira y exigir justicia. No la que se elabora en los despachos como estrategia de impunidad si no ese grito por la verdad y la justicia que se escuchó en todos los rincones de nuestro país, en general, mujeres que perdieron a sus hijos y no les preguntaron a las otras si era peronista, radical, comunista o socialista. Unidas por el dolor hicieron de la solidaridad el más fuerte vínculo del amor. El otro como un igual.

¿Hay algo más perturbador que una madre que perdió a su hijo? Los griegos, que lo sabían, las escondían

He pasado buena parte de mi vida adulta como testigo de las vidas individuales que se proyectan sobre lo que las unifica, el despojo de sus hijos. Historias que por respeto y compasión no siempre es posible individualizar con nombre y apellido, pero a las que igualmente cubre el pañuelo blanco. Si hay alguien con autoridad sobre ese símbolo que las trasciende, son aquellas que cumplieron con lo que se propusieron desde el inicio. El compromiso de no partidizar los pañuelos. Menos aún apropiarlo, como sucedió en Córdoba cuando Hebe de Bonafini les prohibió a las madres de los presos desaparecidos que lo usaran, porque en mi provincia la principal organización humanitaria se llamó Familiares de Presos y desaparecidos. No aceptaron la prohibición. Siguieron usando el pañuelo blanco.

Sin embargo, si perturba la madre que perdió al hijo, igualmente turba aquella que impreca, insulta. Un virus de intolerancia que ya existía pero encontró campo propicio cuando algunas madres dejaron la plaza para recibir los favores del palacio. No porque no debieran tener un lugar destacado en el palco de los homenajes de la Casa Rosada, la casa de todos los argentinos cuyo inquilino tiene siempre fecha de vencimiento, sino porque el pañuelo se contaminó con el poder, se tiñó de color partidario, con desprecio de la democracia republicana.

Siempre creí que a las madres, como a las víctimas en general, no se les debe exigir coherencia democrática. No porque el sufrimiento exima de responsabilidades, sino porque el dolor puede empañar la mirada luminosa y verdadera de una auténtica construcción democrática. En cambio, que la mayoría oficialista en el Parlamento haya legitimado como universidad pública un instituto manchado por la corrupción como la Fundación de las Madres de la Plaza de Mayo, proyecta sobre la sociedad el mismo desprecio y concepción autoritaria que descree de la democracia.

La recién estatizada fundación de las Madres de la Plaza de Mayo cargó en la cuenta de todos los argentinos, como una pesadilla compartida, el desfalco cometido en esa organización. Pero lo que es más grave es que -lejos de convertirse en una universidad para todos, democrática en su pluralidad y guiada por los principios éticos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos como base filosófica de su programa universitario- se convertirá en una escuela de adoctrinamiento para formar "militantes de la causa popular", un programa incompatible con la evolución democrática, cuyo motor de desarrollo universitario no es otro que la libertad de pensar y la pluralidad de decir.

Ya antes, durante el debate sobre la ley de medios, Hebe de Bonafini lideró una marcha a los tribunales, en donde manifestó su desprecio a la Justicia. Pero no era la primera vez que la dirigente que hizo de su nombre un sinónimo de una gesta colectiva, escupió a los jueces como expresión de su concepción revolucionaria. Pocos recuerdan la marcha que con máscaras en los rostros, manifestó al frente de los Tribunales para denostar el Juicio a las Juntas porque "era la justicia burguesa". Contrapuesta, claro, a lo que no se decía, la "justicia revolucionaria" porque en aquel momento nadie hubiera osado criticar los fundamentos de la democracia.

La historia está llena de ejemplos revolucionarios que terminaron en pesadillas totalitarias. El comunismo que prometía una humanidad igualitaria quedó reducido a los privilegios de la casta en el poder, preocupada más por la venganza que por promover una cultura de valores nuevos.

Por eso perturba que el mismo Estado que hoy ahoga económicamente y somete políticamente haya otorgado patente de universidad a un instituto que niega su autonomía ya que la subordina a la defensa de un gobierno.

Las universidades libres del control político, cogobernadas, son una herencia del movimiento reformista de Córdoba. "Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que quedan son las libertades que faltan", escribió Deodoro Roca en ese magnífico manifiesto liminar que, como testamento libertario, nos dejó la reforma de 1918.

A poco de conmemorar los cien años del movimiento reformista nacido en Córdoba, que se desplegó como influencia cultural y política por todo el continente, contrasta la subordinación de muchas universidades al kichnerismo, que se sirve de ellas para tercerizar planes de gobierno como fue el de viviendas "Sueños compartidos", sin rendición de cuentas y con cláusulas secretas, incompatibles con la transparencia que, al menos como definición, sustenta la democracia.

Es lo que sucedió con el proyecto museográfico de la ESMA o la creación del Ibope K, un medidor de audiencias del Estado. Pero la contracara de la intolerancia la expresaron también los encapuchados que ingresaron al rectorado de la Universidad de Córdoba para protestar por un convenio de la universidad con la empresa Monsanto y que, entre destrozos y gritos, le enrostraron al rector su condición de paciente oncológico.

Vergüenzas y dolores proporcionales a las libertades que nos faltan, tal la bella ecuación del manifiesto reformista que 100 años atrás ya aconsejaba que a los jóvenes no se los debe ni comprar ni adular y que no hay mejor maestro que aquel que crea belleza, bien y verdad. Aquellos jóvenes universitarios cordobeses que no buscaban "empleos" se levantaron contra una "autoridad tiránica y obcecada" que veía en "cada petición un agravio y en cada pensamiento, una semilla de rebelión".

Como de tradiciones se trata, tal vez no estaría de más preguntarnos cuál debería ser el legado de las Madres. ¿El ejemplo de las que desde el inicio pidieron Justicia sin venganza porque sabían que la patria no puede ser invocada si en su nombre se sacrifica la verdad? ¿O el ejemplo que sustentan los que se escudan detrás de los pañuelos blancos para proclamar la revolución por decreto y que, como estafadores de la legitimidad democrática, utilizan la democracia para acabar con ella?

© Escrito por Norma Morandini el Martes 28/10/2014 y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.