Mostrando las entradas con la etiqueta Federico Pinedo. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Federico Pinedo. Mostrar todas las entradas

domingo, 24 de mayo de 2015

Michael Porter y El problema de Massa… @dealgunamanera...

El problema de Massa…


Análisis del rol competitivo de Massa a la luz de la teoría del profesor de Harvard, Michael Porter, respecto de su popularidad y diferenciación.

Para el padre de la estrategia competitiva y célebre profesor de Harvard, Michael Porter, sólo hay dos formas posibles para que un producto sea líder: serlo en popularidad (precio) o serlo en diferenciación (exclusividad). Es muy difícil ser líder al mismo tiempo en ambos campos y el riesgo de quienes aspiran a destacarse simultáneamente en dos direcciones es el de caer en la hibridez.

En la búsqueda de la alquimia que permita unir atributos excluyentes han sucumbido los más ambiciosos, y éste puede ser hoy el problema de Massa.

Muy raras veces una categoría logra implicar y abarcar a las otras dos, pero cuando eso sucede –algo parecido a lo que en política sería una revolución– las categorías anteriores caen en desuso y surge una nueva polaridad.

Ejemplos de productos que responden a la “U” de Porter hay en todas las categorías: Quilmes y Stella Artois en cerveza en Argentina, Fiat y Ferrari en autos en Italia, o Topper y Nike en zapatillas en todo el mundo. Lo que podría encontrar su equivalente en la política argentina actual con Scioli por continuidad y Macri por cambio, que trasladados a la “U” de Porter colocaría a Scioli como el producto político líder por popularidad y a Macri como el producto político líder por diferenciación.

El hecho de que sea posible expresar la estrategia de Massa de dos formas, tanto de cambio con continuidad, como de continuidad con cambio, dando a entender que habría prevalencia de un factor sobre otro en ambas formulaciones, ya evidencia la dificultad de una comunicación unívoca.

Sólo hay dos formas de liderar: por popularidad o por diferenciación. Es difícil destacarse en ambas simultáneamente.

La vida es bastante más compleja y excede el binarismo categorial, pero a la mente humana le resulta mucho más fácil procesar información decodificada en forma de dos dimensiones. Y a veces es hasta imposible procesar rápidamente un sistema ternario como probablemente podría marear al conductor de un auto que mirara un GPS tridimensional mientras esquiva obstáculos a pocos metros de él.

También hay cuestiones atávicas y mítico-religiosas en la mejor aceptación de lo normal, como aquello que se representa en dos dimensiones, en parte por la estructuración humana más básica de hombre y mujer, haciendo que se despierte desconfianza ante cualquier terceridad, la que generalmente se acepta después de un esfuerzo intelectual pero no naturalmente. El primer impulso frente a la transgresión es remitirla al espacio del pecado en lo religioso o a lo prohibido en el terreno de lo mítico.

En los estudios cualitativos de intención de voto puede aparecer Massa como el más inteligente o el más rápido de los tres candidatos presidenciales con mayor intención de voto, pero también como aquel que genera más sospechas sobre quién realmente es o qué podría hacer en el poder. Ese posicionamiento híbrido en lo que sería la “U” de Porter se transforma en desconfianza porque el sentido común tiende a descartar o poner bajo un signo de interrogación lo que no se entiende o lo que no encaja fácilmente en la matriz binaria.

Massa, conociendo el problema de la tercera posición, sabe que su única solución sería disputar el liderazgo con alguno de los representantes de los dos atributos excluyentes, pero la polarización se lo hace cada vez más difícil.

En las filas del PRO, y muy especialmente en Duran Barba, hay una convicción acerca de que la mejor opción para Macri es profundizar su atributo de diferenciación y que cualquier alianza con personas que representen las formas tradicionales de hacer política, o los partidos políticos tradicionales –esto vale tanto para De Narváez, Massa, Reutemann y hasta Sanz–, le restará valor de diferenciación. Por eso insisten en ir a competir tanto con un candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires como a vicepresidente que sea propio del PRO.

También Macri cree que podría convertirse en un “Bordón joven” si se hibrida con candidatos PJ o del Frente Renovador.

Vislumbran esta estrategia tanto como ofensiva, para ganar las elecciones, como defensiva, por si las pierden. Creen que si perdieran frente a Scioli siendo genuinos representantes de la nueva política, sin concesiones electoralistas ni acuerdos de poder clásicos, quedarán con un capital simbólico que le permitiría al PRO rehacerse y seguir siendo competitivo; pero que si pierden habiendo hipotecado su valor de diferenciación, con massistas en sus listas de legisladores, con De Narváez como candidato a gobernador y Reutemann como candidato a vicepresidente, por ejemplo, la propia pérdida de identidad de su propuesta electoral los llevaría a disolverse en los partidos tradicionales, con el riesgo de convertir al propio Macri en otro “Bordón joven”.

Mientras que si pierden sacando el 40% de los votos “sin traicionarse”, siempre podrán convertir esa derrota en algo heroico que les permita volver a ganar más legisladores en 2017 y seguir aspirando a la presidencia en 2019. Por lo menos ésa es la tesis de Duran Barba, de quien se dice que su ataque a Gabriela Michetti y Federico Pinedo en las PASO del PRO no fue resultado de incontinencia verbal sino de estrategia, porque nadie del macrismo quería aparecer atacando a Michetti y alguien tenía que hacer “de malo” para poder ganarle por diez puntos de ventaja.

Las terceras posiciones sirven como articuladoras y son especialmente útiles para aumentar la calidad en tareas que requieran equilibrio, como la Justicia o el periodismo. Pero es un atributo aborrecido por los consultores electorales.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 24/05/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 10 de mayo de 2015

Viejismo 2… @dealgunamanera...

Viejismo 2…

Descorbatados (en lugar de descamisados) es hoy un significante. Foto: Cedoc

Análisis con perspectiva política y cultural en el marco de la embestida contra el ministro de la Corte Carlos Fayt.

A partir de la embestida contra Fayt, en la contratapa de ayer se analizó el viejismo con el enfoque de la psicología social. En esta continuación se lo profundiza con una perspectiva política y cultural.

Ayer concluyó diciendo que el mensaje de rebeldía de Fayt contra el viejismo y sus prejuicios no tiene como destinatario sólo al kirchnerismo y a La Cámpora, sino también al macrismo, que es especialmente viejista.

La antropóloga Margaret Mead –en su libro Cultura y compromiso– explicó el funcionamiento de las sociedades a partir de la relación intergeneracional y las categorías resultantes como causa y consecuencia de la política:

Posfigurativas: el saber y el poder se les asignan a los modelos de conocimiento estipulados por los predecesores. Gran valoración de lo producido en el pasado. Los más viejos enseñan a los más jóvenes.

Cofigurativas: el saber y el poder se les asignan a los modelos de conocimiento producidos en el presente. Los padres y los hijos aprenden entre sí y buscan guías en pares de su misma edad.

Prefigurativas: tras una crisis social se produce una pérdida de referentes; el saber y el poder se colocan en lo que vendrá, con una inversión de roles, los jóvenes cumplen el papel de guía que antes se les asignaba a los ancianos.

Hoy el proselitismo del PRO es anti PJ, pero su estética festiva y hedonista es muy peronista.

Nietos, padres, abuelos y, en algunos casos, bisabuelos comparten un período de tiempo en promedio de ochenta años, que en el caso de Argentina coincide con la seguidilla de crisis que, arrancando en 1930 (independientemente de períodos de crecimiento), nos llevaron de ser la 7ª economía del planeta a la 24ª.

Las continuas devaluaciones de nuestra economía también devaluaron el valor de la memoria y del pasado. Y, en la lucha política por la significación, por imponer saberes y consolidar estereotipos de poder, los “partidos políticos de la onda”, aquellos para quienes lo primero es ganar las elecciones, hicieron del viejismo una herramienta electoral.

El recambio de poder requiere un recambio de saberes. Y no es casual que tanto desde La Cámpora con Kicillof, el más fotografiado de sus referentes, como desde el PRO con Macri, el look de traje sin corbata se transforme en un mensaje no sólo de renovación generacional (al igual que Scioli, Macri se convertiría en sexagenario en la presidencia si fuera electo en 2015), sino de renovación de ideas: La Cámpora frente al pejotismo, los tecnócratas cipayos y los garcas; y en el PRO, contra la vieja política. Edípicamente, uno se distancia así de la ortodoxia de la política; y el otro, de la ortodoxia económica. 

Descorbatados se convirtió, como en los años 40 lo fue descamisados, en un significante de otros significados.

Pero lo nuevo y lo viejo no pasa por la estética, que apenas maquilla renovación, sino por tener realmente ideas nuevas. Exacerbando el vestido como lenguaje, en la televisión primero les sacaron las corbatas a los periodistas y luego les pusieron camisas a cuadros fuera del pantalón (parados para que se vea) para al menos disimular si no hay ideas nuevas. Pero no hay que echarles la culpa a los medios porque siempre son reforzadores y propaladores de tendencias sociales, pero casi nunca son la causa de ellas.

Las edades son una construcción social; hace un siglo no existía prácticamente la adolescencia porque a los 13 años, terminado el colegio primario, la enorme mayoría de los habitantes del planeta iba directamente a trabajar, y hace tres siglos casi tampoco existía la niñez porque se comenzaba a trabajar a la edad de la educación primaria. Cada época transforma el significado del tiempo y en la nuestra lo que llamamos “el presente” tiene cada vez menos duración porque lo actual ya no son los temas que duran semanas o días, sino apenas horas.

El peronismo, que siempre ha tenido una vocación de poder mayor que el radicalismo, y ahora el PRO, por la relación deportiva de Macri con el éxito, detectan y responden a esa tendencia para satisfacer a los clientes/votantes. A una sociedad viejista le dan signos de juventud (no hay que olvidar que las representaciones no necesariamente tienen que coincidir con la realidad para poder ser efectivas).

Y a pesar de que el discurso electoral actual del PRO es antiperonista, en la Ciudad el candidato a vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, y un dirigente clave como Cristian Ritondo provienen del peronismo, y la estética de fiesta, globo, baile y hasta alguna cumbia remite a la cultura peronista, que siempre ha sido consumidora de futuro en el presente y su lema podría sintetizarse en “después vemos”.

Los partidos ponen a los jóvenes delante para que no se note la acumulación de fracasos pasados.

Corrido por el tiempo, el viejismo tiene una doble faceta, desvaloriza el pasado pero también el futuro, como no podría ser de otra manera si para vivir más intensamente el presente hay que olvidarse de que este presente será el pasado en el futuro. “El futuro es ahora”, propio del natural y lógico hedonismo juvenil, contagia a los adultos.

En política esto se percibe en lo que podría sintetizarse como “pongamos a los jóvenes para que no se note nuestro fracaso”. Y se muestra a los jóvenes en primer plano para no tener que hablar del pasado, controvertido para muchos.

La misma categorización que se utiliza en semiótica sobre medios de comunicación para diferenciar Género (algo permanente: serie, noticiero, talk show, etc.) de Estilo (lo que se adapta a los códigos discursivos del lugar y el momento) vale para la política. El PRO y La Cámpora comparten el estilo “moderno”, y el PRO y el PJ practican el estilo hedonista, con Del Sel como la más acabada reencarnación. No sólo Fayt es viejo, también lo son Reutemann y hasta Pinedo.

Después de tantas crisis, los nuevos enunciadores de fundamentos corren el riesgo de confundir edad con ideas.

Contenido relacionado

© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 09/05/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



domingo, 24 de noviembre de 2013

La "Opo"... Expectativas y dudas... De Alguna Manera...

 Expectativas y dudas...


Los cambios en el gobierno nacional y “los gestos” del flamante jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien propuso entablar una relación más fluida con el Congreso, despertaron “expectativas” entre los dirigentes del arco parlamentario opositor, aunque todos prefieren esperar a ver cómo se plasman “las intenciones” en los hechos. De todas maneras, la figura del ministro coordinador desató elogios variados entre los opositores consultados por Página/12.

“Es una figura de peso y una expresión de los gobernadores del PJ alrededor de la Presidenta”, lo definió el diputado radical Mario Negri. “Tiene un gran conocimiento de cómo funciona la economía acá y en el planeta”, afirmó el diputado macrista Federico Pinedo. “Lo conozco mucho y es un hombre de diálogo”, agregó el electo diputado socialista Hermes Binner. “Es muy bueno. Capitanich fue gobernador, no sé muy bien la gestión, pero en ese sentido puede ayudar mucho”, opinó Sergio Massa desde España en su gira internacional como presidenciable. Tampoco faltaron los reclamos. “Que el Ejecutivo devuelva al Congreso las facultades delegadas”, proclamó Negri. “Que el Gobierno reciba al gobernador Antonio Bonfatti”, pidió Binner. “Queremos políticas de Estado contra la inflación y el narcotráfico”, sostuvo Pinedo.

Capitanich retomó la iniciativa oficial en varios frentes, entre ellos el parlamentario. El miércoles se reunirá en el Senado con los jefes de todos los bloques políticos de la Cámara alta. Un encuentro que se encargó de armar el jefe del bloque kirchnerista, Miguel Angel Pichetto, donde los senadores del oficialismo le cederán protagonismo al flamante ministro coordinador. El jefe de Gabinete expondrá sus propuestas para una relación y un trabajo más fluido con el Congreso.

“Las expectativas siempre son positivas. Pero por ahora lo que vemos son sólo señales y cambios estéticos y en los modos. Lo importante es que esto se traslade a lo político, si no sería una defraudación”, marcó el radical Negri. El diputado cordobés no dudó en señalar a Capitanich como “una figura de peso en la Jefatura de Gabinete y una expresión de los gobernadores del PJ alrededor de la Presidenta”. “Aunque no lo digan creo que es una consecuencia lógica sobre el resultado electoral. Pero lo importante y lo central son los cambios reales”, advirtió Negri y señaló que una expresión del reencausamiento de la relación del jefe de Gabinete con el Parlamento “debe ser la devolución al Congreso de las facultades delegadas al Poder Ejecutivo”.

Para Negri, la otra prioridad es “la lucha contra la inflación, a la que primero hay que reconocer y eso todavía no ha ocurrido”. “Hay que saber cuáles son las metas, las definiciones sobre política cambiaria y lo que han definido como ‘atracción de inversiones’, para lo que se necesita un marco de confianza que no es la herencia que deja (Guillermo) Moreno con la destrucción del Indec”, remarcó Negri a Página/12 antes de soltar su duda: “Espero que esto que dicen iniciar no sea sólo gestual”, señaló.

“Tiene una gran experiencia en la administración y un gran conocimiento de cómo funciona la economía. Lo que marca una gran diferencia con sus antecesores. La primera señal es de racionalidad y de equilibrio en lo macroeconómico”, dijo Pinedo sobre Capitanich. “Que el jefe de Gabinete diga que va a cumplir con la Constitución ya es una noticia que hay que celebrar. Marca un cambio de época, veremos qué hace”, completó.

En cuanto a la relación con el Congreso, Pinedo consideró “razonable que empecemos a establecer políticas de Estado con temas inminentes como el narcotráfico y la inflación. Espero que se pueda avanzar y sacar estos temas de la pelea partidaria y que se haga de buena fe”. Sobre el ministro de Economía, Axel Kicillof, consideró que “se conoce mucho con Capitanich, más allá de sus diferentes formaciones, y que va a actuar en la misma línea. Creo que va a haber una política y no dos”.

Desde España, Massa fue más escueto y calificó la designación de Capitanich como “muy buena” y dijo que su experiencia como gobernador “puede ayudar mucho”. En cambio, como parte de su primera gira internacional como candidato presidencial, le apuntó a Moreno –el saliente secretario de Comercio– y atribuyó su renuncia al “triunfo” de la gente que aportó con su voto a la derrota oficialista en las legislativas de octubre. El empresario y diputado electo por el Frente Renovador José Ignacio de Mendiguren valoró “la capacidad de trabajo” de Capitanich –con quien compartió el gabinete durante el interinato de Eduardo Duhalde– y consideró que Juan Carlos Fábrega, el presidente del Banco Central, “conoce muy bien los instrumentos del sistema financiero”.

“Es tiempo de renovación para atender una realidad que nos permita transitar los próximos dos años más tranquilos. Y si hay diálogo es muy importante. Es positivo en lo que resta para la finalización del mandato de la Presidenta, dos años que van a ser mucho o poco tiempo de acuerdo a cómo se los aborde”, expresó Binner, quien reclamó “resolver” temas como “la inflación, la caída de las reservas y el déficit fiscal para que funcione el Mercosur y fijar un rumbo común con el resto de la región”.

“A Capitanich lo conozco mucho de nuestra relación como gobernadores, es un hombre de diálogo con el que hemos conversado problemas comunes entre el Chaco y Santa Fe como los temas algodonero, azucarero y de los bajos meridionales”, dijo Binner sobre el jefe de Gabinete antes de hacer su propio reclamo: “Habrá que ver qué políticas lleva adelante, pero sería muy importante para el diálogo que, por ejemplo, reciba al gobernador Bonfatti, que hace dos años que reclama una entrevista y no lo consigue”. “Estaríamos en el buen camino”, sostuvo Binner sobre el diálogo que Capitanich propondrá al Congreso. “Hay que armar una mesa de negociación para acordar temas y abordar ideas y propuestas que todos los sectores aporten, de acuerdo con su saber y entender. Y que luego esto se trate y dirima con el voto del cuerpo legislativo”, propuso el líder del PS.

© Escrito por Miguel Jorquera el domingo 24/11/2013 por le Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 5 de mayo de 2013

Unidos y esperanzados… De Alguna Manera...


Unidos y esperanzados…

 
Roberto 'Maravilla' Lavagna. Dibujo: Pablo Temes.



Plan Opositor. Cómo es el armado político que busca captar el voto castigo a Cristina y construir una nueva mayoría legislativa.

¿Se imagina a Roberto Lavagna como presidente provisional del Senado? ¿Y a un macrista u otro peronista opositor como jefe de la Cámara de Diputados? No es ningún delirio que puedan llegar a ocupar el segundo y tercer lugar en la línea sucesoria. Según todas las encuestas, eso puede ocurrir a fin de año, cuando se incorporen los legisladores que se elegirán en octubre. El documento “Unidos para cambiar”, firmado en Córdoba, se plantea como principal objetivo “construir una nueva mayoría para conducir el Parlamento”.

Todo depende de la magnitud del voto castigo a Cristina que, según los consultores más serios, va a ser importante. El peronismo del mejor Perón, “el del abrazo con Balbín”, dijo De la Sota, fiel a su condición de partido del poder, va a luchar para que en 2015 gane un presidente que no sea Cristina ni cristinista. Esa batalla la van a dar en todos los terrenos y en los tres poderes.

1) En el Congreso. Intentarán ponerle límites a Cristina y cerrar la escribanía en la que fue convertido. Si todavía existe, derogarán las leyes de la reforma judicial, entre otras. ¿Ley de Medios también? El Parlamento fuera de los caprichos K se convierte, además, en una válvula de seguridad republicana. Garantiza continuidad y gobernabilidad democrática para el caso de que se produzca lo que Dante Caputo llama “suicidio institucional”. Un despecho de Cristina que pegue un portazo ante un resultado fuertemente adverso. Nadie en su sano juicio lo desea. Sería traumático para todos. Pero quieren prever todas las posibilidades, y con más razón las que ya ocurrieron. Alberto Fernández contó detalles de aquella noche de derrota por el voto no positivo de Cobos en la pelea por la 125, en la que el mismísimo Lula hizo desistir al matrimonio presidencial de abandonar el barco “porque este pueblo no nos merece”.

2) En la Justicia. Apuestan a que la Corte Suprema voltee las leyes inconstitucionales a las que quieren someterla. Si eso no ocurre, Gustavo Ferrari, Federico Pinedo y Ricardo Gil Lavedra están explorando una lista única para los candidatos a consejeros de la Magistratura. Están dispuestos a aceptar el desafío de polarizar con la boleta de la Presidenta y a convertir eso en una suerte de plebiscito sobre la gestión de Cristina y en contra de una nueva reelección.

3) En el Poder Ejecutivo. El objetivo es que las urnas de octubre alumbren a los representantes más taquilleros, según el tamaño del triunfo en cada distrito. De allí surgirán los que se sientan en condiciones de pelear por el sillón de Rivadavia.
¿Cuál es el verdadero alcance de esta coalición en ciernes? Es el instrumento más novedoso desde que en 2009 Unión-PRO, con Francisco de Narváez, canalizó la bronca masiva y derrotó a una lista que integraban nada menos que Néstor Kirchner, Daniel Scioli y Sergio Massa. Es un techo sólido en el que pueden refugiarse todos los peronistas maltratados y humillados por Cristina, que cada día son más. Nada les garantiza un triunfo, pero no es un proyecto testimonial. Por primera vez, un tipo de peronismo en el poder va a ser enfrentado en elecciones por otro peronismo de similares proporciones.

A Menem lo pelearon peronistas frepasistas como Pilo Bordón y Chacho Alvarez y le dieron un susto. Algún intento de los Rodríguez Saá no pasó de eso y Roberto Lavagna con el radicalismo juntó muchos votos cuando compitió con Cristina, pero no estuvo el peronismo detrás.

Este cuadrado colectivo de conducción donde no hay jefes ni candidatos a presidente tiene a Hugo Moyano y a Roberto Lavagna que coinciden en haber sido enemigos del neoliberalismo de los 90 y socios estratégicos del gobierno de Néstor. Uno es el gremialista con mayor poder de organización, movilización y daño, y el otro el economista más prestigioso de la Argentina, corresponsable como piloto de tormentas con Duhalde primero, y Néstor después, de sacar a la Argentina del infierno.

De Narváez, fue dicho, es el que ya hizo lo que quieren hacer: derrotar al apellido Kirchner en las urnas en la provincia de Buenos Aires. En política se dice que si algo ya ocurrió puede volver a ocurrir. No en vano censuran escandalosamente su gotita publicitaria mientras sigue el océano de Fútbol para Todos que pagamos ídem. Y José Manuel de la Sota, el gobernador de la provincia más importante después de Buenos Aires en términos simbólicos y en cantidad de votantes.

Este proyecto incluye a Mauricio Macri y les deja las puertas abiertas a Daniel Scioli y a Sergio Massa. Los chisporroteos que explotaron el viernes contra Macri se van a resolver en una cena privada y luego van a ofrecer un encuentro público con alguna excusa institucional. A todos les conviene funcionar como paraguas de las diversas alianzas distritales. Falta firmar todavía, pero en el borrador dibujan propuestas potentes: a Schiaretti-Baldassi en Córdoba; Del Sel-Salomón en Santa Fe; Lavagna-Michetti en Capital; De Angeli- Busti en Entre Ríos, e imaginan posibles triunfos en Chubut y en Santa Cruz con las listas de Mario Das Neves y Daniel Peralta. En Buenos Aires, lo más probable es que un radical macrista como Gustavo Posse secunde a De Narváez.

Quieren convertir el espacio en una aspiradora de dirigentes y dar una imagen de gobernabilidad. Cristina los combatirá con palabras de Gabriel Mariotto, diciendo que “son el pasado” o “la derecha socia de las corporaciones”. Desde el otro gran frente, el socialdemócrata, que intentará replicar el armado que gobierna Santa Fe (UCR + FAP), plantearán que “el peronismo es el problema y no la solución” y que “el país no puede estar a merced de la interna pejotista” y recordarán que casi todos ellos respaldaron a Néstor Kirchner. 

El debate promete ser inquietante. El crecimiento de los dos grandes polos opositores es directamente proporcional al deterioro de la imagen de Cristina por las granadas económicas y éticas que le vienen explotando en las manos. Esto recién empieza y nadie puede subestimar a quienes se ven a sí mismos como la encarnación de la patria liberada que lucha contra la colonia. Jamás van a bajar los brazos. Sobre todo porque el consumo sigue su marcha pese a los terremotos del dólar y porque no conocen otro rumbo que “el vamos por todo”.

© Escrito por Alfredo Leuco el domingo 05/05/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.