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martes, 19 de enero de 2021

Desgaste oficial… @dealgunamanera...

 Desgaste oficial…


Guardapolvos, Alberto Fernández y Rodríguez Larreta. Dibujo: Pablo Temes. 

Gobierno desconcertado. Preocupa la grieta, pero no la que existe con la oposición sino la que divide al Frente de Todos.


© Escrito por Nelson Castro y publicado el sábado 1601/2021 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 


El gobierno necesita oxígeno. El gabinete necesita oxígeno. No hay que tomarlo a mal, es algo lógico. Cuando asumimos nadie imaginó que estaríamos condicionados por una pandemia a nivel mundial. No estoy diciendo que sin Covid la gestión hubiera sido ejemplar, lo que quiero transmitir es que el nivel de desgaste de algunos sectores y funcionarios ya se empieza a notar y los errores están a la vista”. Quien así se expresa  es un hombre del sector de la coalición más cercano al Presidente con despacho en la Casa Rosada.

 

Es una confesión de una realidad cruda que todos los días trasciende los muros de la Casa de Gobierno. No hace falta transitar sus pasillos para detectarla. Los que deambulan por esos corredores observan con preocupación los rostros de desconcierto y hastío que dejan ver muchos de los funcionarios más cercanos a Alberto Fernández.

 

“La grieta que más preocupa no es la que divide aguas con la oposición. Hay una grieta interna dentro del Frente de Todos. A los que no buscamos la confrontación como herramienta para una supuesta revolución política -en el buen sentido- nos llaman tibios o moderados, sin ver que lo que buscamos en la gestión de acuerdos es el bienestar de los que nos votaron y de los que no. Esto no puede seguir pasando dentro del gobierno. Porque el sector más dialoguista no es ajeno a las críticas y se desgasta la capacidad de trabajo. Del otro lado deberían canalizar mejor las posturas extremistas que se escucharon esta semana” -se quejó otra fuente albertista-.

 

La crítica va dirigida al ex vice gobernador Gabriel Mariotto y a Milagros Sala que en los últimos días arremetieron con virulencia contra el Presidente.  

 

Muchos funcionarios que responden a Alberto Fernández se preguntan por qué resignó su aspiración de liderazgo y, en cambio, decidió someterse a la voluntad de Cristina Fernández de Kirchner. “Cristina tiene la mayoría de los votos pero con eso no le alcanzaba para ganar. La victoria se la posibilitó Alberto”, completa otra voz de su cercanía con tono de decepción y cierta angustia. Lo que dice es absolutamente cierto. La presencia de AF permitió recomponer una cierta unidad del peronismo con la reincorporación de Sergio Massa y el aporte de algunos gobernadores que aún hoy no quieren tener nada que ver con CFK y sus secuaces. Y eso abarca a La Cámpora.

La “revolución” que, según le reveló el Presidente a Eduardo van der Kooy,  reclaman los sectores K es el reconocimiento de los objetivos diferentes que anidan en el Frente de Todos. El kirchnerismo no volvió para ser mejor. Nada mejor se puede esperar de una estructura de pensamiento arcaico encaramado paradojalmente en gente joven. Ese es uno de los estigmas K: su atraso ideológico y metodológico.

 

Los atisbos de “revolución” parecen ser el ida y vuelta de las tensiones con el campo, la nueva fórmula aplicada para el cálculo de los haberes con los que se castigó a los jubilados, el bochornoso fallo que le permite a CFK cobrar jubilaciones y pensiones exorbitantes que ningún otro ciudadano percibe, el intento de expropiación de Vicentín y la reforma de la Justicia buscando no sólo la tan anhelada impunidad de la vicepresidenta  y sus ex funcionarios sino también la suma del poder público.

 

Uno de los territorios en donde la disputa interna se da con más crudeza es la provincia de Buenos Aires. La resistencia de varios dirigentes a la imposición de Máximo Kirchner como presidente del PJ distrital no es poca. No es sólo la oposición a su figura sino también a la metodología de conducción que aplica La Cámpora.

 

Ello está teniendo consecuencias en dirigentes peronistas que quedaron a la intemperie luego del fiasco de Roberto Lavagna y Consenso Federal, quienes están dialogando desde hace varios meses con sus pares justicialistas que forman parte de Juntos por el Cambio. Hay que recordar que tanto Horacio Rodríguez Larreta como Diego Santilli provienen de las entrañas del PJ. En esa tarea están muy activos el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, su secretario de Seguridad, Diego Kravetz y el ex ministro de Gobierno de María Eugenia Vidal, Joaquín De la Torre, un peronista que fue intendente de San Miguel.

 

Las clases, otra vez en duda. En medio del rebrote de Covid 19 y los avatares de la vacunación, la educación y el regreso a las aulas fijado -en principio para el 17 de febrero- vuelve a estar en primer plano. El ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, determinó esta semana que cada provincia fijará la fecha y la modalidad de ese retorno. Desde el massismo reiteraron que la presencialidad es fundamental y  recordaron que a fines del año pasado “el ministro Trotta chocó de frente con los gremios y hubo que elaborar una ingeniería política con gobernadores e intendentes para volver a las aulas. Anticipan que la negociación será muy dura”. Lo que no dicen es que, desde el nivel nacional, esta vez no quieren pasar por lo mismo y por eso delegaron las negociaciones en cada provincia o jurisdicción. Todo un síntoma de la falta de conducción que asoma desde casi todas las áreas de gobierno. En las últimas horas se supo la decisión presidencial de avanzar con la presencialidad para no regalarle esa bandera a la oposición. Un absurdo.

 

La presencialidad escolar está internacionalmente recomendada. Es algo fuera de discusión. Su desafío es la implementación. Lamentablemente la mezquindad de la puja política de la cual forman parte las conducciones gremiales ha alejado la posibilidad de un trabajo conjunto e inteligente entre gobiernos y sindicatos. De haber existido esa actitud se hubiesen encontrado las formas de lograr ese objetivo de forma segura, como merecen alumnos, docentes y personal auxiliar, según las posibilidades de cada escuela. “En ausencia de un gran sueño, la mezquindad prevalece” (Peter Senge).

 

Producción periodística: Santiago Serra.









 

domingo, 13 de enero de 2019

Fin de zona urbanizada… @dealgunamanera...

Fin de zona urbanizada…

Pretemporada. Roberto Lavagna. Dibujo: Pablo Temes.

Tanto oficialistas como opositores ya se lanzaron a la campaña. La incógnita del desdoblamiento. 

Las vacaciones se terminaron. La campaña comenzó. La dirigencia política en pleno está con su mente en modo electoral. A eso respondió la reaparición pública de Elisa Carrió en el programa A dos voces y la reunión que tuvo con Marcos Peña en su casa de Exaltación de la Cruz. Por si alguno aún dudaba, quedó claro en los dichos de la diputada en vías de jubilación de los cargos públicos, que no solo no romperá Cambiemos sino que será una pieza clave. No es que la una a Mauricio Macri el amor sino el espanto que, en este caso, tiene nombre y apellido: Cristina Fernández de Kirchner. Es la misma ecuación por la cual el peronismo busca desesperadamente el camino de la unidad: el espanto a Macri.

El renacido protagonismo de Marcos Peña es producto de los menesteres del año electoral. Eso lo apasiona y a eso le dedica  todas sus fuerzas. Es –y no la gestión– lo suyo.

La reunión de la mesa chica –el lunes pasado en la sede del PRO en San Telmo– encabezada por Peña y a la que asistieron el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, el senador y presidente del Consejo Nacional del PRO, Humberto Schiavoni, el secretario general de la Presidencia de la Nación, Fernando de Andreis, el secretario general del PRO y vicepresidente primero de la Legislatura porteña, Francisco Quintana y el secretario de Interior, Sebastián García De Luca. Lo primero que hizo Peña fue exhibir cifras de encuestas sobre el Presidente, en las que se aprecia que tiene una franja similar en imagen e intención de voto. Según esos números, Macri estaría siete puntos por encima de CFK.

Se habló del desdoblamiento en la provincia de Buenos Aires. Ni Peña y De Andreis se mostraron muy convencidos de una idea que no les cierra. Pero no es solo a ellos a quienes les ocurre esto: a Macri tampoco le cierra. Y eso es lo central porque María Eugenia Vidal no va a hacer nada que el Presidente no quiera. De hecho, Vidal es la que tendrá que ver si logra convencerlo.

Otro de los asuntos principales de la reunión fue la situación en la provincia de Córdoba donde el panorama es bien complejo para el Gobierno. Mario Negri y Héçtor Baldassi acordaron integrar una fórmula de consenso para la gobernación. Es un acuerdo que cuenta con el apoyo de Luis Juez que ha anunciado que competirá por la intendencia de la ciudad de Córdoba. Por lo tanto el que quedó afuera es el actual intendente, Ramón Mestre, que parece no tener ninguna intención de bajarse de sus intenciones de dar pelea por la candidatura a gobernador. Ahí los radicales van a tener que jugar porque es una interna entre dos de sus actores. “Hoy, la situación está muy empantanada”, reconoce un funcionario importante del Gobierno. Y ése es un verdadero problema para Macri, quien basó su triunfo en la segunda vuelta de 2015 en la gran elección que hizo en esa provincia.

Unidad. En este gran ajedrez también se encuentra sumido el peronismo. La posibilidad de alcanzar el triunfo tiene una condición sine quanon: la unidad. Y esa unidad hoy se ve lejana. Pero lejana no es lo mismo que imposible. De eso habló Alberto Fernández en la semana.

“Cristina y Massa tienen una misma visión sobre lo que hay que hacer en la Argentina”, dijo el ex jefe de Gabinete. La única dirigente que salió a rebatirlo duramente fue la diputada Graciela Camaño. Y esto no es casual: tiene que ver con un cambio de actitud del ex intendente de Tigre que desde hace ya varios meses dejó de lanzar sus dardos contra la ex presidenta para apuntarlos directamente contra Macri.  
 
Para el Frente Renovador lo primordial es crecer lo máximo posible hasta llegar al momento de definiciones. Lo que se busca es lograr una postura unívoca en la oposición para después definir las candidaturas. Y, a esa hora, lo que contará es cómo llegan los precandidatos. Dependerá entonces si a CFK los números la muestran debilitada o fortalecida.
 
En ese tablero, el desdoblamiento de la elección en Buenos Aires es un dato clave. Lo que allí pase puede modificar todo el tablero nacional. CFK ha anunciado que no intervendrá en la confección de las listas ni en el armado de las alianzas que compitan a nivel provincial. Eso puede favorecer la unidad del peronismo y ponerlo a tiro de una victoria. En esa eventualidad, la figura del líder del Frente Renovador  cobraría mayor relevancia. Con lo que exhiben las encuestas al día de hoy, a Massa no le alcanza para ganar, pero, sin Massa, al peronismo tampoco le es posible ganar.

Money. La economía será clave a la hora de votar. Se asiste a un momento de pax cambiaria. El dólar se estuvo depreciando, y se apreciaron las monedas emergentes, que subieron en su totalidd. Por ejemplo Brasil subió un 4%, sostenido por las políticas de Jair Bolsonaro y su ministro de Economía. Esta estabilidad cambiaria está fuertemente influenciada por el flujo de capitales a Brasil, atraídos por las nuevas políticas comunicadas por su flamante presidente.

Los países emergentes tuvieron una mejora en estos diez días de enero, porque también se tomó nota de que la Reserva Federal de Estados Unidos se tomaría una pausa en su política de aumento de la tasa de interés.

Sobre el futuro, hay dos lecturas bastante disociadas por parte de los inversores, por cuanto los más comprometidos en títulos argentinos en posición compradora, están tratando de inducir a otros para que mantengan esta posición o que incluso la acrecienten. Son los que están pensando que la reelección de Macri estaría afirmando el proceso de cambio de la Argentina.

Confianza. La variable política acá es muy significativa. En la medida que Macri se afiance en las encuestas, o decrezca Cristina, o la Argentina logre consolidar la posición de divisas

para el 2020 –dato que es la gran incógnita del mercado– la confianza aumentará.

Si el peronismo (en sus distintas variables) no toma nota de esto, si su discurso es el de sumir a la Argentina en el aislamiento, fracasará.

En medio de esta jungla, se escuchó –después de un largo tiempo– la voz de Roberto Lavagna. “Roberto escucha a todos, pero no promete nada”, se apresuró a aclarar una voz de su cercanía. “Hace falta una propuesta de unidad nacional” dijo –escueto como siempre– Lavagna.

Es de lo que –paradojalmente– Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner están cada vez más lejos.

Producción periodística: Lucía Di Carlo


(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com

domingo, 3 de septiembre de 2017

No hay Descanso… @dealgunamanera...

No hay Descanso…

¿Dónde está Santiago? Dibujo: Pablo Temes

Tras el relax post PASO, se rearman las estrategias. Tensiones fuera de cálculo.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 03/09/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La impasse producida después de las PASO acaba de llegar a su fin. En primer lugar porque, por la propia lógica de la dinámica política, todos los partidos ya están revisando y adecuando sus estrategias. Y, en segundo lugar, porque la desgraciada ausencia de Santiago Maldonado se ha metido de lleno en la contienda electoral.

El Gobierno enfrenta dos escenarios bien distintos. En la Ciudad –donde domina con comodidad– apostará a aumentar la cercanía y visibilidad en todos los barrios, en especial los que le resultaron adversos. “Vamos a llegar caminando a cada lugar para hablar con la gente de los problemas vecinales sin ir a la política dura. Se le prestará atención casi exclusivamente a la agenda del vecino”–aseguran desde el PRO–. Allí coinciden en la necesidad de movilizar a los votantes que en las PASO no fueron a las urnas.

Las encuestas señalan que, en su mayoría, son votantes de Cambiemos. Si se recupera la sintonía con ellos, su participación en la elección del 22 de octubre podría aportarle al oficialismo capitalino entre dos y cinco puntos.

La Ciudad de Buenos Aires será expuesta como ejemplo  de gestión en el interior del país. Habrá funcionarios del equipo de Horacio Rodríguez Larreta y el propio Diego Santilli que se enfocarán en aceitar la estrategia en las provincias en las que la cosecha de votos fue pobre: Tierra del Fuego, Salta y otras zonas del Norte serán prioridad.

Distrito clave. 

En la provincia de Buenos Aires, en cambio, el escenario es bien distinto. La paridad con Unidad Ciudadana obligará a los funcionarios y estrategas del Gobierno a no relajarse ni un segundo. María Eugenia Vidal, que tendrá un papel central, volverá a encabezar las recorridas. Esto se complementará con una mayor desagregación y división en los roles. “Elisa Carrió está cansada y es difícil moverla, pero es una gladiadora y sabemos que contamos con ella. Pero será llevada a algunas recorridas puntuales en la Provincia. Lilita funciona bien en los distritos del interior, en los sectores ligados al campo, en todo el corredor Norte pero no así en el Conurbano profundo”.

El festejo de la victoria que encabezó Cristina Fernández de Kirchner el miércoles pasado en el estadio del club Atenas de La Plata, tuvo aires de déja vous. Ahí se vieron sus obsesiones de siempre, su creencia de que es el centro de las conspiraciones universales, y sus contradicciones. Nada nuevo bajo el sol. Luego de haber dividido al peronismo, ahora clama por su unidad.   

El caso Maldonado ha irrumpido en la campaña. De esto tuvo un anticipo Vidal el viernes cuando con su equipo caminaba entre Santos Lugares y Sáenz Peña, en el municipio de Tres de Febrero. En un momento, apareció un hombre que, desde una camioneta, les preguntó con tono de provocación si sabían dónde estaba Maldonado. “Es raro lo que pasó ya que no suelen filtrarse los lugares de timbreos o de las actividades de contacto directo con el vecino, justamente para que sean espontáneas. Es posible que un vecino descontento haya expresado su disgusto por el tema. Pero nos grabó con un celular y al día siguiente el episodio circulaba por varios medios. Que cada uno saque sus conclusiones” –relató un hombre que conoce al dedillo las recorridas y esa zona en particular.

Por otra parte, se sabe que en La Matanza profunda hay descontento porque a algunos grupos de cooperativas, que recibían y manejaban un dinero como ayuda social, el gobierno de la Provincia le sacó el manejo y lo redistribuyó. Ello generó enojo (Rafael Castillo, Laferrere, etc.), por lo que muchos están planeando salir a la calle. Fuentes calificadas aseguran haber escuchado a la propia intendenta, Verónica Magario, advertir sobre posibles hechos de violencia.


Tensiones. 

La desaparición de Santiago Maldonado es una tragedia cuya dimensión política el Gobierno no mensuró adecuadamente. La sinuosa investigación judicial y las poco claras declaraciones de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, han creado una confusión que, hasta aquí, lo único que han logrado es generar incertidumbre, sospechas y el temor fatal de que el caso nunca se esclarezca.

Y hasta tanto eso no ocurra va a ser imposible convencer de lo contrario a los que están genuinamente convencidos de que estamos frente a un caso de “desaparición forzada” de una persona.      

La estrategia gubernamental es dejar las actuaciones en manos de la Justicia acompañando y colaborando en todo lo que sea necesario, tanto en la búsqueda como en la difusión de información.

La politización del caso y su utilización en la campaña es una penosa constatación de la realidad. Una muestra de ello fue el instructivo que Ctera hizo circular por las escuelas el jueves pasado.

Algunas de sus consignas estaban claramente dirigidas contra el gobierno de Mauricio Macri.

Una de ellas –la de asemejarlo a la dictadura– constituye un peligroso disparate. Otro ejemplo de politización ocurrió en el multitudinario acto del viernes pasado en Plaza de Mayo. Las pujas internas entre los sectores partidarios que participaban impidió la elaboración de un documento consensuado. Por eso sólo se leyó la carta de Sergio Maldonado.

Un párrafo aparte merecen los hechos violentos que ocurrieron en la zona de la Plaza de Mayo y el Microcentro porteño. Nadie puede permanecer indiferente frente a estos episodios de una irracionalidad anacrónica y de una significación profunda y peligrosamente antidemocrática.

Producción periodística: Santiago Serra.


domingo, 9 de abril de 2017

Con una luz de ventaja… @dealgunamanera...

Con una luz de ventaja…

Permuto Obelisco Made in USA... Martín Lousteau. Dibujo: Pablo Temes.

El saldo de la semana dejó conformes a opositores y gremios, pero más al Gobierno. Votos antes que brotes.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 09|04|2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Fue una semana políticamente muy movida que, en el final, dejó un saldo positivo para el Gobierno. El paro general –de fuerte acatamiento en los grandes centros urbanos favorecido por la adhesión del transporte público– dejó mucha tela para cortar. 

La fisura entre la CGT y los movimientos de izquierda que salieron decididos a tomar la calle aun cuando no estaba convocada una movilización le permitió al oficialismo poner en marcha el demorado protocolo antipiquetes que catapultó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al centro de la escena.  

Desde la CGT aseguran que el objetivo del paro se cumplió y que en el Gobierno no deberían hacerse los distraídos y mirar para otro lado. Prefieren, sin embargo, dejar que corra algo de agua bajo el puente para definir futuras acciones. Desde sectores de la CTA fueron algo más concretos. Su postura es más contundente: “No se puede decir al que está disconforme que espere a las elecciones para expresar su voz en las urnas, el Presidente debe gobernar para todos, eso mismo había dicho CFK y así le fue”, resaltaron.

Apoyo.

El éxito inesperado del #1A representó para Mauricio Macri y su administración un apoyo en la calle del cual tenía una indiscutible necesidad. Sus consecuencias políticas al interior del oficialismo fueron varias e importantes. Una de ellas fue la consolidación de la idea de trabajar en una lista puramente “amarilla” para competir en la provincia de Buenos Aires en las elecciones de octubre próximo. “Ya no importan tanto los nombres; quizás haya que recurrir al semillero PRO

Después de lo de ese sábado, habrá que darle la razón a Jaime Duran Barba, que apoya esa postura. Lo difícil será completar algunos distritos, en especial la ciudad de Buenos Aires. Por otra parte, los candidatos que sonaron por fuera del oficialismo no cumplieron las expectativas cuando fueron sondeados en la opinión pública: Facundo Manes no midió lo esperado; el resto de los experimentos resultó un fracaso y Jorge Macri –el único puro del PRO– hubiera sido más un problema que una solución”, confesó una voz del oficialismo acostumbrada a repasar las opciones electorales. En rigor de verdad, el único nombre que continúa en danza es el del ministro de Educación, Esteban Bullrich, aunque todavía es un plan que debe madurar.

Con este panorama, está claro que aún no se ha definido la cabeza de lista. Por ende, quizás haya que esperar a la tan publicitada reunión Macri-Carrió para que el panorama se clarifique. Hablando de la líder de la Coalición Cívica, parece que su humor no fue el mejor por estos días y su enojo con el Gobierno, difícil de disimular. Estaba molesta porque aceptó subirse a la idea de bajarle el perfil a la movilización del sábado pasado –ya que pocos dentro de Cambiemos confiaban en el éxito que finalmente tuvo– y terminó desestimándola y siendo blanco de fuertes críticas en las redes sociales por no haber apoyado la convocatoria. 

Ahora no se suba al éxito ciudadano”, podía leerse en varios tuits. Para muchos el #1A significó una reacción en favor de la república y la democracia; para otros, una muestra de apoyo directo al gobierno de Mauricio Macri. De una forma u otra, en algo hubo una coincidencia absoluta: el no a Cristina Fernández de Kirchner y su circunstancia. El oficialismo vivió la previa de la marcha con incertidumbre, pero cuando estuvo seguro de su éxito no demoró ni un segundo en salir a capitalizarlo.

Algo similar ha sucedido con la conflictividad gremial. De no haber sido por el transporte, el paro del miércoles se hubiera sentido mucho menos. En las ciudades más pequeñas y en los barrios de las grandes capitales, la actividad fue casi normal. La medida de fuerza fue producto de las internas sindicales que le arrancaron la decisión al triunvirato de la CGT. La crisis social existe y los reclamos justos también, junto con la convicción de que con la huelga hoy no se soluciona nada. Curiosamente el paro dejó “contentos” a todos. A los líderes de la central obrera porque aquietaron las presiones internas, a las organizaciones de la izquierda porque pudieron tener visibilidad con los cortes y al Gobierno porque enfrentó la medida con el capital político que le dio el #1A y porque logró aplicar el código antipiquetes.

Judiciales.

En el ambiente de la política muchos creen que el tiempo para ver a la ex presidenta presa ya pasó, cosa de la que en los tribunales federales de la avenida Comodoro Py al 2000 no están tan seguros. “Si encima, el Gobierno les sigue bajando dinero para obras a los intendentes peronistas, apaga los conflictos en la calle con dinero para ayuda social y no capitaliza nada de esto haciendo política para nutrir a Cambiemos de nuevos aliados, la gente seguirá votando al peronismo”, razona una fuente municipal que apoya la teoría de Emilio Monzó que reclama más política y menos marketing. A propósito del armador político del PRO en la Cámara baja, son varias las fuentes que aseguran que la relación con la cúpula amarilla “atraviesa su peor momento”. Quizá sea una de las causas por las que mandaron a precalentar a Diego Santilli.

Por otra parte, el retardo en la reactivación de la economía continúa siendo un tema central. Aun siendo optimistas y reconociendo el final de la recesión, los tiempos para que la mejoría llegue a la gente común, en especial al segundo y tercer cordón del Conurbano, no tienen nada que ver con los tiempos de la macroeconomía. “Cuando la situación mejora, uno de los primeros síntomas en una fábrica o en una empresa de rubros no industriales es la contratación de personal temporario que luego podría pasar a planta dependiendo de las necesidades y capacidad de la compañía. 

Más allá del repunte en algunos sectores, nada de eso está sucediendo de manera significativa”, asegura un economista que conoce el mercado. Las expectativas de crecimiento de la economía también se ralentizan. A principios de año se hablaba de un 3% o 3,5%. Hoy desde el Gobierno se esperanzan con un 2,8%, mientras que las consultoras privadas calculan que el número estará entre el 2 y 2,5%. La mejoría llegará, pero el camino habrá de ser largo. “Largo y escabroso es el camino que del infierno conduce a la luz” (Willliam Somerset Maugham).

Producción periodística: Santiago Serra.


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jueves, 7 de julio de 2016

El funcionario cercado por sus palabras… @dealgunamanera...

El funcionario cercado por sus palabras…


Desde su provocadora frase sobre los desaparecidos, el ahora ex ministro porteño se ganó el repudio generalizado del mundo de la cultura y los derechos humanos. Seguirá al frente del Teatro Colón.

© Escrito por Paula Sabatés el jueves 07/07/2016 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Y finalmente se fue. Darío Lopérfido presentó su renuncia al Ministerio de Cultura de la ciudad luego de seis meses de gestión cargados de polémica, y se convirtió así en el primer ministro del macrismo en abandonar el cargo y el primero en la historia de la cartera cultural en renunciar por un repudio similar. Su alejamiento era exigido por cientos de trabajadores de la cultura, organismos de derechos humanos y pensadores de distintos países desde que dijo, en enero pasado, que “en la Argentina no hubo 30 mil desaparecidos” y que ese fue un número que se discutió en una mesa chica “para cobrar subsidios”.

Tras una serie de acciones en su contra y con el temor a una movilización aun mayor durante los festejos del Bicentenario que se celebra mañana en la ciudad, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, entendió que el rechazo al funcionario ya no era una cuestión cultural sino un problema político, y le pidió al ex integrante del Grupo Sushi y funcionario de la Alianza que diera un paso al costado. Sin embargo, Lopérfido seguirá como director artístico del Teatro Colón y presidente de Opera Latinoamericana (OLA), una organización que agrupa distintas instituciones de ópera en la región.

Si bien el ex ministro negó su renuncia hasta últimas horas del martes (dijo también que estaba siendo víctima de una “operación”), la noticia ya había empezado a circular fuerte desde el fin de semana. El martes pasado, el funcionario había denunciado el que consideró “el mayor fraude de la historia audiovisual argentina” objetando a su vez el rol de diversos actores “kirchneristas” en las ficciones financiadas por el Estado Nacional en los últimos años.

Dos días después, durante la presentación del programa El San Martín en los Barrios, un grupo de trabajadores de la cultura se volvió a manifestar en su contra, pero en esta oportunidad frente a los propios Larreta, su vice Diego Santilli y Lopérfido, quienes presenciaron una de estas acciones por primera vez. Lo ocurrido fue tan fuerte (un grupo de artistas irrumpió en el acto de presentación con máscaras con la cara del funcionario y carteles que pedían su renuncia), que el jefe de Gobierno tuvo que irse del evento antes de que terminara. Eso aceleró la decisión, que estaba en la agenda del gobierno porteño pero pensada para fin de año.

En el comunicado oficial que difundió el gobierno porteño, sin embargo, nada se dijo sobre aquellos episodios. En él se esgrime que Lopérfido le presentó su renuncia al jefe de Gabinete, Felipe Miguel, en pos de poder dedicarse en tiempo completo a su tarea al frente del Primer Coliseo nacional. “Coincidimos con Darío en que era mejor que se concentre en la dirección artística del Teatro Colón, trabajando con la directora general, María Victoria Alcaraz”, expresó allí Larreta, mientras que Lopérfido destacó que “fue agotador encarar simultáneamente tres tareas de semejante relevancia”.

Aunque ya circularon varios nombres, todavía no se sabe quién será su reemplazante en Cultura. El anuncio se hará “en los próximos días”, según el mismo comunicado, probablemente luego de los festejos del Bicentenario, que serán justamente en la plaza lindante al Colón. Según fuentes del Gobierno de la ciudad, el ex ministro no participaría de los festejos, pues aún se teme que pueda haber alguna acción de repudio por su permanencia como funcionario al frente de una de las instituciones de mayor peso simbólico de la ciudad.

Con la ida de Lopérfido se cierra el ciclo más corto de esta gestión macrista. Su alejamiento deja una gran presión al jefe de Gobierno, que deberá elegir a un sucesor que pueda calmar las agitadas aguas que el ex ministro causó en el ámbito cultural. También a uno que aporte novedades en materia de gestión ministerial, ya que de la gestión saliente sobresalieron más las sucesivas polémicas que las acciones concretas. Pero, por sobre todas las cosas, deja en claro la fuerza del reclamo y de la calle como impulsos clave de la voluntad popular: cuando Lopérfido caminaba por la calle, alguien siempre lo paraba y le decía “Darío, fueron 30 mil”.

Ola de repudios

Desde la primera negativa de Larreta, el 2 de marzo pasado, de revocar de todos sus cargos al ahora ex ministro de Cultura, luego de un pedido masivo que organismos de Derechos Humanos y artistas le hicieron llegar a la Jefatura de Gobierno, distintos grupos decidieron llevar a cabo acciones de repudio contra el funcionario. Una de las últimas tuvo lugar hace veinte días, cuando quedó formalmente presentada la Mesa de Acción Cultura y Derechos Humanos, una iniciativa que tuvo por objetivo impulsar actividades para lograr la renuncia.

El colectivo no llegó a accionar concretamente (por la actitud que Larreta sostuvo desde aquel primer “no”, se pensaba que la renuncia sucedería más lejos en el tiempo), pero su fundación tuvo un profundo peso político, porque significó que, por primera vez en más de quince años, los organismos de DD.HH. se unieran con un mismo objetivo común. La presentación fue en la ex ESMA y tuvo que ser postergada por una amenaza de bomba.

Además de esa acción, muchas otras se sucedieron durante estos meses, impulsadas fundamentalmente por artistas del circuito independiente y sobre todo del ámbito teatral, aunque también participaron cineastas, bailarines, circenses y músicos. Desde las provocadoras frases de Lopérfido, estos artistas se unieron y crearon un colectivo que se reunió una vez por semana durante cinco meses para planear acciones pensadas, financiadas y llevadas a cabo por los propios artistas. Entre todas ellas se destacaron, en orden cronológico:

- Un reparto de volantes con la cara de Lopérfido y la leyenda “Persona no grata para la cultura. Renuncia YA” en las escalinatas del Teatro Colón, el día de la apertura de la temporada lírica.

- Una masiva columna de repudio durante la marcha del 24 de marzo por la Memoria, Verdad y Justicia, en la que cientos de artistas marcharon con pancartas y canciones contra el funcionario.

- La lectura de un texto y la reproducción de un fragmento de audio con los dichos de Lopérfido luego de las funciones teatrales en la mayoría de las salas independientes de la ciudad.

- El pronunciamiento de algunos de los directores participantes del Bafici, que estaba bajo la órbita del Ministerio de cultura (la película ganadora del festival, La larga noche de Francisco Sanctis, fue dirigida por dos de cineastas que se sumaron al reclamo).

- Una acción sonora durante la feria arteBA, en la que se proyectó nuevamente el audio con los dichos y se repartieron volantes de doble cara –de un lado el logo de la muestra, del otro la cara de Lopérfido con su pedido de renuncia– simulando que se trataba de la folletería oficial del evento.

- El repudio, el último fin de semana, de las compañías a cargo de las obras del Complejo Teatral de Buenos Aires, que depende del Ministerio de Cultura porteño.

Las reacciones

Tras la confirmación de la noticia, el colectivo de artistas que llevó adelante su pedido de renuncia celebró a través de su página de Facebook oficial (Lopérfido Renuncia Ya), desde la cual durante estos meses se difundieron videos de todas las acciones realizadas. “Lopérfido renunció ya. Momento de festejar y también de pensar cómo llegamos a tener a semejante personaje de ministro y lo que hizo falta para que renuncie: el esfuerzo y la persistencia de organismos de DD.HH., trabajadores de la cultura del teatro independiente, artistas, sindicatos, compañías de teatro oficial, ciudadanía, ciudadanía, ciudadanía”, escribieron los artistas.

En comunicación con este diario, el director y dramaturgo Juan Pablo Gómez, uno de los impulsores de las distintas acciones y miembro del colectivo, expresó: “Tanto el nombramiento de Lopérfido como su breve gestión y su renuncia estuvieron envueltas en polémicas, porque no sólo es un negacionista y un macartista sino que además se fue como entró, en medio de operaciones y roscas y dejando de lado la verdadera gestión cultural. Es un licenciado en maniobras que utilizó su poco tiempo en el gobierno para perseguir artistas y trabajadores”, evaluó.


Varios artistas célebres también se manifestaron al respecto (ver aparte). En diálogo con el programa Detrás de los que vemos, por AM 750, Gerardo Romano ironizó sobre la renuncia y dijo “Primero Messi, después Martino y ahora Lopérfido. Tengo una sensación de abandono...”. El actor aseguró que “el negacionismo de Lopérfido fue espantoso” y se preguntó: “¿De política sí podía hablar Lopérfido, que integró un gobierno corrupto y asesino y que volvió gracias a Macri?”, haciendo alusión a una frase del ex ministro, que “aconsejó” a los artistas “hablar de arte y de teatro” y no de política, porque la política es “muy complicada”.