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domingo, 10 de diciembre de 2017

El fallo del Juez Bonadío. Paradojas y excesos… @dealgunamanera…

 Paradojas y excesos…

Papá Cruel. Claudio Bonadio. Dibujo: Pablo Temes

Detalles poco conocidos de la decisión judicial más controvertida de los últimos tiempos. Enojo de Macri.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 10/12/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Nadie sabe a ciencia cierta qué motivó el giro copernicano que tuvo la trama política que llevó a la entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, a dar semejante golpe de timón, pero lo cierto es que un día los argentinos nos despertamos con la novedad de que había en marcha un memorándum de acuerdo con Irán que cambiaba radicalmente el curso de la investigación del cruel atentado terrorista contra la AMIA. Fue Pepe Eliaschev quien, desde las páginas de Perfil, nos anotició sobre esta increíble novedad que dejó atónitos a todos. Entre los integrantes de ese todo había mucha gente del gobierno K que se resistía a creer lo que el artículo decía. Pepe describía con todo detalle las características de la reunión secreta entre Héctor Timerman –entonces canciller– y su par iraní, Alí Akbar Salehí, en la ciudad siria de Aleppo. 

Como ocurría en aquellos días del kirchnerato, Eliaschev debió soportar el escarnio que bajaba de las altas esferas de aquel gobierno. El mismísimo fiscal Alberto Nisman tuvo un trato despectivo con nuestro querido e inolvidable colega, actitud de la cual luego se arrepintió. Más allá de todas las desmentidas que ensayaron tanto CFK como Timerman, el transcurrir del tiempo demostró que lo único que perseguía Teherán era el cese de las alertas rojas que pesaban sobre sus funcionarios y ex funcionarios.
Cuando finalmente el tratado fue aprobado por la Cámara de Senadores –el 13 de febrero de 2013– y una semana después por la Cámara de Diputados, Nisman cayó pues en la cuenta de que lo denunciado por Eliaschev era absolutamente cierto y dio comienzo a su investigación, la que lo llevaría a su muerte.
En el decurso de los hechos, hay un dato significativo que da idea del propósito de impunidad que buscaba Irán: cuando su Parlamento se dio cuenta de que el cese de las alertas rojas no era aceptado por la Justicia argentina, se negó a aprobarlo.

Hay un famoso artículo del periódico Teheran Times que ilustra la absoluta falta de disposición que tenía el gobierno de Mahmoud Ahmadinejad para cooperar con el juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral. Eso es lo que afirma el párrafo en que se lee lo siguiente: “Como los interrogatorios serán tomados en Irán, prevalecerá la ley iraní, y un juez iraní será quien presida la reunión. (...) Según la ley y la Constitución, los iraníes sólo pueden ser citados e interrogados por un tribunal iraní sobre la base de pruebas firmes. Los acusados no estarán obligados a ir a la reunión”.

Este texto clausuraba cualquier posibilidad del magistrado argentino de someter a interrogatorio indagatorio a los sospechados de haber participado en las distintas fases del atentado contra la AMIA.

Los que saben lo que pasó en aquellos febriles días de enero de 2015 señalan que la denuncia hecha por Nisman contra CFK por el delito de traición a la patria la perturbó seriamente. Esa fue la razón por la que, tras la muerte del fiscal, buscó afanosamente ser exculpada. Cuando el juez federal Daniel Rafecas dictaminó que no había razones para investigar la denuncia de Nisman, la ex presidenta se sintió aliviada y blandió ese fallo por doquier como muestra de su inocencia. Eran días en que ni siquiera imaginaba que el kirchnerato estuviera cercano a su fin. Fueron varios –entre ellos, esta columna– los que señalaron entonces lo endeble de esta circunstancia ya que, al no haberse producido la investigación, la causa quedaba abierta a una reapertura ante un eventual nuevo tiempo político que liberara a la Justicia del yugo del kirchnerismo.

Lo que al final ocurrió. 

El controvertido juez federal Claudio Bonadio no es un lobo solitario. Es un hombre astuto (de quien, en 2010, la entonces diputada K Diana Conti dijo: “Claudio es para mí un ejemplo de juez independiente. Resuelve de acuerdo con sus convicciones siempre. Desde que Carlos Kunkel y yo estamos en el Consejo él nunca tuvo que presentarse a declarar”), y no ha hecho esto sin tener realizado al menos un mínimo chequeo de cómo actuará luego la Sala II de la Cámara Federal en lo Penal integrada por Martín Irurzun, Carlos Farah y Horacio Cattani, quien enfrenta problemas de salud. Por ello, es altamente probable que el tribunal de alzada ratifique sus medidas y luego la pelota quede en manos del Congreso, pero eso ya no importa. El juez ya habrá realizado su parte.

El fiscal Gerardo Pollicita no le ve sustentabilidad a la acusación por el delito de traición a la patria. Desde el punto de vista jurídico-constitucional debería haber casi un acto de guerra, y en la fiscalía no se considera el atentado contra la AMIA como tal. Pollicita determinó claramente que para él se trataba de encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario público para los implicados cuando a mediados de septiembre pidió la indagatoria de los procesados por Bonadio. Para el fiscal, el tipo penal por el que debe declarar la ex mandataria es agravado por tratarse de encubrimiento, de un hecho precedente que es un delito de lesa humanidad, y por tratarse de funcionarios públicos que estaban en actividad. Además, contaron con la colaboración de la ex procuradora del Tesoro, Alejandra Abbona, del ex jefe de Gabinete del Ministerio de Justicia, Juan Martín Mena, y del diputado Andrés “Cuervo” Larroque, entre otros. Para los canales no oficiales de este andamiaje habrían intervenido Luis D’Elía, Fernando Esteche, Ramón Bogado, Héctor Yrimia y Alejandro Khalil.

Molestia. 

La prisión preventiva es una medida no compartida por el fiscal. Durante todo el jueves, en el Gobierno hubo enojo con Bonadio. El Presidente estaba molesto con la decisión del juez, que, políticamente, perjudicaba al Gobierno. “Ganamos las elecciones sin ninguno de estos ex funcionarios presos”, señalaba una de las voces que conocen el pensamiento de Macri. 

Tan paradojal es todo, que en el Gobierno se está pensando en enviar un proyecto de ley para regular la prisión preventiva. Esta figura está contemplada en el Código de Procedimiento Penal. Sin embargo, su aplicación debe ser muy claramente fundamentada. Lo ordenado por Bonadio constituye un exceso por donde se lo mire. Téngase en cuenta que una interpretación amplia de la hoy llamada “doctrina Irurzun” –que ordena la prisión preventiva de quienes desde una posición de poder tengan la posibilidad de obstruir una investigación judicial– habría podido dar vía libre a la detención del entonces jefe de Gobierno Mauricio Macri cuando, en la causa por las escuchas ilegales, fue procesado por el ex juez Norberto Oyarbide, procesamiento luego confirmado por la Sala I de la Cámara Federal.

La Argentina: un país de paradojas, excesos y ausente sosiego.

Producción periodística: Santiago Serra.


domingo, 21 de mayo de 2017

Brasil. Miedo al contagio... @dealgunamanera...

Miedo al contagio...

Brasil. Dibujo: Pablo Temes

Casos como el de Temer llevan a comparar los tiempos de reacción de la Justicia de cada país.

Cuando Brasil se resfría, la Argentina se pesca una neumonía”, reza la frase que grafica la importancia que la economía brasileña tiene sobre la de nuestro país. De ahí la preocupación que la grave crisis política que se ha generado alrededor del gobierno del presidente Michel Temer produce en la Casa Rosada. Tanto es el impacto que, en medio de su gira por Arabia Saudita, China y Japón, Mauricio Macri debió hablar del tema. Poco había para decir y lo poco que había se resumía en la palabra preocupación. A estas horas, nadie sabe a ciencia cierta cuál será la suerte de Temer y de su gobierno. De una cosa hay certeza: políticamente está terminado.

Junto con el impacto económico, es importante subrayar algunos aspectos de la crisis brasileña que son de alta significación para la vida política institucional de la Argentina. Uno de ellos tiene que ver con el financiamiento de las campañas políticas. En el caso particular del frigorífico JBS (Josley Batista Sobrinho), Josley Batista, uno de los que se acogen a la figura de la delación –que es la análoga del arrepentido–, señala en su confesión que les financió la campaña a unos 179 diputados. Esos diputados pertenecían a diferentes partidos. En el fragmento que se conoció el viernes, no sólo se lo complicó al actual gobierno, sino también a Dilma Roussef y a Luis Inacio “Lula” da Silva, a cuyas campañas aportó un total de 150 millones de dólares. El hecho tiene implicancias judiciales y políticas. Las judiciales tienen que ver con las penas que caerían sobre ambos de ser condenados en un juicio; las políticas están vinculadas con las aspiraciones de Lula de ser candidato en las próximas elecciones presidenciales.

El otro elemento para el análisis es el comportamiento de los jueces honestos que tanto allí como aquí hay. Lo notable es la resolución y la independencia, tanto del Poder Ejecutivo como del Poder Legislativo, que han mostrado esos jueces y fiscales. El allanamiento al despacho que le corresponde al senador Aecio Neves en el Congreso fue un hecho impactante, demostrativo de esa independencia. Tan impactante como eso ha sido la determinación del juez de llevar adelante la investigación y sus correspondientes actuaciones en tiempo real, es decir, en el tiempo en que el funcionario bajo sospecha está en el ejercicio pleno de su cargo. La grabación de la conversación entre Batista y Temer –que desató el escándalo– fue acordada y preparada bajo supervisión judicial.

Si comparamos esta dinámica con lo que ocurre en nuestro país, surgen diferencias abismales. Tomemos dos ejemplos: cuando por el caso Ciccone, denunciado en 2012 en el programa radial de Jorge Lanata, el fiscal federal Carlos Rívolo decidió allanar el departamento que Alejandro Vanderbroele le alquilaba al entonces vicepresidente Amado Boudou, debió hacer un enorme esfuerzo para torcer la voluntad del juez Daniel Rafecas, quien se negaba obstinadamente a concederle esa autorización. Luego se supo el porqué: el juez era amigo del abogado de Boudou. De eso han pasado cinco años y aún no se sabe la fecha del juicio. El otro ejemplo lo representa en estos días el caso de María Julia Alsogaray, que va a juicio por irregularidades denunciadas durante su gestión como interventora de la ex Entel entre 1989 y 1990, es decir, ¡hace 28 años! Una Justicia que actúa con tamaña lentitud no sólo no sirve para combatir la corrupción, sino que la fomenta. 

Además de estos aspectos y de los potenciales efectos negativos sobre la economía argentina que tienen estos hechos, están los propios, vinculados con las sospechas de actos de corrupción que involucran a los negocios que tanto Odebrecht como JBS tienen aquí. Hay que recordar que Odebrecht reconoció haber pagado en la Argentina coimas por valor de 35 millones de dólares. Esto lo hizo por medio de un acuerdo con la Justicia de Brasil, de Suiza y de los Estados Unidos. Estos sobornos tienen que ver con el desarrollo de tres obras públicas: un gasoducto en el norte; una obra en el Paraná de las Palmas y el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento

En relación con esta obra, vale la pena repasar la cronología de las 22 reuniones entre ejecutivos de Odebrecht y los funcionarios del kirchnerato:

Entre 2006 y 2008 con alta frecuencia entre ejecutivos y el ex coordinador de Planificación y hombre de confianza de De Vido, Roberto Baratta.

En febrero de 2006 Néstor Kirchner anunció por primera vez el soterramiento del Sarmiento y en junio presidió el acto de licitación.

En agosto de 2006 se abrieron los pliegos de la licitación.

En enero de 2008 Cristina Fernández de Kirchner encabezó el acto de anuncio de obras para el trayecto Caballito-Moreno del soterramiento que se adjudicó a Odebrecht, Iecsa (Calcaterra), Comsa y Ghella.

En noviembre de 2010 Julio De Vido, ex ministro de Planificación, reconoció una demora por falta de financiación.

En septiembre de 2011 el gobierno consiguió una pequeña financiación por medio de un fideicomiso para mostrar avances luego del accidente ferroviario de la estación Flores entre dos formaciones y un colectivo. 
Anunciaron el arribo de la tuneladora al país. Juan Pablo Schiavi, ex secretario de Transporte, dijo: “En 44 meses estará terminada la obra”.

El 17 de julio de 2013 el Consejo de Ministros del gobierno de Brasil aprobó el otorgamiento de US$ 1.500 millones para la obra. Los fondos serían del BNDES, Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social, que ya estaba involucrado en el Lava Jato. Cinco días después del anuncio, Marcelo Odebrecht pide una reunión con Cristina Fernández de Kirchner.

El 31 de julio de 2013 a las 19.15, reunión entre Marcelo Odebrecht y Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Rosada.

El 31 de agosto de 2013, reunión entre Julio De Vido, Cristina Kirchner y funcionarios de Odebrecht.

En agosto de 2013 se crea la Unidad Ejecutora de la Obra Soterramiento del Corredor Ferroviario Caballito-Moreno como unidad dependiente de la Secretaría de Obras Públicas.

En mayo de 2014, última reunión; participó Axel Kicillof y Flavio Farías, gerente local de Odebrecht.

A partir del 1° de junio se perderán el sigilo y la confidencialidad de las delaciones que Marcelo Odebrecht hizo en diciembre pasado. Vencen, ya que había un tiempo de seis meses para generar acuerdos. Por lo tanto, los nombres de los involucrados en los casos de coimas podrían salir a la luz en la Argentina. La empresa llegó a varios acuerdos con distintos países, pero en el nuestro no pudo, ya que hubo mucho lobby en contra tanto de políticos como de empresarios. 

“Nadie piensa donde todos lucran; nadie sueña donde todos tragan.” (José Ingenieros)

Producción periodística: Santiago Serra con la contribución de Lucía Lopreiato. 


lunes, 15 de agosto de 2016

Penurias Económicas… @dealgunamanera…

Trauma inflacionario…


Un tiro en la sien. Juan Aranguren. Foto: Pablo Temes.

Más allá del “tarifagate”, la gente perdió la noción del valor real de las cosas. El caso López. Y la violencia.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 14/08/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Más allá de la resolución final del conflicto por el aumento de tarifas, la inflación es el tema recurrente. Si bien la suba de precios se desaceleró y cayó al 2% en julio, como el grueso de las inversiones aún no ha llegado, el ingreso de dólares del exterior no alcanza para hacer consistente el efecto derrame –la gente no lo ve– y percibe en cambio que, además de la inflación, le aumentamos los servicios”. Esta es la preocupación expresada por un diputado nacional del PRO que conoce los movimientos del día a día en materia económica.

Un economista de consulta del Gobierno coincide con este diagnóstico: “La inflación núcleo golpea en la modificación de precios relativos (la relación, incidencia y comparación de los valores de algunos productos en relación con otros como, por ejemplo, el valor del pollo en relación con el de la carne, el costo de las bebidas en relación con los alimentos, etc.)”.

Esto lleva a que el consumidor se replantee muchos de sus hábitos y se pregunte cuáles son sus verdaderos bienes de primera necesidad. Hoy no está claro cuál es el valor real de las cosas. Hay casos en los que se verifica una diferencia de hasta un 25% en el precio de los productos de consumo, incluso en una misma zona. “Este fenómeno se va a ir atenuando a medida que la inflación continúe bajando en el tiempo, y el tiempo es hoy un bien escaso”, señala el consultor gubernamental, quien afirma que “la economía real no termina de hacer pie. La explicación del porqué es gráfica: como consecuencia de la inflación, se mantienen las tasas altas. Caso contrario, se debería aumentar la oferta de bienes para compensar el exceso de circulante, pero para esto se necesita más producción que no aumenta porque la llegada de inversiones para impulsar la economía se demora. Mientras esto suceda, seguiremos ligados a la apuesta por lo agroindustrial, cuyos tiempos son más acotados. No está mal como solución transitoria. Pero debe ponerse en marcha el resto de la industria”.

En este contexto una figura que en el inicio de la gestión de Mauricio Macri había cosechado críticas de sus pares en el gabinete a causa de su aparente falta de tacto con la realidad de muchas personas, se ha convertido en el hombre del momento. Se trata del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, quien ha comenzado a explotar lo que mejor hace: su carácter técnico y expeditivo. “De golpe aparece en todas las reuniones, no sólo en las vinculadas a su ministerio. El Presidente lo lleva de un lado a otro. Parece que el romance no se rompió”, alega con ironía una fuente gubernamental. Lo cierto es que las internas entre ministerios y los celos profesionales están en puja permanente y la figura de Dietrich, al que todos veían como un técnico sin aspiraciones políticas, ha puesto en alerta a más de uno.

Trauma. Mientras tanto sigue su curso tortuoso el traumático tema de las tarifas de los servicios públicos de gas y agua. Al día de hoy no hay una posición unificada entre los miembros de la Corte, cuya definición se espera para los últimos días de esta semana. 

Más allá de las diferentes posturas en danza, lo que asoma con más fuerza es la idea de un fallo con matices. Esto es, reconocer la potestad del Gobierno para aumentar las tarifas pero obligarlo primero a realizar las audiencias públicas, lo que implicaría retrotraer los precios. Una pregunta flota en el entorno de los jueces supremos: ¿deben ellos absorber la carga social de una medida impopular, mal implementada, cuyo costo político debería ser asumido por el Gobierno? Esto es apenas un indicio de lo que se discute y explica por qué no hay nada definido. 

Además, existe un riesgo que parece haber sido percibido por el Gobierno en su marcha atrás en la realización de audiencias públicas “informativas” a las apuradas. Las audiencias necesitan un plazo mínimo de 15 días hábiles para su convocatoria, con la correspondiente información a las asociaciones de consumidores respecto de los planes en cartera, de lo contrario nadie podría en un encuentro realizar un análisis certero de lo que se pretende. De no cumplir con esta premisa, los aumentos podrían ser nueva y fácilmente impugnados en la Justicia, algo que dilataría la llegada de una solución definitiva y arrojaría un compás de espera aún mayor sobre los meses no facturados o en revisión.

La parálisis y las demoras representan el peor escenario. La convocatoria a audiencias públicas para comenzar de cero y consensuar aumentos parecería el camino correcto. La necesidad del aumento y corrección de las distorsiones en las tarifas respecto de los precios del resto de la economía es algo que nadie puede poner en duda. Como consecuencia de los errores cometidos por el Gobierno, muchos legisladores de la oposición parecen empecinados en sacar un rédito político de interpelaciones y trabas poco conducentes que nada aportarán a la resolución del fondo de la cuestión.

Histórica. La frase que José López pronunció en su declaración ante el juez Daniel Rafecas (“esta plata es de la política”) hará historia. Por lo pronto lo deja a él definitivamente ante lo que será su futuro: la cárcel. Pero además la frase tiene aire de mensaje hacia otros. Esos otros son, por una parte, quienes fueron sus superiores –Cristina Fernández de Kirchner y Julio De Vido– y por otra los empresarios que aceptaron formar parte de la matriz de corrupción que tejió el kirchnerismo a lo largo de sus doce años en el poder.

Es importante no olvidar un hecho que es relevante a la hora de darle a López la real dimensión de lo que su figura representaba dentro del esquema bajo el cual se organizó la gestión en tiempos del kirchnerato: el ex secretario de Obras Públicas era una persona de acceso directo tanto a Néstor Kirchner como a Cristina Fernández de Kirchner. Cuando durante el primer mandato de CFK, Kirchner se desempeñó como ex presidente en funciones, son numerosos los relatos de intendentes acerca de los llamados que recibían del ex jefe de Estado en los que transaba obras públicas por apoyo político. Una vez que se acordaba la transacción, quien aparecía en escena era López.

Por último, la agresión violenta sufrida por el Presidente el viernes en Mar del Plata es repudiable. Eso no es democracia.

Producción periodística: Santiago Serra.



domingo, 19 de julio de 2015

Causa Hotesur... Mientras Clarín "miente" Máximo "chorea"... @dealgunamanera...

El acta que Bonadio tenía en su poder y que complica a Máximo...

El acta. El rol del hijo de Cristina en la administración de los hoteles K. Foto: Diario Clarín.

La publicó el diario Clarín. El documento le da la autoridad para manejar la compañía mientras los directores son sus “pantallas”.

El periodista Nicolás Wiñazki reveló hoy en el diario Clarín el acta secreta que complica a Máximo Kirchner en la causa Hotesur. Según publica el matutino, se trata de un poder por el que el titular de la empresa dueña de los hoteles, Osvaldo Sanfelice, le pasó toda la autoridad para manejar la compañía al hijo presidencial. 

El documento tendría como finalidad que los directivos de uno de los hoteles, el Alto Calafate, sean los que deban dar explicaciones ante la Justicia y no el hijo de Cristina Kirchner. El acta fue recolectada por el juez Claudio Bonadio, apartado de la causa en los últimos días (el viernes recayó en el juzgado de Daniel Rafecas, el mismo que desestimó la denuncia de Alberto Nisman por el Pacto con Irán).

El acta fue realizada el 30 de septiembre de 2013 en la oficina del escribano de otro socio K, Lázaro Baez. Leandro Albornoz firmó el documento que dictaminó que el presidente de Hotesur S.A., Sanfelice, le entregó a Kirchner un "Poder General Amplio de Administración y Disposición" sobre Alto Calafate, empresa de la que el hijo K es accionista.


El cargo de presidente de una sociedad anónima es indelegable, según la ley.

Es "personal e indelegable", señala la norma. En los hechos, Máximo sería quien tuvo desde entonces la potestad en la toma de decisiones; y los directores se transformaron en "pantallas": ellos son -según la ley- los que deben dar explicaciones ante la justicia. 


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© Publicado el domingo 19/07/2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

jueves, 9 de julio de 2015

Las pruebas que ocultó Horacio Verbitsky sobre el General Milani... @dealgunamanera...

Las Pruebas Que Ocultó Verbitsky Sobre Milani...

Horacio Verbitsky

Vericuetos del casdo del conscripto Ledo. El desdoblamiento propuesto por Robert Louis Stevenson en “El Hombre y la bestia” es más común de lo que se piensa, especialmente en la escena política argentina.

El domingo 28 de junio pasado, haciendo uso de su añeja profesión de periodista, Horacio Verbitsky ironizó en Página 12 sobre el retiro de su ex aliado César Milani al titular su nota “Razones personales”. Sin asomo de rubor, Verbitsky apunta en el copete: “La razón personal de Milani fue que el poder Ejecutivo perdió la confianza en él. Nunca debería haberla tenido”. Ese “nunca” que transfiere alegremente al Poder Ejecutivo, lo comprende como cómplice y encubridor del asesino del conscripto Alberto Agapito Ledo.

En un alarde informativo, donde combina la pericia profesional con informaciones suministradas por fuentes judiciales y de inteligencia, el periodista Verbitsky aporta un dato clave que omitió prolijamente el Verbitsky Presidente del CELS, durante todos los años que eslabonaron el irresistible ascenso del general Milani a la jefatura del Ejército: el estrecho vínculo entre el renunciado y otros connotados represores “entre ellos uno de los condenados por el asesinato del obispo Angelelli”.

Al comentar la causa por enriquecimiento ilícito que el juez federal Daniel Rafecas, le sigue al teniente general retirado César Gerardo Santos del Corazón de Jesús Milani, el periodista Verbitsky constata (recién ahora) que el imputado le compró un departamento en Moldes 2372, al comodoro falangista Luis Fernando Estrella, condenado a cadena perpetua hace un año, junto con el archiconocido genocida Luciano Benjamín Menéndez, por el asesinato –en 1976- del obispo Enrique Angelelli. Estrella también fue condenado a perpetua por secuestrar, torturar y asesinar, en la base de Chamical,  a los sacerdotes Juan de Dios Murias y Gabriel Longeville, estrechos colaboradores del Pelado Angelelli “Después del golpe del 24 de marzo de 1976 –escribe Verbitsky- Estrella fue designado segundo jefe de la base de la Fuerza Aérea en Chamical, mientras Milani revistaba en el Batallón de Ingenieros en Construcciones 141 del Ejército con asiento en la ciudad de La Rioja. Estas dos unidades fueron el eje de la represión en la provincia”.

Efectivamente. Ambos, además, estaban bajo las órdenes de quien fuera Jefe del Batallón 141 e interventor militar en la provincia de La Rioja: el coronel Osvaldo Héctor Pérez Battaglia, un genocida a quien una muerte oportuna salvó de ser condenado a perpetua por el asesinato del obispo Angelelli.

El vínculo entre Milani y el comodoro Estrella, iniciado en la represión clandestina en La Rioja, continuado en el alzamiento carapintada de 1987 y comercializado a fines de los noventa en la operación inmobiliaria, que relató con precisión el periodista Verbitsky, nunca había sido tomada en cuenta por el Verbitsky presidente del CELS, esa especie de Cardenal Mazarino que –entre gallos y medianoche- asesoraba a la ministra de Defensa Nilda Garré y es, por lo tanto co responsable del irresistible ascenso del espía militar con más poder desde los tiempos de la dictadura.

En 2007, siendo coronel, Milani pasó a ocupar la Subdirección de Inteligencia del Ejército y a fines de ese mismo año fue ascendido a general de brigada, con acuerdo del Senado, sin que los senadores dijeran ni mú.

El 30 de enero de 2008, el flamante general de Brigada pasó a ocupar la Dirección General de Inteligencia sin que el CELS, ni su presidente Verbitsky se alarmaran.

El 31 de diciembre de 2010, el Senado aprobó su ascenso a general de división, y nuevamente el CELS se calló la boca. Por esas fechas su protectora, Nilda Garré, pasó de ministra de Defensa a titular del flamante ministerio de Seguridad.

El 4 de enero de 2011, el general de división Milani ascendió a Subjefe del Ejército, conservando la Jefatura de Inteligencia, sin que Verbitsky recordara la extraña amistad del flamante Subjefe con el asesino de Angelelli, el comodoro Luis Fernando Estrella. Apenas hubo una denuncia del Partido Obrero, acusándolo de haber participado en una de las intentonas “carapintadas”, lo cual fue desmentido por el CELS y su Presidente después de consultar una nómina elaborada por la Corte Suprema. Dijeron que “aparentemente” no había participado en asonadas.

El 3 de julio de 2013 ascendió a Jefe de Estado Mayor en reemplazo del Teniente General (retirado) Luis Pozzi.

Once días más tarde, en el programa PPT, que conduce Jorge Lanata, el ex preso de la dictadura en La Rioja, Ramón Olivera, lo acusó de haber secuestrado a su padre y hecho desaparecer al conscripto Alberto Agapito Ledo, al que le falsificó un acta de deserción.

Milani, el hombre que había servido en la sombra para espiar a los opositores del gobierno, la eminencia gris que se aprestaba a reemplazar con éxito a históricos buchones de la SIDE como “Jaime” Stiusso, el ex carapintada que se había adaptado con ductilidad al discurso “nacional y popular”, aparecía de golpe metido de cabeza en el genocidio que se ensayó en el Operativo Independencia y se generalizó con el golpe del 24 de marzo.

Al comienzo, como otros organismos de derechos humanos cercanos al gobierno, el CELS intentó una negativa tramposa: no se habían encontrado pruebas de que Milani hubiera participado en el sangriento Operativo Independencia, que condujo el feroz general “peronista” Acdel Vilas. Para ellos el Operativo en cuestión había terminado el 24 de marzo de 1976 con el golpe de estado que derrocó a la viuda de Perón y generalizó el terrorismo de Estado. Una delimitación burocrática y falsa, que pretendía dividir arbitrariamente –a partir del día del golpe- lo que sería el ensayo de la masacre con la masacre misma. En la realidad, el Operativo se prolongaría durante la dictadura militar con genocidas entrenados en Vietnam y expertos en el tema de las famosas “aldeas estratégicas”, como el general Antonio Domingo Bussi.

El 16 de  julio, el Presidente Verbitsky dijo al diario La Nación que en los archivos del CELS no había “informaciones que lo vincularan (a Milani) con violaciones a los derechos humanos o acciones contra el orden democrático”. En una inesperada fusión, el Periodista Verbitsky salió a respaldar a su doble del CELS, escribiendo: “Tiene razón el general de división César Milani cuando dice que las denuncias en su contra tienen el fin político de perjudicar al gobierno nacional”.

Al día siguiente (17 de julio) el Verbitsky del CELS emitió un comunicado de cinco puntos, para absolver al general de las críticas formuladas por el senador radical Gerardo Morales. El punto 3 merece ser citado en su totalidad:

“3. En ocasión del ascenso de Milani en 2010, se presentaron dos denuncias en su contra, sobre las que el CELS fue consultado. Una sostenía que participó en el alzamiento ‘carapintada’ de 1987. La fuente que el CELS utiliza para identificar a los partícipes en esa rebelión es la resolución de la Corte Suprema que, al decidir el pase del expediente a la entonces vigente justicia militar, identificó uno por uno a todos los que intervinieron. Milani no figura entre ellos. La otra impugnación le atribuía actividades violatorias a los derechos humanos durante la llamada Operación Independencia en Tucumán. La información consolidada presente en los registros del CELS no permitía constatar la información y, por lo tanto, cuestionar la proposición de ascenso. No obstante, se solicitó a la Comisión que amplíe la consulta con otras fuentes”.

Cuando empezó a escucharse la voz de las víctimas, especialmente las de Marcela Brizuela de Ledo, madre del conscripto Alberto Agapito, y su hija Graciela, el Verbitsky del CELS comenzó con discreción y muñeca un giro para no quedar pegado a un genocida carapintada, comprometiendo su relación y la del CELS con sus padrinos internacionales, como la Fundación Ford.

El 21 de julio de 2013 el Periodista Verbistky escribió en Página 12 que Milani tal vez debería “dar un paso al costado”, pero arropó el consejo con tres infamias de las que no tiene regreso por más esfuerzos que haga:

1)”Tiene razón el general de división César Milani cuando dice que las denuncias en su contra tienen el fin político de perjudicar al gobierno nacional”. O sea que la madre y la hermana de Alberto, que militaban en Madres de Plaza de Mayo de La Rioja, que defendían la política de derechos humanos y que le pidieron ayuda, sin éxito, a Hebe de Bonafini eran meros títeres de Magnetto y la oposición…

2) “No hay datos fehacientes de la relación de Milani con el soldado desaparecido Alberto Ledo”. ¿Y el sumario por deserción redactado y firmado por el subteniente Milani? Y los testimonios que ubican a Ledo como asistente de Milani? ¿Y el pedido de indagatoria formulado por el fiscal federal Carlos Brito, basado a su vez en nuevos testimonios que incriminan a Milani?

3) La famosa foto donde se ve a Milani con otros carapintadas durante el levantamiento “es apenas una conversación con ellos porque él no se amotinó?”. ¿Cómo lo sabe Verbitsky?. ¿Se lo dijo el propio Milani? El promotor de aquel levantamiento  y verdugo de La Perla, Ernesto “Nabo” Barreiro, no vacila en considerar al asesino de Ledo como un “compañero peronista”, según lo declaró a los medios hace poco tiempo, cuando proponía revelar donde había cadáveres de desaparecidos a cambio de una reducción de la pena.

Al acercarse el tema espinoso de las promociones militares de fin de año, en las que el jefe del Ejército debía ascender al grado máximo de teniente general, el Presidente del CELS optó finalmente por impugnar al hombre que hizo desaparecer al soldado Ledo, aunque todavía con un lenguaje lo suficientemente suave y ambiguo (ajeno a la mordacidad que se le conoce al Periodista Verbitsky), como para no molestar demasiado ni a Nilda ni a Cristina, fieles sostenedoras de “Nenino”.

Su cambio de posición, sin embargo, le valió una chicana del jefe del bloque mayoritario en el Senado, Miguel Angel Pichetto, que dijo sin ambages: “Milani era bueno cuando estaba en el ministerio de Defensa y de pronto es un personaje deleznable cuando no está acompañando a Nilda Garré”. Por cierto, la chicana del senador Pichetto desnuda que el jefe del Ejército no se limitaba a cumplir órdenes de la entonces titular de Defensa, lo que orgánicamente sería correcto, sino que la “acompañaba” lo cual marca una proximidad personal entre jefa y subordinado que no parece muy apropiada y que incluye al Presidente Verbitsky, en una suerte de asesoramiento clandestino que no se atreve a decir su nombre. Así fue, por otra parte, Pichetto sabía de qué hablaba.

A partir de ese momento, a medida que las causas judiciales por crímenes de lesa humanidad empezaron a multiplicarse, el Periodista y el Presidente coincidieron en tomar distancia de Milani. Su designación “fue un grave error”, sentenció Verbitsky, dando a entender que la calificación podría ser mucho más dura si no estuvieran Nilda y Cristina de por medio. Favor con favor se paga y una mano (sucia) tapa la otra, por eso cuando la unidad existencial llamada Horacio Verbitsky, que integran el periodista, el asesor en las sombras y el presidente del CELS, fue denunciada por Gabriel Levinas como colaborador de la Aeronáutica durante la dictadura, la Presidenta exhibió al Perro en su propio podio presidencial, como un triunfador en el Kennel Club para la Victoria.

Ahora, alentado por el auspicioso retorno al close up, Verbitsky recuperó durante un rato su añejo oficio periodístico y exhumó el vínculo inmobiliario entre César Milani y el comodoro Estrella. Que es como decir, el vínculo entre el asesinato de Alberto Ledo y el del obispo Enrique Angelelli.

El eslabón perdido entre un crimen de lesa humanidad y un magnicidio, también de lesa humanidad, eslabón que alguien busca afanosamente en el áspero territorio de La Rioja.

© Escrito por Miguel Bonasso el miércoles 08/07/2015 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.    

domingo, 10 de mayo de 2015

El sano juicio del Juez Carlos Fayt... @dealgunamanera...

La intimidad de Fayt...

El sano juicio, Juez Carlos Fayt. Dibujo: Pablo Temes

El juez que desvela al Gobierno madruga mucho, hace una caminata diaria en la cinta y ve expedientes en su casa.

La feroz ofensiva que el Gobierno lleva adelante contra el ministro de la Corte Suprema Carlos Santiago Fayt tiene dos propósitos: el primero, sacarse de encima a un juez cuya independencia enfurece al kirchnerismo y el segundo, dar un paso en pos de la parálisis del cuerpo. La finalidad última de estos dos objetivos es lograr la protección judicial que la Presidenta, su familia y sus acólitos necesitan no sólo para el presente sino primordialmente para el tiempo que se iniciará el día después del próximo 10 de diciembre.

Ante la falta de cualquier otra excusa para atacarlo, el eje de la embestida contra Fayt pasa por sembrar dudas sobre el estado de su salud mental. Esta ofensiva comenzó en diciembre pasado. En ese momento, el diputado nacional Carlos Raimundi le pidió a la entonces presidenta de la Comisión de Juicio Político de la Cámara baja, diputada Adela Segarra, que se evaluaran las condiciones para someter al ministro a juicio político a causa de su estado psicofísico. Sumado a ello, le solicitó que se lo investigara por estar casado con Margarita Escribano, a quien supuso pariente de José Claudio Escribano, directivo del diario La Nación. La motivación de esa acusación era el supuesto “voto en consonancia con la Sociedad Anónima La Nación”, propietaria del diario, por parte del ministro de la Corte. Hubo que aclararle entonces al desinformado diputado que la esposa de Fayt no tiene ningún parentesco con Escribano.

Detengámonos una vez más sobre el delicado y crucial tema de la salud de los hombres y las mujeres del poder. Como lo hemos afirmado en esta columna, la salud de los funcionarios de los más altos niveles del poder constituye una cuestión de Estado y, por lo tanto, es de interés público. Ese interés se hace más relevante cuanto mayor es la responsabilidad y el poder de ese funcionario. Por ello, el presidente, los legisladores, los gobernadores, los jueces deberían atravesar exámenes psicofísicos a través de los cuales se evaluara su real estado, del cual dependen muchas de sus conductas y decisiones.

¿Cómo es la vida del doctor Fayt hoy en día? El ministro de la Corte está atravesando un cuadro de faringolaringitis que afecta su voz. Hace ya muchos años fue operado de un nódulo de la garganta en el centro médico de la Fundación Aráoz. Siempre fue muy madrugador. Se despierta temprano, alrededor de la cinco de la mañana. Lo primero que hace es encender la radio. A las cinco y media ya está en su escritorio escuchando los programas de noticias y disponiendo sus papeles para comenzar la tarea del día. Fayt es un hombre sumamente ordenado y dueño de una escritura caligráfica que, por lo que se aprecia a través de su firma, se mantiene.

Trabaja durante toda la mañana con los expedientes que le traen sus colaboradores desde el Palacio de los Tribunales. Almuerza temprano y en forma frugal. Duerme la siesta y cerca de las cuatro de la tarde vuelve a su escritorio para continuar su trabajo. Siempre fue un hombre de carácter firme y poseedor de un muy buen humor. Nada de eso ha variado. Es muy consciente de lo que representa su edad, por lo que cuida mucho de su salud. Siempre fue una persona muy interesada por todo. Aprendió computación a los 87 años y es un entusiasta lector de temas científicos. Los temas relacionados con las neurociencias le son de particular interés así como también mucho de lo referente a la nanotecnología. Su memoria está intacta. Su recuerdo de hechos y fechas es preciso. A pesar de que su físico le impone algunas limitaciones, camina entre 10 y 15 minutos por día en una cinta que tiene en su casa.

La Corte Suprema es un cuerpo colegiado en el que todos sus integrantes tienen información acerca de lo que sucede con cada uno de ellos. ¿Podría la Corte, en uso de sus facultades y responsabilidades, tolerar, ignorar y/o mantener en calidad de secreto un cuadro de deterioro físico o mental que afectara severamente a uno de sus miembros? De ocurrir, sería ése un acto de encubrimiento que dejaría a quienes así actuaran en una posición de extrema vulnerabilidad ante un gobierno que, como éste, busca con denuedo pulverizar a este tribunal, erigido en la barrera que está poniendo freno a los intentos de gobernar con la suma del poder público con el que sueña la Presidenta.
A las cinco y media ya está en su escritorio escuchando los programas de noticias.

¿Es la edad un limitante para permitir que un juez pueda seguir ejerciendo su cargo? La respuesta es definitivamente no, como tampoco lo es para que un político pueda continuar con su carrera. Como se ilustró en la edición de ayer de Perfil, hay otros casos de jueces y políticos que con 80 y 90 años se desempeñan en diferentes funciones. No se ha escuchado que el Gobierno haya intentado descalificar a esas personas por el solo hecho de sus edades. El único límite para el desempeño de esas tareas es la capacidad intelectual de la persona. Y desde ese punto de vista, Fayt está bien. Para el kirchnerismo, hablar de la salud de la Presidenta es destituyente, mientras que hablar de la salud de Fayt es patriótico.

La forma como el gobierno viene atacando al juez Fayt parece extraída de House of Cards, verdadero vademécum de la amoralidad y el cinismo en el que bien podrían sentirse plenamente identificados tanto la Presidenta como varios de los funcionarios de su gobierno.

Paradojalmente, el kirchnerismo, embarcado en esta cruzada contra Fayt, acaba de desestimar los pedidos de juicio político contra los jueces federales Norberto Oyarbide Daniel Rafecas. Oyarbide fue el magistrado que cerró en forma exprés la causa por supuesto enriquecimiento ilícito de los Kirchner y Rafecas fue quien, con igual premura, desestimó sin dar pie a investigación alguna la denuncia de fallecido fiscal Alberto Nisman, que tanto molestó y enfureció a Cristina Fernández de Kirchner. ¿Queda alguna duda de que para la Presidenta y sus acólitos los únicos jueces buenos son los que fallan a su favor y le aseguran impunidad?

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 09/05/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.