domingo, 21 de julio de 2019

PASO a paso: el escenario político de cara a las elecciones de agosto… @dealgunamanera...

PASO a paso: el escenario político de cara a las elecciones de agosto…


Alberto Fernández y Miguel Pichetto son los protagonistas principales de una nueva etapa de polarización en la política argentina. En el medio, Roberto Lavagna intenta mantener en carrera a la tercera vía.

© Escrito el  jueves 11/07/2019 por Tomás Allan y publicado en el Diario La Vanguardia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Vivimos tiempos agitados para la política argentina. Más de un mes antes del cierre de listas del 22 de junio, Cristina Fernández anunció su decisión de correrse del centro de la escena para dejar a Alberto Fernández como candidato presidencial y acompañarlo desde la vicepresidencia. Rápidamente, más de una decena de gobernadores peronistas se alinearon con la novedosa fórmula, expresándole públicamente su apoyo. Luego, tres semanas más tarde, Mauricio Macri sorprendió a todos al ofrecerle la candidatura a vicepresidente a Miguel Pichetto, (ahora ex) jefe del bloque justicialista en el Senado de la Nación.

Numerosos análisis se han hecho hasta el momento sobre estas decisiones, intentando interpretar los gestos de los dos principales líderes políticos del país y tratando de decodificar cómo quedaba planteado el tablero político de cara a las primarias de agosto, las elecciones generales de octubre y un eventual ballotage en noviembre. Cristina Fernández tomó la iniciativa aquel 18 de mayo y produjo una serie de reacciones no solo en los sujetos destinatarios directos de su mensaje (¿el resto del peronismo?), sino también en otros actores políticos a quienes no fue dirigido (o sí, como contradestinatarios) pero que obviamente tienen interés en sus movimientos. De este modo, se produjeron varias decisiones en cadena que terminaron por reconfigurar el tablero político.

Para responder a la pregunta mayor (cómo quedó efectivamente configurado el escenario) podemos recorrer cuatro interrogantes que la preceden: a quiénes le hablaron Cristina Fernández y Mauricio Macri al desginar a Alberto Fernández como candidato a presidente y a Miguel Pichetto como candidato a vice; qué mensaje querían enviar; qué efectos produjeron en sus destinatarios y qué efectos produjeron en otros actores políticos.

DEL ALBERTAZO AL ROSQUERO SUPERPODEROSO


Mucho se ha dicho ya sobre la decisión de postular a Alberto Fernández como candidato a presidente, con una conclusión que destacó con claridad en la mayoría de los análisis: la búsqueda de moderación. La decisión de optar por una figura que se fue del gobierno kirchnerista en su momento de radicalización (post pelea con el campo), que criticó con dureza la forma de la ex mandataria de conducir los asuntos públicos en sus últimos años de gobierno y que parece tener (o poder tener) buen diálogo con sectores de poder en aparente tensión con el kirchnerismo (Clarín, “el campo”, el empresariado, el FMI), fue leído como una indudable muestra de moderación que permitiría ampliar el espacio de cara al cierre de listas y ofrecería la posibilidad de llevar a cabo algunos acuerdos en caso de llegar al gobierno, en una etapa que será complicada desde el punto de vista económico, gane quien gane. La decisión de colocar al ex Jefe de Gabinete también podría, hipóteticamente, mantener el piso de votos de la ex mandataria y perforar su techo, clave para un eventual ballotage.

Si los destinatarios principales del mensaje cristinista fueron los gobernadores y el resto del peronismo, este parece haber tenido relativo éxito si atendemos a los rápidos alineamientos que se produjeron luego del anuncio, incluido el de Sergio Massa, aunque con algunas idas y vueltas previas.

Pasaron algunas pocas semanas hasta la siguiente movida política de trascendencia. La decisión de incluir a Miguel Ángel Pichetto en la fórmula presidencial oficialista sorprendió a propios y extraños: llegaba un peronista de pura cepa a ocupar nada menos que el puesto de candidato vicepresidente de la fuerza política que hegemoniza el espacio no-peronista del sistema político.

Nuevamente, los análisis comenzaron y varios merodearon la tesis del fin de la grieta o, al menos, de su conmoción: si la decisión de ubicar a Alberto Fernández como candidato a presidente del espacio kirchnerista era el principio del fin de la grieta, la decisión de que Miguel Pichetto secundara a Mauricio Macri en la fórmula presidencial era el acto que lo consumaba.

Como sea, algo cambió. Las veredas se ensancharon; los desplazamientos de ciertos actores que hasta ahora habitaban el centro de forma dispersa ampliaron los sectores enfrentados.

Aunque otras lecturas sugieren que esta está más viva que nunca: ambas decisiones consolidan la grieta pero la moderan (giro al centro) o bien la ratifican ampliando sus respectivos espacios pero sin moderarse (los dirigentes que escapaban a su lógica van hacia los polos pero no los polos hacia ellos, como una especie de imán).

Cualquiera de estas presupone vocación de amplitud y un reconocimiento tácito de que para poder ganar las elecciones y, sobre todo, para gobernar luego de ello en una situación económica delicada, se necesitará salir del empate de minorías intensas y posiciones defensivas para lograr acuerdos amplios que garanticen la tan mentada gobernabilidad.

Como sea, algo cambió. Las veredas se ensancharon; los desplazamientos de ciertos actores que hasta ahora habitaban el centro de forma dispersa ampliaron los sectores enfrentados. Massa y varios gobernadores para un lado; Lousteau (que desde 2015 pareció estar con un pie adentro y otro afuera de Cambiemos) y Pichetto para el otro. Si tomamos la teoría del giro al centro de las dos fuerzas principales de la política argentina ello redundaría en un esquema de fuerzas centrípetas: ambas compiten por el centro. La grieta ya no centrifuga sino que aprieta, y los polos están más cerca que antes, dice Andrés Malamud. 

Sin embargo, ni bien Pichetto salió a la cancha a hacer declaraciones públicas, muchos comenzaron a poner en duda esta tesis: ¿de qué giro al centro hablamos si el flamante candidato comienza a tratar a sus adversarios de comunistas, vocifera contra la flexibilidad en la llegada de inmigrantes y propone rediscutir el rol de las Fuerzas Armadas para que puedan intervenir en tareas de seguridad interior?

Dice Ignacio Ramírez: “Lo de Pichetto fue un giro al centro en términos políticos, pero fue una bolsonarización en términos ideológicos”. El Pichettazo difuminó (¿diluyó?) la línea divisoria entre el espacio peronista y el no-peronista e implicó la cooptación de uno de los principales actores del peronismo no-kirchnerista, nucleado en torno a Alternativa Federal, hasta ese momento renuente a plegarse a cualquier polo de la grieta. Pero, en efecto, su discurso en temas de seguridad e inmigración y sus referencias elogiosas a figuras como Matteo Salvini o Jair Bolsonaro dan pie a la tesis de la radicalización cambiemista, que fue ganando terreno con el cierre de listas y los acercamientos a figuras como Amalia Granata y Alberto Asseff, probablemente algo obligados por la candidatura de José Luis Espert y Ricardo Gómez Centurión.

Hasta estas elecciones, el Gobierno no tenía amenazas concretas por derecha. Sus candidaturas lo obligaron a moverse para neutralizar o al menos atenuar esa fuga de votos.


Entonces, ¿a quién le habló Macri con la designación de Pichetto? En los primeros análisis primó la idea del mercado como “sujeto” destinatario, que aparentemente habría reaccionado positivamente a la postulación del senador por Río Negro. Esta alegría subrepticia obedecería a que su figura encarnaría una suerte de garantía de gobernabilidad para el segundo mandato macrista, por su aptitudes negociadoras y su estrecha relación con varios sectores del peronismo (especialmente los gobernadores), lo cual permitiría conseguir los votos suficientes para aprobar algunas reformas que el gobierno considera necesarias.

Sin embargo, esta teoría adolece de algunos puntos débiles: Pichetto garantizó la gobernabilidad durante el primer mandato macrista desde su posición de jefe de bloque del justicialismo, ¿pero puede garantizarla desde las filas del oficialismo? Por otro lado, no termina de entenderse el porqué de la alegría de los mercados por lo que pudiera pasar en un eventual segundo mandato macrista si la candidatura de Pichetto no aporta votos propios para cumplir una condición anterior, a la cual ese segundo mandato se encuentra obviamente sujeto: ganar las elecciones.

En fin: tesis verosímiles pero con cierta dosis de sobreestimación de las aptitudes negociadoras de Pichetto y de sobreinterpretación de los cálculos del Mercado, ese “sujeto” que solo puede hablar lo que los analistas políticos le hagan decir.

La ecuación del Gobierno es que Pichetto tranquiliza a los mercados, lo cual significa dólar calmo y, por tanto, se evita la fuga de votos potenciales que se produce ante cada subida de la moneda norteamericana.

Como fuere, desde esta perspectiva la ecuación del Gobierno es que Pichetto tranquiliza a los mercados, lo cual significa dólar calmo y, por tanto, se evita la fuga de votos potenciales que se produce ante cada subida de la moneda norteamericana. Carlos Pagni dice que la imagen de Macri está indexada al dólar: cuando este sube, aquella cae; cuando este baja, aquella sube. La paz cambiaria de acá a las elecciones podría favorecer a la victoria oficialista.

Visto así, su figura no sumaría votos propios pero evitaría indirectamente su fuga. La conclusión es verosímil, lo que se pone en duda es la veracidad de las premisas.

Finalmente, se ha dicho que su incorporación podría cobijar al votante peronista de derecha, algo también verosímil, aunque cuesta imaginar que estos votantes fuesen renuentes a optar por Cambiemos antes del anuncio de la fórmula, mientras que la fórmula Lavagna-Urtubey ofrece un resguardo para el electorado peronista descontento con el Gobierno y el kirchnerismo.

En el medio, Lavagna y Urtubey unieron fuerzas. Por lo general, la teoría de la ampliación de veredas que angostan y presionan la avenida del medio supone que la tercera vía saldría inevitablemente perjudicada. Sin embargo, pueden introducirse algunos matices.

Hasta acá, esa ampliación del polo oficialista y del polo opositor-kirchnerista se dio a nivel dirigentes. Sin embargo el desplazamiento de ciertos actores del centro hacia los polos no necesariamente conlleva un movimiento sustantivo de los votantes en el mismo sentido. Si bien el estrechamiento del centro podría perjudicar a Roberto Lavagna, la reducción de la oferta en una zona que pasó a ocupar en solitario podría beneficiarlo si el electorado se mantiene escéptico a los movimientos de Sergio Massa y Miguel Pichetto.

Hay que ver si, en efecto, ese movimiento de nombres va acompañado de una moderación en los discursos, y observar el comportamiento del electorado indeciso y su resistencia a moverse al compás de esos movimientos. De este modo, su aventura probablemente dependa (al menos en parte) de la (in)elasticidad de la demanda antigrieta con respecto a las variaciones que se produjeron en la oferta.

¿QUÉ HAY DE NUEVO, VIEJO?


El cierre de listas y los desplazamientos que se dieron en la previa exigen un análisis sobre cómo se ha (re)configurado el escenario político. En este sentido, puede ser interesante detenerse en la lectura que los propios actores hacen sobre el tema, dado que la batalla electoral pasa en buena parte por los términos en que ella se enuncia “desde adentro”. La pregunta que subyace es: ¿qué es lo que hay en juego en estas elecciones? 

Si para el Gobierno estos comicios plantean una disputa entre demócratas liberales republicanos versus populistas autoritarios, para la principal fuerza opositora se enfrenta el campo popular versus el neoliberalismo rampante. Mientras que para el lavagnismo estamos ante el enfrentamiento del fracaso del pasado y el fracaso del presente, solo superables con una alternativa que escape a la grieta.

Unos harán eje en la cuestión moral e institucional mientras que otros harán hincapié en la agenda socioeconómica, que parece ser el flanco débil del oficialismo. Veremos qué interpretación logra imponerse en esta disputa (¿superestructural?) sobre lo que se juega en estas elecciones.

Por otro lado, “desde afuera” han surgido algunas interpretaciones diferentes más allá de la reproducción de esas mismas lecturas. Si en Argentina siempre ha sido algo impreciso el esquema izquierda-derecha para interpretar la realidad política, las apariciones de Alberto Fernández primero y de Miguel Pichetto después habilitarían un análisis de ese tipo. La candidatura vicepresidencial de este último difumina el clivaje peronismo-no peronismo y da mayor nitidez a este esquema clásico en el que tendríamos dos grandes coaliciones -una en la centroderecha y otra en la centroizquierda-, que entre ambas se llevarían más del 70% de los votos; un centro “flaco” apoyado en la figura de Roberto Lavagna, que aspira a superar los 10 puntos en las generales, y alternativas minoritarias desbordando este esquema por izquierda (FITU) y por derecha (Espert y Gómez Centurión), que se calcula no superarán el 5% cada una.

Por su parte, si bien el Gobierno siempre eligió el confrontamiento directo con el kirchnerismo (y particularmente con la figura de Cristina Kirchner), el discurso de los “70 años de decadencia” (que implícita o explícitamente hace referencia al peronismo) y su intención de distinguirse claramente de “la vieja política” le han permitido presentarse como la fuerza no-peronista por excelencia, nucleando al antiperonismo más duro. Con la designación de un peronista de pura cepa y rosquero de la primera hora en la fórmula presidencial, esa línea divisoria pierde nitidez.

El Gobierno pudo jugar a distinguirse tan claramente del peronismo como un todo en tanto y en cuanto este estuviera, en los hechos, dividido (en tanto no fuera un “todo” real y actual sino ficticio e histórico). Cuando el peronismo amagó a unirse, previa designación de Alberto Fernández como candidato presidencial, Cambiemos decidió flexibilizar uno de sus componentes identitarios y volver a focalizar a su adversario en un círculo más pequeño, que representa solo una versión particular de aquel: el kirchnerismo.

El cambio ya no es respecto de “70 años de atajos y avivadas” sino respecto del proceso de 12 años kirchneristas. Se corre la frontera política. Digamos que para el Gobierno lo que está en juego en estas elecciones es la integridad de las instituciones republicanas, y eso no distingue entre peronistas y no-peronistas sino entre kirchneristas y no-kirchneristas. Esto implica reducir el espacio opositor y permitirse ampliar el propio.

Si bien el estrechamiento del centro podría perjudicar a Roberto Lavagna, la reducción de la oferta en una zona que pasó a ocupar en solitario podría beneficiarlo si el electorado se mantiene escéptico a los movimientos de Sergio Massa y Miguel Pichetto.

Lo cierto es que, a pesar de las advertencias de que podría producir la fuga del núcleo de votantes antiperonistas, esto no parece representar una amenaza concreta si tenemos en cuenta que ninguna de las fuerzas realmente competitivas quedó exenta de peronismo, por lo cual parece difícil que emigren a otros pagos.

Por último, la formación de un espacio progresista no-kirchnerista parece que tendrá que esperar. El progresismo depositaba en la figura de Lavagna la esperanza de la construcción de una alternativa progresista de escala nacional, pero una serie de eventos desafortunados hicieron caer esas expectativas. La decisión de incluir a Juan Manuel Urtubey como candidato a vicepresidente, la derrota electoral del socialismo en Santa Fe (que perdió la gobernación a manos de un peronismo unificado hacia la derecha, liderado por Omar Perotti) y la conformación de listas en las que primó la estructura del sindicalista Luis Barrionuevo por sobre las estructuras partidarias del GEN y del Partido Socialista terminaron por opacar esa tonalidad progresista que se esperaba darle a esta construcción a nivel nacional. De todas maneras, puede significar una buena oportunidad para ganar algunas bancas legislativas.

En suma, ambos gestos giraron en torno al cargo de vicepresidente; ambos han tenido efectos en lo inmediato y podrán tener otros de mediano y largo plazo que habrá que esperar para verificar; ambos mostraron apertura en sus respectivos espacios. No obstante, no está tan claro que esa potencia simbólica de las movidas que incluyeron a Miguel Pichetto y Alberto Fernández hayan tenido un correlato material en el armado de listas, en donde los sectores que podían ampliar los respectivos espacios no han tenido el lugar que se esperaba.

Aquel 18 de marzo Cristina tomó la iniciativa, Macri respondió y el resto de los actores se incorporaron al juego. El tablero político comenzó a reconfigurarse y el cierre de listas nos dio algunas certezas, pero la incertidumbre primará de cara a las PASO, en una competencia que se avizora reñida. Las fichas se van acomodando pero falta un largo trecho aún por recorrer.



La mayor fábrica de Bitcoin está en Tierra del Fuego… @dealgunamanera...

La mayor fábrica de Bitcoin está en Tierra del Fuego…

BitPatagonia sigue firme en su elección de Tierra del Fuego para desarrollar el negocio y su cantidad de accionistas, todos argentinos. Entre ellos, hay empresarios relevantes del comercio electrónico, la salud y la banca, entre otros rubros. Fuente: www.iprofesional.com

Muy cerca de las plantas que producen celulares, televisores y otros artículos de electrónica, existe otra industria que se desarrolla de manera silenciosa y que podría ser el motor de la reconversión de Tierra del Fuego. Se trata de BitPatagonia, que se dedica a la exploración de blockchain y monedas virtuales.

© Publicado el lunes 01/07/2019 por Calidad Tierra del Fuego, de la Ciudad de Río Grande, Provincia de Tierra del fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.


Se trata de los centros de datos, uno de los pilares de la llamada Industria 4.0 y a la que el Gobierno impulsó a través de la Ley Economía del Conocimiento, promulgada por unanimidad en Senadores poco más de un mes.

Una de las compañías del sector que ya hizo pie en el Sur fue BitPatagonia: el mayor datacenter de tecnología blockchain de Sudamérica.

Para llevar adelante este proyecto, la compañía desembolsó la impactante suma de u$s10 millones con el fin de explorar no sólo divisas virtuales, sino también futuros servicios basados en la cadena de bloques.

Es decir, la tecnología en la que se basa Bitcoin y que está transformando la manera de hacer negocios por su versatilidad en otras ramas, más allá de la financiera. Además, la Argentina ocupa un lugar de privilegio en el rubro: Buenos Aires es la segunda ciudad con mayor actividad cripto del mundo, detrás de Praga (República Checa) y delante de San Francisco (EE.UU.).

Por estas horas, la empresa celebra con prudencia el empujón del Bitcoin, que llegó hasta los u$s13.000 y -a pesar de algunas bajas- cuadriplicó su cotización durante el primer semestre.

Pero no sólo por la apreciación de la divisa, sino porque se está cumpliendo un pronóstico que promete consolidar definitivamente la industria Blockchain a nivel global y que la Argentina podría aprovechar.

Y mantienen como objetivo liderar la reconversión de Tierra del Fuego como epicentro de la industria de datacenters y desarrollo, a pesar de que tanto la situación local de la argentina como internacional del bitcoin provocaron que la empresa acumule muchos meses de pérdidas.

La tormenta perfecta

La producción de Bitcoin requiere computadoras específicas para realizar complejas operaciones matemáticas que permiten validar las transacciones dentro de la red y asegurar la robustez del sistema. Como incentivo, el sistema crea cada cierto tiempo nuevas monedas que reparte entre quienes aportaron a la solución del problema logarítmico

Como se trata de una competencia a nivel planetario, cuanto mejor es el equipamiento, mayores son las chances de quedarse con esos nuevos bitcoins. Por ello, BitPatagonia creó en el sur una infraestructura de clase mundial que trabaja las 24 horas.

"Elegimos la Argentina, puntualmente la Patagonia, para hacer esta aventura y ser pioneros en el ecosistema blockchain del Cono Sur", asegura Klurfan, CEO de la firma, a iProUP.

La elección no fue azarosa, sino que persigue un fin práctico: Tierra del Fuego posee bajas temperaturas y alta presencia de vientos, dos cuestiones meteorológicas clave para el desarrollo sustentable de esta industria.

Aprovechando el clima fueguino, BitPatagonia desarrolló un diseño de la planta para aprovechar la refrigeración natural. "Si no se logra buena ventilación y renovación del aire, la generación de calor de las máquinas puede llegar a los 120 grados. No había experiencias previas, lo más parecido era una acería", destaca a iProUP Walter Salama, director de Operaciones (COO) de la compañía.

La empresa comenzó sus actividades en el segundo semestre de 2018, cuando el Bitcoin estaba en torno a los u$s6.500 dólares. Rápidamente, la divisa digital líder se derrumbó hasta los u$s3.200, lo que fue visto como un duro golpe para la industria.

"Compramos las máquinas a un promedio de 1.800 dólares y tras la baja del Bitcoin luego costaban cerca de u$s300. Fue muy difícil seguir", señala Salama.

El precio de la moneda sólo fue uno de los factores que impactaron en la compañía, que tiene 450 metros cuadrados en cada una de sus dos locaciones: Ushuaia, en una planta que le alquila a Newsan; y Río Grande, en el predio de una constructora. Los otros golpes fueron:

- Aumento de la electricidad, principal insumo, en el orden del 60%

- Suba de la dificultad de minado de Bitcoin, es decir, más cantidad de máquinas en todo el mundo que reducían la posibilidad de generar nuevas monedas

- Un verano con pico histórico de calor en Tierra del Fuego, lo que dificultó la refrigeración de las máquinas

- Tipo de cambio: las altas temperaturas terminaron dañando insumos (como cables) que, a falta de un dólar estable, fueron difíciles de conseguir en el mercado local

Mientras tanto, el Bitcoin se mantenía a valores muy bajos. Esto provocó que sea nada rentable el negocio y que las principales mineras globales se "apagaran" o cierren, tal como informó iProUP.

"Empezaron a llamarnos otros argentinos que tenían maquinas minando y que las querían mandar a nuestros galpones. Porque cada vez es más difícil minar bien si no se está las 24 horas arriba de la operación", destaca el ejecutivo a iProUP.

Según cálculos de la empresa, en enero hubo 1,3 millones de máquinas conectadas al sistema y llegó al pico de 3,8 millones en septiembre. Pero a fin de año esa cifra se derrumbó hasta 2,85 millones.

"Se puede estimar que 350 empresas mineras cerraron y no pudieron bancar ese momento. Nuestra convicción le ganó a la crisis", remarca Salama.

Firmes en el Sur

A pesar de que la economía de Tierra del Fuego vive los coletazos de un consumo planchado, que replica en la menor producción de las plantas de electrónica, Salama cree que la provincia tiene una chance de oro para reconvertirse hacia la industria de los centros de datos.

Y no sólo porque tenga el clima propicio para refrigerar servidores, sino por la disponibilidad de talento humano y de proveedores especializados que la compañía fue ayudando a crear.

"La Isla tiene una gran cantidad de personas calificadas, que se capacitaron en China, Japón y Corea del Sur. Podrían trabajar en varias áreas, como eléctrica, software e infraestructura. Pero al no haber producción, podrían migrar, lo que sería un daño muy grande para la provincia", advierte.

De acuerdo con el directivo, es una oportunidad para "reconstruir el tejido productivo" de la provincia e imitar a países que "reciben con entusiasmo la inversión de esta industria", con varios jugadores que buscan liderarla Canadá, Islandia, Rusia, China y Estados Unidos.

BitPatagonia sigue firme en su elección de Tierra del Fuego para desarrollar el negocio y su cantidad de accionistas -todos argentinos- pasó de 70 a 90 en los últimos meses. Entre ellos, hay empresarios relevantes del comercio electrónico, la salud y la banca, entre otros rubros.

Según Salama, se mantiene el compromiso de seguir apostando al ecosistema blockchain en la Isla de todos los inversores que "acompañaron en el riesgo de invertir en nuestro país y no en otro destino".

Salama se refiere a Canadá, la nación que más granjas de minado atrae (algunas de ellas fundadas por empresarios latinoamericanos) y hasta intentó seducir a BitPatagonia. Además, la empresa también recibió ofertas de Paraguay, otro de los mercados de la región que quiere posicionarse en la industria 4.0.

El que apuesta al Bitcoin, ¿gana?

En las últimas semanas, el Bitcoin se apreció hasta los u$s13.000, bajó a u$s10.000 y se está estacionando en el orden de los u$s12.000. Muy por encima de los u$s3.800 en los que arrancó 2019. Con tales fluctuaciones, el pequeño ahorrista ve con temor la posibilidad de apostar esta moneda.

"Hay tantas opiniones como analistas, entre los pesimistas y los optimistas, nosotros vamos por el carril del medio. Creo que la escalada comenzó muy temprano y sorprendió a varios. Nos sumamos a las proyecciones optimistas de 20.000 o 30.000 dólares para fin de año", señala Salama.

En este punto, asegura que los gráficos demuestran que la moneda va corregir en cualquier momento y retomar con mayor envión. El ejecutivo sigue el minuto a minuto de las principales monedas virtuales y está seguro de que el Bitcoin –a una década de su nacimiento–está ingresando en una fase de consolidación.

"Demostró que ha soportado una gran lucha mediática. Antes, cuando un organismo lanzaba algún anuncio, el Bitcoin variaba. Hoy tiene su autonomía. Está más sustentada entre los usos y como instrumentos de inversión", remarca Salama.

Para ejemplificarlo, el experto cita el caso de Binance, un exchange (casa de cambio virtual) que hace dos meses fue hackeado y eso podría haber empujado la cotización a la baja. Pero la moneda se valorizó.

Salama expone otro signo de esta evolución de la criptoeconomía, con algunos hechos recientes que evidencian cómo el mundo de las finanzas está confiando en las divisas digitales:

- JP Morgan siempre afirmó que eran una estafa, pero en febrero anunció que creará una divisa virtual propia

- Goldman Sachs invirtió u$s400 millones en un exchange y también podría crear una moneda digital

- El fondo Fidelity está ofreciendo a sus clientes instrumentos en criptoactivos

- El operador móvil AT&T permite a sus 153 millones de abonados pagar con bitcoins

"Hay un montón de bancos que salieron a la compra de exchanges. Estamos transitando el dejavú de las .com: las empresas tradicionales están comprando o tomando participación en firmas de monedas virtuales", remarca Salama.

Según el ejecutivo, no se percibe un "cisne negro" en el horizonte que pueda atentar contra la cotización de la moneda digital líder, aunque afirma que estas amenazas todos las explican luego con "el diario del lunes".

Sin embargo, advierte que siempre podría haber una gran ballena, es decir, "jugadores fuertes que vendan todos sus bitcoins porque otra moneda superó el encanto u otra simple razón".

Libra, de Facebook, ¿será una de ellas? "Del 8 al 28 de mayo, Bitcoin subió 40%. Ahí no estuvo Libra", responde a iProUP el ejecutivo, quien cree que el segundo semestre mostrará una expansión del Bitcoin.

"A principios de año, especialistas y líderes de fondos pronosticaban que estaría en u$s10.000 o u$s15.000 este año, precios que parecían muy lejanos en enero. El fondo de activos digitales Pantera Capital pronosticó que estará a u$s67.500 a fin de año. En diciembre veremos cuál acertó más", subraya.

En este sentido, el COO de BitPatagonia asegura que "hay inversores que apuestan al 'criptoaguinaldo', que es gente que compra u$s500 o u$s1.000 y que si se cumplen los pronósticos pueden hacer una gran diferencia".

Con mitad de su tiempo en Tierra del Fuego y la otra mitad en Buenos Aires, Salama pocas veces retira su mirada de un panel que muestra la actividad del principal datacenter de blockchain de Latinoamérica y la cotización de las principales monedas virtuales.

Así como el Bitcoin arranca otra etapa, BitPatagonia también: en la empresa preparan dos proyectos para continuar con la consolidación de la industria blockchain nacional. Y esperan profundizar el trabajo conjunto entre el sector público y privado para que la Argentina se posicione entre las regiones líderes de esta tecnología.



Duelo de aparatos… @dealgunamanera...

Duelo de aparatos…

URNA ET ORBI. Dibujo: Pablo Temes

Más organizado el oficialismo, más caótica la oposición. Campañas y especulaciones con resultados anteriores.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 21/07/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En investigación, una encuesta es un procedimiento que se utiliza para recopilar datos mediante un cuestionario –previamente diseñado– o conocer la opinión pública sobre determinado asunto.

En épocas electorales, las encuestas deberían ser utilizadas para saber qué temas preocupan a la sociedad y qué condiciones cree que debe reunir un candidato para que la represente, entre otros.

Luego de realizadas las encuestas, los políticos diseñan sus campañas, basándose en los intereses de la ciudadanía.

A través de las campañas, la ciudadanía conoce las propuestas de los diferentes espacios, para decidir –voto mediante– qué fuerza política logra cumplir las expectativas y/o proyectos de país deseados. Nada de eso ocurre en la contienda electoral argentina.

Todo parece indicar que la gran encuesta va a obtenerse a partir de los resultados que arrojen las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, las PASO.

Extremos. La lógica de campaña que predomina hoy es la de la polarización, es decir, reforzar los dos lados de la grieta: “Nosotros hacemos todo lo que refuerce de nuestro lado y ellos hacen todo lo que refuerce de ellos, porque está todo hiperpolarizado”, sostiene un hombre del peronismo provincial. Y agrega: “Ahora nos estamos hablando a nosotros mismos, nos vamos a ver las caras el 11 de agosto, vamos a ver cuántos soldaditos hay de un lado y cuántos del otro y qué quedó en el medio, y ahí vamos nosotros, por los márgenes de lo que quedó en el medio, lo más cercano a nuestro lado, y ellos harán lo mismo”.

Esta elección tiene un factor que ayuda a la polarización, el nulo protagonismo de la tercera fuerza.  Antes la elección estaba dividida en tres, hoy la torta se divide en dos. Entonces, así como crece Mauricio Macri, también crece el kirchnerismo y viceversa.

Este factor también lleva a que las posibilidades de corte de boleta sean inferiores a 2015. “Nuestra apuesta es al crecimiento de Macri. Mauricio tiene que crecer, cosa que la diferencia en la Provincia entre Fernández y Macri sea lo más chica posible, que nos permita poder defender la Provincia, que nos arrastre y que ese corte sea como máximo de 2 puntos y no de 6-7, como fue con Aníbal Fernández. Con eso tendríamos una victoria nacional y una victoria provincial”, augura un referente de Juntos por el Cambio.

Desde el punto de vista comunicacional, según analistas, batallar contra Juntos por el Cambio es una tarea compleja, “tienen equipos muy grandes que viene trabajando desde hace muchos años, con un orden y discurso unificado”.

Del otro lado –Frente de Todos–, “hay menos profesionalismo y un atenuante clave: son muchos sectores que se juntaron y están empezando a conocerse y están volviendo a tener la confianza que tenían antes –que en algún momento se había roto–. Entonces, ahora lo que se tiene es aparatos comunicacionales de Sergio Massa intentando hablar con aparatos comunicacionales de Alberto Fernández, Instituto Patria, Movimiento Evita, etc.”.

Toda esta pluralidad lleva a tener distintas miradas, por ejemplo, los primeros spots lanzados por el Frente de Todos –realizados por Tristán Bauer–, que hacían referencia al asado y a la mudanza, fueron muy criticados por un sector y muy bien ponderados por otros.

Más allá de los armados comunicacionales, lo que está claro en esta campaña es que cada sector quiere:

1) Retener a sus votantes: la creación de un Servicio Cívico Voluntario por parte del Gobierno pareciera evitar la posible fuga de votos hacia Gómez Centurión o Espert.

2) Captar desencantados: Alberto Fernández afirmando que “La Cámpora maduró”.

La batalla. Si bien para los armados políticos la PASO va a ser una “gran encuesta”, desde el oficialismo saben que la pelea más dura se da en la provincia de Buenos Aires.

De los 27 distritos del Conurbano, en 2015, en el ballottage, Cambiemos ganó siete, que fueron los pegados a la Ciudad de Buenos Aires, hacia el Norte (Morón, Tres de Febrero, San Martín, Vicente López, San Fernando, San Isidro y Tigre), en el resto perdió en todos.

Ahora, además tiene municipios más complicados de retener (Quilmes y Pilar), que es donde siempre le ha ido bien al peronismo, por ejemplo en la elección de noviembre de 2015, cuando Macri ganó el ballottage, Scioli ganó igual en esos distritos.

La estrategia de campaña de María Eugenia Vidal es mostrar lo que se hizo en materia de obras, salud y seguridad. En cambio, de aquellas cosas que hacen ruido la estrategia pareciera ser “no hacerse cargo”. Un ejemplo de ello es el intendente de Mar del Plata, Carlos Arroyo, quien ganó por el frente Cambiemos. Ahora –después de su polémica gestión y declaraciones– desde el oficialismo afirman: “Arroyo no es nuestro”, se despegan, dicen que el “valor agregado” de Cambiemos es la diversidad de voces, tiran la pelota para afuera.

Mientras que, desde la oposición, quienes van a tener un rol clave son los intendentes, “desmitificando” las obras.

En este sentido, el caso del Metrobus en San Martín y las gestualidades durante su inauguración dan cuenta de esto: “Nosotros reclamamos mucho para que llegue. Ellos no lo pensaban. En realidad, una de las promesas de campaña de 2015 era que llegue el Metrobus a San Martín, ellos pensaban que electoralmente les iba a ser fácil San Martín y no así Tres de Febrero, el tema es que les salió al revés, por eso Tres de Febrero tiene Metrobus desde 2017 y San Martín recién ahora, en campaña y omitiendo contar que falta el 40% de la obra”, afirman desde la Intendencia.

En el medio de las estrategias y análisis comunicacionales hay un factor clave: la gente. Pérdida de poder adquisitivo, desempleo, inflación. Por fuera de la gente, los políticos, hablando entre ellos.

Producción periodística: Lucía Di Carlo.





El último te amo. Reflexión… @dealgunamanera...

El último te amo… Reflexión…


Una madrugada tocaron a su puerta, para su sorpresa era su esposo. No lo esperaba, ya que como todo conductor tienen su horario.

Se quedó fría al verlo parado ahí, en la puerta de su casa y en silencio.

-¿Y tus cosas? _preguntó aquella mujer.
-No las traje, solo vine hablar contigo, respondió.

Ella se quedó aún más fría pues antes habían discutido y llevaban días sin hablarse. Su marido entro, se dirigió al comedor, ahí tomo de las manos a su señora mientras se sentaban en el comedor.

-¿Qué pasa?

- No pasaba nada. Vine a decirte que aunque hemos tenido nuestras diferencias, yo te amo, te llevo en cada momento, te pienso siempre y estos días que hemos estado enojados, te quise llamar mil veces pero fue más fuerte mi enojo, me quede a medias mientras te escribía un mensaje para saber de ti, pero mi orgullo no dejó que terminara de escribir esos mensajes.

Ella cambio su cara y enterneció su mirada, acaricio su mano y observo que el reloj estaba detenido a las 03:45 AM pero no le dio importancia.

- Yo también te amo y quiero que sepas que mi amor por ti es muy grande pero he dejado que el enojo y el orgullo sean una prioridad. Contesto ella.

Él continuó diciendo; tú eres lo más importante que tengo. Se levantó y le dio un tierno beso en la frente y finalizó diciendo: siempre voy a estar contigo pase lo que pase, me doy una ducha porque ya tengo que volver a mi trabajo por un tiempo más largo.

Mientras escuchaba el sonido de la ducha, sonó el teléfono.

-¡Hola! -Busco a la señora Silva Jessica.
-Dígame ella habla, ¿Que se le ofrece?
-Señora le llamo para informarle que su marido tuvo un accidente a las 03:45 Am aproximadamente donde desgraciadamente perdió la vida.

-¡Debe de haber un error! Mi marido está en casa, se metió a darse una ducha.
-No hay ningún error señora, lamento informarle que sus compañeros de trabajo ya reconocieron el cuerpo y efectivamente es su marido. -Deje le llamo a mi esposo para que desmienta esta confusión.

Corrió al baño, buscó en cada rincón y no lo encontró, un silencio invadió la casa y un escalofrío recorrió su espalda, ahí entendió que sólo vino a despedirse de ella y que ya no iba a volver.

Nunca salgas enojado de casa porque puede ser la última vez que veas a la persona que amas...

© Publicado el miércoles 17/07/2019 por el sitio Católico defiende tu Fe de la Ciudad de México.