martes, 24 de marzo de 2015

Los otros vuelos de la muerte... De Alguna Manera...

Escenas del final…


Personas subiendo por la escalerilla de los aviones, incluso niños. Bolsas que aparentaban tener cuerpos adentro que pasaban de camiones a aviones. Los datos surgen de numerosos testimonios de personas que hicieron el servicio militar durante la última dictadura, en Campo de Mayo.
Una chica muy joven, adolescente, subía muy lentamente por la escalerilla del avión, un Twin Otter canadiense con las insignias del Ejército Argentino. La chica tenía el pelo muy corto, más bien oscuro y a diferencia de otros detenidos, no estaba vendada. Mientras subía, una niña de unos cinco o seis años, de pelo más bien claro, comenzó a ascender rápido por la escalerilla del avión, pasó al lado de la adolescente y llegó hasta el último escalón. Sonriente, saltaba y abría los brazos como si estuviera volando. Se veía que estaba excitada por la situación del vuelo -contó el testigo que presenció la escena- inconsciente de lo que realmente estaba pasando. La niña volvió a bajar por la escalerilla del avión hasta llegar a la pista. La adolescente, entonces, la llamó y la nena subió. La adolescente la agarró de la mano y subieron juntas. Poco después, el avión carreteó para despegar en dirección al este, desde la pista principal del aeródromo de Campo de Mayo.
Miguel Angel Hait hizo el servicio militar obligatorio en la Compañía Helicópteros de Asalto del Batallón de Aviación de Ejército 601, de la guarnición de Campo de Mayo, entre febrero y julio de 1976. Estuvo seis meses, tres semanas y unos pocos días. En 2008 brindó su testimonio a la Justicia sobre las imágenes de ese vuelo, el único que vio, al que ubicó temporalmente entre fines de abril y comienzos de mayo de 1976, a las 8.20 de la mañana, un horario no habitual para esos despegues, que usualmente se hacían en la noche cerrada. Los prisioneros subieron al Twin Otter, una aeronave que según los testimonios de los colimbas volaba con una puerta abierta tapada por una lona y a la que ellos recuerdan que se la llamaba El Verdugo. Hait es sólo uno de los cientos de soldados que declararon en los últimos años, una vez reabierto el proceso de justicia. Su declaración es parte de un relevamiento de testimonios del Programa Verdad y Justicia del Ministerio de Justicia, que estuvo primero a cargo de Luciano Hazan y ahora de Elizabeth Gómez Alcorta, y de la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa, a cargo de Stella Segado.
“Que allí, después de ocurrido el golpe militar del 24 de marzo de 1976, en el mes de abril de ese año, siendo aproximadamente las 08:20, el dicente había ido a retirar las fichas de vuelo desde la Torre de Control de Vuelos que se encontraba junto al Aeródromo de Campo de Mayo y regresaba hacia la compañía de helicópteros”, dijo. Observó a la derecha dos camiones Unimog camuflados con pintura del Ejército, estacionados ante un avión marca The Havilan modelo Twin Otter, tipo Stol, de despegue y aterrizaje corto.
Un grupo de personas estaba junto a la escalerilla del avión y otras iban ascendiendo. Entre ellos, había un integrante del Ejército con campera de vuelo. Detrás subía un hombre. Chocó la cabeza contra el marco superior de la puerta, giró y, entonces, el soldado vio que tenía los ojos vendados. Se dio cuenta, sin embargo, de que era Roberto Quieto, el segundo o tercer jefe de Montoneros, explicó en su declaración. Lo conocía porque su imagen era pública aunque lo notó delgado, menos morocho, muy pálido, como quien no ve la luz del sol durante mucho tiempo. Se sorprendió de que Quieto continuara con vida. Lo habían secuestrado el 28 de diciembre de 1975. Creía que estaba muerto, supo del secuestro, pero se había comentado que lo habían interrogado y lo habían matado. Hait observaba a 35 o 40 metros de distancia. Quieto estaba bien vestido, con traje. Sus movimientos eran muy lentos. Al darse vuelta, luego del golpe con el marco de la puerta, se detuvo y una mujer, vestida de civil, posiblemente integrante del Ejército porque no tenía vendas en los ojos, lo tomó del brazo y lo ingresó con ella a la aeronave.
Luego subió otra mujer con los ojos vendados, de apariencia relativamente joven. También tenía movimientos muy lentos y fue llevada del brazo por otra mujer, tal vez otra represora, que no tenía los ojos vendados. Subieron la adolescente y la niña que se puso a jugar con las manos sobre la escalera. Y luego otra adolescente. Tenía el pelo largo, castaño y con ondas. No tenía vendas, pero también caminaba lento. El soldado entró finalmente en su oficina en el hangar de la Compañía de Helicópteros. Ya no tenía la escena a la vista, pero al bajar más tarde vio el despegue. Mientras subían los detenidos había visto que los camiones Unimog se iban retirando del lugar.
El abogado Pablo Llonto, querellante de parte de las causas de Campo de Mayo, señaló a Página/12 que todavía no se sabe quiénes son esas niñas.
“Razonablemente, Hait no debía haber visto este vuelo”, se afirma en la sentencia de diciembre de 2013, en la que se condenó al represor Santiago Omar Riveros, jefe del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo por crímenes de lesa humanidad. Porque ese tipo de vuelos se hacía entre las cinco y las siete de la mañana, cuando todavía no había luz y con el aeródromo apagado. En ocasiones, por razones meteorológicas, los vuelos salían un poco más tarde.
El relevamiento
El Programa Verdad y Justicia y Defensa trabajan desde hace años en la reconstrucción del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo, el corazón represivo de la zona operacional IV. Cuenta con análisis de los testimonios de las víctimas y, en los últimos años, fundamentalmente, de quienes integraron el servicio militar obligatorio y declararon en diversas causas. Los relatos tienen múltiples dimensiones. (Las identidades de algunos imputados son preservadas para no interferir en la labor de la Justicia.) Entre otras cosas permiten reconstruir las prácticas y metodologías aberrantes del exterminio. Los vuelos, los horarios, el tránsito de camiones. Se habla del Ketalar, esa droga con la que los adormecían, los “vuelos fantasma”, los cajones de madera, los bultos con formas humana, las persecuciones desde el aire a quienes intentan escapar.
El aeródromo de Campo de Mayo estaba ubicado entre El Campito y el polígono de tiro. Uno de los lados daba hacia la ruta nacional 202, de la que van a hablar los testimonios. La jurisdicción operativa de Campo de Mayo se extendía sobre un amplio territorio, de San Miguel a Zárate, Campana y San Isidro. El predio, de unas cinco mil hectáreas, tuvo distintos lugares de reclusión ilegal, como El Campito o Los Tordos, Las Casitas o La Casita; el Hospital Militar con la maternidad clandestina y la prisión de Encausados. Se calcula que por Campo de Mayo pasaron entre 3500 y 5000 detenidos desaparecidos, la mayor parte de los cuales no sobrevivió. Hubo prisioneros del PRT-ERP, embarazadas, integrantes de otras organizaciones políticas, y también niños. Se cree que el lugar alojó transitoriamente a prisioneros de otros lugares para incluirlos en los vuelos de la muerte. El general Santiago Omar Riveros estuvo a cargo de la zona de septiembre de 1975 a los primeros meses de 1979. Por debajo, estuvo Reynaldo Benito Bignone.
De la mano
En dos ocasiones, un sargento le ordenó a Hait limpiar un helicóptero, pero él se negó. “Suponía que debía limpiar sangre, vísceras y vómito”, explicó. Los días antes, alrededor de las 8.30, en momentos en que hacía a pie el trayecto diario hacia la Torre de Vuelo, por delante suyo, conversaban dos sargentos. Uno le decía al otro que resbaló en un helicóptero. Hablaban de una persona a la que llevaban en el aire. Un sargento hizo un gesto “como los movimientos que las personas efectuaban dentro de un helicóptero”. Había una tercera persona, que se descompuso, se mezcló todo con “la sangre y las vísceras”, y el que estaba hablando estuvo a punto de caer al agua. Otro militar lo evitó.
En mayo de 1976, mientras dormía en la cuadra, un teniente entró a los gritos. Hait podía volver a su casa, pero esa noche se quedó porque había problemas con los trenes y temía llegar tarde. El teniente pedía dos soldados artilleros. Había dos. Hait era uno. Los mandaron a la “calle de acceso” para ayudar a un sargento a instalar dos ametralladoras en un helicóptero. Cuando llegaron, el helicóptero estaba listo para despegar. Una vez instaladas las ametralladoras, tomaron su puesto de artilleros. Volaba un piloto, un copiloto y ellos a cargo de las ametralladoras, a uno y otro lado de la aeronave. El helicóptero despegó. Voló en círculos. Recorrió el predio militar e iluminaban distintos sitios con un reflector: “Iluminaron a una pareja joven –explicó Hait–. Tomados de la mano, corrían, huían velozmente. El hombre era más alto que la mujer, ambos eran de piel blanca y estaban completamente desnudos y descalzos. La pareja fue iluminada durante un breve lapso, uno o dos segundos y entonces inmediatamente el helicóptero apagó el reflector.” Al instante, desde abajo, se escuchó y se vio un disparo al aire. Hait entendió que era un aviso de los militares que estaban abajo. Habían visto a la pareja gracias al reflector. La aeronave viró. Aterrizó donde había partido. Cuando bajaron, un teniente le dijo: “¿Usted vio algo, soldado?”. Hait entendió la amenaza: dijo que no había visto absolutamente nada.
“Milicos hijos de puta”
Eduardo Bravo hizo el servicio militar entre enero de 1977 y mayo de 1978. Luego del período de instrucción, fue destinado a la Compañía de Servicios. Realizaba guardias de una semana por mes en la torre de control, llevando a cabo la función de señalero. “Durante las guardias entraban, dos o tres veces por semana, unas camionetas azules, probablemente celulares de la Policía, que sin identificarse tenían libre acceso al predio.” Un día, un sargento ayudante llevó un grupo de conscriptos, entre ellos a Bravo, a un campo en las inmediaciones de la pista auxiliar. Los dejó y se fue. Pasado un rato, salió un avión y se posicionó en la pista adonde lo alcanzó uno de los celulares azules. Desde las camionetas, tre, s personas empezaron a sacar bolsas que contenían cuerpos y a cargarlos en el avión. Eduardo Bravo y sus compañeros asistieron a toda la carga, que fue finalmente de aproximadamente diez cuerpos. Por esta declaración, Bravo volvió a ser llamado. En su ampliación, contó que pudo reconocer que había cuerpos por la forma de las bolsas, como así también por el modo en que las agarraban. “Quienes subían las bolsas eran oficiales o suboficiales.” No eran de ahí. Llegaban en los Unimog. Los Unimog podían cargar cerca de diez personas. Cuando vio esto, el avión no estaba en la pista central, sino en la auxiliar, que tenía árboles a uno de sus lados. “Desea agregar, dice su testimonio, que los camiones que transportaban a los cuerpos, cada vez que llegaban al lugar, lo hacían muy rápido, a una velocidad altísima.”
Roberto Loeiro también habló de estas bolsas. Estuvo entre marzo y noviembre de 1977. Luego de la instrucción, lo designaron dragoneante o cabo de reserva, por eso relevaba a los soldados de guardias. “Por el mes de septiembre del año 1977, recibió un llamado de un capitán que le dijo que a las dos de la madrugada llegaría por el puesto de ingreso a la pista número uno, que era una barrera, un furgón de color azul marca Dodge, con la caja trasera metálica, pero de tipo funerario. El capitán le dijo que lo dejara pasar a la pista. Cuando llegó el momento, el furgón se acercó a la pista a encontrarse con el avión Fiat, de origen italiano, que estaba evidentemente a la espera del furgón debido a que tenía el portón de la bodega abierto esperando la carga. A una distancia de unos 200 metros pudo observar que del furgón sacaban bolsas como las de las morgues. No recuerda la cantidad exacta, pero era más de una. Las cargaban en el avión. Como la iluminación de los hangares estaba encendida normalmente, pudo observar todo con bastante nitidez. Estos episodios ocurrieron entre julio, septiembre y octubre. En otra llegada del furgón, en similares circunstancias, observó todo igual a lo narrado pero sin ver a persona alguna escuchó una voz masculina que gritaba: `Milicos hijos de puta`”.
Los vuelos
Los datos del Programa Verdad y Justicia confirman la existencia de los vuelos a partir del golpe de marzo de 1976, e incluso antes. El relevamiento señala que hubo diferencias entre 1976 y 1977. Que en 1976, “la ejecución de los vuelos se realizó con helicópteros (Bell UH-1H) y aviones (Twin Otter) del Ejército y (Fokker F 27) de la Fuerza Aérea. Y en 1977 en adelante se utilizaron los aviones Fiat G 222, traídos de Italia en ese año e incorporados a la flota de aeronaves del Ejército, conocido como Hércules chiquito o Herculito”.
Entre otras cosas, indican que en 1976 ya se usaba el Ketalar en las cercanías de la pista de despegue de aeronaves. Que había transportes de “carga” para llevar a los cautivos a los aviones. Entre los diferentes vehículos que trasladaban prisioneros mencionan: camiones Unimog y Mercedes 1114 del Ejército; autos Falcon; camiones frigoríficos civiles; camiones de Gendarmería Nacional, camiones celulares de la Policía Federal con personas detenidas en su interior.
Los vuelos de la muerte fueron realizados por la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea y las fuerzas de seguridad. Las denuncias existen desde temprano. Ancla (la agencia de noticias clandestinas) distribuyó un informe sobre la ESMA a fines de 1976 con datos de cuerpos aparecidos en las costas del Uruguay. El informe lo escribió Horacio Verbitsky. En el juicio ESMA declaró que para entonces creían aún que los “traslados” se harían con barcos. En marzo de 1977, la Carta a las Juntas de Rodolfo Walsh ya describe los vuelos, la sistemática y su dimensión. Luego hablaron los sobrevivientes. En 1995, el ex marino Adolfo Scilingo confesó ante Verbitsky su participación en ellos. Las Fuerzas Armadas nunca lo reconocieron. Los testimonios de los colimbas dan acceso a lo que no había hasta ahora: las escenas oscuras de la masacre.
El verdugo
Daniel Humberto Tejeda hizo el servicio militar entre 1976 y 1977 como artillero de puerta de helicóptero. Trabajó en mantenimiento, con mecánicos. Hizo guardias en el aeródromo y hangares. Habló de los aviones. El Twin Otter y un Fokker de la Fuerza Aérea. Dijo que los dos usaban la pista. Y mencionó un helicóptero: Bell UH-1H monoturbina al que le sacaban los asientos y quedaba de “carga”. Explicó que situaban al helicóptero cerca de un lugar boscoso, en los límites del batallón, cerca de la ruta 202, en referencia al centro de exterminio El Campito. Desde allí, según la reconstrucción, salía un vehículo carrier del Ejército que se acercaba hasta la pista, al encuentro de los dos aviones, y cargaban cuerpos de personas en esas aeronaves.
Raúl Escobar Fernández hizo el servicio militar entre enero de 1976 y julio 1977, también en Campo de Mayo. Era parte del grupo Apoyo de Vuelo. Cuando no cumplía guardias, hacía mantenimiento de pista, balizamiento de campaña y corte del césped. En el césped, “había montañitas de unas ampollas que eran unos frasquitos con la tapa de goma para introducir una jeringa dentro del frasco, con una leyenda que decía `Ketalar`”, indicó. “Refiere que era mucha la cantidad de estos frascos que estaban tirados, vacíos en la punta de la pista.” Supuestamente, ésa era la zona, dijo, donde se acercaba el carrier a cargar a la gente en los aviones.
Pedro Rogelio Leguizamón estuvo entre enero de 1976 y marzo de 1977. Fue encargado de conducir el camión cisterna de combustible JP1 que se utilizaba para los aviones de gran porte y helicópteros. Debía abastecer las aeronaves. Tenía guardias de 24 horas. “En muchas ocasiones –dijo–, el avión Twin Otter correteaba hasta la punta de la pista que se encontraba más cerca del penal militar de Campo de Mayo al encuentro de camiones del Ejército en los cuales había presos civiles.”
El avión llevaba una puerta de lona, y cuando preguntaban por qué era así, le decían que era para “tirar paracaidistas”. Los vuelos eran siempre de noche. Y al Twin Otter se lo conocía como El Verdugo”. En varias ocasiones, Leguizamón vio descender de los camiones personas “medio moribundas”. Los camiones venían del camino de tierra que estaba, sin dudas, hacia el penal militar. “En una oportunidad –dijo– observó que el avión Twin Otter, en uno de sus regresos, tenía en el piso coágulos de sangre.” Los camiones que llevaban a los detenidos para introducirlos en el avión eran los comunes del Ejército, los Mercedes 1114 con techo de lona.
Las jaulas
Rubén Danilo Núñez hizo el servicio militar entre febrero de 1976 y mayo de 1977, como ayudante de mecánicos del avión jet Sabreliner, para uso y traslado del teniente general Rafael Jorge Videla. Como mecánico “seguía” al avión donde quedara estacionado, es decir que debía permanecer en el aeródromo en que estuviese dicho avión (Ezeiza, Aeroparque, entre otros).
“Había en el interior del cuartel de los bomberos pertenecientes a la Policía Federal, una especie de kiosco donde podíamos adquirir alguna comida rápida o alguna bebida.” En una oportunidad, concurrió a fin de comprar bebida. Hacía frío y era antes de las doce de la noche. En ese momento, “pudo ver en primera persona lo que va a relatar: encontrándose en el interior del hangar de los bomberos, en forma repentina se apagaron las luces del playón donde se estacionaban normalmente los helicópteros, pudiendo observar que aterrizaban dos aviones Fokker de motores a hélices, pero pertenecientes a la Fuerza Aérea. (...) Uno de los bomberos le dijo: ‘Andate, porque algo va a pasar’. En forma inmediata se retiró del lugar velozmente, aprovechando la oscuridad provocada por el corte, cuando observó que por lo menos uno de los aviones, o sea el primero que descendió, comenzó a abrir el portón de la parte trasera de la nave, como para ser cargado algo en la bodega, pudiendo observar cómo camiones del Ejército se acercaban al encuentro del avión para cargar unas cajas tipo jaulas de madera. Que esa tarea de descarga la llevaban a cabo personal del Ejército vestidos con uniformes verdes, pero es opinión de quien declara que no eran soldados conscriptos, sino suboficiales. Interrogado para que diga qué había dentro de las jaulas de madera que menciona, contestó que había unos bultos que al parecer tenían cuerpos humanos en su interior. Los cajones se balanceaban, pero no se escuchaban voz, ni gritos, ni queja alguna en su interior, por lo que no está en condiciones de manifestar si lo que estaba siendo cargado en el avión eran personas que estaban con vida o no. En realidad, tampoco puede afirmar con certeza absoluta que el contenido de las jaulas fueran personas. Solamente observó un cajón, pero infiere que habría más debido a que eran dos aviones y por lo menos dos camiones del Ejército. Al día siguiente los formaron a todos los soldados y se presentó un capitán. Era muy raro que un capitán se presentara directamente a la tropa. Los interrogó, cargándolos, sobre si alguien había escuchado algo o visto a algún monstruo. Ningún soldado emitió palabra alguna.”
Vuelos fantasma
Juan Domingo Giménez estuvo entre febrero de 1976 y agosto de 1977, como artillero de helicóptero, en la guardia, enfermería del batallón y finalmente pasó a la torre de control de los hangares donde recibía los partes meteorológicos. Su testimonio comienza a marcar diferencias entre 1976 y 1977.
“Recuerda que había un avión al que se lo llamaba Herculito debido a su semejanza con el original, que es más grande.” Giménez cumplía servicios semanales. Solía hacer guardias, pero cuando despegaba ese avión, lo hacían bajar de la torre de control “para que no viera nada”. De lo contrario, sabía, podían mandarlo al penal militar. Estos vuelos, explicó, podían ser de mañana temprano o de noche, indistintamente. El despegue se hacía sin aviso previo y el personal que cumplía funciones allí estaba muy controlado. A esos vuelos se los denominó “vuelos fantasmas”. En la torre de control tenían una planilla de vuelos en la que figuraban los planes de vuelo, pero nunca se sabía los destinos de esos vuelos. En los registros de los oficiales tampoco aparecían los destinos. Una situación que también ocurría con el avión Twin Otter, explicó. Parte de esos despegues eran controlados por personal de Gendarmería Nacional. “A la cabecera de la pista llegaban camiones Unimog u otros, pero no ingresaban por la puerta de los proveedores, sino por otra ubicada detrás del monte con una arboleda muy espesa y se dirigían directamente a las puntas de las cabeceras de la pista, donde se hacían las cargas.”
© Escrito por Alejandra Dandan el lunes 24/03/2015 y publicado por el Diario Pägina/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Los Golpes de Estado políticos y empresariales... De Alguna Manera...

Videla: "Los políticos incitaban al golpe, los empresarios también"…

Análisis sobre la relación del empresariado y la dictadura durante el último golpe de Estado. El último golpe de Estado fue el más organizado de todos los que ocurrieron en nuestro país. Las primeras conversaciones ocurrieron, de manera informal, nueve meses antes, cuando el general Jorge Rafael Videla fue nombrado jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, durante el gobierno constitucional de la presidenta Isabel Perón.

En una de las entrevistas para mi libro Disposición Final, Videla sostuvo que “la planificación del golpe en forma orgánica comienza luego, cuando me convierto en comandante en jefe del Ejército”, el 28 de agosto de 1975, cuando, durante una crisis militar y política, el Ejército impuso a la Presidenta la designación de Videla.

“En ese momento, empiezo a recibir visitas de gente interesada en verme”, agregó.

 A esa altura, el gobierno peronista estaba muy debilitado: un drástico programa de ajuste económico, bautizado el “Rodrigazo” por el apellido del ministro de Economía, Celestino Rodrigo, había derivado en la primera huelga general contra un gobierno peronista y en la salida del hombre fuerte del gobierno, José López Rega.

Todo eso en medio de una densa violencia política, con distintos grupos armados, de izquierda y de derecha, que en 1975 cometieron 1.065 asesinatos por razones políticas. En las vísperas del golpe, cada cinco horas ocurría un atentado y cada tres estallaba una bomba, según el diario La Opinión, de Jacobo Timerman.

Fue el golpe más preparado y comentado de la historia nacional; tanto fue así que los últimos tres meses y medio del gobierno peronista fueron utilizados por los militares para elaborar las listas de personas que serían detenidas luego del 24 de marzo de 1976 a lo largo y ancho del país.“No era una situación que nosotros pudiéramos aguantar mucho: los políticos incitaban, los empresarios también; los diarios predecían el golpe. La Presidente no estaba en condiciones de gobernar. El gobierno estaba muerto”, dijo Videla.


Los principales actores políticos y económicos jugaban al golpe, incluidos los grupos guerrilleros, que pensaban que el retorno de los militares al poder los favorecería porque, de esa manera, la mayoría de los argentinos comprenderían quiénes defendían, de verdad, sus genuinos intereses.

Basta recordar el comunicado del Ejército Revolucionario del Pueblo, uno de los principales grupos armados, hace hoy 39 años: “Es el comienzo de un proceso de guerra civil abierta que significa un salto cualitativo en el desarrollo de nuestra lucha revolucionaria”.


Esas listas de detenidos derivaron en miles de asesinados y desaparecidos.

Según Videla, los militares protagonizaron el golpe de 1976 con un consenso básico: “Había que eliminar a un conjunto grande de personas que no podían ser llevadas a la justicia ni tampoco fusiladas. El dilema era cómo hacerlo para que la sociedad le pasara desapercibido. Por eso, para no provocar protestas dentro y fuera del país, se llegó a la decisión de que esa gente desapareciera”.

Antes de morir, en 2013, Videla asumió en Disposición Final la responsabilidad de esa “decisión”, y sostuvo que, si bien tenía “un peso en el alma, no estoy arrepentido de nada ni ese peso me saca el sueño. Duermo muy tranquilo todas las noches”.

© Escrito por Ceferino Reato, editor ejecutivo de la revista Fortuna, el martes 24/03/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

1976 - 24 de Marzo - 2015... A 39 Años, Nunca Más...

1976 - 24 de Marzo - 2015... A 39 Años, Nunca Más...


"La memoria despierta para herir a los pueblos dormidos que no la dejan vivir libre como el viento", dice León Gieco en su canción "La memoria", esa memoria que se volverá a reivindicar mañana cuando se conmemoren 39 años del Golpe militar que durante siete años sumió en la noche más oscura a la Argentina.

El 24 de marzo de conmemora el "Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia", una jornada para recordar y analizar qué nos pasó a los argentinos en esos 2.818 días, llenos de violencia, dolor y ausencias.

El 24 de marzo de 1976 el general José Rogelio Villarreal le dijo a Isabel Martínez de Perón: "Señora, las Fuerzas Armadas han decidido tomar el control político del país y usted queda arrestada".


"Control del país...", tres palabras que contenían un futuro fatídico: disolución de los partidos políticos, cierre del Congreso, reemplazo de la Corte Suprema de Justicia, supresión de la actividad sindical y debacle económica y social.

Este "control del país" fue teñido de sangre con más de 30.000 desaparecidos; detenidos por razones políticas que fueron víctimas de una violencia extrema y vejámenes y 500 bebés robados a sus padres biológicos, a quienes se les cambió la identidad.

"Control del país", también significó una brutal y aniquiladora política económica.
El régimen militar impulsó las bases de un nuevo modelo económico: el neoliberalismo, con la idea de que el Estado debía intervenir lo menos posible en el mercado.

De esta forma, se configuró un país regresivo en lo económico y socialmente injusto.


La apertura de la economía significó la destrucción de la industria nacional, así como también la creciente concentración de la riqueza en pocas manos.

A comienzos de 1977, el entonces ministro de Economía, José Martínez de Hoz, inició un experimento monetario denominado "la tablita", un sistema de devaluaciones que dio comienzo a la especulación o "bicicleta financiera".

En 1979, el sistema financiero se volvió incontrolable para el gobierno, los precios minoristas subieron un 139 por ciento y el consumo cayó abruptamente.

Otro número que refleja la fuerte caída de la economía del país es que en los siete años de la dictadura se quintuplicó la deuda externa argentina.

De 9.738 millones de pesos en 1976, ascendió a 45.069 millones de pesos en 1983.
39 años después, "control del país" es reemplazado por otras tres palabras Memoria, Verdad y Justicia, que son los pilares en los que una sociedad debe apoyarse para poder mirar hacia delante, pero sin olvidar y aprendiendo de los errores.

Despierta la memoria recordar que el 15 de marzo de 2006 se sancionó la ley que declaró el 24 de marzo "Día de la memoria, por la verdad y la justicia", a instancias del entonces presidente Néstor Kirchner.


Despiertan la memoria 13 juicios por delitos de lesa humanidad que se llevan adelante actualmente; despiertan la memoria más de 134 procesos finalizados desde que se declaró la inconstitucionalidad de las "leyes del perdón"; despiertan la memoria 563 condenados; despiertan la memoria 1064 detenidos por violaciones a los derechos humanos.

La memoria se despierta con 116 nietos recuperados, con más de 200 detenidos-desaparecidos identificados a través de sus restos encontrados enterrados clandestinamente; con más de 100 ex centros clandestinos de detención señalizados para recordar que por allí pasó el horror y con 11.941 víctimas que vieron y verán sentados en el banquillo de los acusados a sus verdugos.

La memoria se despiertan cuando son llevados ante la justicia los jueces cómplices y los empresarios que no dudaron en "entregar" a sus trabajadores a cambio de beneficios económicos bañados en sangre.


Pablo Neruda dice en su poema "Los enemigos": "Por esos muertos, nuestros muertos, pido castigo. Para los que de sangre salpicaron la Patria, pido castigo. Para el verdugo que mandó esta muerte, pido castigo. Para el traidor que ascendió sobre el crimen, pido castigo. Para el que dio la orden de agonía, pido castigo. Para los que defendieron este crimen, pido castigo".

En el Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia, jornada declarada feriado nacional inamovible durante la Presidencia de Néstor Kirchner, habrá como todos los años dos movilizaciones con sus respectivos actos frente a la Casa Rosada. 

© Publicado el lunes 23/03/2015 por el Diario El Ancastí de la Ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, Provincia de Catamarca, República Argentina.Argentina.




lunes, 23 de marzo de 2015

Extasis macrista... De Alguna Manera...

Extasis macrista...

Están a sólo meses de la revancha, del contraataque. La ilusión de terminar con todo se saboreaba con una burrata con jamón crudo y espárragos de entrada y una lata de té de regalo. Además, los asistentes estaban allí porque creen en algo, nada de pancho y gaseosa, como los brutos incultos que suben a los micros y que los llevan a los actos esos de porquería. Macri, además, dice que quiere que “nuestros hijos tengan más oportunidades que nosotros”, algo que cuesta imaginar. ¿Cómo es un hijo de Macri con más oportunidades que él mismo?

La acumulación de éxitos parece imparable y el éxtasis es pleno. Los radicales viajando hacia su interna, Carrió defendiendo el espacio de forma victoriosa, Reutemann sumado como sorpresa y hasta Posse incluido también en las filas de la patria a poblar del PRO. Ya casi ganan, ya imaginan los puestos para cada uno porque la Argentina está cambiando, ya no es igual que antes, ya no. La imaginación es un motor fantástico para el accionar, hace parecer que las cosas algunas veces son como las imaginamos.

La cena de recaudación de fondos del PRO es la continuación del Coloquio de IDEA por otros medios. Aunque parezca lo contrario, estos episodios juegan con fuego.

La sociedad argentina sigue manifestando que prefiere un país con mayor cantidad de empresas del Estado que privadas. Nuestra serie histórica de encuestas muestra que esto se ha mantenido constante desde fines de De la Rúa hasta nuestros días. Excepto las empresas de consumo masivo, servicios públicos como luz, gas y transporte o incluso las petroleras, deberían ser del Estado y no privadas. Una de las medidas más valoradas por la sociedad fue la estatización de las AFJP, y Anses se ha mostrado siempre como uno de los organismos mejor evaluados por la gente. Tampoco confían en los empresarios y consideran que el Estado debe controlarlas fuertemente, controlar a todos los que van a la cena del PRO.

Luego del impacto por la muerte de Nisman, Cristina Kirchner ha recuperado aprobación de gestión de manera muy veloz. En febrero estaba en 42% para, al mes siguiente, subir a 53%. La evaluación de la economía vuelve a subir luego de más de un año. En noviembre pasado estaba evaluada como positiva por el 19% de los argentinos, en febrero había subido a 29% y en este mes se encuentra ya en 36%.

Macri logró un crecimiento muy impresionante en intención de voto durante 2014, consiguiendo diluir su histórico límite de 15%. Sin embargo, su crecimiento coincidió con el año de peor evaluación de la economía del kirchnerismo, en especial por temas inflacionarios. Según nuestros números, su máximo fue 25% de intención de voto junto con la crisis de Nisman. Un candidato que represente una oposición plena a lo que Cristina Kirchner representa necesita un país en mal estado desde el punto de vista de la opinión pública. Los que asisten al Coloquio de IDEA o a la cena del PRO siempre piensan que el país está muy mal; los que no van al Coloquio de IDEA y no pueden pagar el cubierto de la cena piensan que el país vuelve a mejorar. Oposiciones clásicas argentinas. Sostenerlas y no lograr pasar a otra etapa es jugar con fuego.

La política argentina ha tenido episodios de esperanzas electorales luego deprimidas. Yo tengo una preferida. Al año del primer golpe de Estado, el entonces presidente de facto, Uriburu, consideró que el pueblo ya había aprendido cómo votar y llamó a elecciones a gobernador en Buenos Aires con la ilusión de que el radicalismo no ganara de nuevo. El radicalismo volvió a ganar y tuvieron que encontrar un modo de anular esas elecciones.
La cantidad de gente que se identifica con el peronismo ronda el 32%; con el radicalismo, el 5%. Es un número que puede hacer llegar a una segunda vuelta, pero con escenarios de derrota en cualquier ballottage. Esto debería sopesar el impacto de la convención radical, una gran noticia pero sin seguridad de reflejo en los votos.

La excitación por una supuesta victoria electoral está dejando de lado una mirada estructural sobre las preferencias de la sociedad. Analizan los votos como reflejos de momentos y no los comprenden como el resultado de mecanismos más profundos. Es lógico, en la calentura se pierde la cabeza, para después lamentarlo.

© Escrito por Luis Costa, Sociólogo y Director de Ipsos Mora y Araujo, el domingo 22/03/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Creérsela… Macri, qué es Mauricio... De Alguna Manera...

Creérsela…

Macri como Napoleón. Los peligrosos riesgos del éxito. Facundo Iglesias

Macri, quien logró desplazar a Massa del ballottage, puede correr el riesgo de creérsela. 

En 1806, Hegel se asoma al balcón de su casa en Alemania y ve pasar triunfante a Napoleón en su caballo al frente de su ejército. El filósofo luego escribe: “He visto pasar el espíritu del mundo sentado en un caballo”. Desde una perspectiva metafísica, Napoleón no era una persona, sino un instrumento de la historia. La historia hacía a Napoleón y no Napoleón la historia.

Con una perspectiva más humanística, Lacan utilizaba el viejo chiste del loco que se cree Napoleón para decir que también Napoleón habría estado loco si se hubiera creído que era Napoleón: “El hacía de Napoleón”. Nuevamente, Napoleón para el mundo (no para su mujer, Josefina, o su madre, María Letizia) no era una persona, era un personaje, un significante, alguien que encarnaba las necesidades de su tiempo, un producto de su época.

Y esta enseñanza tiene un especial valor para Macri, quien después de haber logrado desplazar a Massa del ballottage y encolumnar tras su candidatura a la UCR, el más tradicional y respetado partido del país, puede correr el riesgo de creérsela. Creer que es él quien produjo esta corriente que amalgama diferentes intereses tras una esperanza y no percibir que es simplemente (lo que tampoco es poca cosa) el opositor más plausible para todos aquellos que desean escapar del kirchnerismo, como en 2013 fue Massa y en 2009 fue De Narváez.

Es cierto que en los casos anteriores, De Narváez y Massa fueron llevados por la sociedad al pináculo del triunfo frente al kirchnerismo pero siempre en un puesto legislativo, para luego ir homeopáticamente haciéndoles perder centralidad. En el caso de Macri, se tratará de la presidencia del país, lo que garantiza una estelaridad más perenne, ventaja que en menor medida ya se comprueba en Scioli como gobernador de la Provincia y el propio Macri como jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Los K acusan al PRO de menemismo siglo XXI pero la izquierda, de kirchnerismo de derecha.

Pero casualmente, por la mayor longevidad de su puesto, puede ser aún más peligroso para Macri creérsela de lo que fue para De Narváez y después para Massa.

En su origen mitológico, Hubris era eso, la maldición de los dioses a los humanos tan exitosos que pretendían competirles, a quienes enfermaban haciéndoles creer que era dioses y morían de éxito por ambicionar siempre más hasta llegar al imposible.
Probablemente el desafío que le realiza Gabriela Michetti, no aceptando el papel que Macri tenía para ella y saliendo a disputar el puesto que Macri tenía destinado a otra de sus espadas, le resulte terapéutico en esta etapa donde todavía le entran las balas a su ego.
De lo que Macri debe cuidarse es de convertirse en un kirchnerismo de derecha, en un facticismo donde desde Cristóbal López y Moyano, pasando por todos los poderes fácticos, terminen siendo instrumentos de sus estrategias, y creyendo que él mismo es un gran titiritero, termine enredado en la telaraña del cinismo.
Un ejemplo en ese sentido son las cifras de la inversión en publicidad oficial del gobierno de la Ciudad durante el último semestre, que difundió esta semana el diario La Nación, en las que se perciben arbitrariedades, desproporciones y manejos discrecionales de los fondos públicos que, aunque de distinto grado, son comparables con lo que hace el kirchnerismo con su publicidad oficial.
Esa forma militar o deportiva de ver la competencia política: se gana o se pierde, tan típicamente kirchnerista, puede terminar haciendo que el macrismo confunda a Gabriela Michetti con una adversaria, cuando podría resultarle una gran aliada, o creyendo que Massa es su principal competidor cuando comienza a verse que intenciones de votos que va perdiendo el Frente Renovador, en lugar de ir para el PRO-UCR, van para el Frente para la Victoria, si Scioli continúa siendo el candidato.

Maniqueísmo PRO: no todos los votos que pierde Massa van a Macri, parte va a Scioli.

Muchas paranoias tienen un origen narcisista: las cosas “se las hacen” a la persona paranoica cuando en realidad fueron hechas por el propio interés de los actores y no para perjudicar a quien percibe que fueron en su contra. Quien cree que todo es por él inevitablemente tiende a desarrollar algún sesgo paranoico.
Desde el kirchnerismo se pretende estigmatizar a Macri diciendo que se trata de un “menemismo del siglo XXI”, pero el PRO debería preocuparse también, y hasta más, por la crítica que le hace la izquierda de ser un “kirchnerismo de derecha”. La combinación menemismo y kirchnerismo es de terror.
Los servicios

El secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, enojado porque la revista Noticias denunció la lista de militantes kirchneristas en la SI, acusó a Perfil de estar vinculada con Stiuso: “Ellos quieren volver a ser el brazo mediático de la SIDE de Jaime Stiuso, que mentía, extorsionaba, el espía más temido”.

Coincidimos con Parrilli en que la SIDE, y Stiuso en particular, “mentía y extorsionaba” pero las víctimas de sus operaciones fuimos nosotros, que desde el comienzo del kirchnerismo, y antes con la misma SIDE y el mismo Stiuso pero con Menem, fuimos difamados y hostigados de todas las formas posibles. Fueron las publicaciones de Perfil las que más sostenidamente criticaron a Stiuso y a la SIDE. La inversión de los hechos (de ser víctima de la dictadura a pasar a ser acusado de colaboracionista) es un hábito kirchnerista. Para que Parrilli se entere de cuál es la relación de Perfil con Stiuso y la SIDE, le recomendamos leer la contratapa del 15/2 de este diario titulada “Socios”.

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© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 22/03/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Mundo Global. ChemChina compra Pirelli por € 7.400 millones… De Alguna Manera...

 ChemChina compra Pirelli por € 7.400 millones…


Las empresas chinas salen de compras por el mundo. En esta ocación el objeto de deseo ha sido la compañía de neumáticos Pirelli por parte de ChemChina. 

Tras unas intensas negociaciones Pirelli ha llegado a un acuerdo para que la China Nacional Chemical Corporation, más conocida como ChemChina, adquiera el 65% de la italiana, por 7.400 millones de euros.
ChemChina y Pirelli


Pirelli es en la actualidad el quinto fabricante mundial de neumáticos y suministrador único del Campeonato del Mundo de Fórmula 1. En el acuerdo se contempla que la gestión seguirá en manos del equipo de Marco Tronquetti Provera, que ha sido el consejero delegado de la compañía italiana en los últimos 24 años, así como la sede de la empresa que seguirá estando en Milán.

Por otro lado, Rosnef, la empresa petrolera paraestatal rusa, que ya participaba en el capital de Pirelli, seguirá en el mismo con una participación del 12,4%.

© Publicado el lunes 23/03/2015 por http://www.globalasia.com de la ciudad de Barcelona, España.