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lunes, 28 de julio de 2014

Pequeñas grandes miserias… De Alguna Manera...


Pequeñas grandes miserias…

K No Era, Teresa Parodi. Dibujo: Pablo Temes

La forma en que el Gobierno expulsa y somete a ex aliados, pero encubre a los alineados, revela su propio ADN. Política indigna.

La Cámpora pretende apropiarse del trabajo que Víctor Ramos hizo en varias villas miseria porteñas y por eso le pidió a Cristina que ordene su expulsión del Gobierno. Sin embargo, el funcionario, por temor u obsecuencia, primero dijo que los responsables fueron los alcahuetes, los enanos bufones de la reina que lo sacaron poco menos que a los empujones de su despacho. Simultáneamente avisó que va a seguir apoyando a Cristina. Reaccionó como alguien con el Síndrome de Estocolmo que refleja la dependencia enfermiza del torturado con su torturador. Al día siguiente, Ramos reculó en chancletas hasta el ridículo. De decir que fue víctima de “un golpe de Estado” pasó a hablar de “problemas burocráticos administrativos” y a desmentirse a sí mismo con un inexplicable: “yo renuncié”. Fue patético el nulo valor que le dio a su palabra quien, al cierre de esta edición si todavía no renunció, aún es el presidente del Instituto Dorrego.

La autora intelectual de la patoteada fue Cristina. Ni una hoja se mece en este gobierno si no la mueve la mano de hierro de la abogada exitosa y millonaria. Pero la ejecutora, la autora material, la que se puso la capucha de verdugo para bajar la guillotina sobre la cabeza de Ramos fue Teresa Parodi que también quedará marcada por esa actitud indigna de una artista que sufrió persecusiones y que ahora las encabeza.

Parodi edificó su carrera sin el carisma, pero con el perfil ideológico de Mercedes Sosa. Canciones combativas que reclamaban libertad e igualdad. Durante mucho tiempo fue discriminada por las radios y las compañías grabadoras por esa respetable intransigencia. Ella levantó su voz contra esos atropellos. Sólo algunos periodistas y locutores la ayudaron para que ella expresara su pensamiento y quebrara ese aislamiento. Pero desde que llegó el kirchnerismo, casi en silencio, se transformó lentamente en un engranaje del aparato de un Estado que castigó la disidencia, la rebeldía y el pensamiento diverso. 

Teresa como tantos, también por miedo a dejar de pertenecer al paraíso oficial o por verticalismo, se transformó en lo que tanto odiaba, en un comisario político. El estalinismo pingüino es una versión berreta de otros autoritarismos regionales. Teresa Parodi fundó “Las Cristinas”, junto a Hebe de Bonafini, usó cada día más ropa con tejidos y dibujos étnicos de la Patria Grande y recibió dinero por muchas actuaciones a lo largo y lo ancho del país donde más de una vez no había casi nadie en la sala. 

Pero Teresa cobraba lo mismo el subsidio destinado a difundir la cultura nacional y popular. Su silencio frente al ataque que sufrieron muchos periodistas y artistas que se atrevieron a pensar distinto fue recompensado con un ministerio. Y en una de sus primeras acciones importantes fusiló políticamente a Víctor Ramos. No se sabe si lo consideran un inútil después de diez años de gobierno o un traidor porque se sacó una foto con Daniel Scioli y se subió a su “Ola Naranja” junto a Mario “Pacho” O’Donnell, otro que también, al igual que Ramos fue menemista, duhaldista, kirchnerista, cristinista, chavista y ahora se disponen a ser sciolistas o massistas llegado el caso. ¿Y por qué no macristas, si Pacho fue hasta alfonsinista?

Hace años que Ramos es amigo y la mano derecha de Jorge Coscia, que también fue condenado a la Siberia del silencio después que le sacaron tarjeta roja casi sin explicaciones. Los que se quedan en el Gobierno por lo bajo justifican ese lastre que tiran por la borda porque para seguir navegando el barco debe “sacarse de encima a los corruptos”. Epa, epa, cuánta insolidaridad vigilante y delatora que anida en el kirchnerismo. Mientras están en el Gobierno, los funcionarios son Madres Teresas al mando de la emancipación de los pobres latinoamericanos. Cuando los rajan pasan a ser ladrones de cuarta y oportunistas. La misma medicina la tomaron casi todos los que fueron eyectados del Estado.

Hasta Alberto Fernández que integró la mesa chica con Néstor y Cristina fue espiado y escuchado por los servicios de inteligencia y escrachado por el oligopolio de medios que se enriquecieron con los dineros públicos como el cártel de Gvirtz. Alberto recibió los balazos del hostigamiento que antes él mismo disparaba.

Es como si Cristina les dijera, figurativamente, por cierto, que si se quedan, siempre les van a tocar los Oyarbides. Pero si se van y no siguen arrodillados a sus caprichos, le mandan la SIDE, la AFIP y hasta son capaces de tirarte encima perros de presa de la Justicia como el fiscal José María Campagnoli o el juez Ariel Lijo. Vos elegís, le dijo Cristina a Julio De Vido cuando amenazó con lavarse las manos y dar un paso al costado: “Podes irte a la cárcel o al cementerio”.

Asi funcionan las cosas en el cierre del kirchnerismo que, a esta altura, puede dejar de ser la etapa infantil del peronismo para convertirse en su fase final, en el ciclo terminal. Eso deberá rectificarse o ratificarse en las elecciones de 2015. Muchos encuestadores dicen que el crecimiento de Macri tiene que ver con que, finalmente, en una parte importante de la población pesa más esa frase de que “mejor probemos otra cosa, ya estamos hartos de peronismo” que la verdad revelada de que “a este país sólo lo puede gobernar el peronismo”.

Sería un esperpento de la historia para la generación de Montoneros en el pejotismo. Fueron los que quisieron jubilar a Perón y enseñarle peronismo y terminarían (Dios y Cristina, dirán) con el movimiento fundado por el general que resistió todas las tormentas menos el reinado de Cristina. Sería un exabrupto del revisionismo que Cristina, que votó al peronismo en 1973 con la boleta de Jorge Abelardo Ramos (el padre de Víctor) porque era más cool y menos grasa, sea ahora la liquidadora del movimiento.

A veces, en un solo gesto se puede analizar todas las miserias que tiene una proyecto como el kirchnerismo. A veces una sola actitud concentra todos los venenos como si fuera una probeta para analizar el ADN autoritario de un liderazgo tóxico como el de Cristina. A veces con un solo comportamiento militantes de años tiran a la basura una trayectoria.

Amo la política sana porque creo que no hay otra forma de extirpar las inequidades sociales que con la militancia en los partidos. Puedo comprender la defensa de lo indefendible de cierto pragmatismo ideológico que trata de disimular los ajustes ortodoxos y la inflación galopante. Pero jamás entenderé que en nombre de la disciplina partidaria un dirigente político se someta a la peor de las humillaciones. Nadie que pierda su dignidad como persona puede defender la dignidad de otro. Y eso es hacer política: defender la dignidad de los demás sin caer en la propia indignidad.

© Escrito por Alfredo Leuco el Sábado 26/07/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

miércoles, 2 de julio de 2014

Barrio La Carbonilla... De Alguna Manera...

Carta abierta al gobierno que fogoneó el odio y la intolerancia...

La Asociación Madres de Plaza de Mayo, que preside Hebe de Bonafini, acompañada por la agrupación italiana Kabawil Pescara visitan el barrio La Carbonilla para conmemorar el 37° aniversario del nacimiento de la agrupación. Foto: Télam

Respuesta a las injustificadas críticas del trabajo sobre "La Carbonilla".


Hacía 24 horas que mi video "Metáforas de una década ganada. La Carbonilla por dentro" estaba subido al portal de Perfil.com. Fue en ese momento, tras una interminable difamación pública, insultos y agravios de uno de los protagonistas del mini-documental y de un improductivo subgerente de la Televisión Pública, en que me pregunté de qué servía contestar a cada una de sus mentiras e insultos, a través de una red social.

No debería sorprender el nivel de sinsentidos y banalización de la discusión de Juan "Hank" Soriano, el líder del Vatayón Militante que la mismísima Presidenta de la Nación bancó, públicamente, luego de que Sergio Schoklender denunciara su existencia tras su segunda estadía en prisión por malversación de fondos públicos en la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Pero sí el de una influyente autoridad que representa a los medios públicos. Sin argumentos de ningún tipo, contestar seriamente sus mensajes sería como dialogar con Beavis and Butthead. Es la lógica imperante en los tiempos kirchneristas: la abogada exitosa premia este tipo de actitudes de inoperantes que han hecho de la alcahuetería una religión.

El video de 12 minutos transcurre en la villa "La Carbonilla" ubicada en el barrio de La Paternal en la ciudad de Buenos Aires. El barrio es noticia pues fue el lugar de encuentro de Hebe de Bonafini, cuestionada hasta por Estela de Carlotto por la forma en que se manejó en Sueños Compartidos, César Milani -el "progresista" general de Cristina- y "Unidos y Organizados", conjunto de agrupaciones que va de Kolina, La Cámpora, Movimiento Evita hasta el, antes mencionado, Vatayón de Soriano.

Es muy fuerte lo que el corto muestra, más aún, lo que no se dice. Las escenas indignaron hasta al director de cine Juan José Campanella. Allí se observa a la plana mayor del Gobierno nacional, festejando la inauguración apócrifa de las cloacas en el barrio junto a Víctor Heredia. El ejército de Milani que aparece en la villa para barrear, y la "militancia", para “palear”, como explica un vecino. Chicos corriendo a las puteadas en un local del Vatayón bautizado, cuándo no, con el nombre del prócer Néstor Carlos Kirchner, mientras una colaboradora de la agrupación habla de integración social. Un grupo de pibes de 15 años que se animan a mostrar su casilla en la que tres baldes y un pozo hecho a mano demuestran que lo de las cloacas K es mitológico.

Una Bonafini que grita que "no tengan miedo de pedir". ¿Será la misma mujer que mandó a reclamarles a su ex hijo putativo, Sergio Schoklender, a cuatro trabajadores de su Fundación, que le pedían saber quién y cuándo se iba a hacer cargo de sus sueldos adeudados? Una dirigente local que aplaude a rabiar a Andrés Larroque y al ministro de Defensa, Agustín Rossi y que, casualmente, es la misma mujer que presentaban, los medios públicos, como una vecina común y corriente que denunciaba al gobierno de Mauricio Macri por dejarlos a la buena de Dios. Una canchita de fútbol sin arcos y una plaza en la que sólo quedaron los fierros del tobogán y el sagrado nombre que tatuó "la militancia" en sus ratos libres. Sí, adivinó: Néstor Carlos Kirchner.

Todos esos pequeños detalles conforman la gran estafa de estos años: el engaño de cuál fue la real inversión en obra pública y la apropiación y partidización del país, desde los organismos de derechos humanos, los grupos piqueteros, los artistas, el rock, los medios públicos hasta las villas miserias.

¿Alguien imagina que podría instalar un local en La Carbonilla sin pertenecer a una agrupación kirchnerista? ¿Quién autorizó al Vatayón a instalarse allí? ¿Con qué recursos bancan ese espacio? De esas cosas, Soriano jamás hablará. Tiene dignos ejemplos para comportarse impunemente. De Amado Boudou a César Milani, del Ricardo Echegaray sorprendido en Río de Janeiro por TN al José María Núñez Carmona de Punta del Este. Por esa razón, nos detestan. El periodismo de investigación es eso. Pero para los "intocables" del poder K, meternos donde nadie nos invita nos convierte en el mal: citan a Alfredo Astiz y a Jorge Rafael Videla de memoria. Señalan con su dedo acusador. Nací un 23 de enero de 1980, difícilmente pude haber tenido algún tipo de relación con la siniestra y asesina dictadura militar. ¿Dónde estaba el revolucionario Masllorens en esos años?

Dicen que somos fachos o la derecha, que nos paga Héctor Magnetto y que funcionamos como soldados que obedecemos las órdenes de tal o cual dueño de un medio. Lanzan el término "servicio", ¿sabrán que los servicios de inteligencia los maneja el gobierno a diestra y siniestra desde hace años? ¿Les sonará el Proyecto X? ¿Milani? Son tan caraduras que están diseñando una ley para no tener que pasear, jamás, por algún pasillo de Tribunales. Hablan de pluralismo porque ahora se escuchan "más voces" y "cada uno dice lo que quiere"... mientras sea dueño de un medio donde expresarse.

Pequeño detalle. Los medios de comunicación que afloraron durante la década ganada son, casi en su totalidad, K, filo K, recontra K y ultra K. Argumentan la crítica a una nota por la cantidad de visitas que obtuvo: "Nadie te conoce" o "El día que tengas 1000 visitas te compro una torta". Es su concepción de la democracia. A las minorías hay que silenciarlas, hostigarlas, aniquilarlas. La historia es cíclica. Se repite en forma de parodia, escribió un tal Karl Marx que, quizá algún día estos milibobos se animen a leer más allá de embobarse con su barba "onda el Che Guevara". En los últimos meses, los talibanes del kirchnerismo ingresaron en su etapa final: la de victimizarse asegurando que ellos son los perseguidos y hostigados. Casualmente, siempre que aparecen en las redes sociales para difamar al periodista, son funcionarios del Gobierno nacional, de mayor o menor rango o empleados del Estado. ¿Quedará algún kirchnerista que no pasa a cobrar a fin de mes por las arcas públicas?

Nada sorprende a esta altura. Pero la mañana del miércoles 25 de junio me encontré anonadado con mi respuesta desenfrenada. Había perdido la paciencia. Uno de los que me calificaban como "sorete", cómplice de la dictadura, amigo de Videla y de "ladrón" era el subgerente de Extensión y Desarrollo de Proyectos de la Televisión Pública, un cargo más anodino que el de Ricardo Forster y su pensamiento nacional. Jamás oculté que trabajo desde julio del 2008 en la Gerencia de Prensa e Institucionales del canal público. Público. No de un partido. Cuando salió publicado mi anterior libro, El negocio de los derechos humanos, seriamente me replanteé si debía renunciar a mi trabajo. Un sabio amigo periodista me dijo que no lo hiciera, que no dejara espacios vacíos que, raudamente, otro Hank seguramente ocuparía. La Televisión Pública no son ellos. No todos los que trabajan aquí se comportan como estos matones de poca monta que, ni siquiera, son reconocidos por sus superiores.

En fin, el funcionario que se desempeña bajo la misma gerencia de la que formo parte se preocupaba en difamarme, hostigarme. Se solidariza con el amigo del exdirector del Servicio Penitenciario, Víctor Hortel, el de las cloacas de mentira y los presos fugados de verdad. En seis años, jamás tuvo el coraje de comentar su malestar de trabajar con un "facho" como yo. Sin embargo, explotó en la impunidad de una red social. En una década en la que se fogoneó la intolerancia y el odio, el detalle es menor. Masllorens se presenta como "militante político". Sin embargo, su amor por la patria y su gobierno, no lo ha demostrado en su gestión diaria en la que nadie sabe para qué está ni qué hace.

A fines del 2013, en un duro momento del Gobierno nacional, en medio de los saqueos, la crisis económica y social e intensas protestas internas en los pasillos del canal que debería ser de todos, ideó junto con un pequeño grupo de empleados del canal, Canal 7 Para la Victoria. Quería imitar a los colegas de Télam. Empapelaron el canal para sobreactuar que “bancaban” a Cristina. Una vez más, confundían lo de todos con lo de un grupo determinado, aunque sean los supuestos iluminados que nos están rescatando del capitalismo salvaje y de los malditos monopolios.

Soriano es joven. Masllorens, no. Demuestran que la intolerancia no tiene edad, no envejece. El primero debería explicarle a la familia Taddei cómo el baterista de Callejeros, Eduardo Vázquez, se paseó por las calles de San Telmo acompañando a su Vatayón, poco después de ser condenado por prender fuego a su mujer Wanda. Recuerdo que el subgerente reclamó a su superior que me echaran cuando conoció la publicación de mi libro. La respuesta fue que “a pesar de las diferencias ideológicas, no echamos gente”. La justificación remitía a lo peor de la Historia humana. "Tengo un amigo judío", le faltó decir.

En el estatuto laboral está expresamente prohibida la discriminación religiosa, étnica e ideológica. ¿De qué ideología hablarán? ¿La de Fidel Castro o la de Chevron? Con ese "argumento" teórico, un representante de los medios públicos se enfurece porque alguien que piensa distinto y, encima trabaje y le aporte más al canal que diez subgerentes de vaya a saber qué, sobreviva en "su" canal. El otro, Soriano, odia quedar expuesto. Alberto Lebbos, alguna vez me dijo que "en este país la gente tiene más miedo a perder el trabajo que a que le maten un hijo". Es así. El temor paraliza. No todos somos como estos personajes que tienen que justificar sus jugosos y exclusivos ingresos económicos sobreactuando su supuesto convencimiento a un proyecto que ni ellos saben de qué se trata. 

© Escrito por Luis Gasulla el Viernes 27/06/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

martes, 4 de marzo de 2014

Informe de la AGN sobre Sueños Compartidos... De Alguna Manera...

Informe de la AGN sobre Sueños Compartidos...


Ver el informe completo, los anexos y la resolución del Colegio de Auditores Generales aprobando la auditoría.

© Escrito por Gabriel Levinas y publicado el Jueves 13/02/2014 por Plazademayo.com





jueves, 13 de febrero de 2014

Informe de la Auditoría contra las Madres por "Sueños Compartidos"


Sueños Compartidos...


El organismo comandado por Leandro Despouy dio a conocer los millonarios números del caso Schoklender. La Auditoría General de la Nación emitió un duro informe en el que revela una serie de irregularidades en la construcción de viviendas llevadas a cabo por la fundación Madres de Plaza de Mayo a través del Programa “Sueños Compartidos” gerenciado por los apoderados de la institución, los hermanos Sergio y Pablo Schoklender cuyo accionar se encuentra bajo la mira de la justicia federal a cargo del juez Marcelo Martínez Di Giorgi por supuesta asociación ilícita y millonarios desvíos de fondos.

La AGN llevó a cabo un relevamiento en base a datos recabados y documentación que facilitó el titular del juzgado federal N° 8 en base a un pedido que la oposición realizara en el Congreso de la Nación cuando saltó a la luz esta presunta estafa a los fondos públicos.

Los auditores se remitieron a la construcción de viviendas 4757 viviendas por $1295 millones de pesos durante el período 2005 a 2011 en el que se detallan la asignación, gestión y aplicación de los fondos públicos nacionales transferidos o abonados en forma directa o a través de otras jurisdicciones, provinciales o municipales, a la Fundación Madres de Plaza de Mayo.

El presidente de la Auditoría, Leandro Despouy expuso hoy ante sus pares en detalle las “irregularidades e ilegalidades detectadas” a través de un power point que facilitó la aprobación de este informe que ya se encuentra en manos de la Justicia federal.

Irregularidades. 


Hubo ausencia de control del Gobierno Nacional, la Contratación Directa vulneró principios de las contrataciones públicas y facilitó la discrecionalidad en el manejo de fondos públicos, se advirtieron deficiencias en las rendiciones de cuentas, la Fundación no cumplió sus responsabilidades como Empleador, y el abandono de la Fundación Madres de Plaza de Mayo como constructora afectó la ejecución del Programa - Julio de 2011.

Además, explica el informe que se verificaron deficiencias en los aspectos legales, técnicos y de gestión, que afectaron los resultados tanto en la cantidad como la calidad de las viviendas además de denuncias de falsificación de documentos públicos.

“La falta de mecanismos de adjudicación de las viviendas previamente definidos para los destinatarios de ellas, otorgando posesión a titulo precario, da lugar a arbitrariedades, clientelismo y a la utilización de criterios disímiles de cada jurisdicción… y la precariedad en la tenencia es el común denominador en las obras donde se produjo la entrega de viviendas”, detalla el lapidario informe.

Desvío de fondos.  


El informe especifica que se detectaron pagos a personas físicas y jurídicas por un monto de $ 52.149.460. Entre esos pagos, Sergio Schoklender recibió $23.189.924 millones de pesos, su empresa constructora Meldorek S.A $4.010.409, su hermano Pablo $13.334.540, Antártica Argentina S.A $ 3.736.300, Ipticket S.R.L $3.503.896 y otros fueron beneficiados por $ 4.374.390.

Explican los auditores que existiría un faltante de $42 millones de pesos, monto cuyo ingreso no ha podido constatarse a las cuentas corrientes del Programa “Sueños Compartidos”.

Además, se detectaron pagos a personas físicas, en forma sistemática, con cheques por sumas inferiores a $ 50.000 cobrados por ventanilla, por un monto total de $ 30.000.000. Sin embargo, una sola persona cobró la suma de $ 4 millones mediante 85 cheques. Las mismas personas han operado cuentas de la Fundación, por lo que podría tratarse de empleados de la entidad o tener alguna vinculación contractual, señalan los auditores.

Además, se hallaron pagos a funcionarios públicos, tanto de nivel nacional como provincial, que tenían responsabilidad de control y aprobación de gestiones relacionadas con las obras realizadas por la FMDPM por una suma de $ 225.000.

Conclusión técnica.  


Se convinieron 4757 viviendas y se terminaron 822 con una inversión total de $1295 millones de pesos de los cuales se invirtió $ 541 millones. Estos datos arroja un saldo de 30 % de viviendas terminadas con un 70 % de fondos ejecutados.
El informe publicado en la página de la Auditoría General de la Nación fue suscripto por todos los auditores que conforman el cuerpo que controla los fondos del estado nacional. 

© Escrito por Natalia Aguiar el Miércoles 12/02/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 9 de febrero de 2014

Política, dinero y poder… De Alguna Manera...


Política, dinero y poder…

SIN TITULO. Hebe de Bonafini. Foto: Pablo Temes.

El Gobierno tiene preocupaciones que no son las mismas que las de la gente. Parecidos y diferencias con Alfonsín y Menem.

La mayor parte de las cosas pasa dentro de la cabeza de la gente, no necesariamente en el mundo real”. La frase es de Roman Gubern (El eros electrónico) pero la idea es tan antigua como el pensamiento social. Debería ser un axioma básico de la práctica política. No sólo en estos tiempos del marketing político y de la comunicación exacerbada; ya lo era hace dos siglos en las democracias sin marketing, y en tiempos de Shakespeare y de Maquiavelo, y en los de Cicerón, y sin duda antes. Pueden existir también otros principios para orientar la práctica política: principios éticos, ideas, objetivos de política pública. Pero las imágenes son decisivas y no deben ser ni ignoradas ni subestimadas.

Acerca del gobierno nacional, se discute casi a diario en términos éticos, en términos de sus ideas políticas, en términos de sus a menudo poco claros objetivos de política pública. Pero sus errores comunicacionales llevan a un territorio que a veces parece surrealista, que bien califica como “tragicómico”. Hace algunos años, uno podía escribir que algunos problemas que se presentaban en la escena del país se debían a “errores no forzados” del Gobierno, esencialmente en el plano comunicacional; parecía una idea interesante, no obvia, que algo explicaba. Hoy es tan obvio y tan cotidiano, que decirlo parece casi una tontera; pero sigue siendo así.

Uno de los episodios recientes de esta tragicomedia es el caso Tinelli/Fútbol para Todos. La expresión “tragicomedia” se hizo célebre por La Celestina, la historia de Calisto y Melibea, cuyo autor la llamó de esa manera “partiendo por dos la disputa” entre quienes la veían tragedia y quienes comedia. Esto puede aplicarse a Hebe de Bonafini cuando, irrumpiendo en un tema que no se entiende en qué le concierne, dictamina que “se trata de política, no de hacer dinero”. Si es política, está mal hecha. Si no es dinero, nadie lo cree, empezando por la señora Bonafini. En realidad es poder, y ésta es la peor manera de construir poder: es el mejor camino para acumular una cuota exigua de poder que será, como se lo está viendo, efímera. Es tragicómico –en parte porque Tinelli, con astucia, le aporta un toque de comedia–. Otro es el caso Boudou. El vicepresidente hace lo que puede, como puede; pero debería estar implorando a gritos: “Líbrame, Señor, de mis amigos”.

La capacidad del Gobierno para comunicar mal lo que la gente ya de por sí cree que está mal es asombrosa. Algunas cosas funcionan; ¿por qué no se las comunica? Un ejemplo: una de las pesadillas de los argentinos, desde tiempos remotos, ha sido siempre sacar un documento de identidad; este gobierno lo ha resuelto, contundentemente. Ese problema está resuelto, y es un logro. ¿Alguien habla de eso?

Los hechos negativos se suceden día a día. Algunos son inevitables; otros, producto de malas decisiones. La comunicación del Gobierno suma negativamente tanto a los que son inevitables como a los derivados de errores. Todo gobierno en el mundo se mueve tras objetivos de poder; este gobierno también. Pero buscar acumular poder y al mismo tiempo erosionar la confianza de la sociedad en quien lo hace es alimentar el propio fracaso político. La Cámpora, Unidos, Hebe de Bonafini, podrían operar en la sombra, porque son simplemente piantavotos; el cambio de gabinete producido hace tres meses podría haber sido resaltado y potenciado, porque la sociedad lo vio bien. Hay dos planos en los que el Gobierno parece no ver qué pasa por la cabeza de la gente: el de la “estima” pública, la confianza, la buena imagen –ese capital difuso que miden las encuestas– y el de los votos –ese instrumento inapelable que está en manos de la gente por cuya mente pasa la mayor parte de las cosas–.

La suerte de los gobiernos depende en parte de lo que hacen –y cómo lo hacen– y en gran parte de las expectativas de la gente. Las expectativas instalan a un gobierno y le conceden un capital de confianza para iniciar su camino, y las mismas expectativas lo desgastan y terminan decretando su final inapelable.

Lo que hacen los gobiernos –y cómo lo hacen– también está sometido al filtro implacable de las expectativas. Una buena política económica no es políticamente rentable porque resulte aprobada en un tribunal académico sino porque concita apoyo en la sociedad; y si eso no sucede, resulta políticamente costosa.

Alfonsín asumió el gobierno bajo un shock de confianza que la sociedad le concedió porque se proponía restaurar una democracia plena limitando el poder corporativo de los sindicatos y los militares, y se desintegró porque la sociedad había instalado el tema de la inflación como su prioridad y el gobierno no encontró respuestas. Menem capitalizó la expectativa social de acabar con la inflación, y lo logró; lo desgastó, finalmente, el problema del desempleo, que la sociedad instaló como su mayor preocupación. Kirchner asumió bajo una enorme expectativa de combatir el desempleo, y lo logró; pero con los años la sociedad instaló el tema de la inseguridad, y el Gobierno no le dio respuesta. (El primer gran desafío al gobierno de Kirchner lo protagonizó Blumberg, no los sindicatos ni las protestas “sociales”). El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner sigue exigido por ese mismo tema, para el que no tiene respuesta, y además se le suma ahora la reaparición de la inflación como la expectativa creciente en la opinión pública.

Su falta de respuesta a este tema es aún más dramática de lo que fue en los años 80. Alfonsín se enojaba porque el tema no le parecía relevante, pero no negaba que la inflación estaba carcomiendo a la sociedad.

Este gobierno, además de negarla durante casi una década, la está agravando. Los ignotos muchachos de Unidos echan leña al fuego; imaginan un escenario de confrontaciones estratégicas que responde a una lógica de “toma del poder” en una sociedad que vive preocupada porque aumenta el precio del pan, de la carne y de los electrodomésticos, y sólo aspira a tranquilidad y diálogo. Hebe de Bonafini dice que hay que hacer política y no ganar dinero; exactamente lo opuesto a lo que espera la mayoría de la gente en la Argentina de hoy: menos política, un poco más de poder adquisitivo en el bolsillo.

© Escrito por Manuel Mora y Araujo el Sábado 08/02/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.