La involución argentina...
CON LAS DEFENSAS BAJAS. Ministro Arturo Puricelli.
Dibujo: Pablo Temes.
Obsesión cristinista por el 7D. Operativo K contra
Lorenzetti. El Fragatagate: internas e ineptitud. Tensión sindical. Lula dio
clase.
Son estos
tiempos de cólera en la vida política de la Argentina. La Presidenta teme que
de aquí al 7D una medida judicial frene la brutal embestida que ha ordenado
llevar adelante con la intención de destruir a Clarín. No quiere repetir el
papelón que ya vivió en dos ocasiones: una, cuando minutos antes de comenzar la
conferencia de prensa en la que pretendía anunciar la intervención de Papel
Prensa y la eventual detención de Héctor Magnetto y Bartolomé Mitre, se topó
con la declaración de Isidoro Graiver que la obligó a desmontar aquella
operación; la segunda, con el caso de la imputación de ser hijos de
desaparecidos –que resultó ser falsa– que se les hizo a los hijos adoptivos de
la señora Ernestina Herrera de Noble.
“El 7D no debe
pasar nada”, señala una voz que conoce el pensamiento mayoritario que anida en
el seno de la Corte Suprema. La Presidenta tiene la misma información, por lo
que presa del enojo viene zamarreando al ministro de Justicia, Julio Alak, a
fin de obligarlo a desplegar toda la artillería de medidas con que en estos
días el Gobierno busca avasallar al Poder Judicial. La reelección de Ricardo
Lorenzetti –circunstancia que él mismo trató de evitar y no pudo debido a que
ninguno de sus colegas quiso ocupar su cargo– disgustó al Gobierno. Ante ello,
hay decisión en el pináculo del poder de esmerilar la figura del presidente de
la Corte.
No contenta con
ello, y como muestra del ambiente de desenfreno que se vive en la Babel de
Olivos, la Presidenta ha ordenado impulsar la reglamentación del per saltum. En
esta carrera hacia el pasado a la que se ha lanzado el Gobierno, el per saltum
representa uno de los emblemas del menemismo. En el gobierno de Carlos Menem se
lo aplicó para desbloquear la escandalosa venta de Aerolíneas Argentinas en
1990. Fue tal el desprestigio de este recurso que, siendo senadora, en 2006
Cristina Fernández de Kirchner se pronunció en contra. “Este es un per saltum
para causas buenas. Yo no sé, en materia de derecho, cómo se hace una
distinción entre per saltum para causas buenas y per saltum para causas malas.
No se puede legislar un instituto para una situación en particular, porque
luego va a venir otro a pedir exactamente lo mismo y quedaríamos en el medio de
la inconstitucionalidad”, dijo por entonces. Nada que sorprenda desde el punto
de vista de la contradicción que, al fin y al cabo, está en los genes políticos
del kirchnersimo.
Claro que
mientras la obsesión de la Presidenta con el 7D tiene a todo el Gobierno en
ascuas, la vida continúa y los efectos de la mala praxis en la gestión van
aflorando semana tras semana. He ahí el caso de la fragata Libertad, que sigue
anclada, sin saberse hasta cuando, en el puerto de Tema, en Ghana. Ya se conoce
que el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, le presentó su renuncia a la
Presidenta, quien no la aceptó. La interna que el episodio ha desatado en el
Gobierno es feroz. Puricelli, quien venía de Fabricaciones Militares y nunca
gozó de la simpatía de su predecesora Nilda Garré, llegó al ministerio de la
mano de Julio De Vido. Una vez en el cargo no sólo se preocupó de nombrar a
familiares –dos hijas y un sobrino– y amigos que, con una conducta imitativa,
también se encargaron de poblar con familiares la repartición, sino de desandar
varias de las políticas implementadas por
Garré.
“El problema de
estos funcionarios no es tanto que sean familiares o amigos del ministros, sino
que son unos absolutos ineptos”, señala una fuente del Ministerio. De allí la
dureza del enfrentamiento que Puricelli mantiene con la también devaluada
ministra de Seguridad. Como consecuencia de la orientación y estilo de
conducción que reina, las distintas fuerzas retomaron un nivel de autonomía que
habían perdido en la gestión de Garré. “Está bien que vayan porque la gente
piensa que están al pedo”, es una frase que aún resuena por los pasillos del
Ministerio dicha por Puricelli cuando desde Desarrollo Social se tomó la
decisión de enviar tropas del Ejército a las villas.
Agregados a
estos aspectos políticos, el caso de la fragata Libertad deja al descubierto
los problemas de funcionamiento que tiene el Gobierno y que afecta su gestión.
Al no haber reuniones de gabinete, cada ministerio se transforma en un feudo
casi inexpugnable. Esto, además, le quita reflejos al Gobierno y le impide
evitar problemas y/o encarar soluciones conducentes. La gestión Zuaín-Forti,
los dos funcionarios que fueron enviados a Ghana, fue la crónica de un fracaso
anunciado.
Donde también
hay dificultades es en el ámbito sindical. La endeblez de la CGT Balcarce debe
enfrentar el problema que origina la depreciación salarial que genera la
inflación. La presión de las seccionales de bases en algunos de esos gremios va
haciéndose cada vez más difícil de manejar. El cobro del medio aguinaldo de
diciembre puede poner a muchos trabajadores en una verdadera encrucijada, ya
que debido a las escalas impositivas que produce la falta de adecuación del
mínimo no imponible, sus ingresos lejos de incrementarse pueden llegar a verse
disminuidos.
En ese marco, el
peso político de Hugo Moyano habrá de crecer. La foto del líder de los
camioneros con el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula” Da Silva, debe
haber indigestado a la Presidenta. El ex mandatario brasileño cautivó a la
audiencia reunida en el coloquio de IDEA en Mar del Plata con anécdotas de sus
presidencias, en las que supo conquistar el favor de muchos de quienes se le
oponían. Dejó, además, algunas definiciones de puro sentido común –“Un
presidente nunca sabe todo”; “la democracia es un ejercicio de alternancia de
poder”; “la prensa no tiene la culpa de todo”– propias de alguien que durante
su paso por el poder no sólo aprendió sino que también reafirmó sus
convicciones democráticas.
Así pues, el
impacto propio de las cosas extraordinarias que produjeron las definiciones de
Lula, no hace más que dejar al descubierto el proceso de involución política en
que se halla inmersa la Argentina, país increíble en el que se pretende
construir el futuro repitiendo el pasado.
Producción
periodística: Guido Baistrocchi.
© Escrito por Nelson
Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el
sábado 20 de Octubre de 2012.