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domingo, 9 de abril de 2017

Con una luz de ventaja… @dealgunamanera...

Con una luz de ventaja…

Permuto Obelisco Made in USA... Martín Lousteau. Dibujo: Pablo Temes.

El saldo de la semana dejó conformes a opositores y gremios, pero más al Gobierno. Votos antes que brotes.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 09|04|2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Fue una semana políticamente muy movida que, en el final, dejó un saldo positivo para el Gobierno. El paro general –de fuerte acatamiento en los grandes centros urbanos favorecido por la adhesión del transporte público– dejó mucha tela para cortar. 

La fisura entre la CGT y los movimientos de izquierda que salieron decididos a tomar la calle aun cuando no estaba convocada una movilización le permitió al oficialismo poner en marcha el demorado protocolo antipiquetes que catapultó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al centro de la escena.  

Desde la CGT aseguran que el objetivo del paro se cumplió y que en el Gobierno no deberían hacerse los distraídos y mirar para otro lado. Prefieren, sin embargo, dejar que corra algo de agua bajo el puente para definir futuras acciones. Desde sectores de la CTA fueron algo más concretos. Su postura es más contundente: “No se puede decir al que está disconforme que espere a las elecciones para expresar su voz en las urnas, el Presidente debe gobernar para todos, eso mismo había dicho CFK y así le fue”, resaltaron.

Apoyo.

El éxito inesperado del #1A representó para Mauricio Macri y su administración un apoyo en la calle del cual tenía una indiscutible necesidad. Sus consecuencias políticas al interior del oficialismo fueron varias e importantes. Una de ellas fue la consolidación de la idea de trabajar en una lista puramente “amarilla” para competir en la provincia de Buenos Aires en las elecciones de octubre próximo. “Ya no importan tanto los nombres; quizás haya que recurrir al semillero PRO

Después de lo de ese sábado, habrá que darle la razón a Jaime Duran Barba, que apoya esa postura. Lo difícil será completar algunos distritos, en especial la ciudad de Buenos Aires. Por otra parte, los candidatos que sonaron por fuera del oficialismo no cumplieron las expectativas cuando fueron sondeados en la opinión pública: Facundo Manes no midió lo esperado; el resto de los experimentos resultó un fracaso y Jorge Macri –el único puro del PRO– hubiera sido más un problema que una solución”, confesó una voz del oficialismo acostumbrada a repasar las opciones electorales. En rigor de verdad, el único nombre que continúa en danza es el del ministro de Educación, Esteban Bullrich, aunque todavía es un plan que debe madurar.

Con este panorama, está claro que aún no se ha definido la cabeza de lista. Por ende, quizás haya que esperar a la tan publicitada reunión Macri-Carrió para que el panorama se clarifique. Hablando de la líder de la Coalición Cívica, parece que su humor no fue el mejor por estos días y su enojo con el Gobierno, difícil de disimular. Estaba molesta porque aceptó subirse a la idea de bajarle el perfil a la movilización del sábado pasado –ya que pocos dentro de Cambiemos confiaban en el éxito que finalmente tuvo– y terminó desestimándola y siendo blanco de fuertes críticas en las redes sociales por no haber apoyado la convocatoria. 

Ahora no se suba al éxito ciudadano”, podía leerse en varios tuits. Para muchos el #1A significó una reacción en favor de la república y la democracia; para otros, una muestra de apoyo directo al gobierno de Mauricio Macri. De una forma u otra, en algo hubo una coincidencia absoluta: el no a Cristina Fernández de Kirchner y su circunstancia. El oficialismo vivió la previa de la marcha con incertidumbre, pero cuando estuvo seguro de su éxito no demoró ni un segundo en salir a capitalizarlo.

Algo similar ha sucedido con la conflictividad gremial. De no haber sido por el transporte, el paro del miércoles se hubiera sentido mucho menos. En las ciudades más pequeñas y en los barrios de las grandes capitales, la actividad fue casi normal. La medida de fuerza fue producto de las internas sindicales que le arrancaron la decisión al triunvirato de la CGT. La crisis social existe y los reclamos justos también, junto con la convicción de que con la huelga hoy no se soluciona nada. Curiosamente el paro dejó “contentos” a todos. A los líderes de la central obrera porque aquietaron las presiones internas, a las organizaciones de la izquierda porque pudieron tener visibilidad con los cortes y al Gobierno porque enfrentó la medida con el capital político que le dio el #1A y porque logró aplicar el código antipiquetes.

Judiciales.

En el ambiente de la política muchos creen que el tiempo para ver a la ex presidenta presa ya pasó, cosa de la que en los tribunales federales de la avenida Comodoro Py al 2000 no están tan seguros. “Si encima, el Gobierno les sigue bajando dinero para obras a los intendentes peronistas, apaga los conflictos en la calle con dinero para ayuda social y no capitaliza nada de esto haciendo política para nutrir a Cambiemos de nuevos aliados, la gente seguirá votando al peronismo”, razona una fuente municipal que apoya la teoría de Emilio Monzó que reclama más política y menos marketing. A propósito del armador político del PRO en la Cámara baja, son varias las fuentes que aseguran que la relación con la cúpula amarilla “atraviesa su peor momento”. Quizá sea una de las causas por las que mandaron a precalentar a Diego Santilli.

Por otra parte, el retardo en la reactivación de la economía continúa siendo un tema central. Aun siendo optimistas y reconociendo el final de la recesión, los tiempos para que la mejoría llegue a la gente común, en especial al segundo y tercer cordón del Conurbano, no tienen nada que ver con los tiempos de la macroeconomía. “Cuando la situación mejora, uno de los primeros síntomas en una fábrica o en una empresa de rubros no industriales es la contratación de personal temporario que luego podría pasar a planta dependiendo de las necesidades y capacidad de la compañía. 

Más allá del repunte en algunos sectores, nada de eso está sucediendo de manera significativa”, asegura un economista que conoce el mercado. Las expectativas de crecimiento de la economía también se ralentizan. A principios de año se hablaba de un 3% o 3,5%. Hoy desde el Gobierno se esperanzan con un 2,8%, mientras que las consultoras privadas calculan que el número estará entre el 2 y 2,5%. La mejoría llegará, pero el camino habrá de ser largo. “Largo y escabroso es el camino que del infierno conduce a la luz” (Willliam Somerset Maugham).

Producción periodística: Santiago Serra.


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domingo, 15 de mayo de 2016

Conciencia de clase… @dealgunamanera...

Conciencia de clase…


Las patronales y Macri, un compromiso vacío. Los sindicalistas, convidados de piedra. El Consejo del Salario, con cuchillo bajo el poncho. La protesta de los universitarios, otra marcha masiva. El oficialismo consigue la unidad de sus opositores. La asfixia presupuestaria como política educativa. Bonadio, un fallo a pedir del Gobierno.

© Escrito por Mario Wainfeld el domingo 15/05/2016 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


¿Quién piensa que el presidente Mauricio Macri gobierna para los ricos? Para empezar, los muy ricos. La escenografía del Salón Blanco de la Casa Rosada el lunes fue sintomática.

La flor y nata de las patronales puso el cuerpo para firmar un compromiso chirle y aplaudir el lacónico discurso presidencial. Si las elecciones se ganaran con mayoría de capitales, Macri tendría asegurado un futuro venturoso.

Se los convocó a las apuradas, se les pidió un gesto mínimo. Así y todo hubo resistencias de empresarios “que no despiden” y que rehusaban firmar la promesa de privarse de lo que no hacen… perdón por el trabalenguas: no es toda culpa del cronista. Se persuadió a los remolones: se trataba de un gesto sin sustancia. Los despedidores seriales, por su parte, corcovearon. Se los persuadió, era sencillo. No habrá pena alguna si violan la palabra empeñada: no reducir los planteles de trabajadores durante un trimestre. Tan es así, que ya están echando gente, con la tinta de la firma fresca.

El ministro de Producción, Francisco Cabrera, reconoció que para los burladores solo habría “sanción social”. La elocuencia no es su fuerte y le cuesta hasta sonreír. Cuando le preguntaron si el Estado firmaría un compromiso similar respondió que era una idea interesante. En fin.

Un vistazo sobre la concurrencia y sobre el elenco gubernamental mostraba una aplastante mayoría de varones, millonarios en dólares. Machista la derecha real existente.

El Gobierno se movió para promover la jornada. Dejó afuera al Estado que no debe entrometerse en la lógica virtuosa de los mercados.

Para los memoriosos, el cuadro evocó al juramento de Ricardo López Murphy como ministro de Economía de la Alianza, en marzo de 2001. López Murphy fue mucho más ovacionado entonces que Macri ahora anunciando un plan de ajuste feroz, que clavaba los dientes en las universidades. En aquel remoto entonces, se produjo un cisma en el oficialismo. Renunciaron ministros boinas blancas fieles a la mejor tradición radical, a la Reforma Universitaria. Federico Storani de Interior, Hugo Juri de Educación. Eran otros tiempos, fue tal vez un adiós digno de un sector de la UCR.

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Para la luz alcanza: Si el número de personas todavía cuenta, el oficialismo debería preocuparse por la movilización de la comunidad universitaria el jueves pasado. Las marchas son parte visible del fenómeno sin agotarlo: impactaron por la cantidad de participantes. También por la pluralidad de actores: docentes, no docentes, alumnos. La diversidad ideológica se expandió desde la izquierda hasta Franja Morada, pasando por el kirchnerismo y por gentes no encuadradas que reivindican sus derechos.

La movilización dista de ser un gesto aislado: forma parte de planes de lucha, paros activos, clases públicas dictadas en la calle.

Un mini milagro recurrente consigue el macrismo, semana tras semana. Provoca la “unidad en la acción” de agrupaciones, gremios o partidos distintos y hasta enfrentados. Las dos CGT y las dos CTA el 29 de abril, en un acto imponente. La Conadu y la Conadu histórica, en estos días.

La movilización tuvo impacto directo en las paritarias con el ministro de Educación Esteban Bullrich. En menos de 24 horas mejoró las mezquinas propuestas para los sindicatos docentes. No aceptaron la nueva oferta aunque sí las consultarán con sus bases. El Gobierno se avino a superar la falaz valla del 25 por anual, que nadie toma en serio, a esta altura de la soirée.

Los sueldos son un rubro importante del Presupuesto pero no lo agotan. Bullrich ensaya un discurso minimalista, irritante: aduce que es falso que los presupuestos universitarios no alcanzarán para pagar la luz. Tal vez ese sea el techo que sueña el gobierno para la educación pública: muy bajo para los niveles de conciencia y de derechos de quienes reclaman.

El desdén por la educación pública y la ofensiva contra las universidades, en especial las del Conurbano bonaerense, vienen en combo. Extrovertirlo queda feo, es “sarmientinamente incorrecto”. La asfixia presupuestaria parece ser el método adoptado, menos ostensible y franco que los cierres. La táctica instrumenta el viejo adagio “no te morirás pero te irás secando”.

Cuando Macri shoteó al impresentable Juan Cruz Ávila y nombró Secretario de Políticas Universitarias al radical Albor Cantard, hubo alivio de rectores y decanos. Más allá de las banderías, era un ex rector de la Universidad Nacional del Litoral alguien de la comunidad, se imaginaba que obraría con coherencia. Por ahora no sucede. Habrá que ver si rectifica las políticas o si da un paso al costado decoroso como hizo en su momento el correligionario Juri.

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Si te hace falta un consejo…: Macri pretendió que dirigentes de las dos CGT participaran de la liturgia con los empresarios. Discriminó a las dos CTA, fea la actitud.

Se convocó a los jefes cegetistas con antelación irrisoria y se les pidió una adhesión imposible. Los gremialistas se negaron. Se llevaron como premio consuelo un par de berrinches presidenciales y una convocatoria al Consejo del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo Vital y móvil. Será el jueves 19 próximo.

La institución fue reflotada (o, mejor, recreada) por el presidente Néstor Kirchner en 2004 tras años de una hibernación que superaba a la de Walt Disney. Se reunió anualmente y se sumó a la CTA a los encuentros.

El ministro Jorge Triaca quiere sumar a la agenda del Consejo al ausentismo, las adicciones (que lo causarían) y la productividad. Bajo el poncho del tripartismo injerta demandas patronales y estigmatiza a los trabajadores, en especial a los jóvenes. Descontar parte del sueldo a huelguistas es un ítem de la agenda punitiva.

La Vulgata mediática periodística haragana dice que el Salario Mínimo Vital y Móvil rige solo para los formalizados. En verdad, es un derecho de todos los trabajadores, birlado por los empleadores que evaden las cargas sociales. El “trabajo en negro” es consecuencia de las evasiones o delitos de los patrones. Dista de ser un “flagelo”, una pseudo tipificación que funciona como coartada. Es un perjuicio contra una clase generado por otra. Las clases sociales existen, la explotación también.

“El campo” es el sector productivo puntero en negrear trabajadores. También se lleva medalla de oro en el mal llamado “trabajo infantil”. El “flagelo” podía haber comenzado a mermar el lunes si la arenga de Macri hubiera conmovido al ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile y al titular de la Sociedad Rural Luis Miguel Etchevehere o las corporaciones que representan. Pero la “responsabilidad social” es un mito urbano. No hay que esperar milagros.

La Corte Suprema mínima que preside Ricardo Lorenzetti ahondó la indefensión de los trabajadores rurales al sentenciar contra la constitucionalidad del Registro Nacional de trabajadores y empleadores agrarios (Renatea), creado por el kirchnerismo. La sensibilidad laboral nunca fue el fuerte de Lorenzetti.

La Corte interesante que construyó Kirchner se desvirtuó con el fallecimiento de Enrique Petracchi y la renuncia de Raúl Eugenio Zaffaroni. Los dos mejores magistrados del Tribunal ya no están. Tampoco la fallecida Carmen Argibay y el renunciante Carlos Fayt. La merma es cualitativa, no solo cuantitativa.

No se cierra un organismo oficial como Renatea en un santiamén. Lo primero que hizo el gobierno fue frenar sus actividades: regulación del trabajo agrario, garantizar la lucha contra la explotación y la trata laboral. Como frutilla del postre: se discontinuaron las inspecciones que realizaban el Ministerio de Trabajo y la AFIP. La explotación y la evasión se liberaron del control estatal.

Para cerrar un círculo, los trabajadores de Renatea se declararon en estado de asamblea permanente anteayer. Denuncian que el gobierno ha resuelto cesar a todo el personal. Son centenares en todo el país, revistan en planta. Un par de días antes el ministro de Planeamiento, Andrés Ibarra, había prometido el fin de los despidos en el Estado.

El paradigma neo con se plasma por doquier. La clase alta va al Paraíso, aupada por dos poderes del Estado democrático.

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Agenda y despidos: La ley de emergencia ocupacional se discute con subterfugios y contrasentidos. El oficialismo se desespera porque limitará los despidos, aunque afirma que no los hay. Y alerta que se desalentará la creación de nuevos empleos, que quedan excluidos de la cobertura de la posible ley.

El macrismo se exaspera porque la oposición parlamentaria ha dejado de funcionar a su antojo. El sindicalismo y la comunidad universitaria también. Son reacciones pluri clasistas, consecuencia de las políticas públicas.

Muchos de los quejosos habrán votado por Cambiemos el año pasado. El contrato electoral catch all fue traicionado por un gobierno que quita derechos, aumenta tarifas y llevó la alta inflación preexistente a la estratósfera.

Claro que la inflación previa iba a la par de aumentos del salario real y un nivel de consumo elevado. La actual convive con recesión, y la merma del consumo popular.

Un catedrático de la Universidad Torcuato Di Tella, Juan José Cruces, remarcó un dato importante en un reportaje concedido al periódico El Cronista: “cuando uno define la inflación académicamente, se trata de la suba de todos los precios de la economía, incluyendo el salario. Acá lo que hemos tenido es una suba de precios superior a la suba de salario”. No fue magia, ni es casualidad.

La intención del gobierno neocon “desarrollista” es un boom de inversiones capital intensivas, ligadas a la exportación o al consumo de las clases medias altas para arriba.

El turno de los trabajadores, el crecimiento masivo del empleo y la redistribución de la riqueza no asoman en el horizonte. Ni en la hoja de ruta.


Los argentinos que se suman a las distintas facetas de la protesta social empiezan a notarlo y a hacerse oír.





domingo, 28 de febrero de 2016

Internas abiertas... @dealgunamanera...

Internas abiertas...


La Justicia va por Cristina, y el Gobierno recela de supermercados y funcionarios.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 28/02/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Al Presidente lo entusiasma el futuro y lo desvela el presente”. El hombre de consulta de Mauricio Macri agrega: “Está molesto con el comportamiento de algunos sectores empresariales de los que esperaba una conducta de mayor acompañamiento”. Entre los grupos que generan esa decepción están las grandes cadenas de supermercados. Son variados los ejemplos de remarcaciones de precios abusivas que se han detectado en el sector. El sinceramiento de la economía genera tensiones no sólo fuera del Gobierno, sino también en sus filas internas. Falta un plan económico integral. Tal ausencia es una decisión que emana del propio Macri, que no quiere verse atado a ese tipo de planes que luego generan rigideces difíciles de cumplir. El peligro que genera esta circunstancia son los parches y la improvisación. Es lo que se vio con el anuncio del aumento del mínimo no imponible para los trabajadores y con la paritaria docente. El acuerdo con los maestros –un logro del Gobierno– tuvo idas y vueltas que fueron producto de la falta de sincronización entre la negociación que llevaba adelante el ministro de Educación, Esteban Bullrich, y la que mantenían sus pares provinciales en sus respectivas jurisdicciones.

El caso de Graciela Bevacqua, acerca de cuya situación tal vez haya novedades en la semana, es otra muestra de improvisación sobre la que vale la pena detenerse en algunos aspectos de su trama. Cuando se confirmó la decisión de nombrar al frente del Indec a Jorge Todesca –algunas fuentes señalan que el primero al que le ofrecieron el cargo fue a Martín Lousteau, quien no aceptó–, Bevacqua empezó a recibir mensajes que la apuntaban como la elegida de Macri para la vuelta al organismo. Una vez que Todesca la llamó, tuvieron una primera charla en la casa del economista, en la que éste le pidió cierta premura con los tiempos, a lo que ella se negó exponiendo con énfasis la imposibilidad de contar con índices serios antes de ocho meses. Esa fue una condición sine qua non para aceptar el ofrecimiento de la cual fue informado el ministro de Hacienda, Alfonso de Prat-Gay.

Desde el comienzo de su gestión, Bevacqua empezó a sentir que la aislaban Como lo dijo públicamente, Todesca le negaba la posibilidad de hablar con Prat-Gay y se rehusaba a abrir las puertas del Indec con el fin de mostrar el desastre que habían recibido. Cuando empezaron las diferencias con el tema de los tiempos del Indice de Precios al Consumidor (IPC), Todesca le prohibió que se comunicara con Prat-Gay. Ella respetó ese pedido, pero ante la embestida de Todesca y los reiterados pedidos de renuncia, decidió hablar con Jorge Triaca, con quien los une una amistad. Triaca escuchó el problema que le planteaba Bevacqua, pero le pidió que se dirigiera a Marcos Peña, con quien nunca pudo reunirse personalmente, pero fue bien recibida por su mano derecha en la Jefatura de Gabinete. La intención de Bevacqua era saber si era una decisión de Macri que ella abandonara el Indec “Siempre me dijeron que a mí me eligió el Presidente, por eso fui a la Rosada a ofrecer mi renuncia “, se le escuchó decir a la ex funcionaria. La renuncia no sólo le fue rechazada, sino que le pidieron que resolviera el problema con Todesca, porque el Gobierno no la quería afuera.

Luego de esas reuniones pareció establecerse una paz temporaria entre ambos que duró sólo unos días, hasta el lunes en que se publicó el Indice Congreso. Entonces el titular del Indec le pidió la renuncia.

En el Gobierno son varias las voces que hablan del retorno de la ex funcionaria que el miércoles se cruzó en los estudios de TN con el ministro de la Producción, Francisco Cabrera, quien la llenó de elogios y le aseguró que en el Gobierno estaban tratando de resolver las desprolijidades de su caso. La foto con Elisa Carrió no fue un dato menor en esta trama. Carrió le pidió a Macri no sólo que reincorpore a Bevacqua, sino que la designe como directora del Indec y la deje trabajar con tranquilidad.

El destino es incierto. Pero el ruido está. Y las internas también. Una de ellas –que divide al gabinete– tiene que ver con “hablar de la herencia recibida” o mirar al futuro. El caso del Indec también sirve de ilustración sobre este asunto. Del producto del trabajo de la nueva gestión se detectó que durante el kirchnerismo se inventaron exportaciones para “dibujar” un superávit comercial inexistente y se manipularon cifras centrales del censo nacional de 2010 cuyo backup está perdido. Se supo que mucha información estadística de temas centrales para los índices de precios debían pasar sí o sí por las manos de Axel Kicillof que los modificaba a su antojo. Bevacqua sostiene que si se mantiene esta postura de no mirar el pasado, se terminaría siendo funcional a Guillermo Moreno y sus desastres. Todesca le impidió informar todo eso y mostrar la realidad del instituto. No se entiende por qué Marcos Peña y Jaime Duran Barba insisten con la postura de silenciar esto para no dar malas noticias y seguir adelante como si nada hubiera pasado.

El llamado a indagatoria dispuesto por el juez federal Claudio Bonadio a Cristina Fernández de Kirchner y a otros funcionarios de su gobierno por la causa de ventas de dólares a futuro dispuestas por el Banco Central a fines del año pasado produjo impacto pero ninguna sorpresa. Un congresal del Partido Justicialista que estuvo en el congreso partidario del miércoles en Obras Sanitarias señala: “Ya no son novedades la condena a Jaime o la delicada situación de Boudou. Van a empezar a pegar donde duele. Todos sabemos que Boudou está sucio, algunos lo toleran más, otros menos. El accionar judicial sobre estos dos personajes era lo esperable, pero todo indica que irán más allá. El avance parece seguir este derrotero: Jaime-Boudou-De Vido- Cristina”.

“Muchos dentro del PJ harán ruido si tocan a Cristina, pero la realidad es que internamente lo celebrarán. Sólo los ultra K, La Cámpora y los movimientos sociales más favorecidos por ella saldrán a la calle”.

Como se escribió en esta columna en el apogeo del kirchnerismo, los tribunales de Comodoro Py irían a ser un destino obligado para la ex presidenta y varios de sus funcionarios cuando el poder fuera cosa del pasado. Es lo que ha confirmado la cruda realidad del presente.

Producción periodística: Guido Baistrocchi con la contribución de Santiago Serra.


lunes, 22 de febrero de 2016

Idas y vueltas… @dealgunamanera...

Idas y vueltas…

El Amigo Americano Thomas Griesa. Dibujo: Pablo Temes

El Gobierno se contradice a sí mismo. Datos e internas. Y señales positivas.

Mauricio Macri pensaba realizar el anuncio sobre el aumento del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias a los salarios durante su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. La dinámica de los hechos lo obligó a adelantarlo. La causa de tal anticipación fue una sola: la inflación. Los índices de los primeros meses de gestión lo han sorprendido.

El aumento del mínimo no imponible fue una promesa de campaña que hicieron todos los candidatos. Desde el punto de vista enunciativo, los anuncios del jueves pasado marcaron el cumplimiento del compromiso asumido por parte del Presidente.

Sin embargo, en lo concreto, lo que le queda por hacer al Gobierno es mucho aún. Y esa deuda se potencia todavía más con la decisión de postergar la modificación de las escalas que se aplican para gravar los salarios. La marcha atrás de Macri dejó un sabor agridulce que molestó a los dirigentes sindicales que lo acompañaron en el acto del jueves.

El Presidente debe ser más cuidadoso con estas contramarchas. La modificación de las escalas es clave para desmontar una trama que no sólo castiga el bolsillo de los asalariados, sino que también produce inequidades notables.

Los objetivos que el Gobierno ha perseguido con esta medida y la de la extensión de la asignación universal por hijo son dos: mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores y crear las condiciones para que en las negociaciones paritarias se llegue a acuerdos salariales que no excedan el 25%, una meta que la escalada de precios complica.  

Las dificultades siempre generan tensiones dentro de cualquier gobierno. El de Macri no escapa a esa regla. En el centro de muchas de ellas está el jefe de Gabinete, Marcos Peña. No es una novedad: lo mismo sucedió durante la gestión en la Ciudad de Buenos Aires. Quien por estas horas está bajo fuego cruzado es el ministro de Educación, Esteban Bullrich. Él había arreglado con la dirigencia docente un aumento que llevaba el mínimo de los maestros a $ 8.500. El acuerdo, que estaba a punto de ser firmado, motivó quejas de varios gobernadores. A la cabeza de ellos estaba María Eugenia Vidal. Ello obligó al Presidente a fulminar la iniciativa. ¿El ministro se cortó por las suyas o hubo otra contramarcha? Conclusión: peligra una vez más el comienzo de las clases, un triste clásico de los últimos años.    

El desplazamiento de Graciela Bevacqua de su cargo del Indec fue una muestra de impericia política y de una inadecuada lectura de la realidad. Pretender atravesar un proceso inflacionario como el que padece el país sin la posibilidad de producir índices oficiales serios fue un error, mucho más cuando de ese guarismo va a depender los acuerdos salariales de las paritarias. Lo notable es que cuando Bevacqua habló de ocho meses, nadie la contradijo. El problema con el que se va a encontrar el Gobierno cuando salga el nuevo índice oficial será su credibilidad.

Hipoteca.

Las dificultades de la hora han convencido a Macri de la necesidad de hacer pública la herencia que le dejó CFK. De eso se habló –entre otras cosas– en la reunión que compartió con los legisladores de Cambiemos en Olivos. Quienes conocen el pensamiento del jefe de Estado aseguran que ya tomó la decisión de hacerlo en su discurso de inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso, el próximo 1º de marzo. Por eso hay inquietud en el kirchnerismo, que está barajando la idea de no concurrir a la sesión.

Los acuerdos legislativos serán de mucha importancia para la economía argentina. El fallo del juez Thomas Griesa del viernes coloca al Gobierno en una buena posición para avanzar en el cierre del oneroso conflicto con los fondos buitre. Pero para ello es necesaria la derogación de la ley cerrojo. La única manera que tiene el Gobierno de lograrlo es con apoyo del peronismo. He ahí un desafío para el Presidente. Sin la solución del conflicto con los holdouts, las fuentes de financiación barata seguirán cerradas. Lo mismo ocurrirá con muchos proyectos de inversión que podrían concretar empresas de los Estados Unidos.

Hablando de EE.UU., la rapidez con que Barack Obama decidió incluir a la Argentina en su agenda de viajes habla del nivel de confrontación –inútil– que generó CFK.

Un párrafo final para el acto del jueves, en el que se anunció el aumento del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias. En la política, como en muchas otras actividades de la vida, las cuestiones de forma tienen un valor. Observar al Presidente rodeado de gobernadores de diferentes pertenencias partidarias junto a dirigentes sindicales que no le son afines representó un contraste notable con los parámetros que impuso Cristina Fernández de Kirchner, que transformó la Casa Rosada en un reducto de militancia partidaria. Quedó reflejada allí una escena de convivencia política, sin la cual será imposible alcanzar el sueño de un país mejor.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.





domingo, 31 de enero de 2016

Informe de daños… @dealgunamanera...

Informe de daños…


El sinceramiento de la economía es costoso pero inevitable. Gestionar en campo minado.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 31/01/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El sinceramiento de la economía era y es una realidad que le hubiera correspondido llevar adelante a cualquiera de los candidatos que compitió en la última elección. Es lo que le toca poner en práctica a Mauricio Macri. La tarea es difícil y traumática. El campo minado que montó Cristina Fernández de Kirchner ha dejado de ser un enunciado y se ha transformado en una realidad que se hace presente día a día.

El Gobierno sorteó exitosamente el primer gran test que fue el levantamiento del cepo. Viene ahora el segundo: el combate contra la inflación. En la raíz de este gran problema está el fenomenal déficit fiscal que creció sin parar durante la segunda presidencia de CFK al ritmo de los subsidios y los nombramientos innecesarios de una mayoría de militantes kirchneristas en los diferentes ámbitos de la administración pública.

En relación al primero de los ítems –los subsidios–se dio el primer paso con los anuncios hechos por el ministro de Energía, Juan José Aranguren. La medida era inevitable. Si hacemos memoria, veremos que CFK ya la había comenzado a implementar no bien comenzó su segundo mandato. El impacto político de la tragedia de Plaza Once la hizo desistir de seguir adelante con ese plan. Fue precisamente por razones políticas electoralistas que en la Argentina se generó un doble estándar inaceptable para un país que aspira a ser realmente federal: en la mayoría de las provincias sus habitantes gozaron con un nivel de ingresos tal que nunca debió haber sido subsidiada.

Hay otros, en cambio, que lo necesitan imperiosamente. El aumento que viene a partir de ahora es brutal; por lo tanto va a ser fundamental que su implementación sea lo suficientemente prolija y cuidadosa para que ninguno de estos últimos quede excluido de ese universo.

El aumento de las tarifas tendrá también un efecto sobre los precios, hecho que va a complicar la negociación salarial. Los primeros en experimentarlo serán el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, y su par bonaerense, Alejandro Finocchiaro. La propuesta de Bullrich, quien había planteado un índice de ajuste del 25%, quedó desfasada. En esos ámbitos se han escuchado quejas por la falta de timing político con que se adoptó la medida.

La reunión del Gobierno con la Mesa de Enlace marcó la reapertura del dialogo con el campo. Como ya lo había expresado su presidente, Carlos Melconian, el Banco Nación, –en cuyos despachos hasta el 10 de diciembre sólo se sintonizaban Canal 7, Encuentro, Paka Paka y el resto de los canales afines al kirchnerismo–, volverá a tener una presencia fuerte en el sector. A manera de símbolo y como anticipo de lo que vendrá en líneas de créditos para el sector, se decidió que el banco vuelva a tener su tradicional stand en Expo Agro, circunstancia que no ocurría desde el conflicto por la 125.

La supresión de los “ñoquis” nombrados en la administración pública por el anterior gobierno representa un verdadero desafío y un dolor de cabeza para la actual gestión porque en el camino se cometen injusticias por las que se han dejado cesantes a empleados que cumplieron con sus tareas en forma cabal. Una cosa es prescindir de los “ñoquis” y otra muy distinta es la de dejar cesante a personal de carrera. ¿Es una “desprolijidad” o algo planificado? Esto está creando temor en mucha gente que se ha desempeñado en el Estado con probidad y eficiencia.

A CFK le molestó ver a gobernadores peronistas con Frigerio.

El kirchnerismo intentó apropiarse del Estado como herramienta para mantener cuotas de poder. A manera de ejemplo veamos lo que ha estado sucediendo en la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. El edificio que ocupa el organismo fue inaugurado por CFK antes de las elecciones de octubre. A simple vista es moderno y bien construido, pero según manifiestan los nuevos huéspedes, es pura carcaza. “Si prenden un aire acondicionado en el primer piso, se corta la luz de la planta baja”, señala un funcionario del área.

Curiosamente, parte del personal no acata las órdenes de las nuevas autoridades. Algunos de los que se niegan a prestar las tareas que se les requieren se amparan en su condición de personal de planta para argumentar que eso los pone a resguardo de cualquier intento de despido.

En el predio de la ex ESMA hay decenas de edificios, y cada uno le corresponde a alguna agrupación de Derechos Humanos. El edificio central corresponde a la Secretaría. Sin embargo, cada edificio tiene un “intendente” y, cada decisión adoptada relacionada con la infraestructura tiene que ser consensuada entre todos los intendentes. “Esto parece una reunión de consorcio. Ahora queremos instalar Cablevisión en la Secretaría y no obtenemos el consenso de la mayoría de los intendentes que representan a las agrupaciones de corte kirchnerista”, señala otra autoridad.

En uno de los galpones del fondo está instalado el taller del artista que realizó el perfil de Evita que se instaló en la cara norte del edificio del Ministerio de Desarrollo Social. “Parece que al tipo no le pagaron todo o negociaron con ese galpón. El hecho es que nosotros tenemos que usarlo y el artista no se quiere ir”.

Mientras tanto, el peronismo cruje. Se sabe que a CFK le molestó la asistencia de los gobernadores peronistas a la reunión convocada por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Con alguno de ellos parece que habló para quejarse por su concurrencia. Lo que no imaginó la ex presidenta fue el reproche que recibió por parte del mandatario provincial a quien supo “mandonear”.

CFK debería leer con mucha atención el documento que los gobernadores pertenecientes al PJ firmaron al final del encuentro que mantuvieron la semana pasada en San Juan. Se habla allí de la necesidad de llevar adelante una renovación y de hacer una lectura adecuada de la derrota que sufrió el justicialismo y que sólo parece no haber sido aceptada ni elaborada por la ex presidenta, La Cámpora y el resto del kirchnerismo duro, que aún no se han dado cuenta que no manejan ya la caja –el dinero del Estado– para amedrentar y castigar a quienes hubieran osado rebelarse ante su manejo despótico del poder.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.