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sábado, 20 de febrero de 2021

El Centro de Estudios Legales y Sociales es una empresa… @dealgunamaneraok...

 El Centro de Estudios Legales y Sociales es una empresa…

 


Magnífica ocasión para romper la inercia del lenguaje y dejar de considerar "organismo de derechos humanos" al CELS. 

El CELS es una empresa, cuyo presidente es el señor Horacio Verbitsky, declarado heredero del fundador, Emilio Fermín Mignone. 

© Escrito por Enrique Vázquez el sábado 20/02/2021 y publicado en Facebook, en la Ciudad de Ingeniero  Maschwitz, Provincia de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Mignone nació en 1922 y desde muy joven integró los “grupos de choque” de la iglesia católica, particularmente activos contra los simpatizantes de la República durante la guerra civil española (1936-1939). Como es lógico, fue seducido por el peronismo: en 1948 asumió como Director General de Escuelas (ministro de Educación) de la provincia de Buenos Aires, designado por el gobernador, coronel Domingo Mercante, y más tarde ocupó la dirección del Educación Superior del Consejo Nacional de Desarrollo. 

Caído Perón, aprovechó sus contactos con funcionarios norteamericanos para poner distancia de la “Libertadora”. 

A principios de los ’60 consiguió un contrato de la Organización de Estados Americanos como especialista en política educacional. Su desempeño en Washington DC coincidió con la expulsión de Cuba del seno de la OEA y el aval de esta entidad a la invasión de la República Dominicana. 

Su cargo político más alto llegó con la dictadura de Juan Carlos Onganía, la edad de oro de los católicos ultramontanos y del cursillismo: en 1966, apenas derrocado el presidente Illia, Mignone asumió como viceministro de Educación de la Nación, cargo en el que se mantuvo hasta 1970. 

Con el auspicio del nuevo gobierno constitucional peronista, inaugurado el 25 de mayo de 1973, Mignone fue nombrado rector de la Universidad Nacional de Luján, que había sido creada en diciembre de 1972. Tras el golpe del 24 de marzo de 1976, la universidad fue intervenida, como todas las otras. Y en un par de meses la vida del rector depuesto sufrió un vuelco dramático. 

Mignone tuvo 5 hijos: Isabel, Mónica, Mercedes, Fernando y Javier; uno de los varones se hizo cura católico y vive en el Canadá. Mónica era catequista y asistente social en la villa del Bajo Flores cuando fue detenida por un comando de la Armada el 14 de mayo de 1976. Mignone y su mujer, Angélica “Chela” Sosa, recurrieron a todos sus contactos para encontrarla; un marino les dijo que se quedaran tranquilos, que Mónica estaba en la Escuela de Mecánica de la Armada y que con toda seguridad al día siguiente la restituirían a su domicilio habitual. Nunca más supieron nada de ella. 

Mignone encontró refugio y contención en la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y “Chela” en la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, cuya disidente Línea Fundadora la encontró como una de sus integrantes desde el primer momento. 

Cuando llegó a Buenos Aires la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el 6 de septiembre de 1979, sus integrantes recogieron todos los testimonios posibles sobre el terrorismo de Estado, y al regresar a los EE.UU. editaron un libro en inglés y castellano con una síntesis de lo obtenido. Mignone viajó a Washington junto al obispo metodista Aldo Etchegoyen y ambos trajeron a la Argentina los primeros ejemplares de aquella denuncia, cuya difusión, por supuesto, estaba prohibida por los milicos. Pero Mignone no sólo trajo libros: trajo también una propuesta de la Fundación Ford para subvencionar a la APDH con una donación inicial de 2 millones de dólares, que se renovaría anualmente. 

La APDH se mantenía a duras penas gracias a las donaciones de los fieles de las iglesias protestantes europeas, particularmente las alemanas y las neerlandesas. La donación le venía de perlas, pero la compañía Ford había transformado su planta automotriz de General Pacheco en un verdadero campo de concentración, del que desaparecieron no menos de 12 trabajadores, entre ellos 6 que integraban la comisión interna de delegados. La APDH no podía combatir el terrorismo de Estado con dinero de uno de sus cómplices. La comisión directiva decidió rechazar la propuesta de la Ford, y Emilio Fermín Mignone, junto a otros dos padres de desaparecidos -Augusto Conte McDonnell y Boris Pasik- decidió emplear ese dinero en la creación de un ente que estuviera en condiciones de pagar abogados profesionales e investigadores sociales dedicados al tema de la represión ilegal. 

Así nació el CELS. 

Apenas restablecida la democracia, Horacio Verbistky buscó reinsertarse en su profesión y lo consiguió en 1984 a través del semanario El Periodista, editado por Andrés Cascioli con la guita que le dejaba la revista Humor® por aquella época. Simultáneamente Verbitsky solicitó su incorporación a la APDH, cuya comisión directiva, por unanimidad, rechazó el pedido. Integraban aquella mesa el docente Alfredo Bravo, el obispo Federico Pagura, el abogado Alberto Pedroncini, el rabino Marshall Meyer, el diputado intransigente Miguel Monserrat, la dirigente comunista Rosa Pantaleón y Graciela Fernández Meijide.

Con ese camino cerrado pero dispuesto a mostrarse como un defensor de los DD.HH., Verbitsky se acercó a Mignone y Conte, quienes le dieron cabida en el CELS. 

“El Periodista” fue un fracaso editorial y dejó de aparecer a principios de 1987, casi en simultáneo con otros dos medios de la época: “La Razón” matutina, editada por Jacobo Timerman, y “El Porteño”. Todos los desocupados confluyeron en “Pagina 12”; entre ellos, Verbitsky, cuya función primordial en el diario dirigido por Lanata consistió en reivindicar a Rodolfo Walsh -su jefe en la organización Montoneros- y Emilio Mignone. Si uno lee las notas de Verbitsky, Walsh nunca fue miembro de la Alianza Libertadora Nacionalista, y Mignone durante toda su vida fue un activista por los derechos humanos.

No por casualidad, tras el fallecimiento de los socios fundadores del CELS y por decisión de las viudas, Verbitsky pasó a desempeñar la presidencia de la entidad, que tiene como director ejecutivo, por contrato y al cabo de un proceso de selección, al abogado Gastón Chillier. 


Horacio Verbitsky

Vale decir, el CELS es una organización de tipo empresarial, dedicada al patrocinio de causas judiciales vinculadas con los derechos humanos y a la investigación sobre el tema, pero no se lo puede llamar “organismo de derechos humanos” porque no hay militancia ni vida participativa en su interior. 



domingo, 20 de septiembre de 2020

"Aduana, Corrupción y Contrabando"... @dealgunamanera...

Enrique Vázquez: «Los Kirchner usaban la aduana para contrabandear el dinero del petróleo y el gas que nos vendía Venezuela» 

                             Enrique Vázquez

El periodista que escribió el libro «Aduana. Corrupción y Contrabando» contó detalles en la 99.9 de la investigación que realizó. Además, señaló que en la actualidad sigue funcionando de la misma manera: «La Aduana se ha convertido en una entidad corrupta y corruptora».  

© Publicado el lunes 27/08/2018 por Noticias y Protagonistas de la Ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Los negociados y coimas en torno a la obra pública que explotaron mediáticamente con la aparición de los cuadernos de Oscar Centeno, tienen otro capítulo que todavía no se ha abordado: la Aduana. El periodista Enrique Vázquez es el encargado de escribir el libro «Agenda. Corrupción y Contrabando» y habló en la 99.9 sobre los negocios que existieron en los últimos años.

«No hay que circunscribirlo sólo al gobierno de los Kirchner, pero sin dudas se agravó porque inventaron una mega piñata para contrabandear el dinero que se obtenía del petróleo y el gas que nos vendía Hugo Chávez a precio de oro. Eso se llamó fideicomiso donde Olazagasti cumplió un rol importante. De ser un chico muy pobre en Villa Lugano pasó a ser un tipo con una mansión en Nordelta donde conoció a un clan de empresarios, los Levy que hicieron muchos negocios con Venezuela», explicó primeramente.

El modo de hacer negocios con el gobierno de Chávez, era venderles todo lo que encontraban: «los Levy destrozaron a la competencia porque importaron de China los receptores de TDA (Televisión Digital Abierta) y se lo vendían a Venezuela, muchas veces ni siquiera pasaban por la Aduana Argentina y cobraban el reembolso a la exportación de bienes industrializados. El estado les pagaba un reembolso por un bien manufacturado que no era argentino, sino de China», comentó sobre uno de los increíbles sistemas que utilizaban. 

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© F.M. 99.9 MAR DEL PLATA 

No se llega a tomar una verdadera conciencia de la situación, pero se ha ido mucho dinero a través de la Aduana que hoy permitiría al país tener una riqueza singular: «los delitos económicos son penados de una forma muy benigna. La Aduana se ha convertido en una entidad corrupta y corruptora. Si la Aduana no fuera tan corrupta, Argentina podría ser tan rica como en 1910»aseguró el periodista.

En cuanto al control en la actualidad de la Aduana, aseguró que nada ha cambiado: «Macri nombró a un carapintada que lo primero que hizo fue sentarse a conversar con el principal contrabandista argentino que es Waldemar Barreiro Laborda. Estaban maquinando un proyecto para sacar contenedores del puerto que nadie sabe cuántos son ni que hay adentro. Cada contenedor promedia dentro medio millón de dólares de mercadería», concluyó.




lunes, 17 de agosto de 2020

Revista Humor® - Un vehículo de resistencia… @dealgunamanera…

A 40 años del nacimiento de Humor®, la única voz entre los escombros…


Con un país asfixiado por el poder absoluto y la represión generalizada, la publicación fue un soplo de aire fresco, luchando contra el miedo, el asesinato, la desaparición forzada y la inseguridad.

© Publicado el sábado 09/06/2018 por el Periódico Digital Semanario de Junín, de la Ciudad de Junín, Provincia de Buenos Aires, República de los Argentinos.

El mes de junio, que ya empezamos a transitar, nos dibuja dos recuerdos enfrentados: se cumplen 40 años del nacimiento de la revista Hum® y nueve de la muerte de su máximo impulsor, Andrés Luis Cascioli, el último gran creativo de la extensa saga de talentosos del humor gráfico argentino.

Protagonista esencial de inolvidables hitos editoriales que desafiaron la censura en tiempos oscuros del país, el Tano representó una bocanada de aire puro ante tanta metralla, humillaciones y crímenes aberrantes. Sus dibujos, caricaturas y diseños forman parte de la iconografía de aquellos años tumultuosos, dentro de un fenómeno periodístico-cultural irrepetible.

Es difícil, casi imposible, explicar a quienes no vivieron la quijotesca epopeya de Hum®, de qué manera esperábamos la llegada de la revista. Soy de aquellos empedernidos lectores (hoy orgulloso coleccionista de toda la obra completa) que mutaban del asombro al placer, del deleite a la fascinación, con las notas del Gordo Soriano, Dolina, Feinmann, Kovadloff, Abrevaya, Moncalvillo o las tiras de “El Cacique Paja Brava” (Fabre-Tabaré), “Las Puertitas del Señor López (Carlos Trillo-Horacio Altuna”, “La Clínica del Dr. Cureta” (Meiji-Ceo), “Los hijos de López” (Sanz-Ceo), “Boogie, el aceitoso” (Fontanarrosa), “Vida Interior” (Tabaré), “Las andadas de los tránsfugas doctores Piccafeces” o el “Romancero del Eustaquio” (Fabre-Tabaré). Recuerdo que iba a buscar la revista al negocio de Florentino Ibáñez (Sáenz Peña al 400 y pico), quien me alertaba: “Ojo, pibe, que no vean lo que llevás, andan sueltos muchos alcahuetes de los milicos”.

Creador de brillantes publicaciones políticas como Satiricón, Chaupinela, El Ratón de Occidente y Mengano (todas ellas con una pluma de lujo: Dante Panzeri), sin embargo Cascioli hizo con Hum® su éxito más clamoroso. De inmediato, la revista sedujo a una inmensa masa de lectores desesperados por encontrar un oasis dentro del desierto cultural de fines de la década del ´70. Con acidez, espíritu crítico e irreverencia, la gente empezó a reírse de los militares.

Cascioli empezó con Satiricón, en febrero del ‘74. En mayo de 2006 recordaba, que en esa época molestó mucho al Gobierno una tapa suya que tituló “En boca abierta… ¡entran moscas!”. “En Satiricón quisimos diferenciarnos desde el diseño, aunque era más una revista sociológica que política, con notas muy analíticas. En ese mes del ‘74 Perón ya estaba en el poder y empezaron a amenazarnos con la censura. El peronismo siempre simpatizó con la censura. La advertencia era que no había que hablar demasiado. Yo andaba loco con esa mosca: quería que la verdad estuviera posada en la lengua, que la gente sintiera que la mosca estaba ahí”, decía el Tano.

La revista Humor Registrado nació pocas horas después del comienzo del Mundial 1978, época negra e infame de la historia argentina. Un acontecimiento usado para “limpiar” tanta mugre ante el mundo. El primer número tiró 40.000 ejemplares, de los que vendió la mitad. En la tapa, aparece un César Luis Menotti dibujado con las características orejotas del todopoderoso Ministro de Economía de la dictadura, el tristemente célebre José Alfredo Martínez de Hoz. Más abajo, en letras bien irónicas se leía: “El Mundial se hace, cueste lo que cueste”, frase acuñada meses antes por Jorge Sanguinario Videla. En plena dictadura, la publicación se levantó con valentía dentro de un mercado periodístico cómplice y permisivo, asumiendo con modestia como “la revista que supera, apenas, la mediocridad general”. El Tano solía decir que “nuestro trabajo fue pensar cómo gambetear a la censura”.

La clave del éxito de Hum® residió en mostrar la satirización de los “intocables”, con periodistas de una inteligencia muy aguda. La gran virtud fue dar en el punto justo, con la profundización de los temas, yendo siempre más allá. Vean, si no, qué nombres desfilaron por la redacción de la calle Venezuela: Tomás Sanz, Alejandro Dolina, José Pablo Feinmann, Horacio Verbitsky, Langer, Rep, Limura, Izquierdo Brown, Héctor Ruiz Núñez, Carlos Nine, Alan Pauls, Marcelo Figueras, Daniel Guebel, Jorge Sábato, Alvaro Abós, Tabaré, Aída Bortnik, Juan Sasturain, Aquiles Fabregat, Trillo, Altuna, Santiago Kovadloff, Grondona White, Meiji, Maitena, Crist, Osvaldo Soriano, Carlos Abrevaya, Osvaldo Ardizzone, Mona Moncalvillo, Ceo, Crist, Maicas, Walter Clos, Raúl Fortín, Maicas, Carlos Braccamonte, Santiago Varela, Jorge Garayoa, Carlos Ulanovsky, Jorge Guinzburg, Norberto Firpo, Juan C. Martini, Gloria Guerrero, Enrique Vázquez, Aníbal Vinelli, Hugo Paredero, Jaime Emma, Pacho O´Donell y Luis Gregorich, entre tantos otros.

En 1980, con las virulentas quiebras de Sasetru, el BIR y el Banco de Los Andes, el derrumbe de la política económica de Martínez de Hoz comenzó a emitir pizcas concretas, en ese momento poco perceptibles. Al año siguiente se abandonó el dólar barato, mientras la CGT y los partidos políticos empezaron a salir de la hibernación. Viola reemplazó a Videla. Luego, con un golpe dentro del golpe, llegó Leopoldo Fortunato Galtieri. Fue una etapa en la que Hum® asumió claramente la voz más fuerte a favor del fin de la dictadura. En 1982 la revista era todo un fenómeno masivo, un síntoma que se aceleró luego del desastre en la Guerra de las Malvinas. El Proceso entró en retirada y la publicación se encontró siendo el único medio no cómplice, llegando a vender más de 300 mil ejemplares, una cifra insólita aún para estos días.

Paradójicamente, con la llegada de la democracia comenzaron los tiempos más difíciles para Hum®, al extremo que las ventas cayeron un tercio. Esto lo explica Tomás Sanz, uno de los discípulos de Cascioli y último director: “Una cosa era cuando todos estábamos contra los militares y otra fue cuando llegó la democracia. Porque los peronistas nos veían como gorilas, los radicales suponían que teníamos que acompañarlos en su gestión y la gente de izquierda se dio cuenta de que nosotros muy de izquierda no éramos. Y se nos fueron yendo lectores. Después del ´83 todos salieron en patota a hablar, pero hasta el ´83 si alguien quería leer algo o enterarse de algo que pasaba en la dictadura, tenía que comprar Hum®, porque tampoco en los diarios iba a encontrar nada”.

Los años del menemismo fueron lapidarios para buena parte del país y Hum® no resultó la excepción, con más de treinta juicios entablados por el venerable Carlitos. Andrés Cascioli lo contó a su manera: “La decadencia de la clase media y la ola de juicios con que el gobierno quiso desgastar a la publicación, se sumó la pérdida de la sintonía fina con el lector. En la era de CQC, los códigos de humor de la revista había dejado de ser compartidos por las mayorías, y desde el punto de vista periodístico, no se supo enfrentar la competencia indirecta de un medio ideológicamente cercano pero diario en vez de quincenal, como fue el Página/12 de la época de Jorge Lanata. La redacción se fue despoblando, y arreciaron los juicios laborales e impositivos. Lo peor fueron esos últimos años, porque nos dábamos cuenta de que no llegábamos a la gente”.

Hoy, de acuerdo a las condiciones que exhibe tanto el mercado como el negocio editorial, sería poco probable imaginar la implementación de una segunda etapa de Hum®. Por ejemplo, no se podría juntar las plumas calificadas de entonces, simplemente porque los jóvenes de entonces, hoy son nombres fuertemente cotizados en el mundo del periodismo. Otros, como Osvaldo Soriano, Jorge Grinzburg, Carlos Abrevaya, Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Ardizzone y Walter Clos, han muerto. ¿Cómo reemplazarlos? Los éxitos no se pueden clonar. El suceso que arrancó esta fantástica revista en 1978, es imposible que en 2018 pudiese repetirse, en un mundo atrapado por internet, redes sociales y celulares.

El humor político en Junín
La historia del humor político en la Argentina es más larga que la del país: comenzó en 1802, cuando el Telégrafo Mercantil publicó un soneto satírico sobre el virrey Joaquín del Pino. En medios gráficos, la tradición es rica, ya que pueden recordarse hitos como “El mosquito”, “Caras y Caretas”, “P.B.T.”, “Cuatro Patas”, “Tía Vicenta”,  “Satiricón”, “Chaupinela” y “Humor®”.

En nuestra ciudad hay pocos antecedentes que registren el paso del humor político, pese a la tela que hay para cortar. Semanario, desde su reaparición dos años atrás, tomó la posta buscando marcar las contradicciones del poder y las acciones de nuestros gobernantes, jugando con relatos de la realidad, haciendo más grotesco el grotesco, desplegando pinturas de humor donde se “satiriza” a los políticos, sindicalistas, funcionarios y personajes de la vida juninense de estos días.

Política y el humor, pero allá lejos y hace tiempo. Lo hizo el diario “El Mentor”, que dejó de aparecer en 1933, después de 36 años de vigencia. Era un matutino con ideas conservadoras y su jocosidad gráfica se disparaba para dejar mal parados a los radicales, mediante dibujos con mucha creatividad e ironía. Más cerca, allá por los ´70, hubo algunos intentos de la revista “El Ñandú Culeco”, pero referida a la política costumbrista, tocando aspectos de la realidad ferroviaria local y atacando los enormes baches que por entonces “adornaban” la avenida Libertad, entre otros temas.

Aquellas entrevistas del Gordo Soriano

Humor® fue un hecho colectivo, dinámico, abierto, plural. Subrayar el trabajo de algunas figuras y no de otras puede resultar un ejercicio de injusticia. Sin embargo, hay en el corazón de la revista nombres ineludibles, que le dieron con su firma y aportes, un sello. Es el caso de Osvaldo Soriano.

El reportaje a Alain Rouquié, autor de “Poder militar y sociedad política en la Argentina”, fue muy profundo, ante una personalidad que pocas veces concedía entrevistas. Por entonces, Rouquié, latinoamericanista, especialista en política comparada, profesor de Estudios Políticos de París e investigador en la Fundación Nacional de Ciencias Políticas de su país, puso una sola condición antes de comenzar la charla: que se diga que hace una excepción por tratarse de Humor®, “un fenómeno de sociedad único”.

El exilio y el “genocidio cultural” son temas que trató El Gordo con Julio Cortázar, en Paris, quien se reivindicó como “argentino, pero sobre todo continentalista latinoamericano”. En ese momento, setiembre de 1983, el gran narrador tenía 69 años y acababa de publicar “Deshoras”, un libro de relatos. Mientras se preparaba para regresar a la Argentina con la asunción de Raúl Alfonsín, Cortázar habla de sus pesadillas, de su juventud, del sandinismo, y responde a las críticas que le fueron dirigidas por otros escritores.

Otras de sus célebres entrevistas ocurrió con Alfredo Zitarrosa, el más sólido y afamado cantor popular que haya dado Uruguay, fuera de Julio Sosa o Carlos Gardel, si es que algún día se confirma la identidad oriental del troesma. Entre muchísimas otras preguntas, Soriano quiso saber: “¿Quién es más triste, el uruguayo o el argentino?”. Y la respuesta no tardó en llegar: “Aunque no sé si valen las comparaciones, puedo decirle que el uruguayo es un pueblo reflexivo más que tristón. Además, le digo algo: nos gusta estar tristes. Los mejores amigos, los más probados, los hizo uno en la amargura, en la hecatombe, los conquistó en los momentos de mayor autoanálisis, de mayor congoja y cuestionamientos interiores”.




domingo, 29 de marzo de 2020

Qué lindo vivir en Ezeiza, ¿no?... @dealgunamanera...

Qué lindo vivir en Ezeiza, ¿no?

El intendente de la municipalidad de Ezeiza es el señor Alejandro Granados, presidente del Partido Justicialista de su ciudad y congresal del Partido Justicialista a nivel provincial.

Ahí se concentran todos los curros habidos y por haber: el Mercado Central, con sus efectos colaterales de especulación, subfacturación y mafias organizadas; el aeropuerto internacional, sinónimo de contrabando y evasión impositiva; el centro atómico; los juzgados federales y la inacción tarifada; el predio de la AFA, para qué agregar algo más; dos complejos de cárceles federales, o sea narcotráfico y delitos menores; countries; puestos de pillaje en la autopista de acceso directo a los campos donde se crían los caballos de polo más caros del mundo, en Cañuelas; y a la vera de la ruta de ingreso a la Ciudad de Buenos Aires, el restaurante El Mangrullo, el primer testimonio directo sobre el poder de las vacas argentinas para los extranjeros que acaban de aterrizar y refugio militarizado para los encuentros políticos del más alto nivel, siempre dentro del partido hegemónico.

© Escrito por Enrique Vázquez el domingo 29/03/2020 y publicado en Facebook, en algún lugar de la República de los Argentinos.

El Mangrullo es propiedad del intendente, que vende carne asada de sus propias vacas y sus propios lechones, aunque es bien sabido en el pueblo que la principal actividad del intendente ha sido siempre el cuatrerismo, o sea el robo de ganado y el subsiguiente faenamiento clandestino.

El intendente de la municipalidad de Ezeiza es el señor Alejandro Granados, presidente del Partido Justicialista de su ciudad y congresal del Partido Justicialista a nivel provincial.

El señor Granados se hace llamar "el Sheriff de Ezeiza", y quizás por eso fue el creador de las rondas de vecinos armados con revólveres y fusiles, a bordo de camionetas municipales, para mantener a raya la disconformidad social del 2001 y posterioridades.

Fue elegido intendente por primera vez en 1999 y reelegido consecutivamente en 2003, 2007, 2011, 2015 y 2019.

Nunca abandonó su cargo, a pesar de que entre el 13 de agosto de 2013 y el 10 de diciembre de 2015 se desempeñó como ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, designado por Daniel "Clemente" Scioli.

Y es curioso que no haya dejado ni siquiera formalmente el cargo, porque de haberlo hecho, su reemplazante hubiera sido su mujer, la señora Isabel Beatriz Visconti de Granados, alias "Dulce Granados", quien se desempeñó además como diputada nacional entre 1993 y 1997, reelegida hasta el 2001. 

Ahí sobrevino un extraño receso durante el cual se volcó al municipio, donde creó la "Agrupación Dulce Granados", un cuerpo de choque para disolver manifestaciones opositoras, apedrear locales políticos de otros partidos y "proteger al Sr. Intendente en los actos públicos”. Entre 2005 y 2009 fue diputada provincial. En el 2009 volvió al Congreso de la Nación como diputada y fue reelecta hasta el 2017.

Ahora se desempeña como presidenta del concejo deliberante municipal.

A quienes puedan sentirse preocupados por el devenir de este gobierno mezclado con emprendimiento familiar, me complace tranquilizarlos con la noticia de que el hijo mayor del Sheriff y la Dulce, de nombre Gastón, ejerce la jefatura de Gabinete.

En el sitio web del municipio, a falta de título universitario, al intendente se lo presenta con foto patriarcal y un epígrafe sincero: "Don Alejandro Granados".

Después me dicen que este país no es Peronlandia.




sábado, 14 de marzo de 2020

Enrique Vázquez: "La Argentina es inmoral"… @dealgunamanera...

Enrique Vázquez: "La Argentina es inmoral"…


De larga trayectoria en el periodismo radial y audiovisual, Enrique Vázquez es un periodista "de los de antes": crítico, polémico y frontal. La aparición de "El osario de la rebeldía", su último libro donde describe la mitología criminal en Campo de Mayo durante la última dictadura militar, sirve como excusa para dar inicio a esta entrevista con Sudestada, donde otras discusiones quedan abiertas: qué es el periodismo militante, qué pasó con el viejo periodismo de los ochenta y qué significa ser alfonsinista hoy.

© Escrito por Walter Marini y publicado en el Nº 285 de la Revista Sudestada, Edición Mayo/Junio 2016, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Tiene 63 años y lleva más de cuatro décadas ejerciendo el periodismo. Cordobés de nacimiento, hincha de Instituto y alfonsinista confeso –aunque nunca se afilió al radicalismo–; Enrique Vázquez fue director de la carrera de Comunicación Social de la UBA entre 1986 y 1989.

Con momentos importantes en su carrera, en gráfica fue parte de la mítica revista Humor, en televisión supo conducir un muy buen ciclo llamado Vidas hechas vidas, en radio tuvo muchos programas con su productora "El árbol y el bosque".

Hoy conduce Otra cosa, de lunes a viernes a las 18 por AM 570. El año pasado publicó El osario de la rebeldía. Campo de Mayo. De Roca a los Kirchner, donde describe el campo de concentración más grande montado por la última dictadura militar –por donde pasaron 5 mil personas y apenas sobrevivieron cuarenta y tantos–, y el que todos eligen mirar para otro lado, ya que además sintetiza la génesis doctrinaria del Ejército Argentino desde su fundación.

En esta entrevista con Sudestada, Vázquez habla de los crímenes de Campo de Mayo, del pasado y el presente del periodismo, del extraño vínculo entre kirchnerismo, peronismo y radicalismo, y de su visión del país.



–¿Cómo surgió el proyecto de investigación para El osario de la rebeldía?
Se dieron muchas casualidades conducentes. La primera se remonta a 2004, cuando un grupo de Testigos de Jehová se presenta en un consultorio jurídico gratuito que tenía dos veces por semana la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en la zona norte del Gran Buenos Aires. Por esa época, ya estaban los resarcimientos económicos para familiares de desaparecidos que primero había firmado Carlos Menem y que se extendieron en los albores del kirchnerismo, cuando se ampliaron a personas que hubieran estado privadas de su libertad, o hubieran sufrido algún tipo de persecución.

En este caso, estas personas se habían presentado a realizar el servicio militar obligatorio durante la dictadura y fueron sometidos a vejámenes de todo tipo. De ahí que pedían que la Asamblea los patrocinara. En ese momento, los integrantes de la Asamblea me lo comunican diciendo: "acá hay algo nuevo, distinto a todo".

Los Testigos de Jehová conocían el lugar donde tenían a las embarazadas en Campo de Mayo, veían salir mujeres que iban en fila con una soga hacia un retrete donde había ropa de bebés, pañales, y a ellos los obligaron a construir cunitas para los chicos: llegaron a hacer alrededor de cincuenta. Ahí estaba la relación entre embarazadas y nacimientos en cautiverio. Luego aparece el representante de la Asamblea en Escobar, el Dr. Eduardo Ramallo, con la noticia de que se había presentado el primer testigo ocular, que en realidad era algo sotto voce en ese municipio, esto de los enterramientos masivos.

Ese testigo era Guillermo Catalino Romero, y presentó la denuncia en los Tribunales en 2005. A partir de ahí, pensé que era inevitable: Testigos de Jehová más testigo ocular que nos lleva a otros testigos, ya que en ese momento señala que los maquinistas del tren aminoraban la marcha cuando pasaban por la estación Maquinista Savio, uno de los lugares donde hay fosas.

–¿Cómo fuiste armando el rompecabezas de la investigación?
–En 2007 hice un programa para la TV Pública con esos Testigos de Jehová, que a su vez me vincularon con otros que habían estado en Campo de Mayo, lo que me llevó a otros testigos, que fueron aquellos que realizaron la colimba allí. Para mi sorpresa, me encuentro con un tipo que fue conscripto y además estuvo preso, Eduardo Cagnolo.

Él me cuenta que haciendo la colimba se junta con otros soldados que tenían ciertas inquietudes intelectuales ideológicas. Pero otro soldado escucha y los denuncia. Una noche, en una ronda de mates le tiraron la lengua, y con la psicosis que había en ese momento le preguntaron qué haría si los guerrilleros atacaban, y él marcó los puntos débiles que veía en la guarnición. Ahí lo denunciaron por esa hipótesis de ataque a Campo de Mayo. Se comió un garrón, lo detuvieron, y es ahí cuando vio personas vivas, entre ellos a los dirigentes del PRT-ERP Domingo Menna y Roberto Santucho –prácticamente muerto–, y también a la hija de David Viñas en cautiverio.



–¿Qué sucedió a partir de la publicación del libro?
Aparecieron más conscriptos de la época, que ahora se agruparon creando una entidad. Incluso se pusieron en contacto con un enfermero que estaba en la maternidad del Campo, un tipo que quedó desquiciado psicológicamente y que brinda un testimonio espeluznante porque integraba grupos de tareas y además atendía a las parturientas. Y luego me llegó una información documental fabulosa, que son las fotografías aéreas que tomaba la dirección de catastro de La Plata: las fotos están seriadas, y ahí ves las fosas nítidamente marcadas...

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada)



En la presentación del libro con Eduardo Aliverti en Marca de Radio por la A.M. 910 (La Red)





sábado, 21 de diciembre de 2019

Crimen y Justicia. La mafia de la Aduana... @dealgunamanera

La mafia de la Aduana: "No se metan con mis coimeritos de Aeroparque y Ezeiza"...

El libro del periodista Enrique Vázquez, editado por Planeta

Así, “coimeritos”, llama una representante legal de la Aduana a los agentes que se desempeñan en el Aeroparque Jorge Newbery y en el aeropuerto Ministro Pistarini de Ezeiza. Esos destinos son un “premio” para que “hagan caja” los que están por jubilarse. Además, habla de Stiuso, Echegaray y los chinos. Nuevo adelanto de “Aduana, corrupción y contrabando”, el libro de Enrique Vázquez editado por Planeta.

© Escrito por Enrique Vázquez el lunes 30/07/2018 y publicado por el Periódico Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Alberto Lotuf entrevista al periodista de investigación y escritor que presenta su libro "Aduana: corrupción y contrabando".

La abogada

Después de dos semanas de evasivas y hacerse repetir hasta el cansancio que su nombre permanecería oculto, la Abogada aceptó hablar. Me citó en un ruidoso barcito de Pueyrredón y Beruti, frente al Hospital Alemán. Desconfiada, pulcra, teñida de rubio y a punto de jubilarse, la Abogada defiende a "sus" aduaneros -aunque a veces los llame cariñosamente "mis coimeritos"– y tiene una fijación preocupante con "los chinos".

-¿Por qué no te metés con los chinos, en vez de meterte con la Aduana? – me torea.
Asocio indebidamente la frase con importadores de nacionalidad china y creo que hasta se me cruza una imagen de la saga "Duro de matar". Menos mal que después ella misma aclara las cosas.

Le pido que trace un esquema de la organización interna de la Aduana: de la Dirección General dependen directamente 4 subdirecciones: la Legal y Técnica (donde trabaja ella), la de Control u Operativa (es la que se vincula directamente con los bienes comercializados), la Metropolitana (que comprende el puerto, Aeroparque y Ezeiza) y la del Interior, que coordina las 38 aduanas radicadas fuera de la Capital. La subdirección de Control tiene incumbencia compartida en el puerto, los depósitos fiscales de Ezeiza y las zonas francas de Campana y La Plata.

Las aduanas más importantes del interior son las de Ushuaia, Bahía Blanca, Puerto Madryn y las ubicadas sobre las hidrovías o ríos de navegación internacional, como la de Rosario, la de San Martín y la de Corrientes.

Le pregunto qué hace ella, o qué funciones tiene la subdirección en la que trabaja.
-Nos abocamos a la percepción e interpretación de las normas que emanan del Congreso o de la propia AFIP.

-Ajá.
-Bueno, tenemos a nuestro cargo las cuestiones contenciosas, las causas penales, los contratos con marítimas, las negociaciones colectivas de trabajo, todo lo que tiene que ver con lo jurídico.

-¿Alguna vez ha denunciado a empleados aduaneros?
-Mil.

-Sin embargo me dijeron que dentro de la Aduana rige la protección mutua: hoy por ti, mañana por mí.
-Puede ser que eso ocurra en determinados niveles operativos, de un modo horizontal y por una cuestión de camaradería mal entendida, pero nosotros en Legales hacemos permanentemente denuncias. Y contra los capos, ¿eh?

-O sea que los de abajo, los que están en contacto con el viajero común, están a salvo.
-No te metás con mis coimeritos.

-¿Es cierto que el personal del escalafón más bajo que atiende al público en la entrega de encomiendas o equipaje no acompañado se niega a recibir ascensos o promociones?
-Eso es una leyenda negra de la Aduana, aunque como en todos lados hay gente a la que le gusta más estar en contacto con el público y otra gente prefiere trabajar tranquila en una oficina sin tener que pelearse con nadie. Eso pasa también en los Bancos, por ejemplo. Es cierto que al estar en contacto con miles de personas que salen o llegan por día es más fácil tentarse o dejarse tentar, pero la guita grossa está en los contenedores, no en los vuelos de pasajeros

El contacto que vale es el de los despachantes, no el del turista. Aunque es costumbre ya instalada en la Aduana que cuando el personal de Control se está por jubilar, lo mandan el último año a Ezeiza o Aeroparque para que haga la diferencia.

-Una especie de plan de ahorro.
-Más o menos. Pero te insisto en que la guita grande pasa por el puerto y los depósitos fiscales.

-Escuché hablar de distintas categorías del personal de control. ¿Me puede explicar qué significa cada una?
-Sí, por supuesto.

-Guarda.
-El guarda pesa, cuenta y mide.

-Verificador.
-El verificador es un profesional o un técnico especialista en determinado rubro, que tiene a su cargo constatar la calidad y determinar el verdadero valor de un producto. Tiene que ser un experto porque a veces lo que se comercia son sustancias medicinales o tóxicas, de difícil traslado y manipulación.

-Inspector.
-Esos son los policías aduaneros.

-¿Los policías no son los de Seguridad Aeroportuaria?
-Esos son otros, que se encargan de la seguridad, precisamente, de los pasajeros y las instalaciones. Los nuestros sólo operan en el área de la Aduana y para cuestiones específicas que tienen que ver con el comercio internacional o la entrada y salida de mercaderías. 

Abrevalijas en Ezeiza

Desde los tiempos de La República de Platón, el dilema sin resolver de una sociedad perfecta es quién vigila a los vigiladores, quién custodia a los custodios. Con los policías aduaneros se reproduce el drama de los policías comunes, llámense metropolitanos, bonaerenses o riojanos: qué pasa cuando los responsables de prevenir y reprimir el delito se convierten en sus instigadores y principales protagonistas.

Quise saber si en el departamento Legal tienen estadísticas de eficacia en la prevención o intercepción de contrabando.
-No hay estadísticas, hay cálculos a ojímetro. De vez en cuando desde la Dirección General bajan informes con supuestos éxitos aduaneros, pero son más para estimular a los agentes que otra cosa. Yo calculo que frenamos el 1 o el 2 por ciento del contrabando y lo demás pasa.

-¿Mantenemos toda la estructura de la Aduana para pescar apenas el 1 o el 2 por ciento de lo que se contrabandea?
-Y sí, fijate que casi todos los casos conocidos de contrabando son resultado de la reiteración. Desde la mafia de los contenedores hasta Simonetta Orsini.

-¿Quién?
-La de la joyería, la socia de la mujer de Gerardo Ferreyra, de Electroingeniería. Acordate que allanamos el local de ella y otras 10 joyerías.

-No estaba al tanto. ¿Y, qué pasó con Simonetta?
-Cayó porque repitió 20 veces la misma maniobra. Como los otros. En todos los casos los descubrimos por repetición, cuando ya han entrado 10 contenedores. Por eso calculo que somos efectivos en un muy reducido porcentaje.

Abrevalijas en la pista del Aeroparque Newbery

Antes de preguntarle si quería tomar algo más y despedirnos, le dí con el gusto y le pregunté por los chinos.
-Son los peores -respondió encantada; evidentemente había estado a la espera de la ocasión. Con esos no se jode. Mirá, a un pesado como Santanna le cruzaron la camioneta un par de veces. Y eso que Santanna era el hombre de Stiuso en la Aduana.

-¿De Stiuso o de Echegaray?
-De Stiuso, el que lo manda a la Aduana es Stiuso, ahí se hace amigo de Echegaray y se mandan todas las atorrantadas que se les conocen. Pero los chinos ni se fijaron en todo eso: primero lo apretaron a él, y cuando estuvo detenido la apretaron a la mujer. Eso es mafia y no macanas.

-¿Son supermercadistas? ¿Comerciantes del Barrio Chino de Belgrano?

Ahí la Abogada me miró como a un ser inferior. Su explicación no fue muy coherente, tampoco:
-Los chinos no son chinos. Nosotros les decimos chinos porque trabajan con chinos: con mercadería que viene de Hong Kong.

Interiormente pedí perdón por mis fantasías previas al pueblo chino y lamenté que Eduardo Sacheri se perdiera tanto material para alguna de sus novelas.

-¿Y qué querían los chinos que no son chinos?
-Que les bajaran un poco las coimas y les habilitaran depósitos fiscales. La llave para el contrabando grande es tener un depósito fiscal.