Mostrando las entradas con la etiqueta Daniel Rafecas. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Daniel Rafecas. Mostrar todas las entradas

domingo, 15 de marzo de 2015

Pacto improbable… De Alguna Manera...

Pacto improbable…

Presidenta Saliente, Cristina Fernández De Kirchner. Dibujo: Pablo Temes

En los Tribunales no imaginan acordar con los K. El caso Moldes y la nueva SIDE.

En los pasillos de Tribunales aseguran que el fiscal ante la Cámara Federal Penal Germán Moldes no tiene miedo. Tiene la piel curtida y no es un hombre fácil. El nunca lo dirá pero le preocupa la situación de indefensión en que los fiscales y jueces que tramitan causas que son cruciales para el poder desarrollan su trabajo. Ya no es un secreto para nadie que se lo ha dejado muy solo. “El poder político ha intentado marcarle la cancha una y otra vez, sin darse cuenta de que todo será en vano. Moldes hará su trabajo y decidirá según su conciencia”, señala una voz que conoce al dedillo lo que sucede en los tribunales de la avenida Comodoro Py.

Algunas presiones hasta parecen infantiles, como el hecho de haberle retirado el auto oficial que usaba desde hace varios años. Lo más preocupante es que, en materia de seguridad, Moldes cuenta sólo con los dos oficiales de policía que lo han acompañado desde hace quince años y que, según el turno, nunca se cruzan. Nadie se ha comunicado con él para ofrecerle apoyo, mientras debe decidir sobre una de las causas más sensibles de su carrera. Alguien le ha escuchado decir: “Nunca pedí nada y no lo voy a hacer ahora. Soy un viejo criado en Boedo, y no es momento de llorar; este trabajo es así”.

En Comodoro Py 2002 todos miran de reojo a la Sala I de la Cámara Federal –integrada por los doctores Jorge Ballestero, Eduardo Farah y Eduardo Freiler–, que debe decidir si avala la decisión del juez Daniel Rafecas de desestimar la denuncia del fallecido Alberto Nisman o hacer lugar a la apelación del fiscal Gerardo Pollicita. Quienes conocen el paño aseguran que el clima está enrarecido. Hay quienes escucharon a algún miembro de la Sala en cuestión debatirse entre aceptar el desafío de abocarse al caso o excusarse, utilizando como argumento el hecho de haber intervenido en el fallo que declaró inconstitucional el memorándum de entendimiento entre la Argentina e Irán. Otros especulan con la velocidad con que los jueces convocaron a la reunión entre las partes, pero todos concuerdan en que el fallo será dividido, en una sala impredecible.

Sin pacto. 

Respecto del supuesto pacto entre un sector del Poder Judicial y el Gobierno, al menos tres fuentes distintas del ámbito judicial coinciden en que hubo un intento de avanzar con esa iniciativa. El objetivo consistía en calmar las aguas y dejar en stand by las causas que complican al Ejecutivo al menos hasta el mes de diciembre. Un hombre de mucho peso en los tribunales de Retiro le restó importancia a toda esa maniobra con un argumento curioso pero bastante realista: “El pacto es impracticable. De un lado está impulsado por el miedo.

El Gobierno teme que la Justicia les caiga encima a varios de sus referentes. Además, ningún pacto es posible cuando uno de los interesados es tan impredecible que puede cambiar el rumbo y dinamitar todo en la próxima Cadena Nacional. Del otro lado, los gestores judiciales de ese pacto tienen tan poca legitimidad que sus instrucciones sólo podrían ser acatadas por aquellos que persiguen intereses mezquinos, como aspirar a un nuevo modelo de auto, sumar algún empleado o hasta conseguir una nueva impresora para el despacho. Son la vergüenza de Comodoro Py: si uno se pelea con ellos, no debe intentar patearlos porque le afanan el zapato” (sic).

Mientras tanto, avanza el intento de copamiento que el Gobierno intenta concretar en distintos ámbitos judiciales. La guerra que viene tiene como escenario la Corte Suprema. Ahí hay varias batallas en ciernes. La primera de ellas será el intento de imponer a Roberto Carlés como reemplazante del renunciado Eugenio Zaffaroni. De no producirse algo sorpresivo y escandaloso, esa nominación –que hace agua por todos lados– no tiene más destino que el fracaso. La razón es simple: el oficialismo no tiene en el Senado los votos necesarios para imponerlo.

La otra idea que anda dando vueltas es la de la ampliación del número de miembros de la Corte a siete o a nueve miembros. Es lo mismo que hizo, no bien asumió, el ex presidente Carlos Menem con un solo objetivo: lograr una Corte adicta que le asegurara impunidad. Para lograr esto es necesaria una ley para cuya aprobación alcanza con la mayoría simple. El problema aparecerá cuando haya que designar a los nuevos miembros porque allí se presentará para el oficialismo el mismo escollo que hoy existe para el nombramiento de Carlés. La consecuencia de todo este engorro podría ser la parálisis de la Corte.
Poco inteligente.

Lo que está ocurriendo en la Agencia Federal de Inteligencia –la nueva SIDE– es muy grave. La nómina de designaciones que publicó ayer la revista Noticias muestra el objetivo buscado por el Gobierno con la creación de este ente que no es otro que el de insistir con la viejas y denostadas prácticas de persecución a cuanto adversario se cruce en el camino del kirchnerismo.

Esto también forma parte del plan de copamiento de las estructuras del Estado por parte del oficialismo con la intención clara de condicionar a quien vaya a suceder a Cristina Fernández de Kirchner a partir del 10 de diciembre de este año.
Si a esta circunstancia se le suman los desbarajustes de la economía, se está en presencia de verdaderos escollos para el próximo gobierno que, para superarlos, deberá trabajar intensamente desde el vamos en la búsqueda de acuerdos políticos a partir de lo que se construya como una base de sustentación que dé solidez a las medidas que habrá que tomar para reordenar, entre otras cosas, las cuentas fiscales. Eso lo saben y lo aceptan todos, incluidos los dos candidatos más fuertes del kirchnerismo: Daniel Scioli Florencio Randazzo.
En medio del fárrago de datos –algunos verdaderos y otros falsos– que la Presidenta enunció en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, dijo: “Les dejo un país incómodo a los dirigentes que vengan”. Fue una gran verdad en pos de la cual Cristina Fernández de Kirchner trabaja con ahínco con la ilusión de volver algún día al poder que tanto le duele perder.
Producción periodística: Guido Baistrocchi, con Santiago Serra.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 15/038/2015 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

jueves, 5 de marzo de 2015

Nisman Lado A… Nisman Lado B… De Alguna Manera…


La difusión de los documentos que Nisman tenía preparados para presentar a la ONU, que afirmaban lo contrario a lo que presentó en su denuncia, confirma que fueron firmados casi al mismo tiempo que su acusación. Hacen referencia al discurso de CFK en la ONU de septiembre de 2014 y a una reunión de Interpol de noviembre de ese año.

Un caso del doctor Jekyll y mister Hyde

A través del sitio de la Corte Suprema, el juez Rafecas dio a conocer los dos escritos guardados en la caja fuerte de la fiscalía en los que Nisman planteaba acudir a la ONU y elogiaba la política del Gobierno en el caso AMIA.

Los escritos guardados en la caja fuerte de la fiscalía demuestran que había dos Alberto Nisman. En esos textos decía que la política del Gobierno en el caso AMIA consistía en que “Irán retrocediera y que someta a los acusados a la jurisdicción argentina”. Al mismo tiempo, en los tribunales presentaba una denuncia en la que acusó al Gobierno de encubrimiento. O sea, de favorecer a los acusados iraníes.

Las fechas tienen trascendencia porque muestra cuándo el fiscal los convalidó por última vez. Los textos de Nisman comienzan así: “Transcurridos más de siete años del establecimiento de las capturas con alertas rojos respecto de cinco imputados iraníes...”. Si se considera que los alertas rojos fueron establecidos por la Asamblea General de Interpol de Marraquesh, el 7 de noviembre de 2007, los más de siete años de los que habla Nisman llevan al menos a diciembre de 2014. Esto comprueba que el texto fue redactado o actualizado en esa fecha. Es decir, que la elaboracion fue contemporánea a la denuncia en la que se afirma lo contrario de lo que dicen estos escritos hallados en la caja de seguridad.

Otra prueba es que Nisman menciona el discurso de Cristina Kirchner en la Asamblea General de las Naciones Unidas del 24 de septiembre de 2014, lo que también indica que estuvo actualizando el texto al mismo tiempo que hacía consideraciones directamente opuestas en la otra redacción, la de la denuncia.

El juez Daniel Rafecas dio a conocer ayer, a través del sitio oficial de la Corte Suprema, el Centro de Información Judicial (CIJ), la declaración testimonial de la secretaria letrada de Nisman, Soledad Castro, que fue quien le entregó los escritos guardados en la caja de seguridad de la fiscalía. Castro contó que Nisman fue postergando la presentación de alguno de los dos escritos elaborados en función de los vaivenes del Memorándum de Entendimiento. Primero, los postergó porque la ola fluía hacia el acuerdo con Irán. Luego quedó pendiente porque la República Islámica no le daba el visto bueno al memorándum. Posteriormente se declaró la inconstitucionalidad y, al final, Nisman optó por la denuncia contra la Presidenta y el canciller. Pero en todo momento ordenó que se mantuvieran los escritos actualizados. Los fechó en diciembre de 2014 y le puso algunas rúbricas con fecha de enero de 2015. Esto último demuestra que Nisman, con su firma, avalaba al mismo tiempo textos en los que, por un lado, elogiaba las posturas del Gobierno y, por el otro, formulaba una denuncia furibunda en que imputaba a su máxima autoridad.

Papeles

Los escritos de la caja de seguridad no son textos improvisados ni pequeños resúmenes. Son dos pedidos al Poder Ejecutivo que ocupan, cada uno, 55 páginas. Y tienen desarrollos largos y fundamentados.

Se trata de dos escritos mellizos. Uno, para el caso de que el memorándum fuera convalidado por Irán. El otro, casi idéntico, para la alternativa de que el régimen iraní siguiera sin hacerlo votar en su Congreso o no manifestara su voluntad de cumplir con lo firmado.

En ninguno de los dos existe la menor referencia a que el memorándum fuera un delito –sí se dice, al pasar, que es inconstitucional–, pero se considera a la política del Gobierno en forma muy positiva. Por ejemplo, dice que una vez establecidos los alertas rojos, “de allí en adelante, el objetivo central de la Justicia, de los familiares de las víctimas y del gobierno de la Nación Argentina fue lograr la detención de los imputados a fin de proceder a su posterior enjuiciamiento, naturalmente, con todas las garantías que brinda la Constitución Nacional”.

En la denuncia, Nisman escribió exactamente lo contrario: que la política de la Presidenta y el canciller era ayudar a los iraníes a que esquiven a la Justicia argentina.

2014

En los escritos hay una detallada enumeración de los discursos de Néstor y Cristina Kirchner ante la ONU, incluyendo elogios al último del 24 de septiembre de 2014. Nisman transcribe palabras de CFK recordando que “primero Néstor y luego quien les habla, reclamamos a Irán, año por año, en 2007, 2008, 2009, 2010, 2011 hasta que finalmente Irán aceptó una reunión bilateral, algo que nunca había aceptado. ¿Para qué queríamos esa colaboración judicial? Para que declaren los acusados ante el juez”, transcribe Nisman, sin decir nunca que aquello fuera un encubrimiento.

“Y ese mismo día continúa Nisman, en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, CFK volvió a tocar el tema. ‘Después de la acusación del fiscal, aceptada por el juez, insistimos una y otra vez hasta que en 2012 se concretó una reunión bilateral y pudimos firmar el memorándum para que esos acusados declaren ante el juez. En mi país no existe la condena en ausencia. Por eso deben ser interrogados, deben ser juzgados, es lo que indica la Constitución’.” El tono es de elogio a las palabras de la Presidenta, no de crítica. Y la conclusión de Nisman es categórica: “La lectura hilvanada de estos reclamos ostensiblemente revela que esta demanda fue lograr que la República de Irán sometiera a los acusados de origen iraní a la jurisdicción argentina”.

Naciones Unidas

Como se sabe, Nisman nunca llegó a presentar ninguno de los dos escritos. Estaban dirigidos al Poder Ejecutivo nacional y se iban a cursar a través de la procuración. El objetivo era que la Argentina le pidiera al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que obligara a Irán a entregar a los sospechosos iraníes a la justicia argentina.

Nisman, en el texto, menciona dos antecedentes. El más importante es el de Lockerbie, el caso que tuvo que ver con una bomba en un avión de Panam. El aparato cayó en la localidad escocesa de Lockerbie y el reclamo conjunto del Reino Unido y Estados Unidos fue contra Libia. Nisman sostiene en sus escritos que Libia terminó entregando a los dos sospechosos en virtud de sanciones impuestas por Naciones Unidas. La realidad es que esa controversia se superó a través de un Memorándum de Entendimiento firmado por Libia, Estados Unidos, Escocia y Holanda, por el que se convino la realización de un juicio en este último país.

El memorándum fue gestionado por la Unión Africana con un protagonista principal: Nelson Mandela. El ejemplo más bien parece darle la razón al gobierno argentino en su política. El otro ejemplo señalado por Nisman es el de las sanciones impuestas a Sudán por no entregar a tres sospechosos de haber intentado asesinar al presidente de Egipto, Hosni Mubarak. Sudán terminó negociando la colaboración judicial con Egipto y Estados Unidos.

La realidad es que, hoy, Irán es uno de los países más sancionados a nivel internacional por su programa nuclear. Justamente eso es lo que están negociando en este momento cinco de los países más desarrollados, incluyendo Estados Unidos, sentados a la mesa con Irán. La negociación podría llegar a buen puerto antes de fin de mes y tiene un adversario principal, Israel. Un nuevo pedido de sanciones hubiera sido bien visto por Jerusalén, pero casi seguro habría tenido el veto de China y Rusia.

Según revelaron fuentes de la Cancillería, Nisman nunca consultó al equipo legal del Ministerio de Relaciones Exteriores sobre la posibilidad de pedir por las extradiciones en el Consejo de Seguridad.

Discursos

En los dos textos de la caja de seguridad, Nisman es muy elogioso de las palabras de la Presidenta en las Naciones Unidas, aun después de firmado el memorándum. Por ejemplo, cita el discurso de CFK en 2013: “Que no se confunda paciencia con ingenuidad o estupidez. Queremos las fechas de cuándo va a aprobar Irán el memorándum, cuándo se conformará la Comisión de la Verdad y cuándo podrá viajar el juez a Teherán a tomar las declaraciones. Queremos respuestas. Ya pasó un tiempo prudencial”.

Al citar este discurso, Nisman no habla ni de que el memorándum sea delictivo ni de que la Comisión de la Verdad fuera un acto criminal para encubrir a los iraníes. Se lamenta de que el reclamo se haya tenido que “flexibilizar” por la dureza de la postura iraní. Lo pone en estos términos: “Ante esa falta de resultados respecto del objetivo de lograr la detención de los imputados, el gobierno nacional, con el paso del tiempo, fue flexibilizando su postura: al primigenio reclamo de que los imputados se sometan a la Justicia argentina le siguió la propuesta de que se lleve a cabo un juicio en un tercer país y a ello sobrevino la aceptación de una negociación propuesta por el gobierno irnaí, que culminó en la celebración de un tratado bilateral”. Ya en su redacción final, Nisman deja en claro que el memorándum no logrará el objetivo y por eso propone recurrir a las Naciones Unidas.

Aun así, concluye: “Lo expuesto es, ni más ni menos, que la solución legal a la indignante renuencia iraní. Y no sólo contribuye a satisfacer la demanda de justicia que legítimamente sostienen las víctimas del ataque y sus familiares, sino que, incluso, coincide con lo que en reiteradas ocasiones, desde el año 2007, vino reclamando el gobierno argentino”.

En otras palabras. En la caja de seguridad, los textos dicen que el Gobierno viene reclamando, en reiteradas ocasiones, llevar a la Justicia a los iraníes. En el otro texto, el de la denuncia, dice que el Gobierno ayuda a los iraníes a eludir a la Justicia.



© Escrito por Raúl Kollmann el jueves 05/03/2015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 1 de marzo de 2015

¿Hay justicia?... De Alguna Manera...


¿Hay justicia?


Strassera: la muerte del simbólico fiscal promueve reflexión. Foto: Marcelo Aballay


La Justicia es un sistema, pero K y anti K viven futboleramente repudiando al árbitro cuando cobra en contra.
 
La simbólica muerte del fiscal más emblemático de la Argentina pocas horas después de que el juez Rafecas desestimara la denuncia del fiscal Nisman –y del codenunciante fiscal Pollicita– sosteniendo en su fallo que el Gobierno no sólo no buscó encubrir la investigación sobre el atentado a la AMIA, sino que hizo todo lo posible por esclarecerlo, llenó de perplejidad a muchos, dejando omnipresente la pregunta sobre si existe la justicia. Para tener dimensión del fallo de Rafecas, vale imaginar que si Nisman hubiera sido un particular denunciando judicialmente a otro particular, podría hoy ser demandado por falsa denuncia y responsabilizado por el daño que produjo su acusación.


Los abogados siempre les explican a sus clientes que la justicia es una virtud que, como a todas, los humanos nos acercamos a su cumplimiento siempre imperfectamente, pero a  lo que los tribunales de todo el mundo se dedican es a aplicar el derecho, a decir si los hechos se adecuan a las normas sancionadas sin entrar en esencia a discernir sobre la calidad de esas normas.  “Los hechos” tampoco son necesariamente los hechos porque los jueces ponderan evidencias sobre los hechos y no pocas veces distintas personas consideran evidencia a distintas cosas. Y luego viene la interpretación sobre esa evidencia. Cualquier persona que pasó por un juicio convencida de su razón escuchó de su abogado la advertencia sobre que “hay media biblioteca a favor y media biblioteca en contra”.


Si Nisman fuera un particular que acusó a otro particular, hoy podría ser demandado por falsa denuncia


La pregunta sobre si hay justicia es muy parecida a la pregunta sobre si existe la objetividad en el periodismo. La prédica que reclama “el fin de la hipocresía”, sustituyendo el periodismo profesional (“una mera máscara para esconder sentimientos y preferencias personales”) por el periodismo militante, tiene el mismo fundamento que la que propone jueces y fiscales comprometidos con una orientación determinada. En ellos hay algunos aciertos en el diagnóstico del problema de la subjetividad humana, pero la terapia que proponen para corregirlo daña más que lo que repara.


Otro ejemplo son los países de partido único donde el Poder Judicial, junto con la prensa, depende del poder político. Por eso, cuando se aspira a la justicia aplicando un estricto rigor como si se tratara de una ciencia, inexorablemente se cae en la frustración. La justicia sólo puede ser humanamente alcanzada como un sistema dentro del cual haya diferentes instancias y que cada una pueda rever la anterior junto con un sistema de división de poderes que amortigüe las consecuencias de la subjetividad humana.


Personalmente, siempre desconfié de la intencionalidad política de Nisman, inicialmente a favor del kirchnerismo y al final en contra, por sus anacronismos al desestimar casi ofensivamente la denuncia de Eliaschev dos años antes de que se firmara el acuerdo con Irán, y luego esperar otros dos años para recién presentar su acusación cuando la mayoría de las escuchas en las que basó su presentación eran previas aun a la firma del tratado con Irán.


Habiendo sido Perfil el diario que publicó la denuncia de Eliaschev, sin tener intereses comerciales ni sociales para odiar especialmente a este gobierno y habiendo sido crítico del kirchnerismo desde el primer día, nunca este diario sobreactuó republicanismo ni santificó a Nisman tras su muerte. Lo que también le permitió poder criticar libremente a quienes hacían uso político del cadáver de Nisman dando como cierta una hipótesis de su muerte, aunque fuera la más probable.


En la última contratapa titulada “Inflación de significantes” se criticó el sensacionalismo de la retórica oficialista al usar expresiones como “terrorismo mediático”, “golpe blando” y “partido judicial”. Lo mismo le cabe a la oposición, especialmente a Elisa Carrió, cuando apela al efectismo de anunciar ahora un “autogolpe” y repetidamente referirse a la muerte de Nisman como “magnicidio”.


La Justicia es un sistema, pero K y anti K viven futboleramente repudiando al árbitro cuando cobra en contra.


Ayer la escritora Mori Ponsowy publicó una columna en el diario La Nación, titulada “Había tierra fértil para el kirchnerismo”, y refiriéndose a las motivaciones del 25% que todavía apoya a la Presidenta, analizó la posibilidad de que antes del surgimiento del kirchnerismo ya hubiera “una base formada de millones de personas que de verdad piensan en términos de conspiraciones, gente que no puede leer la política más que como un juego de suma cero, que cree en la posibilidad de golpes de Estado en nuestro país después de treinta años de democracia, y que está convencida de que hay un enemigo por vencer”.


Tesis sostenidamente compartida por estas columnas con el agregado del pronóstico de que esa forma de ver la realidad continuará tras la finalización del kirchnerismo porque incluye también a parte de la oposición, como se percibe en el in crescendo del discurso de Carrió, que al “autogolpe” que dará el Gobierno mañana domingo –al inaugurarse el año legislativo– sumó que “la designación de Wado de Pedro, actual miembro del Consejo de la Magistratura, seguramente es producto de haber negociado con el juez Rafecas la desestimación de la denuncia del fiscal Nisman y de la acusación del fiscal Pollicita, ya que éste estaba acusado ante el Consejo de la Magistratura por su actuación en el caso Boudou, un acuerdo con el Gobierno que incluye la salida de Capitanich y su reemplazo por Aníbal Fernández”.


Si cada sector al que le toque ser la oposición del momento se comportara como esos fanáticos del fútbol para quienes el árbitro merece siempre ser insultado cuando cobra en contra de su equipo y es un groso cuando lo hace a favor, aunque se vaya el kirchnerismo, no habrá justicia porque la Justicia es un sistema de valores compartidos.


© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 28/02/2015 y  publicado por el Diario Perfil de la ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Contenido relacionado