domingo, 27 de enero de 2019

No hay Macri sin Vidal… @dealgunamanera...

No hay Macri sin Vidal…

Super Roberto, Roberto Lavagna. Dibujo: Pablo Temes

Según encuestas que maneja la Casa Rosada si el Presidente va solo no gana Buenos Aires.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 27/01/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Lo del desdoblamiento electoral en la provincia de Buenos Aires es asunto terminado.” Así –con esa contundencia– una voz de Cambiemos daba por tierra con el sinfín de especulaciones que se tejieron –y se siguen tejiendo– acerca de un asunto que alentó fuertemente María Eugenia Vidal y que de igual manera disgustó a Mauricio Macri. A decir verdad, no solo a Macri sino también a uno de sus “ojos”: Marcos Peña.

Vidal y Peña hace tiempo que tienen una visión diferente y distante de la realidad; una relación ajada. La gobernadora tiene un contacto con la vida diaria de la gente del que el jefe de Gabinete carece. En esta pulseada que genera tanto desasosiego dentro del oficialismo, a Macri y a Peña hay que agregarle otro protagonista clave: Jaime Duran Barba.

De qué lado estás. Quienes militan por el desdoblamiento se ilusionan en conseguir algún apoyo por parte del consultor ecuatoriano que los habilite a seguir adelante con la idea. “Jaime ya no da un ‘No’ rotundo como respuesta; ahora se lo escucha decir ‘veremos, hay que estudiarlo’,” señala una voz del oficialismo provincial. El problema es que, mientras la definición se alarga, el tiempo corre. La fecha límite es el 15 de febrero. Para Vidal, el desdoblamiento tiene sentido si la fecha de la elección no va más allá del 30 de junio. Y para eso hace falta una ley que debería ser presentada ante la Legislatura bonaerense el 1° de marzo, para que fuera aprobada no mucho más allá del 15 de marzo y poder tener así 90 días para organizar y llevar adelante la elección.

Con encuestas que van y vienen, de varias de las que se manejan en la Casa Rosada, se desprende que hoy, si el Presidente va solo, la provincia de Buenos Aires la pierdeLa necesidad que tiene de compartir boleta con Vidal es absoluta. Paradoja interesante –como lo son todas las paradojas– la que los une a Macri y a Cristina Fernández de Kirchner: a ella también la perjudicaría el desdoblamiento ya que muchos intendentes peronistas se verían liberados de verse obligados a compartir boleta con la ex presidenta y podrían escapar de la dura –y por momentos feroz– interna del PJ.

Entre tanta navegación por las procelosas aguas de la interna, hubo un hecho que le trajo sosiego al Gobierno: la reunión entre el Presidente y Elisa Carrió. La foto de ambos sonrientes es producto de la necesidad de Cambiemos. La unidad de la coalición es una condición indispensable para poder enfrentar la elección con alguna chance de éxito. Se acordó allí que las disidencias de Carrió seguirán –“son las propias de una coalición”– y que su participación en la campaña será muy activa. Se la verá acompañar a los candidatos de Cambiemos en todo el país. Y junto a ella estará el ex vicejefe de Gabinete, Mario Quintana.

En este marco, hay un nombre que desvela tanto a opositores como a oficialistas: Roberto Lavagna. Un dato objetivo: el ex ministro de Economía ha elevado significativamente su actividad política y su posible candidatura ya no tiene la categoría del disparate. Y en Alternativa Federal la movida en favor de esa postulación crece.
Un primer análisis que se hace en ese espacio es que con Lavagna se puede ir hacia la conformación de una coalición electoral absolutamente imprescindible para aspirar a una buena elección.

Y esto es así porque varios dirigentes importantes del radicalismo y del socialismo están dispuestos a apoyarlo. “Esta elección se definirá en segunda vuelta y si se tiene en cuenta que tanto Macri como Cristina tienen entre 60% y 70% de imagen negativa, eso nos da chances”, señala con entusiasmo un dirigente del Peronismo Federal.

Esto complica las aspiraciones presidenciales de Sergio Massa, quien el 4 de febrero tendrá una reunión en Mar del Plata con varios gobernadores. Será una continuidad de la que ya tuvo en Córdoba. Massa ha dicho que, si Lavagna decidiera ser candidato, debería haber una interna. Esta idea no es compartida por varios de los caciques del Alternativa Federal que, encuestas en  mano, piensan que hay que evitar ese proceso para evitar un desgaste innecesario y para colocarlo al ex intendente de Tigre como candidato a competir por la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Allí las encuestas le dan muy bien. Por eso no se descarta que en el encuentro del lunes 4 en La Feliz, los mandatarios provinciales lo insten a Massa a resignar sus aspiraciones presidenciales y a enfocarse decididamente en la geografía electoral bonaerense.   

Aire oficial. La macroeconomía le viene dando al Gobierno un resuello. La estabilidad del precio del dólar más la felicitación que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, recibió por parte de la Directora gerenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde llevaron tranquilidad a la Casa Rosada. Lagarde no se quedó ahí sino que vaticinó que, en caso de ganar las elecciones CFK, el espectro de la incertidumbre se abatirá nuevamente sobre nuestro país. Nada de esto tendrá ningún peso electoral si, para la mucha gente que hoy no llega a fin de mes, no aparecen mejoras concretas en su economía personal. Abril y marzo viene con más aumentos de tarifas.

El plebiscito en La Rioja para aprobar o rechazar la re-reelección de su gobernador, Sergio Casas, obliga a dos lecturas. La primera, relacionada con la situación interna de la Corte Suprema. El muy controvertido fallo adverso al Gobierno fue otra muestra de la falta absoluta de poder de su presidente, Carlos Fernando Rosenkrantz.

Su mandato tiene fecha de caducidad. La segunda, de índole político, nos retrotrae al intento que con igual fin hizo el entonces gobernador de Misiones, Carlos Rovira. Aquello ocurrió en 2006 y el rechazo a esa iniciativa frenó la oleada de re-reelecciones que hubieran intentado otros mandatarios provinciales. Fue el coraje cívico del obispo Joaquín Piña –el jesuita a quien mucho apoyó y ayudó el entonces cardenal Jorge Bergoglio– quien se puso al frente de la campaña que terminó rechazando esa medida que tenía como único objetivo la perpetuación en el poder de Rovira.

La idea feudal del poder es algo instalado en las provincias más empobrecidas de la Argentina. Es una simbiosis de nefastas consecuencias sociales, económicas y políticas. Y lo más penoso es observar cómo, a pesar del paso tiempo, los hechos se repiten a la manera de un sino.

“Lo que fue, eso será, y lo que se hizo, eso se hará; no hay nada nuevo bajo el sol” (Eclesiastés 1-9).

Producción periodística: Lucía Di Carlo.

Links recomendados:

Bolsonaro, una suerte para Macri, por Jorge Fontevecchia


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sábado, 26 de enero de 2019

Es ley en Tierra del Fuego el uso medicinal del cannabis… @dealgunamanera...

Es ley en Tierra del Fuego el uso medicinal del cannabis…


A través del decreto 116/19, el Gobierno provincial promulgó la ley 1.277 de Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus derivados, estableciendo así un marco regulatorio para su utilización con fines terapéuticos y paliativos.

© Publicado el jueves 24/01/2019 por El DiarioElectrónico Actualidad Tierra del Fuego de la Ciudad de Río Grande, Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Para la redacción de esta ley fueron consultados prestigiosos especialistas, asociaciones vinculadas a la temática y los propios usuarios.

Si bien, en principio, el objetivo era que la provincia adhiriera a la ley nacional 27.350,  se decidió avanzar en una normativa que abarcara a más patologías, a todos los síndromes y enfermedades crónicas, y a las que estime el médico tratante.

La cobertura y prestación médico-asistencial estarán garantizadas por el Sistema Público de Salud  y deberán ser incorporadas como prestaciones obligatorias a los servicios que brinda la Obra Social de la Provincia de Tierra del Fuego (OSPTDF).

Cabe aclarar que la legislación provincial no habilita a los potenciales usuarios el auto cultivo de cannabis, ya que el artículo 5 de la Ley nacional de Drogas lo prohíbe.

Sin embargo, la normativa habilitaría en un futuro a las familias que requieran producir su propio aceite, ya que existen en el país varios fallos judiciales autorizándolos. Al contar con una legislación en Tierra del Fuego, la Justicia tendrá más herramientas para avanzar.



jueves, 24 de enero de 2019

Un avión P-3B Orion sobrevoló la Zona Económica Exclusiva... @dealgunamanera...

Un avión P-3B Orion sobrevoló la Zona Económica Exclusiva


La unidad de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración detectó más de 300 pesqueros, en su mayoría poteros, situados en el límite exterior de la zona.

© Publicado el jueves 24/01/2019 por el Periódico Digital Gaceta Marinera de la Ciudad de Punta Alta, Provincia de Buenos Aires, República Argentina.


Un avión P-3B Orion de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración, perteneciente a la Fuerza Aeronaval Nº3, realizó ayer un vuelo desde la ciudad de Trelew, como parte de sus actividades habituales de control del Mar Argentino.

La unidad aeronaval se dirigió desde el lateral Trelew hasta el límite de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), desde donde puso rumbo sur controlando la pesca ilegal hasta la altura de Comodoro Rivadavia.


En dicho trayecto se localizaron más de 300 pesqueros, en su mayoría poteros, situados en el límite exterior de la zona mencionada; concentraciones habituales para esta época del año ya que en su mayoría se dedican a la pesca del calamar.

El vuelo fue propicio, además, para el adiestramiento de tripulantes de la aeronave en sus funciones específicas a bordo, tales como fotografía, radar, comunicaciones por radio y otros sistemas de la aeronave mencionada.


Completado el sobrevuelo de la ZEE, el avión continuó hacia Comodoro Rivadavia a fin de permitir el adiestramiento de los pilotos en prácticas de aterrizaje y entradas instrumentales en el aeropuerto de dicha ciudad.

Completada la misión, la aeronave regresó a su asiento natural en la Base Aeronaval Almirante Zar en la ciudad de Trelew.





Una noche en la Milla 200, controlando a 350 pesqueros extranjeros al borde de la ilegalidad…

Un radar del P-3 Orion muestra una gran concentración de barcos en la Milla 200. (Fotografía: Daniel Feldman / Jornada)

Diario Jornada en el límite de la Zona Económica Exclusiva del Atlántico Sur. La imagen no es nueva pero no deja de sorprender: varios cientos de barcos pesqueros extranjeros en medio de la noche, apostados al borde las aguas jurisdiccionales argentinas y con sus luces a pleno pescando en el límite de lo legal y lo ilegal.

© Publicado el jueves 24/01/2019 por el Diario Jornada de la Ciudad de Trelew, Provincia de Chubut. República Argentina.

Se trata de una virtual ciudad de barcos pescando a mansalva y, en muchos casos, esperando la oportunidad para ingresar en el medio de la noche de manera ilegal a la Zona Económica Exclusiva del Atlántico Sur para depredar el recurso de los argentinos.

Desde la altura de Bahía Blanca y hasta bien al sur del país, la Milla 200 (ubicada a 370,4 kilómetros de la costa argentina) es una extensa frontera compuesta por embarcaciones de todo tipo, la mayoría con banderas de países asiáticos y europeos, con tripulaciones de nacionalidades de todo tipo y casi siempre al borde de la ilegalidad.

Una noche en la milla 200… Video Diario Jornada.

Jornada en el P-3B Orion


El último viaje de control del espacio marítimo fue realizado el miércoles por la noche y un reportero gráfico de Diario Jornada, Daniel Feldman, fue testigo privilegiado de un vuelo que se extendió por más de cuatro horas en incluyó un primer tramo en línea recta desde la Base “Almirante Zar” de Trelew hasta la Milla 200 a la altura de Península Valdés.

Poco después, el avión P-3B Orion de la Armada Argentina enfiló hacia el sur, a la altura de Comodoro Rivadavia, en donde se encontró la mayor concentración de embarcaciones pesqueras de todo tipo y tamaño: alrededor de 350 barcos en el límite de la Zona Económica Exclusiva.

El vuelo incluyó, además, maniobras de adiestramiento (conocidas como “toque y siga”) en el Aeropuerto “General Mosconi” de Comodoro Rivadavia. Se trató de seis “toque y siga”, que consiste en una maniobra de “aterrizaje” en la que se toca la pista y luego se retoma el vuelo.

El Orion de la Armada Argentina salió a este operativo con 17 tripulantes (dos pilotos, ingenieros de vuelo, técnicos, mecánicos y operadores), más el fotógrafo de Diario Jornada.

Durante el viaje se pudo observar a decenas de barcos que estaban “amadrinados” por buques factorías, en los cuales descargan el producto de la pesca para ser procesado. También hay barcos tanque que les suministran combustible, comida, pertrechos y, en algunos casos, hasta cambian la tripulación.





martes, 22 de enero de 2019

Los cerebros ‘hackeados’ votan… @dealgunamanera...

Los cerebros ‘hackeados’ votan…

Fotografía: Eva Vázquez

Algunas de las mentes más brillantes del planeta llevan años investigando cómo piratear el cerebro humano para que pinchemos en determinados anuncios o enlaces. Y ese método ya se usa para vendernos políticos e ideologías.

Fotograma de la película '1984', del director Michael Anderson (1956).

© Escrito por Yuval Noah Harari (*) el domingo 6/01/2019 y publicado por el Diario El País de la Ciudad de Madrid, España.

La democracia liberal se enfrenta a una doble crisis. Lo que más centra la atención es el consabido problema de los regímenes autoritarios. Pero los nuevos descubrimientos científicos y desarrollos tecnológicos representan un reto mucho más profundo para el ideal básico liberal: la libertad humana.

El liberalismo ha logrado sobrevivir, desde hace siglos, a numerosos demagogos y autócratas que han intentado estrangular la libertad desde fuera. Pero ha tenido escasa experiencia, hasta ahora, con tecnologías capaces de corroer la libertad humana desde dentro.

Para asimilar este nuevo desafío, empecemos por comprender qué significa el liberalismo. En el discurso político occidental, el término “liberal” se usa a menudo con un sentido estrictamente partidista, como lo opuesto a “conservador”. Pero muchos de los denominados conservadores adoptan la visión liberal del mundo en general. El típico votante de Trump habría sido considerado un liberal radical hace un siglo. Haga usted mismo la prueba. ¿Cree que la gente debe elegir a su Gobierno en lugar de obedecer ciegamente a un monarca? ¿Cree que una persona debe elegir su profesión en lugar de pertenecer por nacimiento a una casta? ¿Cree que una persona debe elegir a su cónyuge en lugar de casarse con quien hayan decidido sus padres? Si responde sí a las tres preguntas, enhorabuena, es usted liberal.

El liberalismo defiende la libertad humana porque asume que las personas son entes únicos, distintos a todos los demás animales. A diferencia de las ratas y los monos, el Homo sapiens, en teoría, tiene libre albedrío. Eso es lo que hace que los sentimientos y las decisiones humanas constituyan la máxima autoridad moral y política en el mundo. Por desgracia, el libre albedrío no es una realidad científica. Es un mito que el liberalismo heredó de la teología cristiana. Los teólogos elaboraron la idea del libre albedrío para explicar por qué Dios hace bien cuando castiga a los pecadores por sus malas decisiones y recompensa a los santos por las decisiones acertadas.

Hitler no podía construir un mensaje a medida para cada una de las debilidades de cada cerebro. Ahora sí es posible

Si no tomamos nuestras decisiones con libertad, ¿por qué va Dios a castigarnos o recompensarnos? Según los teólogos, es razonable que lo haga porque nuestras decisiones son el reflejo del libre albedrío de nuestras almas eternas, que son completamente independientes de cualquier limitación física y biológica.

Este mito tiene poca relación con lo que la ciencia nos dice del Homo sapiens y otros animales. Los seres humanos, sin duda, tienen voluntad, pero no es libre. Yo no puedo decidir qué deseos tengo. No decido ser introvertido o extrovertido, tranquilo o inquieto, gay o heterosexual. Los seres humanos toman decisiones, pero nunca son decisiones independientes. 

Cada una de ellas depende de unas condiciones biológicas y sociales que escapan a mi control. Puedo decidir qué comer, con quién casarme y a quién votar, pero esas decisiones dependen de mis genes, mi bioquímica, mi sexo, mi origen familiar, mi cultura nacional, etcétera; todos ellos, elementos que yo no he elegido.

Esta no es una teoría abstracta, sino que es fácil de observar. Fíjese en la próxima idea que surge en su cerebro. ¿De dónde ha salido? ¿Se le ha ocurrido libremente? Por supuesto que no. Si observa con atención su mente, se dará cuenta de que tiene poco control sobre lo que ocurre en ella y que no decide libremente qué pensar, qué sentir, ni qué querer. ¿Alguna vez le ha pasado que, la noche anterior a un acontecimiento importante, intenta dormir pero le mantiene en vela una serie constante de pensamientos y preocupaciones de lo más irritantes? Si podemos escoger libremente, ¿por qué no podemos detener esa corriente de pensamientos y relajarnos sin más?

Animales pirateables

Fotografía: Eva Vázquez

Aunque el libre albedrío siempre ha sido un mito, en siglos anteriores fue útil. Infundió valor a quienes lucharon contra la Inquisición, el derecho divino de los reyes, el KGB y el Ku Klux Klan. Y era un mito que tenía pocos costes. En 1776 y en 1939 no era muy grave creer que nuestras convicciones y decisiones eran producto del libre albedrío, y no de la bioquímica y la neurología. Porque en 1776 y en 1939 nadie entendía muy bien la bioquímica, ni la neurología. Ahora, sin embargo, tener fe en el libre albedrío es peligroso. Si los Gobiernos y las empresas logran hackear o piratear el sistema operativo humano, las personas más fáciles de manipular serán aquellas que creen en el libre albedrío.

Para conseguir piratear a los seres humanos, hacen falta tres cosas: sólidos conocimientos de biología, muchos datos y una gran capacidad informática. La Inquisición y el KGB nunca lograron penetrar en los seres humanos porque carecían de esos conocimientos de biología, de ese arsenal de datos y esa capacidad informática. Ahora, en cambio, es posible que tanto las empresas como los Gobiernos cuenten pronto con todo ello y, cuando logren piratearnos, no solo podrán predecir nuestras decisiones, sino también manipular nuestros sentimientos.

Quien crea en el relato liberal tradicional tendrá la tentación de restar importancia a este problema. “No, nunca va a pasar eso. Nadie conseguirá jamás piratear el espíritu humano porque contiene algo que va más allá de los genes, las neuronas y los algoritmos. Nadie puede predecir ni manipular mis decisiones porque mis decisiones son el reflejo de mi libre albedrío”. Por desgracia, ignorar el problema no va a hacer que desaparezca. Solo sirve para que seamos más vulnerables.

Una fe ingenua en el libre albedrío nos ciega. Cuando una persona escoge algo —un producto, una carrera, una pareja, un político—, se dice que está escogiéndolo por su libre albedrío. Y ya no hay más que hablar. No hay ningún motivo para sentir curiosidad por lo que ocurre en su interior, por las fuerzas que verdaderamente le han conducido a tomar esa decisión.

Las personas más fáciles de manipular serán las que creen en el libre albedrío. Tener fe en él, ahora, es peligroso

Todo arranca con detalles sencillos. Mientras alguien navega por Internet, le llama la atención un titular: “Una banda de inmigrantes viola a las mujeres locales”. Pincha en él. Al mismo tiempo, su vecina también está navegando por la Red y ve un titular diferente: “Trump prepara un ataque nuclear contra Irán”. Pincha en él. En realidad, los dos titulares son noticias falsas, quizá generadas por troles rusos, o por un sitio web deseoso de captar más tráfico para mejorar sus ingresos por publicidad. Tanto la primera persona como su vecina creen que han pinchado en esos titulares por su libre albedrío. Pero, en realidad, las han hackeado.

La propaganda y la manipulación no son ninguna novedad, desde luego. Antes actuaban mediante bombardeos masivos; hoy, son, cada vez más, munición de alta precisión contra objetivos escogidos. Cuando Hitler pronunciaba un discurso en la radio, apuntaba al mínimo común denominador porque no podía construir un mensaje a medida para cada una de las debilidades concretas de cada cerebro. Ahora sí es posible hacerlo. Un algoritmo puede decir si alguien ya está predispuesto contra los inmigrantes, y si su vecina ya detesta a Trump, de tal forma que el primero ve un titular y la segunda, en cambio, otro completamente distinto. Algunas de las mentes más brillantes del mundo llevan años investigando cómo piratear el cerebro humano para hacer que pinchemos en determinados anuncios y así vendernos cosas. El mejor método es pulsar los botones del miedo, el odio o la codicia que llevamos dentro. Y ese método ha empezado a utilizarse ahora para vendernos políticos e ideologías.

Y este no es más que el principio. Por ahora, los piratas se limitan a analizar señales externas: los productos que compramos, los lugares que visitamos, las palabras que buscamos en Internet. Pero, de aquí a unos años, los sensores biométricos podrían proporcionar acceso directo a nuestra realidad interior y saber qué sucede en nuestro corazón. No el corazón metafórico tan querido de las fantasías liberales, sino el músculo que bombea y regula nuestra presión sanguínea y gran parte de nuestra actividad cerebral. Entonces, los piratas podrían correlacionar el ritmo cardiaco con los datos de la tarjeta de crédito y la presión sanguínea con el historial de búsquedas.

¿De qué habrían sido capaces la Inquisición y el KGB con unas pulseras biométricas que vigilen constantemente nuestro ánimo y nuestros afectos? Por desgracia, da la impresión de que pronto sabremos la respuesta.

El liberalismo ha desarrollado un impresionante arsenal de argumentos e instituciones para defender las libertades individuales contra ataques externos de Gobiernos represores y religiones intolerantes, pero no está preparado para una situación en la que la libertad individual se socava desde dentro y en la que, de hecho, los conceptos “libertad” e “individual” ya no tienen mucho sentido. Para sobrevivir y prosperar en el siglo XXI, necesitamos dejar atrás la ingenua visión de los seres humanos como individuos libres —una concepción herencia a partes iguales de la teología cristiana y de la Ilustración— y aceptar lo que, en realidad, somos los seres humanos: unos animales pirateables. Necesitamos conocernos mejor a nosotros mismos. 


Códigos defectuosos

Este consejo no es nuevo, por supuesto. Desde la Antigüedad, los sabios y los santos no han dejado de decir “conócete a ti mismo”. Pero en tiempos de Sócrates, Buda y Confucio, uno no tenía competencia en esta búsqueda. Si uno no se conocía a sí mismo, seguía siendo una caja negra para el resto de la humanidad. Ahora, en cambio, sí hay competencia. Mientras usted lee estas líneas, los Gobiernos y las empresas están trabajando para piratearle. Si consiguen conocerle mejor de lo que usted se conoce a sí mismo, podrán venderle todo lo que quieran, ya sea un producto o un político.

Es especialmente importante conocer nuestros puntos débiles porque son las principales herramientas de quienes intentan piratearnos. Los ordenadores se piratean a través de líneas de código defectuosas preexistentes. Los seres humanos, a través de miedos, odios, prejuicios y deseos preexistentes. Los piratas no pueden crear miedo ni odio de la nada. Pero, cuando descubren lo que una persona ya teme y odia, tienen fácil apretar las tuercas emocionales correspondientes y provocar una furia aún mayor.

Si no podemos llegar a conocernos a nosotros mismos mediante nuestros propios esfuerzos, tal vez la misma tecnología que utilizan los piratas pueda servir para proteger a la gente. Así como el ordenador tiene un antivirus que le preserva frente al software malicioso, quizá necesitamos un antivirus para el cerebro. Ese ayudante artificial aprenderá con la experiencia cuál es la debilidad particular de una persona —los vídeos de gatos o las irritantes noticias sobre Trump— y podrá bloquearlos para defendernos.

No obstante, todo esto no es más que un aspecto marginal. Si los seres humanos son animales pirateables, y si nuestras decisiones y opiniones no son reflejo de nuestro libre albedrío, ¿para qué sirve la política? Durante 300 años, los ideales liberales inspiraron un proyecto político que pretendía dar al mayor número posible de gente la capacidad de perseguir sus sueños y de hacer realidad sus deseos. Estamos cada vez más cerca de alcanzar ese objetivo, pero también de darnos cuenta de que, en realidad, es un engaño. Las mismas tecnologías que hemos inventado para ayudar a las personas a perseguir sus sueños permiten rediseñarlos. Así que ¿cómo confiar en ninguno de mis sueños?

Es posible que este descubrimiento otorgue a los seres humanos un tipo de libertad completamente nuevo. Hasta ahora, nos identificábamos firmemente con nuestros deseos y buscábamos la libertad necesaria para cumplirlos. Cuando surgía una idea en nuestra cabeza, nos apresurábamos a obedecerla. Pasábamos el tiempo corriendo como locos, espoleados, subidos a una furibunda montaña rusa de pensamientos, sentimientos y deseos, que hemos creído, erróneamente, que representaban nuestro libre albedrío. ¿Qué sucederá si dejamos de identificarnos con esa montaña rusa? ¿Qué sucederá cuando observemos con cuidado la próxima idea que surja en nuestra mente y nos preguntemos de dónde ha venido?

A veces la gente piensa que, si renunciamos al libre albedrío, nos volveremos completamente apáticos, nos acurrucaremos en un rincón y nos dejaremos morir de hambre. La verdad es que renunciar a este engaño puede despertar una profunda curiosidad. Mientras nos identifiquemos firmemente con cualquier pensamiento y deseo que surja en nuestra mente, no necesitamos hacer grandes esfuerzos para conocernos. Pensamos que ya sabemos de sobra quiénes somos. Sin embargo, cuando uno se da cuenta de que “estos pensamientos no son míos, no son más que ciertas vibraciones bioquímicas”, comprende también que no tiene ni idea de quién ni de qué es. Y ese puede ser el principio de la aventura de exploración más apasionante que uno pueda emprender.

Filosofía práctica

Poner en duda el libre albedrío y explorar la verdadera naturaleza de la humanidad no es algo nuevo. Los humanos hemos mantenido este debate miles de veces. Salvo que antes no disponíamos de la tecnología. Y la tecnología lo cambia todo. Antiguos problemas filosóficos se convierten ahora en problemas prácticos de ingeniería y política. Y, si bien los filósofos son gente muy paciente —pueden discutir sobre un tema durante 3.000 años sin llegar a ninguna conclusión—, los ingenieros no lo son tanto. Y los políticos son los menos pacientes de todos.

¿Cómo funciona la democracia liberal en una era en la que los Gobiernos y las empresas pueden piratear a los seres humanos? ¿Dónde quedan afirmaciones como que “el votante sabe lo que conviene” y “el cliente siempre tiene razón”? ¿Cómo vivir cuando comprendemos que somos animales pirateables, que nuestro corazón puede ser un agente del Gobierno, que nuestra amígdala puede estar trabajando para Putin y la próxima idea que se nos ocurra perfectamente puede no ser consecuencia del libre albedrío sino de un algoritmo que nos conoce mejor que nosotros mismos? Estas son las preguntas más interesantes que debe afrontar la humanidad.

Por desgracia, no son preguntas que suela hacerse la mayoría de la gente. En lugar de investigar lo que nos aguarda más allá del espejismo del libre albedrío, la gente está retrocediendo en todo el mundo para refugiarse en ilusiones aún más remotas. En vez de enfrentarse al reto de la inteligencia artificial y la bioingeniería, la gente recurre a fantasías religiosas y nacionalistas que están todavía más alejadas que el liberalismo de las realidades científicas de nuestro tiempo. Lo que se nos ofrece, en lugar de nuevos modelos políticos, son restos reempaquetados del siglo XX o incluso de la Edad Media.

Cuando uno intenta entregarse a estas fantasías nostálgicas, acaba debatiendo sobre la veracidad de la Biblia y el carácter sagrado de la nación (especialmente si, como yo, vive en un país como Israel). Para un estudioso, esto es decepcionante. Discutir sobre la Biblia era muy moderno en la época de Voltaire, y debatir los méritos del nacionalismo era filosofía de vanguardia hace un siglo, pero hoy parece una terrible pérdida de tiempo. La inteligencia artificial y la bioingeniería están a punto de cambiar el curso de la evolución, nada menos, y no tenemos más que unas cuantas décadas para decidir qué hacemos. No sé de dónde saldrán las respuestas, pero seguramente no será de relatos de hace 2.000 años, cuando se sabía poco de genética y menos de ordenadores.

¿Qué hacer? Supongo que necesitamos luchar en dos frentes simultáneos. Debemos defender la democracia liberal no solo porque ha demostrado que es una forma de gobierno más benigna que cualquier otra alternativa, sino también porque es lo que menos restringe el debate sobre el futuro de la humanidad. Pero, al mismo tiempo, debemos poner en tela de juicio las hipótesis tradicionales del liberalismo y desarrollar un nuevo proyecto político más acorde con las realidades científicas y las capacidades tecnológicas del siglo XXI.

(*) Yuval Noah Harari es historiador y autor, entre otros libros, de ‘Sapiens. De animales a dioses’ (editorial Debate). Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.