miércoles, 25 de diciembre de 2013

Edward Snowden, "Yo ya gané"... De Alguna Manera...


Snowden: “La misión ya está cumplida"...

Informante. Snowden, buscado por EE.UU., goza de asilo temporario en Rusia sólo hasta mediados de 2014. Foto: AFP

"Yo ya gané”, dijo el ex técnico de la NSA que filtró informaciones secretas y está asilado actualmente en Rusia.

A seis meses de la primera filtración sobre las actividades de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense, que pusieron sus programas de espionaje en la mira, Edward Snowden, ex técnico que difundió informaciones secretas, afirmó que "la misión ya está cumplida".

Snowden, el ex consultor de la NSA que confesó ser el responsable de esas filtraciones, dijo a The Washington Post que estaba satisfecho porque el público ahora está informado sobre la vigilancia masiva que el gobierno de Estados Unidos realiza sobre las comunicaciones telefónicas y en Internet.

"Para mí, en términos de satisfacción personal, la misión ya está cumplida", dijo Snowden, acusado de espionaje y prófugo de la justicia estadounidense, en su primera entrevista en persona desde su llegada a Rusia, país que le concedió asilo temporal.

"Yo ya gané. Tan pronto como los periodistas pudieron trabajar, todo lo que yo había tratado de hacer fue validado", dijo en la entrevista con el Post publicada hoy.

"Porque, recuerden, yo no quería cambiar la sociedad. Lo que quería era darle a la sociedad la oportunidad de decidir si quería cambiarse a sí misma", afirmó.

La recolección de datos de comunicaciones por la NSA ha aumentado exponencialmente desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos. El viernes, el presidente Barack Obama dijo que daba la bienvenida al debate sobre el papel de la NSA en momentos en que están latentes posibles cambios en las atribuciones de la agencia en medio de reclamos sobre la protección del derecho a la privacidad.

“No intento tirar abajo a la NSA, trabajo para mejorar a la NSA", dijo Snowden. "Aún hoy estoy trabajando para la NSA. Ellos son los únicos que no se dan cuenta", señaló.

Estimó que fue decisión de los legisladores mantener ocultos los programas de vigilancia de la NSA, y que fue su fracaso en hacer las preguntas adecuadas lo que lo llevó a revelar los secretos de la agencia.

"El sistema fracasó ampliamente, y cada nivel de supervisión, cada nivel de responsabilidad que debió haber abordado esto, abdicó de su responsabilidad", consideró Snowden.

© Publicado el martes 24/11/2013 por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Carta a Papá Noel desde Córdoba... De Alguna Manera...


Insólita carta de un funcionario cordobés a Papá Noel...

Quinteros, autor de la carta a Papa Noel, junto a Luis Juez. Foto: Cedoc.

El juecista Juan Pablo Quinterios critica a De la Sota con un mensaje a tono con la Navidad. En Córdoba un funcionario público realizó una particular carta para Papá Noel. Se trata del vocal juecista en el Ersep, Juan Pablo Quinteros quien aprovechó para criticar con dureza al gobernador José Manuel de la Sota.

Los incendios forestales, los aumentos de tarifas de luz y agua, los cortes de energía, el peso de la tasa vial en el costo del combustible, la inseguridad y los saqueos son algunos de los puntos en los que Quinteros centra su crítica.

Aquí la carta...

Querido Papá Noel:

Te escribo para alertarte que cuando vengas a Córdoba no la vas a encontrar como antes. Si ves las sierras arrasadas por el fuego, te cuento que pese a que se recaudan millones de todos los cordobeses por el “impuesto al fuego”, nadie sabe qué pasa con esa plata y pareciera que la palabra “prevención” no significa nada por estos pagos.

Si ves menos arbolitos apagados, no te asustes, la luz volvió a aumentar este año y encima ahora le metieron un cargo tarifario. ¡Ojo! Puede que sea ahorro o puede que directamente se haya cortado, porque en Córdoba, cuando hace calor, la energía se corta.

Si tus renos tienen sed te prevengo que el agua potable aumentó el 450% en 8 años. Si los renos son historia y te estás manejando en algún vehículo con motor, cargá nafta antes de entrar a Córdoba, acá la “tasa vial” convirtió al combustible en el más caro del país. Si usás la RAC tratá de pasar las cabinas por arriba, se vienen aumentos de entre un 25% y hasta un 257%. ¡Ah! las rutas siguen siendo las mismas.

Cuidado por donde andás, Córdoba está cada vez más insegura y caótica y no respetan a nadie, ni tu condición te va a salvar. Igual traé credencial de identificación, la gente tiene miedo, el Estado la abandonó a su suerte.

Podría seguir pero no quisiera desanimarte.

Te voy a estar esperando y lo único que te pido que traigas es VERDAD, porque en Córdoba, nos quieren hacer creer que

El narcotráfico ¡NO EXISTE!
La corrupción ¡NO EXISTE!
La pobreza ¡NO EXISTE!
La inseguridad ¡NO EXISTE!
La crisis de la salud ¡NO EXISTE!
La injusticia ¡NO EXISTE!
La educación en aulas contenedores ¡NO EXISTE!
El salario indigno ¡NO EXISTE!
Pero en Córdoba sabemos que Papá Noel ¡¡¡EXISTE!!!

FELICES FIESTAS...

Juan Pablo Quinteros
Vocal del Directorio del ERSeP
Frente Cívico de Córdoba

© Escrito por Ariel Bogdanov el martes 24/12/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

lunes, 23 de diciembre de 2013

“En el corazón, en la conciencia y en la historia”... De Alguna Manera...


“En el corazón, en la conciencia y en la historia”...


Aquí el texto del discurso de Norma Morandini durante la sesión en la que se aprobó el pliego del jefe del Ejército, denunciado por una desaparición en la dictadura. El recuerdo de los hermanos desaparecidos de la senadora.

Señor presidente: ¿sabe usted por qué no es correcto llamar ex represor? Porque mientras hay una víctima que nombra al represor, él nunca puede dejar de ser represor. Podemos dejar de ser senadores –somos ex senadores–, podemos dejar de ser gordos –somos ex gordos–, podemos dejar de ser muchas cosas –ex maridos, ex esposas–, pero no podemos nunca dejar de ser madres ni padres, porque el que no nos nombra es el otro.

Pasa exactamente lo mismo con los represores. Mientras haya una víctima, mientras haya una madre de un soldado Ledo, mientras haya un hermano y los que sean, los que continúen en esa familia y marquen y señalen a César Milani como represor, seguirá siendo represor. No depende de lo que nosotros hagamos hoy aquí.

Por eso, el que nombra represor es la víctima; y por eso los crímenes de lesa humanidad no prescriben. Sin embargo, podemos decir ex dictadura, porque la que corrige los efectos de la dictadura es la democracia. Y vaya qué bien que nació la democracia, nada menos que con un juicio a las juntas, que rompió la impunidad de la violencia política en nuestro país y nos hizo arrancar de la mejor manera en la democracia.

Pero hemos reparado poco en ese juicio de las juntas. Porque lo que se iba a condenar era a las cúpulas, pero se iba a inocentar –disculpen, sé que no se dice esa palabra–, perdonar a aquellos que cumplían órdenes. Pero los jueces, desoyendo la estrategia de pacificación del presidente Alfonsín, fueron independientes y pusieron el punto 30 de la sentencia de la condena a los comandantes en jefe.

Ese punto 30 mandó a procesar a todos aquellos que fueran mencionados, acusados, imputados, cuyos nombres aparecieran a lo largo de los seis o siete meses que duró el juicio a las juntas. Por eso vuelvo al ejemplo anterior: la democracia corrige los efectos de la dictadura.

Podría hablar de aquel juicio, de la soledad en que se hizo el juicio. No había dirigentes políticos, los Falcon estacionaban todavía en la puerta. Pero voy a dejar eso, para usar algunos de los argumentos que se han escuchado acá, que más que argumentos me parece que son confusiones.

Claro que no somos un tribunal; este es un poder político y por eso va a dar acuerdo. Y lo que mide no es la responsabilidad penal, lo que consideramos es la idoneidad para alguien que va a cumplir semejante función como es la que se propone para César Milani.

De modo que no juzgamos delitos penales; acá juzgamos la idoneidad, los valores de la persona postulada, y por eso se abre a las impugnaciones. Entonces, cuando venimos a hablar de las impugnaciones que hace el CELS, a quien se le ha pedido su opinión a lo largo de todo este tiempo democrático, por la autoridad que tiene –he reivindicado acá que somos nosotros quienes debemos mediar–, llama la atención que esta vez pareciera ser que hay dos pesas, dos medidas. En algunos momentos, el CELS tiene autoridad y utilizamos sus impugnaciones para medir la idoneidad de aquellos a quienes este Senado, como cuerpo político, va a dar acuerdo político.

Sin embargo, no puedo dejar de mencionar que aquellos mismos que hablan de la presunción de inocencia, que por suerte es un valor que hay que incorporar en nuestra sociedad, donde siempre se ha hecho de la víctima un sospechoso, muchas veces convierten en delitos los que son nada más que derechos.

Y a veces se quieren descalificar nuestros argumentos, legítimos argumentos que no dependen del lugar que uno ocupe en este recinto –si es opositor–; el derecho a la opinión no es un delito y más de una vez escuchamos en este recinto cómo se descalifica. Una nueva confusión de creer que es delito lo que es nada más que el derecho a la expresión.

De modo que de la misma manera en que el represor permanecerá encadenado a la víctima, este cuerpo también va a permanecer encadenado a la decisión que tomemos y a la votación que vaya a hacer cada uno.

Quisiera para mí la mejor argumentación; no argumentación política; quisiera una argumentación humana, porque lo que hoy se va a votar es una cuestión nada más que de conciencia. Se ha hablado de coherencia. Hoy se va a votar, efectivamente, con el hecho de esta votación, cuál es el real compromiso con los derechos humanos.

El que uno sea víctima no da derecho sino que da nada más que autoridad de testigo. Y he criticado mucho a organismos de derechos humanos que desde el sufrimiento de la víctima se han puesto por encima de la ley. He sido muy cuidadosa de no hacer esto en términos personales, pero hoy no voy a dejar el testimonio de la legisladora, no voy a dejar el testimonio de la senadora por Córdoba, voy a dejar el testimonio de la hermana de Néstor y Cristina, mis dos hermanos desaparecidos. Y si alguien habla de tiempo, yo no puedo sustraerme a lo que estoy viviendo y estamos viviendo en mi familia, porque yo debí testimoniar el día lunes en la megacausa de la ESMA. Treinta y siete años después voy a poder testificar porque se ha podido reconstruir lo que pasó con mis hermanos arrojados al mar.¿Y por qué hemos podido reconstruir esto? Porque hubo un agente de Inteligencia –yo no sé qué pasó en el medio, pero traigo esto para que vean la importancia de la información– que estuvo entre ellos y armó una lista. Gracias a esa lista estaba la Pipi, estaba el Lana, estaba la Colorada y estaba yo con un nombre, como la hermana de ellos que no tenían nombre porque no se sabía que eran Cristina Morandini y Néstor Morandini los que estaban en esa lista de aquellos que arrojaron al mar.

He leído en todos estos días todo lo que mi madre hizo. Tengo una carpeta así de lo que hizo mi madre y tantas otras, porque, no nos rasguemos las vestiduras: esto lo hicieron las víctimas. ¡La Verdad y Justicia no ha sido mérito de nadie! ¡Ha sido mérito de las víctimas que han vencido su dolor!, ¡que vencieron el silencio jurídico al que las sometió este país! Porque al inicio era todo un estigma tener desaparecidos, ahora parece que es una cucarda; y de acuerdo a cuánto más cerca o más lejos estemos del gobierno, pasamos a tener un derecho por encima de la ley. El sacrificio de mis hermanos no me da derecho para ponerme por encima de la ley, pero sí me da la autoridad de esas mujeres de pañuelo blanco, como mi madre, que hacían cosas.

Escuchaba recién que hablaban de los camiones, de las respuestas que da Milani, donde él lo único que hacía era traslados, ¡con toda la connotación que tiene la palabra traslados! Hoy sabemos que cuando se hablaba de traslados en la Marina eran los traslados que se hacían los miércoles, cuando los tiraban, los arrojaban al mar. Eso eran los traslados. Dice Milani, en las respuestas que da al CELS, que manejaba camiones. Y recordé las anécdotas que contaba mi madre y otras madres que iban detrás de los camiones. Un día vieron en Córdoba un camión del Ejército que no iba abierto, es decir, iba bien cerrado. ¡Y pensar, sólo pensar en el coraje de estas mujeres que no se daban cuenta del riesgo que corrían al ir detrás de esos camiones verdes, sabiendo que ahí podían estar sus hijos!

De modo que este es el testimonio que yo quiero dejar. ¡No se puede invocar tan fácilmente a los muertos! Yo no vengo a hablar aquí en nombre de los muertos. Vengo a hablar nada más que del sacrificio de mis hermanos Néstor y Cristina.

Y por ese designio del destino, de ese gran titiritero que mueve los hilos, he tenido enorme cuidado, por la coincidencia, de nunca hacer consideraciones de tipo personal para la presidenta Cristina o para el ex presidente Néstor. Sin embargo, hoy no tengo ninguna duda de que hay sólo una forma de honrar a los que no están: construyendo democracia, que es el único antídoto que puede corregir lo que ha encadenado para siempre al represor y a su víctima.

Entonces, no es argumento, señor presidente, el deber a obedecer de la política, cuando fue la obediencia debida con la que se defendían aquellos que cumplían órdenes. Por suerte, el coraje y la independencia de aquellos jueces que alteraron la estrategia de pacificación lo dieron vuelta y mandaron a que fueran enjuiciados los torturadores. Por eso se pudo continuar con los juicios que hoy reconozco que este gobierno ha impulsado, por ese punto 30, que alteró la estrategia de aquellos que se escudaban y decían que habían cumplido órdenes, quienes hoy pueden ser juzgados. De modo que no puede este cuerpo político decir que acá estamos actuando como si fuésemos un tribunal jurídico. Acá estamos midiendo la idoneidad, y no puede tener idoneidad moral aquel que está sospechado. ¿Qué la justicia es lenta? Miren si no es lenta, con el ejemplo que les termino de dar, que treinta y siete años después recién podemos reconstruir la verdad. No sé cuánto demorará en hacerse justicia.

De modo que llegará la justicia, pero lo que es cierto es que desde este recinto, con esta votación, de la misma manera que César Milani quedará encadenado al soldado Ledo y a su descendencia, también la votación que se haga acá quedará encadenada, ya no a la obediencia debida sino a una persona sospechada. Además, quiero hacer una consideración de tipo política que espero que también aparezca en este debate.

Es grave lo que hizo Milani en el pasado, es tan grave que en la democracia él no manifiesta lealtad, palabra que suena tanto en este recinto. La lealtad no es a las personas; la lealtad es a la Constitución, la lealtad es a los valores. La pertenencia política por supuesto que da pertenencia, pero no puede ser invocada como razón política civil para convalidar lo que era la obediencia debida en el tiempo de la dictadura.

Mi testimonio personal y el sacrificio de Néstor y Cristina sé que no sirven para que se cambien algunas posturas, pero ojalá resuenen en donde tienen que resonar las decisiones que tienen que ver con la conciencia; que resuenen en el corazón y en esto que no vemos pero es lo que nos juzga a futuro, que es la historia

© Escrito por Norma Morandini, Senadora de la Nación, el domingo 22/12/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 22 de diciembre de 2013

Amilanados… De Alguna Manera...


Amilanados…


Y un día tuvieron que comerse las palabras. Es cierto, ya se las habían tenido que devorar antes, en situaciones generalmente bochornosas. Se callaron cuando se supo lo de Bonafini y Schoklender. Enmudecieron ante la desaparición de Julio López. Aprendieron a deglutir a Boudou y su historia. Entregaron el pacto con Irán, un régimen nefasto. Todo pasó, pero quedaba un hilo de luz, una tenue esperanza. Justo en eso no iban a aflojar los autoproclamados abanderados de la pureza en materia de derechos humanos. Error: es una tropa miliciana resuelta a decir que sí, no importa a qué ni cómo. Sentido profundo del ir “por todo”: por todas las arrugadas, las genuflexiones, las cegueras, los cinismos. Cesar Milani ya es teniente general. La orden se cumplió a rajatabla; no hubo siquiera simulacro de pataleo.

Alberto Agapito Ledo
El grupo gobernante no tolera siquiera zafarranchos de pensamiento propio. Espacio que jamás cuestiona una orden, aun cuando implique zambullirse en el abismo, el oficialismo le dio al Gobierno los 39 votos en el Senado que necesitaba para que Milani alcance el grado necesario para encabezar el Ejército. Toda la argamasa de conjeturas, sospechas, alusiones y agujeros negros que en otros casos le sirvieron al grupo gobernante para escarnecer y/o desplazar a quienes no admitía, acá se derrumbó. Hubo zona liberada para el turbio Milani, aun cuando el CELS de Horacio Verbitsky hubiese objetado al oblicuo general del arma de Inteligencia, en un arranque de postrera dignidad. No sirvió: al CELS se lo llevó puesto la milicia legislativa kirchnerista. “Obediencia debida” llamó Nora Cortiñas a la brutal agachada de los 39 amilanados.


Vale la pena tomar nota de los 39 amilanados. Éste es el listado de la milicia senatorial que promovió a Milani: Aguilar, Aguirre, Barrionuevo, Bermejo, Bertone, Blas, Cabral, Magni, De la Rosa, Fellner, Fernández, Fiore Viñuales, Fuentes, García Larraburu, Giménez, Godoy, González, Guastavino, Guinle, Higonet, Irrazábal, Cappellini, Kunath, Labado, Latorre, Leguizamón, Luna, Mansilla, Mayans, Meabe, Montenegro, Pérsico, Pichetto, Pilatti Vergara, Riofrío, Rojkes de Alperovich, Roldán, Urtubey y Zamora.

Notable mueca del devenir: los monjes de la memoria pura prefirieron una aviesa amnesia. Los sacristanes de la intransigencia mutaron en blandos pedazos de plastilina y le dieron a Cristina Kirchner la unción de Milani. Ya había pasado con Roberto Bendini, jefe del Ejército de Kirchner famoso por sus denuncias de “invasión sionista” en la Patagonia argentina. Néstor no cedió ni un tranco y Bendini, antecesor nacional-popular-chavista de Milani, fue ungido jefe.

Lo grave de Milani ahora no es, sin embargo, su participación en la vieja historia del colimba desaparecido en La Rioja, una época donde el actual héroe militar kirchnerista era un oficial en servicio activo, en guerra contra la subversión. Dice ahora que no sabía, que ignoraba, que no se dio cuenta. Fue por esa candorosa omisión de conocimiento que lo coronó Bonafini, con la misma gélida alevosía con la que supo admitir a Schoklender como hijo. No es, empero, lo central. Lo cierto e implacablemente objetivo es la enorme transformación del estado de derecho de la Argentina que implica la llegada de Milani a la jefatura del Estado Mayor del arma. No importa cuán desvencijada esté, sigue siendo la estructura militar más importante del país. Los cazabombarderos no vuelan y las naves de la Armada se hunden en el puerto o duermen la siesta eterna, ancladas, pero los “verdes” tienen tanques y piezas de artillería.

Milani significa cambio de doctrina y una época nueva. Es un hombre coronado para servir un proyecto, peón de un diseño que no ha ocultado. Por eso la lúgubre foto con una Bonafini que se sacó el pañuelo para anexarse al ahora teniente general. Once son los predecesores de Milani desde la democracia: Jorge Arguindegui (1983–1984), Ricardo Pianta (1984–1985), Héctor Ríos Ereñú (1985–1987), José Segundo Dante Caridi (1987–1988), Francisco Gassino (1988–1989), Isidro Cáceres (1989–1990), Martín Bonnet (1990–1991), Martín Balza (1991–1999), Ricardo Brinzoni (1999–2003), Roberto Bendini (2003–2008) y Luis Alberto Pozzi (2008–2013). Milani es el primero que se ha atrevido desde 1983 a explicitar su ánimo deliberado de transgredir el orden preexistente. Núcleo conceptual de estirpe chavista, renace con él la vieja monserga de un ejército “nacional y popular”. Es lo ostensible, pero no lo único. Algo debe haber visto Cristina Kirchner en este revisor de archivos y rastrillador de bases de datos (en la precaria Argentina un “espía” es apenas un cartonero de datos privados, munido de algunos fierros novedosos). Enamorado del silencio, la intriga, la opacidad y el gobierno desde las sombras, el grupo gobernante halla en Milani la horma ideal.

Súbitamente politizado, munido ya de un muy buen pasar privado y dispuesto a ser el mayor de los “transgresores”, como le prometió a Bonafini, este Milani coronado escenifica un derrape colosal. Al hacer fila para depositar su promesa de vasallaje, legisladores y relatores del Gobierno acreditan que la caída no tiene límites. Su vergonzoso chapaleo en el barro del Senado revela que no tendrán escrúpulos. Están donde están mientras obedezcan. Han firmado la rendición y tenido que aceptar que el ídolo militar del modelo nacional y popular sea un oficial que proviene de las sombras de la larga noche argentina. Van por todo y no juegan juegos.

© Escrito por Pepe Eliaschev el sábado 21/12/2013 y publicado por el Diairo Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.