domingo, 23 de diciembre de 2012

Complicidades… De Alguna Manera...


Complicidades…
 

Triste conclusión: las palabras poco importan. Constatación melancólica: se vaciaron de consecuencias. Decir es zafar. Reino de impunidades perpetradas de manera reiterada. La Argentina navideña de 2012 es un carnaval de naderías, muchas de ellas antiguas, auténticos vejestorios de una cultura política regurgitante. El caso de la fragata Libertad adquiere, en este sentido, una poderosa expresividad. Navega ahora rumbo a la Argentina. Lo más probable es que será recibida en Mar del Plata como si regresara de una batalla victoriosa, al cabo de la cual el país avanzó varios casilleros. Penosas pamplinas. Lo que sucedió fue un desastre.

Importan mucho más radiografiar los hipotéticos intereses nacionales encarnados en esa gira ultramarina, la 43ª del buque escuela. La construcción de esta fragata de tres palos se inicia el 11 de diciembre de 1953 y fue botada por el gobierno de la Revolución Libertadora el 30 de mayo de 1956. Desplaza 3,765 toneladas métricas de carga, su eslora es de 103,75 metros, su casco de 91,7 metros, la manga de 14,31 metros y su calado de seis metros. Propulsada por dos turbinas diésel, puede navegar a un máximo de 13,5 nudos (25 km/h). La tripulan 24 oficiales, 187 marineros y 150 cadetes. ¿Buque de guerra? Tiene cuatro cañones QF 3 Hotchkiss de tiro rápido, de 47 mm, fabricados en 1886 para defender embarcaciones ligeras y que la Libertad lleva para disparar salvas de honor.

Otra vez: los hechos son menudos, pero el contexto de ruido y furia son mucho más trascendentes. Una y otra vez, recurrentemente, el país se disfraza de atuendos mitologizados (soberanía, nacionalidad, dignidad), pero sólo para encubrir chapucerías proverbiales. Retenida por una demanda judicial contra la Argentina, quedó anclada en el puerto de Tema, en la república africana de Ghana, desde el 2 de octubre de 2012.

Ghana es un país singular y, para los amantes del nacionalismo, el escenario de una historia importante. Colonia británica llamada Costa de Oro, nace en 1957 como república independiente, la primera nación africana al sur del Sahara en liberarse del colonialismo europeo, bajo el liderazgo de su primer presidente, el líder anticolonial Kwame Nkrumah. Nkrumah procuraba un nuevo estado nacional que no cayera en el neocolonialismo y fue el primer estadista africano en promover el panafricanismo, una ideología de libertad, justicia, igualdad y educación para todos. Derrocado por un golpe militar en febrero de 1966, para el ex agente de la CIA John Stockwell, la CIA fue la responsable. Pero Ghana regresó a la democracia en 1992 y no se ha apartado de ese camino. Ahí estuvo retenida ochenta días la argentina Libertad, dibujando una parábola agónica y vergonzosa.

La justicia de Ghana no había hecho otra cosa que admitir una demanda judicial, pero la cuestión no sólo fue capciosamente ignorada por el gobierno argentino. A un desconocimiento ya estructural sobre temas decisivos del acontecer del mundo, se le asoció una mala praxis difícil de superar en su torpeza. Héctor Timerman corrió a las Naciones Unidas para “denunciar” el hecho. Lo miraron, divertidos y desconcertados.

¿Peligro para la paz mundial? ¡Estos argentinos, no cambian nunca! Hasta que, por descarte, en el Gobierno apelaron al buen sentido y a los cánones profesionales. Malamente empachados de “transgresión”, tuvieron que recurrir a la ley y a las instituciones. Convocaron a una funcionaria proba, Susana M. Ruiz Cerruti, para pilotear el reclamo argentino en el Tribunal Internacional del Mar, con sede en Hamburgo. Canciller de Raúl Alfonsín de mayo a julio de 1989 (primera mujer en alcanzar ese puesto, y hasta ahora la única), la diplomática de 72 años logró que ese juzgado planetario protegiera a la Argentina y es sólo por ese trámite que el buque busca ahora puerto argentino de regreso a casa.

Emborrachado de arrogantes bravuconadas, desde el vamos el Gobierno hizo todo mal. Nadie supo prever algo así, porque es un grupo gobernante cuya mirada sigue enceguecida por una mezcla letal de ignorancia e incompetencia. Símbolo de esa altanería grosera fue la propia Presidenta (“¡Se podrán quedar con la fragata, pero con la libertad! ¡Con la dignidad de este país no se va a quedar nadie!”, vociferó). Un manejo político deplorable se complementó con trapisondas y apuñalamientos de vodevil. El mediocre ministro de Defensa, Arturo Puricelli, se lavó las manos durante interminables días, hasta que aceptó los sacrificios rituales ordenados por la Casa Rosada: el jefe de la Armada, almirante Carlos Alberto Paz, tuvo que irse el 15 de octubre, reemplazado por su subjefe, el vicealmirante Daniel Martin. También echaron a funcionarios como Lourdes Puente Olivera, directora Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (mucho cargo para tanto vacío), Luis María González Day, y el director general de Organización de la Armada, Alfredo Mario Blanco.

Lo que importa del manejo exhibido por las autoridades argentinas es que ejercen su poder político de manera inmadura y tóxica. Se vanagloriaron del fallo del Tribunal Internacional del Mar, pero sin mencionar el tema de las deudas pendientes. Se hacen buches con la palabra “buitres”, mientras persisten en su estólida decisión de no negociar nada con acreedores impagos. No es falta de tacto. Son fieles a sí mismos. Ministro de Economía del gobierno legal de un país que integra el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Hernán Lorenzino perpetró el colmo de la jactancia imbécil al exclamar por Twitter: “¡Buitres, no pasarán!” y calificar a los bonistas litigantes de “piratas financieros”.

Ese es el sino del Gobierno y sus corifeos. Se entusiasman entre ellos y se ponen duros de estímulo artificial. Ante un Carlos Zannini regocijado, Juan Abal Medina habla de “Cámara de mierda” y luego se disculpa. En el brindis de fin de año, la indescriptible Diana Conti atacó al “electorado histérico” de la Capital Federal por el imponente 8N y aclaró, para que entiendan su femenina y delicada prosa, “queremos que a las cacerolas se las metan en el culo”. Ovacionada, fue superada empero por Guillermo Moreno, que, empapado de sudor, arrancó con el lema que prefiere: “Olé, olé, olé, olá, Héctor Magnetto, no jodas más, tarde o temprano te vamos a ir a buscar”. La gente que dice estas cosas y a la que le pasan casos como el de la Libertad, gobierna la Argentina desde hace casi una década. No me digan que los argentinos no tenemos nada que ver.

© Escrito por Pepe Eliaschev  y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 23 de Diciembre de 2012.



De saqueos y sindicatos... De Alguna Manera...


El plan del Gobierno contra los saqueos y los sindicalistas...

Arrasado. Un supermercado mayorista en Rosario tras el ataque del sábado. Foto: Laura Schneider.

El Gobierno los acusará en Tribunales a los que considera responsables de los desmanes en Río Negro, Rosario y Campana. Moyano prepara su defensa.

Denuncias y planes sociales. Son los dos caminos que transitará el Gobierno para desactivar un nuevo estallido y, de paso, golpear contra el sindicalismo opositor que identificó como su principal adversario.

Ayer, los saqueos amainaron y solo se registraron nuevos incidentes en Tucumán. A la provincia de Buenos Aires regresó la tranquilidad.

Esta semana, el Gobierno presentará en la Justicia las pruebas que dice tener contra dirigentes vinculados al gremio de Camioneros y a la CTA por los saqueos del jueves y viernes en la provincia de Buenos Aires y en Río Negro. Apuestan a demostrar que hubo organización detrás de los incidentes y afirman que se buscó desestabilizar al Ejecutivo.

Tres altas fuentes del gabinete confirmaron a PERFIL que Sergio Berni, secretario de Seguridad, tiene fotos y filmaciones del delegado del Sindicato de Camioneros, Héctor “Paraguayo” González, alentando un “robo calificado organizado”. También, contra los delegados de la planta de energía de Bariloche, que responden a la CTA disidente. “Está comprobado que hicieron sabotaje para que no hubiera luz en el momento que se producían los saqueos”, explicó un ministro a este diario. Las denuncias se presentarían el miércoles, primer día hábil de la semana.

Como no hay pruebas que involucren de forma directa a Moyano y Micheli, la estrategia del Gobierno será exponerlos públicamente como los responsables intelectuales de los desmanes.

La CGT de Moyano también irá a la Justicia pero para denunciar al Gobierno de calumniar a sus dirigentes. El viernes a las 15.30, Moyano se reunió con sus abogados, y los instruyó para evitar que el Gobierno lo ponga tras las rejas, como reveló PERFIL ayer. Los letrados elaboraron un habeas preventivo y cartas documentos contra el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y el secretario de Seguridad, Sergio Berni. Les exigieron que rectifiquen sus dichos en 24 horas.

La gran incógnita para los sindicalistas es con qué pruebas cuenta Berni, y es lo que ayer preocupaba a los abogados. Lo sabrán el miércoles.

Mientras tanto, CGT y CTA partieron sus estrategias, en claro desacuerdo. Ayer, uno de los abogados contó a este diario que analizaban los caminos a elegir del Gobierno, y reveló que esperaban que, a quienes el cristinismo presente como responsables, podrán imputarles asociación ilícita, incitación a la violencia y daño. La CTA de Micheli esperará a que el Gobierno presente las denuncias porque quiere saber con qué pruebas cuenta realmente.

Además de las fotos y filmaciones, en el caso de Campana, el Gobierno dice que presentará filmaciones de camionetas con altavoces convocando a ir a los supermercados a saquear. Un intendente contó a este diario que tienen las matrículas de micros y autos que operaron en conjunto durante saqueos en el Conurbano. Además, afirmó que tenía identificadas a personas de Barrios de Pie involucrada en los hechos.

En privado, el Gobierno reconoce que el estallido fue más allá de las motivaciones políticas. Por ello también se reforzarían los planes sociales con la mira puesta en las fiestas. La presidenta, Cristina Kirchner, decidió no aparecer en público. Tiene previsto pasar Navidad en El Calafate y regresar el miércoles.

Tranquilidad en la Provincia

Los saqueos y serios incidentes que se vivieron en la provincia de Buenos Aires el jueves y viernes no repitieron ayer. Para evitar nuevos robos organizados, el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, dispuso que la Policía Bonaerense permanezca en estado de alerta y prevención en la calle y envió al Conurbano un refuerzo de tres mil efectivos de Infantería, Caballería, Grupos de Apoyo Departamental y el Grupo Halcón. Después de los incidentes del viernes, Casal se reunió con su par nacional, Sergio Berni, para evaluar la situación. Hasta el cierre de esta edición, según información oficial, en territorio bonaerense no hubo nuevos desmanes.

© Escrito por Emilia Delfino y Mariano Confalonieri  y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 23 de Diciembre de 2012.



¿Qué hay detras de los Saqueos?... De Alguna Manera...


Y fueron por todo...
 
"LAS VACAS SON DE NOSOTROS, LAS PENITAS SON AJENAS". Abal Medina. Dibujo: Pablo Temes.

¿Que hay detras de los Saqueos? Por acción u omisión, el Gobierno es autor intelectual de la violencia social. Revancha de los pibes sin poder.
 
El gobierno de Cristina es el principal responsable de los saqueos que generaron tanta angustia. No es políticamente correcto, pero hay que decir que los dramáticos sucesos fueron producto de las tres “I”: inflación, inseguridad e inequidad. Son tres realidades sistemáticamente negadas por un discurso oficial blindado. Juan Manuel Abal Medina fue irrespetuoso con los más humildes con tanta fanfarronería de Estado. Dijo que Moyano, Micheli y sus muchachos querían “quebrar la paz social y el gran momento que vive la Argentina”, y que “nunca estuvimos mejor”. Tiene razón el ex funcionario de Fernando de la Rúa: él nunca estuvo mejor. 

Me hizo acordar de un viejo chiste-chicana sobre la corrupción de los gobiernos. Dice que Cristina y sus ministros son ateos porque no pueden creer que haya una vida mejor después de ésta. Insisto, en el caso de muchos integrantes del oficialismo es rigurosamente cierto. De hecho, Puerto Madero tiene la mayor cantidad de funcionarios por metro cuadrado. El caso más emblemático, además de la Presidenta, es el de Amado Boudou, que tuiteó: “Seguimos trabajando para quien más lo necesita. Ellos no saquean ni se llevan plasmas en 4x4. Saben que hay una presidenta que trabaja para ellos”.

¿Tanto compraron su propio discurso que son incapaces de reconocer que en la Argentina todavía hay pobres, desocupados, excluidos y marginales? ¿Tan ciegos están en la defensa cerrada de sus privilegios que ignoran que hay un promedio de un millón de jóvenes “ni”, que ni trabajan ni estudian? ¿No pueden comprender que es cierto que hubo una gran mejora en el empleo, en el crecimiento vigoroso de la economía y en la ampliación de los derechos, pero que todavía falta muchísimo? ¿Creen que ésas son mentiras de la corpo? ¿No salen a la calle? ¿Se tragan el verso de que en Chaco no hay más pobres? ¿No se dan cuenta de que los problemas estructurales siguen vivitos y coleando? ¿Viven para engañar o se autoengañan?

Más lastimoso fue eso de que no tienen hambre porque roban plasmas. Son humildes pero no boludos. No sean hipócritas. Un LCD de 32 pulgadas con HD Ready y sintonizador digital vale igual que 375 panes dulces Festiva de 400 gramos, que están en oferta. Nadie come plasmas, pero tampoco vidrio. No se puede incitar a cometer delitos, pero tampoco masturbarse con el librito de Laclau donde dice que el pueblo es bueno, revolucionario y ama a Cristina y los vándalos son los que roban en forma organizada para Magnetto y los golpistas.

La vida real es un poco más compleja y mezclada. Es cierto que en su inmensa mayoría los pobres son honrados. Pero no se podría decir lo mismo de los más altos funcionarios. El que saquea a un saqueador, ¿tiene cien años de perdón? ¿Amado Boudou hubiera arrebatado el pan dulce o el plasma? “Plasmas para todos” es un lema que irónicamente hicieron correr los pibes que robaron todo lo que encontraron. Esos también son argentinos. Los de La Cámpora suelen cantar “Cristina corazón/ acá están los pibes/ para la liberación”. Los que sacudieron los supermercados y todo tipo de negocios también son pibes. Los saqueadores pusieron en acto la orden de Cristina de ir por todo. Y tampoco se detuvieron ante la ley.

Es que son los nuevos desaparecidos. Fueron ignorados por el triunfalismo del discurso oficial que sólo ve Tecnópolis y Bicentenarios delante de sus narices. Son muchachos que fueron borrados del mapa. No existen en la palabra ni en los números. No tienen trabajo ni paritarias, no tienen cajita de fin de año con sidra ni tienen futuro y, encima, los ignoran y todo el tiempo les están refregando en la cara que “nunca estuvimos mejor en este gran momento de la Argentina”. Ojo con esa provocación. Ambas cosas son ciertas: el bienvenido aumento del consumo y la malvenida presencia de la exclusión. Es la cara oculta de la Argentina. Es el subsuelo sublevado de la patria. No son lúmpenes al servicio de la oposición.

Son hijos de esas tres “I” negadas obsesivamente.

La “inflación” de los alimentos supera el 35% y es una piraña que se deglute los ingresos de los que hacen changas o trabajos no registrados. El Gobierno reconoce que son cuatro de cada diez argentinos. Para las consultoras privadas, el número es todavía más grave.

La “inseguridad” crece en esa tierra fértil de los que no tienen nada para perder. La vida no vale nada para ellos y por eso el paco, los narcos y las barras bravas de los clubes reclutan su tropa en esos lugares. Eso lo sabe cualquier vecino honesto de las barriadas populares y de las villas. ¿El Gobierno? Bien, gracias. Habla de sensación y en la práctica deja zonas liberadas porque congela a las fuerzas de seguridad por temor al gatillo fácil. Ningún gobierno democrático debería fomentar la mano dura jamás. Pero tampoco mirar para otro lado, porque multiplica el crimen que también mata al pueblo trabajador.

La “inequidad” es la que no se ha modificado, pese a la década de hipercrecimiento. Mejoró el empleo, bajó la pobreza y abrieron fábricas, pero la diferencia entre los más ricos y los más pobres sigue siendo la misma. Y ver cómo muchos consumen y a muchos otros ni se les reconoce la existencia produce un gran resentimiento.

Es un plan sistemático para olvidarlos. Los matan todos los días con la indiferencia. Por eso, cuando pueden se toman revancha. Asoman la cabeza y se hacen ver. Unos se beneficiaron con las tasas chinas y otros eligieron saquear los supermercados chinos.

Hugo Moyano dijo que Abal Medina, según el manual oficial para crisis, buscó culpables en lugar de soluciones y acusó sin pruebas, flojo de papeles, “al más puro estilo de la dictadura militar”. Otros voceros del Gobierno ya lo habían hecho en su momento. Aníbal Fernández contra los militantes de Pino y el PO por la quema de trenes, y Horacio Verbitsky contra Néstor Pitrola por los desmanes de la estación Constitución.

Nunca hubo una prueba. Esta vez fue tanta la sobreactuación que militantes kirchneristas fueron a los supermercados a defender el modelo al lado de la Gendarmería. Infantilismo irracional y peligroso.

La Justicia determinará quiénes fueron los autores materiales, pero los autores intelectuales fueron los del Gobierno nacional, por acción u omisión.

Un Estado ausente que niega la existencia de la inflación, la inseguridad y la inequidad social. 

Un Estado ausente incluso a la hora de garantizar la paz social. Un doloroso fin del año de las oportunidades perdidas.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 23 de Diciembre de 2012.



Poder no poder… De Alguna Manera...


Poder no poder…

FRENTE A CARREFOUR DE SAN FERNANDO, una muchedumbre espera llevarse algo, con actitud más de regalo de fiesta navideña que de desesperación por la carencia.

Algunos saqueadores y Cristina Kirchner tienen mucho en común. No pueden no poder. Frente al límite, lo cruzan. Van por todo. O, mejor, van como sea. Arrebatar lo del otro sin culpa puede no estar mal. Es una forma de inmadurez y una representación clásica de la impotencia. Poder no poder requiere la fortaleza de no alienarse en la negación.

La identificación proyectiva de algunos saqueadores con el kirchnerismo se percibe en la diferencia entre pedir y agarrar. El viernes en San Fernando una pobre mujer, en los alrededores del Carrefour sitiado, decía frente a las cámaras de televisión: “Y ahora vamos a la fábrica de zapatos aquí cerca y si no nos dan zapatos, les rompemos todo”.

Es comprensible que personas acostumbradas durante años a recibir del Estado o del puntero sus necesidades básicas, cuando no las tengan cubiertas asuman que tienen derecho de ir y tomarlas.

Freud decía que en los grupos las emociones de las personas se intensifican enormemente mientras las habilidades intelectuales se reducen significativamente. En el clásico libro Experiencias en grupos, W.R. Bion escribió: “En su búsqueda de líder, el grupo encuentra un esquizo-paranoide o un histérico maligno; si éstos le fallan, le servirá una personalidad psicopática con tendencias delictivas; si la personalidad psicopática fracasa, el grupo elegirá un sujeto defectuoso en alto grado y de fácil verbosidad”.

La repetición es otro punto de unión entre algunos saqueadores y la peor parte de la cultura kirchnerista. Echarle la culpa al otro –la derecha, las corporaciones, Macri, Clarín, los jueces o Moyano– se convirtió en algo permanente. Saqueos, tomas y ocupaciones en diciembre se transforman en algo estacional: las fiestas aumentan la necesidad de gratificaciones. Lo que nos enseña la historia es que la historia no enseña nada.

En la Argentina no hay más pobreza que en el resto de Latinoamérica que justifique saqueos. Ni más derecha, ni más corporaciones ni medios hegemónicos que justifiquen un oficialismo perpetuamente en guerra. Otra técnica que hizo escuela desde la cúspide a la base de la sociedad: el victimario que se victimiza.

La compulsión y la paranoia hacen perder el control del propio destino. Bion también escribió en Experiencias en grupos que “reconocer la existencia de un enemigo es el primer requisito de los grupos y los satisface un hombre o una mujer con rasgos paranoicos, (porque) si la presencia de un enemigo no es lo bastante obvia para el grupo lo mejor que se puede hacer es elegir un líder para quien sí lo sea”.

Néstor Kirchner, por lo menos a veces, supo que no podía todo. Y que tampoco nadie podía todo. El éxtasis de no tener límites es un momento de empoderamiento a costa de alguien a quien se despoja. Pero es poco duradero porque lo real reaparece cuando se lo niega en lugar de aceptar el problema y dedicarle esfuerzo constante.

La falta de límite frente al otro y lo que es del otro, como a la ley y a la Justicia, precede al kirchnerismo, que es consecuencia de ese deterioro y no sólo su retroalimentador. No se supera un shock tan enorme como el que tuvo su epílogo en 2002 sólo con una década de crecimiento, aunque sea la de mayor crecimiento de la historia.

Hace cinco domingos esta contratapa se tituló “El 2002 aún no terminó”. Tras los saqueos de ayer, luce premonitoria. Pero es lógico vaticinar que quien se da por curado de una enfermedad de la que sólo está mejorando corre más riesgos de una recaída. La responsabilidad del Gobierno es por esa omnipotencia despoderada.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 23 de Diciembre de 2012.