Mostrando las entradas con la etiqueta YPF. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta YPF. Mostrar todas las entradas

domingo, 3 de enero de 2016

Ajuste de tarifas eléctricas en C.A.B.A. y G.B.A.... @dealgunamanera...

Con subas de hasta el 500% buscan racionar el uso de la electricidad…

En las próximas semanas presentarán el nuevo precio de la energía para Capital y GBA. El ala técnica ya diseñó el esquema y ahora depende de Jefatura de Gabinete. Apuntarán también a reducir subsidios. Infografía: Sergio Ucedo

Preparan el anuncio de aumentos de tarifas. En las próximas semanas presentarán el nuevo precio de la energía para Capital y GBA. El ala técnica ya diseñó el esquema y ahora depende de Jefatura de Gabinete. Apuntarán también a reducir subsidios.

© Escrito por  Nicolás Gandini y publicado el domingo 03/01/2016 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pasaron la salida del cepo y la devaluación. El Gobierno se alista ahora a otro capítulo de la herencia económica: aumentar las tarifas eléctricas de la Ciudad Buenos Aires y el Conurbano. El anuncio llegaría en cuestión de semanas. En la cabeza de los técnicos que trabajan con el ministro de Energía, Juan José Aranguren, hay dos ideas centrales: que los usuarios sientan en el bolsillo el gasto en electricidad y racionen su consumo, y que las empresas vuelvan a invertir. Si fuera por el ala profesional, las tarifas deberían subir cuanto antes. Pero hay tiempos políticos de por medio.

Más de dos millones de hogares del área metropolitana pagan menos de $ 30 por mes por la energía que toman de la red. Es decir, menos de un peso por día. Son residenciales que consumen 300 kilowatt por hora (KWh). Representan casi la mitad del universo total de usuarios cubiertos por Edenor y Edesur, las dos mayores distribuidoras de la Argentina. En concepto de cargo fijo abonan apenas $ 4,46 por bimestre, según el cuadro tarifario actual, que se mantuvo congelado desde 2001.

Aranguren confirmó que en los primeros dos meses de 2016 se definirán los incrementos de las facturas de luz de la zona metropolitana, que paga tarifas tres o cuatro veces más baratas que en el interior del país. Aunque no precisó detalles de cuánto aumentará la electricidad, se sabe que el primer salto será significativo. Hay quienes hoy pagan $ 60 por bimestre, y tendrán aumentos de entre el 200 y el 500%. Más del 80% de los alcanzados son hogares, y el resto, industrias.

El atraso tarifario es tan grande que la primera corrección deberá ser importante si se apunta a reducir los subsidios que se lleva el sector eléctrico. Sólo a partir de una primera suba de peso podrá establecerse luego un sendero gradual de aumentos”, explicó a Perfil un ejecutivo que en los últimos días se reunió con el gabinete energético.

Esta semana el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, defendió el próximo ajuste, al asegurar que “no podemos seguir derrochando lo que no tenemos”. “Asustan los porcentajes, pero una factura que se pagaba $ 150 y pasa a $ 350 implica una diferencia de $ 200, que es también igual a dos taxis o dos pizzas”. “Creo que ésa es la discusión que hay que tener”, destacó en una entrevista televisiva.

La masa de subsidios que demanda el sector energético se desmadró en los últimos años. Representa cerca de 3 puntos del PBI. Sólo el sistema eléctrico requiere subsidios anuales por más de $ 80 mil millones. Según un informe basado en datos de 2014 de Cammesa –la administradora el mercado mayorista– al que accedió este medio, las tarifas que pagan los usuarios de Edenor y Edesur sólo permiten cubrir el 17% del costo de generación, transporte y distribución de energía.

En el interior esa brecha es menor porque las distribuidoras provinciales pudieron recomponer sus cuadros tarifarios. Aun así, lo que se recauda representa el 42% de costo real del sistema. El resto lo absorbe el Estado principalmente mediante subsidios al segmento de generación. Esos fondos son los que busca achicar el Gobierno con una suba del precio de la energía. Aranguren afirmó que en una primera etapa se buscará reducir subvenciones por $ 70  mil millones, pero no especificó un horizonte temporal.

Desde lo técnico, la elaboración de una propuesta para recortar subsidios está en la cabeza de Andrés Chambouleyron, subsecretario de Política Tarifaria del Ministerio de Energía, que está abocado al diseño de los nuevos cuadros tarifarios que se darán a conocer en las próximas semanas. El funcionario –un economista especializado en regulación de servicios públicos– fue quien propuso un esquema para mantener un subsidio equivalente al consumo de 150 kWh para dos millones de hogares de bajos recursos en todo el país.

Timing político.

El ajuste final de las tarifas surgirá de una serie de mediaciones con otros exponentes de peso del gabinete como el propio Prat-Gay; el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, con voz para opinar en cuestiones presupuestarias; y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, que se apoya en Gustavo Lopetegui, uno de sus hombres de máxima confianza y virtual controller del Ejecutivo, para definir cuestiones ligadas al negocio petrolero y energético.

Para Aranguren, el sinceramiento tarifario –tal como le gustaría que se presente la medida– tiene sentido no sólo para reducir el déficit fiscal por subsidios.

Confía, además, en que con precios más altos los usuarios domiciliarios dosifiquen su consumo de energía. “Hoy la demanda está desbocada porque el costo no afecta al bolsillo”, reconocen cerca de Aranguren.

El aumento de las tarifas es, a su vez, condición sine qua non para relanzar la inversión privada.

Negocian que la nafta no trepe más de 20% en el año.

Desde mañana, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, buscará avanzar en la redacción de un acuerdo de precios con las empresas petroleras, provincias productoras y sindicatos que sentará las bases de cuánto aumentarán los combustibles durante 2016. La intención del Gobierno es que no suban más de un 20% durante el año. 

Se trata, en la práctica, de replicar una iniciativa similar a la que impulsó en 2015 el ex titular de Economía, Axel Kicillof, que mantuvo el precio interno del petróleo en valores competitivos frente al derrumbe del barril a nivel mundial. El objetivo es el mismo: defender la mayor cantidad de puestos de trabajo. Pero, a diferencia de su versión anterior, que funcionó en base a un acuerdo verbal entre cada uno de los actores de la industria, esta vez Aranguren quiere que el acuerdo quede por escrito.

El trazo grueso del nuevo entendimiento quedó definido la semana pasada tras reuniones que funcionarios de Energía mantuvieron con representantes de YPF, la mayor productora de hidrocarburos que es controlada por el Estado, y Pan American Energy (PAE), que es propiedad de BP, la china Cnooc y los hermanos Carlos y Alejandro Bulgheroni. El precio local de crudo seguirá en cerca de US$ 65 cuando en Estados Unidos es menos de 40.



sábado, 26 de diciembre de 2015

Devaluación, inflación y el después… @dealgunamanera...

Devaluación, inflación y el después…

Foto: Diario La Nación del 25/12/2015.

La disputa que el gobierno nacional lanzó para frenar los aumentos de precios, derivados de los rebotes de la última devaluación, viene chocando con la resistencia empresaria a resignar posiciones. La devaluación y liberación cambiaria, incluso su anuncio anticipado, llevó a que diversos sectores, ligados a productos transables (en el comercio exterior) o no, sacaran ventaja en la pelea de precios relativos, con aumentos que pretendían reflejar el eventual impacto en los costos o equiparar el precio que obtendrían al ser exportados. El beneficio relativo de estos sectores quedó relativizado por el aumento de precios en otros que no eran aquellos sobre los que se proyectaba el “aumento de competitividad” buscado. Así, se armó una ola de aumentos que parecía arrastrar al conjunto de la economía. El pretendido reordenamiento de precios amenaza convertirse en un rebrote inflacionario en el que el sector del trabajo llegará inevitablemente tarde para empezar a articular una defensa de sus posiciones.

© Escrito por Raúl Dellatorre el sábado 26/12/2015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Foto Diario La Nación.

El jueves 24, en conferencia de prensa, el jefe de Gabinete Marcos Peña se refirió en tono cauto pero optimista al tema. Dijo esperar que enero “venga con buenas noticias” en materia de precios, aludiendo a la expectativa de posibles acuerdo con sectores empresarios para lograr, “de mínima, que no haya más aumentos”, y en la aspiración mayor conseguir que “retrocedan en incrementos un poco excesivos, en términos especulativos” que habían sido aplicados entre noviembre y diciembre. Se cubrió al señalar que no habría una solución fácil ni inmediata a la inflación, porque es “un problema que viene de arrastre”. Y señaló que, entre los instrumentos que el Gobierno tiene en carpeta, se cuenta la eventual importación de carnes.

La Cámara Argentina de Comercio, una de las seis entidades patronales más representativas del establishment, respondió a través de su presidente, Carlos de la Vega, que afirmó que “los únicos precios que van a bajar son los que se han fijado en función de un dólar de 14, 15 o 16 pesos”. Una clasificación que los empresarios deberán aplicarse a sí mismo, en un sistema donde no existe regulación ni control sobre formación de costos de las firmas. Es decir, que “el retroceso de precios” debería ser voluntario. Por otra parte, si hubo expectativas de una devaluación que llevaría el precio de la divisa inmediatamente a 15 o 16 pesos, fue porque quienes luego ocuparían los cargos de presidente y de ministro de Hacienda así lo transmitieron. De la Vega se manifestó escéptico, además, respecto de la posibilidad de alcanzar alguna forma de acuerdo económico y social, recordando los numerosos intentos frustrados que muestra la historia de los últimos treinta años.

Y pese a las expectativas de “buenas noticias” que espera Marcos Peña para enero en materia de precios, las proyecciones indican que el primer mes de 2016 será el turno de los ajustes en el rubro Servicios. Empresas prestadoras de telefonía celular, de Internet, televisión por cable y colegios privados, entre otros, anticiparon que aplicarán aumentos que oscilarán entre el 15 y 25 por ciento a partir del mes próximo. Aún se espera una definición sobre las tarifas eléctricas y de gas, con una quita inicial en los subsidios que podría tener repercusión en las facturas en los primeros treinta días del año.

La devaluación no tiene incidencia directa sobre estos bienes, pero ya casi no hay analista que niegue que fue el impulso dado por la devaluación el que desató esta ola de remarcaciones. La carrera de precios está lanzada, y el mismo gobierno que la generó ahora se desespera por controlarla.

Uno de los rubros que, en los últimos años, logró reflejar casi en simultáneo el movimiento ascendente del tipo de cambio fue el de combustibles, por la política de recomposición de precios que el gobierno kirchnerista le concedió a YPF para que pudiera sostener su ambiciosa política de inversiones. Con otros criterios, la conducción actual del área, en manos del ministro Juan José Aranguren, busca negociar con empresas petroleras y refinadoras que el impacto de la devaluación sea “absorbido” entre ambos, en un intento por eludir un aumento con fuerte efecto en cadena sobre el resto de la economía.

Como explica con precisión el colega Pablo Fernández Blanco en una nota del martes 22 (diario La Nación), tanto las firmas productoras de petróleo como las refinadoras cuentan con márgenes de rentabilidad suficientemente altos como para responder al requerimiento de Aranguren. El ahora ministro, que solía expresar la línea más dura en materia de precios en surtidor estando al frente de Shell, hoy corre con ventaja frente a sus ex pares. Las cifras en su poder –señala la aludida nota– reflejan que, con una retribución por barril que arranca en los 77 dólares (para el tipo Medanitos, extraído en Neuquén), aunque se vaya escalonando hacia abajo en las demás regiones, siempre es altamente conveniente respecto de la cotización internacional, que esta semana se ubicó debajo de los 35 dólares por barril para el tipo WTI. Las refinadoras, según un estudio del especialista Daniel Montamat (que se incorporará al nuevo directorio de YPF, designado por el gobierno nacional), gozan actualmente de uno de sus máximos niveles históricos de rentabilidad. Bajo estas condiciones, no resultaría tan utópica la pretensión del ministro de Energía de acotar el aumento de los combustibles por debajo del 20 por ciento en todo el año, con un primer aumento recién en marzo. Aunque eso, de por sí, no sea suficiente para garantizarle el triunfo en la pulseada.

El pronóstico de la Fundación Mediterránea tampoco coincide con las expectativas de “buenas noticias” de Peña. En un informe de esta semana, la entidad cordobesa estima probable que la inflación se acelere en el corto plazo, consecuencia de la devaluación, la eventual suba tarifaria por quita de subsidios, la baja en las retenciones a la exportación y la eliminación de restricciones al comercio exterior. Como se ve, todas medidas que tienen que ver con decisiones del actual gobierno, no con situaciones “de arrastre” tal cual señaló el jefe de Gabinete.

El centro de estudios solventado principalmente por el Grupo Arcor, del cual surgió Domingo Cavallo y el equipo que lo acompañó en su gestión, sostiene más adelante en el mismo trabajo que “la dinámica posterior de los precios”, después de este impacto inicial a la suba, dependerá fundamentalmente de un programa fiscal que controle el actual déficit y un programa monetario que privilegie el financiamiento externo y evite la emisión. Nada nuevo bajo el sol: la vieja fórmula del ajuste recesivo y endeudamiento externo. Un consejo que el gobierno seguramente ya tomó en cuenta y tiene en sus planes.

Las proyecciones de la Mediterránea para el resto del año valen para entender, en perspectiva, qué es lo que espera también el gobierno de Macri tras el actual reacomodamiento de precios. Hacia el segundo semestre del año, dice la FM, los productos exportables deberían comenzar “a mejorar sus precios relativos internos”, es decir haber aumentado más que los demás, para de ese modo estar en condiciones de incrementar sus ventas al exterior. “Una economía que crece impulsada por las exportaciones y la inversión”, es la combinación soñada, en la que ya no aparece como motor el consumo interno. Al contrario, tras reconocer que entre este fin de 2015 y principios de 2016 la economía atravesará por un proceso de aceleración inflacionaria, el tema de la recomposición de salarios aparece como uno de “los riesgos internos” que deberán superarse para alcanzar el equilibrio buscado.

Las “futuras paritarias”, se apunta, es uno de los “múltiples riesgos” que habrá que enfrentar, a la par de “la debilidad en el precio de los commodities”, la “desaceleración de los países emergentes”, o los “serios problemas de Brasil”. Teniendo a la recuperación salarial como “un problema” o “un riesgo”, está claro el sentido de la actual recomposición de precios, impulsada deliberadamente con la devaluación y quita de retenciones a la exportación, y que ahora se busca anclar para cristalizar los beneficios. Sin todos adentro.  

 



martes, 24 de noviembre de 2015

Confiar por Confiar, no más: Rarezas del Macrismo... @dealgunamanera...

Rarezas del Macrismo...


La consagración de Mauricio Macri representa una alegría importante para muchos argentinos. Millones de personas que han depositado su esperanza en él, le abrirán una línea de crédito político que Macri deberá saber administrar, para que no le ocurra lo mismo que a Cristina Kirchner luego del 2011, cuando dilapidó de manera extraordinaria aquél 54% de apoyo popular, cometiendo un error tras otro.

Hay dos maneras de intentar confiar en Macri. La primera, que es la más directa, y la que ha seguido la enorme mayoría de sus votantes, consiste en hacerlo, más por necesidad imperiosa de sacarse de encima al kirchnerismo, que por otro asunto.

La otra ya es más compleja. Porque parte del análisis de lo ofrecido, y de las personas que lo están ofreciendo.

Y ahí es donde, a este cronista, se le complica mucho poder confiar.

Porque PRO me dice que, para confiar en ellos, debo asumir que Mauricio Macri no tiene nada que ver con Franco Macri, que Adrián Menem no tiene nada que ver con Carlos Menem, y que Jorge Triaca hijo, (que suena para Trabajo), no tiene nada que ver con el Jorge Triaca que vació SOMISA, para que Techint la pueda comprar al 10% de su valor.

La misma Techint de Paolo Rocca que ha sido financista sustancial de la campaña de Mauricio Macri.

Y la verdad es que a mí me resulta demasiado extraño que en PRO se hayan juntado tantos muchachos que piensan con 180 grados de divergencia respecto de los que portan su mismo apellido, y hasta su misma cara.

Me explican, incluso, que la primera diputada nacional, Patricia Bullrich, no tiene nada que ver con la Patricia Bullrich que bajó 13% sueldos y jubilaciones.

O que Federico Sturzenegger no es el mismo que fuera procesado por el megacanje, ni es el que explicó en USA que, para debatir, la estrategia consistía en no decir jamás lo que pensaba hacer, y , simplemente, engañar a la gente.

Para confiar en PRO, o en Cambiemos, o en Macri, debo asumir que un ex Shell en YPF, que un ex Monsanto en Asuntos Agrarios de Bs Aires, o que un ex J.P.Morgan en economía, han hecho un vuelco absoluto respecto de los intereses que defendieron en el pasado, y ahora vienen a cumplir funciones públicas en defensa de lo nacional.

Otra vez, me resulta durísimo creer que en PRO se nucleen personas que han girado 180 grados respecto de los intereses que defendieron hasta hace 5 minutos.

Respecto del presidente Macri, se supone que debo olvidarme del origen espurio de su fortuna, de sus varios procesamientos judiciales, y de sus actitudes y expresiones del pasado reciente.

Debo creer que el presidente Macri no es el mismo que con la UCEP apaleaba indigentes por las calles, ni tiene algo que ver con aquél que reprimió pacientes y enfermeros en el Borda, que el presidente que ahora promete luchar contra la corrupción no tiene nada que ver con el intendente del decreto 556/10, mediante el cual se extrajeron millonarios fondos de la ciudad de Buenos Aires con fines insondables, o que el Macri que se quejaba de la fundación de nuevas universidades, que decía que el salario es un gasto, o que ponía alumnos a estudiar dentro de containers, era un Macri diferente a este que ganó la elección.

Mire...en cualquier parte del mundo, incluso aquí, para obtener un buen conchabo usted debe presentar un curriculum vitae. Se presenta para conocer qué cosas usted es capaz de hacer, pero básicamente, para saber cuáles fueron las cosas que ya hizo.

Personalmente estoy convencido de que la mejor forma de conocer quién es alguien, consiste en observar quién fue. Es un asunto simple, pero que prácticamente nunca falla.

Y cuando miro quiénes fueron estos muchachos, de dónde vienen, y qué es lo que representaron, es cuando se me hace arduo poder confiar en ellos.

La política argentina me quiere obligar a formatear razonamiento y memoria, e instalarme, periódicamente, un nuevo sistema operativo. Y todo en nombre de la esperanza, aunque eso consista en elegir a estas personas.

Lo siento. Pero me resisto a eso. Conmigo no, muchachos: Conmigo no.

El 15 de octubre de 2011, cuando CFK ganó con aquél 54% de los votos, escribimos para este mismo medio un artículo que contenía la siguiente frase.

"La mitad de los argentinos hoy me ha dicho que no le interesa que le contemos o analicemos lo que ellos desconocen. No les importa el pasado ni el futuro, y son clara y legítima mayoría".

4 años más tarde, la sensación es prácticamente la misma.

No diré lo que todos dicen "ojalá que a Macri le vaya bien", porque históricamente, cuando le fue bien a Macri, me fue mal a mí, y a un montón de tipos como yo.

A Macri le fue fantástico en los ´70 y en los ´90. A la argentina le fue espantosamente mal en esos lapsos.

Digamos que los intereses de Macri nunca estuvieron vinculados a los míos, ni a los del 90% de la gente que conozco.

Sí diré "ojalá que a los argentinos nos vaya bien", que es otro asunto sustancialmente diferente, y comparativamente mucho más importante.

© Escrito por Fabián Ferrante el lunes 23/11/2015 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Caretas… @dealgunamanera...

Caretas…

Sciocri. Scioli y Macri se acusan mutuamente de falsos. Photoshop: Facundo Iglesias

Aunque Macri perdiese el ballottage, la derrota del peronismo en la Provincia es un punto de inflexión generacional que rompió la hegemonía del PJ.

Scioli: “A Macri se le está cayendo la careta” (por las precisiones sobre devaluación y la supuesta intención de privatizar YPF). Macri: “Scioli se sacó el antifaz, lo creía buena persona” (por la campaña negativa). Ambos se acusaron de falsos esta semana con consecuencias que por ahora favorecen a Macri, quien, a catorce días de las elecciones, le sacaría diez puntos de ventaja a Scioli.

Las encuestas perdieron credibilidad, pero entre la batería de herramientas de que disponen los sociólogos para interpretar la opinión pública están los focus group (en la jerga, investigaciones cualitativas frente a las encuestas, que son cuantitativas).

Dos preguntas clásicas para los focus group entre candidatos son: “Si tras un naufragio usted estuviera en un bote donde quedara espacio para un solo pasajero más y estuvieran en el agua Scioli y Macri, ¿a quién de los dos haría subir para que organice el plan de salvación del grupo?”. La respuesta que se repite es  “a Macri”. Pero cuando se pregunta: “Si usted fuera a morir y tuviera que dejarle sus hijos a alguien, ¿preferiría dejárselos a Scioli o a Macri?”. Allí la respuesta es “a Scioli”. Lo que refleja los atributos diferenciales de ambos candidatos: Scioli mejor persona, y Macri más competente.

En el imaginario, Scioli sería el bueno y Macri, el competente. La campaña negativa afecta también a Scioli.

Desde esta perspectiva, un Scioli agresivo y enojado pierde justo en su virtud más valorada. En el imaginario colectivo, una campaña negativa resultaría más esperable del kirchnerismo, y esa mimetización es el gran problema de Scioli, quien –en forma de goteo– vino perdiendo aprobación desde el día que se proclamó a Zannini como su candidato a vicepresidente. Si hubiese competido en las PASO contra un candidato kirchnerista, probablemente Scioli ya habría sido electo presidente en primera vuelta.

Cuando Scioli salió a decir que va “a ser más Scioli que nunca”, reconoció que se había apartado de aquello a lo que tenía acostumbrado al público. Por ejemplo, se hizo más kirchnerista de lo que se lo suponía y cometió un error estratégico sin retorno que podría costarle su carrera política. Probablemente ahora sólo le quede acelerar en la misma dirección.

De los obsesivos se dice que cuando el objeto de deseo se hace realmente posible, huyen. De allí la clásica frase psicoanalítica sobre “si se quiere lo que se desea”. Habría dos tiempos del deseo, uno, el primero, cuando es fácil sostenerlo mientras su realización no es de posible concreción, pero cuando esto se hace factible, ahí el deseo es puesto a prueba, y no pocas veces quien desea se sabotea, aunque no lo perciba.

Scioli parece desear tanto ser presidente que está dispuesto a cualquier entrega para lograrlo y, al revés, Macri parece no estar dispuesto a ser presidente de cualquier forma, y exhibe la displicencia de quien tiene todas sus necesidades satisfechas. Pero habría que desconfiar de lo aparente (dicen que reprime públicamente su ambición) y por lo menos registrar que ésa era la postura de Macri mientras no creía que pudiera llegar a la presidencia, pero a partir de percibir que era posible lograrlo, algo en él parece haber cambiado, prescribiéndose su propio eslogan.

Cambiemos le habla al votante, es del orden del nosotros ciudadanos. No es “cambio”, que sería un relato, algo más abstracto. Cambiemos también interpela al propio Macri, al PRO, al radicalismo. Hay que reconocer que algo cambió en la política argentina, y aunque Macri perdiese el ballottage, la derrota del peronismo en la provincia de Buenos Aires y además en su conurbano es una señal inequívoca de punto de inflexión generacional que rompió la hegemonía del PJ.

Ya en los años 60 Marshall McLuhan pronosticaba que “toda tecnología gradualmente crea un ambiente humano totalmente nuevo”, y el profesor de Hipertexto de la Universidad de París Pierre Lévy sostuvo en los 90 que cada alteración de la forma de enunciación verbal modifica la manera de razonar (así fue con el advenimiento de la escritura, que posibilitó la domesticación del “pensamiento salvaje” descripto por Lévi-Strauss al comienzo de la civilización), como lo hacen hoy las nuevas formas oral y escrita de producción y distribución de conocimiento de las nuevas tecnologías.

Los miles de voluntarios que se anotaron para fiscalizar las elecciones y la militancia cibernética rompen más con la ideología profesional (“salvaje”) de hacer política a través de punteros, que con la ideología política de ser derecha o izquierda.

Al ver que era posible ser presidente, Macri incrementó su deseo. Y Scioli lo sabotea al kirchnerizarse.

A Hugo Curto, el paradigma de los barones del Conurbano, que gobernó el partido de Tres de Febrero ininterrumpidamente casi un cuarto de siglo, le ganó un periodista primerizo en política como Diego Valenzuela. Quizás que Curto esté cerca de cumplir 80 años y que Valenzuela tenga poco más de 40 sea más significativo que ser PJ y no serlo. Valenzuela obtuvo en 2008 la beca Eisenhower Fellowships, inspirada en el presidente norteamericano Dwight David Eisenhower, a quien todos en su época conocían por su sobrenombre, “Ike”, que originó uno de los eslóganes de campañas electorales más efectivos: “I like Ike”.

Eisenhower compartió época con Perón; ocho décadas después, en este 2015 en el que los millennials (los de menos de 35 años) ya no son el futuro sino el presente, el “malestar en la cultura” es más generacional que ideológico. Distintas formas de la antipolítica vienen ganando elecciones en todas partes del mundo, lo que indica la tendencia hacia preferir lo nuevo. Hace un mes, un comediante le ganó las elecciones presidenciales de Guatemala a una especie de Cristina Kirchner, Sandra Torres Casanova, una política de larga trayectoria, con maestría en Políticas Públicas, cuyo marido presidió Guatemala dos períodos entre 2003 y 2012.

Gran desafío para Scioli: no lucha contra Macri, sino contra el tiempo, como Curto o Aníbal Fernández, que no luchaban –solamente– contra Valenzuela o Vidal, sino contra una época.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado el domingo 08/11/2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.





domingo, 17 de mayo de 2015

¿Qué nafta usar? Súper vs. Premium... @dealgunamanera...

¿Qué nafta usar? Súper vs. Premium...


Cada vez que los precios aumentan, nuestra reacción normal es ver cuáles son los gastos realmente necesarios y cuáles los que pueden ser recortados. En el caso de los autos, este pensamiento puede surgir a la hora de llenar el tanque.

Entonces, cada vez que estamos frente al surtidor y vemos cómo los números que indican los litros van lentos y los del costo cada vez más rápidos, nos surge la pregunta: ¿mi auto necesita nafta premium o con la súper es suficiente?

Para responder correctamente, lo primero que debemos decir es que ambas son libres de plomo y que la diferencia más notoria es la diferencia de octanos de cada una. El número de octanos nos indica la capacidad de resistencia a la detonación: a mayor octanaje, la nafta puede ser más comprimida antes de la explosión. 

Dicho esto, será cuestión entonces de leer detenidamente el manual del usuario de cada modelo en el que siempre se indica cuál es el octanaje mínimo necesario. Hay que decir que, salvo contadas excepciones, todas las marcas recomiendan cargar combustible de por lo menos 95 octanos, es decir, nafta súper, reservándose la premium de 98 octanos a modelos que en nuestro país se pueden contar con los dedos de una mano, como son los autos deportivos con motores nafteros de mayor compresión (hasta 11.1).

Sin embargo, la diferencia entre la súper y la premium es mínima. La súper tiene 95 octanos, y la premium, entre 98 y 100, dependiendo de la marca. ¿Cuál cargar? La de 95 octanos es suficiente. Y no lo digo yo, es lo que recomiendan los manuales de los fabricantes. Habrá quien dude, porque tiene un auto importado de alta performance y, en consecuencia, debe usar 98 octanos. No es así. Puede usar 98 octanos y tener un mejor rendimiento y menor consumo, aunque en ambos casos las diferencias no superen el 3%.

Para dar sólo un ejemplo: el manual del usuario del BMW Serie 5 GT con motor V8 biturbo de 407 CV de potencia máxima recomienda el uso de nafta sin plomo de 95 octanos (nafta súper), y aclara que también admite nafta de 91 octanos o más con hasta un máximo de 10% de etanol.

Por lo tanto, si el manual de usuario del auto, indica que se debe usar nafta 95 octanos, no tiene ningún sentido lógico utilizar una de 98 octanos, la creencia popular indica que tiene mayor “calidad” pero esto no es correcto como vimos, la única diferencia es el octanaje.

Motores diésel:

En el caso del diésel la cosa es bien distinta; en los surtidores se ofrece gasoil y gasoil premium. La diferencia esencial es la cantidad de azufre medida en partes por millón (ppm) que contienen. Mientras que el gasoil común tiene 500 ppm, el premium tiene apenas 50 ppm.

Aquí sí la diferencia es sustancial. Los motores diésel más refinados están equipados con filtros antipartículas (FAP) que les permiten cumplir con las normas europeas antipolución. Ese tipo de motores sufre graves deterioros con el gasoil común, y por eso varias empresas se abstenían de traer a la Argentina las versiones gasoleras de sus últimos modelos. El lanzamiento del gasoil premium en el mercado local terminó con ese problema. De todos modos, muchos de los nuevos modelos, tanto de autos como de pickups, que se venden en el país funcionan perfectamente con el gasoil normal, pero a diferencia de los nafteros, el uso del gasoil premium sí es conveniente porque es mucho más limpio y protege mejor al motor.

Análisis de Combustibles según los fabricantes:

Esta aclarado en todas que son “valores representativos de los obtenidos en producción. No constituyen una especificación”.




YPF Infinia:




Control de los combustibles de estaciones de servicio:

El organismo encargado del control de la calidad de los combustibles es el INTI, tiene su propio Programa Nacional de Control de Calidad de Combustibles (PNCCC). El control lo realizan por medio de su vehículo especialmente adaptado para esta tarea.


Las principales actividades encomendadas al INTI dentro del PNCCC son:

1. La determinación de la calidad de los combustibles que se expenden en las estaciones de servicio, terminales, plantas, centros de distribución, y toda otra dependencia donde se comercializan o administran naftas y gas oil.

2. La verificación de todos los aspectos administrativos legales de inscripción de tales establecimientos ante la autoridad competente.

3. El cumplimiento de las normas relacionadas con la seguridad en instalaciones y el manipuleo de productos que dicha inscripción conlleva, así como de toda otra normativa que propenda al control de los combustibles.

4. El relevamiento completo de precios. Esto comprende, la verificación y confrontación de los precios exhibidos al consumidor (contemplado bajo normas), con los indicados en los surtidores y bocas de expendio, y los efectivamente abonados por el consumidor final. La información que resulta de tal relevamiento luego es puesta a disposición de los consumidores en la página web de la Secretaría de Energía.

5. La comprobación y verificación –tanto en campo como en los laboratorios– de presencia de “marcadores” o trazadores a los efectos de corroborar el correcto destino de los combustibles y solventes con gravámenes diferenciados.

Ver más información el sitio del INTI: http://www.inti.gob.ar/sabercomo/sc22/inti7.php 

© Publicado el viernes 07/03/2014 por Buscá tú repuesto de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.