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sábado, 10 de noviembre de 2018

Hugo Alconada Mon... Cambiemos y los aportes truchos... @dealgunamanera...

La explosiva declaración de Alconada Mon en la causa por los aportes truchos de Cambiemos…


El periodista declaró ante el juez Ernesto Kreplak. Detalles sobre dinero negro, pago de encuestas, aviones, empanadas y el rol de Nicolás Caputo y las fundaciones del PRO. La declaración completa, acá. 

© Publicado el miércoles 07/11/2018 por la Revista Noticias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El periodista Hugo Alconada Mon, recientemente galardonado por la institución FOPEA por su trabajo de investigación en el libro “La raíz de todos los males”, fue llamado a declarar por el juez Ernesto Kreplak para que aporte más detalles sobre lo publicado en su libro. Las preguntas del juez fueron en línea con conocer detalles sobre los aportes de campaña de la coalición Cambiemos, ya que su investigación apunta a  la denuncia por los aportantes truchos que utilizó el Gobierno en la última elección.

Lo primero que le preguntó el juez sobre una anécdota que contó en su libro que tuvo mucha repercusión en círculos empresariales y políticos: “¿Ratifica lo manifestado en las páginas 37 y 42 de su libro ‘La raíz de todos los males’, en relación a las reuniones en el marco de las cuales Mauricio Macri pidió a diversos empresarios el 1% de sus respectivos patrimonios, en negro, para financiar su campaña electoral?”. A esta pregunta, Alconada Mon respondió: “Sí, lo ratifico”.

               

Luego el juez pidió si podía aportar más detalles. “Esos eventos ocurrieron desde mediados del 2014, y a lo largo de todo el 2015, una vez que el entonces Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, anunció su candidatura a Presiente de la Nación. A partir de ese momento, montó un equipo de campaña con varios referentes para el eje político, marketing y financiamiento electoral, quedando este último eje bajo el liderazgo de Nicolás Caputo y Edgardo Cenzón. Estos dos referentes coordinaron un equipo abocado a recaudar fondos que terminaron superando los mil setecientos sesenta millones de pesos, apoyado en la recaudación que obtuvieron de medianos y grandes empresarios, aportes de funcionarios y militantes, y en un determinado momento, un adelanto financiero del propio Nicolás Caputo, cuando las encuestas mostraban tercero a Macri. Entre los empresarios que aportaron fondos aparecen empresas constructoras, empresas de seguridad privada con contratos vigentes o ya vencidos con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como así también algunos de los empresarios que figuran hoy en la causa cuadernos de la corrupción al igual que cámaras sectoriales, como CILFA (Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos)”.

Luego el periodista explicó como se habrían hecho los pagos. “Con respecto a los aportes en efectivo, recuerdo que uno de los mayores problemas que tuvieron todos los equipos de campaña es que las donaciones se entregaban en dólares, y siendo aportes clandestinos, debían recurrir a cuevas financieras, lo cual llevaba a otra dificultas, porque no en todas las provincias contaban con cuevas financieras de confianza y liquidez suficiente para cambiar los montos requeridos, lo cual llevó a su vez a los equipos de campaña a la necesidad de transportar fortunas en efectivo, en avión o en camionetas por todo el país”, relató.



Además especificó qué otro tipos de pagos se hacían, como por ejemplos: en especie: “Recuerdo también, con respecto a los pagos en especies, que los equipos de campaña de Macri, Massa Y Scioli, me contaron cómo algunos empresarios les aportaban gaseosas, teléfonos celulares, automóviles, aviones y hasta empanadas para sus actos de campaña. Como así también cubrían sus estadías en hoteles, y financiaban las encuestas de campañas y sondeos de opinión, que insertaban en sus balances como estudios de opinión pública sobre sus propias empresas. Por último, en cuanto a simular la bancarización, significa un truco por el cual los equipos de campaña repartían fondos entre militantes y voluntarios, para que se presentaran en los bancos, los depositaran como propios, en ciertos casos a cambio de una comisión, y transfirieran esos fondos a la campaña”.


El juez quiso saber más y preguntó sobre los beneficios que pudieron haber recibido esas empresas tras los suculentos aportes. “Logré reconstruir que Macri, repetidas veces, afirmó que ese aporte del 1% quedaría más que compensado por las políticas pro mercado que como presidente impulsaría, como así también políticas sectoriales, que permitirían revitalizar áreas de la economía que redundarían en beneficios generales para las empresas, pero en ningún momento logré verificar si durante ese intercambio de promesas por aportes se habló o prometió beneficios específicos para empresas particulares”, explicó.


Luego, el magistrado se interesó por el rol de Nicolás Caputo, el hermano de la vida del presidente Macri, a lo que Alconada Mon respondió: “Se encargó de supervisar a todo el equipo para el financiamiento electoral. Esto es, coordinar encuentros con empresarios, coordinar las formas de pago, repasar las listas de empresarios que debían contactar, tanto con Mauricio Macri, como con otras figuras del Pro, para luego girar esos ingresos a otra área del equipo de campaña que se abocaba a los gastos de campaña. En este sentido, su principal colaborador era el entonces ministro porteño, Edgardo Cenzón, quien se encargaba de los detalles operativos”.

Ya en la última parte de la declaración, el periodista dio detalles sobre el rol de las fundaciones vinculadas al PRO en el financiamiento de la campaña. “En el 2015 (las fundaciones) fueron un canal para la recepción de fondos, con menos controles, y su posterior gasto en la campaña. 

Recuerdo, en ese sentido, que en un momento emprendimos una investigación con un colega con el objetivo de acceder a los ingresos o donaciones recibidos por múltiples fundaciones creadas o controladas por políticos, para lo cual hurgamos en varios organismos públicos, incluida la I.G.J., y nos encontramos con que esas fundaciones se beneficiaban por los muy magros controles y auditorias, al punto que nos resultó imposible acceder a sus registros de donantes. 

Recuerdo en particular el caso de la Fundación SUMA, en la cual figura la actual vicepresidenta Gabriela Michetti, que dijo haber sufrido un robo que no denunció durante semanas, y que incluía entre sus donantes a algunas de las empresas más importantes de la Argentina, como Techint y Panamerican Energy, y algunas de las empresas con mejor relación con el gobierno porteño, como la constructora CRIBA”.




sábado, 16 de diciembre de 2017

¿Tiene el gobierno de Macri un ejército de trolls para acosar a los que lo critican?... @dealgunamanera...

¿Tiene el gobierno de Macri un ejército de trolls para acosar a los que lo critican?


El especialista Luciano Galup analiza el fenómeno del troll cibernético, la relación del Gobierno con las redes y los periodistas hostigados por Twitter

© Escrito por Luis Novaresio  el sábado 16/12/2017 y publicado por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El periodista de Infobae Ernesto Tenembaum era uno de los invitados al programa de Mirtha Legrand de hace pocos días.   Intercambió algunas ideas al aire con la vicepresidente de la Nación,  incomodando con sus preguntas a Gabriela Michetti respecto de la ley previsionales, el submarino San Juan y otros temas. Twitter, entonces,  estalló con una andanada de críticas al periodista convirtiéndolo en trending tópic y acusándolo de ser funcional al kirchnerismo. "Tenembaum K", "traidor" y otros adjetivos se expandieron rabiosamente por las redes.

¿Los tuits eran de amas de casa, empleados o simples ciudadanos como se presentaban en los perfiles de sus autores?
Luciano Galup, especialista en redes sociales y en opinión pública es contundente: "No. Lo ocurrido allí demuestra cierto nivel de organización atrás del ataque.  Se equivocaron con el apellido de Ernesto, entonces hubo mil quinientos tuits que terminaban el apellido en "n" en vez de en "m", que es como debe escribirse el apellido de Tenembaum. Con lo cual ahí se demostró rápidamente lo que pasaba, porque es bastante difícil convertir en tendencia un apellido equivocado si no hay atrás una organización. Y después lo que se detectaba era un esquema típico de ataque de ciber tropas; te diría que tiene que ver con una cantidad de retuits medio rara para cuentas que son manejadas manualmente, alrededor de un tuit cada veinte segundos", puntualizó el especialista.

Este es un mero ejemplo de un fenómeno cada vez más expandido. algo así como el acoso cibernético para instalar temas de debate o para quebrar la opinión del que disiente. ¿Cómo funciona y qué es un troll? ¿El Gobierno tiene a su disposición una red de acosadores cibernéticos? ¿Es un buen negocio ser troll? Estos y otros temas, fueron abordados por Galup en los estudios de Infobae. Aquí, la transcripción de la entrevista completa.

—¿Qué es un troll?
—Un troll es una cuenta orientada a atacar, a generar ruido, a molestar. Nace previo a las redes sociales, viene de la cultura de los blogs, de los comentarios. Y está orientada a atacar o a violentar la discusión pública en lo digital.

—¿Es un ser humano, es un algoritmo, es una máquina? ¿Qué es?
—No, un troll es un ser humano que puede ser anónimo o no. Puede ser una cuenta que no está identificada con la persona, en líneas generales es eso. Después hay otra cosa que se conocen como bots, que son cuentas automatizadas. Muchas veces también lo que puede pasar es que haya una cuenta mixta, que por momentos está automatizada y por momentos tiene comportamiento humano porque hay un humano atrás administrándola. Pero en líneas generales el "trolleo" es una actividad casi humana en su mayor parte.

—O sea, un conjunto x de personas que deciden vamos a decir que Novaresio tal cosa, y se instala en eso y con la reproducción incluso de algunos incautos e ingenuos.
—Sí, puede ser organizado o así como vos decís, "vamos a decir esto", o que se organice en función de ver qué es lo que se está hablando en redes sociales en ese momento y empieza una organización más celular te diría, no es que hay una única organización que decide atacar a alguien sino que hay varias organizaciones, incluso algunos espacios más individuales de cierta participación que deciden atacar porque ven qué es lo que está pasando en ese momento.

—Contame de la experiencia argentina o de la que vos quieras, cuál es el que más te impactó por lograr construir esto, un discurso, una sensación, un ánimo.
—Bueno, en el mundo lo que se está discutiendo es el tema Rusia. Justo el otro día, te comentaba, salió en El País una nota que contaba la historia de una periodista finlandesa a la que por investigar el sistema de trolls rusos le destruyeron la vida a partir de noticias falsas y noticias inventadas. Y en Argentina hubo un par de acciones bastante pesadas te diría durante la discusión del tema Maldonado. Hubo una particularmente muy cruel, que era preguntarle a Sergio, el hermano, dónde estaba Santiago en un momento en el que él le entregó una mochila y una evidencia al juez. Ese día fue bastante particular la crueldad que tuvo el ataque sobre todo teniendo en cuenta que era una víctima. Y el ataque a la víctima generalmente te ablanda.


—Este es el efecto. ¿El troll generalmente está en Twitter o todas las redes sociales?
—No, es en todas las redes sociales; lo que tiene Twitter es que es una red mucho más informativa y en la cual hay muchos más líderes de opinión, con lo cual una parte importante del accionar que tiene que ver con atacar o deslegitimar posiciones de líderes de opinión o de periodistas se nota mucho más ahí, porque está mucho también orientado a generar autocensura o disciplinamiento en la conversación social.

—Me parece que hay dos efectos. Uno que es éste, crear una suerte de conciencia o de opinión. Y la otra, sobre el que es opinado genera una suerte de ruido emocional digamos, genera como una suerte de autocensura, ¿no?
—Sí, te diría que ese es el principal objetivo. Porque el de generar opinión pública es mucho más reducido y mucho más limitado, no es tan simple. Se genera opinión pública a través de las tendencias, los famosos hashtags o trending topics pero el primer objetivo es mucho más orientado a cercenar el debate público en términos de atacar o deslegitimar a los que son autoridad o los que están participando de ese debate, mucho más orientado a disciplinar o generar instancias de autocensura que de manipular a la opinión pública e términos de generar una cantidad importante de información alrededor de eso.

—O sea, el "trolleo" lo que busca es disciplinar y quebrar a una persona que opina de manera distinta a este grupo.
—Es uno de los objetivos, sí. Te diría que hay tres grandes objetivos: uno es ese, el disciplinar, el generar espacios de autocensura. El otro tiene que ver con romper la discusión: si hay una discusión que se está dando en términos democráticos en un espacio digital es entrar a romperla, a generar mucho ruido no para imponer una visión propia sino para quebrarla, para que no haya más discusión a partir del ataque. Y un tercero que tiene que ver con instalarte más agenda que es mucho más dificultoso y cuyos efectos si bien no están del todo estudiados es más limitado te diría.

—De tu análisis como consultor y como experto, ¿ quiénes son los más expertos en "trollear"?
—¿En Argentina o en el mundo?

—En Argentina.
—En Argentina hay un dispositivo bastante vinculado ideológicamente al discurso oficial. Imposible saber si está vinculado orgánicamente pero sí muy vinculado ideológicamente o discursivamente que lo que tiene es una capacidad muy grande de instalación de tema y de ataque a partir de cuentas muy robustas, con muchos seguidores y con una autoridad muy grande dentro de la propia comunidad de trolls. Las redes son espacios jerárquicos, son espacios nodales, y lo que pasa es que hay un nodo alrededor, nodo es una serie de cuentas hablando alrededor de un tema, y esos nodos son bastante profesionales te diría, bastante pesados en cantidad de seguidores y en capacidad de instalar temas.

—Vos decís que no podés vincularlo directamente con la estructura de gobierno pero piensan como el oficialismo digamos.
—Sí, incluso por momentos lo corren un poco al oficialismo. Por ejemplo, pasó con la designación de la hermana de Triaca que justo esas cuentas tenían una actividad bastante particular, enojadas con esa designación. O sea que te diría que son los fans, los ultras. Lo que pasa es que esos ultras generan un problema que es un discurso público bastante violento y bastante roto en términos de escucha y de circulación democrática de la palabra.

—¿El troll es un fanático o es un opinador rentado?
—Pueden ser las dos cosas, un troll puede ser un fanático, incluso muchas veces puede ser un espacio de participación de militancia en algunos casos. Y después es un negocio. Por ejemplo, hablábamos antes del esquema ruso, la participación en Estados Unidos durante las elecciones de esquemas de trolls y de noticias falsas quedó demostrado que tenía mucho que ver también con un negocio. Por ejemplo había un grupo de macedonios que fabricaban noticias falsas para Hillary y para Trump y se dieron cuenta que los republicanos hacían más clics en las noticias que los demócratas, con lo cual empezaron a trabajar para Trump pero porque les generaba más ingresos.

—Era un negocio.
—Exactamente.

—O sea, la elección que dirimieron Hillary y Trump estuvo bien "trollizada".
—Bastante, sí. De hecho pasa algo particular que es tema de debate en el Congreso de los Estados Unidos en este momento, la influencia en redes sociales de trolls y bots especialmente rusos alrededor de la estrategia de campaña de Trump.

Trump vs. Hillary, batalla política… y en las redes durante el 2016

—¿Cómo te parece que debe mensurarse la legítima libre expresión con la protección de la información de mala fe o el dolo en esto?
—Mirá, en principio la tecnología siempre llega antes que la regulación, con lo cual tenemos la tecnología y no tenemos la regulación. No sé si hay una resolución a partir de legislación alrededor de esto, sí me parece que hay una responsabilidad en los actores sociales y en los líderes de opinión de no convertirse ellos en trolls. Porque muchas veces lo que habilita la palabra violenta o el ataque tiene que ver con reproducción de líderes de opinión de carne y hueso que participan en redes en una actitud bastante similar a la de un troll.

—Hiciste un análisis de interacciones cuando Ernesto Tenembaum estuvo en el programa de Mirtha Legrand con Gabriela Michetti. ¿Me contas qué viste ahí?
—Ahí lo que pasó fue que Ernesto Tenembaum tuvo intercambios de opiniones con Gabriela Michetti y en ese mismo momento una comunidad grande en Twitter sale a atacarlo con una particularidad que demuestra cierto nivel de organización atrás del ataque que es que se equivocaron con el apellido, entonces hubo mil quinientos tweets que terminaba el apellido en "n" en vez de en "m", que es como se escribe el apellido de Tenembaum. Con lo cual ahí se demostró rápidamente lo que pasaba, porque es bastante difícil convertir en tendencia un apellido equivocado si no hay atrás una organización. Y después lo que se detectaba era un esquema típico de ataque de ciber tropas; te diría que tiene que ver con una cantidad de retuits medio rara para cuentas que son manejadas manualmente, alrededor de un tuit cada veinte segundos, un retuit cada veinte segundos. Es bastante raro que haya una persona que durante dos horas hace doscientos cuarenta tweets o ciento veinte tweets.

—Y que se muestra como ama de casa, como persona común y corriente que está mirando la tele y retuitea cada veinte segundos.
—Claro.

—Cuesta creer que esto sea espontáneo, ¿no?
—Es que parte del desafío es que esas cuentas pasen como cuentas normales, como una cuenta más dentro de la comunidad para poder hacer que tengan participación disimulada en este tipo de acción.

—Seguro que después de esta nota vamos a tener algún "trolleo".
—Es muy probable. Esperemos que no sea mucho.

—¿Y cómo te manejas vos personalmente con eso?
—No, en principio con la premisa de "no alimentes al troll", un poco es esa la conversación en redes. No contestando. Bloqueando cuando uno detecta efectivamente que son o cuentas falsas o que no pertenecen a personas reales. Y después con mucha paciencia y la verdad que bastante preocupado por hacia dónde va en términos del debate público si este tipo de organizaciones o este tipo de actitudes continúan no solo acá sino que te diría a nivel global. O sea, el vínculo trolls, bots y noticias falsas es un combo bastante complejo para la discusión democrática no solo en la Argentina.


—¿Sirve no solo bloquear sino denunciar en Twiter, pasa algo o no pasa nada?
—Pasa poco, Twitter es una red bastante poco amable a las denuncias. En parte por eso es la crisis que atraviesa, tiene que ver con que es una red con un debate bastante sucio. Pero de todas maneras sirve. Es lo único que podés hacer si alguien te molesta o te ataca, denunciarlo por acoso. es una forma de decirle a Twitter que esa cuenta está generando ruido en la comunidad.

—Mandale un mensaje a los trolls que nos están mirando o leyendo en este momento.
—En principio me parece que hay actitudes que deberían reverse en términos de no atacar a víctimas o no ensuciar el debate público. Sobre todo con mentiras o con información falsa muy pesada sobre algunos de los personajes sobre los que se trabaja.

—Imagino esta idea de un jefe de Gabinete o un ex presidente con, qué sé yo, yo con un grupo de señores en un cuarto diciendo "enter, enter".
—No, no, no veo eso como un escenario real, me parece que está mucho más organizado en células, mucho más alejado. Sí puede tener vínculo a partir de algunos espacios de militancia mucho más lejanos. Pero yo no me imagino a ningún responsable de comunicación de rango alto que esté atrás de o que esté encima de este tipo de prácticas. Aunque a veces te pueden beneficiar y sirven y dejás que corran, no es algo que incline mucho la balanza más allá de esto que hablábamos antes de cómo presiona a los líderes de opinión y a los periodistas a partir de evitar que opinen.

—A los que te quieren leer o te quieren seguir, ¿cómo hacen, dónde te encuentran? —La cuenta de Twitter, @lgalup 



sábado, 20 de mayo de 2017

Rebajar lo humano… @dealgunamanera...

Rebajar lo humano…


El pretexto, la coartada, la excusa o el subterfugio son todas figuras propias de una conciencia que busca otra versión disimulada para sus verdaderos deseos o apetencias.

© Escrito por Horacio González el jueves 18/05/2017 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Se podría decir que esa es una característica de las personas que mantienen su ansiedad sobre un objetivo, pero que por distintas razones, vacilan en presentarlo con su identidad verdadera. Tejen redes arácnidas, tienen miedo de sus propias desmesuras. Su táctica es la de hacer constantes excepciones  sobre sí mismo, pero han aprendido que la palabra es un simple cortinado ocasional. Luego de un choque con quienes considerarán ajenos o inadmisibles esos anhelos suyos, no les cuesta ausentarse de lo que han dicho. Hacen desaparecer lo dicho como en una propagando de mosquitos. 

El atenuante de este comportamiento es conocido. Nunca es difícil encontrar un uso inevitable de coartadas en la acción humana. Esto no ocurriría en las excepcionales conductas que actúen no por intención sino en nombre de una ley universal. Pero la coartada sistemática nos lleva a una conducta de mala fe que los funcionarios de este gobierno han “protocolizado” como gravísima eximición del mundo del habla y lo que ella implica como compromiso y autoexamen. Al contrario de lo que toda persona cree, para ellos hablar no implica costos sino efímeras actuaciones. Se consideran así exentos de censuras o autocensuras.

La  teoría de una conciencia gubernamental insoportablemente opaca pero pavorosamente desdeñosa del drama del lenguaje (esto es, de la promesa, la culpa o el dolor). Hablar entonces son emisiones encadenadas de excusas y venganzas contra el tiempo. “Esto hoy lo creemos pero lo negamos, fojas cero; pero volveremos.” Y reinician el ciclo de sus alucinaciones.

De ahí el uso del pretexto y todo un bagaje de recursos evasivos para darle curso a acciones que tienen la estructura de esa mala fe, la que aplican ignorando conscientemente su verdadero sentido. En su reemplazo, esgrimen una segunda cuerda, un acorde menor, de apariencia indiscutible, para que sirva para la justificación de una decisión desmedida o agraviante. Así, para concluir el plazo de la Escuela Itinerante, el macrismo alegó que era necesario arreglar las veredas de Plaza Congreso.

Para justificar lo bochornoso del fallo de la Corte, se lo disimuló alegando la independencia de poderes. Quieren reivindicar el pasado terrorismo estatal, pero se exoneran a medida que la Ciudad les hace llegar los indicios masivos del repudio. ¿Rosenkranz? ¿Rosenkranz? ¿Quién es? ¡Ah! Un personaje “totalmente independiente” de una obra de Shakespeare. Sí, uno que tuvo que hacer un viaje con un tal Guilderstein. Con razón ni sabíamos en dónde estaban. ¿Y Rosatti y Nolasco podemos decir que son personajes de una ópera de Verdi? ¡No, no exageremos con las exoneraciones compulsivas!

Para  masacrar la vida urbana como inherente a un conjunto vital de ciudadanos-trabajadores, la desmenuzan en la atomización extrema en la figura del vecino. Es el paso para justificar  la conversión de la ciudad en vías de circulación extremadamente agresivas con sus clásicas instalaciones urbanas. Dicen que con el Paseo del Bajo se ganará en espacios verdes. Para desmantelar el jardín zoológico dicen que pondrán un parque ecológico. Para intervenir políticamente en el municipio de La Matanza dicen que lo favorecen con la extensión del Metrobús.

Los asuntos políticos los hacen pasar por cuestiones técnicas, las cuestiones técnicas por políticas de seguridad, la seguridad se transforma en un protocolo, el protocolo sustituye a la ley, y la ley ya no es más un acto deliberativo de la conciencia pública –individual o colectiva–, sino un sondeo de opinión, un nivel de encendido de un canal de televisión, un rito publicitario para vender una ciudad postiza como los pícaros que hacían loteos falsos en la película El Jefe (Ayala, Viñas, 1962). Diagramar conductas con tecnologías de sujeción de la conciencia pasó a llamarse Ley. Manipular un Metro-carpetazo-bus para investigar irregularidades, en vez de crear tribunales ecuánimes –lo que todavía no es imposible a pesar de la corrosión institucional imperante–, muestran una vocación inquisitorial que entre el necesario juicio ponderado y la metodología global del escándalo, elige una cámara de castigos a la “buena de dios”. Su verso parece republicano, pero no es la poética de Rousseau sino la de Savonarola.

Así se transforma la vida en un flujo de acoplamientos mecánicos revestidos de grácil ligustrina. Se la lleva a lógicas de experimentación humana que están por encima de códigos o de tradiciones jurídicas. Antes gobernó el Proceso, al que el macrismo añora en sus clubes políticos. Ahora gobiernan por medio de procesamientos. Denominan ley a una aleación empresarial-jurídica- gerencial y disciplinaria. De allí sale la decisión, la voluntad o el capricho. Incluso el caprichito. Y la ley siempre llega después, para sufragar un hecho consumado. Es ley macrista. Ley que recubre lo ya decidido; ley que es la retaguardia justificadora, luego que una orden de desmantelamiento fue ejecutada; ley es una retícula hueca que se hace presente con calculada demora para cubrir lo que premeditadamente fue  destruido antes.

El macrismo es fáctico, brutal, sus intelectuales disfrazan el daño realizado con ropajes de constitucionalismo republicano. La república se extingue en sus manos, la aplastan al convertirla en actos de injuria, en persecuciones basadas en exterminios morales.

¡Toquen la palabra República cada vez que Macri la pronuncia! Suena a hueca, como si una lanza hubiera rebotado contra el caballo de Troya. Adentro esperan para tomar la Ciudad los arregladores macristas de veredas.

El código que admiten es el del insulto a lo popular, para luego solaparlo todo con el dicho de que lo mejor que tenemos es el mismo conjunto de personas que acaban de vejar. (Pueden sonar bombos del Tula en este preciso momento.) Al peronismo lo consideran un pellejo vacío y precisan peronistas que se digan macristas y viceversa. No faltan apostadores. La excavación automática del subsuelo social no da abasto; lo dedos se electrizan de tanto timbrear. La leyenda del arreglador de veredas merecería estar en la Biblia.

El macrismo convirtió a la república en una monarquía del pretexto, en una autocracia de la coartada. Ese catálogo completo de la aplicación de señuelos saca de apuro de cualquier gabinete, con su jefe y todo. Incluye a trolls off shore, que globalizaron el insulto como se globalizaron las computadoras chinas.  Desaparece el lenguaje con mínimos anclajes de verosimilitud. Siempre un lenguaje vivo contiene su retractación, su pensar sobre sí mismo, su aire confesional o excusatorio. No aquí. 

Estos genuinos recursos han  desaparecidos ahogados por un planicie metálica de dos fríos enchapados: primero muestran un acto reglamentario intrascendente para impedir el juego político trascendente; luego presentan un ámbito público  individualizado –por ejemplo, la Ecobicicleta–, como cobertura bucólica de actos de afrenta laboral, vejación personal, lapidación de nombres y prestigios. La pesada herencia es lo más liviano que hay cuando es una obtusa metáfora y más pesada de lo que creen cuando es una eficaz memoria social que decide no volver a fojas cero.

La palabra volátil y desarticulada es transportada sobre decisiones de guerra. Para eso, los publicistas oficiales pintarrajean la destrucción como si fuera un umbral para la esperanza futura. Es el ameno pasaje macrista al desmigajamiento del trabajo, la anulación del legado histórico nacional en su amplitud soberana. Es el aplastamiento de la nación misma tragada en juegos corporativos no declarados algunos, alegremente declarados otros. Endeudamientos inconcebibles, operaciones contra otros estados –Venezuela–, y un proyecto de perdurabilidad infinita.

Nada tenemos contra el metrobús, como es obvio; sí contra su ideologización alcornoque; nada contra la bicisenda y sí con su explicación obtusa; nada contra la felicidad sino contra la pánfila intención de anunciarla con eufemismos melosos y huecos. ¿Por qué llamar Paseo del Bajo a una modalidad de circulación urbana que representa nada más que a una visión del capitalismo que mira las ciudades  como ámbito privilegiado de su reproducción financiera? La Avenida 9 de Julio era un verdadero Paseo antes del Metrobús. Allí sí fue una imposición de la Bicicleta financiera absorbiendo metrobuses  y Bicicletas amarillas.

No es chiste, Mordisquito; te regalan diez minutos de transporte pero te cobran la plusvalía urbana bajo la forma de un ocio represivo. ¿Te acordás, Mordisquito, quién escribió esa frase? Olvidemos. Te empobrecen bajo un protocolo obligado y te mandan a pedalear en una Eco-Ciudad que ya no es tuya. Es un eco del circulador inmaterial del gran Capitalismo. Es el plato fuerte de la globalización irresponsable, que anula lo que toda nación debe resolver en su seno, la preparación del hombre universal, de un humanismo incisivo que piense el planeta bajo el estímulo de una nueva humanidad del trabajo y la cultura emancipada.

Todos estos son planos del laboratorio maquinístico que robotiza el trabajo, lo brutaliza para quienes lo tienen y lo “pilotea cancheramente” para quienes no lo tienen y quizás no lo tendrán.  La circulación humana, un derecho histórico consagrado, la acicalan con calcomanías de alegría  y el éxtasis de un tuteo falsificado. Por eso, “vos” que me estás escuchando, vos, sí, vos, Mordisquito, como te decía Discépolo, ¿qué harías si oyeras al soberbio e improvisado Macri decir que habló con Trump sobre “vos”…?  ¿Te creías que antes, cuando el gobierno anterior decía capitalismo serio, hacia solo obra capitalista? No, Mordisco, hacía cosas a las que por improvisación les daba ese nombre pero  merecían otro. 

Ese otro nombre, costaba hacerlo salir de las gateras. Pero mirá como está el mundo, Mordi. Todo ha mutado, vos y yo también. Pensalo. Te quiero decir una cosa más, ponételo en la cabeza, que junto al corazón son emblemas alegóricos de la libertad ¡Qué frase! ¿Te diste cuenta, no? Bueno, ante esta destrucción de la lengua, la política, la cultura de textos e imágenes, de la libertad urbana, de la vocación laboral, hay una persona que debe presentarse a la lid. Con urgencia –mirá lo que te digo–, con urgencia. Porque guarda una distancia enorme con el resto. Se llama Cristina, vos la conocés. Sé que primero la viste con suspicacia y luego  te diste cuenta. Y empezaste a reírte del tintineo de mucha moneda falsa lanzada por los truchos del pretexto infinito y de la coartada sistemática. Son momentos cruciales, perentorios. Dicen que polariza mal, que con ella se discute el pasado y no “para adelante”. ¿Y? ¡Si justamente se trata también de discutir contra esos conceptos de ocasión! Es un tema de tragedia clásica no de estadística profesional.

Bueno, Mordi. Tiene  que presentarse porque no tiene otro remedio que presentarse. No me mires así. Y encima te agrego: dijo cosas importantes en Europa. ¿Pero por qué ponerlas bajo la invocación de un capitalismo serio? Concepto equívoco,  aunque sea dicho con toquecito irónico y teniendo en cuenta los nubarrones de violencia que imperan por doquier, el drama de los migrantes, las graves militancias sacrificiales de nuevas teologías políticas. Mordisquito, vos no sos el de antes, yo tampoco. Cristina debe decir presente, ni siquiera en nombre de su liderazgo ni de cómo “tracciona votos” –ojo a la jerga–, sino por la incumbencia fatal que una persona no puede eludir. Pues encarna ese pathos de la distancia –no te asustes por la frase, hasta la dicen en la Casa Rosada; es de Nietzsche pero lo comprenden mal–, distancia que la separa inevitablemente del absolutismo trivializado que nos gobierna.

Esa distancia primordial y fuera de discusión puede esfumarse en la indigna crueldad de estos días si no se asumen las quijotadas y las valentías necesarias. Debe presentarse –no me mirés así, Mordisquito–, y te digo más, debe presentarse poniendo otra palabra sugestiva y convocante en el lugar donde dice capitalismo, palabra que no está a la altura de todo lo demás que dice.

¡Date cuenta, Mordisquito! date cuenta, no es un tema político ni económico; es que están rebajando lo humano, nos dicen que estamos demás, aquí y allá, que nos corramos, que nos vayamos, que tienen que reparar esta vereda, que ni para pedalear servimos. No nos rebajemos, vos no sos el mismo Mordi, ya te lo manifesté de entrada. No sos el que desconocía por qué se estaba así, como te pinchaba Discepolín, que en el fondo te tenía como un hijo descarriado, como se decía antes. Comprendiste, comprendimos. Está el país en juego y una noción de la emancipación humana se podrá abrir ente nosotros. Dos cosas nos deben llenar el ánimo de admiración y respeto, Mordisquito. El cielo estrellado sobre nosotros y la ley moral en mí, en vos, y en todos nosotros.

Horacio González




lunes, 3 de abril de 2017

Marcha 1A... @dealgunamanera...

El #1A no sólo fue porteño: nutrida convocatoria en varios puntos del país...

Así se vivió la "marcha por la democracia" en Córdoba. Foto: Ariel Bogdanov.

Rosario, Neuquén, Córdoba son sólo algunas ciudades en la que manifestantes marcharon a favor del Gobierno nacional.

© Escrito por Ariel Bogdanov el sábado 01/04/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Así se vivió la "marcha por la democracia" en Córdoba. Foto: Ariel Bogdanov.

Con banderas y cánticos a favor de la gestión de Mauricio Macri, miles de cordobeses se congregaron frente al Patio Olmos respaldar al gobierno nacional y manifestarse "por la democracia". La movilización convocada en pleno centro cordobés comenzó pasadas las 18 hs. con la entonación de las estrofas del himno nacional argentino y al grito de “Sí, se puede”.

La manifestación arrancó con un grupo pequeño de autoconvocados pero con el correr de los minutos varias columnas de cordobeses se acercaron a la tradicional esquina de Bv. San Juan y Vélez Sarsfield. La convocatoria fue creciendo de a poco y terminó siendo masiva.

En la movilización primaron las banderas nacionales y no se percibieron identificaciones partidarias, ni dirigentes liderando la misma. Las principales consignas de los manifestantes fueron a “favor de la democracia”. Además, se vieron carteles en contra de los “korruptos” y “los piqueteros”.

Otros puntos. No sólo en la capital provincial hubo actos de apoyo en favor de Macri. En otras ciudades del interior cordobés también se registraron movilizaciones. Hubo marchas con diverso nivel de convocatoria en Río Cuarto, Villa María, Carlos Paz, San Francisco y Río Tercero, entre otras.

Así se vivió la "marcha por la democracia" en Rosario. Foto: Ariel Bogdanov.

Según consignó la agencia DyN, miles de rosarinos se congregaron frente al Monumento a la Bandera, en tanto otro centenar de santafesinos se concentraron frente a la Casa de Gobierno provincial para expresar sus consignas y los cánticos de "Sí se puede" y "Argentina, sin Cristina".

En Santiago del Estero la manifestación se realizó en la céntrica plaza Libertad de la capital provincial, donde participaron personas de todas las edades y hasta familias completas marcharon junto a sus niños.

En Mar del Plata, unidos por el canto "sí se puede", los vecinos se acercaron a las 18 al monumento a San Martín de Luro y Mitre, donde desplegaron una bandera argentina, luego recorrieron las calles del centro de la ciudad y cerca de las 19.30 retornaron al punto de encuentro.

En tanto, unos tres mil platenses marcharon desde las 18.30 a Plaza Moreno con banderas argentinas y algunas pancartas, donde resaltaron que "está en juego la democracia del país, nuestro derecho constitucional a elegir".

Además, otras dos mil de personas se expresaron en San Miguel de Tucumán, frente a la Casa de Gobierno, al grito de "Argentina, Argentina", "Si se puede", "Democracia sin Cristina" y "Hay que cantar y los piqueteros a laburar".

Pese a la lluvia, en Bariloche unas 200 personas se concentraban en el Centro Cívico con paraguas y banderas argentinas, donde cantaron el himno, que cerraron con algunos tímidos "Viva la patria".

Así se vivió la "marcha por la democracia" en Mendoza. Foto: Ariel Bogdanov.

En fotos: En Buenos Aires así fue la marcha del 1-A...

Marcha 1A en apoyo al Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires. Foto: La Nación / Ricardo Pristupluk