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lunes, 24 de marzo de 2014

"No imaginábamos un jefe del Ejército que participó de la dictadura"... De Alguna Manera...


Nora Cortiñas: "No imaginábamos un jefe del Ejército que participó de la dictadura"...


La integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, afirmó que está "convencida" de que el teniente general César Milani "era un represor".

La dirigente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas afirmó hoy que está "convencida" que el teniente general César Milani "era un represor" y expresó que después de "tantos años de lucha", las organizaciones de derechos humanos no imaginaban "un jefe del Ejército que participó de la dictadura".

Al cumplirse 38 años del golpe de Estado que inició la última dictadura militar, Cortiñas sostuvo que Milani debería "estar sentado frente a la Justicia" porque "está comprobado" que participó de delitos de lesa humanidad.

"Hace diez años, este Gobierno hizo bajar los cuadros de dos genocidas (Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone) y después toman esta decisión de poner a Milani. Es inexplicable", opinó.

En el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, que recuerda el inicio de la última dictadura en 1976, Cortiñas consideró que "la alegría por lo que se avanzó en estos años" en materia de derechos humanos "no es completa si no aparecen" los hijos, hijas y nietos desaparecidos.

La Madre de Plaza de Mayo también destacó que en estos 38 años de lucha consiguieron "muchos logros, como son los juicios y algunas condenas" a represores y consideró "muy importante" que "hoy el mundo entero sepa el horror que hubo en la Argentina y todas las barbaridades que se cometieron" durante la dictadura.

Sin embargo, Cortiñas sostuvo, en declaraciones a radio Rock and Pop, que la "alegría" por los avances en la búsqueda de justicia "no es completa" porque "no" imaginaban "que después de tantos años de lucha" iban "a llegar con un jefe de Ejército que participó de la dictadura".

Para la dirigente de derechos humanos, está "comprobado" la participación de Milani en delitos de lesa humanidad por lo que sentenció que "es una persona que no es idónea para ocupar el cargo que tiene, sino para estar sentado frente a la Justicia".

Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora participarán hoy, junto a Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS, y familiares de desaparecidos y detenidos, del acto central por el 38 aniversario del golpe de Estado que se realizará, como todos los años, en la Plaza de Mayo a partir de las 12.
 

© Publicado el Lunes 24/03/2014 por la Agencia DyN de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Las agujas de tejer... De Alguna Manera...


Las agujas de tejer...


El absurdo es un medio eficaz para desnudar las falsedades o la prepotencia del poder político, al punto que el mejor periodismo debió incorporar la burla para atraer la atención. El llanto o la risa. El dolor de los que claman justicia por la impunidad o la burla de la realidad que se ríe de todos nosotros.

¿Por qué en nuestro país el disparate es el que desnuda al dislate? Es la pregunta que me hago desde el final de la década del noventa, cuando programas de apariencia periodística como Caiga quien caiga, con el absurdo, ponían en evidencia la mentira o el disparate político de los tiempos de Menem. Parodiaban la política, pero, también, al periodismo. Tal como sucedió con una reunión internacional de presidentes en Bariloche que terminó ridiculizada por Andy Kusnetzoff, quien en la entrevista con Fidel Castro, al lado de las sofisticadas cañas de sonido de los extranjeros, especialmente de los españoles que viajaban con Felipe González, arrimó un micrófono antiguo, casi una pieza de museo, colgado de un palo para secar el piso. Confieso que tuve sentimientos contradictorios. No supe si reírme o molestarme, como le sucedió a otros periodistas. Al final, el notero de CQC, con su burla, puso en ridículo lo que el resto nos tomábamos en serio, una cumbre de presidentes latinoamericanos dedicada a la educación en una provincia que por causa de las huelgas docentes había perdido el ciclo lectivo.

Tal vez fueron esos contrasentidos los que hicieron del absurdo un medio eficaz para desnudar las falsedades o la prepotencia del poder político, al punto que el mejor periodismo debió incorporar la burla para atraer la atención. El llanto o la risa. El dolor de los que claman justicia por la impunidad o la burla de la realidad que se ríe de todos nosotros.

En los finales de la dictadura, la Revista Humor perforó la mordaza de la censura y se convirtió en un emblema de periodismo, como el diario Página 12, que denunció los escándalos de corrupción del gobierno de Menem e hizo de sus titulares irónicos una marca de identidad periodística. El sarcasmo, la broma, la ironía desafiaron la censura y penetraron en esa realidad subterránea que, como consecuencia del autoritarismo, recorre nuestra historia. Tato Bores con sus monólogos atravesó décadas de generales en la presidencia, pero sus ironías sobreviven en la democracia con una vigencia perturbadora ya que delatan la continuidad de los vicios políticos y esa esquizofrenia entre la realidad que se oculta o niega y la ficción construida por la propaganda. Gran tiempo de simulación. Nada es lo que parece. Nunca como ahora se utilizaron tanto los dineros públicos para guionar una realidad, desde las cifras adulteradas de la inflación a las cámaras de la propaganda oficial.

La concepción de poder que confunde prensa con propaganda, Estado con gobierno, subestima la capacidad de discernimiento de la ciudadanía que es a quien deben servir los periodistas como empleados del público. No escribas del poder. El temor a perder sus empleos domesticó a muchos periodistas que, lejos de ser “los fiscales del poder y los abogados de la sociedad”, en la acertada definición de Albert Camus para la prensa, se convirtieron, también, en propagandistas del relato oficial. Pero la realidad negada o falsificada ya no admite maquillajes y la ironía de los relatos breves que son las anécdotas me sirven para ejemplificar situaciones sin caer en lo que padezco, el insulto de la descalificación personal.

Frente al contrasentido de los que invocan los derechos humanos pero ignoran los derechos de los otros o reducen la democracia al acto de votar, nada desnuda mejor esa concepción autoritaria que recordar la anécdota del último presidente de la dictadura de Brasil, João Figueiredo, el general que comandó la democratización y decía: “Mi compromiso es con la democracia, y al que se oponga, lo reviento”.

En la maratónica sesión del jefe de Gabinete frente al fárrago de cifras y exaltación de la recuperada Aerolíneas Argentina, ironicé sobre un episodio que me tuvo de testigo. Una azafata de la línea de bandera en un vuelo desde Brasil. El avión no terminaba de carretear, sacó sus agujas y se puso a tejer. Un hecho inaudito. Si las policías de todo el mundo nos someten a requisas minuciosas para evitar cualquier metal punzante, cómo es que una azafata tiene sus agujas de tejer.

¿Cuál es la función de una azafata? ¿Atender a los pasajeros o tejer en el vuelo? La anécdota sacó carcajadas en el recinto y le dio pretexto a la prensa oficialista para burlarse de mi insólita pregunta. Fue mi forma de protestar contra la verdadera burla que entraña la falsificación de las cifras, los balances que no admiten la luz pública del control porque el episodio de la azafata desnuda un hecho de fácil constatación, el clientelismo político del “Che, nombrame a la compañera” con el que se han llenado las empresas del Estado con jóvenes sin concursos de competencia ni entrenamiento como se supone debe tener una ayudante de a bordo. Sin embargo, escandaliza más que me ocupe de una Penélope de alto vuelo que de la incompleta rendición de cuentas a la que la Constitución manda al jefe de Gabinete. Sobre todo, la falta de respuestas a mi indagación en torno al dinero que sustenta semejante maquinaria de propaganda, la pauta oficial. Nada sabemos sobre los criterios con los que se distribuyen esos dineros, quiénes solicitan la pauta oficial o de qué forma se cumple con los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que ordenó al Gobierno incluir en la distribución de la pauta oficial a la Editorial Perfil, que edita este diario. 

Sí sabemos cómo los medios adictos o las cámaras de la televisión pública hacen desaparecer simbólicamente a los opositores en la falsa creencia de que lo que no está en los medios no existe; matan nuestra reputación o nos ridiculizan como a mí por la anécdota de la azafata. Pero se ignora deliberadamente lo que ningún buen periodista debe hacer. Negar los hechos de la realidad. Si el reconocimiento de la inflación fue menos un acto de verdad que de necesidad, el tema de los derechos humanos, distorsionados por su utilización partidaria, fue el gran ausente en las rendición de cuentas del jefe de Gabinete ante el Senado. A lo largo de más de nueve horas, Capitanich nada dijo sobre lo que hasta la llegada del general Milani al “gobierno nacional y popular” había sido una bandera del gobierno, los derechos humanos. Un silencio que refuerza otro silencio elocuente sobre los violados derechos de hoy. El cada vez más difícil acceso a la información pública, fundamental para el debate democrático. O la sobrevivencia del espionaje militar, expresado en el Proyecto X de la Gendarmería, incompatible con un Estado de derecho.

Este 24 de marzo, una fecha que no debiera ser asociada a la festividad de los feriados, será el primer año de la democracia con un jefe del Ejército entrenado en el espionaje y sospechado de violaciones a los derechos humanos. 

Tal vez eso explique la urgencia del Gobierno para hacer de la ESMA un museo. Un proyecto de la Presidencia, la Secretaría de Derechos Humanos y la Universidad de San Martín rechazado por muchos organismos de derechos humanos, sobrevivientes y figuras como el Premio Nobel de la Paz, Pérez Esquivel, quienes integraban el Instituto Espacio de la Memoria, disuelto de un plumazo desde que inexplicablemente el gobierno de la Ciudad cedió a la Nación el edificio de la ESMA, que había recibido en 2004 cuando el Presidente Kirchner pidió perdón público en nombre de las Fuerzas Armadas. 

Hoy, parece que los que tenemos que disculparnos por no participar de la fiesta de la “resignificación” del terror, las murgas y los festivales somos los que venimos clamando para que no profanen la memoria de nuestros muertos, no bailen sobre las tumbas. Como ya me cuesta argumentar sobre lo que es obvio, el respeto, me restan las agujas de tejer.

© Escrito por Norma Morandini el Domingo 23/03/2014 y publicado por http://www.normamorandini.com.ar

domingo, 16 de marzo de 2014

De mafias y patotas... De Alguna Manera...


De mafias y patotas...

¿Será justicia? Norberto Oyarbide. Dibujo: Pablo Temes 

La Presidenta protege a indefendibles y sigue alejándose de la gente. El contacto Zannini-Oyarbide.

Es muy grande el daño político que Cristina sufrió últimamente. Y va mucho más allá de lo que retratan las encuestas. Es difícil establecer cuáles elementos erosionaron más su figura. Entre los más humildes, la queja es por el latigazo económico que están padeciendo en forma de ajuste ortodoxo y por el pánico que sienten ante la inseguridad multiplicada. Pero en el capital simbólico, la Presidenta debió sufrir el desgaste de los distintos niveles de mafias que fueron paridas o protegidas por el Estado y además la comparación con dos figuras como Michelle Bachelet y el Papa, que son casi su contracara en muchos aspectos claves, como la austeridad, la ausencia de actitud vengativa y la vocación por el diálogo.

El embate que más preocupó a Cristina, porque al parecer se enteró por los diarios, tuvo la impronta del hampa y la metodología de la camorra. No hay demasiados calificativos para describir lo que pasó y lo que todavía no se sabe cómo pasó entre Norberto Oyarbide y Carlos Zannini. El escándalo aún no estalló lo suficiente porque nadie esperaba semejante confesión de partes ni relevo de pruebas, pese a que ya nada nos sorprende. Pero se trata de un papelón institucional sin antecedentes. Nadie es ingenuo, y a esta altura sabe que son demasiado frecuentes los telefonazos del Poder Ejecutivo para meter la mano en el bolsillo del Poder Judicial. Pero esto superó todos los límites del sincericidio. El juez federal más polémico, escurridizo y acusado de complicidad con todos los poderes de turno, envió una señal y una advertencia sólo imaginada por Francis Ford Coppola, como diría Cristina.

Zannini es el segundo hombre más poderoso de la Argentina, después de Máximo Kirchner. El que más habla con la jefa del Estado. El inventor del kirchnerismo, según un flamante libro de Eduardo Zanini. Hay miles de preguntas que un juez o el Consejo de la Magistratura deben hacerse sobre el pantano donde se hunden tanto Oyarbide como Zannini. ¿Oyarbide acepta órdenes de Zannini? ¿Desde cuándo? ¿Quién es el verdadero dueño de esa cueva financiera que estaban allanando? ¿Es parte de esa red que, como La Rosadita de Federico Elaskar, lavaba dinero negro de la corrupción? En Tribunales afirman que hay 22 financieras que denunciaron la misma metodología extorsiva para pedir coimas con armas en la mano. Una asociación ilícita cantada.

Hay mucho que investigar y Cristina pidió proteger (una vez más y van..) a Oyarbide. Sabe que nada bueno para ella saldrá de todo eso.

Pero si de mafias hablamos, la de carácter sindical que simpatiza con el Gobierno ya no tiene ningún límite y actúa con impunidad en su máxima crueldad. No hay otra forma de llamar al salvajismo de los portuarios que tiraron de un puente a una persona discapacitada que sólo pretendía llevar en la moto a su esposa embarazada a un control. La ferocidad y la deshumanización de la que alardearon esos barras bravas de Juan Corvalán habla de la impunidad que siente un gremio que disfruta del calorcito del poder K. Están filmados y no hay un solo detenido.

Lo mismo pasó y viene pasando con la Uocra y el asesinato de un albañil de 39 años en el medio de una pelea de patotas. Una de las facciones que dijo que ya es el octavo crimen de estas características en poco tiempo acusó a Gerardo Martínez de ser responsable. La Presidenta lo llama “Gerardo”, y es uno de sus preferidos cuando calza un casco amarillo. Corvalán amenazó con renunciar. Gerardo no abrió la boca. No sabe no contesta. Viejo burócrata millonario, nunca colocó un ladrillo en su vida y además nunca pudo explicar cómo fue espía del Batallón de Inteligencia 601, uno de los más tenebrosos del terrorismo de Estado.

En este caso Cristina, al igual que con el general César Milani, coloca un agujero negro en su presunta política de defensa de los derechos humanos. Todo cambia según su conveniencia. Si Gerardo apoya a Cristina, ella lo considera un santo y no se discute más. Si hay cuatro testimonios creíbles y respetables que acusan a Milani de haber participado de los crímenes de lesa humanidad en Tucumán, para Cristina se trata de destituyentes pagados por Magnetto. La trampa siempre es la misma. Raul Othacehé fue siempre “el Vasco” peronista que le hacía ganar las elecciones en Merlo al Frente para la Victoria. Recién cuando se fue con Sergio Massa los medios oficialistas “descubrieron” lo que fue toda la vida: un apretador violento que se cansó de romper cabezas y piernas en su distrito, incluso a algunos aliados de Cristina que guardaron el conveniente silencio por especulación electoral, como Martín Sabbatella. Carlos Zannini llora por un obrero de YPF que perdió todo, pero el miembro informante de aquella privatización fue su casi hermano siamés, Oscar Parrilli.

Jorge Capitanich fue socio de Aldo Ducler, acusado de pertenecer al cartel de Juárez e investigado por los Estados Unidos, y fue funcionario de Menem y Cavallo. Pero ahora habla como un revolucionario porque está con Cristina. Casi un guevarista que fustiga a la senadora Laura Montero, una socialdemócrata eficiente y honesta, de ser “una perfecta representante del neoliberalismo que destruyó a la Argentina”.

No importa qué hayan hecho jueces, secretarios de Estado, ministros, intendentes, sindicalistas o generales si están del lado de Cristina. Ella se ve a sí misma como un río Jordán capaz de purificar a todos y a todas. Parece la lógica de Franklin Delano Roosevelt con Anastasio Somoza, el corrupto y feroz dictador anticomunista de Nicaragua. En realidad, lo dijo uno de sus secretarios, pero las crónicas de la época le atribuyen al presidente de los Estados Unidos haber dicho: “Puede ser que Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”.

© Escrito por Alfredo Leuco el Viernes 14/03/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


miércoles, 12 de marzo de 2014

CFK - Milani = Allende - Pinochet según Nora Cortiñas... De Alguna Manera...

Nora Cortiñas comparó la relación CFK - Milani con Allende - Pinochet...

Nora Cortiñas criticó la defensa que la Presidenta hace sobre Milani. Foto: Télam

La titular de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, aseguró que mantener al general César Milani como jefe del Ejército es "hacer peligrar la democracia".

"Ofende al pueblo", aseguró Nora Cortiñas, madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, sobre el cargo que ocupa el general César Milani como titular del Ejército. La referente social criticó además la defensa que hizo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner del militar.

En diálogo con Radio La Red, Cortiñas cuestionó la decisión del Gobierno defender en el cargo al cuestionado general. "No tiene el valor moral para ejercer el cargo que le dieron".

"Es inexplicable. ¿Porqué la presidenta lo elige y lo entroniza en un lugar que no le corresponde? Ya tiene su historia este militar. Esto es lo que preocupa. Casos que, debe haber muchos más. Van a ir apareciendo. Pero ya hace rato que no tiene que ocupar ese cargo. Ofende al pueblo. Una persona integrante de lo que fue la represión que esté en ese cargo tan importante para nosotros que es como la garantía del pueblo para la democracia", criticó.

En respuesta a si fueron convocadas desde el Gobierno para dar su aval al nombramiento de Milani respondió: "No fuimos convocadas por el Ejecutivo. De ninguna manera. Además, esa insistencia en decir que sí iba a seguir en el cargo. Esto es realmente hacer peligrar la democracia. Él estuvo en una época de represión permanente, en la época de terrorismo de Estado. No tiene que estar".

"En la Línea Fundadora tenemos distintas opiniones y ya lo hemos manifestado, pero coincidimos sobre Milani que no tenía que estar en este cargo. Desde el principio, en ningún momento, ninguna madre de Línea Fundadora hemos apoyado esta decisión y este silencio de dejarlo en el cargo. La Línea Fundadora defiende la democracia, no queremos que los represores y los genocidas tengan estos cargos. Ofende al pueblo un personaje".

Y por último disparó: "No pudimos desentrañar porqué el Gobierno lo sostiene en el cargo. En la historia de Latinoamérica hemos tenido casos bien palpables de Gobiernos que creyeron en un militar para que los acompañara, como fue el caso de Salvador Allende, y el mismo militar que era amigo de confianza, Pinochet, fue el que dio el golpe de Estado".

"Y cómo va a seguir teniendo la Presidenta la seguridad de que este cargo es un militar que va a acompañar este proceso democrático".

Audio:



© Publicado el Miércoles 12/03/2014 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


martes, 28 de enero de 2014

Elia Espen, Madre de la Plaza... De Alguna Manera...


Madre de la Plaza: "Me gustaría decirle un montón de cosas a Cristina"…

Elia Espen tiene 82 años y está enfrentada con las Madres que adhieren al gobierno. Foto: Cedoc

Se llama Elia Espen y está enfrentada con las Madres oficialistas. Una entrevista lapidaria con el gobierno y con Hebe de Bonafini.  Tiene 82 años. Dice lo que piensa, le moleste a quien le moleste. Se llama Elia Espen, es Madre de Plaza de Mayo, y suele apoyar los reclamos de los trabajadores. Marcha, religiosamente, todos los miércoles con un grupo de jubilados que exigen el cumplimiento del 82% móvil y fue investigada en el famoso Proyecto X. En 2012, por aparecer en actos con partidos de izquierda, asegura que la echaron de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

Sentada en la mesa de un bar, a metros del Congreso de la Nación, Espen recuerda con tristeza el día en que se lo llevaron a su hijo Hugo, un joven de 27 años, estudiante de arquitectura de la Universidad de Buenos Aires y militante del PRT.

-¿Le sorprendió el ascenso del General César Milani?
-Pienso que el gobierno busca una amnistía encubierta y lo tienen a Milani por si acaso, por las dudas. Haberlo puesto a Milani es una cosa como decir “no nos van a tocar porque va a salir el ejército a defendernos”. No pueden salir a defender personas de los organismos de derechos humanos –se refiere a Hebe de Bonafini- a Milani que dice que por ser joven no sabía. ¿Y Alfredo Astíz que era? También era joven, pero el traidor se metió entre nosotras y así hay tres madres desaparecidas. Ser joven no justifica nada, lo que valen son los hechos. Hoy tenemos a Sergio Berni, a Milani, y a Alejandro Granados, ¿estos son los que defienden los derechos humanos?

-¿Qué opina de la política de derechos humanos durante los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner?
-Siempre digo lo mismo, que esta política fue impulsada por un matrimonio que estaba en Santa Cruz haciendo los negociados que hizo. En esa época, cuando las Madres eran atacadas y perseguidas, ellos –como defensores de los Derechos Humanos- nos hubieran mandado una esquelita muy chiquitita, que decía “los Kirchner estamos con ustedes” pero no los conocíamos y tampoco lo hicieron. Cuando vieron la oportunidad de llenarse de plata, se juntaron, habrán pensado que estas taradas –por las Madres- las podían engañar de la forma que quisiesen. Siempre hicieron las cosas en beneficio propio y, el que opina distinto, lo dejan a un lado. Se olvidan que respetar los derechos humanos es también cuidar a las personas que no tienen trabajo, educación, salud, que los jubilados estemos ganando bien y no que la defensora de los derechos humanos –por Cristina- nos haya vetado el 82% móvil.

-Ha apoyado a los petroleros de Chubut, a los trabajadores despedidos de Kraft, a los jubilados y ha participado en incontables marchas, ¿la sociedad acompaña?
-La sociedad no se compromete mucho. Algunos chicos, la juventud, un grupo de políticos que nos acompañan. Pero viajo todos los días en el tren Sarmiento y observo que la gente está cansada, trabaja todo el día y se preocupan por sus cosas. Lo entiendo. Pelean por su supervivencia.

-¿Alguna vez estuvo en Casa Rosada?
-Nunca me invitaron, fui una vez por los detenidos uruguayos que los querían extraditar y fuimos a impedirlo. Estaba con Adolfo Pérez Esquivel. Entramos, esperamos, nos sentamos para presentar la carta. Cristina no nos recibió, vino un secretario que nos dijo que la carta llegaría a Presidencia pero jamás nadie nos contestó. Con los trabajadores de Kraft también fuimos en una camioneta a Olivos, tampoco nos atendió. Volvimos y nos metimos en las rejas de la Casa Rosada, yo con el pañuelo. En ese momento estaba en sus oficinas. Le queríamos explicar qué estaba pasando realmente en Kraft. Ni las rejas pudimos pasar. No soy de las Madres de Plaza de Mayo de ellos

-¿Hay diferencias entre las Madres cercanas al gobierno y otras, críticas, como usted?
-Totalmente. Me gustaría mirarla a la cara a Cristina y decirle un montón de cosas. Educadamente, sin insultos. Pero nunca tuve esa oportunidad

-¿Qué le diría?
-Que piense, que piense mucho. Que acá no se trata de favorecer sólo a los amigos y parientes sino que hay 40 millones de argentinos. Que todos tienen los mismos derechos. Le diría que se fije por lo que está pasando Félix Díaz, que a los qom los están matando en el norte, que lo escuche.

-¿Por qué otros referentes de las organizaciones de derechos humanos están enamorados de este gobierno?
-No sé cómo encontrar la palabra justa para no ofender a nadie.

-¿Puede decir lo que piensa con libertad?
-Yo lo digo.

-¿Le trajo consecuencias?
-Me han echado de Línea Fundadora, me ha dejado mucha gente de hablar, pero no me importa. No me iré de este mundo sin decir lo que pienso.

-¿Molestó que se junte con partidos de izquierda?
-Molesta estar en la calle. Pero este gobierno no defiende a los trabajadores y tiene desaparecidos y no los menciona, como Luciano Arruga, Jorge Julio López. El ocultamiento del crimen de Paulina Lebbos, ¿no tienen nada para decir?

-¿Qué significa el pañuelo blanco que lleva puesto?
-Un santuario, algo sagrado. Yo le di mi pañuelo a una chica, Vicky Moyano, nieta recuperada que sufrió un montón, que pasó por todo. Entonces se lo di a ella en un acto por Trosky como homenaje a todos aquellos que están en la lucha. Jamás se lo daría a Aníbal Fernández (en diciembre del 2013, Hebe de Bonafini le entregó su pañuelo blanco al senador del Frente Para la Victoria, el ex intendente de Quilmes por ser “un genio”).

-¿Hace mucho que no ve en persona a Hebe de Bonafini?
-Hace añares que no hablamos. En la separación de 1986, una de ellas, Juanita –por Juana Meller- con quien hablábamos mucho, me pidió que me quedara con ellas, que me harían bordar el pañuelo. Por suerte me fui a Línea Fundadora. Te repito, no quiero que mis hijas y nietas me digan el dia de mañana que no hice nada, que no estuve en la calle luchando sino detrás de un escritorio juntando papeles y plata.

-¿Qué país sueña?
-Quiero un país donde pueda caminar, no mirarnos con odio, porque este gobierno consiguió eso, enemistar a todos los que piensan distinto. Podes ser comunista, peronista, radical, socialista, de derecha, lo que quieras, pero hoy no es así. Que haya trabajo y libertad de expresión en serio, dejando de lado las banderas partidarias. Lo tenemos que conseguir entre todos, la unidad es lo importante. Eso quería mi hijo, Hugo. “Yo sé que habrá que pelearla mucho pero lo conseguiremos” me dijo días antes del 18 de febrero de 1977 cuando se lo llevaron. Era sábado, temprano, en nuestra casa de Flores, en Páez y Boyacá. Hugo me contaba que desaparecían compañeros de la facultad, ahí le dije “¿Por qué no te vas del país?” “Yo me tengo que quedar, tengo que estar acá”, me respondió con sus 27 años. Ese día, perdí mi oído derecho por los golpes que me dieron. Tiempo después me contaron lo que le habían hecho a Hugo, las torturas y los vuelos de la muerte. El día que conocí a Azucena Villaflor, cambió nuestra vida. Ella sabía muy bien cómo organizarse. Ella nos decía a qué iglesias ir para buscar ayuda. Ese año, me tocó ir a la iglesia Britania, en Medrano y Sarmiento, poco antes de que desaparecieran a las madres. De repente, un muchacho se acercó y nos dice: ¡Te tenés que ir! No sé si habré hecho bien en irme. Pero no estaría acá contando la historia de mi vida.

© Escrito por Luis Gasulla el Lunes 27/01/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.