domingo, 2 de mayo de 2021

Aniversario del hundimiento del A.R.A. Crucero General Belgrano (C-4). @dealgunamaneraok...

El Belgrano, Malvinas y las memorias… 

Sitio del hundimiento, 2003. Por: Leonardo Marcial García. Foto del Archivo del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur.

El 2 de mayo de 1982 el Conqueror, un submarino británico, torpedeó al crucero A.R.A. General Belgrano (C-4). 323 marineros provenientes de todos los rincones del país murieron durante el ataque. Fue el fin de cualquier posibilidad de negociación. En este aniversario, el director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur elige recordar las vidas truncas y los tremendos testimonios de lo que significó sobrevivir a ese océano embravecido. Crónica de un momento clave en la historia de la Argentina. 

© Escrito por Federico Lorenz el domingo 01/05/2016 y publicado por la Revista Haroldo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

El 2 de mayo de 1982 el Conqueror, un submarino británico, torpedeó al crucero A.R.A. General Belgrano (c-4). Con este ataque, que Margaret Thatcher ordenó expresamente, Gran Bretaña puso fin al diálogo diplomático. Los británicos hundieron las negociaciones para evitar el enfrentamiento al precio de más de tres centenares de vidas argentinas.

 

A las 16:23 de ese día, el comandante Héctor Bonzo ordenó abandonar el barco. En menos de una hora, el Belgrano, que transportaba 1093 tripulantes, se hundió. Uno de los oficiales a bordo, el teniente de fragata Martín Sgut, registró con su cámara la secuencia fatal. La imagen de los cañones del crucero apuntando hacia lo alto entre un bosque de balsas anaranjadas, con un cielo gris de fondo, es uno de los emblemas de nuestra historia reciente. La historia de las fotos de Sgut, vendidas a un medio extranjero por un oficial de inteligencia naval, que fue condenado posteriormente, es una historia en sí misma. La historia del A.R.A. General Belgrano (c-4), sobreviviente de Pearl Harbour: comprado a Estados Unidos en 1951, rebautizo 17 de Octubre para ser una de las naves que se unió al golpe de 1955. La nave, hundida en 1982, era en sí una metáfora nacional.

 

323 marineros provenientes de todos los rincones del país murieron durante el ataque o después, en las balsas salvavidas, víctimas de la helada noche del Atlántico Sur. Los náufragos, heridos, quemados por la explosión y con hipotermia, fueron rescatados al día siguiente por aviones y barcos argentinos. Las operaciones de rescate continuaron hasta el 9 de mayo.

 

Quisiera detenerme, sobre todo, en las vidas truncas o que cambiaron para siempre ese día. En el Museo Malvinas elegimos para difundir nuestra iniciativa de homenaje, una foto que fue tomada en el sitio de hundimiento tres décadas después. Impresiona la altura de las olas; conmueve imaginar el frío letal de ese Atlántico que enfrentaron como náufragos.

 

La decisión política británica de hundir el crucero, cuando se alejaba de la zona de exclusión  dispuesta unilateralmente por los británicos, anuló cualquier posibilidad de negociación. Esto es innegable. 

 

Pero quisiera detenerme, sobre todo, en las vidas truncas o que cambiaron para siempre ese día. En el Museo Malvinas elegimos para difundir nuestra iniciativa de homenaje, una foto que fue tomada en el sitio de hundimiento tres décadas después. Impresiona la altura de las olas; conmueve imaginar el frío letal de ese Atlántico que enfrentaron como náufragos. Nunca nos podremos acercar lo suficiente a las situaciones vividas durante esas horas.

 

Cada balsa se transformó en un mundo frágil en un océano embravecido, habitadas por hombres que para enfrentar uno de los climas más hostiles del planeta sólo se tuvieron a sí mismos, y a sus compañeros. Veamos uno solo de los tantísimos testimonios:

 

Cada uno de nosotros se acomodó lo mejor que pudo y se cerraron las aberturas de la balsa, con lo que quedó convertida en una cápsula. En un primer momento las balsas se amarraron entre sí para no separarse y tener más posibilidades de ser halladas, pero al desmejorar las condiciones del tiempo, los tirones del oleaje obligaron a separarlas ante el riesgo de naufragar (...) Estábamos empapados, ateridos de frío. Tratábamos de acomodarnos como se podía. Sentados muy juntos, codo con codo, las piernas dobladas sobre el cuerpo acalambrado. Y el miedo. Y la desesperación. Y los heridos que luchaban por sobrevivir. Tendido sobre nuestras rodillas iba el suboficial Ávila, que había sufrido tremendas quemaduras. No daba más, gemía continuamente. Cada movimiento, cada gota de agua salada que apenas lo rozaba, era suficiente para que estallara en gritos de dolor. Nos suplicaba: ‘¡Tírenme! ¡Háganme cualquier cosa, ya no doy más!’ Pero, ¿qué podíamos hacer? No teníamos nada para ponerle sobre las sangrantes ampollas, ni siquiera podíamos mover las manos. Un soldado tenía quemada la cara, iba con la cabeza baja, tratando de taparse las heridas con el brazo como una forma de protegerlas y evitar más sufrimientos. Y también, sentado y sostenido por nosotros, llevábamos a un compañero que había muerto unos momentos antes (...) La noche se hizo eterna. Los rezos, los gemidos, los huesos entumecidos. Todo se confundía. Todo formaba parte de la agonía compartida. El viento arqueaba la balsa y la lluvia no cesaba de castigarla con fuerza. La fe era el único generador de confianza, pero por momentos flaqueaba. ¿Dios nos estaba mirando? La espera se tornaba interminable. ¿Dónde se encontraban los que nos tenían que rescatar? ¿Cuánto tiempo más podríamos aguantar? Nadie dormía, ni siquiera nos permitíamos cerrar los ojos. La tensión era total. Siempre atentos a cualquier ruido que nos pudiera indicar que habían venido por nosotros. La mirada fija en el techo de la balsa esperando una luz que nos manifestara que todavía era posible la vida[1] 

 

Recordar la guerra, claro, tiene mala prensa. La tenía entonces, en 1982, porque olía a asesinos y dictadores. Pero esa fue una generalización injusta cuyas consecuencias arrastramos hasta el presente. Si escribo “injusticia”, es porque el 80 por ciento, un poco más, de quienes combatieron en Malvinas, eran soldados conscriptos, hijos del pueblo cumpliendo con un deber cívico. Como si fuera lo mismo Verónico Cruz, el alumno de Juan José Camero en La deuda interna (1988) que conoce el mar como tripulante del Belgrano, que Chamorro o Astiz. 

Me pregunto cuánto de esa mala prensa que tenía entonces hablar de Malvinas, y por extensión todos los que habían combatido allí, la arrastramos hasta el presente. Cuánto de esa cerrazón a pensar en las experiencias de nuestros combatientes tuvieron que ver con las pésimas condiciones en la que regresaron a vivir a sus barrios, sus ciudades, sus provincias, los que sobrevivieron. 

Hay muchas marcas en la literatura reciente argentina que tienen que ver con el hundimiento del crucero. Pablo De Santis, en La marca del ganado, evoca una matanza de animales en un pequeño pueblo del interior de la provincia de Buenos Aires, que en la época fueron atribuidos a visitantes extraterrestres. El ganado aparece mutilado de modo extraño. 

Es llamativo el hecho de que muchas de estas historias tienen por protagonistas a las víctimas desaparecidas del Belgrano, hundido por los británicos. ¿Acaso porque su destino se asemeja al de las víctimas del terrorismo de Estado? En efecto, la inmensa mayoría de las 323 víctimas del A.R.A. General Belgrano (c-4) figuraron como “desaparecidos”: están en el fondo del mar.

Pablo Ramos, en “El alimento del futuro” narra la historia de Gaby, un marino sobreviviente del crucero A.R.A. General Belgrano (c-4) que ha regresado cubierto de quemaduras a su barrio: 

Llegó la noticia quiere decir que todo el barrio se conmocionó y empezó a salir a la calle espontáneamente para terminar en una especie de procesión frente a la casa de la familia de nuestro amigo. De golpe la gente se juntaba en silencio y sin bandera sin cantar nada y con unas caras de algo que a mí me pareció en un principio sólo preocupación y que después entendí como preocupación y culpa (...) Alguien real, alguien a quien solíamos ver todos los días del año, flotaba ahora perdido, vivo o muerto, en el mar helado del sur.  No era una noticia en el diario, no era un número anónimo y lejano, era “el Gaby”, el que me había puesto de titular en un partido contra Dock Sud. El que lloró cuando en el sorteo de la colimba le tocó la Marina, no por tener que hacer la conscripción, sino porque iba a tener que cortarse el pelo.[2] 

El cuento plantea la contradicción que vivieron los soldados cuando regresaron de la guerra: 

-Está arrasado –le dijo papá a mamá, luego, en casa —y encima estos estúpidos lo tratan al pibe como si hubiese sido una víctima. Es un héroe de  guerra. Los que lo mandaron a la guerra son unos asesinos y los ingleses, ya lo sabemos, la peor de todas las basuras de esta tierra. 

Pero ese chico es un héroe (…) Está quemado en el 60 por ciento del cuerpo y tiene la espalda rota. Ya no va a caminar ni a tocar la guitarra ni nada de lo que le gustó toda la vida. Y eso, porque se metió una y otra vez, entre el fuego y los fierros al rojo, para rescatar a sus compañeros.[3]  

Sobrevivientes, la novela de Fernando Monaccelli, también tiene por tema el hundimiento del crucero: evoca la reaparición de un muerto en una balsa, hallada entre los hielos de la Antártida. Con la novedad de que lleva entre sus ropas un cuaderno donde su madre lee que al momento de morir estaba esperando un hijo. La búsqueda de los nietos, la pelea por la identidad, pero en un campo que el sentido común puede considerar inhabitual. 

Es llamativo el hecho de que muchas de estas historias tienen por protagonistas a las víctimas desaparecidas del Belgrano, hundido por los británicos. ¿Acaso porque su destino se asemeja al de las víctimas del terrorismo de Estado? En efecto, la inmensa mayoría de las 323 víctimas del Belgrano figuraron como “desaparecidos”: están en el fondo del mar. 

Tanto que la familia de uno de los muertos desaparecidos en el hundimiento del buque, cuando comenzó a funcionar la CONADEP, pensó que debía presentar su caso allí. 

Recuerdo hace unos cuantos años, una entrevista que le hice a David “Coco” Blaustein. Versaba sobre la militancia y el exilio, pero de repente, para mi grata sorpresa, Malvinas irrumpió de un modo potente: “Malvinas me agarra en parte en Nicaragua haciendo un documental que nunca se terminó sobre los indios Misquitos (...)  Me acuerdo perfectamente estar en Nicaragua y enterarme del hundimiento del Belgrano, en pleno rodaje de la película... Y me acuerdo que debe haber sido de las pocas veces en el exilio que lloré, porque de repente se me juntaron las imágenes de los pibes del Belgrano, hundiéndose, con la figura de Augusto Conte”. 

Augusto, el Motudo, el africano, era su amigo y compañero de militancia, y lo habían secuestrado mientras hacía el servicio militar en la Armada, el 7 de julio de 1976.  “Coco” Blaustein remataba diciendo: “Y me acuerdo que la imagen que yo tenía mientras lloraba es que... si el Motudo hubiese sobrevivido, probablemente podría haber perdido en Malvinas, que era como absurda la asociación, pero era evidentemente una especie de doble duelo”. 

Quiero pensar en esa idea de “doble duelo” porque creo que ahora que están de moda las grietas, esa es una más grande. Grande por añeja y, pienso cada 2 de mayo, cada vez que estamos en “los meses de Malvinas”, grande por  injusta.

·         1. (Waispek, Carlos, Balsa 44. Relato de un sobreviviente del crucero ARA General Belgrano, Buenos Aires, Editorial Vinciguerra, 1994, pág. 101 y ss.)

·         2. Pablo Ramos, “El alimento del futuro”, en Marcelo Birmajer y otros, Las otras islas. Antología, Buenos Aires, Alfaguara, 2012, pág. 107.

·         3.  Idem, pág. 108.





Copa de la Liga Profesional. Talleres de Córdoba 1 vs. Huracán 1... @dealgunamaneraok...


Talleres no supo liquidarlo y Huracán se lo empató en el Kempes…

La "T" perdió varias chances y empató con el Globo 1 a 1, en un encuentro de la duodécima fecha de la zona B de la Copa de la Liga Profesional de fútbol de Primera División, se mantiene en la tercera colocación y en la última fecha con un triunfo ante Lanús asegurará su clasificación para los cuartos de final del certamen.

© Publicado el domingo 02/05/2021 por el Diario Jornada de la Ciudad de Trelew, Provincia del Chubut, República de los Argentinos. 

El delantero Mateo Retegui abrió el marcador, a los 15 minutos del primer tiempo para los cordobeses y lo empató en el complemento Esteban Rolón, a los 25. 

La "T" perdió la chance de asegurar hoy su clasificación a los cuartos de final, quedó con 20 puntos en la zona detrás de Vélez (28) y Boca (22), ya clasificados. 

Los dos lugares restantes de la zona se definirán entre Talleres, Unión (18), Independiente (17) y Gimnasia de La Plata (14), que aún le quedan dos partidos por jugar. 

Fue equilibrado el encuentro en los instantes iniciales, con ambos equipos muy cautos a la hora de buscar el arco rival, y sin descuidarse en la zona defensiva. 

Con el transcurrir de los minutos el elenco cordobés comenzó a crecer con una buena tarea por las bandas, con las subidas de Diego Valoyes por derecha y de Ángelo Martino por izquierda. 

Fue precisamente Martino el que escaló por su sector, a los 15 minutos, llegó a la última línea y puso el centro atrás para la llegada de Franco Fragapane, pero el ex Unión no puedo empujar y la pelota le quedó de frente a Retegui, que entró por el medio y gritó el 1 a 0. 

El "Globo" buscó rápidamente recuperarse, con un buen trabajo de Cristian Núñez en el medio, y hasta dispuso de una opción muy clara para nivelar, pero Marcos Díaz se lució y sacó de buena manera un gran cabezazo de Norberto Briasco, que a punto estuvo de convertirse en la igualdad. 

En el complemento la "T" tuvo sus chances para aumentar, primero con un tiro libre de Joel Soñora que dio en el palo y un cabezazo de Retegui que se fue apenas desviado, y seguía inquietando con un imparable Valoyes. 

Los goles perdidos de los de Alexander Medina los pagó caro más tarde, porque Rolón capitalizó un buen centro de Briasco y con un preciso golpe de cabeza puso la pelota junto al palo izquierdo de Díaz para marcar el 1 a 1. 

Vinieron los cambios, y esa rotación tampoco le permitió a los de Medina retomar el dominio del juego, que se fue diluyendo sin grandes chances para ninguno de los dos y el empate no se modificó. 

Talleres viaja mañana a Brasil, donde el miércoles se medirá con Bragantinos por la tercera fecha del Grupo G de la Copa Sudamericana. 

Síntesis 

Talleres de Córdoba 1 

Marcos Díaz; Augusto Schott, Rafael Pérez, Piero Hincapié y Ángelo Martino; Francis Mac Allister, José Mauri y Joel Soñora; Franco Fragapane, Diego Valoyes y Mateo Retegui. DT: Alexander Medina. 

Huracán 1 

Sebastián Meza; Ezequiel Bonifacio, Renato Civelli, Lucas Merolla y Raúl Lozano; Esteban Rolón, Santiago Hezze y Franco Cristaldo; Cristian Núñez, Nicolás Cordero y Norberto Briasco. DT: Frank Kudelka. 

Gol en el primer tiempo: 15m. Mateo Retegui (T). 

Gol en el segundo tiempo: 25m. Esteban Rolón (H). 

Cambios: en el segundo tiempo, 14m. Patricio Toranzo por Cristaldo (H), Pablo Oro por Núñez (H) y Sebastián Ramírez por Cordero (H); 20m. Carlos Auzqui por Soñora (T), Enzo Díaz por Fragapane (T) y Juan Ignacio Méndez por Mauri (T); 24m. Claudio Yacob por Hezze (H); 29m. Michael Santos por Martino (T); 40m. Mauro Ortíz por Retegui (T). 

Amonestados: Hincapié, Auzqui, Schott (T). Merolla, Lozano, Briasco (H). 

Árbitro: Yael Falcón Pérez. 

Cancha: Estadio Mario Alberto Kempes.




 

Video: ESPN

Desde Patria Quemera: Posted: 02 May 2021 12:51 PM PDT 

Huracán llegaba a Córdoba con sus limitaciones a cuestas.  Y el comienzo del partido era una continuidad de todo lo que estaba pasando en los últimos tiempos, con un equipo que no encontraba su juego, ni por asomo. 

Talleres, equipo armado, por momentos se floreaba.  Desbordaban por todas las líneas, tenían más idea y físicamente eran superiores.  Y a los 15 nos embocan.  Y el primer tiempo siguió así, como si nada.  Realmente, de mi parte, veía todo gris.

Obviamente uno siempre tiene la esperanza pero claro, ya perdí la cuenta de los minutos en cancha que venimos jugando pésimo. 

El segundo tiempo empezó igual, pero Kudelka mete cambios. Entran el pato Toranzo, Ramírez, Pablo Oro y al ratito, Yacob.  Eso, más que ellos empezaron a menguar su rendimiento, Huracán empezó a apretar de a poco hasta que viene la jugada del centro de Briasco y que Rolón mete el cabezazo y logra el empate. Y casi, en el final, apretando y metiendo, casi nos llevamos la victoria. 

Empate que vale oro, viendo nuestro pasado más reciente.  Pero no cambia la imagen que venimos teniendo de un equipo que no se encuentra a sí mismo, donde un rival con solo poner algo de orden más un poco de calidad, nos supera.  Pero puede ser el comienzo de, por lo menos, empezar a sentirse un poco mejor y levantar el nivel de juego. 

Mucho mas no puedo decir sin entrar en actuaciones individuales, cosa que no voy a hacer faltando tan poco para el final del torneo, salvo que ocurra un milagro y Huracán clasifique.  Entiendo perfectamente que cuando un equipo anda mal, es muy difícil destacarse, porque todos entran en la vorágine y el rendimiento no es el que debería. 

Y ahí es cuando va a empezar a caer la responsabilidad en Kudelka, quien deberá seleccionar lo que queda y lo que se va. 

Sé muy bien que los hinchas de Huracán somos un volcán en erupción. Yo también, créanme. 

¡Abrazo Quemero! 

Carlos Biondi.





Sin rumbo. Un largo camino... @dealgunamaneraok...

Un largo camino… 

Presidente Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

La segunda ola desnuda la precariedad del país. Sistema de salud colapsado y pocas vacunas. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 01/05/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

La segunda ola de la pandemia causada por el covid-19 desnuda la precariedad de la Argentina. El sistema de salud aguanta como puede mientras las vacunas siguen en falta. Para esta altura del año se habían prometido cuanto menos más de veinte millones de vacunas. A duras penas, se han conseguido diez millones. La desesperada renegociación por el inóculo abierta con Pfizer demuestra que los pedidos faraónicos que se le atribuían a la empresa farmacéutica –que arrancaban con los glaciares, seguían por la Malvinas, y pasaban por las reservas del Banco Central y llegaban a la soberanía nacional– eran una fantasía más de las tantas que suele acuñar el relato del kirchnerismo. 

 

Lo que sí se sabe es que la compañía que produce la vacuna BNT162B2 –tal su nombre técnico– estuvo dispuesta a otorgarle a la Argentina unos tres millones de dosis. Nada se sabe, en cambio, de la razón por la cual Alberto Fernández no las aceptó. Como ya es conocido, no fue solo Pfizer con la que el Gobierno tuvo una conducta poco comprensible: también se rechazaron las vacunas del programa Covax que distribuye la Organización Mundial de la Salud.

 

En este contexto, tampoco se entiende que recién el jueves la ministra de Salud, Carla Vizzotti, se haya reunido con la encargada de Negocios de los Estados Unidos, MaryKay Carlsson –en los hechos, la embajadora– para destrabar el envío de 900 mil dosis de AstraZeneca que se encuentran en ese país. ¡Qué abundancia de actitudes incomprensibles exhibe el gobierno del Frente de Todos!  

 

En el oficialismo existe por estas horas una mezcla de sensaciones. Por un lado, la incertidumbre por lo que pueda venir y, por el otro, cierto grado de alivio mezclado con triunfalismo luego del anuncio de las nuevas restricciones. ¿Qué es lo que dicen cerca de Alberto Fernández  para justificar este renovado optimismo?

 

“De a poco el Presidente volvió a encontrar el camino. Las medidas anunciadas fueron menos duras de lo esperado en cuanto a nuevas restricciones porque se logró un consenso y un compromiso con todos los actores políticos. Pero fundamentalmente porque hubo resultados”, se escucha decir por los pasillos de la Casa Rosada, desde donde se agrega que  “en estos 15 días aún sin el control de la Ciudad –cosa que resaltaron especialmente– se logró contener la subida de casos. Ahora confiamos en que CABA va a cumplir y va a salir a fiscalizar. De hecho, la reunión de Frederic con Santilli fue excelente”. “Si la Ciudad controla, a la larga ganamos todos”.

 

Hay en ese concepto la idea velada de una rebelión generalizada de las autoridades de la Capital Federal que nunca existió como tal. A eso hay que añadirle la habitual ausencia de autocrítica por lo que ocurre en el Conurbano. Lo que se vive en varias de las localidades de ese territorio indómito es un fenomenal descontrol.

 

En la Provincia aseguran que no hay descontento de parte de Axel Kicillof respecto de la ausencia de medidas más contundentes y que el gobernador sabía que el anuncio no tenía el voltaje de las declaraciones de sus laderos. “Desde el gabinete de provincia de Buenos Aires salieron siempre con los tapones de punta para obligar a la Ciudad a comprometerse. Fue una estrategia conjunta”, dijeron fuentes del gobierno nacional. El propio Kicillof se encargó en la tarde del viernes de ajustar las medidas al molde de su zapato.

 

El jueves por la noche, el Presidente acudió a Ezeiza a recibir en persona las últimas dosis que arribaron de la vacuna china. Semejante acto de populismo se vio agravado por la circulación de un spot publicitario y mensajes coordinados vía Twitter, donde los funcionarios del gobierno nacional utilizaron el hashtag #10MillonesDeVacunas en la red social del pajarito. Una obscenidad que rozó la falta de respeto a los enfermos y víctimas de la pandemia.

 

Entre tanto, la Corte Suprema volvió a postergar su definición en cuanto a la disputa por las clases presenciales. En el Gobierno están convencidos de que el máximo tribunal no tomará una decisión taxativa. “No se va a expedir sobre un tema que tiene que resolver la política o, mejor dicho, creemos que se va a pronunciar en ese sentido”.

 

Con la Ciudad, una herida abierta. AF anunció, casi al final de su mensaje, que enviará al Congreso un proyecto de ley que “me faculte como presidente y que faculte a los gobernadores a tomar restricciones y medidas de cuidado. De este modo estoy ratificando mi vocación de diálogo”. Desde la oposición le respondieron que no le van a conceder facultades extraordinarias para disponer de la libertad de los argentinos o avasallar la autonomía de las provincias o la Ciudad de Buenos Aires. Al ser consultados sobre este punto, desde la Rosada fueron sumamente precisos: “No se avanzará sobre la libertad de ninguna provincia porque los gobernadores tendrán la facultad de administrar las restricciones en función de su semáforo epidemiológico”. ¿Y la Ciudad?  “Dijo gobernadores porque la Ciudad no tiene estatuto de provincia”.

 

Hay en la base de este proyecto una intención velada que, sin embargo, emerge con total claridad: neutralizar a la Justicia en general y a la Corte Suprema en particular. Y eso apunta, políticamente, directamente a Horacio Rodríguez Larreta.

 

En el Gobierno invoca, como fuente de inspiración, a la canciller alemana, Angela Merkel. Esta es una muestra más de la falta de límites del kirchnerismo. Comparar la fortaleza del sistema institucional de Alemania con el de nuestro país es una osadía. Y ni qué hablar de su situación socioeconómica. Si, además, el Presidente tuviera la intención de informarse bien, sabría que el proyecto de Merkel está siendo sometido a una andanada de presentaciones judiciales que lo cuestionan duramente.   


Mientras tanto, el ministro de Economía, Martín Guzmán, quiso echar al subsecretario de Energía, Federico Basualdo, hombre del kirchnerismo duro. La renuncia de Basualdo fue confirmada el viernes por la mañana desde la Casa Rosada, el Ministerio de Economía y la mismísima Secretaría de Energía. Desde entonces, se desató una interna feroz de final abierto. Cristina Fernández de Kirchner manda y Alberto Fernández obedece.

 

Producción periodística: Santiago Serra.






 

 

 

Chacarita Juniors cumple 115 Años... @dealgunamaneraok...

Chacarita Juniors cumple 115 años | La historia de sus 5 (o 6) camisetas y un homenaje. 


Chacarita Juniors con su camiseta tradicional, roja, blanca y negra, el día que goleó a River Plate 4 a 1 y salió campeón Metropolitano 1969.

Este 1º de mayo el club afincado en San Martín celebra su aniversario. Contrariamente a lo que se cree, tuvo más de una camiseta. De la blanca a la tricolor y un mito que se cae. 

© Escrito por Carlos Piro el sábado 01/05/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Chacarita Juniors cumple este 1 de mayo 115 años. Fundado por un grupo de muchachos que formaban parte del “Club Atlético Defensores de Chacarita”, luego desaparecido.

 

Mucho se habla de las camisetas, de defender los colores que identifican al club y de los significados ocultos, de partidos que se ganan con la camiseta, de mufas y de suertes varias. Pero la camiseta y sus colores es quizá el último refugio de identidad de los hinchas.

 

En tiempos donde el marketing y las cábalas parecen más importantes que el talento y los entrenamientos, bien vale un repaso por la historia de la camiseta más linda y original del fútbol argentino, al menos, como la definía Roberto Fontanarrosa, que en su libro “No te vayas campeón”, escribió “Qué linda es la camiseta de Chacarita. Es más, si algún día me hacen uno de esos tontos reportajes llamados “ping-pong”, cuando me pregunten por “una camiseta”, diré: “La de Chacarita”. Es la que más me gusta (…) la de Chacarita tiene, si se quiere, un toque de sofisticación, de ingenio. Y yo creo que ese toque reside en esa línea finita, blanca, que se ha colado entre las rojas y las negras, más anchas y prepotentes. Esa línea delgada y blanca aporta un trazo de distinción, brinda luz, relieve, cierto brillo. Tiene algo de capricho, además, al ser más finita que las otras y marca la diferencia, por otra parte, con las miles de vulgares camisetas a franjas verticales de sólo dos colores.

 

Y lo hace, puntualicemos, en la medida justa, sin complicar la imagen de la divisa funebrera al punto de convertirla en una señal de ajuste televisiva o en un simple código de barras. Y es, por sobre todas las cosas —y a esto quiero llegar, mis amigos—, una camiseta de fútbol, una pura y elocuente camiseta de fútbol

 

 

Pero, ¿de dónde surge la camiseta de “Chaca”? ¿Es cierto eso de que el rojo es por su origen socialista, el blanco por la pureza de los ideales y el negro por un “toque de humor” por el cementerio? No, es un mito, lindo, bien contado, pero falso. No existe ningún documento ni testimonio histórico que lo certifique.

 

Es más, muchas veces se dice que Chacarita Juniors nació “tricolor” en aquel 1 de mayo, pero tampoco es cierto. Según el relato de José Manuel Lema, el alma de la fundación en aquel 1906 en una nota publicada por una revista partidaria del club, “la vestimenta del primer equipo que lució el cuadro estaba formado por una casaca blanca con un escudito con iniciales como bolsillo y fue obsequiado por la hermana del socio Palacios”.


Chacarita Juniors en 1984, con camiseta blanca.

 

Un año después, el 18 de abril de 1907, el diario “La Argentina publicaba, entre otras informaciones, que “El uniforme del club Chacarita Juniors será el siguiente: blusa colorada y blanca a mitades y pantalón blanco”.

 

Más tarde, en el 2 de mayo de 1908, en el diario “El mundo”, se informaba que el club cambiaba su indumentaria. “Los colores que usará el club Chacarita Juniors son los siguientes: camiseta a rayas verdes y blancas y pantalones azul marino. Ruega a sus socios se presenten al field el domingo con el uniforme mencionado”.

 

 

En los diarios de la época no se vuelve a mencionar la camiseta ni los colores del club hasta 1922. Tampoco hay documentos oficiales de aquellos años, y el primero que se conserva, el Acta de Refundación del club, de 1919, no se habla de los colores ni de las camisetas.

 

En el mencionado 1922, ya no se trata de un anuncio oficial, sino de una mención, casi al pasar, el 9 de agosto, en el diario La república. Por el “Campeonato metropolitano”, se enfrentaron Chacarita Juniors y Vida y Acción. “Llevóse a cabo el domingo último este encuentro por el campeonato metropolitano, en el parque Chacabuco, cancha del segundo de los nombrados. El partido fue intersante y pródigo en combinaciones lucidas por ambas partes, pero los blanco y celeste (Vida y acción), se impusieron a los azules (Chacarita Juniors) por el elevado score de 9 a 0”, dice la publicación. 

 

Chacarita Juniors en 1931 con camiseta celeste.

Finalmente, la camiseta que hoy se considera “camiseta tradicional”, la tricolor, la roja y negra, separada por una línea finita blanca, surge en 1924. Según una publicación del sábado 12 de abril, en el diario Última hora, se anucia que “Chacarita cambia de colores. 

 

El club Chacarita Juniors ha comprado en una casa europea once camisetas color negro con rayas delgadas rojas y blancas. Entienden los dirigentes de la popular institución del Norte, que hay varios clubs que usan camisetas color celeste y es por ello que resolvieron cambiar de casaca”.

 

Así, se descartaba la camiseta celeste por considerársela muy común, y se eligió una camiseta distintiva, que fue ejemplo para otros clubes, y que a casi cien años de su creación, mantiene su originalidad y su belleza. Fue a partir de una camiseta que usaba Nicodemo Perticone, uno de los refundadores de club, que se eligieron los colores.

 

 

Cuenta su hijo Miguel, que se trató de una tela que le había regalado a su abuela una señora de origen árabe, con quien habían llegado a la Argentina en el mismo barco. Como se trataba de una tela con demasiados colores como para la moda femenina de aquellos años, doña María Antonia Buzzi decidió hacerle una camiseta a su hijo, para que vaya a jugar con sus amigos. De ahí, se tomaron los colores que le dieron identidad a Chacarita Juniors, ya que a la hora de pensar en un diseño original, Nicolás Caputo, otro de los próceres de la refundación de Chaca, le dijo a su amigo Perticone que tenían que hacer las camisetas con esos colores. Esa camiseta original, estuvo por años en la familia de aquel pionero chacaritense.


Por estos difíciles días de 2021, Chaca volvió a la “celeste”, que había usado en aquellos primeros años de la década del 20, y también en los comienzos del profesionalismo, allá por 1931. Hoy es una “camiseta alternativa, diseñada completamente en celeste y con los tres colores distintivos en línea a uno de los costados. Su uso fue considerado “cábala” por muchos, ya que después de varios años de triunfos escasos, se enhebró una serie de tres victorias con la “celeste”, a la que le atribuyen un extraño poder, que se disolvió completamente al caer por 4 a 0 en la canchita del Deportivo Riestra, en uno de los resultados deportivos más humillantes de su historia. Hasta su director técnico, Cristian Aldirico, que también es hincha de Chacarita, defendió la camiseta tradicional en una conferencia de prensa y desdeñó las "cabalas".

 

 

Los tradicionalistas, los más fanáticos, los que dicen respetar la historia más que las alternativas del marketing y del pensamiento mágico defienden a ultranza la camiseta tricolor. “Con esa le ganamos la final del Campeonato Metropolitano de 1969 a River Plate por 4 a 1 y con esa, bailamos al Bayern Munich en la Copa Joan Gamper”, repiten en la platea o en las redes sociales. No es para menos. Si hasta fue la tricolor la que los hinchas le “prestaron” a los jugadores aquella tarde de 1994 en que nació el “Día del hincha de Chacarita”.

 

El día que Chacarita Juniors se vistió de rosa 


 

Chacarita Juniors en 2020 con camiseta rosa en homenaje al día de la mujer.
 

Una rareza fue ver a Chacarita con la camiseta rosa. Se trató de un homenaje por el día de la mujer. Fue en el partido que le ganó 1 a 0 a San Martín de Tucumán en el norte argentino el 8 de marzo de 2020. Se trató de una camiseta con igual diseño que la tricolor tradicional, pero en tres tonos diferentes de rosa. Si bien se ganó el partido, no se le atribuyó ningún poder mágico y hasta el momento no fue vuelta a utilizar.