Mostrando las entradas con la etiqueta Julio Cobos. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Julio Cobos. Mostrar todas las entradas

sábado, 30 de agosto de 2014

Kirchnerismo radicalizado… De Alguna Manera...


Kirchnerismo radicalizado…


El más entusiasmado por la extravagante aventura que Cristina ha emprendido es Axel Kicillof.

A juzgar por las encuestas de opinión, más del ochenta por ciento de la población quisiera que el país contara con un gobierno moderado encabezado por un centrista nato como Mauricio Macri, Sergio Massa, Daniel Scioli o Julio Cobos. Pero para Cristina tales detalles carecen de importancia. Es la jefa absoluta y le es dado hacer cuanto se le ocurra. Puesto que el orden político nacional es “verticalista”, a una presidenta peronista todo le está permitido. Aunque perdió el apoyo de la mayoría hace tiempo, cuenta con algo que, pensándolo bien, le es mucho más valioso que aquel 54 por ciento de los votos que obtuvo en octubre de 2011: el temor a que el país sufra una crisis institucional equiparable con la que, a fines de 2001, acompañó el colapso de la convertibilidad, cuando media docena de personajes se entretuvieron jugando sillas musicales con la presidencia de la República y millones de personas se vieron expulsadas de lo que para ellas había sido la normalidad.

La vieja consigna “yo o el caos” ha conservado su vigencia. Sin excepciones significantes, los líderes de las diversas agrupaciones políticas que se han improvisado últimamente quieren que Cristina termine su mandato a la hora prevista por el calendario institucional. Si bien a menudo se siente “un poco nerviosa”, la señora está más que dispuesta a aprovechar a pleno la libertad que le han concedido. Sin prestar atención a los gritos de alarma que están profiriendo empresarios asustados, sindicalistas desbordados por rivales que corean lemas izquierdistas y dirigentes no sólo opositores sino también, a su modo, los presuntamente leales, la presidentísima está librando una cruzada furiosa contra buena parte del resto del planeta.

¿Y por qué no? Además de caerle encima una y otra vez, el mundo, dominado como está por buitres inmundos, yanquis prepotentes, jueces foráneos que no le obedecen como corresponde y los nunca adecuadamente denostados neoliberales, la ha traicionado. En cuanto al país, desde hace mucho Cristina entiende que no está a la altura del relato heroico que le ha ofrecido.

El más entusiasmado por la extravagante aventura que Cristina ha emprendido es Axel Kicillof. Convencida de que el hombre que se niega a vestir corbata es “un genio”, Cristina le ha regalado un laboratorio espléndido, la Argentina, en que poner a prueba las teorías decimonónicas que tanto le gustan. En la Unión Soviética y China, el marxismo-keynesianismo o lo que fuera fracasó de manera realmente espectacular, pero Axel sabe que en el fondo los camaradas tenían razón. Al fin y al cabo, hasta el

Papa coincide en que el capitalismo liberal es un bodrio, de suerte que hay que reemplazarlo ya por una alternativa más humana, más inclusiva y menos exigente.

Cristina y los muchachos –algunos ya canosos– de La Cámpora aparte, pocos se sienten gratamente impresionados por las ideas de Axel. Antes bien, las toman por arbitrariedades típicas de un profesor un tanto chiflado cuyas teorías podrían sonar muy lindas cuando las expone en una aula llena de estudiantes contestatarios pero que, por desgracia, no tienen mucho que ver con lo que sucede fuera de los claustros académicos. Es lo que piensan virtualmente todos los empresarios, incluyendo a muchos que se habían acostumbrado a aplaudir como es debido los disparates presidenciales por entender que no les convendría figurar en la cada vez más extensa lista negra del oficialismo.

Con unanimidad sorprendente, los hombres de negocios creen que la resucitada Ley de Abastecimiento que tanto había contribuido a agravar las dificultades de la recordada etapa isabelina, no sólo les haga la vida imposible sino que provoque la muerte por estrangulación de la ya postrada economía nacional. Encontraron aún más intimidante, si cabe, la amenaza – producto de una “confusión”– de Cristina de tratar como terroristas a quienes siembren miedo cayendo en bancarrota.

Es verdad que el primer blanco de la ira presidencial ha sido una empresa de capitales yanquis, la imprenta Donnelley, pero no hay garantía alguna de que no acuse a otras de tener entre sus accionistas a personajes vinculados con los buitres. Sea como fuere, dadas las circunstancias en que se halla el país, ensañarse así con una empresa extranjera no ayudará a restaurar la confianza de los inversores. Por el contrario, al hacerlo Cristina se las arregló para cometer los presuntos delitos que, en un discurso enardecedor, atribuyó a la empresa gráfica de “atentar contra la economía” y generar “temor”, pero tal vez resulte imposible aplicarle a la Presidenta la ley antiterrorista.

El clima imperante en el país sería distinto si hubiera motivos para suponer que Kicillof haya fraguado un plan magistral que, instrumentado con eficacia por los funcionarios de la repartición que encabeza, serviría para que la maltrecha economía nacional reanudara el crecimiento luego de un intervalo recesivo ya bastante largo, pero, por desgracia, no hay ninguno. Fuera de los reductos kirchneristas, el consenso es que Cristina no entiende nada de economía salvo, quizás, las partes relacionadas con la hotelería, de ahí la proliferación de feriados y puentes, mientras que el superministro subordina los molestos datos concretos a las abstracciones que tanto le gustan. Es natural, pues, que los empresarios, asalariados y jubilados, es decir, casi todos, se sientan atrapados en un vehículo con las puertas bien cerradas que, conducido por principiantes, está a punto de precipitarse por un acantilado.

Antes de regresar los buitres al centro del escenario, parecía que Cristina y Axel querían hacer los deberes para que la fase final de su gestión transcurriera sin demasiados sobresaltos. Compraron la entrada a los mercados de capitales repartiendo miles de millones de dólares entre Repsol, los países del Club de París y las empresas que habían ganado juicios en el Ciadi, el tribunal del Banco Mundial. Pero la epopeya de la normalidad concluyó abruptamente no bien entró el país en un default “selectivo”. Al darse cuenta Cristina de que los holdouts le brindaban una oportunidad para recuperar una parte del capital político que había despilfarrado, optó por declarar la guerra no sólo contra ellos sino también contra la Justicia norteamericana, tan distinta ella de la argentina y, por las dudas, contra el gobierno de Barack Obama que, hasta ahora, se ha limitado a manifestar su extrañeza ante la actitud asumida por los amigos kirchneristas.

El pánico que algunos sienten puede entenderse. Aun cuando, para asombro de muchos, los bonistas prefirieran cobrar en Buenos Aires a esperar hasta las calendas griegas en Nueva York, la economía continuaría desintegrándose. Para combatir la inflación, Cristina y Axel confían en la maquinita. ¿La producción está bajando? Multarán a empresarios nada patrióticos que se nieguen a operar a pérdida. ¿Los pobres –aún quedan algunos– podrían participar de manifestaciones callejeras violentas? Para tranquilizarlos, el gobierno popular aumentará el gasto público y repartirá más subsidios. En cambio, no podrá hacer subir el precio de la soja; los granjeros norteamericanos se han sumado a la conspiración anti Cristina produciendo lo que, según algunos, será una “supercosecha”.

Desde el punto de vista de quienes sospechan que a veces los tan despreciados economistas “ortodoxos” podrían tener razón, el voluntarismo alocado del superministro está llevando el país hacia un desastre descomunal, uno comparable con los que, para perplejidad del resto del planeta, aquí son rutinarios, pero tal eventualidad no parece preocupar a quienes están al mando del maravilloso “modelo” que los kirchneristas han patentado.

Si estuviéramos en vísperas de las próximas elecciones presidenciales, el que el gobierno de Cristina haya decidido huir frenéticamente hacia adelante con la esperanza de alejarse de la bomba de tiempo que con tanta habilidad ha armado no resultaría tan extraño. Es lo que suelen hacer los populistas al acercarse la hora de irse y el país está habituado a que el modelo salvador de turno termine en llamas, razón por la que la moneda de referencia nacional por antonomasia es el dólar estadounidense.

Pero sucede que, conforme con las reglas, tendrán que pasar casi 500 días antes de producirse el cambio de gobierno que tantos anhelan. Mal que nos pese, se trata de tiempo más que suficiente para que una presidenta resuelta a desquitarse por vaya a saber cuántos agravios ponga de rodillas a la clase media, de tal modo enseñándole a portarse mejor, y depaupere aún más a los ya desesperadamente pobres para que recuerden con nostalgia los días en que la economía crecía a tasas chinas y había planes para todos y todas.

Felizmente para el Imperio, la Argentina no está en condiciones de ocasionarle muchos problemas. Los únicos países cuyos gobernantes pueden sentirse perturbados por las excentricidades de Cristina, Axel, el canciller Héctor Timerman y compañía son vecinos como Brasil, Paraguay y Uruguay, aunque ellos también han procurado distanciarse económica y anímicamente de lo que les parece un foco de infección peligroso. Lo mismo que la mayoría de los argentinos mismos, entienden que, hasta nuevo aviso, el país del modelo kirchnerista no será un socio confiable sino una fuente de problemas insólitos.

© Escrito por Jaime Nielson el Sábado 30/08/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


sábado, 19 de abril de 2014

Macri - UNEN para competir contra Massa y Scioli... De Alguna Manera...


Macri busca una fórmula con UNEN para competir contra Massa y Scioli...

En las últimas semanas, dirigentes del PRO y de UNEN comenzaron a darle forma a un posible entendimiento electoral. Foto:Cedoc

Cobos dijo que ya están dadas “las condiciones” para un acuerdo. Negociaciones entre macristas y radicales. Quiénes se oponen.

“Si nos sentamos a discutir un plan de Gobierno, van a tener muchas más similitudes con nosotros que con el ala más radicalizada de UNEN”. De un lado de la mesa Rogelio Frigerio, nieto del mítico creador de la UCR Intransigente y hoy armador político del PRO. Del otro asentía con su cabeza Laura Montero, la senadora de mayor influencia en Julio Cobos. A metros de ellos estaban Mauricio Macri y el ex vicepresidente. El diálogo se produjo en la Fiesta de la Vendimia, hace apenas un mes y medio. Desde entonces, aquello que parecía el deseo de un sector político comenzó a tomar forma.

Ayer, dos radicales de peso salieron a respaldar un eventual acuerdo con Macri para 2015. Los diputados Julio Cobos y Oscar Aguad expresaron ayer que estaban “las condiciones” dadas para cerrar una alianza con el PRO.

Desde que Macri decidió optar por la “tercera vía” – alejado del PJ– intensificó el contacto con la UCR y sus aliados con el fin de pensar en un frente para sortear a los dos presidenciables peronistas mejor posicionados: Sergio Massa y Daniel Scioli.

En este marco, Cobos sorprendió ayer y dijo que “hoy están dadas esas condiciones” necesarias para cerrar un acuerdo con el macrismo para la segunda vuelta y, a la vez, alentó a UNEN – que se lanzará el martes en el Teatro Broadway de Avenida Corrientes– a que busque “otras fuerzas para llegar al Gobierno”, en caso de acceder al ballottage.

Se sumó el diputado radical Oscar Aguad: “No sólo están dadas las condiciones sino también las necesidades de la sociedad”. Aguad (quien salió segundo en 2013), al igual que el otro hombre fuerte de Córdoba, Ramón Mestre (intendente de la capital), se mostraron a favor del acuerdo. De hecho Mestre estuvo esta semana en Capital Federal con el jefe de Gobierno porteño para hablar del Metrobus. 

Las palabras de Cobos y Aguad se enmarcan en dos cuestiones: en primer lugar marcar el camino a UNEN a tres días de su lanzamiento y, por el otro, buscan construir un esquema de acuerdos en sus provincias. Córdoba y Mendoza son dos de los distritos donde mejor mide Macri. Fue elocuente para Cobos el resultado de la elección a concejales donde el macrismo salió segundo.Si  bien el radicalismo ganó, perdió más de 15 puntos con respecto a la elección anterior. En Córdoba los puntos que sacó el PRO son lo que necesitarían Mestre o Aguad para recuperar la gobernación.

Por su lado, desde hace varios años Gabriela Michetti entabló una íntima amistad con el senador, y presidente de la UCR, Ernesto Sanz, quien también tiene intenciones de competir en las primarias. Sanz –invita a descansar a su casa a la senadora con su novio en su San Rafael natal– mantiene una buena relación con Macri: el jefe de Gobierno quiso convencerlo para que sea su candidato a presidente en 2011, y el senador lo defendió en la causa por escuchas ilegales.

Detrás del acercamiento de ambos espacios está Enrique “Coti” Nosiglia, el operador todoterreno que estuvo charlando animadamente con el jefe comunal hace un par de semanas en el cumpleaños 40 del diputado Jorge Triaca en el stud de San Isidro.

De todos modos, la primera en incluir al PRO fue Elisa Carrió, hace poco menos de un mes, y obligó a repensar el esquema de alianzas. Por ello, Margarita Stolbizer (GEN) estuvo reunida con dirigentes macristas, al igual que un grupo de intendentes bonaerenses y cordobeses de la UCR.

El razonamiento que sostiene el armador político de Macri, Emilio Monzó, en el pizarrón de su oficina, a una cuadra de Plaza de Mayo, es que si el PJ se autoconsume en la interna, y ya tiene dos candidatos fuertes, lo que queda es el electorado no peronista, y, en ese marco, es necesario que las fuerzas opositoras se reúnan en una gran interna sin el PJ. “Si se da, Mauricio está dispuesto a jugar”, suele repetir Monzó. En este marco, Macri podría tener un vice radical: Sanz o Aguad son dos de las opciones que más agradan. En ese esquema, imaginan en el macrismo, Cobos podría pelear por la gobernación en Mendoza, y Macri estaría dispuesto a dejarle la Capital a un integrante de UNEN, como Martín Lousteau o la propia Carrió.

¿Quiénes se oponen a un acercamiento al PRO? El socialista Hermes Binner, Pino Solanas y Victoria Donda (Libres del Sur). Aunque falta tiempo aún, la carrera presidencial ya se largó y, después del Mundial, promete avanzar a mayor velocidad.

© Escrito por Ezequiel Spillman el Sábado 19/04/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


 

domingo, 17 de mayo de 2009

Marcelo... @dealgunamanera...

Marcelo...


El mito adquirió estatura monumental el 21 de diciembre de 2000, cuando Fernando de la Rúa se presentó en el programa de Marcelo; no bien entró, se le fue encima un integrante de la barra y, agarrándolo de la corbata, le exigió el indulto de los guerrilleros que en enero de 1989 habían atacado el regimiento de La Tablada.

Elegido presidente un año antes por el 50 por ciento de los argentinos, De la Rúa quiso reponerse del sofocón y le preguntó a la estrella de la TV cómo estaba su entonces mujer, Paula, pero la llamó Laura. Error fatal. Los medios no se lo perdonaron: el Laura x Paula fue interpretado como ratificación del cretinismo agudo de De la Rúa, mostrado como un pobre idiota irremediable.

Siempre dispuesto a burlarse de los demás, Marcelo lo saludó, pero a De la Rúa le costó encontrar la salida entre los cortinados del estudio. Desde ese momento (ya pasaron ocho años y medio), el conductor explota el episodio y lo puso al servicio del más avispado Néstor Kirchner, que –él sí– tiene mucho “sentido del humor”. De la Rúa perpetró una insuperable tontería al aceptar neciamente visitar ese programa. Marcelo, obviamente, no lo derrocó, pero el episodio sirvió a la máquina de demolición que preparó el colapso del 20 de diciembre de 2001, un año después de que De la Rúa fuera destrozado en la televisión.

Marcelo quería tener una de esas radios AM caras y que no compra cualquiera. Se necesita el visto bueno de la Casa Rosada. Quería Radio Del Plata, entonces en manos de la empresa CIE. Tras asumir Kirchner, a fines de diciembre de 2003, la compró, aunque el decreto presidencial formalizando la operación no salía. A terminar 2005, cinco años después de esa demolición televisiva, la numerosa troupe del animador ingresó en la Casa Rosada con cables, cámaras, luces, maquillaje y asistentes. Si otro peronista, Carlos Menem, le prestó la Rosada a Madonna para filmar Evita, Kirchner se la abrió a Marcelo, pero con un añadido difícilmente emulable: el elenco K participaría del sketch.

Así, haciendo de sí mismo, Kirchner se prestó de buena gana a parodiar al ex presidente, del que se burló sin frenos. “Ahí está el lugar en el que te pasabas todo el día vos”, le dice Kirchner al imitador de De la Rúa, mientras señala la cama del dormitorio presidencial de la Casa de Gobierno. Antes, el presidente le diría al imitador de De la Rúa: “Ahí tenés la mesa del soborno”, en alusión al lugar en el que, según la declaración del arrepentido Mario Pontaquarto, el ex presidente y un grupo de senadores habrían arreglado unas supuestas coimas.

Entrevistas periodísticas dio poquísimas, pero a Kirchner se lo vio expansivo y elocuente en la grabación en la Casa de Gobierno supervisada por el propio Marcelo. El programa se emitió ese 23 de diciembre, vísperas de Navidad.

Kirchner, que se había mostrado por TV haciendo cuernos con los dedos y tocándose los genitales cuando Menem asumió como senador de la Nación, sabía que Marcelo lo llevó al riojano a su programa en 1995, cuando era presidente y buscaba su reelección.

En esa kermés navideña de 2005, el elenco artístico de la Casa Rosada estuvo integrado además, por los entonces jefe de Gabinete, Alberto Fernández y ministra de Economía, Felisa Miceli. Marcelo le regaló un papel de reparto al “vocero” mudo, Miguel Núñez. “Acompáñelo, que este hombre está un poco perdido”, dice el jefe de Gabinete en esa grabación de 2005. “Muchas gracias. Saludos a tu señora, Laura”, replica el De la Rúa imitado. “¿Cómo está ese muertito que les dejé?”, pregunta el falso De la Rúa a la (aún) flamante ministra de Economía. Miceli, que ya juntaba dólares en el baño del Ministerio, replica, chocha de estar en TV: “¿Uno? ¡Dejó unos cuantos muertos!”.

El Kirchner verdadero aparece despreciativo e insultante ante el remedo de un presidente constitucional: primero le cierra la puerta en la cara, después le pide que se vaya. “¿No encontraste unas pastillitas?”, pregunta el imitador de De la Rúa mientras revuelve cajones del escritorio presidencial. “Sí, pero vencidas”, responde el presidente constitucional argentino al verificar que encuentra el supuesto frasco olvidado. Kirchner incluso “morcilleó” con letra propia, reclamándole al De la Rúa imitado: “Andá a buscar a los animales que dejaste en Olivos”. Al final, Kirchner le promete poner un busto de De la Rúa en la Casa Rosada, “pero dado vuelta”. Al irse, la caricatura vuelve a confundirse de nombre cuando saluda a la esposa de Kirchner. “Saludos para Chiche, no, para Cristina”, se rectifica, y antes de desaparecer de escena le pide a Kirchner trabajo para su esposa, Inés Pertiné. Ya sin el De la Rúa imitado, Kirchner envía un mensaje navideño a los televidentes: “Fuerza, trabajo, humildad y mucha entrega para hacer un país distinto”.

Fernández consideró que ese sketch en realidad sólo mostraba “el buen humor y la buena predisposición del presidente Kirchner” y Marcelo fue generoso: “La participación de Kirchner fue muy buena. La nota fue maravillosa, una de las más espectaculares y lindas que nosotros hemos hecho en el programa, fue increíblemente buena la participación del presidente, la respaldo totalmente. Me encanta y se lo quiero agradecer públicamente porque me pareció maravilloso, fue una nota muy graciosa”. El entonces potente Fernández lo complementó: “Esa imitación de De la Rúa es la imagen generalizada que ha dejado en la gente su gestión como presidente”.

El 26 de julio de 2006, dos años y medio después de haberla comprado, Marcelo pudo obtener el decreto presidencial 932 que homologaba su compra de Radio del Plata, siete meses después de la grabación con Kirchner en la Casa Rosada.

Para inaugurar el polideportivo de Bolívar, los Kirchner y todo el gabinete ministerial, incluyendo al vicepresidente y candidato a gobernador, Daniel Scioli, se juntaron con Marcelo el 23 de agosto de 2007, en la Casa Rosada, a dos meses de las elecciones presidenciales que ganaría Cristina, para la firma de un convenio con su municipio natal, con desembolso de dinero del Gobierno.

Marcelo ya había estado en la Casa Rosada cuando San Lorenzo ganó el Clausura 2007, dirigido por Ramón Díaz, quien salió del encuentro con los Kirchner elogiando a Daniel Filmus para las elecciones porteñas. El año pasado, Marcelo vendió su radio a una empresa kirchnerista y ahora vuelve con las imitaciones. Aníbal Fernández ya le advirtió que no puede parodiar a Cristina y amenazó con “regulaciones”. ¿Qué hará Marcelo, símbolo de un país jocoso que se ríe todo el tiempo de todo?

© Escrito por José “Pepe” Eliaschev en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el sábado 16 de abril de 2009

Néstor Kirchner

Cristina Fernández

Daniel Scioli

Julio Cobos

Mauricio Macri

Francisco de Narváez

Elisa Carrió

Aníbal Fernández

Sergio Massa

Felipe Solá

Hugo Moyano

Luis D´Angelis

Guillermo Moreno

Luis Juez

Nacha Guevara

Fernando De La Rúa

Luis D´Elía

Alicia Kirchner

© Escrito por José “Pepe” Elisaschev en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el sábado 16 de abril de 2009

Marcelo...

Marcelo Hugo Tinelli nació el 1 de Abril de 1960 en la ciudad de San Carlos de Bolívar, Provincia de Buenos Aires, hijo de Dino Hugo Tinelli, fallecido en el año 1971. Tuvo una humilde infancia, en la cual hasta llegó a trabajar como lustrabotas. Se mudó a la ciudad de Buenos Aires y de adolescente, estudió en el Colegio Manuel Belgrano. Fue jugador de fútbol de Divisiones Inferiores de los clubes Defensores de Belgrano y San Telmo. Pasaba sus tardes escuchando un conocido programa radial llamado "La Oral Deportiva" que se emitía por Radio Rivadavia donde comenzó trabajando como cadete.

Luego de varios años como corresponsal de campo en varios programas radiales de fútbol recibió la oportunidad para desempeñarse como periodista de deportes en el programa sabatino Badía y Compañía del conductor y locutor Juan Alberto Badía en el Canal 13 de Buenos Aires, Argentina.

Iniciando la década de los '90 recibió la oportunidad de conducir un programa de medianoche del rival Canal 11 de Buenos Aires (Telefé) dedicado a emitir "bloopers" (accidentes deportivos) que se dio en llamar Videomatch. Dicha oferta le fue realizada ante el rechazo por parte del locutor radial Gustavo Lutteral.[1] El programa con Tinelli se transformó en un éxito que perdura - con distinto formato - hasta la fecha en la televisión argentina y fue la base sobre la que Tinelli cimentó su popularidad y fortuna.

En 1997 contrajo segundo matrimonio con Paula Robles, a quien conoció durante la conducción de "Ritmo de la Noche", siendo ella una de las integrantes del cuerpo de bailarinas del programa, a las que denominaba "Las T´ Nellys". Anteriormente estuvo casado con Soledad Aquino de quien se separó en 1993.

Desde el año 1998 organiza anualmente en la ciudad de Bolívar, la "Maratón Internacional Dino Hugo Tinelli", en honor a su propio padre, en donde se recaudan fondos que son aportados al hospital de la ciudad. Cantantes como Los Nocheros, la Mona Jiménez, y otros fueron participantes de dicha maratón.

En el año 2002, organizó un equipo de volleyball llamado Bolívar Signia, el cual ganó el campeonato argentino 2002 - 2003.

Adquirió los derechos y es el conductor de Bailando por un sueño, en su versión argentina.

Es hincha del Club Atlético San Lorenzo de Almagro. En febrero del 2009 cambió su imagen pasando de tener el pelo largo a raparse completamente, y se realizó un gran tatuaje que le cubre el brazo entero y que tiene imágenes religiosas. El diseño del tatuaje fue realizado por su propia hija, Candelaria. En abril de 2009 se separó de su esposa, Paula Robles. Debutó su 20º temporada de Showmatch el 4 de mayo de 2009 con la Sección de humor en Showmatch 2009.