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domingo, 7 de febrero de 2016

Yin y Yang... @dealgunamanera...

Yin y Yang...


La ruptura del bloque de diputados peronistas: promotores y beneficiarios. Consecuencias y proyecciones posibles. El dilema de la sustentabilidad política. El modelo kirchnerista y el ensayo macrista. El mundo no termina en Davos. La saña y sus riesgos. El PJ y sus movimientos.

© Escrito por Mario Wainfeld el domingo 07/02/2016 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El oficialismo consiguió un avance importante merced a la ruptura del bloque de Diputados del Frente para la Victoria (FpV). Crecen sus perspectivas de construir mayorías contingentes (vez a vez) en el Congreso.

Velozmente el presidente Mauricio Macri convocó a sesiones extraordinarias en el Senado para abordar pliegos varios: los que importan son los de los potenciales nuevos integrantes de la Corte Suprema.

La Comisión Bicameral que trata los Decretos de necesidad y urgencia se reunirá el miércoles 9. Con composición empatada 8 a 8 pactó con el FpV una presidencia anual rotativa. El sensible primer turno es para Cambiemos y estará en manos del senador radical Luis Naidenhoff.

El presidente de la Cámara Baja, Emilio Monzó, operó en parte la movida desde afuera, acumuló puntos en su haber. Pero los méritos o deméritos corresponden a los peronistas.

El gobernador salteño Juan Manuel Urtubey (FpV al cierre de esta edición) fue el principal gestor interno de la jugada. El número de tránsfugas es desde ya alto, se parangona a la sangría que sufrió el kirchnerismo entre 2008 y 2009 como consecuencia del conflicto de las retenciones móviles. El contorno es diferente, más adverso para la principal oposición. En aquel entonces el ex presidente Néstor Kirchner revistaba en el bloque conducido por Agustín Rossi y el FpV gobernaba el país.

La magnitud e incidencia de las deserciones se calibrarán mejor en meses. Los compañeros dirigentes justicialistas son avezados en eso de cruzar Rubicones y Jordanes, de ida o de vuelta: en este trance uno de los recorridos está más de moda. La cifra de la sangría posiblemente crecerá. El tamaño, en esos menesteres, es importante.

Amén de tanto gobernador peronista que busca un nuevo espacio, moviendo a “sus” diputados habrá que mirar a la mandataria santiagueña Claudia Ledesma Abdala del apodado radicalismo K.

Urtubey es el segundo beneficiario, el primero es el presidente Mauricio Macri.

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Los funcionales y sus modos de votar: El sindicalista Oscar Romero fue quien articuló la partida, el que armó listas, llamó por teléfono, persuadió a quien anhelaba ser persuadido/a (la seducción política se parece en ese aspecto a la de la vida personal). Las palabras a usar dependen de la pasión del intérprete. Vienen a cuento: la traición, la defección, la cooptación. Rótulos aparte, es clavado que el nuevo bloque es funcional a la estrategia parlamentaria de Cambiemos. Su impacto se medirá con el correr del calendario.

En el Congreso se vota de dos modos, describen los baqueanos: con la mano o el brazo (levantando o pulsando el botón) o con la colita habilitando quórum para sesiones trabadas. La segunda modalidad de cooperación, tan frecuente en el bipartidismo bobo que perduró hasta los mandatos kirchneristas, es la de “la opo de su majestad”. Quienes fingen diferenciarse en el discurso (o aún en las votaciones) mientras posibilitan que las leyes se aprueben. Ese apoyo, da la impresión, está garantizado. Gravita mucho, descompensa la relación de fuerzas precedente, es maná para el gobierno.

Sobre las posturas que tomarán los disidentes es prudente no precipitar conclusiones. Sus explicaciones han sido entre parcas y patéticas. Ninguno es una figura conocida por el gran público o un cachito vistosa, con la sonada excepción de Diego Bossio. Hasta para quien extreme la transigencia costumbrista respecto de la capacidad peruca de cambiar de camiseta durante el partido, es un caso extremo de deslealtad.

Manejó la Anses durante años, uno de los mayores presupuestos del país. Obtuvo un sitial desproporcionado a sus méritos previos, se desempeñó bien, fue agasajado en el primer nivel del kirchnerismo, coló en la lista sábana. Apartarse en una etapa difícil habla de su valía como cuadro político y también es indiciario de errores de Palacio que se perciben claramente cuando llega la malaria.

Bossio no merece un gran futuro político y quizá por una vez haya justicia: cuesta imaginar cómo podría tenerlo. Se traslada solito con su cuerpo al área que trillan el diputado Sergio Massa y Urtubey que sí saben construir política y sumar apoyos en las urnas. Corre de atrás, en un espacio superpoblado.

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La doctrina Mendieta: La Bicameral prosigue siendo muy reñida pero aumenta la perspectiva de aprobar los DNU dictados por Macri. Basta con que una Cámara lo haga. Diputados cambió, ya se dijo. En Senadores no hay ruptura de bloque pero (¿o porque?) su titular Miguel Pichetto derrama transigencia y buenas ondas con el oficialismo.

La influencia de los gobernadores del FpV es notoria en la Cámara Alta. Diputados es más pluralista, barullera, rica en matices: la única en la que están representados partidos minoritarios.

Los mandatarios provinciales, ayer y hoy, precisan un ida y vuelta permanente con la Casa Rosada. En el trayecto se mueven muchos factores: el dinero contante y sonante o ciertas variantes como las obras públicas como pilar.

Reacomodar la Coparticipación Federal es un objetivo a la vez cotidiano y estratégico que el torpe texto de la Constitución de 1994 hizo imposible. La falta de “nueva ley” deriva de la imposibilidad creada por las normas vigentes. La Copa se mira pero no se toca, porque no hay cómo hacerlo. La unanimidad exigida para un nuevo reparto lo torna utópico porque (¡ay!) los intereses de 24 distritos no son idénticos ni convergen,

El ideario de los “gobernas” está connotado por la prédica del filósofo canino Mendieta: “Negociemos, don Inodoro”.

Censurar un intercambio cotidiano en nombre de una ética abstracta carece de sentido y de eficacia. Esas transacciones dominan el hacer de todos y todas quienes gobiernan provincias. Tal y como ocurría con “los Kirchner” podrá señalar usted. Claro que sí, con una salvedad sustantiva: en ese devenir las provincias construyeron su propia gobernabilidad, crecieron como nunca en décadas y los propios funcionarios locales gozaron de larga legitimidad electoral. Si esas variables se alteran en contra de los territorios, sus autoridades verán cómo reposicionarse para sobrevivir políticamente. Sobre todo porque sus electorados son vivaces, celosos de sus derechos y pueden sancionar si “las cosas van mal” en 2017 o 2019.

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Economía, represión, reacciones: Políticamente, el Gobierno avanza varios casilleros. Paradójicamente o no tanto, recorre senderos trazados por el kirchnerismo y se vale de recursos materiales heredados. Presidencialismo al mango, uso de los DNU (con las franquicias permitidas por la legislación también legada), manejo de “caja” en el trato con las provincias.

Desde 2003 ese instrumental fue una parte de la caja de herramientas K que concretó años de gobernabilidad, crecimiento, legitimidad política medida en las urnas, la mayor sustentabilidad política y económica desde 1952. El logro, que no fue milagro, tuvo bases tangibles que el macrismo ha puesto en jaque en solo dos meses. Creación de puestos de trabajo, menguante nivel de desempleo, paritarias que sostenían el nivel adquisitivo del salario, amplio esquema de protección social, endeudamiento contenido medido en proporción al PBI, no represión de la protesta social. Todos estos standards tuvieron picos y caídas relativas pero se sostuvieron en promedio aun en los años de sojas flacas. Tales son las causas de la inédita continuidad del proyecto iniciado en 2003. Un modelo político-económico y cultural de gobernabilidad.

Dicho en criollo: la trabajosa aprobación de las leyes no fue el único factor de la perduración kirchnerista. El macrismo recién nacido va en procura de otra, gozando de ciertas ventajas iniciales que no dispusieron los presidentes Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde y Kirchner himself. Macri arranca de un piso más alto, lo está serruchando en muchas facetas. Sobrevolemos la economía, la represión, la ofensiva cultural yendo por partes como aconsejaba Jack.

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Es la economía, despedidos: El no sincerado programa económico carece de toda tangencia o similitud con el desarrollismo, en cualquier versión imaginable. Apela al clásico repertorio neoliberal. Baja o supresión de retenciones en combo jamás visto con una devaluación que no tocó techo. Despidos furibundos en el sector público ya no justificados en los ñoquis sino en vaguedades sobre eficientismo. Las cesantías burlan leyes a menudo: el quantum estricto se desconoce entre otros motivos porque trepa día a día: hay decenas de miles, desde ya.

La noción de competitividad macrista apesta a naftalina de derecha. Se finca en considerar al salario argentino una traba para el crecimiento. La idea es reducir su valor en dólares, como parte de una maratón que comprende también la pérdida de valor adquisitivo. El panorama empresario del diario Clarín habla por boca de la “burguesía nacional” o multi y se pregunta si los laburantes comprenderán que paritarias que le empaten a la inflación pondrán en jaque a la competitividad. La respuesta es evidente: nadie “comprende” lo que lo perjudica. A veces lo acepta por debilidad o temor o falta de poder.

Desde el Ministerio de Hacienda y Finanzas se amenaza con despidos para moderar el afán de los trabajadores de conservar su nivel de vida. El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, propone que los argentinos viren a ser vegetarianos o veganos mientras se asombra por la suba del precio de la carne,

Se vislumbra un año de inflación más fornida que la K, recesión, con aumento de tarifas públicas.

El ala caritativa del oficialismo calcula que podrá compensar a los laburantes con el aumento de mínimo no imponible para Ganancias y una ampliación de las asignaciones familiares. Y lubrica la relación con los jerarcas sindicales concediéndoles el manejo de cajas suculentas. El retoque en Ganancias y las asignaciones son bienvenidos, pero no compensarán el sablazo inflacionario ni conciernen a la mayoría de la clase trabajadora.

Surge un dilema complicado en un sistema democrático: primero persuadir a los gremios de pactar convenios a la baja. Aun si se lograra, la conciencia de los argentinos de a pie registrará el perjuicio en su patrimonio. Podrá traducirse en acciones colectivas o de base. O quedará para el momento del cuarto oscuro.

El macrismo supone que una lluvia de empréstitos servirá de colchón para proveer algo de bienestar masivo. Pongamos entre paréntesis los costos diferidos y por generaciones del endeudamiento externo, no por irrelevantes sino por lo contrario: merecen un abordaje extenso que Página/12 despliega a diario.

Tras producir despidos y empeoramiento de la condición obrera el porvenir asoma cuesta arriba, suponiendo que se intentaran paliar los daños colaterales.

Las movilizaciones de trabajadores son incipientes, sectoriales. Se concentran en el sector público, el más agredido. La Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN) el sindicato más poderoso del sector es un gigante dormido, llamativamente.

La teoría de un segundo semestre repuntando pierde adeptos aún entre los economistas más afines al gobierno. Un año para atrás es mucho para empezar. Destruir es más sencillo que reconstruir, tirar abajo más accesible que subir la cuesta.

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La violencia estatal: Un gobierno con altísimo nivel de aprobación reprime con saña abundante. No falta un cálculo de oportunidad, medido mirando encuestas de opinión. Los despedidos que se balean son “ñoquis”, se cuenta y hay quien lo cree. Milagro Sala recibe cien reproches y acusaciones que podrían investigarse, pero se la encarcela por algo peligrosamente parecido al delito de opinión o de ocupar el espacio público.

Los sondeos en Jujuy apoyan, en la Casa Rosada cunde el éxtasis. Pero hete aquí que Jujuy no es frontera de nada. El avasallamiento suscita reacciones internacionales. La propia jerarquía de la Iglesia Católica se interesa en el asunto. El encuentro entre Macri y el papa Francisco puede comenzar una cuenta regresiva. Qué bajón sería que el Papa argentino pidiera por la libertad de la luchadora social.

El mundo es amplio, sus límites no coinciden con el ejido urbano de Davos. Los asistentes a ese cónclave celebrarán la cárcel para Milagro, otro tanto harán quienes avalan Guantánamo y la práctica cotidiana de la tortura contra el diferente. La DEA, el FBI y la CIA no agotan la lista de agencias internacionales. La protesta por el atropello crece.

La SIP aplaudirá la derogación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) no carbura igual.

El funcionario porteño Darío Lopérfido da rienda suelta a su insidia negacionista. Consigue el repudio de referentes de la cultura internacional, amén de miles de argentinos que piden su renuncia. El caso es interesante porque comprueba cuan reactiva es la sociedad argentina. Joan Manuel Serrat alza su voz con sobrada legitimación porque es argentino desde hace mucho, gracias a sus buenas artes. Una tierra acogedora con los que llegan en barcos y aviones produce fenómenos formidables.

El ministro de Cultura, Pablo Avelluto, minimiza o cancherea una razzia de despidos. La respuesta es masiva, plural por demás: un abanico transversal de intelectuales, artistas y académicos lo fustigan.

El macrismo trata de generar un esquema binario, poniendo al kirchnerismo como adversario. Hasta ahí es una táctica convencional. Su problema es que no todos compran su descripción, los papelones abundan y las recriminaciones se expanden.

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Manos libres: La saña con la protesta social, la regresión en “seguridad urbana”, los vejámenes a jóvenes con aspecto “no PRO” están en el orden del día. Dejar manos libres a las fuerzas de Seguridad es un peligroso camino de ida. Nadie explicó mejor el riesgo que el ex juez Raúl Eugenio Zaffaroni cuando dijo, en distintos momentos: “ojo, que van a terminar matando a alguien”. No les espetó “son asesinos por naturaleza” sino que están jugando con fuego que no controlan. Ni De la Rúa ni Duhalde eran asesinos, pero fomentaron el contexto en que se mató bajo sus órdenes mediatas. El peligro es tremendo: ya se ha derramado demasiada sangre en la Argentina. No toda es consecuencia de un plan de exterminio, a menudo basta dejar margen a la barbarie policial.

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Bienes escasos: El porvenir jamás está escrito, pero se va trazando cotidianamente.

La gobernabilidad democrática es gema exótica. Tres recursos deben manejar los representantes del pueblo para perdurar ellos y apuntalar al sistema. La plata, la legitimidad y el tiempo, Todos son escasos. Los períodos presidenciales son breves y no se corresponden con los ciclos económicos o climáticos. Mantener los platitos dando vuelta es un pequeño milagro

No hay recetas infalibles para lograrlo porque las coyunturas mutan. Pero hay algunas que parecen destinadas al fracaso. No en un día, ni en un bimestre pero sí en los plazos que estipulan las rutinas democráticas. La legitimidad de ejercicio es todavía más inestable; se mide en el día a día. Habrá que ver, algunos indicios se acaban de reseñar.



domingo, 6 de diciembre de 2015

Transición Insólita... @dealgunamanera...

Otro disparate…

‘¡VIVA PERON, CARAJO!’ Foto: Pablo Temes

La negativa presidencial al traspaso de mando expresa la locura de la era K.

No hay registro en la historia de la Argentina de una transición tan traumática y disparatada como la que se está viviendo en estos días. Uno de los efectos colaterales más nocivos y penosos se registra en el ámbito de las delegaciones extranjeras que han confirmado su asistencia a los actos de asunción del nuevo gobierno.

Los cables y las comunicaciones que se originan en las embajadas con sede en Buenos Aires dejan clara constancia del azoro que todo este engorro produce. Desde las cercanías del presidente electo aseguran que la incoherencia política en las negociaciones de la transición es agobiante.

“El kirchnerismo obstaculiza todo planteo y son tantos los negocios armados en torno a la gestión que será una tarea titánica poner las cosas en orden”.

Una muestra de ello –que dejó boquiabiertos a los nuevos moradores del Senado– tiene que ver con el negocio que se había montado en torno a los contenidos de su página web. “El sitio estaba manejado por la gente de informática. Imaginé que se referían al soporte técnico, pero no. Sectores del oficialismo desplazaron a los creadores y administradores de la web quedándose con el control de los contenidos. Le cobraban a cada senador que quería aparecer en portada para difundir algún proyecto sumas que iban desde los 10 a los 50 mil pesos. Un papelón”. La fuente que pidió reserva de su nombre es uno de los funcionarios que tendrá despacho en el nuevo Senado. “No sabemos con qué más nos iremos encontrando”, señaló.

Los ámbitos gubernamentales en los que se viven situaciones de tensión son numerosos. El clima laboral en el Ministerio de Economía es irrespirable. El final del mandato profundizó las asperezas entre los técnicos de carrera y los moradores políticos y militantes kirchneristas. “No pueden creer que se van. Hay odio. Están furiosos. Saben perfectamente quiénes están con ‘el modelo’ y quiénes no. Nos están haciendo la vida imposible. Por suerte les queda poco”, aseguró un técnico del ministerio que resaltó el mal trato de los directores que habían sido nombrados políticamente. Lo peor son las intenciones y el desprecio por la democracia y el país.

“Hablan de resistir. Molestar. Obstaculizar cualquier proceso de cambio. Parecen adolescentes de secundario, pero son mucho más peligrosos”, remató la fuente con preocupación. Ante estas conductas, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner suena poco creíble cuando expresa que desde el Frente para la Victoria no le pondrán palos en la rueda al nuevo gobierno.

La reunión de la Presidenta con los gobernadores del peronismo tuvo un crescendo tensional que dejó a varios de ellos boquiabiertos y extenuados. Hubo allí pases de facturas y reproches de la jefa de Estado hacia varios de ellos, a quienes acusó de no haberla defendido de las críticas y los ataques de la oposición. 

Eduardo Fellner, el saliente mandatario de Jujuy, fue uno de los que peor la pasó. Las ausencias de los gobernadores de Salta, Juan Manuel Urtubey, y de Córdoba tanto el actual, José Manuel de la Sota, como el entrante, Juan Schiaretti, anticipan lo que viene en el convulsionado mundo del peronismo.

La aspiración de Fernández de Kirchner de erigirse en la líder indiscutida de la oposición va a encontrar resistencia. Son muchos los que están hartos de sus malos tratos y estilo de conducción verticalista. Algunas de esas disidencias se vieron esta semana en el Senado cuando el oficialismo aceptó tratar sólo uno de los noventa proyectos de ley que tuvieron media sanción en la escandalosa última sesión de la Cámara de Diputados.

CFK destrata peor que nunca. Y en los ministerios reina el caos.

El estado de alteración por el que atraviesa la jefa de Estado se hizo sentir hasta en la elección del nuevo presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (otro bochorno). “¿Tiene alguien llegada a los clubes de fútbol...? Bueno, los que tengan, llamen ya de parte de la Señora y asegúrense de que no voten a Tinelli”, le demandó un funcionario del Gobierno a un grupo de colegas con los que cenaba en la noche del miércoles.

No es novedad que Fernández de Kirchner le deja a su sucesor un verdadero campo minado. Ello lo obligará a moverse con rapidez en la ejecución de medidas que despejen la incertidumbre y el temor con que se las espera. El aumento de precios de estos últimos días, ligado al levantamiento del cepo cambiario, es un hecho al que hay que prestarle mucha atención. Por eso, el anclaje del valor del dólar va a ser un punto clave del cual dependerá la tranquilidad y previsibilidad de muchas variables económicas. 

Alfonso Prat-Gay, que es perfectamente consciente de esta alternativa, está trabajando intensamente a fin de asegurar el colchón que confirme la estabilidad del precio de la divisa estadounidense. Por ello el contacto con el secretario del Tesoro del gobierno de Barack Obama, Jack Lew. El nuevo gobierno aspira a contar con unos US$ 14 mil millones provenientes de distintas fuentes, para dar respaldo a la liberación del cepo. A Macri le fue muy bien en sus reuniones con Dilma Rousseff y Michelle Bachelet, que le permitieron establecer una buena química personal, aspecto siempre importante en las relaciones internacionales. Brasil puede ser uno de los aportantes de los dólares que se requerirán cuando se anuncien las nuevas medidas económicas.

Otro de los temas en discusión es la agenda parlamentaria del verano. De ello depende que el futuro presidente se incline por llamar a sesiones extraordinarias o no. “Deberíamos tener certeza de que los proyectos que ingresen tengan buenas perspectivas de ser aprobados. Si no es así, no vale la pena porque sería una demostración de debilidad”, explica un legislador que fue clave en todo el proceso que llevó al armado de Cambiemos.

Una de las aristas que deberá tener en cuenta la nueva gestión es el tempo de la negociación política. Al respecto, ciertas voces del PRO advierten sobre un exceso de voluntarismo que observan en algunos de los funcionarios designados a los que les falta fogueo político. Ese es un hándicap sobre el que entienden se deberá trabajar.

“Conducir es convencer”, dijo el general Perón a la vuelta de los años y de sus errores. Es lo que demanda la Argentina del presente en pos de un futuro que la aleje de la metodología de la imposición reinante durante los doce años del kirchnerato que toca a su fin.

Producción periodística: Guido Baistrocchi, con la contribución de Santiago Serra.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 06/12/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.





domingo, 11 de octubre de 2015

La era del hielo… @dealgunamanera

La era del hielo…


Juan Domingo Perón. El Padre de la Patria Peronista. Dibujo: Pablo Temes

A dos semanas de las elecciones, las encuestas siguen congeladas. Fin de fiesta en cadena.

Faltan dos semanas para las elecciones presidenciales. Parece un tiempo eterno ahondado por la nada en que transcurre buena parte de la campaña electoral. Lo mejor de este tiempo proselitista lleno de vacío fue el debate del domingo pasado. Más allá de la performance individual de cada candidato, los cinco que estuvieron presentes fueron los protagonistas de un hito en la historia política de nuestro país. Nadie sabe a ciencia cierta si lo escuchado allí tendrá o no algún peso electoral.

Sin embargo, el acontecimiento tuvo un valor que va más allá de esa consideración estrecha. Por eso, la no concurrencia de Daniel Scioli fue algo más que una simple ausencia a la cita planteada por los organizadores del debate. Scioli faltó a una cita con la historia y con la responsabilidad que tiene un candidato presidencial de contribuir, a través de sus conductas, a la consolidación de la república. Su actitud representó, además, una contradicción ya que, en elecciones anteriores, había protagonizado debates con sus circunstanciales adversarios.

En cambio, Mauricio Macri tomó la decisión correcta cuando desoyó las voces de aquellos miembros de su entorno que, ante el anunciado faltazo del candidato del FpV, le habían aconsejado no hacerse presente en el salón de actos de la Facultad de Derecho de la UBA.

Tanto las encuestas que se conocen como las que se publican hablan de una situación congelada en la que con pocas diferencias se repiten los guarismos de agosto pasado.

Es decir, Scioli primero, Macri segundo y Massa tercero. Si hay ballottage o no, nadie lo puede confirmar o descartar. En estas dos semanas que faltan los candidatos deberán abocarse a la tarea de conseguir los votos que necesitan para alcanzar sus metas.

Para Scioli, el objetivo es ganar en primera vuelta, de lo que está muy cerca. Sabe que de no ser así, aun cuando triunfara, su imagen emergería debilitada ante un frente interno complejizado por las disputas entre La Cámpora y el resto del peronismo.

Para Macri el objetivo es llegar al ballottage y para Massa, evitar que se le siga yendo gente. En pos de estas estrategias, se observa una situación curiosa, ya que Scioli y Macri buscan esos votos que les faltan en un mismo lugar: el peronismo. Una muestra de ello fue el acto encabezado por el líder del PRO el jueves pasado en el que se inauguró una estatua del general Perón. La sobreactuación del jefe de Gobierno porteño dejó perplejos a varios de los que forman su entorno. “Lo que hizo no fue natural. Fue una sobreactuación innecesaria. Se lo vio duro e incómodo”, se sinceraba un dirigente del PRO que tuvo protagonismo en el acto. 

Lo único claro de este tiempo de campaña es que, gane Scioli, Macri o Massa, la situación económica del país demandará del próximo presidente un accionar rápido para enfrentar las dificultades económicas que el kirchnerismo le dejará. La necesidad de nuevas inversiones es un asunto que está fuera de discusión. Y está claro que para encarar esas soluciones será necesario abocarse a la solución del problema con los holdouts.

No por casualidad se escucharon las voces de dos referentes importantes del sciolismo: Juan Manuel Urtubey habló en Nueva York ante el Council of the Americas, y Mario Blejer en ocasión de la reunión del FMI en Lima. Ambos fueron claros y señalaron que hay que reabrir las negociaciones con esos fondos y poner fin a un conflicto nocivo para el país.

Las respuestas duras y contrarias a estas posturas por parte de Aníbal Fernández y Carlos Zannini enmarcan las pulseadas internas que se viven en el FpV que serán borrascosas si Scioli es electo presidente. Los que hablan con sus operadores económicos de Scioli los escuchan coincidir en un dólar futuro a 12 pesos una vez que se haya levantado el cepo.

Termina.

Párrafo final para Cristina Fernández de Kirchner en esta etapa final de su larga estadía en el poder. Su decisión de seguir avanzando sobre la Justicia es permanente. Los relevos que se produjeron en el cuerpo de auditores del Consejo de la Magistratura van en esa dirección.

El copamiento del Estado con personas que respondan a La Cámpora es otro. Una anécdota protagonizada por una destacada bioquímica ilustra al respecto. La profesional hizo una presentación para ingresar a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). Grande fue su sorpresa cuando a los pocos días recibió un llamado de un funcionario diciéndole que no había vacantes en la Anmat pero que, si lo deseaba, la podía hacer ingresar a Aerolíneas Argentinas.

El abusivo uso de la cadena nacional para hacer campaña a través de su “Aló Presidenta” representa una violación flagrante no sólo a la Ley de Medios, sino también a un concepto republicano de ejercer el gobierno. La jefa de Estado, que hizo gala de una conducta desenfrenada evidente, aprovechó también para hacer campaña en Santa Cruz a favor de su hijo Máximo y de su cuñada Alicia.

A una bioquímica que se postuló a la Anmat le ofrecieron ir a Aerolíneas

Entre otras cosas, en las tres cadenas de la semana que pasó, se inauguró un hospital, llamado René Favaloro, que aún no funciona, y se dieron algunas cifras de la economía que no son ciertas. Al respecto del hospital, se escuchó una frase que no pasó inadvertida: “Estamos haciendo el país que soñó el doctor Favaloro”.

La frase, pronunciada por la Presidenta, no pudo haber sido más desafortunada. Favaloro soñó con un país libre de corrupción, de la que él fue una de sus víctimas más conspicuas. Y si hay algo que forma parte de la pesada herencia que dejará el kirchnersimo, es la compleja trama de corrupción urdida en estos doce años de permanencia en el poder que involucra, entre otros, a Lázaro Báez, al vicepresidente Amado Boudou y a la misma familia Kirchner.

Producción periodística: Guido Baistrocchi. 

© Escrito por Nelson Castro el domingo 11/10/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.