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domingo, 1 de marzo de 2015

¿Hay justicia?... De Alguna Manera...


¿Hay justicia?


Strassera: la muerte del simbólico fiscal promueve reflexión. Foto: Marcelo Aballay


La Justicia es un sistema, pero K y anti K viven futboleramente repudiando al árbitro cuando cobra en contra.
 
La simbólica muerte del fiscal más emblemático de la Argentina pocas horas después de que el juez Rafecas desestimara la denuncia del fiscal Nisman –y del codenunciante fiscal Pollicita– sosteniendo en su fallo que el Gobierno no sólo no buscó encubrir la investigación sobre el atentado a la AMIA, sino que hizo todo lo posible por esclarecerlo, llenó de perplejidad a muchos, dejando omnipresente la pregunta sobre si existe la justicia. Para tener dimensión del fallo de Rafecas, vale imaginar que si Nisman hubiera sido un particular denunciando judicialmente a otro particular, podría hoy ser demandado por falsa denuncia y responsabilizado por el daño que produjo su acusación.


Los abogados siempre les explican a sus clientes que la justicia es una virtud que, como a todas, los humanos nos acercamos a su cumplimiento siempre imperfectamente, pero a  lo que los tribunales de todo el mundo se dedican es a aplicar el derecho, a decir si los hechos se adecuan a las normas sancionadas sin entrar en esencia a discernir sobre la calidad de esas normas.  “Los hechos” tampoco son necesariamente los hechos porque los jueces ponderan evidencias sobre los hechos y no pocas veces distintas personas consideran evidencia a distintas cosas. Y luego viene la interpretación sobre esa evidencia. Cualquier persona que pasó por un juicio convencida de su razón escuchó de su abogado la advertencia sobre que “hay media biblioteca a favor y media biblioteca en contra”.


Si Nisman fuera un particular que acusó a otro particular, hoy podría ser demandado por falsa denuncia


La pregunta sobre si hay justicia es muy parecida a la pregunta sobre si existe la objetividad en el periodismo. La prédica que reclama “el fin de la hipocresía”, sustituyendo el periodismo profesional (“una mera máscara para esconder sentimientos y preferencias personales”) por el periodismo militante, tiene el mismo fundamento que la que propone jueces y fiscales comprometidos con una orientación determinada. En ellos hay algunos aciertos en el diagnóstico del problema de la subjetividad humana, pero la terapia que proponen para corregirlo daña más que lo que repara.


Otro ejemplo son los países de partido único donde el Poder Judicial, junto con la prensa, depende del poder político. Por eso, cuando se aspira a la justicia aplicando un estricto rigor como si se tratara de una ciencia, inexorablemente se cae en la frustración. La justicia sólo puede ser humanamente alcanzada como un sistema dentro del cual haya diferentes instancias y que cada una pueda rever la anterior junto con un sistema de división de poderes que amortigüe las consecuencias de la subjetividad humana.


Personalmente, siempre desconfié de la intencionalidad política de Nisman, inicialmente a favor del kirchnerismo y al final en contra, por sus anacronismos al desestimar casi ofensivamente la denuncia de Eliaschev dos años antes de que se firmara el acuerdo con Irán, y luego esperar otros dos años para recién presentar su acusación cuando la mayoría de las escuchas en las que basó su presentación eran previas aun a la firma del tratado con Irán.


Habiendo sido Perfil el diario que publicó la denuncia de Eliaschev, sin tener intereses comerciales ni sociales para odiar especialmente a este gobierno y habiendo sido crítico del kirchnerismo desde el primer día, nunca este diario sobreactuó republicanismo ni santificó a Nisman tras su muerte. Lo que también le permitió poder criticar libremente a quienes hacían uso político del cadáver de Nisman dando como cierta una hipótesis de su muerte, aunque fuera la más probable.


En la última contratapa titulada “Inflación de significantes” se criticó el sensacionalismo de la retórica oficialista al usar expresiones como “terrorismo mediático”, “golpe blando” y “partido judicial”. Lo mismo le cabe a la oposición, especialmente a Elisa Carrió, cuando apela al efectismo de anunciar ahora un “autogolpe” y repetidamente referirse a la muerte de Nisman como “magnicidio”.


La Justicia es un sistema, pero K y anti K viven futboleramente repudiando al árbitro cuando cobra en contra.


Ayer la escritora Mori Ponsowy publicó una columna en el diario La Nación, titulada “Había tierra fértil para el kirchnerismo”, y refiriéndose a las motivaciones del 25% que todavía apoya a la Presidenta, analizó la posibilidad de que antes del surgimiento del kirchnerismo ya hubiera “una base formada de millones de personas que de verdad piensan en términos de conspiraciones, gente que no puede leer la política más que como un juego de suma cero, que cree en la posibilidad de golpes de Estado en nuestro país después de treinta años de democracia, y que está convencida de que hay un enemigo por vencer”.


Tesis sostenidamente compartida por estas columnas con el agregado del pronóstico de que esa forma de ver la realidad continuará tras la finalización del kirchnerismo porque incluye también a parte de la oposición, como se percibe en el in crescendo del discurso de Carrió, que al “autogolpe” que dará el Gobierno mañana domingo –al inaugurarse el año legislativo– sumó que “la designación de Wado de Pedro, actual miembro del Consejo de la Magistratura, seguramente es producto de haber negociado con el juez Rafecas la desestimación de la denuncia del fiscal Nisman y de la acusación del fiscal Pollicita, ya que éste estaba acusado ante el Consejo de la Magistratura por su actuación en el caso Boudou, un acuerdo con el Gobierno que incluye la salida de Capitanich y su reemplazo por Aníbal Fernández”.


Si cada sector al que le toque ser la oposición del momento se comportara como esos fanáticos del fútbol para quienes el árbitro merece siempre ser insultado cuando cobra en contra de su equipo y es un groso cuando lo hace a favor, aunque se vaya el kirchnerismo, no habrá justicia porque la Justicia es un sistema de valores compartidos.


© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 28/02/2015 y  publicado por el Diario Perfil de la ciudad Autónoma de Buenos Aires.


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domingo, 8 de febrero de 2015

Ley, no personas... De Alguna Manera...

Ley, no personas...


Desorientado, el Gobierno sigue ensayando cortinas de humo que no logran sus objetivos.

“La muerte de Nisman fue la primera, pero podría no ser la última”. Esta frase, pronunciada el viernes por el fiscal federal Carlos Stornelli a las puertas de los tribunales federales de Comodoro Py, marca el estado de ánimo con el que se convive en ese ámbito en estos días de tragedia republicana. La geografía no es casual: es allí donde se ventilan todas las causas que involucran a los funcionarios públicos. Es decir, es el ámbito de la Justicia donde se investiga al poder. Y como si el trágico fin de Nisman fuese poco, a ello se ha agregado la amenaza de muerte que recibió Claudio Bonadio, el juez federal que investiga el caso Hotesur, que involucra a la Presidenta, a sus hijos y a Lázaro Báez.

La estrategia del Gobierno destinada a enfrentar los efectos negativos causados por la muerte del fiscal pasa por tres ejes principales. Primero, colocarse como víctima. Segundo, continuar con la tarea de desprestigiar la figura de Nisman. Y tercero, llenar la agenda política con los Aló Presidenta que desvíen la atención de la opinión pública hacia otras temáticas menos urticantes para el oficialismo.

Nada de ello ha dado los resultados que el kirchnerismo busca. Por el contrario, a medida que esta estrategia diseñada desde el “Ministerio del Humo” y estimulada por la jefa de Estado se ha desplegado, los errores groseros cometidos por ella y el jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, no han hecho otra cosa que complicar al Gobierno y preocupar a muchos de sus funcionarios, que no entienden hacia dónde se va. La repudiable actitud de Capitanich –un hombre de creciente pequeñez que cada mañana hace del ridículo una rutina– en la conferencia de prensa en la que rompió las páginas de Clarín con los artículos de Daniel Santoro, Nicolás Wiñazki y Eduardo van der Kooy demostró no sólo su intolerancia, sino también su absoluta falta de información.

Esto último es la confirmación de la confusión que se vive en el centro del poder. Si nadie le advirtió al Gobierno del hallazgo del borrador escrito por Nisman encontrado en su departamento con la acusación a la Presidenta, ¿qué cabe esperar para otros objetos o datos de más compleja averiguación?

Ante semejante zafarrancho, el proyecto de creación de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que impulsa el kirchnerismo no representa más que otra cortina de humo.

Nisman sabía que iban a desplazarlo de su cargo. El fiscal había comentado esta novedad que lo indignaba con varios de sus colegas. El convencimiento sobre la concreción de esta alternativa se había acrecentado cuando vio cómo escalaba el conflicto entre la procuradora general, Agencia Federal de Inteligencia  y el fiscal Guillermo Marijuan, titular de la Unidad Fiscal de Investigaciones para los delitos de la Seguridad Social (Ufises), que culminó con su remoción a fines del año pasado y el nombramiento en su lugar de los fiscales Diego Iglesias, del fuero federal, y Gabriel de Vedia, de la Seguridad Social y miembro de la agrupación kirchnerista Justicia Legítima.

Gils Carbó ha transformado la Procuraduría General de la Nación en un antro de militancia partidaria. Por ello buscó coparle la fiscalía a Viviana Fein, que enfrenta en el final de su carrera judicial el caso más importante de su vida. El tema del comunicado de prensa que negaba la existencia del borrador redactado por Nisman convenció a Fein de que, en adelante, debía estar ella misma a cargo de esa tarea y no delegarla más en el equipo de prensa asignado por la Procuración. De hecho, el último comunicado lleva su firma.

Otro costado de este magnicidio institucional es la guerra que el Gobierno lleva adelante contra los fiscales y los jueces que no le responden. Allí vienen cobrando protagonismo el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, y el presidente de la Asociación de Fiscales, Ricardo Sáenz, quien es el fiscal de Cámara que deberá opinar sobre el caso Nisman cuando éste llegue a la instancia de apelación. La estrategia de Fernández es provocar al fiscal para hacerle “pisar el palito”, a fin de generar una reacción que pueda dar pie a una recusación y/o sanción de Sáenz. Tan intenso es el accionar provocador del secretario general de la Presidencia que entre la 1 y las 5 de la madrugada del viernes le dedicó una andanada de tuits al fiscal, que éste respondió a partir de las 7 de la mañana.

Otra de las claves del caso pasa por las pericias. Ante la ausencia de testigos, la muerte de Nisman sólo puede esclarecerse –¿ocurrirá eso?– a través de ellas. La posición del arma, a dos centímetros del cráneo y detrás de la oreja, es extraña. El rumor creciente por estas horas del supuesto hallazgo de sustancias tóxicas también. A ello hay que agregar la declaración de la persona que limpiaba el departamento que habitaba el fiscal, quien afirmó que, cuando estaba solo, trababa la puerta de servicio por dentro, cosa que sugestivamente no ocurrió el día de su muerte.

Estamos frente a dos causas judiciales emparentadas: una es la muerte del fiscal, sobre la que es muy poco probable que se llegue a saber la verdad. Los agujeros que dejaba su sistema de custodia hacían de Nisman una persona vulnerable. Por otra parte, las desprolijidades de la investigación no hacen más que sembrar nuevas dudas. La otra causa es la del encubrimiento del atentado contra la AMIA que motivó la denuncia del fiscal. ¿Quién o quiénes se harán cargo de ella? ¿Con qué voluntad y con qué ánimo trabajarán? ¿Se animarán a sostener las acusaciones de Nisman contra la Presidenta, el canciller Timerman y Larroque?

La repercusión internacional que tiene la muerte de Nisman da idea de la dimensión del hecho. Cuando el fiscal especial del caso Watergate, Archibald Cox, le ordenó a Richard Nixon entregar las grabaciones de sus conversaciones en la Casa Blanca, Nixon lo echó. Ese episodio, conocido como la “Masacre del Sábado a la Noche”, dio pie a una frase pronunciada por Cox que devino célebre: “Dependerá del Congreso y del pueblo norteamericano que el nuestro siga siendo un gobierno de la ley y no de las personas”. Al igual que Cox, Nisman estaba investigando al poder. Nisman está muerto, y la frase de Cox resume los desafíos de la Argentina del presente y del futuro.

Producción periodística: Guido Baistrocchi con la contribución de Santiago Serra.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 08/02/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


viernes, 6 de febrero de 2015

Instrucciones para Molestar A Un Fiscal… De Alguna Manera…

Paso por paso…


El Fiscal es como un mosquito: zumba, aguijonea, molesta...

El Fiscal hace preguntas incómodas. Se mete donde no lo llaman. Investiga. Vuelve a molestar.

Si Ud. quiere perturbar su labor, a continuación van algunas sugerencias:

•Envíe al Secretario de Seguridad al escenario de un hecho presuntamente delictivo (Por ejemplo, edificio Le Parc de Puerto Madero) y pídale que dicte clases de escena del crimen y su preservación. De madrugada. Por televisión.

•Pídale a la Sra. Presidente de la Nación que escriba algunas "cartas" por Facebook, y que propicie en ellas hipótesis de investigación, calificaciones legales aplicables y posibles responsables del crimen. Si alguien se atreviese a criticar esta actitud de la titular del Poder Ejecutivo y osa hablar de la división de poderes en una república y la no interferencia de un poder al otro, sugiérale que utilice la cadena nacional de radio y televisión para brindar una clase abierta de Derecho Constitucional.

•Exhorte al encargado de prensa de la Procuración General de la Nación que desautorice las expresiones públicas del Fiscal, obligando a éste a hacerse cargo de "errores" en sus declaraciones, para evitar un papelón mayor.

•Solicite al Sr. Jefe de Gabinete de Ministros que, en consonancia con el encargado de prensa de la Procuración, se burle de las publicaciones periodísticas del caso en investigación y que matice su  stand up  diario con la rotura de algunas páginas de matutinos de tirada nacional.

•Requiérale al Sr. Secretario General de la Presidencia que tenga el atrevimiento de dirigirse al Fiscal, pidiéndole que "se saque la malla" y que suspenda sus vacaciones...

Si todas estas medidas fallan y Ud. cambia de opinión,  puede optar por dejar al Fiscal hacer su trabajo en paz, colaborando -simplemente- con el silencio...

(En reconocimiento a la Dra. Viviana Fein, Fiscal de Instrucción de la Nación).

© Escrito por Marcelo Carlos Romero, Fiscal del Ministerio Público, el viernes 06/02/2015 y publicado por Tribuna de Periodista de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

lunes, 26 de enero de 2015

Cristina, Delfín y Monjarrita… De Alguna Manera...

Cristina, Delfín y Monjarrita…



Este título es el único chiste que se me ocurre, Presidenta. Como ve, hoy no me da ni para llamarla Compañera Jefa.

No costaba nada. Era más fácil. Alcanzaba con un discurso suyo de 15 minutos, por cadena nacional el lunes al mediodía. Un mínimo de sensibilidad, humildad y estatura ante las circunstancias. Transmitiendo serenidad. Si quiere, explicando que usted es inocente de toda acusación, pero poniéndose a disposición de la Justicia, como hace cualquier persona de bien que no tiene nada que esconder. Se podría haber comprometido con el esclarecimiento de los hechos y, sobre todo, acompañado el sentimiento de angustia que envuelve al pueblo argentino. Ni hablar que el discurso debía cerrar con las ineludibles condolencias a la familia del fiscal Nisman. Pero no. Nada de eso. Ni siquiera las condolencias.

Eligió, una vez más, el camino más provocativo posible. La peor respuesta al peor momento. Facebook, cartas, intrigas detectivescas, acusaciones al voleo, idas, vueltas, descalificaciones. No quiero ni entrar en detalles. De eso ya se ocuparon todos.

Lo único que todavía no explicó Presidenta, es por qué un personaje como Luis D'Elía, comprometido en todas las escuchas, estuvo sentado en la primera fila de todos sus actos en la Casa Rosada.

No necesito ser abogado para comprender lo que evidencian esas escuchas. El resto, lo que no sé, me lo puedo imaginar.

En todas partes ocurren cosas terribles. Lo que nos pasó estos días tiene equivalencias en todos los países. La diferencia está en la idoneidad de aquellos en quienes delegamos la responsabilidad de resolver estos asuntos.

Arrancaron hablando de la CIA, el Mossad, la KGB, el MI6 y no sé cuánta cosa más, hasta que apareció el cerrajero Pepe Galleta, un guapo en camiseta, diciendo "yo puse un alambrecito, abrí la puerta y chau". Eso solo alcanzó para cambiar el eje discursivo del proyecto nacional y popular.

Por eso hay que pensar bien antes de abrir la boca, Presidenta. Mire lo que le pasó a su diputada Diana Conti. En el embale de decir barbaridades contra el fiscal, expresó: "Le decimos a la hija de Nisman que se quede tranquila, que no vamos a agredir ni a insultar a su papá". ¿Y ahora? ¿Cómo se vuelve de eso, Presidenta?

Pasamos de aquel lunes en que Julián Domínguez y Juliana Di Tullio leyeron una cosa mientras sus rostros decían otra muy distinta, a este jueves con el documento del PJ que incluyó la famosa teoría de Capitanich: "Esto es una conspiración para tapar el éxito de la temporada marplatense". Que el tipo haya dicho semejante pelotudez en caliente, vaya y pase. Pero ponerla después por escrito en un documento oficial del PJ, me parece que la historia del peronismo no se lo merecía.

Toda la impericia ha quedado al desnudo, Presidenta. Siempre me llamó la atención que hasta 2003 ustedes nunca hubieran viajado a ningún lado. Siendo que eran políticos pudientes y ambiciosos, jamás tuvieron la inquietud de reunirse con algún alcalde español, algún ex primer ministro italiano, o algún legislador alemán o canadiense. Intercambiar ideas, experiencias, caminar otra ciudad, conocer otras culturas. Nada. Treinta años en Río Gallegos sin salir. Eso explica, no sólo la estrafalaria y perimida visión del mundo que siempre han tenido, sino también el soberbio empeño por enseñarles sus teorías a cuanto mandatario se les cruzaba. Parafraseando a Cortázar: un kirchnerista es un menemista que no conoció París.

Sólo así se entiende que haya nombrado Canciller a un tipo cuyo único mérito es conocer qué restaurantes están de moda en Nueva York.

Y para rematarla, aparecen un par de ñatos hablando por teléfono, yendo y viniendo con mensajes entre la Rosada y Teherán. Hablando en clave con suficiente torpeza como para que entendamos todos. Más que espías, parecen dos reclutas salidos de "Canuto Cañete, conscripto del Siete".

Permítame hacer un breve punteo de hechos incontrastables. Indiscutibles. Fehacientes.

•El atentado a la Embajada fue reivindicado por un brazo del Hezbollah (éste responde a Irán), y el de la AMIA involucra a varios iraníes.

•Ambos fueron cometidos por suicidas. Si bien en la Argentina tenemos turros a rolete, no conozco ninguno dispuesto a inmolarse. Estos vinieron de afuera.

•Fueron ayudados por tipos que aún caminan entre nosotros.

•Durante el menemismo hubo un plan de encubrimiento.

•Kirchner designó al fiscal Nisman y lo puso a trabajar con la SIDE.

•Kirchner denunció con valentía a Irán en la ONU entre 2003 y 2007.

•Kirchner rechazó a patadas varias propuestas iraníes de negociar impunidad por negocios, según ha contado el ex canciller Bielsa.

•Usted denunció con valentía a Irán en la ONU hasta el año 2011.

•En marzo de 2011, el respetado, democrático, progresista y querido Pepe Eliaschev, denunció un acuerdo secreto con los iraníes. Timerman lo descalificó con insultos.

•En septiembre de 2012 usted dijo en la ONU que no tomaría ninguna medida sobre el tema sin el apoyo unánime de todas las fuerzas políticas y de las instituciones judías.

•En enero de 2013 se firma el Memorándum de Entendimiento con Irán y en febrero se aprueba a toda velocidad en el Congreso, pese al rechazo unánime de todas las fuerzas políticas no kirchneristas y las instituciones judías.

•El acuerdo nunca fue ratificado por el parlamento iraní. Ni siquiera considerado.

•En mayo de 2014 es declarado inconstitucional por la Justicia Argentina.

•El dirigente ultra K Luis D'Elía, defensor abierto de la causa iraní, vinculado al gobierno de Teherán, y habitué de todos los actos en Casa Rosada, aparece en las escuchas que claramente sugieren negociaciones secretas.

•El fiscal Nisman los denuncia a Usted, a Timerman, a D'Elía y a otros de montar un plan de impunidad.

•El día que iba a presentar la denuncia en el Congreso, el fiscal Nisman aparece muerto con un tiro en la cabeza.

La pregunta del millón es: ¿qué parte no se entiende?

Frente a la tragedia, la sospecha y las denuncias, el gobierno se pasó toda la semana preguntando por qué Nisman interrumpió sus vacaciones.

Ah, me acordé de un viejo chiste. Un tipo vuelve a la noche a su casa y encuentra a su mujer en la cama con otro hombre. Antes de que reaccione, la mujer lo increpa: "¡¡¡¿Estas son horas de llegar?!!!". El marido, absorto, balbucea: "...¡¡¡pero... estás en la cama con otro!!!..." Ella le contesta: "¡¡¡No me cambies de tema!!!".

Eso es lo que pasó esta semana. Encontramos al Gobierno en la cama con otro y ante el estupor de todo un país, lo único que se les ocurrió decir fue "¿Estas son horas de llegar?".

Fin de temporada.

© Escrito por Alejandro Borensztein el domingo 25/01/2015 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.