Justicia al uso nostro…
'EL
AMIGO AMERICANO'. Juez Thomas Griesa. Dibujo: Pablo Temes.
De la Fragata al 7D. El Gobierno suma
preocupaciones en los juzgados del país y de EE.UU. Un vale todo por la
re-reelección.
Narra un asistente al “Aló Presidenta” del
último lunes: “Nos citaron a la Casa de Gobierno a las cuatro de la tarde. Nos
tuvieron bajo la lluvia sin permitirnos ingresar durante un buen tiempo. Una
vez adentro, todos mojados, pasamos al salón para escuchar a la Presidenta.
Nadie precisó la hora de la cadena nacional, ni siquiera a los que estábamos en
el lugar esperando en vano y viendo pasar el tiempo que, finalmente, terminó
siendo de dos horas y que pareció interminable. Nadie nos explicó por qué nos
citaron a las cuatro de la tarde si Cristina habló a las ocho de la noche. Esta
vez, el coro de aplaudidores –entre los que me incluyo– se atrevió a murmurar:
‘Nos traen obligados, nos tienen dos horas esperando, nos meten la mano en el
bolsillo y, encima, debemos salir sonriendo para la foto’. Finalmente, el
discurso terminó, aun cuando la espera siguió por media hora más. Es que la
Presidenta fue a saludar al coro de La Cámpora antes que a nadie. Allí hubo lo
de siempre: sonrisas, preguntas vacías, espera y más espera para quienes,
mojados y desde la cuatro de la tarde, no veíamos la hora de salir de ese
ámbito. Cuando logramos salir, eran las nueve de la noche”.
La Presidenta está convencida de que, con
la repetición hasta el hartazgo de esta puesta en escena, podrá retener el
poder para siempre. Si observara con atención los videos de esos actos, vería
que no son pocos los que nunca la aplauden. Yendo al contenido de su exposición,
Cristina Fernández de Kirchner dijo en ese acto del lunes que los fondos buitre
se podían quedar con la fragata Libertad pero que la soberanía del país jamás
sería negociada. Alguien debió haberla anoticiado de que la detención de la
fragata afecta el poder soberano del Estado argentino, en cuanto a que pone en
riesgo sus bienes. Se ve que por lo bajo, afortunadamente, alguien está al
tanto de ello y por las dudas aconsejó no enviar un avión de Aerolíneas
Argentinas y contratar un vuelo de Air France para repatriar a parte de la
tripulación del buque escuela de la Armada. El ministro Arturo Puricelli salió
a reconocer su responsabilidad por este bochorno –imposible no pensar que lo
hizo por orden de la Presidenta–. En otros países, a un ministro que exhibe
semejante nivel de ineptitud, lo echan. Aquí, no. Puricelli, su familia, sus
amigos y los familiares de sus amigos que fueron nombrados en el Ministerio de
Defensa respiran aliviados: han podido conservar, por ahora, sus puestos de
“trabajo”. Argentina, país generoso.
A pesar del episodio de la fragata
Libertad, la obsesión de la Presidenta sigue siendo el 7D. Y en pos de lograr
destruir a Clarín, el Gobierno no ha dejado atropello por cometer en el ámbito
de la Justicia, que representa por estas horas la única instancia institucional
del Estado que puede poner freno a la concepción absolutista que, sin ningún
tipo de pudor, exhibe el oficialismo como metodología de ejercicio del poder.
Si el Gobierno teme que un juez puede fallar a favor de Clarín, lo recusa; si
no hay motivos ciertos para ello, ordena hurgar en su pasado a fin de encontrar
allí algo que pueda ser utilizado a los fines de presionarlo; y si, tras esa
búsqueda, nada aparece, entonces vienen los actos intimidatorios sobre su
familia. Es lo que ocurrió con el juez Raúl Tettamanti y por lo cual lo
renunció a la subrogancia en el Juzgado Civil y Comercial N° 1, en donde el
Gobierno desespera por nombrar a la doctora María Lorena Gagliardi, una
subordinada del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, que ya hizo conocer
su voluntad de destruir al Grupo Clarín.
Este proceder, que hoy ha tomado
estado público por la notoriedad del caso, ha venido ocurriendo desde hace
mucho en causas menos resonantes. La consecuencia de todo esto es que en el ámbito
de la Justicia se asiste a la colonización de los juzgados con designaciones de
magistrados a los que se nombra por su condición de kirchneristas, tengan o no
tengan antecedentes profesionales meritorios. El hecho es de una enorme
gravedad porque sus secuelas se dejarán sentir aun después de que el
kirchnerismo cumpla su mandato y deje el poder. La designación de conjueces en
el Fuero Civil y Comercial aprobada por el Senado en la semana que pasó es un
hecho igualmente grave y de dudosa constitucionalidad. Allí también
prevalecieron los nombres de abogados directamente ligados al Gobierno. Es que
la Presidenta teme que en ese fuero se generen fallos que pongan freno a sus
acciones contra Clarín.
Todo este apuro es altamente contrastante
con la molicie que el Gobierno exhibe para cubrir vacantes en otros juzgados
que, a lo largo y a lo ancho del país, están paralizados desde hace años.
En medio de tanto fuego de artificio, están
los datos de la realidad, que siempre complican al Gobierno y a sus aliados. Es
lo que han comenzado a vivir los integrantes de la cúpula de la CGT Balcarce.
La sanción del nuevo régimen de las ART los ha dejado descolocados. Y la
reunión que tuvieron con Juan Manuel Abal Medina, mucho más. “Fue increíble
escuchar al jefe de Gabinete preguntar, ante cada inquietud, si se había
consultado al ministro tal o cual”, señaló un dirigente sindical –ilusionado
con que a la CGT Balcarce se la trataría mejor que a Moyano–, quien agregó,
presa de una profunda decepción: “No tienen la más mínima idea de lo que está
pasando”. Son varios los gremialistas que le están advirtiendo al Gobierno que
si no modifica el mínimo no imponible, en diciembre habrá protestas en
diferentes sindicatos cuando los trabajadores vean que su medio aguinaldo se lo
lleva la AFIP.
La Presidenta se muestra indiferente ante
este reclamo a todas luces justo. Su otra gran obsesión, para la que ha puesto
a trabajar a todo su gobierno, es su re-reelección. Fernández de Kirchner se
ilusiona con que, con la plata de la soja que recibirá el Estado, el año que
viene podrá alcanzar un triunfo electoral que la deje a las puertas de la
reforma de la Constitución Nacional. En las reuniones que mantiene con
intendentes, el ministro Julio De Vido exige ya sin eufemismos que, a cambio de
los fondos para obras públicas, los jefes comunales deben manifestarse a favor
de la re-reelección de la Presidenta, quien, a la manera del capitán que guió
el Titanic, pretende hacer de la Argentina la copia fiel de la desgraciada
Venezuela chavista.
Producción periodística: Guido Baistrocchi.