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lunes, 23 de marzo de 2015

Extasis macrista... De Alguna Manera...

Extasis macrista...

Están a sólo meses de la revancha, del contraataque. La ilusión de terminar con todo se saboreaba con una burrata con jamón crudo y espárragos de entrada y una lata de té de regalo. Además, los asistentes estaban allí porque creen en algo, nada de pancho y gaseosa, como los brutos incultos que suben a los micros y que los llevan a los actos esos de porquería. Macri, además, dice que quiere que “nuestros hijos tengan más oportunidades que nosotros”, algo que cuesta imaginar. ¿Cómo es un hijo de Macri con más oportunidades que él mismo?

La acumulación de éxitos parece imparable y el éxtasis es pleno. Los radicales viajando hacia su interna, Carrió defendiendo el espacio de forma victoriosa, Reutemann sumado como sorpresa y hasta Posse incluido también en las filas de la patria a poblar del PRO. Ya casi ganan, ya imaginan los puestos para cada uno porque la Argentina está cambiando, ya no es igual que antes, ya no. La imaginación es un motor fantástico para el accionar, hace parecer que las cosas algunas veces son como las imaginamos.

La cena de recaudación de fondos del PRO es la continuación del Coloquio de IDEA por otros medios. Aunque parezca lo contrario, estos episodios juegan con fuego.

La sociedad argentina sigue manifestando que prefiere un país con mayor cantidad de empresas del Estado que privadas. Nuestra serie histórica de encuestas muestra que esto se ha mantenido constante desde fines de De la Rúa hasta nuestros días. Excepto las empresas de consumo masivo, servicios públicos como luz, gas y transporte o incluso las petroleras, deberían ser del Estado y no privadas. Una de las medidas más valoradas por la sociedad fue la estatización de las AFJP, y Anses se ha mostrado siempre como uno de los organismos mejor evaluados por la gente. Tampoco confían en los empresarios y consideran que el Estado debe controlarlas fuertemente, controlar a todos los que van a la cena del PRO.

Luego del impacto por la muerte de Nisman, Cristina Kirchner ha recuperado aprobación de gestión de manera muy veloz. En febrero estaba en 42% para, al mes siguiente, subir a 53%. La evaluación de la economía vuelve a subir luego de más de un año. En noviembre pasado estaba evaluada como positiva por el 19% de los argentinos, en febrero había subido a 29% y en este mes se encuentra ya en 36%.

Macri logró un crecimiento muy impresionante en intención de voto durante 2014, consiguiendo diluir su histórico límite de 15%. Sin embargo, su crecimiento coincidió con el año de peor evaluación de la economía del kirchnerismo, en especial por temas inflacionarios. Según nuestros números, su máximo fue 25% de intención de voto junto con la crisis de Nisman. Un candidato que represente una oposición plena a lo que Cristina Kirchner representa necesita un país en mal estado desde el punto de vista de la opinión pública. Los que asisten al Coloquio de IDEA o a la cena del PRO siempre piensan que el país está muy mal; los que no van al Coloquio de IDEA y no pueden pagar el cubierto de la cena piensan que el país vuelve a mejorar. Oposiciones clásicas argentinas. Sostenerlas y no lograr pasar a otra etapa es jugar con fuego.

La política argentina ha tenido episodios de esperanzas electorales luego deprimidas. Yo tengo una preferida. Al año del primer golpe de Estado, el entonces presidente de facto, Uriburu, consideró que el pueblo ya había aprendido cómo votar y llamó a elecciones a gobernador en Buenos Aires con la ilusión de que el radicalismo no ganara de nuevo. El radicalismo volvió a ganar y tuvieron que encontrar un modo de anular esas elecciones.
La cantidad de gente que se identifica con el peronismo ronda el 32%; con el radicalismo, el 5%. Es un número que puede hacer llegar a una segunda vuelta, pero con escenarios de derrota en cualquier ballottage. Esto debería sopesar el impacto de la convención radical, una gran noticia pero sin seguridad de reflejo en los votos.

La excitación por una supuesta victoria electoral está dejando de lado una mirada estructural sobre las preferencias de la sociedad. Analizan los votos como reflejos de momentos y no los comprenden como el resultado de mecanismos más profundos. Es lógico, en la calentura se pierde la cabeza, para después lamentarlo.

© Escrito por Luis Costa, Sociólogo y Director de Ipsos Mora y Araujo, el domingo 22/03/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 27 de enero de 2013

Reportaje a José "Pepe" Nun... De Alguna Manera...



"Los aplaudidores quieren la re-re de Cristina"…

 Oposición. "En general, los veo sin proyectos, sin lograr articular una propuesta convincente para el país".

En otra entrevista de impacto de Magdalena Ruiz Guiñazú, el Secretario de Cultura de Néstor Kirchner dice que el ex presidente siempre respetó su pluralismo. Señala que el populismo es enemigo de las instituciones y advierte sobre la “corrupción de cada día”.

El doctor José Nun es politólogo, fue secretario de Cultura del presidente Néstor Kirchner de 2004 a 2009 y hace de la conversación un estimulante ejercicio. Diría que, para Nun, pensar es un verdadero placer.

—Sin embargo, doctor –argumentamos–, hoy el antagonismo político hace que el kirchnerismo considere un enemigo a quien no profesa sus mismas convicciones…
—Bueno, esto es algo característico de la historia argentina. No sé si hay muchos países en el mundo (creo que ninguno) donde la palabra “intransigente” sea considerada un mérito y que además justifica la pertenencia a un partido político. ¡Pero esto viene desde fines del siglo XIX! ¡Del unicato! ¡Se estaba a favor o se era un traidor a la patria! Y esto recorre la historia argentina. Obviamente, los golpes militares definían quiénes eran los buenos y quiénes los malos. Peronismo y gorilismo. Pero este corte es bien argentino. Desde este punto de vista, no hay nostalgia que valga de períodos mucho más pacíficos y amigables. Muchas veces, los que invocan esos períodos amigables son los que, en esos períodos, estaban en posiciones dominantes. Ahora la cuestión es trabajar seriamente para que uno pueda hacer críticas a un gobierno o a la oposición y aplaudir lo que nos parece bien.

—El otro día en Mar del Plata, en el coloquio de IDEA, usted planteó algo muy interesante: si se podía o no hablar de “acuerdo opositor”. Creo recordar que le parecía imposible, ¿no?
  Nun marca precisiones:
—Yo le voy a aclarar cuál fue la idea central que, afortunadamente, prendió bien. Por eso la retomó Miguel Blanco (presidente de IDEA) en su discurso de cierre. Lo que yo dije es que no confiaba mucho en una palabra que se había usado abundantemente. Me refiero a la palabra “consenso”. Y la razón por la cual esta palabra no me despierta demasiada simpatía es porque “consenso” viene del latín y quiere decir “sentir”. Y “consenso” tiene un origen religioso: la comunidad que siente al unísono, se aman los unos a los otros y todos concurren a ese sentimiento común. En cambio, hay otra expresión (que tiene también como origen el latín) y que es la palabra “concertar”. En latín, certare quiere decir luchador, debatir, discutir. Entonces uno debate con la vehemencia que sea. Discute. Se enfrenta y llega a cierto punto de acuerdo sin renunciar a todo aquello otro que lo diferencia de la persona con la que está tratando de buscar algún avenimiento. Entonces, yo pensaba que lo que la Argentina necesita es “concertación” y no “consenso” porque, finalmente, el consenso lleva al totalitarismo.

—Explíqueme por qué…
—¿Acaso todos tenemos que pensar igual? ¿Sentir igual? Esto, finalmente, se vuelve coercitivo. Yo quiero que me dejen opinar. Dejar opinar a los otros y buscar términos de acuerdo que generalmente estén por encima de esos términos y de las rencillas más inmediatas. Desde este punto de vista yo creo que la oposición sí puede llegar a tener acuerdos y que, con el Gobierno, es también muy importante que haya concertación. Para eso, claro, el Gobierno tiene que aceptar no buscar el consenso y la oposición también tiene que aceptar procurar la concertación y no el consenso. Esta idea es muy sencilla: si uno establece una dialéctica amigo-enemigo está impidiendo la posibilidad de que existan puentes. Y creo que eso es terriblemente pernicioso. Es decir, descuento (al estar hablando con usted y apareciendo en las páginas de PERFIL) que más de uno dirá: “¡Este tipo es un enemigo del Gobierno!”. Y si yo hablo a favor del Gobierno con usted, dirán: “¡Este es un cristinista!”. ¡Pero yo no soy ni enemigo del Gobierno ni cristinista! ¡Reivindico el derecho de pensar libremente y de opinar según mi leal saber y entender!

—Pero, si no me equivoco, cuando usted fue secretario de Cultura la posición gubernamental era distinta. Como eran también distintos Néstor y Cristina…
—Lo que yo puedo decir es que, cuando fui secretario de Cultura, mi gestión fue de un pluralismo total y absolutamente respetado por el presidente Kirchner. Fue, en realidad, un doble pacto que hicimos cuando tuvo la gentileza de ofrecerme el cargo.

—¿Cómo fue exactamente ese doble pacto?
—Consistió en aumentar el presupuesto de Cultura y, por otra parte, que yo no aceptara ninguna imposición de influencias políticas ni obligación alguna de ese tipo sobre mi trabajo. Quedó entendido que yo nombraría a mis colaboradores y fue así. Doy testimonio de que durante toda la presidencia de Kirchner el Gobierno jamás, jamás trató de influir o de colocar funcionarios en la Secretaría de Cultura.

—Yo también recuerdo, doctor, que aun siendo mi posición crítica hacia el Gobierno, la Secretaría de Cultura (bajo su autoridad) auspició uno de los documentales que hicimos para Canal 13.
—También convoqué a un diálogo entre Hugo Moyano y Víctor de Gennaro, y lo moderé yo mismo. Creo que era la primera vez que, públicamente, intercambiaban opiniones. Y le digo algo más que la alegrará: uno de los planes de los que me enorgullezco ha sido el Plan Libros y Casas. Le comenté entonces al presidente Kirchner que se me había ocurrido esta idea: que cada casa que fuera entregada por el Gobierno (me refiero a las viviendas que estaba construyendo) tuviera en su interior una biblioteca. Una biblioteca con aproximadamente 18 títulos. A Kirchner le gustó inmediatamente la idea. “Hacelo”, me dijo, “pero también te pido una cosa. Y es que no dejes de poner un libro…” “¿Qué libro?”, pregunté yo. “El Nunca más”, dijo Kirchner.

—Pese a lo cual, doctor Nun, le adosaron otro prólogo al que había escrito Ernesto Sabato…
—Nosotros no. El prólogo no fue tocado. Lo que hice fue un trabajo para reducir lo voluminoso del Nunca más. Es un informe dolorosamente repetitivo y el público al que estaban destinadas las bibliotecas no era un público que iba a poder leer y digerir el informe completo. Contratamos entonces a dos periodistas que elaboraron una versión reducida manteniendo, por supuesto, todo lo esencial. Me refiero a una versión de alrededor de 150 páginas que tuvo gran éxito y gran difusión…

—Me gustaría también volver sobre algo muy interesante que usted dijo cuando afirmó que el populismo destruye las instituciones. No sé si lo interpreto, pero es cierto que el afán por “cooptar” voluntades puede ir en detrimento de los principios de cada uno…
—Por definición, el populismo se plantea como “lo otro” de la institucionalidad republicana. Pueden estar acertados o equivocados y no es algo que uno les imputa para agredirlos. Es, en cambio, algo que hace a la esencia de la concepción populista de la política. De la misma manera que el capitalismo genera desigualdades, ¡no porque sea malo sino porque así funciona! Es decir, si hay competencia en el mercado, algunos ganan y otros pierden. Bueno, de la misma manera, el populismo busca establecer una comunicación directa entre el líder y la masa. Y entonces le estorban instituciones que medien en esa relación.

—¿O que impongan ciertas reglas?
—Efectivamente. Ciertas reglas que limiten ese fluir de la palabra del líder hacia la gente. Mire, la versión más extrema (y desde mi punto de vista más criticable del populismo) es aquella en la cual una masa de gente desposeída de hecho está también privada de la palabra. Entonces, ¡esa masa heterogénea pasa a ser (entre comillas) “hablada” por el líder! Vale decir que la voz del líder se erige a sí misma en la voz del pueblo. Por eso se vuelve intocable. ¿Quién va a atreverse a censurar la voz del pueblo? Quien se atreva a censurarla será, claro, un enemigo del pueblo… Bueno, desde ese punto de vista, ¡el populismo en esta versión extrema hace que las instituciones estén de más! Pero como tienen que existir porque hay que hacer algún encuadramiento de la sociedad, deben estar totalmente sometidas a las decisiones de quien lidera. ¡Y eso se considera natural! ¡Se considera bueno y justo! Porque se parte de la premisa de que ese líder, o esa líder, desprecia la voluntad colectiva. A su vez, los medios de comunicación adictos tienen como tarea transmitir a la masa la voz que se supone que es del pueblo para que la haga propia.

—¿No le parece, doctor, que ésas serían las características de una democracia autoritaria?
—¡Yo diría que son las características más bien de una demagogia! Y que deben ser fuertemente criticadas ante todo porque, si pasamos a hablar en concreto de nuestro país, hay ciertos sectores que sostienen lo que estoy diciendo. Incluso tratan de teorizarlo. Como usted se dará cuenta, esto va de la derecha a la izquierda porque Hitler o Mussolini eran líderes populistas. Hay populismo de izquierda y de centro, y ahora tenemos un florecimiento del populismo en Europa, por ejemplo con la hija de Le Pen en Francia. Hay que oponerse a estos sectores que piensan así. Le aclaro que no creo que sea el caso de la Presidenta, pero a estos sectores que piensan así, insisto, hay que oponerles un dato muy fuerte. Y es el siguiente: la Constitución argentina establece que nuestra forma de gobierno es republicana. Y las instituciones de la República están para ser defendidas, ¡y todo aquello que entorpezca su funcionamiento o que las viole es anticonstitucional! Me parece que esto es básico. Fíjese que la Constitución de Brasil habla de Brasil como de un Estado democrático. La Constitución argentina no. Lo que dice la Constitución argentina es que nuestra forma de gobierno es representativa, republicana y federal. Y a esto tenemos que atenernos. Entonces, todo lo que afecte la institucionalidad republicana no solamente es inconstitucional, sino que hace daño a estas concertaciones que son tan importantes de generalizar para vivir en paz.

—Cuando usted recordaba, doctor, la frase de Clinton, “¡Es la economía, estúpido!”, la parafraseó y dijo: “¡Es la política, estúpido!”, y quienes la escuchamos también nos preguntamos: ¿y dónde está la oposición? ¡Para haber política tiene que haber oposición!
—Bueno, hay diversos sectores de la oposición a los que veo tratando de organizarse… Prefiero que algunos no se organicen –se ríe–, ¡pero existen! Pero, en general, los veo sin proyectos, sin lograr articular una propuesta convincente para el país. De todas maneras, en ese sentido yo abriría una puerta de esperanza. Si volvemos al año 2002, Kirchner era un desconocido para la mayor parte de los argentinos, y en la elección obtiene el 20% de los votos. Y logra su triunfo electoral gracias a Menem, que no logra consolidarse en la segunda vuelta.

—¡Mucha gente votó a Kirchner para que Menem no tuviera chance de segunda vuelta!
—Quiere decir que todavía tenía menos representatividad que el 20%... Y, sin embargo, surge como un líder poderosísimo, potente, fuerte… Yo no descarto que esto pueda volver a ocurrir. Tal vez dentro de las mismas filas del peronismo. O fuera de ellas… eso no se puede prever. ¡Pero todavía estamos muy lejos de 2015!

—¿Usted cree?
—Hay una cosa que la prensa no ha recogido y que me parece sumamente importante. Me refiero a las palabras que dijo la Presidenta en Harvard cuando le preguntaron por la re-reelección. “Para eso se necesita una reforma constitucional”, dijo ella, “y para que haya reforma constitucional…” (y éste es el punto fundamental que, me llama la atención, no fue titular en los grandes diarios) “… se requieren los dos tercios de los votos de la totalidad de los miembros de la Cámara de Diputados y del Senado”. Con esto, la Presidenta adoptó la posición constitucional absolutamente correcta, que interpreta que el artículo 30 de la Constitución se refiere a los miembros en su conjunto y no a los miembros presentes en la sesión. La interpretación maliciosa que se quiso hacer después ha generado grandes discusiones entre los constitucionalistas. Algunos pasaron a sostener que se trata de los miembros presentes. Ahora bien, cuando la Presidenta dice “se trata del total de los miembros”, coincide en esto con la doctrina constitucional más difundida y aceptada en Argentina. Ella sabe que es imposible disponer en este momento de esos dos tercios. No es posible hacer una reforma constitucional. ¿Lo será después de 2013? Nada indica que esto vaya a ser posible. Ahora, lógicamente, desde un punto de vista político yo creo que jamás le aconsejaría a la Presidenta decir, desde ahora: “Yo no voy a presentarme a una re-reelección”, porque le quedan años de gobierno y entonces se produciría el famoso síndrome del “pato rengo”. Perdería de inmediato autoridad y se desplazaría el centro de la política a una lucha por la sucesión. Entonces yo creo que la Presidenta se está moviendo muy bien desde un punto de vista político: ¡no dice ni que sí, ni que no! Esto no quiere decir que no haya sectores que defiendan rabiosamente sus posiciones porque saben que la única manera de conservarlas es con la permanencia de Cristina en la Presidencia. Pero a ella no se le puede imputar que haya entrado en este juego. Ahora, que astutamente deje transcurrir el tiempo.

—Y todo lo que la rodea tiende a eso…
—No todo. ¡Scioli no tiene ninguna gana de que la cosa sea así!

—¡Scioli no la rodea!
—Claro. Pero algunos del grupito que la rodea seguramente sí. Los aplaudidores. Los que los italianos llaman “carreristas”. Es decir, “los que hacen carrera”. Los que entran a la política para hacer carrera y en quienes, a veces, la Presidenta confía en exceso, ¡sin darse cuenta de que un “carrerista político” se acomoda con el que venga! Ese sujeto no es confiable porque considera que lo primero es su carrera…

—En ese sentido, la juventud de algunos es preocupante.
—Bueno, ¡es preocupante que haya jóvenes que sean tan “carreristas”! Estoy totalmente de acuerdo, pero es un espíritu de época también. Aunque, cuando lo señalé en el coloquio de IDEA, los diarios (por razones comprensibles) no lo levantaron. Hay un clima “de época” que trasciende ampliamente a la Argentina y que tiene como uno de sus vectores a la corrupción. Es decir, una corrupción normalizada como natural. Precisamente, hace unas tres o cuatro semanas, estando de viaje por Europa, ¡leí muy impresionado que Tony Blair cobró 1.250.000 libras por gestionar ante el Principado de Qatar una concesión para una compañía inglesa que le ganó, de este modo, a una competidora francesa! Y yo me pregunto: ¿de dónde le sale la relación con Qatar? ¡Del hecho de haber sido Primer Ministro! Bueno, también su esposa tiene una consultora que desde hace años gana mucho dinero haciendo este tipo de trabajo. El rey de España...

—Bueno, ¡el del papelón de los elefantes!
—… mucho antes, hace años, ¡se sabía que el rey de España era un gran lobbista! Y podríamos continuar con esta lista. Francamente, no creo que Bill Clinton cobre 200 mil dólares por cada conferencia porque eso sea lo que vale su conferencia. Supongo que es por lo que está haciendo detrás de su discurso. Entonces, esta naturalidad...

—Lo que usted llamó “la corrupción de cada día”…
—... algo así. Tenemos que combatirla, y hay algo importante que subrayar y que aprendí en la función pública porque no lo sabía: hay un corte entre lo que es el sector público y el sector privado, que es más marcado de lo que la gente cree. Es decir, una vez que desde su juventud se insertan ciertos personajes en el sector público, permanecen después allí. Podemos descubrirlos cometiendo errores, en actitudes sospechosas, obligarlos a renunciar. Pero en los primeros tiempos de mi gestión, ¡ingenuamente suponía que a ciertas personas no volvería a encontrarlas en el terreno político! Que se retirarían a la actividad privada. Pero no. Esas personas quedan flotando en el ámbito público. Saben aguantar porque saben, también, ¡que se van a reacomodar! Y, generalmente, en un lugar desde donde puedan hacer mucho daño. Entonces, cuando se llega a este estado de cosas, los funcionarios, aun los más probos, por razones de prudencia tienen que moverse con cuidado y fijarse a quién echan y a quién no. Estas cosas pueden afectar toda su gestión, y no es tan fácil llevar a la persona deshonesta ante la Justicia porque generalmente no se tienen los elementos suficientes para hacerlo. Además, no se la puede llevar ante la Justicia sin pasar antes por las agencias de control del Estado que, en muchos casos, van a impedirlo porque esa persona pertenece a tal o cual sector. Pero lo que sí puede hacerse es apartarla de su cargo. Y lo que le estoy diciendo es tan simple como que esa persona puede, luego, aterrizar en otro puesto y, desde allí, ¡sabotear la gestión del funcionario honesto que lo ha denunciado! En una palabra, el funcionario con experiencia intenta crearse la menor cantidad posible de enemigos. Y esto que le digo generaliza un clima de corrupción que, a veces, sorprende. Impresiona ver a ciertos personajes que están en puestos encumbrados.

—¿Y que están siempre?
—Están siempre, efectivamente.

*Publicado originalmente el 28 de octubre de 2012.

© Escrito por Magdalena R. Guiñazú el domingo 26/01/13 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



jueves, 18 de octubre de 2012

Lula, enfático contra la re-reelección… De Alguna Manera...


Lula, enfático contra la re-reelección…

El ex presidente de Brasil Luiz Inacio "Lula" da Silva, habla durante la jornada inaugural del Coloquio de IDEA. Foto: DyN

El ex presidente de Brasil señaló que "la democracia es un ejercicio de alternancia". Las repercusiones entre los políticos argentinos presentes.

El ex presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, fue el encargado de dejar inaugurada la edición número 48 del Coloquio de IDEA, la reunión anual de empresarios argentinos en Mar del Plata.

Siete meses después de que los médicos decretaran que estaba librado de un cáncer de laringe, el líder del Partido de los Trabajadores (PT), dos voces presidente de Brasil, reconoció anoche que Argentina es el primer país sudamericano que visita tras saber de su recuperación.

Da Silva, que durante el mediodía del miércoles almorzó con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, aseguró que con la jefa de Estado lo unen una "larga amistad" e "ideales políticos" que lo hacen "sentir como en casa".

Destacado por los empresarios como un estadista, el ex presidente recordó ante el auditorio cuando debió presidir una charla similar (también rodeado por empresarios) en Davos, en 2003, durante el Foro Económico Mundial cuando, entre las propuestas para los males que aquejaban al Brasil, le proponían "primero crecer y luego distribuir": "Me acuerdo cuando (Fernando Henrique, ex presidente de Brasil) Cardoso y (Carlos) Menem competían por ver quién era el mejor amiguito de (Bill, ex presidente de EE.UU) Clinton", ironizó.

En una entrevista con el diario La Nación, al ser consultado sobre la reelección del bolivariano Hugo Chávez en Venezuela, Lula enfatizó su rechazo a la "rere". "Cuando era presidente prohibí que mi partido presentara cualquier tipo de reforma proponiendo mi re-reelección, porque me parece que la democracia es un ejercicio de alternancia de poder, no sólo de personas, sino de sectores de la sociedad". En esta línea, formuló anoche una encendida defensa de las "políticas de diálogo y consenso", al afirmar que en su gobierno convocó a diferentes sectores porque consideró que un mandatario "no lo sabe todo".

La charla de Lula, que se extendió poco más de una hora, estuvo centrada en el impulso de las economías regionales, tras el vendaval que dejó la crisis en todo el mundo en el año 2008. Hubo espacio, además, para las bromas sobre la eterna rivalidad futbolística entre Argentina y Brasil: el ex presidente opinó que "durante 20 años los argentinos se pasaron diciendo que Maradona era mejor que Pelé, pero ahora Messi es el mejor jugador del mundo".

El ex mandatario de Brasil compartió la cena del encuentro en la misma mesa con el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, el de Salta, Juan Manuel Urtubey y el de Santa Fe, Antonio Bonfatti. En el recinto de IDEA estaban además el líder de la CGT opositora, Hugo Moyano, el titular de las 62 Organizaciones Sindicales Peronistas, Gerónimo Venegas, y el diputado del FAP, Víctor de Genaro, junto a su compañero de bancada y economista Claudio Lozano.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 18 Octubre de 2012

En el recinto de IDEA estaban además el líder de la CGT opositora, Hugo Moyano, el titular de las 62 Organizaciones Sindicales Peronistas, Gerónimo Venegas, y el diputado del FAP, Víctor de Genaro, junto a su compañero de bancada y economista Claudio Lozano. | Télam

Lula terminó su disertación de algo más de una hora con el aplauso de pie de más de la mitad de la audiencia de 900 empresarios anotados para el encuentro. | Télam 

Lula compartió la cena del encuentro en la misma mesa con el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sola, el de Salta, Juan Manuel Urtubey y el de Santa Fe, Antonio Bonfatti. | Perfil.com

El ex presidente de Brasil Luiz Inacio Lula Da Silva formuló una encendida defensa de las políticas de diálogo y consenso, al afirmar que en su gobierno convocó a diferentes sectores porque consideró que un mandatario "no lo sabe todo". | Perfil.com

"Convoqué a los trabajadores, a los que no tenían casas, a las pymes y a las grandes empresas, porque un presidente no lo sabe todo", aseguró Lula al abrir el 48 Coloquio Anual del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA). | Perfil.com 

 El ex mandatario brasileño detalló gran parte de los planes que puso en marcha durante su gobierno por el cual más de 25 millones de pobres pasaron a formar parte de la clase media, y destacó que la gran inversión en esos programas "se hizo con la inflación bajo control". | Perfil.com 

Al hablar sobre el modelo económico señaló que "si queremos crear un ciclo de desarrollo sustentable, la palabra clave es inclusión de los países pobres, poblaciones marginales". | DyN 

 Hugo Moyano también se acercó a saludar a Lula da Silva. | DyN 

Todos querían la foto con Lula. En este caso, José Manuel de la Sola junto al ex presidente. | DyN