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lunes, 8 de octubre de 2012

Laberinto sin salida… De Alguna Manera...


Laberinto sin salida…
 
UNIFORME DE KOMBATE. Ministra Nilda Garré. Dibujo: Pablo Temes.

Mala praxis de gestión, fijación por la suma del poder, desesperación por la re-re y obsesión contra Clarín. Pasos en falso del gobierno.

Preso de sus obsesiones políticas, el Gobierno ha entrado en un laberinto del cual no sabe cómo salir. Algunos de sus integrantes ya no pueden disimular su fastidio ante este panorama en el cual abunda la inconsistencia. Como se sabe, en este recrudecimiento de esta “patología política”, para el Gobierno la culpa por las preguntas de los estudiantes de la Universidad de Harvard, que descolocaron e hicieron enojar a la Presidenta, fue de Héctor Magnetto y de Clarín. Pero eso no es todo: para el Gobierno, las protestas por reclamos salariales de los efectivos de Gendarmería –su fuerza de seguridad preferida– y Prefectura son producto de las maquinaciones de Magnetto y Clarín. Y para el Gobierno la desaparición por 24 horas de Alfonso Severo –un testigo clave en la causa del asesinato de Mariano Ferreyra que complica a adictos K como José Pedraza y la cúpula de la Unión Ferroviaria– sería el resultado de una estrategia perversa de Héctor Magnetto y Clarín para evitar la aplicación de la Ley de Medios.

A este paso, para el Gobierno no habrá fenómeno natural –frío, calor, sequía o lluvia–, pestes y otros males que no queden libres del influjo de Magnetto-Clarín. Así es como, en definitiva, el “relato” de la administración de Cristina Fernández de Kirchner busca cubrir sus garrafales errores de gestión. “Si se nos acaba Clarín, ¿a quién le vamos a echar después la culpa?”, se preguntaba el viernes un conspicuo funcionario con despacho en la Casa Rosada viendo el ridículo al que se exponía el ministro de Justicia, Julio Alak, en su intento de vincular el caso Severo con la Ley de Medios, disparate que el mismo Severo desmintió.  

El conflicto desatado por los reclamos salariales de  Gendarmería y Prefectura se veía venir. Una nota firmada por el entonces comandante de Gendarmería Héctor Schenone advertía ya en mayo a la ministra de Seguridad Nilda Garré de lo que se estaba viviendo en la fuerza a causa del fallo “Zanotti”. “La aplicación del mencionado fallo producirá una disminución significativa del salario inclusive menor al salario administrativo, afectando al personal más joven y de baja jerarquía, generándose una disminución monetaria que en algunos casos superaría el 25%”, decía una parte de esa nota. El decreto 1307/12 empeoró las cosas. Nadie del Gobierno le prestó atención a este aviso. Tampoco la Presidenta, quien en su “Aló Presidenta” del 26 de junio se lamentó por la muerte de los gendarmes que habían cumplido tareas en el conflicto de Cerro Dragón y reconoció lo poco que ganaban.

En tren de adjudicar culpas, los dardos apuntan a Raúl Garré, a su hermana  la ministra, e incluyen al secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini. La intención de los sectores ultracristinistas de otorgarle  a este reclamo un carácter golpista no hizo más que desnudar la inconsistencia de la acusación. Lo que sí existe en esas fuerzas es un estado deliberativo sin liderazgo, producto de la protesta generada por la pauperización de las condiciones de vida de la mayoría de sus integrantes.

A esta altura, es evidente que el Gobierno está afectado por cuatro problemas fundamentales: la “mala praxis” de su gestión, su desesperación por la re-reelección, su fijación por lograr la suma del poder público y su obsesión contra Clarín. 

La mala praxis de gestión es el origen de varios inconvenientes. Además del presente conflicto con Gendarmería y Prefectura, la lista incluye el cepo cambiario, la alteración de los índices del Indek, el creciente déficit fiscal, las idas y vueltas con las retenciones a las exportaciones de biodiesel y con la Ley de Riesgos de Trabajo, por citar algunos. Al respecto, la Presidenta debería pensar si Juan Abal Medina está capacitado para llevar adelante la compleja tarea que exige el cargo de jefe de Gabinete. En su última aparición pública, exhibió una notable escasez de conocimientos técnicos sobre el decreto 1307/12, a lo que agregó una falta de aplomo y una pobreza de lenguaje que sorprende a varios de sus profesores en Ciencia Política que lo recuerdan como uno de sus alumnos más brillantes.

La desesperación por la re-reelección le impide consensuar con gobernadores que se oponen a la iniciativa.

La búsqueda de la suma del poder público, recalentada en estas horas por los episodios sucedidos en la Auditoría General de la Nación y en el Consejo de la Magistratura, representa una de las contradicciones y claudicaciones más flagrantes del discurso con el cual el kirchnerismo ingresó al poder. Uno de los logros indiscutibles del primer gobierno de Néstor Kirchner fue la creación de una Corte Suprema prestigiosa como signo claro de la decisión política de respetar y valorizar la independencia de la Justicia. La Presidenta está tirando esto por la borda. Al hacerlo, además, ha inducido a quienes buscan complacerla a echar mano a recursos que recuerdan a aquellos usados por el menemismo. He ahí el “recurso de arrancatoria”, giro acuñado para denunciar al ex cortesano Antonio Boggiano, quien en 1993 ordenó a uno de sus asistentes arrancar la hoja de un fallo que condenaba al Banco Central.

 Igual que entonces, ahora el oficialismo pretende recusar a Ricardo Recondo, representante de los jueces en la Magistratura que se opone al bochornoso intento de nombrar al frente del juzgado a cargo de la controversia por la Ley de Medios a Lorena Gagliardi, funcionaria dependiente de Abal Medina, y que mágicamente saltó del puesto 15 en el orden de méritos al 6. A Recondo se le quiere atribuir una firma que nunca puso en el dictamen que nombró al juez jubilado Raúl Tettamanti para subrogar el cargo. Para sostener esa acusación, se arrancó la hoja del dictamen.

La Ley de Medios fue algo abstracto para la mayoría de la sociedad. Pero las cosas cambiaron a partir del cacerolazo, al que la corporación multimediática oficial y paraoficial intentó ignorar primero y minimizar después. Sólo El Trece y TN lo transmitieron en su dimensión, por lo que una parte de la sociedad comprendió que el verdadero significado del 7D es el de silenciar esos canales. Esa sociedad comprendió también que si el Gobierno fuese exitoso lo que conseguiría sería silenciar sus voces.

Esto no es más que otra muestra de la irrefrenable necesidad de dominación a la que la Presidenta lanzó a su gobierno. Y, como decía Voltaire, “la pasión por dominar es la más terrible de las enfermedades del espíritu humano”.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en sábado 6 de Octubre de 2012.



martes, 21 de agosto de 2012

Horacio Galloso, hasta siempre maestro... De Alguna Manera...

Falleció Horacio Galloso, histórico locutor de Canal 13…

Horacio Galloso.

El recordado locutor de Canal 13 Horacio Galloso murió ayer, a los 79 años, en el Hospital de Vicente López, informa Clarin.com. Con una larga carrera en los medios de comunicación, su nombre quedará grabado como símbolo de una época.

Benigno Simón Galloso, tal ­su nombre en los documentos­, fue entre 1960 y 1985 la voz dominante de la emisora que en los sesenta se identificaba con el “Telepibe”. Antes de que la televisión pasara a transmitir en colores, Galloso brilló como conductor de “Noticiero 13″. Presentaba las noticias con su impronta, mientras que Tico Rodríguez Paz y Leo Gleizer transmitían desde el lugar de los hechos.

Sergio Villarruel, padre del hoy ex jefe de programación de Telefé Darío Villarruel, era uno de los columnistas. También participó en los inicios de “Telenoche”.

En los últimos años, con un perfil más bajo, fue la voz de ciclos radiales y tuvo una celebrada participación en el programa humorístico de TV “Todo por dos pesos”, llevado adelante por Diego Capusotto y Fabio Alberti en la pantalla de Canal 7.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 20 de Agosto de 2012.  






domingo, 29 de julio de 2012

Anticipos de guerra... De Alguna Manera...

Anticipos de guerra...

Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes

Cristina imagina la batalla final contra Clarín como la llave de su reelección. Las fantasías de conspiración.

Cristina asegura que ganará la madre de todas las batallas. Da por hecho que el viernes 7 de diciembre el Grupo Clarín será reducido a cenizas. En uno de sus discursos anticipó que ese día se termina lo que ella denominó “el comando en jefe de la cadena nacional del miedo y el desánimo”. Como si se prepararan para derrocar una dictadura noticiosa, sólo faltó que los camporistas cantaran: “Se va a acabar / se va a acabar / esa costumbre de informar”. Esta obsesión es coherente con la historia del matrimonio Kirchner que, desde que Néstor fue intendente de Río Gallegos, intentó imponer un discurso único y aniquilar la diversidad de opiniones. Controlar las palabras y que nadie los controle a ellos es dogma en su trayectoria. Apenas llegó al gobierno, el ex presidente identificó a su enemigo principal: Clarín. “Es el único que me puede voltear”, dijo en la intimidad del Tango 01 a un grupo de periodistas que regresábamos de una Cumbre Iberoamericana en Santa Cruz de la Sierra. Aquel día, Luis D’Elía le presentó a Néstor a un tal Evo Morales, “un compañero que viene ganando muchas elecciones municipales”. ¿Qué hizo Néstor con Clarín? Lo de siempre: primero lo sedujo con primicias y privilegios y mantuvo durante años un alegre concubinato. Después intentó comprarlo con el aporte “desinteresado” de un grupo de empresarios que luego fueron premiados con otros medios “pautadependientes”. Y finalmente, decidió exterminarlo. Estamos en esta última fase.

La Presidenta no tiene dudas de que el 7 de diciembre, cuando caiga la medida cautelar, Clarín deberá “desinvetir”, es decir, vender varias de sus empresas. Cristina cree que eso le quebrará el espinazo al gigante. ¿Qué hará Clarín? Van a interpretar que recién ese día D comenzará a regir el plazo previsto de un año para desprenderse de varias de sus unidades de negocios. ¿Qué hará Cristina? Avanzar a tambor batiente con el mecanismo previsto en el proceso de adecuación. Ya descartaron el primer escalón porque no ocurrió: la presentación espontánea. Está en marcha el segundo paso, llamado “constatación de oficio”. Esta semana, llegaron cédulas de notificación a Canal 13, radio Mitre y Cablevisión, entre otras naves insignia del grupo dominante. Exigen verdaderas tomografías computadas de los libros contables. Clarín dice que eso es ilegal. Y Cristina acelera con la convicción de que vencen todos los plazos y que tendrá la cabeza de Héctor Magnetto colgada del arbolito de Navidad. Piensan avanzar con el último, tramo llamado “transferencia compulsiva de licencias”. Ya lo hicieron antes, pero esta vez no van a necesitar rodear los edificios con la Gendarmería o con una brigada de la AFIP. Los técnicos consultados por PERFIL dicen que con sólo bajarles las palancas de las señales esas empresas se quedarán sin su insumo básico para operar y se transformarán en sellos de goma, en cáscaras vacías.

Políticamente será un choque de planetas. Un gobierno, que no es el de Hugo Chávez, sacará de un plumazo del ring a la radio y el canal que están entre los dos con mayor audiencia. Si eso ocurriera, el tablero mediático saltaría por el aire y nacería un nuevo rompecabezas mucho más dócil para Cristina y menos plural aunque se argumente lo contrario.

La Presidenta logrará herir seriamente la libertad de expresión y podrá avanzar sin mayores obstáculos para forzar una reforma constitucional que la lleve a la eternidad. En los comicios parlamentarios de medio tiempo de 2013, todos los díscolos no tendrán otro remedio que cuadrarse y hacer sonar los tacos frente a ella. Cristina capitana.

Nada es tan lineal, por supuesto. Hay varios jueces dispuestos a escuchar a Clarín y la Justicia todavía ofrece varios laberintos. Pero sobre todo, hay que ver si la marcha decadente de la economía actúa o no como kryptonita frente al poder de Cristina.

Por ahora, el gran problema que tiene y tendrá es su concepción autoritaria de lo que deben ser los medios en democracia y la ignorancia absoluta acerca del funcionamiento y la lógica del periodismo.

El conspirador piensa que todos son de su misma condición. Fue tragicómico su análisis sobre una reunión rutinaria y protocolar que se hizo en la Rural y de la que se enteró leyendo el diario La Nación. La Presidenta está convencida de que los capos de Clarín (Aranda), La Nación (los hermanos Saguier) y de este diario (Jorge Fontevecchia) se juntaron en forma clandestina. “Los pescaron” y fueron obligados a “blanquear” el encuentro para que “no los escracharan, como ocurrió cuando fueron a la Corte. ¿Se acuerdan?”, dijo con seguridad Odol. Ni se le cruzó por la cabeza que esos “jefes del golpismo”, si tuvieran realmente esas negras intenciones, podrían juntarse en otro lugar más clandestino, lejos de un lugar público de concurrencia tan masiva, que además tiene cientos de periodistas acreditados.

Trepada a la paranoia, adivinó, incluso, lo que estaban hablando. Con un infantilismo enfermizo, dijo que “con una coordinación perfecta estaban decidiendo qué título nos van a enchufar mañana”. Desconoce que en las redacciones de esos diarios, que compiten entre sí con enjundia y se esconden las cartas como jugadores de póquer, se reían imaginando semejante intercambio de primicias. Tomala vos, dámela a mí. Vos vas contra Boudou y yo le doy con un caño al control de la tarjeta SUBE.

Es que el odio la ciega. Ella es mucho más inteligente que esa conclusión, como lo demostró al día siguiente: “Cada uno de nosotros no va a ser juzgado por los titulares de los diarios, sino por la historia y la memoria de un pueblo”.

El tema despierta gracia y preocupación porque desnuda el objetivo de Cristina. Al igual que muchos de los cuasi periodistas que integran la maquinaria propagandística que pagamos todos, la Presidenta cree que si mañana cierran los diarios, las radios y la tele profesional, como por arte de magia, se terminan todos los problemas de la Argentina. Les atribuyen a los medios la responsabilidad sobre casi todo lo malo que pasa y eso que, en general, son producto de sus propios errores conceptuales, de implementación o del exceso de venganza. El experimentado editor de la realidad Juan Manuel Abal Medina planteó algo que en los 70 ya era viejo en la teoría de la comunicación. El paternalismo ideológico sostenía que la gente era tonta, una suerte de envase que los medios llenaban con el contenido que se les antojara. Algo insostenible. Dijo que la estrategia de la derecha contra los gobiernos populares es repetir cada hora las noticias de inseguridad. ¿Qué sugiere Abal Medina para solucionarlo? ¿Que las cadenas de noticias no resuman los títulos de la jornada cada treinta o sesenta minutos? ¿Que lo hagan cada tres horas le parece bien o sigue siendo demasiado destituyente? ¿Tal vez prefiera que las noticias policiales se den a conocer una vez por mes o tal vez nunca? ¿Qué quiere inventar? Igual que con el Indek, siguen intentando romper los termómetros en lugar de atacar la fiebre.

¿No advirtieron todavía que los medios también son votados todos los días? ¿Y que si fuera cierto que se la pasan operando y engañando, caerían a pique sus ventas y credibilidad? ¿O aún no registraron cuál es el motivo del fracaso de audiencias de todos los productos mediáticos K? Y eso que están inflados artificialmente con millones de dólares de pauta y pese a que Cristina viene de cosechar 12 millones de votos. Ni los más leales compran un medio para no informarse. No funcionan ni siquiera los que se reparten gratuitamente. Fortunas tiradas a un agujero negro.

La Presidenta mostró la tapa de un diario como prueba de la mala onda con la que se intenta erosionar su gobierno. No sabe, no puede o no quiere comprender que aún con la atomización del Grupo Clarín, ese diario seguirá funcionando. Y que La Nación y PERFIL no tienen radios ni canales y por lo tanto no serán afectados en nada por la caída de las cautelares. Para ellos, los cierres serán iguales, tratando de revelar lo que el poder quiere ocultar, porque ése es el ADN de los medios, además de su mirada crítica. Es la diferencia entre propaganda y periodismo. Es la diferencia entre un militante que busca el poder y un periodista que busca la verdad. A casi treinta años de democracia, hemos evolucionado en muchas cosas. Menos en la libertad de prensa. El retroceso lo pinta el sincericidio presidencial: “Para información están mis discursos. Yo no voy a hablar en contra de mí misma”.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 28 de Julio de 2012.


martes, 3 de julio de 2012

Gelblung vs. Vázquez y Viceversa... De Alguna Manera...

Chiche Gelblung: "Enrique Vázquez sos una basura y un miserable"...


El director de DiarioVeloz.com y Cienalpoder.com, Samuel "Chiche" Gelblung se refirió a la participación de Enrique Vázquez en "678".

Sobre tu relativa y limitada calidad periodística no abro juicio porque no corresponde en esta ocasión. Leyendo hoy la columna de Pablo Sirven en "La Nación espectáculos" me enteré que sumaste tu voz al infame programa "678" y te atreviste a hablar de mí en ese foro decadente cínico y repugnante. 

Lamento que en ese largo divagar sobre mí no hayas contado que fui yo quien te sacó de la miseria cuando te conseguí trabajo en Canal 13,  que por ese entonces estaba al mando de la Armada, y a quien solo recurrí a pedir trabajo para vos que estabas desesperado al borde del suicidio. Jamás les pedí a los militares nada para mí y conseguiste trabajo, por suerte, y hasta la plata te alcanzaba para regalarme una lapicera Dupont, que si no hubiera sido por el asalto que sufrí en mi casa, todavía la tendría como gratitud por mi gesto hacia vos.

También protegí tu salud, basura, porque en víspera de la Nochebuena hubieras ingerido comida en mal estado porque no tenías heladera y yo te regale una. Conmovida por tu situación, mi mujer te extendió una invitación para que pasaras la noche de navidad con nosotros y por ese entonces, no hiciste ningún comentario sobre el supuesto compromiso que yo tenía con la dictadura.

Tampoco quiero olvidar que en algún momento tuve que defenderte ante el directorio de la editorial Atlántida porque tus jefes te querían echar por haber fraguado una nota en Cuba de la que hoy todavía muchos tienen dudas, pero te defendí más por lo humano que por lo profesional, no me gusta que la gente se quede en bolas, sin laburo.

Ya demostraste tu bajeza moral, cuando después de haberme tenido que irme de la Argentina por una bomba que pusieron en mi casa y que podía haber matado a toda mi familia y a la custodia que tenía en ese entonces, escribiste en "Humor" una columna que decía que yo me había ido de este país para no enfrentar la llegada de un gobierno democrático. Tu propio jefe Andrés Cascioli, que en paz descanse, me llamó a Europa para pedirme disculpas por haber publicado esa basura sabiendo que fui el único periodista durante un gobierno militar, se animo a repudiar la clausura de la revista "Humor"  en donde vos volcabas tu resentimiento.

Tu imbecilidad y tu torpeza periodística quedaron demostrados cuando "te comiste" un "reportaje telefónico" al dictador de Uganda,  Idi Amin Dada, cuya voz hice yo desde un teléfono  a dos  metros de donde vos estabas hablando. Le comunicaste tu éxito a tu jefe Aníbal Vigil y hasta le dijiste que te había invitado a Uganda con todo pago. El mismo Aníbal Vigil, que según vos fue portavoz de la dictadura a través de las publicaciones de la editorial Atlántida

Tengo más, pero no vale la pena. Fuiste un pobre tipo, sos un pobre tipo y por lo visto querés persistir en seguir así por el resto de tu vida. Que tengas mucha suerte. Para mi vas a seguir siendo siempre una total basura.                                                          

© Escrito por Samuel “Chiche” Gelblung y publicado por el Diario Veloz de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 2 de Julio de 2012.


lunes, 16 de abril de 2012

Jorge Lanata en la TV abierta... De Alguna Manera...

Cómo fue el regreso de Lanata 
a la TV abierta…

 El periodista volvió a la TV. Y no perdonó a nadie. Foto: Cedoc.

Volvió “El esbirro del monopolio”… "Periodismo para todos". Puro vértigo para analizar las disputas por YPF y los negociados de Boudou.

Hacía nueve años que no aparecía en la TV abierta. Técnicamente, tres, si se cuenta su participación en la novela Vidas Robadas. Esta vez, volvió, pero con un género que le resulta más conocido: el periodístico. Con un ritmo por momentos acelerado, el periodista Jorge Lanata comenzó con el semanario “Periodismo para todos”.

Durante hora y media, Lanata llevó a la audiencia por entrevistas, informes y pequeños cuadros de humor que abordaron, entre todos, algunos de los temas más resonantes de la agenda política. Al Lanata conocido en Detrás de las Noticias o La Luna, se sumó (junto a imitadores de Amado Boudou y Aníbal Fernández) el humorista, con un monólogo de apertura en el que trabajaron tres guionistas: Miguel Gruskoin, Esteban D’Aranno y Marcelo Birmajer.

Volver. La última vez que Lanata condujo un programa periodístico en televisión abierta “fue en 2003”, según recordó el conductor en la apertura del nuevo ciclo. “Hicimos la primera denuncia de corrupción del gobierno de Néstor Kirchner. Era (el superintendente de AFJP, Juan Horacio) González Gaviola, en PAMI”, rememoró. “Dijeron que había oscuros intereses, igual que ahora. Nos dieron una patada en el culo. Después de que habían desmentido todo, lo sacaron a Gaviola, y pusieron a (Graciela) Ocaña”, resumió el periodista.

¿Qué cambio desde el 2003 al 2012? “(El actual senador) Aníbal Fernández citaba a Duhalde, en vez de Jauretche. Néstor cenaba con Magneto en Olivos; ahora le quieren hacer lavar los platos. Decían que la culpa era de Menem; ahora vota con ellos en el Congreso. Amado Boudou era un liberal desconocido; ahora es un K que no conoce a nadie. Moyano era opositor; ahora también”, enumeró Lanata.

El monólogo inicial no ahorró “golpes” para nadie. Incluso la actriz Florencia Peña recibió el suyo. “Tenemos una compañerita en el canal: Florencia Peña”. Si bien adelantó que su participación en el nuevo Bailando por un sueño no interferiría con su posicionamiento político, “va a salir con una remera que dice ‘Pachano miente”, bromeó el fundador de Página/12.

Pero las bromas dieron lugar a referencias algo más escabrosas. “Habló Videla. No está mal que veamos qué piensan estos tipos siniestros, veamos lo que son, que quede en evidencia su brutalidad”, sostuvo Jorge Lanata.”Incluso en momentos como éste, con una sociedad tan dividida, estos tipos nos permiten mostrar que en algo estamos de acuerdo”, agregó. Mientras tanto, en las redes sociales se advertía que en provincias como Entre Ríos, Tucumán, Río Negro y Santa Fe, las emisoras habían quitado del aire la señal del canal.

La pelea por YPF. Otro de los temas abordados fue la disputa entre Argentina y España por la petrolera. “Yo estoy de acuerdo con que YPF sea nacional. El que no estaba de acuerdo era Néstor (Kirchner), que apoyo la privatización, y después le dio una parte a Eskenazi”, remarcó Lanata. “Yo siempre me pregunté si Eskenazi compró solo YPF, o tuvo un socio oculto, del sur”, ironizó.

Todos a Boudou. Durante buena parte de “Periodismo para todos”, el equipo periodístico que acompañó a Lanata se centró en el escándalo protagonizado por el vicepresidente, Amado Boudou, y la empresa Ciccone Calcográfica. En ese punto, no faltaron los calificativos.

“Que Boudou le haya ganado a (Esteban) Righi significa que ‘motoneta gana a trayectoria’”, opinó Lanata. “Se la pasan hablando de La Cámpora y echan al único hombre que estuvo en el gabinete de Cámpora. ¡Y por un dj de Sobremonte””, exclamó.

“En esto, apareció un tal (Daniel) Reposo, un hiper ultra militante K. Es como nombrar a Barreda en la Secretaría de la Mujer”, comparó.

“Indefectiblemente, Vandenbroele era testaferro de Boudou. Hay que ser boludo para llevar a vivir a tu testaferro a tu casa”, espetó.

El programa incluyó una pequeña entrevista a Martín Zavaleta, hermano de uno de los colaboradores más cercanos del vice, quien ratificó las denuncias publicadas hoy por el diario PERFIL, y a Piluso Schneider, el supuesto titular de The Old Fund. “Es un jubilado de Longchamps que cobra 1600 pesos. Si, 16 billetes de cien pesos”, aseveró Lanata. Asimismo, fue el primero en mostrar imágenes, vía cámara oculta, de los departamentos que la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y su compañero de fórmula poseen en Puerto Madero.

Preso de sus palabras. Se dice que “nadie resiste un archivo”. Bajo esa premisa, el conductor participó de un sketch junto a Fátima Florez, quien personificó a una enfermera que lo acompañaría en una sesión de diálisis, tratamiento al que Lanata se somete desde hace un año. Durante el procedimiento, el periodista fingió soñar con una entrevista realizada en junio de 2007 a Víctor Hugo Morales, en la que criticaba con dureza al ex presidente Néstor Kirchner. “Es el ex presidente y uno no puede zafarse demasiado”, se excusaba Morales, aunque despreció al entorno que rodeaba al político en aquellos tiempos. “Diputaduchos y pequeños ministros, alcahuetes del poder”, calificaba.

Minuto de intimidad. La emisión terminó con una entrevista a Mario Pergolini. En el mismo tono que en La Luna, ahondó en la actualidad del locutor e intentó conocer algunos de sus secretos familiares.

Reacio a hablar de sí mismo y la relación con su padre, Pergolini prefirió hablar de su faceta pública. “La venta de la Rock&Pop fue de adultos. Nunca más volví a escuchar la otra radio. Ni la nombro”, río.

“Estoy en un buen momento. Estoy tranquilo”, admitió el locutor. Ese fue, tal vez, el único momento relajado del programa, que hasta el final se caracterizó por una dinámica poco común en los programas periodísticos actuales.

“Me encanto que estuvieran acá. Gracias”, concluyó Lanata, que se despidió con la promesa de una segunda entrega igual de vertiginosa que la inaugural.

Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 16 de Abril de 2012.